Humillado y pegado en los huevos por mi prima
Hola a todos, soy Daniel me gustaría estrenarme como autor en esta plataforma contando mi primera experiencia con el ballbusting y estaba de vacaciones en una playa del mediterráneo. Si os gusta, decidmelo y continuaré con el relato.
Ese verano era el primero que pasamos sin mi padre, que nos había abandonado unos meses antes, y en vista de las circunstancias, mi madre decidió mandarme durante el mes de Julio con mis tíos y mis primas a la costa mediterránea mientras ella trabajaba en nuestra ciudad, ya que como estudiante, yo tenía vacaciones mucho más largas que ella.
Mis primas tenían 18 y 16 años por aquel entonces y pese a que no fuera mucha diferencia en número de años, a esas edades 3 y 5 años más es un mundo, especialmente entre chicos y chicas.
Mis tíos tenían una estupenda casa muy cerca del mar, donde nos bañamos a diario y luego íbamos a nuestra piscina, mis primas tenían muchas amigas y como la mayor parte no tenían piscina, solían venir con nosotros por las tardes a bañarse en nuestra casa, allí conocí a Elisa, la hermana pequeña de una amiga de mi prima que tenía exactamente la misma edad que yo. Elisa era preciosa, muy tímida y a diferencia mía a esa edad ya empezaba a ser una mujer mientras que yo aún era un crío.
Habían pasado dos semanas de las 4 que iba a pasar en la playa, yo estaba coladito por Elisa, que por otra parte no mostraba mucho interés en mí salvo por la afinidad de edades conmigo y el resto de amigas. Una tarde, todas las chicas vinieron a casa de mis tíos, estos habían quedado con unos amigos, y pese a que no les gustaba mucho la idea de dejar a un montón de adolescentes solos en la piscina, mis primas insistieron y ellos acabaron cediendo y nos dejaron quedarnos allí, no sin antes insistir mucho en que tuviéramos cuidado. Ese día nos quedamos hasta bastante tarde, pasamos un montón de tiempo en la piscina, jugamos al waterpolo, nos hicimos aguadillas… lo pasamos estupendamente bien…
Durante esos juegos, había muchos contactos bajo el agua, muchas amigas de mis primas (y mis primas también) se pegaban mucho, o me agarraban e intentaban hacerme aguadillas. Mientras hacían eso, pegaban sus pechos contra mi cuerpo, otras veces podía notar lo suave de su piel, y la verdad es que empecé a excitarme muchísimo. Yo a esa edad era el típico chico de 13 años con las hormonas por las nubes así que estaba como una moto, en cuanto me di cuenta tenía una erección enorme, y me daba bastante vergüenza así que me aparté un poco, al mismo tiempo que las chicas salían del agua, pues ya se había puesto el sol y comenzaba a hacer frío.
Todas las chicas se fueron a una pequeña sala de juegos que tenían mis tíos en la piscina y que hacía de vestuario, y yo tuve una estúpida idea… mientras ellas se secaban yo me escondería en un pequeño almacén dentro de aquel improvisado vestuario para poder verlas mientras se cambiaban.
Dicho y hecho, me salte la toalla y mientras ellas estaban distraídas, yo entré y me escondí en el cuartito donde había todo tipo de instrumentos de piscina aguardando allí que entraran. No tardaron mucho en llegar, y cerraron la puerta, yo escondido miraba por un pequeño agujero de ventilación del cuartito en la pared que daba al improvisado vestuario, como el interior estaba oscuro, y había una pequeña mosquitera, no se me veía desde fuera.
Las chicas enseguida se empezaron a desnudar, yo sentí que el corazón se me iba a salir del pecho, cuando comencé a verlas desnudas por un momento pensé que me desmayaba jajajaja.
Eran todas muy guapas, las había con pechos más grandes como mi prima mayor, otras con pechos más pequeños, casi todas tenían recortado el vello púbico (o tal vez aún no les había crecido mucho) y de repente vi a mi objetivo más preciado, Elisa…
Elisa tenía el pelo castaño, era muy delgada casi podría decir que frágil y unas tetas indudablemente pequeñas pero muy firmes, yo no podía creer lo que estaba viendo, en ese momento estaba en el cielo.
Yo estaba allí disfrutando de lo lindo cuando una de las amigas de mi prima dijo, voy a guardar el balón de waterpolo, y acto seguido entra en el cuartito, da la luz y me descubre. Yo me quedé inmovil, sin saber que hacer mientras ella comenzaba a dar gritos y avisar a todas sus amigas, me sacaron a empujones del cuarto… yo estaba tremendamente avergonzado mientras era patente lo enfadadísimas que estaban conmigo. Algunas me tiraron cosas una vez se vistieron apresuradamente.
Yo me quedé allí callado, mi prima mayor que era muy feminista, al igual que alguna de sus amigas empezaron a llamarme unas cosas terribles, y asegurarme que iban a contarselo a mis tios tan pronto como regresasen a casa. Aquello me aterraba, mis tíos me querían mucho y seguro que se iban a enfadar, igual me mandaban de vuelta con mi madre, quien también se llevaría un enorme disgusto. Yo les pedí perdón casi con lágrimas en los ojos, les dije que lo sentía muchísimo, pero que por favor no se chivasen a mis tíos, pero ellas estaban realmente rabiosas conmigo y no daban muestras de voluntad de perdonarme. Llegado un momento mi prima mediana dijo “vamos a hablar y decidir qué hacemos, mientras tanto metamosle en el cuartucho ese donde estaba escondido”. Y allí me metieron…
Pasó casi media hora, yo estaba helado porque no me había secado y aun estaba en bañador sin siquiera una camiseta cuando entran todas las chicas con mis primas a la cabeza y me dicen “Mira Dani, hemos estado hablando, lo que has hecho está muy mal y si no quieres que se lo digamos a mis padres, tienes que entender lo humillante que es lo que has hecho” yo asentí por primera vez atisbando la posibilidad de escaparme de aquello.
“Para que entiendas lo que has hecho tienes que sentir lo mismo asi que para aprender la lección tienes que verte en la misma situación que nosotras, es decir desnudo delante nuestro” a mi aquello me pareció aterrador y me moria de verguenza, pero ellas me dijeron “tú verás, esto o nos chivamos” así que tuve que acceder.
Mi prima mediana se puso detrás mío, y con un rápido movimiento bajó mi bañador hasta el suelo, esa era la única prenda que llevaba así que quedé completamente expuesto delante de ellas. Tan pronto como me vieron quedaron impresionadas, estaba claro que para muchas era la primera vez que veían un chico desnudo. Yo tenía todo encogido por el frío y pude escuchar algún cuchicheo diciendo “es todavía un crío” intenté taparme con las manos pero mi prima mediana que seguía detrás me agarró los brazos y los apartó de mi entrepierna.
Todas las chicas se acercaron a mí, con los ojos fijos. Las dos primeras se limitaron a mirar, pero la tercera empezó a tocarme la colita y despues los huevos, despues de eso todas quisieron tocar, yo estaba nerviosísimo pero a pesar de la humillación que aquello suponía, también me gustaba que todas aquellas chicas me estuvieran tocando la “colita” asi que paso lo inevitable, comencé a tener una fuerte erección que pareció causar una gran risa en todas. A mi prima mayor, aquello pareció no gustarle en absoluto, así que, se acercó con la mano abierta abajo, yo pensé que iba a tocarme también pero de repente sentí que estaba muy muy equivocado, con la mano abierta me había dado un enorme tortazo que impactó de abajo arriba en mis huevos desnudos. Pese a que mi polla estaba bien firme, debido al frío tenía los huevos con la piel encogida con ambos bien juntos y pegados al cuerpo, así que el impacto fué perfecto, alcanzando ambas pelotas en su parte inferior produciendo un estruendoso “plap” que resonó por toda la habitación.
En aquel momento, pasó un segundo que pareció un minuto, tras eso sentí un enorme dolor en la parte inferior de los huevos y caí como un saco de patatas al suelo, me dolía tanto que no podía ni gritar… escuché a mi prima decir, así aprenderás mejor la lección.
Yo estaba en el suelo boca abajo con ambas manos en los huevos, las chicas se rieron durante un rato y me dejaron tirado en el suelo completamente desnudo.
Yo estaba en shock, atrás habían quedado el miedo y la humillación, en ese momento mi cerebro sólo podía procesar el enorme dolor que sentía en mis testículos y que se extendía por mi abdomen hasta la barriga, era la primera vez que sentía un dolor así en toda mi vida. Pasados un par de minutos comencé a reaccionar, ya podía moverme así que comencé a revolcarme en posición fetal al tiempo que empecé a llorar tanto de dolor como de humillación, cuando en una de las vueltas me dí cuenta con horror que allí había permanecido Elisa. Me quedé quieto, en posición fetal boca arriba, todo encogido y con ambas manos en los huevos tratando de hacer remitir el dolor, la posición más humillante y ridícula que podáis imaginar…
Estaba yo así, quieto, tratando de no gemir pero evidentemente incapaz de ocultar el enorme dolor que sentía, hasta que Elisa se levantó, me trajo una toalla y cuidadosamente me la colocó por encima “Toma sécate que estás helado, hace unos meses a mi hermano le dieron un balonazo en los huevos y estuvo como tu un buen rato, anda, intenta levantarte”
Yo era incapaz de ponerme en pié pero con un gran esfuerzo, primero me senté y luego pase a continuar sentado en una silla, aún encogido, sujetándome las pelotas, con la toalla por encima y todavía llorando.
“Eso que has hecho esta muy mal Dani, siento que te hayan pegado en los huevos pero te lo merecías” yo estaba allí callado, sentado y encogido como un trapo sin poder responder. Finalmente me puse en pié, con intención de recuperar el bañador cuando ella con suavidad pero sin pedir permiso me apartó la toalla “Dejame ver si estás bien” yo recordé dos cosas en ese momento, una que ella no se había acercado a mirar ni a tocarme antes, y dos, que siempre decía que de mayor quería ser enfermera.
Yo incapaz de resistirme me quedé quieto mientras ella miraba con atención, mi polla volvía a ser una “colita” encogida y los huevos estaban completamente rojos. Ella con una sonrisita burlona me dijo, “creo que estarás bien” y se marchó. Yo me puse el bañador y salí de allí caminando cómicamente con las piernas arqueadas, me fui a mi habitación y permanecí allí. Cuando el dolor comenzó a remitir, me masturbé pensando en aquella gran humillación y en Elisa, a ratos desnuda como la había visto y a ratos en aquella actitud maternal cuando estaba sufriendo.
Aún quedaba bastante veranos por delante… (seguirá)