I will make you feel the darkness

Un chico llamado Christoph vive una vida de desesperación y soledad. Harto de su propia existencia decide buscar novio por Internet, y queda con un chico la noche de Halloween. ¿Cómo será este chaval? No se pierdan el relato de Halloween del Enterrador

Bien, aquí está el especial de Halloween que prometí. Pensaba hacerlo sobre alguna de mis series, pero como no sabía por cuál de ellas decidirme, decidí escribir algo nuevo. Esta historia es de un solo capítulo, así que no tendrá continuación. Me alegra poder volver a escribir algo de mi estilo, algo gótico y gore. Bueno, no os entretengo más. Os dejo con el especial de Halloween.

Si desean, pueden comentar a través de email a la dirección de correo:

latumbadelenterrador@gmail.com

I will make you feel the darkness

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Un relato del Enterrador

Christoph Sader era un joven de 20 años que vivía en una pequeña aldea de

Kentucky

llamada Snow Hill. El pueblo era famoso por estar cerca de las montañas Snowevil, por lo que nevaba muy a menudo. Christoph salió de casa para ir a la universidad, como hacía cada mañana.

-¡Que te vaya bien en el cole, cariño!-dijo la madre alegremente.

-Ojalá fuera así…-dijo Christoph alicaído-Y no lo llames cole

Christoph era un niño solitario y triste, al que no le gustaba tratar con la gente. Era extremadamente tímido y apenas hablaba con nadie. Sin embargo era un chaval muy enamoradizo, pero jamás se atrevía a hablar con los chicos de los que se enamoraba. Era gay, pero nadie lo sabía, ni siquiera sus padres, que eran totalmente comprensivos y muy modernos. El sabía que no estarían en contra, pero aún así no se lo contaba. Aquella mañana, al llegar a clase se quedó mirando al chico que le gustaba, Ricky Coleman, mientras charlaba con sus colegas.

-Oye, Ricky. ¿Te has echado novia ya?-preguntó uno de sus amigos sonriendo.

-Que va tío, no hay ninguna que me guste…-respondió suspirando Ricky.

-Tío, vamos a pensar que eres maricón-se rió otro de sus amigos.

-Igual es eso-se rió Ricky.

En ese momento miró a Christoph, pero éste apartó la vista rápidamente. Él sabía que jamás podría estar con Ricky, era inalcanzable… Un Dios ideal y perfecto. Pero estaba satisfecho con solo mirarlo… O eso se decía a sí mismo. A la salida de clases, Christoph se quedó el último para salir como siempre, porque odiaba las aglomeraciones, y Ricky llamó su atención.

-¡Oye!-le llamó Ricky-¿Se puede saber por qué me miras tanto?

Christoph no respondió, simplemente agachó la cabeza. Estaba muy nervioso, pero Ricky le alzó la cara para que le mirara.

-Escúchame bien, escoria. A mi no me van los tíos, ¿está claro? Si vuelvo a pillarte mirándome, te parto la cara-dijo Ricky serio.

Dicho esto, le pegó un puñetazo a Cristoph y se fue. Christoph se quedó un rato en el suelo, con la mente en blanco, simplemente ahí… Mirando a la pared. Él sabía que nadie lo amaría jamás, que era escoria… Que daba asco… Que no merecía vivir. Pensaba en suicidarse, pero… ¿Para qué? Ni siquiera merecía alcanzar la muerte, se merecía sufrir.

Volvió a casa y se encerró en su cuarto a llorar. Apagaba la luz y tapándose el cuerpo completamente con una manta y se ponía llorar en la oscuridad. Aquel niño solo sentía soledad, la oscuridad primaba en su corazón. Al cabo de un rato empezó a mirar en google maneras de que alguien se enamore de ti.

Él sabía que eso era patético, pero no le importaba, quería a Ricky, y quería que fuera suyo. No encontró lo que buscaba, pero en una de las páginas había un ritual para invocar al diablo. Según rezaba la página “Satanás aparecerá ante ti y permanecerá a tu lado hasta haberte cumplido tres deseos, tras esto, devorará tu alma”. Christoph pensó que si solo le pedía un deseo no se llevaría, así que pensaba actuar así. Se creía más listo que el diablo… Qué necio.

Aquella misma noche Christoph dibujó una estrella de David en el suelo, colocó cuatro velas negras en un círculo que dibujó alrededor de la estrella y se preparó.

-Ahora solo tengo que derramar mi sangre, y el maligno aparecerá-dijo Christoph nervioso.

Sacó una navaja y se hizo un pequeño corte en el dedo, dolía, pero era soportable si a cambio conseguía a la persona que amaba. Una gota de sangre cayó sobre la estrella, y dijo Christoph:

-Oh, Gran Señor de todo, oh, Satanás. Muéstrate ante éste, tu siervo, y concédeme mi deseo. A cambio, te ofrezco mi alma eterna y te ofrezco mi cuerpo.

Pero nada pasó. Absolutamente nada.

-¿Será que hay que hacerlo en latín? Yo sólo sé decir en latín… ¡Caesar in Romam exit!-gritó el muy incauto sin saber ni lo que decía.

El demonio no apareció, así que Christoph decidió rendirse con Ricky. Pasaron los meses y Ricky se echó una novia, Vanesa, una chica recién llegada desde otro país que quería ser modelo. Christoph estuvo muy triste, pero decidió que la solución era buscarse otra persona. Llegó el mes de octubre y con él llegaron las nevadas. Ese año fueron muy prematuras, era raro que ya en octubre nevara, pero a Cristoph el frío no le detuvo, decidió buscarse un novio por Internet.

Todos conocemos los peligros de Internet, y por supuesto Christoph también, podía ser asesinado o secuestrado fácilmente, pero a él le daba igual, por lo menos así podría sentir algo, aunque fuera dolor, daba igual. Quería sentir. Estuvo chateando con un montón de chicos, pero ninguno era de su zona y él no podía desplazarse. Pero al final encontró uno, Derek, de 20 años, como él. Hablaron durante algunos días y al final decidieron encontrarse, Derek le dijo de quedar en Halloween, en el comentario a las 23:59. A cualquiera esto le hubiera dado mal rollo, pero Christoph pensó que sería gótico o emo y querría enrollarse en el cementerio o algo. Por tanto aceptó.

Aquella noche de Halloween Christoph se abrigó y se dispuso a salir de casa.

-¿A dónde vas, hijo?-dijo el padre sorprendido porque su hijo nunca salía de casa.

-Voy a una fiesta, me han invitado-mintió Christoph.

-Oh, ¿en serio cariño? ¡Qué alegría!-dijo la madre-Pásatelo muy bien.

-No vuelvas muy tarde, hijo-dijo el padre preocupado.

-No lo haré, papá-dijo dándole un beso a ambos en la mejilla.

Derek jamás le había mandado una foto de sí mismo a Christoph, aunque bien es cierto que él no se la había pedido, porque a Christoph no le importaba el aspecto, solo necesitaba sentir a alguien, necesitaba calor humano. Enamorarse… Aunque fuera un falso amor

Al llegar al cementerio observó cómo la verja se cerraba y se abría sola por el viento, lo cual le impresionó un poco. Entró y observó las tumbas, todas con flores y muy sucias. Solo se oía el sonido del viento que movía las ramas de los árboles. Christoph estaba muy nervioso. De repente, unos arbustos se movieron. Entonces empezó a correr y oyó pasos, era como si alguien le siguiera, se giró y no había nadie. Pero al volver a girarse vio a alguien colgado de un árbol por una cuerda. Era el guardia del cementerio muerto, parecía un suicidio, pero su cara era como de pedir clemencia. Empezó a correr para salir de ahí y se chocó con alguien.

-¡No me mates, por favor!-gritó Christoph.

-¿Eh? ¿Por qué iba a hacer yo eso? Tú eres Christoph, ¿no?-dijo el chaval al que le había dado.

-Espera, ¿tú eres Derek?-dijo extrañado Christoph.

-Sí, así es-sonrió el chico.

Derek era un chico alto, vestido totalmente de negro y con la piel muy pálida. Pero lo que más llamaba de él era lo perfecto que era, era la persona más hermosa que Christoph había visto en su vida. Era un Dios, incluso mil veces más guapo que Ricky. Mientras pensaba en lo guapo que era, se acordó del cadáver y se dio cuenta de que había muchas posibilidades de que Derek fuera el asesino, así que se puso nervioso.

-Y-yo… E-e-esto… Me ha surgido algo, y t-tengo que i-irme… A-a-adiós-dijo Christoph asustado.

-¿Eh? ¿Por qué? ¿Es que no te gusto?-dijo Derek triste.

-(Está intentado que me sienta culpable, no me puedo fiar de este tío…) N-no… Eh…-dijo Christoph.

-Siempre pasa lo mismo, la gente huye de mí cuando ve cómo visto… Dicen que soy un rarito y un sombrío, ¡pero soy un chico simpático, te lo juro!-dijo Derek llorando.

-(No, si no dudo que seas majo, lo que me molesta es lo de que puedas ser un asesino y eso…) ¡De verdad! ¡Eres muy guapo y tal, pero…!-gritó Christoph.

-Sniff… No te vayas, por favor… Eres muy guapo y me gustas… Sniff…-lloró Derek.

-¡Mira, que me largo y punto!-gritó Christoph echando a andar.

-¡Buaaaaah! ¡No! ¡No!-gritó Derek agarrando a Christoph del brazo sin dejarlo irse.

-(¡Si eres el asesino, mátame de una vez y déjate de rodeos, puto sádico!) ¡Suéltame, no me mates!-gritó Cristoph.

-¿Otra vez con lo de matarte? ¿Por qué dices eso?-dijo Derek sollozando.

-¡No quiero que me mates como al guardia del cementerio! (¡Mierda, lo he dicho!)-dijo Christoph asustado.

-¿El guardia? En este cementerio no hay de eso…-dijo el chaval confuso.

-¡Mátame, pero no juegues conmigo!-dijo Christoph ya cansado de lo ridículo de la situación.

-¿Por qué dices que he matado al guardia?-preguntó Derek.

-¡Está ahí colgado de ese árbol! ¡Y nosotros somos los únicos aquí!-gritó Christoph.

-Llévame al árbol-dijo Derek serio.

Como ya estaba convencido de que iba a morir y no podría escapar, decidió llevar al otro chico al árbol, pues no tenía nada que perder. Al llegar la sorpresa fue tremenda, ahí no había ningún árbol, sólo había una tumba. Derek suspiró y Christoph se puso muy nervioso.

-¡Te juro que…!-gritó asustado.

-No te preocupes, es normal ver cosas donde no las hay en un cementerio de noche. Vamos, vayamos a algún sitio-dijo Derek echando a andar.

Christoph se quedó mirando la tumba, pero supuso que Derek tenía razón y fue tras él. Llegaron al bar que había enfrente del cementerio, “Death’s bar”.

-Vaya, nunca había estado aquí…-dijo Christoph.

-Es el sitio más de moda, mira cuánta gente hay…-sonrió Derek.

-Supongo…-dijo Christoph.

De repente Derek besó a Christoph en los labios dulcemente, éste se puso colorado, y Derek sonrió.

-¡¿S-se puede sa-saber qué ha-haces?!-dijo Christoph nervioso.

-Te veía triste, y no me gusta la gente triste, jaja-dijo riendo Derek.

-¿Cómo puede un chaval que parece tan gótico ser tan vivaracho?-preguntó Christoph nervioso.

-Mmm… Supongo que porque aunque soy gótico, también amo la vida. ¿No te parece romántico? Amar la vida y la muerte…-sonrió Derek de nuevo.

-A mí me parece una estupidez… Tanto la vida como la muerte son una agonía. Un dolor constante… Sufrimiento… Crueldad… Soledad… Es asqueroso-dijo Christoph deprimido.

-Ya verás como cuando te eche un polvo se te pasa-sonrió Derek pícaramente.

-¡¿Qué?!-gritó el otro chico sorprendido.

-¡Camarero! ¡Póngame una coca-cola! ¿Y tú qué quieres?-le dijo Derek quitándole hierro al asunto.

-U-una coca-cola e-estará bien…-dijo nervioso el pobre chaval.

-Veo que eres un chico sano… Eso está bien, no bebas alcohol, es malo para la salud-le guiñó un ojo Derek-¡Que sean dos coca-colas, camarero!

Estuvieron charlando toda la noche en el bar, Christoph se sentía muy cómodo con Derek, e incluso había olvidado el incidente del cementerio. A las 4 de la mañana o así Derek se acercó al camarero.

-Disculpa Peter, ya nos vamos-dijo sonriente.

-¿Os conocéis?-dijo Christoph.

-Por supuesto, este chaval y yo nos hemos ido de juerga muchas veces a cazar mujeres, jajaja-se rió el camarero.

Christoph miró raro a Derek, pero este le hizo el gesto de que no dijera nada, y después pagó a Peter. Salieron del bar juntos.

-Bueno, ¿quieres que vayamos a algún sitio en mi moto?-le guiñó un ojo Derek.

-¿Eres hetero?-dijo serio Christoph.

-¿Eh?-preguntó Derek.

-Tú también quieres reírte de mí, ¿no? Solo soy un juguete…-dijo Christoph.

-¡Eso no es…!-gritó Derek.

-¿Es divertido?-dijo Christoph llorando-¡¿Es divertido romperme?!

-¡Escúchame, yo soy bisexual!-gritó Derek-No estoy jugando contigo, me gustas mucho, Christoph

-Sniff… ¿E-en serio?-dijo triste Christoph.

-Por supuesto que sí…-dijo Derek dándole un beso en la mejilla.

-Entonces hazme el amor…-susurró Christoph aún llorando.

-S-será mejor que no vayamos tan rápido… Te llevaré a casa-dijo Derek nervioso.

-E-está bien…-dijo Christoph decepcionado.

Derek dejó a Christoph en su casa con la moto y le dio un beso en los labios para despedirse, fue un gran beso… Ambos sintieron el sabor del otro y entrelazaron sus lenguas para gozar de él. Christoph se fue a la cama muy feliz. Aunque el muy inepto no sabía cuán rápido acabaría esa felicidad

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Christoph no podía dormir, no con esa imagen ahí. No con esa mujer mirándole. No sabía por qué, pero no podía moverse, estaba en la cama inmóvil, mientras a su lado una mujer anciana completamente vestida de negro sin brazos ni piernas le miraba con una sonrisa de oreja a oreja. La anciana estaba sentada en una silla que Christoph nunca había puesto ahí. Intentaba gritar, pero la voz no le salía. La mujer le observaba fijamente sin decir nada ni dejar de sonreír. Era una sonrisa exageradamente grande, no era humana… De repente giró la cabeza hacia la izquierda de un solo movimiento y su cabeza se desprendió del cuerpo.

La cabeza cayó rodando hasta los pies de Christoph, pero sin saber cómo la cabeza ya no tenía la cara de una anciana, tenía la cara de Ricky, sin ojos, solo tenía las cuencas que rezumaban sangre, parecía un llanto, pero seguía sonriendo. La cabeza de Ricky dijo:

-Sucia perra maricona, tanto que me amabas y ahora estás con otro. Arderás en el infierno, arderás en el infierno… Arderás en el infierno-repetía la cabeza una y otra vez.

Christoph se giró y el cuerpo ahora estaba de pie, pues le habían salido brazos y piernas, y tenía otra cabeza. Era una mujer de pelo muy largo, tanto que le tapaba completamente la cabeza. Estaba ahí mirando a Christoph sin moverse. Christoph miró el reloj que había tras ella y pudo ver cómo pasaban las horas y ella no se movía.

De repente, la mujer comenzó a convulsionar. El pelo se le echó para atrás y Christoph pudo ver una cara horrible y deforme, con heridas y sangre por todas partes. Pero la cara fue tragada por la boca y el monstruo se quedó sin ella. La cabeza rodó sola con la cara de Ricky al cuerpo, y éste la cambió por el rostro sin cara. En ese momento la cara adoptó la forma de la cara de Derek.

-Arderás en el infierno, arderás en el infierno, arderás en el infierno, arderás en el infierno, arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno arderás en el infierno, arderás en el infierno-gritaba la voz.

En aquel momento el monstruo que tenía enfrente abrió la boca exageradamente y comenzó a chillar, después se tragó a Cristoph.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó Chirstoph pegando un salto en la cama.

Se dio cuenta de que todo había sido una pesadilla y suspiró. Entonces miró a su lado. La silla estaba ahí. Nervioso, bajó corriendo al salón. Sus padres estaban desayunando.

-Mamá, papá, ¿alguno ha puesto esa silla en mi cuarto?-dijo nervioso el chico.

-¿Eh? ¿Tu silla? Pero si es tu favorita, está ahí desde siempre-dijo la madre sorprendida.

-¿C-cómo?-dijo el joven sin entenderlo.

-Que despistado eres hijo-se rió el padre.

-Jajaja-se rió nervioso el chico-S-supongo

-Anda vístete que hoy vamos a comer por ahí-dijo la madre sonriendo.

-¡Oh! ¿Puedo elegir yo el sitio?-preguntó el hijo emocionado.

-Claro, hijo-sonrió la madre.

-¡Genial! (Si voy allí igual me lo encuentro…)-dijo el chico feliz.

Llevó a sus padres al cementerio y les dijo que por esa zona había un bar muy bueno donde también servían comidas. Los padres nunca habían estado allí, pero accedieron. Después de dar muchas vueltas no encontraban el sitio. Decidieron parar en un hotel que había allí para preguntar: “el hotel Mortem”.

-Disculpe-dijo la madre-¿Sabe dónde está el “Death’s bar”?

-¿Eh? ¿Para qué lo busca?-se extrañó la mujer.

-¡Queremos comer ahí!-dijo el hijo emocionado.

-Pues llegan 30 años tarde…-dijo la mujer del hotel.

-¿Cómo?-dijo el padre.

-Si, ese bar estaba aquí hace treinta años, pero un día la policía descubrió que allí se hacían sacrificios y ritos satánicos y lo cerraron. Yo compré el local y me quedé con el sitio, después construí este hotel-dijo la mujer seriamente.

-¿Qu-qué broma es esta? P-pero si yo hablé con P-peter… El d-dueño…-dijo el chico nervioso.

-Si, Peter Mephislove era el dueño, pero acabó en la cárcel y se suicidó-dijo la mujer.

-Oh, nuestro hijo se habrá confundido-dijo la madre-Sentimos las molestias.

-De sentirlo nada, estamos en crisis. Son 20 euros por la información-dijo la mujer de mal humor.

Los padres decidieron no preguntar al hijo por el incidente, prefirieron dejarlo así… Estuvieron comiendo en otro restaurante, y al volver a casa vieron en las noticias que el guardia del cementerio del pueblo se había suicidado en uno de los árboles del mismo. Christoph estaba muy asustado, ¿qué significaba todo eso? ¿Qué pasó la noche anterior? ¿Quién era Derek? De repente, las luces de la casa se fueron, Christoph no podía ver nada, y tampoco, por una extraña razón, podía hablar.

Comenzó a escuchar ruidos de cosas romperse y a sus padres gritar, pero al moverse no los encontraba. Los gritos cada vez venían de un lugar distinto, hasta que… Cesaron. Al volver la luz vio solo sangre y vísceras en el suelo, las cabezas de sus padres abiertas y muchos trozos de partes del cuerpo desperdigados. El pánico lo invadió, pero por mucho que tiraba de la puerta de su casa para salir de ahí, no se abría.

“ARDERÁS EN EL INFIERNO”-apareció dibujado en sangre en la pared.

-Mírame... -oyó un susurro.

-No me mires…-oyó otro susurro.

-Soy muy guapa…-oyó otro susurro.

-Soy horrible…-oyó otro más.

-Él me quiere…-se oían más susurros.

-Él me hizo esto…-dijo otro más.

Se giró y vio a la mujer de la otra noche, la deforme, ésta comenzó a chillar y se abalanzó sobre él.

-¡TE HE DICHO QUE NO ME MIREEEEEEEEES!-gritó-¡TE MATARÉEEEEEEEE!

- ¡BASTA! -se oyó un grito y la mujer se pulverizó- SUBE A TU CUARTO, CHRISTOPH.

Como hipnotizado, el joven subió a su cuarto, en el que estaba la señora sonriente sin brazos y piernas sentada en la silla. Le miró y le guiñó un ojo.

-Hola guapo, ¿quieres un meneo?-dijo la mujer.

Christoph comenzó a llorar por el miedo.

-Aunque parezca mentira, todavía puedo darte un buen rato…-sacó la lengua la mujer.

- LARGO -dijo una voz y la anciana se pulverizó.

De repente, una sombra se presentó en la habitación, era un ser extraño, no tenía figura humana exactamente, pero tenía más o menos su tamaño, se acercó a Christoph, y después se extendió por la pared y el suelo haciendo que alrededor de Christoph solo hubiera oscuridad. El joven se tiró al suelo llorando y temblando. En ese momento, unos pies con unas uñas afiladas se posaron en el suelo ante él.

-No tengas miedo, Christoph. He venido a cumplir tus deseos…-dijo el ser que estaba ante el chico.

Alzó la vista y delante de él se encontraba nada más y nada menos que Derek, solo que con cuernos, alas y unas garras afiladas.

-Soy el demonio, Christoph-dijo calmadamente Derek.

-N-no… ¡No! ¡No puede ser!-gritó Christoph.

-Lo siento, una vez invocado ya no hay marcha atrás. Tu sacrificio no te será devuelto-declaró el demonio.

-¿Por qué ahora? ¿Por qué apareces ahora y no cuando te necesitaba?-dijo Christoph llorando.

-Verás… Yo puedo aparecer en cualquier momento en el mundo humano, pero sólo con esta forma con cuernos y alas o poseyendo un objeto. Desde el siglo XIX uso una muñeca muy interesante, y es la que iba a usar para aparecerme ante ti, pero… Noté que pretendías engañarme, y eso no lo puedo permitir. Por lo tanto debía castigarte para demostrarte que no se puede engañar al demonio. Solo puedo adoptar una forma humana en Halloween, así que usé a ese “Derek” para enamorarte-dijo el demonio tranquilo.

-M.monstruo…-lloró Christoph.

-Monstruo no, demonio…-sonrió el demonio-Ahora has entendido que no se puede enfadar al diablo, ¿no?

-Sniff… S-si…-dijo el chico llorando.

-Bien…-alzó los brazos y la oscuridad se dispersó. Volvían a estar en el cuarto.

-¡Diablillo!-gritó la vieja que había vuelto-¿Quieres f…?

-¡Qué asco de anciana salida! ¡Vuelve al infierno!-alzó la mano y la vieja se fue.

-E-estoy en casa o-otra vez…-dijo el chico.

-Bien… Ahora, tu primer deseo-dijo el demonio cruzándose de brazos.

-Quiero que resucites a mis padres-dijo Christoph serio.

-Qué coñazo… Con lo desperdigados que están va a ser muy difícil juntarlos…-suspiró el demonio.

Christoph decidía con su cara que los quería de vuelta sí o sí, así que el demonio estuvo pegando los trozos de los cuerpos con pegamento un montón de horas.

-Hala, ya está. Voy a devolverles a la vida, así que aparta-dijo el demonio con el ceño fruncido.

-¡Espera! Haz algo con la cola y las alas… ¡Que les va a dar algo como te vean!-gritó el chico.

-Ups, casi se me olvida. Y los hubiera tenido que matar de nuevo, jajajaja-se rió el diablo.

-.....

-Bah, ¡soso! Es humor infernal, no lo entenderías-chasqueó los dedos y se hizo una muñeca de trapo.

-Q-que muñeca-dijo Christoph-tan f-fe

- ¡CUIDADO CON LO QUE DICES! ¡QUE TE ROBO EL ALMA Y NO HAY MÁS DESEOS! -gritó la muñeca.

-L-lo siento…-dijo el chico nervioso.

La muñeca comenzó a bailar ballet y los padres resucitaron, entonces el joven cogió a la muñeca para hacerla pasar por un simple juguete.

-Ah, ya ha vuelto la luz, que alivio…-suspiró la madre.

-Si, y yo que creía que nos podría pasar algo, jajaja…-se rió el padre.

-(Esto es una mierda….)-pensó el chico.

Se fue a su cuarto con la muñeca en brazos y ésta le dijo al llegar al cuarto:

- BUENO, TU SEGUNDO DESEO, QUE NO TENGO TODO EL DÍA… QUE CANSADO ES ESTO... ME HACÍA FALTA MONTAR UNA AGENCIA O ALGO -dijo la muñeca.

-Quiero que Ricky sea gay…-dijo serio el chico.

- OH, ESE DESEO ME GUSTA. ES MUY MALICIOSO… JIJI… MUY BIEN, RICKY SERÁ MÁS MARICÓN QUE UN PALOMO COJO -dijo la muñeca sonriendo.

Haciendo otro de sus extravagantes bailes, el deseo se cumplió, y Ricky, que en ese momento estaba teniendo sexo con su novia Vanesa, tuvo un gatillazo, vamos, que se le ablandó todo el asunto. Vanesa, indignada, se fue a su casa.

- ¿Y EL ÚLTIMO DESEO...? -dijo la muñeca bostezando.

-¿Puedo decidirlo mañana? Q-quiero vivir un día más…-dijo el chico nervioso.

- BUENO, ESTÁ BIEN, PERO SOLO PORQUE QUIERO QUEDARME UN POCO MÁS EN EL MUNDO HUMANO, QUE SI NO -dijo la muñeca echándose en la cama.

-(Esa es MI cama)-pensó Christoph.

- AHORA ES MÍA, ¿ALGÚN PROBLEMA? -dijo la muñeca con una sonrisa de superioridad.

-¿También lees el pensamiento?-dijo el chico sorprendido.

- POR SUPUESTO, SOY EL DIABLO. PUEDO HACER DE TODO -dijo la muñeca relajada.

Aquella noche ambos, demonio y humano, durmieron juntos, aunque tuvieron una pequeña charla nocturna.

-Oye demonio-dijo el chico.

- ¿QUÉ COÑO QUIERES? -respondió borde el diablo.

-¿Dios existe?-dijo el chico curioso.

- BAH, ESA NO TIENE YA NINGÚN PODER SOBRE LA TIERRA -dijo la muñeca seria.

-¿E-esa? ¿Es una mujer?-dijo sorprendido el joven.

- ASÍ ES. ES MUY FEMINISTA, ¿SABES? SOLO POR SORPRENDERTE POR EL HECHO DE QUE ES UNA MUJER YA SE HUBIERA ENFADADO CONTIGO -dijo la muñeca.

-¿Dios tiene nombre?-dijo el chico preocupado.

- EVIDENTEMENTE. SE LLAMA AURORA. AURORA LA DIOSA -dijo el demonio bostezando.

-¿Y tú?-preguntó el chico.

- ¡¿QUIERES DORMIRTE YA?! ¡PESADO! -gritó el demonio.

-Vale, pero antes… ¿Cómo se formó el mundo? ¿Por qué eres malo? ¿Por qué odias a Dios?-preguntó el joven.

- ¡QUE TE DUERMAS! ¡ESAS COSAS YA LAS DEJAMOS PARA OTRO RELATO! -gritó la muñeca.

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-¡Sal conmigo, Christoph!-gritó Ricky en la puerta de la casa del otro chico.

- ¿VES? NUNCA FALLO… TE DEJO DISFRUTAR DEL MOMENTO EN EL QUE LO RECHAZAS Y ME PIDES EL ÚLTIMO DESEO -dijo el demonio telepáticamente a Christian.

-Me das asco, sucio invertido…-dijo Christoph.

-P-pero… ¡Yo te amo! ¡Déjame estar contigo, por favor!-gritó Ricky desesperado.

-¡Que te follen!-le cerró la puerta en las narices.

-¡Fóllame tú! ¡Por favor! ¡Por favor!-gritaba el chico al otro lado.

- BIEN, TU TERCER DESEO… A VER SI ACABAMOS RÁPIDO -dijo el diablo.

-Quiero que me folles…-dijo Christoph.

- ¡¿CÓMO?! -gritó la muñeca.

-No pude tener a Derek, eso es lo único que voy a echar de menos de esta vida. Así que me lo debes…-dijo Christoph cruzándose de brazos.

- TENDRÁS QUE VENIR CONMIGO AL INFIERNO PRIMERO -dijo la muñeca seria.

-Mientras pueda hacerlo contigo me es suficiente…-dijo el chico sonriendo

El chico dejó una nota a sus padres, que estaban trabajando, la cual decía:

“Queridos papá y mamá:

Siento decepcionaros de esta manera, pero como ya sabréis, yo jamás he sido feliz en esta vida, y ahora elijo la muerte. Es cobarde, sí, pero realmente no me queda otra opción. No os preocupéis, no dejaré cadáver alguno. Desapareceré completamente. Espero que podáis perdonarme. Siempre os he querido y siempre os querré.

Christoph Sader”

Una vez dejó la nota, la muñeca se puso a bailar y desaparecieron de la casa para siempre

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Al abrir los ojos Christoph se encontraba en la oscuridad, no veía nada. Todo era negro, no había nadie más, ni siquiera el demonio. Parecía un lugar infinito, así que no merecía la pena ir en ninguna dirección. En ese momento, en el suelo empezaron a aparecer llamas y el sitio se iluminó. Parecía una especie de caverna, la lava comenzó a inundar el suelo, sin llegar a tocar al joven. Éste se dio cuenta de dónde estaba. En el infierno.

Derek, con alas y cuernos apareció ante él. Tenía una sonrisa de absoluta maldad que dejaba ver sus colmillos afilados. Entonces posó su lengua en ellos deleitándose en su movimiento. Christoph se puso nervioso y apartó la mirada, entonces el diablo le agarró del brazo y le hizo mirarle.

-No tengas miedo… No voy a hacerte nada. Aún… Jajajajaja-dijo el diablo riéndose.

Christoph no pudo responder. Simplemente agachó la mirada de nuevo y el diablo, con sus uñas afiladas le alzó la cara desde la barbilla para que le mirara bien.

-Ah, es cierto… Será mejor que me quite las alas y los cuernos para hacértelo... -dijo el demonio sonriendo.

-¡No! N-no lo hagas… M-me gusta a-así…-dijo el chico nervioso.

-Vaya, vaya…-dijo pasándose la lengua por los colmillos de nuevo-Estás hecho un pervertido… Bien… Como es tu deseo, tú mandas. ¿Y bien? ¿Qué quieres que te haga?

-Tócame…-susurró Christoph.

Derek introdujo sus garras por dentro de la camisa del chico, acariciando sus tetillas, mientras eśte comenzaba a gemir. Una descarga eléctrica le recorrió el cuerpo. Era la primera vez que lo tocaba alguien, y su cuerpo reaccionó al instante.

-Eres muy sensible, ¿sabes? Solo te he tocado un poco por encima y ya te has puesto duro-susurró el demonio.

El chico comenzó a acariciar el torso desnudo del demonio mientras miraba sus pantalones. Le parecía irónico que en su forma medio-demoníaca no llevara camiseta pero sí pantalones.

-Eso es para aumentar la emoción cuando la veas…-susurró el demonio.

Derek le quitó la camisa al otro chico y dejó al aire su torso desnudo. No estaba nada mal, tenía un cuerpo delgado y pálido. La verdad es que Christoph era un chaval guapete, el problema de que no ligara no era su falta de belleza, sino su timidez.

-Ahora voy a devorarte…-dijo el demonio lamiendo los pezones del chico.

Christoph se retorcía de placer, entonces el demonio lo cogió y lo tumbó en el suelo para poder lamerlo mejor. Christoph se abrazaba al demonio mientras éste lamía sus pezones. De vez en cuando Derek alzaba la cabeza y besaba al chico, entrelazando sus lenguas y jugando con ellas. Christoph nunca se había sentido tan bien en toda su vida.

-Dime… ¿A que sabe bien el pecado?-sonrió el diablo.

-Muy bien… M-me encanta… Derek…-dijo el chico gimiendo.

-No me llamo Derek… Eso era mentira…-sonrió el demonio-Me llamo… Je… Satanás

Dicho esto metió su mano en los pantalones de Christoph y le agarró la polla.

-A-ah…-gimió el chico.

-Ahora quiero que digas mi nombre. Di mi nombre mientras te retuerces de placer…-dijo el demonio pajeando al chico mientras lamía su pecho.

-S-satanás… Satanás… ¡Satanás!-gritaba el chico entre gemidos.

-Cada vez que dices mi nombre te alejas más de Dios… Te alejas más del paraíso… Y te hundes en la más absoluta oscuridad… En el infierno-sonrió Satanás bajándole los pantalones y calzoncillos al chico con la boca.

-No me importa… Quiero que me trague la oscuridad… Solo por sentir este momento… Merece la pena. Vamos, devórame sin piedad, demonio. Quiero arder en el infierno…-decía el chaval entre gemidos.

El diablo no contestó a eso, simplemente ensanchó su sonrisa y se metió la polla del joven Christoph en la boca. El chico se retorció de placer y se agarró al pelo del demonio mientras gemía y gozaba por lo que le estaba haciendo.

Satanás daba suaves lamidas a la polla del chico mientras lo miraba con sus ojos totalmente lascivos. Paseaba su lengua por todo el tronco de la polla del chico y después mientras lamía la punta, lo pajeaba. Christoph no paraba de gemir, y el diablo se metió la polla de aquel chaval entera de una vez.

-A-ah…-gimió Christoph-Y-yo

-¿Mm?-dijo el demonio sacándose la polla de la boca-¿Qué te pasa, alma en pena?

-Quiero chupar la tuya t-también…-dijo el chico avergonzado.

-Je…-sonrió el demonio dejando ver sus brillantes colmillos.

Se puso de pie y le dijo al chaval que le quitara el cinturón y que hiciera lo que quisiera. Christoph desabrochó aquel cinturón con pinchos y una cabra como hebilla. Bajó la cremallera y no pudo creer lo que vio. Aquello era algo monstruoso, era la polla más grande que había visto jamás, y eso que se masturbaba con muchos vídeos porno. Medía 30 cm. Era gorda y venosa. El diablo sonrió y alzó la cara del chico para que le mirara.

-Adelante, prueba este manjar exquisito… Hoy… Es solo para ti…-sonrió de nuevo.

Sin más dilación, Christoph se metió la polla del diablo en la boca, hasta donde pudo, porque abarcar ese miembro entero era inhumano. Empezaron a aparecerle arcadas, pero quería intentar meterla más.

-Oye chaval, sé que no tienes experiencia, pero vas a morir atragantado si haces eso… Si no puedes tragártela entera, juega con tu lengua al menos…-dijo suspirando el diablo.

El chico hizo caso a lo que le dijo el demonio y comenzó a lamerle la polla a aquel ser demoníaco. Tenía un sabor indescriptible, sabía a macho, a hombre… A virilidad. Su cuerpo entero respondía a ese aroma. Sentía placer solo con el hecho de chupar esa polla. Comenzó a chuparle los huevos como había visto en más de un vídeo porno, hasta que se cansó y miró al demonio, que sonreía mirándolo de forma lasciva.

-Puedo leerte la mente, no es necesario que lo digas. Quieres que entre en ti, ¿verdad?-sonrió el demonio pícaramente.

El joven asintió movido por el calentón que llevaba y el demonio lo colocó tumbado en el suelo de espaldas con el culo en pompa. En ese momento Satanás comenzó a jugar con su lengua en el interior del chico. Introdujo su lengua en su agujero para saborearlo bien.

-¡Aaaah! ¡¿Q-qué haces?!-dijo el chico nervioso.

-Es evidente que debo prepararte…-dijo el demonio-O si no, te partiré fácilmente

-¡Pero lamer eso es asqueroso!-gritó Christoph.

-Calla ya, niño molesto. Soy el diablo, puedo hacer las cosas más asquerosas sin sentir pudor. Así que déjame a mí…-dijo ya molesto Satanás.

Al ver que el culo del muchacho ya cedía a su lengua, introdujo un dedo. El chico gimió, y cuando vio que paró de gemir, introdujo el segundo. Christian empezó a sentir un dolor muy agudo. En ese momento el diablo le introdujo el tercer dedo. Otra descarga eléctrica recorrió su cuerpo, y el miedo le invadió.

-Bueno, ya estás más o menos listo…-dijo el demonio sacando los dedos.

-¿M-me va a d-doler?-dijo el chico asustado.

-Je…-le dio la vuelta y lo besó con delicadeza-Intentaré que duela lo menos posible.

-¡No!-gritó el chico.

-¿Eh?-dijo el demonio molesto.

-Q-quiero que d-duela... -dijo el chico nervioso.

-¿Qué dices? ¡Si estás muy asustado, cabezón!-gritó el demonio de malas pulgas.

-¡Me da igual que me de miedo! Quiero que marques mi alma con este dolor… Quiero sentir algo… Antes de irme…-dijo el chico serio.

-Ja… Jaja… ¡Jajajajajajaja! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡Mi labor es cumplir tus deseos, así que… Allá vamos!-gritó el demonio riendo.

Sin contemplaciones, el demonio introdujo su enorme polla de una vez por ese agujero. El grito que soltó Christoph debió haberse oído por todo el infierno. El demonio se reía mientras penetraba al chaval. Éste solo gritaba y gemía por el dolor.

-Lo sientes, ¿verdad? Me sientes dentro de ti…-susurró el demonio en el oído del chico.

-¡S-si! ¡Más! ¡Quiero más!-gritaba el chico.

Aunque el dolor era muy agudo, poco a poco el placer se fue abriendo paso, y la mezcla de dolor y placer que Christoph sentía le estaba volviendo loco. Tirado en el suelo mientras otro hombre le destrozaba el culo a pollazos encima de él… Era una sensación de placer increíble. Sus gemidos eran más y más altos cada vez. El demonio de repente paró.

-¿Q-qué pasa? Arf…-dijo el chico entre gemidos.

El diablo cogió al chico en brazos agarrando sus dos piernas y le introdujo su polla cargándolo encima de él mientras lo penetraba. Christoph podía sentir cómo Satanás aceleraba sus embestidas mientras veía su cara llena de placer. El chico subía y bajaba a una velocidad frenética. Buscaba los labios del demonio y se fundía con ellos para sentir el placer aún más.

-¡Aaaah! ¡Aaaah! ¡V-voy a correrme!-gritó el chico.

-Grrr… Yo t-también…-dijo el demonio.

-¡Hazlo dentro! Q-quiero que dejes tu huella en m-mí…-dijo el chico gimiendo.

Ambos se corrieron a la vez, el diablo en el interior de Christoph y éste en el pecho del demonio. Al acabar, ambos se tumbaron en el suelo, el uno junto al otro, exhaustos.

-G-gracias…-dijo Christoph arrancando a llorar.

-Tsk. Que molesto…-dijo el diablo-No te pongas a llorar. Eres un hombre, ¿no?

-S-si… Lo siento…-dijo el chico.

-Además, ¿por qué me das las gracias?-dijo el diablo molesto-Sabes que voy a quitarte tu alma ahora, ¿no?

-Sí…-sonrió el chico-Pero me has enseñado a amar… Y eso te lo debo a ti. Si darte mi alma es una manera de pagarlo… No me importa

-¿Que te he enseñado a amar?-dijo el demonio extrañado.

-Si… Me he enamorado de ti, Derek… O como te llames, eso no me importa. Porque eres la primera persona que ha hecho tanto por mí…-dijo el chico ampliando su sonrisa.

-Eres un tío muy raro, voy a quitarte tu alma, ¿sabes? Eso te matará. ¿Por qué me das las gracias?-dijo el demonio.

-Jajaja, ya no me da miedo la muerte. He aprendido a amarla. Me has enseñado a amar la vida y la muerte… Gracias-dijo el chico abrazando al diablo.

-¡A-aunque hagas esto, no te librarás de qu-que te quite el alma!-dijo el diablo avergonzado.

-Lo sé…-dijo el chico dándole un beso en la mejilla al diablo.

-Ja… ¡Jajajajajajaja! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡ERES PATÉTICO! ¡PERO A MI ME DA IGUAL, AHORA ME LLEVARÉ TU ALMA! -gritó el diablo.

-Adelante…-sonrió el chaval.

- ¡CHRISTOPH SADER! -gritó el diablo levantándose- ¡HAS HECHO UN PACTO CON EL DIABLO! ¡Y AHORA DEBES PAGARLO CON TU ALMA!

El diablo se acercó al chico y le besó en los labios. Entonces Christoph le correspondió, ambos juntaron sus lenguas de la forma más agresiva que pudieron. Y de repente Christoph empezaba a sentirse vacío por dentro. Su alma estaba pasando al interior del demonio, perdía las fuerzas y en ese instante su tranquilidad se esfumó y le entró miedo. Abrió los ojos y vio como el diablo sonreía mientras le sacaba el alma. Intentó despegarse de él, pero no pudo. Nadie puede escapar al diablo. Una vez que su alma se fue, el diablo lo soltó.

-¿Por qué…? ¿Por qué no me has perdonado? ¿No me amas como yo te amo a ti?-dijo Christoph en el suelo sin fuerzas.

- NO -dijo secamente el demonio.

Un agujero apareció en el suelo y Christoph se cayó por él. Mirando arriba pudo ver a Satanás sentado en un trono de calaveras mirándole con una sonrisa. No sentía ni el más mínimo remordimiento por lo que había hecho... Por enviar al chico que le amaba al infierno.

-Déjame decirte, niño estúpido… Que al amor no existe-dijo el diablo pasando la lengua por sus colmillos-Disfruta de la agonía eterna...

En ese momento el agujero se cerró y Christoph cayó al suelo, que era completamente de fuego, le quemaba, pero no le hacía ningún rasguño. Aunque el dolor lo sentía igualmente, un dolor agudísimo e insufrible. Ahora su alma estaba en el infierno, el verdadero infierno. Miró a su alrededor y había un montón de almas en pena errando. Algunos sin cabeza, otros sin brazo, otros deformes… Todos iban a su aire.

La señora salida apareció junto a él, pero esta vez sin ojos y con cortes en la cara, sonriendo como siempre, le dijo:

-Así que has vuelto, mozo. Bien… Así podremos disfrutar el uno del otro algún día-amplió aún más la sonrisa. Tanto, que parecía que iba a salírsele de la cara.

Corrió y se encontró con una gata y un águila que estaban sentados en una roca. Se qeduó mirando la roca en la que ponía “Un amor que al final no pudo ser”. Los animales lloraban sangre, pero era evidente que no podrían contar su historia. Al avanzar, encontró a dos chicos, uno estaba en brazos del otro.

-¡Mira, Mike! ¡Alguien nuevo!-gritó el que iba en los brazos del otro.

-Shhh… Nosotros a lo nuestro, no hables con nadie de este sitio. Yo te protegeré, Ángel. No te preocupes-le susurró Mike.

Ambos siguieron su camino sin decir nada más, aunque parecía que el tal Ángel estaba aburrido de estar solo con el otro chico. Christoph entendió que no había escapatoria. Estaría ahí solo para siempre, así que se tumbó en el suelo y esperó que las llamas consumieran su ser, pero no fue así. Eso solo consiguió que se quemara por completo y sintiera el dolor. Su cara, deforme y negra jamás volvería a la normalidad, pero él no podía morir. Ya estaba muerto. Dicen que hoy en día Christoph sigue vagando por el infierno en busca de alguien que lo ame, pero nadie se acerca a él. Nadie se acercaría a alguien que no tiene cara, solo bultos quemados

FIN

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Bueno, y con esto acaba este especial de Halloween. Siempre quise hacer una historia con el demonio que inventé, aunque como siempre está en forma de muñeca nunca se me ha ocurrido nada especial xD No estoy muy contento con esta historia, la verdad… Pero bueno, siempre puedo hacer algo parecido. Creía que volver al gore sería fácil, pero he perdido la costumbre, así que me parece que haré algo de esto de vez en cuando a ver si vuelvo a recuperar mi estilo xD. Puede que este relato no haya tenido mucho humor, así que os añado un pequeño extra.

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Capítulo extra: choque de intereses

-Bah… Cada vez me llenan menos estas almas. Aunque al menos este me ha dado un buen rato en la cama…-suspiró el demonio.

-Oye, tú-dijo una voz apareciendo ante el diablo, que estaba sentado en su trono.

-Tod… ¿Se puede saber qué hace la muerte aquí?-dijo el demonio molesto.

-Te tengo dicho que no me robes almas-dijo de mal humor Tod.

-Yo también tengo que comer, estúpido aspirante a vampiro-dijo el demonio sonriendo.

-Tsk. Y encima me has copiado el método del beso-dijo Tod de malas pulgas.

-¿Me estás tocando las pelotas? ¿A que le cuento a Aurora lo de que te enamoraste de un mortal?-amplió su sonrisa el demonio.

-¿Le cuento yo-empezó Tod-lo de que estás enamorado de…?

- ¡CÁLLATE O TE DESTRUYO DE INMEDIATO! -gritó el demonio.

-Pues eso, que no me robes almas-dijo tajante Tod.

-Escúchame bien, yo tengo que comer. Y me da igual lo que digas. ¡No pienso morir porque a ti te moleste que te robe un par de almas!-gritó el demonio.

-Esto es estúpido. No entras en razón y yo no quiero aguantar tus tonterías. Si estoy aquí no es porque me moleste que me robes un par de almas, que también. Pero en fin, me aguanto… Estoy aquí porque Aurora está preocupada por ti-dijo Tod serio.

-Mi hermana se preocupa por tonterías…-dijo el demonio suspirando.

-Dice que te pasas el día robando almas y que estás muy ocupado. Que te esfuerzas demasiado y tal… La verdad… Suena ridículo-dijo Tod molesto.

-¡Está bien! Llevo un tiempo pensándolo y he decidido conceder poder a los demonios para que puedan traer almas. De todas formas ellos se alimentan de las almas que recolecto, así que que trabajen también-dijo el diablo con el ceño fruncido.

-Pues eso, entonces me voy-dijo Tod echando a andar-Ah, dice Aurora que vayas a visitarla algún día.

Tod se fue y el diablo se quedó solo suspirando, de repente una sonrisa triste se dibujó en su rostro y dijo:

-¿Que vaya a verla? Ja… No puedo hacer eso… Solo nos causaría dolor a ambos… Mira que soy patético… Ella ya me ha perdonado por aquello, pero eso es porque no sabe la verdadera razón… La verdadera razón por la que dejé de ser un ángel...

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Y eso sí que es todo. Me gustaría hacer una serie o algo sobre cómo el diablo se hizo diablo, pero me parece muy pronto para hacerla. Aunque claro, si saco un hueco e ideas, igual la hago. En fin, tengo pensado un especial de Videogames and rock and roll. A ver si tengo tiempo pronto de hacerlo. Os dejo un avance.

OS SALUDA

EL ENTERRADOR

Todos los días, a la misma hora, venían aquellos hombres, me violaban, pero no solo con sus pollas. Toda clase de objetos entraban en mi, vibradores, bolas chinas, y auténticas barbaridades… Yo lloraba y lloraba, pero nadie venía a salvarme. Max no venía a salvarme… Y mi final se acercaba, o bien moriría o bien me volvería loco. En fin, ¿qué más da? Si se diera el caso de que muriera, ¿acaso le importaría a alguien?

Videogames and rock and roll

Death notice

PROXIMAMENTE