Humillada en un probador
No fue exactamente un intercambio, mas bien fui degradada...
Hoy voy a relataros una nueva experiencia, como la anterior totalmente verídica, pero antes haré una breve descripción de mi físico, algo que no hice en mi anterior y único relato publicado.
Soy morena de pelo y piel, mido uno sesenta y ocho y peso cincuenta y un kilos, como destacable por aquellos que me conocen, gustan mis ojos, mi boca y en terreno puramente sexual mis pechos, bastante grandes en comparación con el resto de mi anatomía pero muy bien proporcionados y firmes.
Bueno ya me iréis conociendo mejor, creo que escribiré más relatos, ya que he descubierto el morbo que me produce, tanto que me he masturbado pensando en aquellos o aquellas que leyeron mi anterior aportación.
Os contare mi segunda experiencia con jorge, a la semana siguiente de ir al local de intercambio con el, me llamo y nos vimos en un bar cerca del trabajo, allí estaba el sentado esperando.
Que tal putita, me dijo, tengo preparada una aventura para ti con unos amigos, solo escuchar sus palabras mi cuerpo se tenso y notaba como una sensación de excitación crecía dentro de mi, de que se trata pregunte, Jorge me cogió de la mano y me dijo, quítate las bragas, llevaba una camisa y falda con zapatos de tacón, normalmente vestía así en la oficina, me quede algo cortada, ya que los empleados de la cafetería me conocían y no era fácil hacer lo que me pedía evitando las miradas.
A que esperas, sin pensarlo subí mi falda disimuladamente e intente alcanzar mis bragas, poco a poco deslice el elástico y fui bajándolas al mismo tiempo que colocaba de nuevo mi falda, tenia la impresión de que todos los presentes sabían lo que estaba haciendo, me sentía incluso humillada, finalmente saque la prenda con disimulo y se la entregue a Jorge, el guardo mis bragas en su bolsillo y me invito a salir del bar.
He de decir que en ocasiones e ido sin bragas, pero el saber que alguien mas sabia que no las tenia puestas en ese momento era muy excitante, caminamos unos minutos y llegamos a unos grandes almacenes, una vez dentro me llevo a la planta de lencería y elegimos algo de ropa, con la excusa de probarme la ropa, llamo a un dependiente, generalmente en esta planta suelen ser mujeres, pero en este caso se trataba de un hombre, seguramente Jorge ya sabia que seria así no creo que fuera fruto del azar.
Hasta aquí no parecía pasar nada, pero en el momento de llegar al probador, Jorge invito al dependiente a entrar con nosotros, el hombre tendría unos cincuenta años, mas bien gordito y no muy agraciado, muy educadamente rehusó la invitación aliviándome no sabéis como.
En ese momento jorge insistió diciendo que necesitaba una segunda opinión, no quiere ver usted como le queda la ropa a esta mujer pregunto. Se trata de una puta de lujo que he contratado y prefiero que usted se asegure de la elección de la ropa que se pondrá esta noche y así yo no tendré que verla y me sorprenderá.
Me sentí muy avergonzada, el hombre respondió, en ese caso le ayudaré encantado, y me acompaño al interior del probador, una vez dentro los dos, jorge desde fuera me dijo, ya que no puedes probarte el tanga quítate la falda para que el señor pueda verte bien y valore si la parte de abajo te quedará bien y se amoldará a tu cuerpo.
Entendí su plan, todo tenia sentido, en ese momento no podía creerme lo que estaba haciendo, comencé a bajar la cremallera de mi falda y desabroche la camisa, baje mi falda y la mirada del vendedor se centro en mi sexo desnudo y completamente depilado, el tiempo parecía haberse detenido, en ese momento Jorge abrió la puerta del vestidor y me dijo, date prisa que no tengo todo el día, que haces aun así, ya no pensé mas me sentía dominada, avergonzada, me quite la camisa y el sostén, quedando completamente desnuda ante aquel desconocido que me ofreció la primera prenda que yo me probé, que tal dijo Jorge, estupendo dijo el señor, no puedo resistirme dijo jorge, abrió la puerta y me miro fijamente, ciertamente te queda perfecto.
Bueno dije yo, nos vamos entonces, espera que me vista y estoy contigo en unos minutos, creo que no dijo Jorge, ya que te pago, quiero disfrutar de ti y que mejor compañía que la de este amable caballero, siempre que el no tenga inconveniente, por mi ninguno dijo el vendedor, estupendo entonces, quítate el sostén y baja el pantalón de nuestro amigo, me quede algo parada, esta situación no era tan morbosa como en el club de intercambio y mi vergüenza superaba con mucho la excitación que era casi nula.
Aun así comencé a desabrochar el pantalón y baje los calzoncillos como me pidió, más bien ordeno Jorge. Frente a mi estaba ese hombre ya completamente desnudo, no tardo ni un segundo en quitarse el mismo el resto de la ropa, tenia un pene normalito, peludo y bastante grueso.
Mastúrbale me dijo Jorge, cogi la polla del hombre y comencé a agitarla, estaba bastante dura, el desconocido cogio mi cabeza y mientras acariciaba mi cabello, acercaba su polla a mi cara, casi rozaba mi cara con su glande.
Chúpala zorra, me dijo Jorge, introduje la polla en mi boca y comencé a mamar, me estaba follando literalmente la boca y comenzó a agarrar mis tetas con sus pequeñas y gordas manos, las agarraba con fuerza y pellizcaba mis rosados y grandes pezones causándome dolor, era la mayor de las humillaciones, este hombre no había estado ni estaría jamás con una mujer joven como yo, desnuda y sentada frente a el mamándole la polla entregada a sus deseos.
Acaricia mis huevos zorra me dijo el vendedor, voy a correrme en tu cara puta, quiero regar tus tetas y tu carita de angel con mi leche, comenzó a masturbarse el mismo, no dejes de tocarme los huevos, así puta, asiii¡¡¡, me corro joder como me corro zorra.
No olvidaré sus palabras, comenzó a salpicarme lefa por la cara y por las tetas, debía llevar tiempo si correrse, no paraba de descargar sobre mi, me quede quieta mientras el se vestía, se marcho sin decir nada y allí estaba yo empapada y destrozada, no pude articular palabra, Jorge me entrego un pañuelo, me limpie y salimos del probador.
El hombre me miró y me dedico un beso, cuando pasamos a su altura nos despedimos de el y me agarro el culo diciendo, espero que vengan de nuevo a visitarnos.
Salimos del establecimiento y Jorge me dijo, necesitaba saber hasta que punto harías lo que te pidiera, te prometo que en próximas ocasiones disfrutaras como no puedes imaginar, te lo prometo.