Humillada en mi propia casa.
Sandra es castigada por algo que no ha cometido.
Humillada en mi propia casa.
Me llamo Sandra, tengo 18 años y vivo junto con mi madre y mi hermana. Mama tiene 39 años y mi hermana María 15.
María siempre ha sido la favorita de mama, como es menor que yo mamá siempre le da la razón aunque yo no tenga la culpa.
¿Mamá has visto mi tanga de encaje? Oi como preguntaba María a mamá.
No hija, no lo he visto.
Seguro que Sandra me lo ha quitado.
Sandra, ven aquí, grito mamá.
En ese momento ya sabía que a pesar de no tener nada que ver con el tanga que María no encontraba, me iba a encontrar con un castigo aunque no fuera mi culpa.
Fui al salón donde se encontraban mamá y María. ¿Que tripa se os ha roto ahora?
Por favor Sandra, devuelvele a María su tanga de encaje que quiere utilizarlo.
¿Y por qué tengo que tenerlo yo? Igual se lo ha dejado olvidado en casa de algún chico.
Cuando dije esa frase vi como mamá enfureció.
Vamos a tu cuarto Sandra y devuelvele el tanga. Me agarro por la oreja y me llevo justa mi habitación. En ese momento María ya se estaba saliendo con la suya.
Nos das el tanga de María o lo busco yo, dijo mi madre.
Que no lo tengo mamá.
Tu lo has querido Sandra. En ese momento mi madre comenzó a abrir los cajones de mi armario y a tirar todas mis braguitas encima de la cama.
María, ves mirando a ver si esta tu tanga entre todas estas bragas.
Después de sacar y revisar toda mi ropa interior y no encontrar el tanga de María, sonreí aunque sabia que no acabaría aquí la cosa.
Seguro que lo lleva puesto mamá, dijo María.
Quitate la ropa hija, y dejala también encima de la cama.
Mamá, mira. Me levante la falda y les enseñe a las dos las bragas que llevaba puestas, unas braguitas brasileñas.
Ves como no las llevo puestas mamá.
He dicho que te desnudes Sandra, hasta que no aparezca el tanga de tu hermana estas castigada a estar desnuda para que aprendas a no hacer estas cosas a María.
Pero mamá
Ni peros ni peras replicó.
María se acercó a mamá y le dio un abrazo. Se sentía ganadora como casi todas las veces.
¿A que estás esperando Sandra?
El tono en el que me lo dijo me hizo entender que o le hacía caso o sería peor para mi.
Me quite la camiseta, después el sujetador, me descalce, me baje las medias y después desabroche la falda y la deje caer. Por último me quite las braguitas, cogí toda la ropa y la tiré encima de la cama.
¿Y ahora que? Ya me habeis visto desnuda, ¿os vale con esta humillación o vais a seguir castigandome?
Ya te he dicho Sandra que estas castigada hasta que aparezca el tanga de tu hermana.
Ahora vamos a cenar que es tarde. Era Viernes y al menos no tendría que ir al Instituto hasta el lunes por que mi madre era capaz de mantenerme el castigo todo el fin de semana.
Cenamos las tres, yo no hablé en toda la cena y cuando acabamos recogimos la mesa.
Sandra hoy te toca sacar la basura que ayer lo hizo María, dijo tu madre.
Dejaras que me ponga algo de ropa mamá, no pretenderas que salga así desnuda se la calle.
Es tu problema Sandra, mientras no aparezca el tanga de tu hermana tienes prohibido ponerte nada, continuaras desnuda y las te vale que aparezca durante el fin de semana o el Lunes irás al Instituto así.
No lo podía creer, esta vez el castigo y la humillación a la que me estaban sometiendo era mucho mayor a cualquiera de los castigos a los que me habían sometido hasta entonces.
Viendo que no había otra solución y conociendo a mi madre y que no iba a ceder en el castigo. Cogí la bolsa de basura y me fui hacia la puerta.
Lleva cuidado no cojas frío dijo mi hermana riéndose de mi.
Abri la puerta de casa, salí al jardín y al llegar a la puerta de salida a la calle la sbri una cuarta y miré para los dos lados de la calle afortunadamente no pasaba nadie. Salí rápida y me dirigí corriendo a los contenedores que se encontraban nada más cruzar la calle. Cruce la calle y tire la basura, volví corriendo a cruzar pero en ese momento paso un coche.
Mierda!!! Intenté esconderme detrás de los contenedores pero no me dio tiempo.
Cuando pasó el coche tocó el claxon y un chico asomo la cabeza por la ventanilla gritando algo que no llegué a entender.
Pasado el coche corri a casa ya que pude ver cómo se acercaba una pareja acera arriba.
Creo que no me han visto, dice hablandome a mi mismo cerré la puerta del jardín y me fui corriendo a casa. Hacia fresco para estar desnuda en la calle.
¿Que tal Sandra? No te compensa más devolverme mi tanga, dijo María con cierta maldad.
No le respondi y me fui a mi cuarto directamente, cuando llegué habían recogido toda mi ropa interior que habían dejado encima de mi cama, abri los cajones y vi que no la habían dejado ahí, abri el armario y vi que también se habían llevado todos mis vestidos y pantalones.
Esta visto que esta vez no me va a levantar mamá el castigo, pensé. Me metí en la cama y me eche a dormir.
Al día siguiente me levanté, me fui a la ducha y después a la cocina a desayunar. Allí estaba mamá.
¿Que tal has descansado hija? No lleves esto más lejos Sandra, devuelvele el tanga a tu hermana y así podré levantarte el castigo. Hoy vienen a comer tu tia Isabel y tu prima Elena y no querrás estar desnuda.
Mamá, os he dicho 20 veces que no tengo el tanga de María.
Tu misma, en ese caso te verán así Isabel y Elena, así te vas acostumbrando a que la gente te vea desnuda porque el lunes en el Instituto tendrás que aguantar muchas miradas.
Me fui al salón a ver la tele, cuando sonó el timbre. Sal a abrir Sandra que yo estoy preparando la comida y María de fue de compras, dijo mamá.
Fui hacia la puerta, suponiendo que serían Isabel y Elena. Isabel era hermana de mi madre y Elena mi prima a pesar de tener 2 años más que yo, tenía con ella una excelente relación, mucho mejor que la que tengo con María.
Salí al jardín y cuando abri la puerta efectivamente eran Isabel y Elena.
Pero que haces así Sandra, dijo mi tía Isabel mientras nos dábamos dos besos.
Vaya cuerpazo primita me dijo Elena mientras me acariciaba en la espalda.
Me ha castigado mi madre a estar desnuda mientras no aparezca un tanga que María dice que le ha desaparecido.
Espero que no me castigue a mi también dijo riéndose mi para Elena. Y volvió a decirme, vaya cuerpo que tienes prima, yo me moriría de vergüenza si tuviera que estar desnuda y me dio un cachete en el culo.
Vamos pasad que aquí hace fresco les dije y nos fuimos para la casa.
En el Salón salió mamá a saludar a tia Isabel y la prima Elena.
Pero como tienes castigada a Sandra a estar desnuda, mientras Isabel le decía esto Elena y yo estabamos hablando de nuestras cosas.
Tienes unos pechos que ya me gustaría a mi me decía Elena y me los tocaba con cierta envidia. Elena y yo desde muy pequeñas hemos tenido muy buena relación, además Elena tiene unas manos muy buenas, yo siempre le he dicho que tiene que dedicarse profesionalmente a ser masajista, cuando nos vemos siempre aprovechamos para que me de un masaje y ella así coge experiencia.
Elena ya que estoy así podías darme un masaje relajante antes de comer siempre me los has dado con ropa interior hoy será tu consagración.
Me parece bien contestó Elena, vayamos a tu cuarto.
Nos fuimos a mi cuarto y Elena me dio un masaje completo como nunca lo había hecho. Nunca había llegado a masajearme los pechos con esa pasión que incluso le llevó a lamerme los pezones, me abri bien de piernas y metió sus dedos en mi vagina y comenzo a frotarme el clítoris hasta que no pude más y me corrí.
Espectacular Elena, ha sido espectacular, le decía mientras respira aun de manera brusca. Gracias por este momento que me libera un poco de la humillación a la que estoy siendo sometida. Nos dimos un abrazo y no se como tuve la ocurrencia de decirle a Elena, tenias que desnudarte y estar las dos, desnudas durante la comida para darle en los morros a mi madre y a mi hermana.
¿Y a cambio que gano yo con ello? me preguntó Elena
Bueno, ayudaras a que tu prima Sandra no se sienta tan mal, yo sola desnuda en la comida y a cambio puedo darte un masaje aunque no esperes nada parecido al tuyo, que yo no sé dar masajes.
Elena puso cara de interesante, sonrió y sin decir ni usa sola palabra, comenzó a quitarse la ropa.
Vamos allá, puede ser divertido ver la relación de nuestras madres.
Una vez desnuda Elena, le pedí que se tumbara en la cama.
Tienes unos pechos impresionantes y empecé a tocarlos con las dos manos desenfrenadamente, enseguida baje a su zona vaginal... Que bien recortadita vas Elena yo nunca me he depilado mi zona íntima.
Si quieres te puedo depilar yo, se ofreció Elena, es mucho más higiénico que llevar esa pelambrera que llevas y también más elegante, todos los chicos con los que he Estado les gusta verme así.
Comencé a meterle los dedos y acerque mi lengua a su clítoris hasta que Elena tuvo un orgasmo impresionante.
Pasamos al baño a asearnos un poco y salimos al salón.
En cuanto la tía Isabel vio a Elena tambien desnuda dejó de hablar y echandose las manos a la cabeza dijo: pero que estas haciendo hija!!
Mamá, me estoy solidarizando con Sandra, si ella tiene que sentarse a la mesa desnuda yo haré lo mismo y no me vestiré hasta que nos vayamos a casa.
En esos momentos llegó María a casa.
¿Que haces desnuda prima? Fue lo primero que dijo nada más ver a su prima Elena sin ni siquiera decir un hola.
Hemos revisado que no llevará puesto tu tanga de encaje, dije con tono de burla y continúe, como podrás ver Elena tampoco te lo ha quitado pero estará castigada hsta que finalice la visita a nuestra casa.
El día fue divertido, ver la cara de María enfurecida porque Elena me estaba apoyando fue una gran victoria.
A última hora de la tarde Elena fue a vestirse, Isabel y ella se marchaban a su casa. Elena me cogió de la cintura con los dos brazos y me dio un beso en los labios, se fuerte prima, antes o después tendrán que levantarte el castigo.
Finalmente el Domingo me lo pasé tirada en la cama en mi habitación, solo salí a la hora de comer y cenar. Mañana es Lunes, tengo Instituto y no me han levantado el castigo.