Humillada por las deudas (3)

Siguen las Humillaciones de Carmen, ahora por una amiga de Marta a la que va a llevarle una invitación.

HUMILLADA POR LAS DEUDAS 3

Completamente Avergonzada y humillada, me dispuse a salir a la calle a cumplir los recados de mi ama Marta. Tener que salir a la calle con el uniforme de chacha, que me venía bastante corto, sin bragas y expuesta a que una ráfaga de viento dejara mis intimidades al aire, con una ridícula cofia en mi cabeza rapada era demasiado humillante para mí.

La primera de las cartas debía entregarla en casa de Nuria, una amiga de Marta que en el colegio la llamábamos "la mamona", porque un día para castigarla por haberse chivado de unas chicas, después de clase de gimnasia la dejamos en pelotas y la encerramos en el vestuario de los chicos. Parece ser que para que la dejaran salir los chicos tuvo que hacer algunos trabajitos con la boca en el vestuario.

Llegué a su casa, un chalet adosado y en la misma calle llamé a un timbre y esperé en la puerta de reja. Al poco tiempo vi salir a Nuria que al verme se dirigió hacia mi riendose a carcajadas al ver mi aspecto ridículo.

Vaya, vaya, Que tenemos aquí?.- Dijo mirándome de arriba abajo.

Soy la criada de Doña Marta le traigo una carta.

Así que para eso has quedado. Para criada. No valías para otra cosa, no?. Con los aires de grandeza que tenías en el colegio. ¿Qué le ha pasado a tu pelo?

Doña Marta me lo ha cortado al cero

Jajajaja, ya lo veo. – Bueno, te acuerdas cuando me metisteis desnuda en el vestuario de los chicos?

Yo no dije nada, aunque me acordaba perfectamente.

Pues ahora vas a saber lo que se siente estando desnuda en la calle. Quitate el uniforme, todo menos la cofia y damelo a traves de la reja.

Sabía que era inútil discutir, así que me quité el uniforme y me quede desnuda en la calle.

Cogete de los barrotes con las dos manos y saca el culo. Abre las piernas que si pasa alguien te vea el culo y el chochito. Sabes, en el vestuario los chicos me hicieron abrirme de piernas y enseñarles el chumino, me amenazaban con follarme y yo me moría de vergüenza. Tuve que chuparsela y tragarme el semen de al menos diez tíos. Siempre he pensado en vengarme de vosotras y tú , hoy vas a pagar por todas.

Oía pasar varios coches que seguro que alucinarían viéndome con el culo en pompa y abierta de piernas cogida a los barrotes de la puerta. Cuando se cansó de tenerme así me dijo:

Ponte a cuatro patas como la perra que eres. Te voy a dejar entrar.

Agradecía poder entrar y dejar de enseñarle el culo y la rajita a todo el que pasara. Pero si hubiera sabido para lo que me hacia entrar hubiera preferido seguir enseñándolo todo. Abrió la puerta y la crucé a cuatro patas como una perra.. Me puso un collar y una correa y pasar al jardín de la parte de atrás, donde se podía ver una caseta de perro, en cuya puerta dormía un enorme pastor alemán.

Pobre Sultán, hace tiempo que no tiene una novia.. menos mal que estás tu aquí, y va a poder desfogarse.

Ató la correa que llevaba en mi cuello a un árbol dejándome allí sin poder moverme y se fue a por Sultán.

Sultán, te he traído a Lassie una perita muy mona, para que la montes.

Al oir eso, me tiré al suelo y cerré las piernas para evitar que el perro me montara. Entonces Nuria volvió donde yo estaba y se quitó una zapatilla y empezó a pegarme en el culo con fuerza hasta ponerlo rojo.

Ponte a cuatro patas y con la patas de atrás abiertas, perra! Para que pueda montarte Sultán.

Por favor, no me hagas eso, con el perro no, haré lo que quieras, pero no me hagas follar con el perro.- Dije llorando a lágrima viva tanto por la azotaína que me había dado como por la humillación que sentía.

Claro que te va a follar, tu eres una perra, no? Pues entonces te tiene que follar un perro a ver si tenéis perritos, jajaaja.

Me tuve que poner a cuatro patas y todo lo abierta que podía mientras Nuria traía a Sultán que empezó a olisquearme como si fuera una perra . Luego me dio unos cuantos lametones en la rajita que no me disgustaron del todo. Finalmente , ayudado por Nuria , Sultán se subió sobre sus patas traseras y me ensartó en una enorme polla follandome como si yo fuera su perra. Estuvo muchísimo tiempo follandome, bombeando sin parar y yo me sentía cada vez mas humillada siendo follada como una perra ante la mirada de Nuria que no paraba de burlarse de mí. De pronto noté como grandes chorros de semen inundaban mi coñito porque Sultán se estaba corriendo, estaba termiando de montar a su hembra. Se quedó un rato quieto con su polla aún dentro de mí, y yo también estaba quieta, con las piernas abiertas y sin moverme. Hasta que por fin se salió y volvió a dormir a su caseta. Estaba exhausta, casi no podía cerrar las piernas por lo que dejaba a la vista mi coño abierto del que salía gran cantidad de semen de sultan. Entonces Nuria vino con mi uniforme y me dijo que me vistiera y me fuera.

Dile a Marta que por supuesto iré a su fiesta

Me vestí y me marche con el coño lleno de semen que resbalaba por mis muslos al no llevar bragas y me dispuse a cumplir los otros encargos que me había hecho Marta.