Huyendo en familia (9)

Esto es algo que nunca le escucharán decir a un hombre: “Deja de chupar mi pene o llamaré a la policía”, George Carlin. Relato en 11 trozos.

HUYENDO EN FAMILIA

(9-11)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

En cuanto al juez, lo que no sabía, no le perjudicaría ni a él ni a nosotros, pero sobre todo a mí. Eso sí, sus elogios para conmigo se transformaron en aumento de sueldo, importante para mí, previa petición suya claro, pues no era quien pagaba y de paso, convertirse en mi muñeco sexual, sí. Por lo visto cojeaba de la misma pata que su amigo del alma, el juez Pepín para los amigos.

En esa relación las reglas extramaritales y anales, para variar, las puse yo. Cuando tenía ganas, dónde tenía ganas y cómo tenía ganas. Esas fueron las reglas que le puse en las narices. Yo que él no las hubiese aceptado, pero el tipo estaba tan agradecido con mi trabajo, que se enamoró de alguien que no le convenía en absoluto, pero no iba yo a sacarle de su error mayúsculo.

El problema era el de siempre, que debo ser un gilipollas redomado y no aprendo. No sé ir por detrás. Me explico. Por detrás no me refiero a su parte anatómica, que eso sí, está claro, sino a la verdad por delante.

Después de pasar unos días de locura sexual con los míos, incluyendo a un recuperado Joseba y su gordita hija Magdalena, la cual parecía que había despertado por fin del sueño que le impusieron las monjitas a esto del sexo y otro día no menos loco con el culo del juez, hice una petición que a cualquiera le hubiera dado por sacar una pistola y pegarme tres tiros.

Una vez los dos resoplando tras haber acabado el acto sexual y mirándole a la cara, se lo solté. Y es que no aprendo…

. - tengo relaciones sexuales con tu madre, con tu hermana y su hija también.

El silencio se podía cortar con un cuchillo.

. - lo sé.

. - ¿lo sabe?

. - sí, no creas que, porque sea marica de nuevo cuño, no me entero de nada.

. - ¿entonces?

. - ¿entonces qué?

. - pues eso, ¿qué opinas?

. - mamá y las chicas me lo contaron.

. - no me jodas.

. - sí, me pidieron permiso para poder seguir viéndote.

. - ¿y qué les dijiste?

. - que era imposible.

. - ¿imposible?, ¿les dijo eso?

. - sí, porque tu culo y tu polla eran míos ahora les dije.

. - anda ya. No serías capaz.

. - sí. Y cuando se lo dije, casi se caen de espaldas –dijo riendo el muy cabrón-.

. - resumiendo, puedo follármelo a usted, pero no a su familia ¿eso me está diciendo?

. - no, al final llegamos a un acuerdo, te compartiría con ellas.

. - ¿así?, ¿tan fácil?

. - así de fácil. Tienes mi permiso para acostarte con ellas en donde más os guste, eso sí, mientras yo pueda disponer de tus atributos sexuales también.

. - por descontado. Eso se merece un último enculado en toda regla -le dije y comencé a comerle la polla hasta dejársela tragable y me la tragué, pero por el culo. Al rato le devolví el favor, dándole polla culera hasta explotar en su boca-.

Mi vida sexual era plena y constante. Follaba en casa, follaba en el trabajo, follaba en casa del juez y follaba con compañeros, no solo con Joseba. Además, esperaba iniciar en esto del sexo anal a un próximo jubilado de la profesión.

Se llamaba Javier Marsans y como he dicho, cerca de la jubilación. El hombre estaba enclaustrado tras una mesa de oficina a petición del médico, ya que eso de correr detrás de los delincuentes buscados, como que no se le daba bien debido a su edad y sus achacosos pulmones. Es lo que tiene fumar más que un carretero durante toda su vida.

La primera vez que me lo eché a la cara fue hace años, solo era alguien más del juzgado, de cuando se pateaba la calle, coincidiendo contadas veces. Con el tiempo y empezar a trabajar allí, el conocimiento mutuo a través de cafés y donuts para mí y café y cigarro por su parte y de que tenía unas ganas locas de hablar con alguien que no fuera de papeles, nos hicimos inseparables de la cafetería cada mañana que coincidíamos.

Cierto día se explayó y me contó una confidencia que prometí no revelar o me aostiaba y era que siempre tenía el mismo sueño recurrente.

Soñaba que era el doctor de un equipo de futbol profesional y que cada vez que examinaba a uno de ellos en sus partes tras una patada, acababa indefectiblemente haciéndole una paja con el consentimiento del jugador, más una mamada posterior. Se iba el jugador y volvía otro y más de lo mismo, paja y mamada. Estaba el hombre que no dormía por soñar siempre lo mismo. Cierto día fue al psicólogo del sindicato y lo que le dijo lo dejó patinando más de lo que ya lo estaba.

Le vino a decir el loquero que su subconsciente le estaba diciendo que era gay, pero que no acababa de salir del armario. Casi le da de ostias al tipo aquel, pero se contuvo y salió de allí peor que cuando había entrado.

Cuando buscó a alguien con quien compartir aquello, no encontró a nadie más receptivo que yo, pues lo que era la familia, como que no se atrevía, pero a un compañero al que veía día sí y día también, pues sí.

Ese día buscó la mesa más solitaria del bar y casi a susurros, me contó lo del sueño y lo que le había dicho el psicólogo. Esperó a que dijera algo y como no me había preguntado nada, no abrí la boca. Quería que fuera él quien me preguntara exactamente lo que quería saber.

. - di algo, coño. ¿Soy un marica o que soy? –todo ello en voz baja-.

. - nadie por un sueño, por muy recurrente que sea se convierte en marica, si no, el que sueña que se saca la lotería, se la sacaba a la semana siguiente. No debes atosigarte con esa memez. Es un sueño, sí, pero solo eso. Solo te digo una cosa, si de verdad te gusta chupar pollas, pues chúpalas. ¿Qué hay de mal en ello?, ¿por el qué dirán?, ni puto caso.

. - ¿no te molestaría que empezara de repente a chupar pollas?

. - ¿molestarme?, ¿por qué?

. - no sé, a muchos compañeros no les gusta tener como amigo a un marica, si es lo que soy yo.

. - tú puedes ser lo que quieras. Es más, y espero que guardes el secreto o como tú a mí, te aostio pese a tu edad. A mí me van tanto los coños, como las pollas, si de algo te sirve. No me escondo, pero tampoco lo voy pregonando por ahí.

. - ¿has mamado pollas?

. - así es y no solo eso, me gusta tenerlas en mi culo y la mía en el culo del otro. Así que no dejaremos de ser amigos porque te vaya la marcha. Eso sí, eres tú y solo tú quien decide si sales o no del armario si crees que eres homosexual. Que también puede que lo hayas sido toda la vida y tú sin enterarte.

. - pero si tuve tres hijos con mi mujer.

. - y eso ¿qué importa?, algunos nacen siéndolo, otros de joven se hacen y algunos otros cuando se van a jubilar, estén casados o no. No hay una edad para ello, se es cuando se es y punto. No te vuelvas loco. Si quieres mi ayuda para confirmarlo, me la pides y si no, tan amigos. Mira, ahora me largo, que tengo que hacer un servicio en Málaga.

Me levanté de la mesa y dejé pago mi desayuno.

. - no te vuelvas loco y haz las cosas poco a poco. Nos vemos al regreso y si decides probar, no me hagas la faena y busques un chapero por ahí, que aparte de joderme, te pueden pegar cualquier cosa. ¿Para qué están los amigos si no es para joder? –dije sonriendo- Hasta la vista.

El soñador de pajas y mamadas, estaba que se lo llevaban los diablos. Estaba irascible consigo mismo y con el que le rosara. Así, hasta que regresé con el reo que fui a buscar. Eso era al tercer día de aquella conversación. Cuando fui a desayunar al mismo sitio, allí estaba, en la misma mesa de la última vez.

. - hola, colega.

. - hola, Salvador. ¿Ya de regreso?

. - sí, nos costó un día extra encontrarlo, pues el muy cabrón se escondía en casa de mamá y ella sin saberlo, nos decía. Joder, lo que son las madres.

Vino el camarero con mi desayuno pues según me veía entrar, aparecía con el café y el donut. Era lo que tenía ser un fijo del negocio.

. - Salvador, he estado pensando en lo que hablamos el otro día –el tío se cayó-.

. - sigue.

. - ¿y si probara?, solo para saber si soy aquello de lo que hablamos.

. - entiendo. Sí, ¿por qué no?, cuando te venga bien, me lo dices.

. - no me atrevo a invitarte a casa, siempre están entrando y saliendo los hijos y los nietos, luego está mi mujer... Había pensado en un cine, allí siempre he visto en películas que…

. - Javier, eso está bien para los preliminares, besos y pajas, pero tú y yo queremos probar otra cosa, ¿verdad? Necesitas saber si te va el culeo y en el cine, pues que no sirve para estas cosas, no venga el de la linterna y nos eche a patadas.

. - sí, puede que tengas razón. Sí, es que la tienes, ¿para qué voy a negarlo?, ¿qué te parece entonces si alquilamos una habitación?

. - me parece perfecto. Fija un día que no tenga curro y me lo dices.

. - ¿este sábado?

. - ¿Este sábado has dicho?, como que no puede ser. Tengo con la parienta una salida por su cumpleaños. Pensaba llevarla a un lujoso restaurante y luego darle mandanga durante toda la noche.

. - entiendo. ¿Entonces el domingo?

. - los domingos son días de mucha afluencia de público por lo mismo que vamos nosotros, igual que los mismos sábados. Elije un día entre semana, que la gente normal trabaja y podemos estar más tranquilo.

. - sí, tienes razón. Dime un día que estés libre.

. - en principio si no surge nada, el jueves estaré libre de servicio. Nos vemos junto al obelisco. Desde allí nos trasladamos a unos apartamentos cochambrosos cercanos donde alquilan por días y hasta por horas. Pediremos una habitación para toda la noche y al día siguiente, cada uno sigue a lo suyo. Estaré esperándote sobre las 10 de la noche.

. - de acuerdo, el jueves a las 10 entonces. Ahora me voy, tengo prisa –dijo pagando y saliendo rápidamente-.

Sin duda estaba nervioso este Javier. Más se pondría cuando lo pusiera a comerme la polla. Solo esperaba que no me diera plantón, no me gusta desperdiciar una noche libre sin meterla en algún agujero calentito.

. - Un poco deprimente, ¿no te parece? –dijo Javier mirando la habitación. Lo era de verdad-.

. - y que lo digas, pero para lo que venimos aquí es lo ideal. Si fuéramos a un hotel, entre que habría mucha gente y que las paredes no son aptas para tener sexo sonoro, no habría manera de hacer nada. Démonos un baño, primero que nada, para ir entrando en calor y limar asperezas y, sobre todo, nervios que sé que tendrás como todo virgen que se precie.

El viejo tragó saliva. Marché al baño y me siguió detrás. Cerró la puerta del baño, como si fuera hubiera un regimiento de espectadores ávidos de observarlo. Sonreí, pero no dije nada.

Me desnudé en un plis-plás y entré en el plato de ducha. Javier, algo remolón, se tomó su tiempo. Cuando solo le quedaban los calzoncillos, se los quitó rápidamente y se metió junto a mí.

. - olvidate de los nervios, Javier. Has venido a averiguar algo. Pues averígualo. No tengas prisa, ni me tengas miedo. Rememora tu sueño, soy uno de aquellos jugadores a los que estas examinando.

Tragó saliva el hombre.

. - es que en los sueños estaban en una camilla tendidos.

. - entiendo. Vale, como quieras. Duchémonos pues, continuaremos en la cama. ¿Te parece?

. - gracias por tu comprensión. Creía que te ibas a lanzar contra mí y ponerme contra la pared para follarme como un loco, pero veo que no es así. Te lo agradezco, no es fácil para mí este paso que estoy dando.

. - lo sé y por eso, lo haremos poco a poco. Al menos me merezco un beso, ¿no?

. - bueno, eso sí –dijo volviendo a tragar saliva-.

Le tomé la cara y con suavidad para no asustarlo, besé sus rasposos labios. Apenas los separaba. Insistí un poco más con mi lengua para separárselos, hasta que conseguí traspasar la entrada. El tipo era como una estatua.

. - no hagas eso, Javier. No te cierres. Colabora un poco. Dime que deseas dar el paso esta noche. Si no colaboras, pensaré que estás aquí obligado, entonces cierro el chiringuito y me voy a casa, donde la parienta tiene un par de agujeros que disfruto entrando en ellos para calentarme y disfrutar.

. - perdona Salvador, pero es que me cuesta besar a alguien de mí mismo sexo.

. - tu inténtalo, al menos. Si ha de ser, será.

Fui a besarlo de nuevo. Esta vez abrió la boca antes de rosarlo siquiera. Cuando nuestros labios se pegaron, lo hice con premeditación y alevosía, usando mi lengua para jugar con la suya. Esta vez, al menos, lo intentaba y también usaba su lengua como yo la mía. Fue un beso violento en sí mismo, pero sin daños colaterales.

Tuve que ser yo el que se separase de sus labios esta vez, pues aún tenía que aprender que lo mucho, cansa, tanto como lo poco, aburre.

Yo mismo lo duché usando mis manos y champú por todo su cuerpo. Y por supuesto, me pasé el mayor rato posible sobándole los huevos, la polla y el ojete del culo. El tío no sabía dónde meterse. Luego dejé que me duchara. Lo hizo de pena, con más vergüenza que otra cosa. Hasta tuve que cogerle la mano para que me cogiera el rabo y al menos tocara el miembro el champú, así como el resto de mis atributos. Una vez duchados mutuamente, nos secamos y salimos fuera.

. - vayamos al dormitorio, pero cómo van los tíos que pronto se van a dar gusto -le dije cogiéndole el rabo. Una seña y cogió mi polla también. Sonrió, por fin. Así, de esa guisa, marchamos al dormitorio-.

Me tendí cuan largo era y esperé. Javier, aun nervioso, se subió de rodillas y se acercó a mi cuerpo, por donde mi polla miraba al techo.

. - adelante, rememora el sueño.

Tragó saliva una vez más y se puso manos a la obra. Me cogió la polla y mirando hacia un lado, comenzó a pajeármela con demasiada velocidad para mi gusto. Era como si nunca se hubiera hecho una puta paja y eso sí que no me lo creía.

. - Javier, Javier. Si sigues así, me vas a despellejar la polla. Hazlo como si te la estuvieras haciendo a ti mismo, porque te habrás hechos pajas como todo hijo de vecino, ¿verdad?

. - sí, claro, pero los nervios…

. - y vuelta con los nervios. Haz como si fuera tu mujer en sus mejores tiempos, pero que de repente le hubiera crecido una polla entre las piernas. ¿Ibas a desperdiciar algo tan sabroso y no probarla?, no lo creo. Así que avancemos o no acabamos nunca.

. - vale, lo intentaré de nuevo. ¿Puedo usar la boca también?, ya sabes que en el sueño…

. - puedes usar lo que quieras, tu boca, tus manos o tu polla. Disfruta, joder, que estoy aquí para hacer realidad tus recurrentes sueños. ¿A qué después de habérselas mamado, te venía a la memoria romperles el culo a los jugadores?, pues tienes mi permiso para darme por culo también, si no, ¿qué coño hacemos aquí?

Le di facilidades abriéndome de piernas para que me cogiera los huevos. Aun así, no había manera. La ostia puta, joder. ¿Es que le iba a tener que enseñar cómo se mama una puta polla, coño?, pues no digamos de enculármelo esta noche. A este paso se me hace cura primero. Aunque he oído que los curas son los mejores chupa-pollas, pues son buenos aprendices ya desde monaguillos.

. - vamos a hacerlo diferente, pues esto no marcha. Tiéndete como yo antes –le dije al ponerme de rodillas-.

Una vez lo hizo, me metí entre sus piernas, para de inmediato levantárselas y colocárselas sobre mis hombros. Acerqué sus atributos y comencé a comerme los huevos y todos sus aledaños, para continuar con la base de su polla y llegar finalmente a su polla, para tragármela toda ella.

Gemía de placer el anciano. Mientras me lo trajinaba, le metía dedos en su culo, aumentando su placer.

. - ¿te ha gustado la mamada?

. - sí, mucho.

. - pues repítalo conmigo ahora.

Me tendí y dejé que se posicionara. Al levantarme los pies, al tío no se le ocurrió otra cosa que clavarme la polla directamente, sonreí y lo dejé hacer.

Sudaba al follarme como si aquello fuera un trabajo de albañilería y no era para tanto, al menos en el primer minuto, pero, en fin, cada uno es como es y dejé que hiciera conmigo lo que le saliera de sus santos cojones.

Me hizo girar y ponerme a cuatro patas, aumentando las embestidas culeras, así hasta que se corrió en mi culo, quedándose extenuado encima de mi espalda y con la polla dentro de mi ano aún.

. - adivina lo que tienes que hacer ahora –le dije mientras la corrida me bajaba por los muslos-.

. - ¿tragarme mi corrida?

. - mira cómo lo sabes. Adelante.

Mientras se tendía en la cama, yo me levanté y puse mi santo culo encima de su boca. De inmediato comenzó a usar su lengua para tragarse su corrida.

Una vez no salió más lechada culera, lamió mi muslo recogiendo la que había bajado por allí, luego de terminar, me fui directamente a su polla, la cual soltaba goterones lácteos que me tomé nada más tragarme tan suculenta herramienta sexual.

. - ¿cómo va la cosa, Javier?

. - esto me está gustando, ¿seré ya maricón?

. - si no lo eres, poco te falta. Ahora voy entrar dentro de ti y disfrutar con ello.

. - ¿cómo me pongo?

. - tú no te preocupes por eso. Ya te iré yo colocando según me vaya la cosa.

Lo primero fue disfrutar de su boca y esta vez fui yo quien dirigí el tráfico. Me la comí como si fuera el mejor bocado de tarta de manzana, no dejando ni un recoveco sin pasarle la lengua, para de inmediato ir bajando y pasando por sus tetillas que mordí sin hacerle sangrar, para de inmediato, irme a su entrepierna. Allí instalé mi lengua, pasando a sus huevos más tarde.

Tenía al tío jadeando que era la leche oírlo. Por supuesto no dejé su polla flácida para otro momento, ya que me gustaban tanto endurecidas por el deseo, como vacías y esmirriadas, lo importante era tenerlas en mi boca y jugar con ellas con mi lengua.

Al poco le hice dar la vuelta y mientras yo me comí su culo ayudado por mis manos, lo puse a comeme la tranca, al girarme y ponérsela en las narices.

Una vez me la mamó un rato, me giré de nuevo y colocándome entre sus piernas, aun teniéndolo a cuatro patas, le levanté el nalgar y poniéndome en la mejor posición enculatoria posible, mi polla se volvió loca y se perdió culo adentro. Dios, como se dolía el viejo y como disfrutaba yo con ello.

Le di polla cada vez más rápido hasta perder el norte. Sí señor, aquello era un culo bien follado, como Dios manda.

No dejé de follármelo hasta que me corrí dentro de él. Luego lo puse a mamarme la polla y cuando me la dejó sin leche residual, me tendí y lo puse con su culo encima de mi cara, para tomarme mi calentita leche de polla que le había metido previamente.

Empleé mi lengua para un mayor disfrute anal, así hasta que quedé extenuado y sin más leche que tragar. Lo último fue un morreo que nos llevó a ambos al baño, no dejando de comernos la boca por un buen rato, para después pasar a ducharnos de nuevo como Dios manda.

Ya en el salón nos sentamos un momento.

. - ¿qué te ha parecido la cosa, viejo?

. - que estaba disfrutando como Dios hasta que me rompiste el culo.

. - lógico. Es lo que pasa cuando se es un novato en esto de recibir por culo. Ya lo acostumbrarás, de momento tendrás que aguantarte y seguir sufriendo un poco, pero ya verás, con cada clavada, darás un paso hasta llegar a disfrutar cada polla que te metas en tu culo, así lo hago yo. Me gusta follarme un culo, mamar una polla o un coño y, sobre todo, que me la claven hasta el fondo. Es algo que no se puede expresar con palabras, hay que vivirlo.

. - confiaré en tu palabra. ¿De ahora en adelante, ya somos amantes?

. - solo si lo quieres. Pero no podrás ir por ahí fardando de que te follas a un servidor. Ese día te quedas sin culo que follarte. La discreción es mi lema.

. - por supuesto.

. - y tampoco nada de mariconerías, ¿me explico?

. - ¿a qué te refieres?

. - que, si nos encontramos como cada día, como en la cafetería, no se te ocurra estamparme un beso en todos los morros, hola y adiós. En la intimidad, como te dé la gana. Y ahora volvamos a la cama, que esta cosa mía quiere más guerra.

Ya en la cama me lo volví a disfrutar, lo mismo que él cuando me comió todo y me dio por culo. Pasamos buena parte de la noche entre morreos y comidas de pollas y nuevos enculamientos. Amanecimos con unas ojeras de caballo. Un baño conjunto a las seis de la mañana y un morreo interminable y cada uno se fue a su casa.

Así transcurría mi vida, entre el trabajo apresando fugados de la justicia y el disfrute de pasármelo en grande con mi familia directa y la que no lo era tanto, pero que me follaba de igual manera.

Hasta que un día me pidieron algo que nadie en su sano juicio hubiera aceptado. Sí, yo no debía de estar en mi sano juicio ese día, o eso o no era yo el que le dije que sí a mi interlocutor. Sí, estaba loco…, loco…, loco…

Mi interlocutor era el alcalde. No sabía cómo había llegado mi nombre a sus oídos, lo cierto era que estaba delante de él en su lujoso despacho pagado con mis impuestos y de otros miles de conciudadanos.

. - quiero que desvirgue a mi hija.

Esa fue la petición del alcalde. Ni siquiera sabía si tenía una hija o un perro.

. - ¿qué dice usted?

. - quiero que desvirgue a mi hija –repitió como un loro-.

. - no, si lo oí la primera vez. ¿De qué va todo esto, sr. alcalde? -ante todo, educación-.

. - me fue recomendado por alguien a quien estimo.

. - ¿se puede saber quién le habló de mí?

. - se dice el pecado, pero no el pecador –dijo el tío. Tenía ganas de decirle un par de lindezas a este tío, pero la educación debía seguir prevaleciendo-.

Al poco el tío se sacó una foto de un bolsillo y me la enseñó. Allí había una joven toda entubada, que casi no se le veía. Aquello me dejó frío.

. - ¿me quiere aclarar de que va todo esto? –nada de sr. alcalde, pues ya me estaba poniendo de los nervios. A la mierda, la educación-.

. - mi niña se me va y siempre quiso morir desvirgada como sus amigas.

. - esto debe ser una broma. Donde están las cámaras de televisión. Es un Reálity Show de esos, ¿no?

. - no, nada de eso. Quiero que me la desvirgue y pueda morir en paz.

. - ¿y por qué no la deja morir en paz y ya está?

. - porque se lo prometí cuando aún estaba despierta y respiraba por sí misma. Ahora está entubada, una vez haya sido desvirgada, la desconectarán.

. - permítame decirle que esto es de locos.

. - le daré un millón de euros.

. - muy generoso por su parte -¿un millón?, la ostia puta, me dije. Con eso podría hacer virguerías- acepto –dije sin más. Sí, debía de estar loco, pero un loco rico…, rico…, rico…-.

. - gracias. Según quien me lo recomendó, le va tanto la carne como el pescado.

. - voy a tener que hablar con ese amigo suyo.

. - no le diré quién es, pero sí que puede disponer de mi otro hijo.

. - no joda, ¿también va a morir? y perdone que sea tan directo-.

. - no, pero le hizo una promesa a su hermana, ayudaría en lo que pudiera con su cuerpo si yo conseguía alguien que cumpliera su deseo de desvirgarla.

. - esto se está saliendo de madre. Tengo un follón en la cabeza, que quisiera que me lo explicara como si yo fuera un niño de pecho.

. - si cumple lo que le he pedido, mi hijo de 27 años será su juguete sexual el tiempo que estime oportuno. Se querían muchísimo y así lo ha decidido él.

. - y la alcaldesa, ¿qué dice a todo esto?

. - está hundida, como podrá comprender.

. - no quisiera aprovecharme y no lo voy a hacer. Le cambio el millón de euros -¿Qué?, ¿estás loco?- por pasar una semana follándome a toda su familia directa, usted y su mujer, incluidos-.

. - ¿cómo dice?

. - ya lo ha oído. Un millón por sexo con la familia –sí, estaba como una regadera, ¿un millón a la mierda?, ¿y qué pasaba con la de virguerías que iba a poder hacer?, como un cencerro, sí señor, estaba como un verdadero cencerro-.

. - acepto –dijo el tío sin pensárselo demasiado-.

. - perfecto. Empezaré con usted. Póngase a cuatro patas, hoy vengo de un caliente…

. - ¿aquí, en la oficina?

. - ¿y donde mejor que aquí?

. - bueno, vale, pero al menos ponga el pasador de la puerta, no quisiera que nos cogieran…, ya sabe…

. - entiendo –sonreí-

Pasé el fechillo y regresé. El tío se salió del asiento de alcalde y dando la vuelta, nos llegamos a una alfombra de un fiero león. Yo mismo le bajé los pantalones y calzoncillos. Tenía una minga que más perecía un clítoris de pequeñajo. Aun así, se lo pajeé un momento hasta que cogió la consistencia de una polla de niño de diez años. Aquello no aumentaba más, por más que le di una somera mamada. Joder, ¿había fabricado al menos dos hijos con aquella esmirriada polla?, allí había gato encerrado, seguro que el mayordomo era el padre de los críos, seguro.

No quise entretenerme mucho y pronto lo tenía a cuatro patas. Se la endilgué de un trallazo. El tío creo que se partió un par de muelas, pues se oyó un crujido en su boca. Ni puto caso le hice, yo a lo mío, disfrutar de un culo que me estaba costando un millón de euros. Lo único bueno era que había dos culos más. No era para echar voladores, pero bueno…

Cuando me corrí y lo puse a mamármela, el tío cumplió. Me gusta cuando un político cumple, aunque sea lo de tragarse una polla sin rechistar.

Me dio la dirección de su casa y quedé en pasar en cuanto pudiera pedir una semana de baja para asuntos varios. Cuando la tuve, le llamé y quedamos para comenzar la cosa.

Y como soy un tío puntual, sobre las ocho de la noche elegida, toqué en la puerta de su chalet y me salió un escolta con un perrazo que tenía los dientes afilados, pero curiosamente, no ladraba, solo me los enseñaba. A lo mejor se estaba riendo el chucho aquél, pero no me lo creía e hice como si fuera un perro malo.

Le informé quien era y lo que quería y me llevó ante la puerta de servicio. Por supuesto no le dije que me iba a follar a la familia del alcalde. No estaba tan loco, ¿o sí?

Por la puerta de servicio me llevaron ante el alcalde. Un saludo protocolario en los morros cuando nos dejó solos la empleada y me llevó ante su hija.

La casa estaba lujosamente amueblada. Era lo que tenía el dinero que se robaba al contribuyente.

La habitación de la joven estaba poco iluminada, pero se veía perfectamente todo. Había cachivaches electrónicos por toda la pared y los correspondientes cables conectados a la chica, que según me fijé mejor ahora, tendría unos veintitantos años.

. - necesito que se le quite todos los cables que no sean indispensables.

. - todos son indispensables –dijo una enfermera que debía estar en el ajo sexual-.

. - pues usted me dirá cómo puedo hacer algo si está llena de cables. Y, sobre todo, porque tiene también en la misma vagina. Nunca había visto algo así.

. - por la vagina se le está transmitiendo energía a su corazón.

. - vaya, creía que se ponía un marcapasos y listo. Bueno, ustedes sabrán. Ese habrá que apartarlo, si no…

. - ¿cuánto tiempo le llevará?

. - el que sea necesario. ¿Me va a poner un horario?, por cierto, ¿usted quién es?, ¿su médico o su enfermera?

. - soy su hermana. Y sí, tengo pendiente su visita a mi habitación. Ya papá nos habló a todos.

. - ¿a todos?, ¿cuántos sois?, creí que eran solo dos hijos los que tenía usted –dije mirando al alcalde-.

. - tengo cinco hijos –dijo el tío. Confirmado, el mayordomo se folla a la esposa del tío. Con aquella micro-pinga no puede haber engendrado una mierda-.

. - vaya. Bueno, a lo que iba. No podré penetrarla si no le quita el cable de la vagina.

. - es que no es por la vagina por donde ha de desvirgarla.

. - ah, ¿no?, yo creía… -dijo mirando de nuevo al alcalde-.

. - es por su ano –dijo el hombre todo ruborizado-.

. - bueno, haberlo dicho antes. ¿Se le podrá dar la vuelta con todos esos cables encima?

. - sin problema. En media hora estará lista.

. - entiendo. ¿Dónde voy a dormir yo?

. - mientras le acompañan, yo prepararé a mi hermana.

Salí de allí y el alcalde llamó a un tal Siro. El aludido apareció con un par de muletas. Era de unos 18 o 19 años.

. - hijo, acompaña al sr. Salvador a su habitación.

. - sí, papá. ¿Me acompaña, señor?

El alcalde regresó con su hija enferma para ayudar a prepararla.

. - papá, esto es de locos –dijo la hija enfermera o doctora-.

. - recuerda que ese millón que devolvió os lo vais a repartir entre los hermanos una vez todo haya pasado.

No volvió a decir ni pío la hija.

Una vez en la habitación, el de las muletas se me quedó mirando fijamente.

. - ¿tú eres quien me va a dar por culo?, ¿no?

. - eso parece. ¿Qué os prometió vuestro padre a cambio de ello?

. - nos repartiríamos mis hermanos y yo el millón que no quisiste.

. - ya veo. Acércate, tengo ganas de chuparte la polla.

. - ¿ya?, ¿ahora?, no estoy preparado.

. - voy a estar toda una semana aquí. Hoy no voy a usar tu puerta trasera, tranquilo, pero quiero catarla.

. - bueno, si solo es eso…

El chico se acercó a la cama. Lo senté en el borde y le puse las muletas a un lado.

. - ¿has chupado alguna vez una polla?

. - no, claro que no. No soy un maldito marica como tú.   . - ¿y entonces por qué lo haces?, ¿por el dinero?

. - pues claro. Son doscientos mil del ala. Con eso me independizaré y me casaré con mi novia.

. - vaya, chico listo. ¿Y qué vas a hacer con tu parte?

. - tendré una casa para mí solo y follaré cuanto me dé la gana con mi novia.

. - bueno, siendo así –dije sacándole la polla. Era más grande que la de su padre, acorde con su edad y tamaño-.

Acabé de bajarle los pantalones y colocándolo en medio de la cama, me saqué los pantalones y después de mamársela para dejarla bien dura, me la enterré en mi culo. Tardó bien poco en correrse.

Cuando le puse el culo encima de su cara, casi se mea encima. Tuve que insistir para que se tomara su leche. Una vez me dejó medianamente limpio el culo, le di una buena mamada limpiadora.

Cuando le limpié el rabo y le subí la ropa, le entregué los bastones.

. - gracias, chico. Ahora voy a darme un baño.

Lo dejé allí y pasé a mi baño privado. Cuando volví a salir aún estaba allí.

. - ¿aún sigues aquí?

. - me la mamaste y te follaste con mi polla. ¿No tendría yo que mamarte también tu polla?

. - no esta noche. Es para tu hermana, lo siento. Por cierto, ¿no decías que no eras marica?, ¿o es que ahora ya te va el mamar pollas?

. - de marica nada, solo quiero experimentar un poco por si un día me da por ahí.

. - chico listo. No te preocupes, pronto mamarás más pollas que tu novia.

. - te tomo la palabra –dijo y se alzó para darme un beso. Si no me agacho un poco, no llega. Fue un morreo en toda regla. Luego se largó con sus bastones-.

Cuando me estaba vistiendo, apareció un cacho tío de dos metros y de complexión no diría yo de atleta, sino de buldog. Era un armario empotrado.

. - tú debes ser Salvador.

. - así es. ¿Y tú?

. - Ángel.

. - sois como dos gotas de agua a la enferma y a la enfermera.

. - sí, Niome, Lety y yo somos trillizos. Niome es médico, no enfermera.

. - ya me parecía a mí. ¿Puedes sacarla, por favor?

. - ¿la polla?

. - exacto.

. - ¿pero ya has empezado?

. - exacto, si no díselo a tu hermano el de las muletas, tu padre lo llamó...

. - Siro es su nombre. Bueno, si ya has empezado…

. - no me lo digas, tú también has aceptado por la pasta, ¿verdad?

. - por un quinto de millón de euros, me hago marica si hace falta. Sírvete –dijo sacándose la polla más grande que había visto en mi puta vida, a excepción de internet y el cine, que allí había mucho cartón piedra-.

. - la ostia puta. ¿Es toda tuya?

. - ¿tú qué crees?, ¿te cabrá en el culo?, pues pienso clavártela, al igual que tú me clavarás la tuya.

. - te diré un secreto. Nunca me he metido una polla tan grande como la tuya.

. - ya lo sabía. Te va a doler un huevo y parte de otro.

. - dejame acabar. Nunca me he metido una tan grande como la tuya, pero si me han metido dos pollas que juntas eran más gordas que la tuya. Así que súbete a la cama, que quiero probarla ya –dije volviendo a desnudarme. Por una polla como aquella, como si me daba diez duchas-.

El tipo se sacó la ropa de encima y se tendió cual largo era. Yo, también desnudo, me puse entre sus piernas. Me adueñé de aquella tremenda polla, cuando apareció una chica gorda en la puerta. Se nos quedó mirando y nos pidió perdón.

. - perdón, vuelvo más tarde.

. - quieta ahí parada –dije sin soltarle la polla al tipo- ¿tú quién eres?, ¿la hermana que faltaba?, me dijeron que erais cinco.

. - me llamo Lucrecia, sí, soy otra hermana.

. - perfecto. Desnudate y déjame ver ese cuerpo serrano tuyo.

. - ¿aquí?, ¿delante de Ángel?

. - ¿y por qué no?, ¿No estás tú delante de tu hermano que está en pelotas?

. - eso, hermanita. Déjate de tonterías y despelótate. Por una vez quiero ver ese cuerpo tuyo.

. - vete a la mierda. ¿Tengo que hacerlo, señor?

. - sí, me gustaría verte y disfrutar mientras me lo hago con Ángel.

. - bueno, pero no me vas a follar aquí, ¿verdad?

. - lo haremos en tu habitación. Desnúdate, por favor.

La chica, de unos 21 tacos encima, pronto estuvo sin ropa. Su exuberancia cárnica desbordaba por todas partes. Se me hacia la boca agua.

. - acércate, cariño –dije sin soltar la polla, la cual pajeaba suavemente para que no disminuyera la potencia de aquel rabo colosal-.

Una vez estuvo junto a la cama, le pasé una mano por una de sus mamas, que cogí y acerqué mi boca mientras me inclinaba. Luego la solté y le metí mano a su vagina. De allí la saqué bien húmeda.

. - dijiste que no me ibas a follar aquí.

. - tranquila, solo quiero coger algo de lubricante natural para la polla de tu hermano. ¿Habías visto algo tan grande antes? –dije mientras sonreía el aludido-.

. - ya sabía que la tenía como un toro, pero nunca tan grande. ¿Puedo tocarla?

. - quieta ahí, solo la puede usar este tipo.

. - perdona, pero la polla es mía, ¿no es así? -dije-.

. - en cierto modo es así -tuvo que admitir-.

. - pues si es mía, hago lo que me dé la gana durante una semana. Lucrecia, acércate y pajéasela un poco y si gustas, puedes mamarla también.

. - pero…

. - tú te callas o te quedas sin los doscientos mil. Vamos, cariño. Me gustaría comerte el coño de paso, no te penetraré cómo te dije, pero esos jugos tuyos me ponen a cien.

(Parte 9 de 11)

FIN