Humillado delante de mi suegra (I)

Un marido es humillado por su esposa delante de su suegra

Mi mujer me ha perdido el respeto. Debo aclarar que siempre habíamos tenido una vida sexual variada y de vez en cuando jugabamos a ser ama y esclavo. A mi me

encantaba este juego aunque a ella no era lo que mas le entusiasmaba, pero se aplicaba para hacerme feliz.

Yo trabajo en casa y de vez en cuando me desnudo y me visto con sus medias y un tanga y me masturbo mirando videos de dominas y sumisos. Evidentemente, ella

no sabia nada de mis distracciones diarias. El problema empezo el dia que, no recuerdo por que razón, ella apareció por casa y me pillo en plena faena. No se

lo tomo nada bien, me reprocho que yo perdiera el tiempo en casa mientras ella trabajaba fuera y, encima,  se encargaba de las tareas domesticas,

supuestamente porque yo tenia "un monton de trabajo"

No se porqué se lo tomó tan a mal, la verdad, però en su cara vi que algo habia cambiado para siempre. Me miró friamente y dijo:

-No pienso hacer nada nunca más en esta casa, nunca más- Dió media vuelta y se encerró en el despacho.

Estuvo tres dias sin dirigirme la palabra, tres dias en los que yo me esforcé en complacerla, hice todas las tareas de la casa, las comidas, todo. Le

supliqué me perdonara, que haria lo que quisiera. Ni tan solo me miró.

Finalmente, el domingo por la mañana se dirigió a mi y sin más me soltó:

-Desnudate y ponte de rodillas

La obedecí inmediatamente, mientras ella se quedó mirandome. Al cabo de un buen rato me tiró en la cara sus medias y sus bragas

-Ponte las medias y las braguitas y luego te pones los pantalones encima. Hoy viene mama a comer y quiero que prepares una comida decente.

Me entró un pánico horrible, me imaginé que le contaria a su madre mi perversión, o que me obligaria a desnudarme, no sé... la verguenza me pareció

insoportable y me asusté muchíssimo.

-Por favor cariño, eso no, no me pongas en evidencia delante de tu madre, te lo suplico. Lo que sea pero eso no.

-No te preocupes, inútil ¿crees que quiero que mi madre sepa la clase de imbécil con el que me he casado?. Lo que quiero es que estés bien dócil por que le

he dicho a mamá que estoy muy enfadada contigo y estoy decidiendo si te perdono. Al menos que vea que domino la situación. Quiero que pongas la cara de oveja

asustada que tienes cuando te obligo a vestir medias, esto es todo.

Me invadió un alivio inmenso, al menos este castigo era algo asumible y, esperanzado, me imagine que una vez desapareciera mi insoportable suegra las cosas

volvieran a su cauce normal. Me temo que fui un solemne iluso.

A mediodia sonó el timbre y yo me quedé petrificado mirando a mi mujer.

-Es mamá, ¿está todo a punto?

-Si cariño- contesté yo

-Pues vete a abrila y recuerda que te quiero con la vista baja y cara de arrepentimiento.

Lo hice, me dirigí a la puerta y recibí a mi suegra con un par de besos y una expresión alicaida.

-!Bueno, cuentame que has hecho que tienes a mi hija tan furiosa!- Me soltó de entrada, intrigadísima.

  • La verdad es que preferiria no hablar del tema, si no te molesta- Contesté yo cabizbajo.

  • Vaya, que me vais a tener los dos en asquas toda la comida. En fin, vayamos dentro.

La segui hasta el comedor y me quede en un discreto segunto término mientras ellas hablaban de sus cosas.

-¿Vamos a comer, mama? Tu! -me espeto- sirve la comida

-Vaya, vaya, veo que lo tienes a ralla niña- observó mi suegra, entre divertida y admirada de la decisión de su hija.

-Pues si, la verdad es que se me han inchado las pelotas con el- aclaró mi mujer.

Serví la comida con toda la reverencia de la que fuí capaz y me dispuse a sentarme en mi sitio.

-Tu no!-me increpó ella-tu te quedas ahí de pié por si necesitamos algo

-Pero cariño-empece a protestar-hasta que su mirada me detuvo y me quedé ahí, profundamente avergonzado, con las manos en la espalda y la vista al suelo.

Noté como mi suegra me mirava y la sensación de humillación y verguenza se apoderó de mí provocandome una enorme excitación. El roze de las medias y las

bragas en mi pene no hicieron mas que aumentar mi excitación. Cuando estoy así, soy capaz de hacer cualquier cosa, por degradante que sea, y mi mujer lo sabe

muy bien.

Sin decir ni media palabra, mi mujer se levanto de la mesa, con decisión, y volvió en unos segundos. No vi lo que hacia ya que me quedava a mi espalda y

cuando noté lo que hacia, ya era demasiado tarde: una brida sujetó mis manos sin posibilidad de liberarme.

Se sento, se miraron sin decir nada y, al cabo de un momento mi mujer le preguntó a mi madre:

-¿Quieres saber por que tengo a este imbécil castigado?

-!Pues claro, ya estas tardando!-respondió ella.

-Por favor, por favor cariño, no lo hagas, por favor, te lo suplico, delante de ella no, por favor-gimoteé yo.

-¿Que te parece, mama, le hago caso?

-La verdad es es muy divertido ver al señor importante llorando como una niña, pero creo que me interesa mucho saber que ha hecho el muy imbécil!

Realmente mi suegra se estaba divirtiendo de lo lindo.

-Pues resulta que lo pillé mirando videos porno por internet vestido SOLO con mis medias y mis braguitas!-

-No jodas- dijo mi suegra-tu, pervertido!, eso haces maricón? - me soltó mi suegra mirandome fijamente

Yo no respondí, no podia soportar la mirada de mi suegra.

-¡Contesta!-Grito mi mujer

Yo seguia sin  responder.

-No me lo puedo creer-dijo mi suegra

-¿Que no?-respondió mi mujer-Pues ahora vas a ver.

Y sin pensarselo dos veces, me desabrocho el cinturon y me bajó los pantalones hasta los tobillos.

Era verano y solo llevaba encima una camiseta, con lo que quedé totalmente expuesto, las medias negras hasta medio muslo, las braguitas de encaje en la que

sobresalia ligeramente mi pequeño pene, totalmente a la vista de mi suegra y mi mujer. Me sentí ridículo y enrojeció de verguenza

Ahora la humillación era mucho mas fuerte que mi excitación y empecé a llorar.

(continuará)