Huyendo en familia (10)

Esto es algo que nunca le escucharán decir a un hombre: “Deja de chupar mi pene o llamaré a la policía”, George Carlin. Relato en 11 trozos.

HUYENDO EN FAMILIA

(10-11)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

La gorda, halagada, se subió a la cama que hizo ruido de desplome, pero no fue así. De inmediato se puso a mamarle la polla a su hermano.

. - serás perra –dijo el tipo-.

. - otro insulto como ése y te dejo fuera de juego-.

. - vale, lo siento hermanita.

Ella, con la polla en su boca que casi no le entraba, asintió y siguió mamando. Entonces me coloqué detrás de ella y abriéndole las nalgas, comencé a comerme su culamen y bajando, llegué hasta su vagina para tomarme todos sus jugos almacenados allí.

De repente la gorda se movió más deprisa que lo que había supuesto, colocándose encima de la tranca de su hermano.

. - no coño, eso no lo hagas –dijo el tipo-.

. - tú te callas. Sigue, cariño –dije-.

Ella, sonriendo, se fue bajando hasta sentarse y tragarse la polla en su vagina. Ahora no sonreía, sino que aguantaba el dolor. Aun así, comenzó a subir y a bajar.

. - joder, hermana. Me gusta, me gusta.

. - me alegro por ti –dije. Luego le hablé al oído a la gorda. Se lo pensó un segundo y asintió. Entonces me coloqué detrás y levantándole un poco el culo para que ella se inclinara, se la clavé en todo el ojete. Gritó fuerte, para después y a ritmo contenido, follar y follar los dos al mismo ritmo. Con cada embestida, nuevo grito.

De aquella guisa nos cogió la hermana enfermera, digo, la hermana doctora.

. - joder, ¿ya tan pronto?

. - vaya, la que faltaba –dijo Ángel-.

. - te llamas…

. - Niome.

. - eso, Niome. Pues Niome, ¿te podrías dejar ver el chochito y hacerte una paja delante de nosotros?

. - no, eso no está bien.

. - si quieres cobrar la pasta que te prometió tu padre, has de hacerlo y que sea ahora, mientras me enculo a tu hermana aquí presente –dije dándole polla-.

. - vale, está bien.

La hembra se sentó en una silla e inclinándose se sacó las bragas, para de inmediato abrirse de piernas, enseñándonos el chumino de color negro. Se puso a hacerse una paja bien sonora por su parte que nos puso más calientes aún.

Pero como allí éramos pocos, llego otra visita. Por la edad supuse que era la madre de los chicos.

. - empieza pronto usted señor Salvador.

. - usted debe ser la madre, ¿me equivoco? –debía tener unos 55 tacos muy bien llevados-.

. - así es, me llamo Maribel.

. - sea bienvenida. ¿Ve a su hija pajeándose?, pues me gustaría que se arrodillara y comenzara a comerle el coño. Hágalo, por favor.

. - a mí no puede darme órdenes, sr. Salvador.

. - aún no he desvirgado a su hija enferma. ¿Prefiere que me vaya y no lo haga?, si es así, niéguese y me voy.

. - pero ya estás disfrutando de mis hijos y de mi marido, según nos informó.

. - cosa que no pienso devolver, por la sencilla razón que algo así no se puede devolver. ¿Se agacha o lo dejamos?

. - me agacho, me agacho.

. - así se habla, mamá. Con dos cojones –dijo Ángel-.

. - hijo te voy a lavar esa boca con jabón.

. - sí, mamá. Perdona.

La madre se inclinó y apartando la mano de su hija, comenzó a comerle el coño. Los gemidos de la chica me satisfacían y más el culo de la gordita Lucrecia.

. - me corro…, me corro… –dijo Ángel-.

Me salí de Lucrecia y ella de su hermano, para de inmediato ponerle el coño en la boca a Ángel.

. - chicas, dejad eso y venid rápido aquí. Quiero que maméis la polla de Ángel que está a punto de explotar.

La rapidez con que se pusieron a mamar al tipo me dijo dos cosas. Que estaban calientes como perras aquellas dos y de que aquella semana la iba a pasar de puta madre.

El géiser de leche del tipo inundó las bocas de las dos mujeres y aún dio para que yo tragara una buena cantidad. Vaya lechada que había soltado…

Con nuestras lenguas, las de las tres chicas, pues Lucrecia también se unió a nosotros, nos dedicamos a recoger cuanto semen había por todo el cuerpo de Ángel, mientras el culo de Lucrecia era lengüeteado por su hermano.

Una mamada rápida a mi polla por parte de los cuatro y me retiré, pasando al baño para ducharme de nuevo. Cuando salí, aún seguían los cuatro sobre la cama dándose placer los unos a los otros, donde la madre fue lengüeteada todo su cuerpo por sus putativos hijos, convirtiendo un día negro en uno de lo más soleado y caliente.

. - quisiera que me dejara solo, por favor –le dije al padre de la chica-.

. - ¿la tratará con delicadeza?

. - por supuesto -será gilipollas el tío, que voy a darle por culo a una casi-muerta, joder-.

El hombre salió de la habitación, cerrando tras él. Me acerqué a la infortunada. Estaba con la espalda hacia arriba como había pedido, debajo tenía toda una parafernalia de cables que yo diría que, si estuviera consciente, pediría a gritos que se los quitara, pero como estaba como una estatua y que, según el padre, la iban a desenchufar después del desvirgamiento anal, eso les importaba bien poco.

Su anatomía anal no era nada despreciable, me dije pasándole la mano por entre las piernas y llegando a su felpudo. Allí metí varios dedos, tocando siempre con el puto cable del corazón, que vaya lugar para introducirlo, leñe.

Saqué los dedos húmedos, cosa normal pues aún estaba viva, digo yo.

La cara la tenía ladeada a un lado, mirándome sin mirar, pues tenía los ojos cerrados. En cuanto a los pechos, eran abundantes y sobresalían por cada lado de su cuerpo. Tenía unos pezones que, acercando mi boca a ellos, mamé mientras se los levantaba lo justo para disfrutarlos un poco más.

Busqué y vi unos cojines que coloqué debajo de su ombligo para levantarle el trasero y hacerlo bien enculable, que para eso estaba aquí. De seguido me despeloté y subiéndome a la cama, le abrí el culamen donde metí mi lengua a todo lo que daba, más que nada por morbo, pues era como lamer el culo a un muerto, cosa que no era nada sexualmente atractivo.

Le abrí las piernas a lo máximo que pude y me puse con mi polla erguida con dirección a su ojete. Volví a meter varios dedos en su vagina y los saqué con zumo que metí en su trasero, así hasta tres veces. Cuando ya estaba medianamente lubricada me puse a trabajar.

La clavada que le metí era para levantar un muerto y salir corriendo por patas, estuviera o no muerta de verdad. Y en serio, casi me da algo, pues el grito que dio la tía era para despertar a cualquiera que estuviera en toda la puta casa.

Corriendo llegaron los padres y los hermanos de la criatura que tenía entre mis piernas enculada. Cuando vieron que la casi muerta se había quitado la mascarilla de respiración asistida y los miraba a los ojos, se nos pusieron a todos los huevos y los ovarios por corbata. Sobre todo, a mí, que seguía sin sacar mi polla de su culo.

. - hija, estás viva –dijo la madre como si las máquinas no estuvieran allí para eso-.

. - ¿qué coño hace este tío desnudo con su polla en mi culo?

. - pero hija, ese era tu deseo. El ser enculada antes de morir.

. - pero, ¿qué dices, mamá?, yo no he dicho nunca tal cosa. ¿Qué me follaran por el culo un desconocido para poder morir en paz?, pero si estoy como una rosa. Tú, salte de mí puto culo y tu hermanita, quítame estos cabrones cables que me están jodiendo-.

Me salí de su ojete y fue como desenchufarla, apagándose la tía.

. - oh, se ha muerto de nuevo –dijo la gordita Lucrecia-.

La hermana doctora le volvió a conectar la respiración asistida y volvió a revivir la chica-.

. - vuelve a respirar por el aparato de nuevo, Lucrecia –dijo Niome a su hermana-.

. - Salvador, puedes volver a…, ya sabes –dijo el padre señalándome mi polla y su culo-.

. - ¿usted cree?

. - inténtalo, por favor –insistió el hombre-.

Bueno, me dije. ¿Qué iba a perder?, nada. Así que volví a clavársela hasta los huevos de nuevo y de nuevo dio aquel grito que nos volvió a poner los pelos de punta.

. - coño, otra vez me la has clavado, mamón –dijo la tía sacándose el respirador-.

. - lo siento, fueron ordenes de su padre –le dije como disculpándome. Aquello no tenía ni pies ni cabeza. Por lo que, ahora para probar yo, me salí de su culo y de nuevo volvió a morirse virtualmente. De nuevo le puso el respirador la hermana-.

. - hay que joderse. Chico, tienes una polla prodigiosa –dijo Ángel con la suya en la mano, porque aún no lo había dicho, allí todo el mundo, incluido el viejo, estaba en pelotas por haber estado follando mientras yo enculaba a la casi muerta y la hacía revivir-.

. - mierda -me dije bajándome de la cama, con cuidado de no enredarme entre tanto cable- esto es de locos-.

. - Niome, ¿qué diablos pasa aquí? –le dijo el padre a su hija la doctora-.

. - la verdad, no tengo ni idea, papá. Esto no es normal, pero para nada.

. - me parece que me largo de aquí –dije en voz alta-.

. - no puedes irte ahora, hemos hecho un trato –dijo la madre-.

. - de eso nada. El trato era desvirgarla y yo ya la he desvirgado. Me largo de aquí.

. - por favor, Salvador –dijo la madre llorosa- nuestra hija lo necesita-.

. - señora, si solo es cuando la enculo, que la encule su marido o algún hijo. Va a ser lo mismo, supongo.

. - pues lo que dice tiene sentido, mamá –dijo la gordita- ¿Dónde está Siro?, que la encule mi hermano Siro.

. - ¿y por qué Siro?, yo ya estoy aquí -dijo acercándose a su hermana encamada-.

. - tú, quieto, Ángel. ¿No ves la tranca que te gastas?, le harías daño a tu hermana -le dije su padre-.

. - pero si está casi muerta.

. - no seas bestia, hijo. Que pruebe Siro primero, luego papá y si no, tú y por ese orden –dijo la madre, que alucinaba en colores-.

Fueron a buscar a Siro y cuando le dijeron que se enculara a la hermana de la cama, se negó. Se le explicó el asunto y aceptó a regañadientes. Lo ayudaron a subirse a la cama y sacándose la polla, se la endilgó a la pobre moribunda, porque era eso, una pobre diablesa aquella Lety.

Le metió la polla hasta los huevos, pero, ni fú ni fá. No hubo nada en Lety.

. - está muerta, mamá –dijo el chico enculador-.

Lo ayudaron a bajarse. Luego y ante una seña de su mujer, se subió a la cama el marido y sin miramientos, se la clavó como yo, a la primera. Nada, no hubo resultados.

Decepcionados, miraron a Ángel y su enorme polla, el cual sonreía el muy cabrón.

. - hijo, penétrala despacio y usa vaselina. Si lo haces mal, te doy tal patada que te pongo en la puerta de la calle -le dijo el padre, que fue a buscar vaselina y se la puso él mismo en la polla, tamaño XXL, de su hijo y en el ojete de Lety. Luego se subió el mastodonte de Ángel y se la clavó lentamente, pero sin pausa hasta el fondo. Nada. Ni se inmutó la mujer-.

. - mierda, si no reacciona con mi pollazo, es que ya está muerta de verdad –dijo el tío muy ufano de su herramienta-.

. - ¿Salvador, por favor, puedes volver a encularte a nuestra niña?

. - ya lo hice, señora.

. - por favor. ¿Crees que me gusta que un desconocido se folle el culo de mi hija?

. - no, creo que no. Bueno, pero que sea la última vez, luego me largo. ¿Estamos? –nadie dijo nada-.

Volví a subirme y colocarme entre sus piernas. Su ojete abierto por la polla de su bestial hermano aún no se había cerrado, ni mucho menos, así que casi no tuve ni que apuntar. Se la endilgué como las otras veces y la muy cabrona volvió a gritar y quitarse la mascarilla, ante la patidifusa cara de todos los presentes.

. - hijo de puta, ¿aún sigue ahí jodiéndome el culo, cabrón de mierda?

. - no te salgas, Salvador –dijo su madre-.

. - pero mamá, que se salga, coño.

. - hija, déjame hablarte, por favor. Respira hondo, pronto se saldrá Salvador, así se llama el chico que tienes detrás de ti.

. - ¿qué pasa, mamá?, me duele el culo.

. - hija, pasa lo siguiente, resulta que…

La madre, entre lágrimas, le explicó el follón de su revitalización cada vez que me la enculaba y la no revitalización cada vez que sus hermanos y su mismo padre probaban su culo. Así que la pregunta del millón era ¿que hacíamos ahora?, yo lo tenía bien claro, me largaba de allí para no aparecer nunca más.

. - pero mamá, eso es de chiste. ¿Cómo puede ser cierto algo así?

. - nosotros también estamos anonadados, pero hemos probado y es lo que hay. Solo despiertas si Salvador te penetra analmente.

. - Niome, dime que todo esto es un cuento.

. - no tengo respuesta para ello, hermanita. Lo siento. Si lo cuento fuera de casa, me tildarán de loca o estúpida –lloró ella también-.

Viendo que aquello se prolongaba, pensé en algo.

. - ¿puedo decir algo?

. - adelante, semental –dijo Ángel despechado-.

No le hice caso o lo mandaba a la mierda.

. - ¿y si según me salgo de su ano le doy a mamar mi polla? A lo mejor no es mi polla lo que quiere, sino mi futuro semen o el vuestro llegados al caso.

. - ¿qué te la mame?, serás cabrón, que te la mame tu madre –dijo Lety-.

. - Lety, cariño –le dijo su padre- Salvador no puede estar todo el día con su pene en tu ano. Habrá que probar otros medios.

. - pero papá, que esto no es normal lo que me está pasando. Quiero morirme.

. - lo sé, cariño. ¿Pero qué hacemos entonces?, si Salvador se va a su casa, vuelves a estar comatosa y sin moverte nada. ¿Quieres seguir estando así ahora que hay una posibilidad de que te recuperes?

Ella se lo pensó durante un rato eterno. Luego me miró.

. - venga, probemos, pero si dices algo así a alguien…

. - si lo dijera, nadie me creería, eso te lo digo yo ahora.

. - venga, tráeme la polla esa –se resignó ella-.

Me salí y de inmediato volvió a desmayarse, pero cuando le forcé a abrir la boca con mi polla, volvió a revivir, comenzando a mamar. La algarabía era mayúscula en la habitación.

. - vaya, tenías razón, Salvador –dijo Lucrecia acercándose a mí y besándome la base de la polla, mientras me cogía los huevos-.

. - salte, Salvador –dijo su padre. Supe que era para más pruebas y se la saqué de su boca. Volvía a desmayarse y volví a metérsela para revivirla de nuevo- eyacula en su boca, por favor. Veamos qué pasa-.

. - de acuerdo –dije follándome su garganta profunda ¿o era ella a mí?

No era por nada, pero me la mamaba como si le fuera la vida en ello y en este caso así era. Cuando exploté en su garganta, siguió mamando hasta que no pude entregar más leche.

Aunque no quería soltármela porque sabía lo que le pasaría, yo tenía que forzarla a dejármela libre, pues también quería saber si podía librarme de aquella maldición que teníamos encima.

Una vez fuera de ella, esperé y no se desmayó. Una nueva algarabía se produjo, felicitándome hasta el cabrón de su hermano Ángel, y claro, el resto de familiares fueron abrazándome y besándome por todos los lados. En vista de que no volvía a desaparecer de este mundo, resoplamos todos.

. - lo hemos logrado, por fin –dijo la madre-.

. - Mamá –dijo Pepito Grillo, que no era otro que Ángel- ¿cuánto dura el efecto del semen de Salvador en Lety?

Aquella pregunta cayó como una loza en todos nosotros. No tenía ganas de estar suministrando semen a todas horas a aquella mujer por muy altruista que fuera mi obra.

La misma Lety pensó en ello y se aterrorizó más aún. ¿Iba a estar toda la vida mamando polla para tragarse la leche de este desconocido?, si al menos alguien de la familia fuera compatible…

. - quiero proponer algo yo también –dijo la misma Lety-

. - dinos, hija –era su madre-.

. - para el caso de que vuelva a recaer, que es lo más probable, quiero mamar todas las pollas de la familia y comprobar si tiene el mismo efecto que la leche de Salvador-.

. - muy bien, yo seré el primero –dijo Ángel, muy solícito él-.

. - de acuerdo, hija, así se hará. Tú serás el primero Ángel y si la cosa funciona, podemos almacenar semen de los chicos para cuando la necesites y no tener que estar mamando de sus penes a todas horas-.

Esto último no le gustó tanto a ninguno de los allí presentes, excepto a mí, que estaba más que servido fuera de aquella casa-.

. - pero si hay una emergencia… -dijo Siro por si colaba-.

. - entonces pueden darle a mamar vuestras pollas y qué coño, siempre que Lety lo desee también, que mamar una polla siempre viene bien, ¿no es así, hijo? –le dijo a Ángel mientras le cogía la polla-.

. - oh, sí Mamá. Que las necesidades de cariño son muchas –dijo el hijo mientras le daba un beso en todos los labios. En eso Lety se dio cuenta que todo el mundo estaba en pelotas en su habitación, algo no usual sin duda en casa. Así de ensimismada estaba ella con lo suyo que se había dado cuenta ahora-.

. - ¿por qué estáis todos desnudos?, ¿nos hemos vuelto unos hippies desde que caí enferma?

. - solo desde que llegó Salvador, hija, solo desde que llegó –dijo sonriendo el padre mientras le metía mano a la gorda Lucrecia en el culo, sin retirar dicho culo la aludida, al contrario, le cogió el rabo paterno y agachándose, comenzó a mamárselos allí mismo. La sonrisa del padre animó a su mujer a agacharse también y mamar el pollazo de Ángel.

. - recordad –dije- que la leche es para la enferma –dije buscando unos vasos, que entregué a cada mamado. Así, cuando fueron corriéndose, las corridas iban al vaso en cuestión-.

. - sin embargo, aún no sabemos si la leche de los demás funciona igual que con la tuya, Salvador –dijo Niome-.

. - cierto, por eso no me iré aún. Esperaré hasta que los efectos de mi corrida se diluyan en la sangre de Lety, luego me iré si funciona con la vuestra, pues estará solucionado el problema.

. - pero antes me romperás el culo, ¿verdad?, recuerda que lo prometiste –dijo Siro-.

. - no te prometí nada, pero bueno, me gustaría, sí.

. - perfecto –dijo el aludido y se giró hacia su doctora hermana, ofreciéndole su polla, que ella entre sonrisas, comenzó a mamar. Le di un vaso y esperó a que se corriera, que llegó bien pronto. Luego y yendo de una polla a otra descargada, me tomé los goterones que aún tenían en su interior, quedándome tan pancho-.

Al final tuve que quedarme todo el resto del día y de la noche, pues Lety seguía despierta y no volvía a las andadas.

Al día siguiente y cuando llevaba casi 24 horas despierta, dijo sentirse mal y se desmayó de nuevo. Se le dio semen nuevo, pues el de los vasos había caducado y se había puesto maloliente al no refrigerarse correctamente. La polla mamada fue la de su padre, al ser la que estaba más cercana en aquel momento. Revivió como con la mía. Era una victoria a medias, pero una victoria al fin y al cabo, pues, aunque necesitaba semen cada día, servía el de casa y no había que buscarlo fuera.

. - Niome, quítame todos los cables que no necesite, por favor.

. - Lety, como doctora y hermana, te pido que no te los quites aún.

. - Niome, no quiero vivir toda la vida atada a todas estas máquinas, quiero salir por ahí y vivir. Si no, no me vale la pena seguir con vida y prefiero morirme. Esto no es vida. Me las quitas todas, pero por si acaso, no me alejaré mucho de ellas por si las necesitara de nuevo.

. - cómo quieras, hermana.

La doctora le quitó todas, menos el cable que le conectaba al corazón. Lo dejó colgando para conectarlo de nuevo en caso de emergencia. El resto fue retirado progresivamente. Solo tenía cerca siempre el respirador por si se desmayaba de nuevo.

. - otra cosa, yo también soy de la familia, ¿verdad? –le dijo a su madre-.

. - claro, hija. ¿Por qué lo preguntas?

. - también quiero sexo a todas horas. Si resulta que necesito semen cada día para sobrevivir, lo quiero directamente en mi boca de un pene de mis hermanos o de papá, después de haberla tenido en mi culo. Y otra cosa más, quiero tener un hijo.

. - Lety, no te lo aconsejo. Si te quedaras en coma, tu hijo podría morir de asfixia si no llegaras a respirar correctamente. Te lo pido por favor, Lety. No lo hagas. Luego está el cable del corazón que tienes vaginalmente.

. - pues me ponéis un marcapasos como a todo el mundo. Quiero irme al otro mundo habiendo disfrutado en éste y si no, no me tomo el semen diario y me dejo morir, así que tú misma.

. - tu cabeza no rige bien, Lety –dijo su madre- Tu padre y tus hermanos no deben embarazarte-.

. - aún está aquí Salvador, que sea él.

. - ¿qué dice de que sea yo? –dije entrando donde estaban las chicas y el padre hablando-.

. - aquí, la Lety, que quiere un hijo y que tú seas el donante del esperma.

. - de eso nada, ya tengo una familia bien numerosa para tener más hijos sueltos por ahí. Que te inseminen en una clínica de esas, mi semen no está a la venta. Por cierto, acabo de desvirgar a Siro, es hora de que me vaya de esta casa, ya nada me retiene.

. - mamá, papá, decirle que me preñe, por favor.

. - hija, no seas tonta. No puedes obligar a nadie que te deje embarazada. Buscaremos alguien entre el personal de la casa. ¿Cuál te gustaría como padre de tu hijo o hija?-.

. - del mayordomo Ramón no, que ya sé que es nuestro padre –dijo mirando a su padre anti-natural- lo siento padre, todos lo sabemos y más viéndote esa cosita tan chiquita que tienes. Aun así, coño, ahora que me doy cuenta, tu semen es perfecto, serás tú, papá quien me preñe –dijo acercándose a su padre y cogiéndole la cosita descargada, le pasó el dedo por la punta y cogiendo una gota que le rezumaba de la polla, se la metió en la vagina- sí, serás el padre de mi hijo.

. - pues todo solucionado. Me doy una ducha y me voy. Gracias a todos por dejarme disfrutar, pues anoche ya la pasé con Ángel y su portentosa polla, así como con el resto de la familia, no en vano tengo el culo como el rosario de la aurora de dolorido –dije sonriendo, mientras marchaba a mi cuarto a darme la ducha para luego largarme con viento fresco de aquella casa de locos-.

Un par de días después me reincorporé al juzgado. No gasté toda la semana de mini-vacaciones, pues tenía mono de correr detrás de algún fugado que me encargaran localizar. Y una vez llegue al juzgado, me esperaba un ansioso juez para mandarme a un nuevo trabajo, previa follada rápida en su oficina particular.

Mientras me la re-mamaba para limpiármela de los goterones sémicos, me informó de los pormenores. Entre mamada y mamada entendí que había un fugado de un reformatorio de Sevilla detenido por la policía nacional en Badajoz que debía ser devuelto de nuevo a Sevilla. Recoger y entregar, tan fácil como eso.

Una vez le limpié su propia polla, nos arreglamos y volvimos a ser dos tíos con dos cojones. Un fugaz beso y me entregó los papeles y salí de allí. Me acompañaría una agente con quien no tenía excesivos tratos más allá de hola y adiós, se llamaba Victoria, nadie la llamaba de otra manera, ni falta que hacía.

La tal Victoria llevaba poco tiempo en el servicio. Al igual que yo, venía de otro cuerpo, ella de estupefacientes, de la Policía Nacional de Toledo. Se infiltraba entre los delincuentes y se pasaba días y semanas con ellos hasta desmantelar a la banda de turno, algo digno de admiración, pues es muy duro estar tanto tiempo lejos de tu familia y encima estar entre maleantes que un día pueden averiguar que eres una agente y darte el paseíllo. Debía tener unos nervios de acero, algo importante en este trabajo nuestro.

La chica era fibrosa y tenía un cuerpo diez, sin duda se machacaba en los gimnasios. Lo que se decía tetas, pues pocas tenía la chica.

. - mira qué has tardado en recoger los papeles del delincuente fugado –me soltó según me echó la vista encima-.

. - haber ido tú, joder -dije marchando hacia uno de los autos policiales donde esperaba un conductor, el cual nos dejaría en la parada del tren más próximo con destino a Badajoz.

La tía hablaba poco, yo la imité. Con una novela de bolsillo vieja, entretuve el tiempo. Notaba que me miraba de vez en cuando de soslayo, pero no le hice ni puto caso.

. - ¿eres bueno en esto? –oí que decía la compañera, la tal Victoria-.

La miré y sonreí.

. - ¿a qué viene esa pregunta?

. - no me gustaría jugarme el pellejo y esperando que mi compañero cuide mis flancos, comprobar que estaba distraído en otros menesteres.

. - ¿quién coño te crees para decirme eso?, sé dónde has estado metida antes de caer aquí y es harto difícil, lo sé, pero eso no te da derecho a dudar de la profesionalidad de los demás.

. - lo digo porque me tocó la última vez un manazas y casi me dejan seca de un tiro. Por eso lo digo. Si eres como ese mamón, mejor te quedas y me encargo yo sola de este trabajo.

. - manazas los hay en todas las profesiones, mala suerte si te tocó uno. Tú cuida de mi culo y yo cuidaré del tuyo. Y por favor, no me salgas conque si soy machista o cualquier otra chorrada por el estilo. En esta misión soy tu superior y punto. Vamos, cogemos al tipo, lo entregamos y regresamos, ¿capichi? -le dije mirándole a los ojos-.

. - capichi –me miró a los ojos también-.

Llegamos a Badajoz en tiempo récord. Antes de salir del compartimento, le hablé.

. - ponte sujetador, no vamos a la playa.

. - ¿es una orden?

. - así es. Seamos profesionales y no unos putos perdonavidas. Para una de tus misiones anteriores en estupefacientes hasta deberías estar más escotada, pero no para presentarnos ante un superior y pedir que nos entreguen un preso. ¿Lo coges?

. - disculpa, mea culpa. Enseguida me cambio.

. - te espero fuera.

. - por mí no salgas, no tengo prejuicios de ese tipo.

. - pues yo sí, ya tú ves. No tardes, tenemos un tren que no espera para Sevilla.

Salí de allí y la esperé sentado en uno de los bancos de la terminal. Siempre iba con mi bolsa de viaje junto a mí.

El tren cerró sus puertas y partió hasta el garaje y la agente sin bajarse. Me quedé mirando la cola del tren como un gilipollas.

En eso oí un grito más allá, a unos diez metros. Una mujer gritaba no sé qué de su hijo. Por donde señalaba, se había caído a las vías. Así que corrí hacia la orilla del andén y vi un carrito de bebé virado aun lado mientras un crío pataleaba. Dejé el bolso allí mismo y salté a las vías, corriendo llegué hasta el crío, el cual saqué del carrito y se lo entregué a su madre. En eso oí, más que vi, que llegaba otro tren al andén y me olvidé del carro y salté para salir de allí.

El tren llegó y se llevó por delante el carrito del bebé, mientras yo me reincorporaba. Fui a buscar mi bolsa de viaje y me la entregó un amable viajero. Le di las gracias y me senté de nuevo esperando a la agente que no aparecía.

Al poco llegó la mujer con el bebé toda llorando, muy agradecida. Me abrazó y besó en los carrillos por haberle salvado el bebé. No le di mayor importancia y acabó marchándose del andén. Al poco llegó la tal Victoria.

. - lo siento, me despiste un poco.

. - vamos, lo que ganamos con el tren, lo hemos perdido con tu despiste.

. - tenía que cambiarme.

. - haberlo hecho en uno de los baños que hay en el andén. Los trenes no esperan a nadie.

Cogí la bolsa y salimos de allí. Un taxi nos llevó a jefatura. Allí entregué los papeles de recogida, pero me pusieron peros.

. - su abogado presentó una demanda contra uno de nuestros agentes por brutalidad policial. Hasta que el juez no determine si prospera o no, no le puedo entregar nada.

. - ¿puedo llamar a mi jefe?

. - sí, coja ese teléfono de ahí, le daré línea externa.

El tío apretó un botón y al coger el teléfono marqué el número del juez y amante. Le conté lo que me había dicho el agente. Al final me dijo que tendría que esperar la decisión del juez y que buscara un sitio donde quedarme esta noche yo y la agente hasta el día siguiente. En cuanto a los billetes, como eran del tipo abierto , los podría usar otro día sin problemas.

Le di mi número de móvil al agente para que me llamara por si se adelantaba la cosa y poder venir a buscarlo lo antes posible. Lo cogió por cortesía profesional, pues luego lo tiró a una esquina de su mesa atestada de papeles de todo tipo.

Cuando Victoria me vio salir sin reo alguno, puso las manos de esa manera como preguntando donde estaba el reo.

Le expliqué lo que me dijeron y punto, no tenía ganas de dar muchas más explicaciones.

. - nos vamos a un motel hasta mañana. Ya nos avisarán si lo arreglan antes. ¿Conoces algún motel decente en la ciudad? Nunca había estado por aquí.

. - yo sí, una vez que deambulé con una banda de narcos gallegos. Nos escondimos en un motel cercano.

. - pues vayamos a ése. No tengo ganas de patearme las calles.

. - sígueme –dijo adelantándome. Su contoneo de caderas era algo ficticio, pues lo hacía adrede para provocarme. No tenía ganas ni de follarme a aquella penca, algo escasa de carne. Si estuviera aquí una buena gorda con esos olores...-.

Llegamos a un motel de bajo presupuesto. Y tanto, tenía el letrero con el nombre, roto y se veían los fluorescentes. La recepción era un exiguo mostrador. El recepcionista, con cara de cabrón, nos recibió sonriendo, enseñándonos unos dientes sucios por el tabaco.

. - Una habitación doble para un día completo, con ducha, y quiero un recibo, por favor –dije sacando la pasta-.

Le pagué al tipo y nos dio la llave. Luego nos llegamos hasta dicha habitación.

. - joder, vaya estercolero –dije nada más entrar-.

. - te dije que sabía dónde había un motel, no que fuera un cinco estrellas. Date cuenta que cuando estuve por aquí no era para que nos encontraran.

. - cierto, perdona. La próxima vez elige algo más…, ya me entiendes, lo paga papá estado, joder.

. - lo tendré en cuenta. Me pido el baño en primer lugar, quiero quitarme el olor del tren –dijo ella marchando hacia el baño y sacándose la parte superior. El sujetador era antibalas, sin duda. ¿Cómo lo sabía?, porque los había visto muchas veces en el ajuar de las compañeras de mi anterior profesión-.

La Victoria volvió a salir en bragas y sostén.

. - perdona, Salvador, ¿puedes desengancharme el maldito sostén antibalas?, fácil de poner, pero difícil de quitar.

Se dio la vuelta y se lo desenganché. Cierto, aquello había que mejorarlo un poco, pues tenía un doble enganche que había que abrir al mismo tiempo.

. - lista.

. - gracias –dijo sin sacarse el sujetador hasta que estuvo en el baño.

Elegí una de las dos camas y me tendí, mirando al techo. Me dio por pensar en Lety, la comatosa que debía estar toda la vida a base de mamadas lácteas. No sé yo sí sería mala cosa cambiarme por ella, pero no, qué coño. La libertad de elegir una polla u otra era infinitamente mejor que ser alimentada a base de leche día sí y día también y de las mismas pollas.

Victoria salió con una toalla alrededor de su cuerpo y se sentó en su cama.

. - el baño está libre.

. - gracias –dije, pero no me moví-.

. - ¿no te vas a duchar?

. - sí, ahora.

Allí seguí mirando al techo.

. - ¿puedes ir ahora?

. - ¿y eso por qué?, ¿qué prisa hay?

. - me voy a cambiar.

. - pues cámbiate, ¿quién te lo impide?

. - bueno, creí que serias un caballero y…

. - ¿qué fue aquello de que no te importaba que me quedara en el compartimento del tren mientras te ponías el sostén?

. - esto es diferente, ahora estoy toda desnuda.

. - no me lo digas, no te gusta que te vean el felpudo, pues vaya tía liberada que estás hecha.

. - lo siento. No me importa enseñar los pechos porque sé que los tengo muy bonitos, pero lo otro, como que no.

. - vamos, que no estás orgulloso de tus partes bajas. Serás idiota, ya lo he visto todo.

. - aun así, ¿podrías irte al baño?, por favor.

. - claro, no quisiera que me denunciaras por abusos deshonestos.

Me levanté y me fui al baño.

. - yo no he dicho… -no la oí, pues cerré la puerta del baño de un golpe seco-.

Me puse debajo de la roseta de la ducha y cuando abrí el agua caliente, solo salió fría. Me cagué en la madre que parió de todo lo que se meneaba. La tía había acabado con toda el agua caliente. Aun así, me duché con la fría, no iba a esperar sentado en la tapa del wáter durante media hora al menos.

Salí del baño. Ella ya estaba vestida con ropa limpia. Yo me senté sobre mi cama en el lado contrario a donde estaba la cama de ella. Me saqué la toalla y me cambié de ropa, sin importarme que me viera en pelotas. Una vez con la muda limpia, me levanté.

. - gracias por dejarme algo de agua caliente. La próxima vez me lavo yo antes.

. - perdona, no sabía que la había acabado toda.

. - no me jodas. Si estaba congelada. Anda, vamos a comer algo.

. - vale.

Caminamos un poco hasta un pub cercano y allí cenamos lo que cada uno quiso. No hablé en buena parte de la velada, solo cuando terminaba la cena, ella me habló.

. - ¿estás molesto conmigo?

. - ¿en qué sentido?

. - no has intentado nada conmigo. Los otros compañeros ya a estas alturas, me hubieran dicho de todo. Sobre todo, cosas de machistas redomados, sobre mi culo, por ejemplo.

. - no soy de esos.

. - ¿y cómo eres?

. - lo que ves es lo que hay. Si esperas que te diga lindezas como esas u otras parecidas, estás lista.

. - vamos, que eres todo un caballero.

. - bueno, a veces he tenido que dar alguna que otra ostia a alguna tía.

. - espero que por obligación profesional.

. - por supuesto, no suelo pegar a las damas por la cara. Cierta vez tuve que detener a una hercúlea mujer que tenía un cuerpo de tío. Me zurraba la muy puta, hasta que me calenté y le di un puñetazo en todas las narices que la mandé a dormir un buen rato.

. - sí, a veces hay que aplicar la fuerza bruta con ciertas personas.

. - tú lo has dicho.

En eso Victoria señaló la televisión del pub que estaba encendida.

. - sales en televisión –dijo ella poniendo atención-.

Miré y sí, era una emisión de las cámaras del andén. Joder, no tenía ganas de salir en los medios.

. - eres famoso, Salvador. Vaya, no sabía yo esa faceta tuya el de salvador de bebés en apuros.

. - no me toques los huevos. Fue lo que había que hacer, nada más. Larguémonos de aquí, no quiero que me reconozcan.

(Parte 10 de 11)

FIN