Humillada en el callejón.
Les contare cuando descubrí que me gusta que me follen de manera fuerte, dura, que me lastimen.
Recuerdo que en aquel entonces estaba a dos meses de cumplir 19 años, era un sábado por la noche y mis amigas y yo decidimos ir a una discoteca a divertirnos, eramos en total 4, llegamos a una discoteca muy conocida acá donde vivo a eso de las 2 am, compramos bebidas y estuvimos bailando y tomando, entre trago y trago me iba fijando que nos íbamos poniendo ebrias. A eso de las 3.40 am ya estábamos bailando como locas y súper acaloradas y ebrias, en todo ese alboroto tres chicos se nos acercaron y empezamos a bailar, eran guapos y parecían tener dinero, por que compraban más y más bebidas, ya eran casi las 4:30 cuando decidí irme sola pues mis amigas estaba besándose y coqueteandose con los chicos,me despedí y se ofrecieron a compañarme pero les dije que no que podía sola, pero en realidad estaba muy ebria. Recuerdo que salí de la discoteca y lo primero que hice fue buscar un taxi, preguntaba los precios y todos me quería cobrar mucho y no me alcanzaba y no sabía como regresaría, entonces decidí caminar, se que no sabía donde estaba pero, empecé a camimar con la esperanza de que me ubicaría y avanzaría un poco para que el taxi me cobre menos. Recuerdo que aún era oscuro, yo venía vestida con un enterizo que llega hasta un poco más arriba de mi espalda y tacos, era una prenda Blanca y me quedaba de infarto, tengo un buen culito redondito y una cintura súper delgada, no tengo mucho basan tetas pero feas no están, ese vestido me quedaba súper sexy y en esa madrugada ebria caminando por las calles, si yo fuese un hombre, me cojo y meto por el callejón a meterme verga por todos lados. Cosas así venía pensando mientras caminaba hacia un callejón oscuro sin prestar atención por venir pensando todo eso, cuando me di cuenta ya había caminado almenos unos 5 metros hacia la oscuridad, cuando me volteó para regresarme que veo tres tipos altos, uno era gordo los otros eran robustos y corpulentos, creo que estaban drogandoce o fumando algo porque olían extraño, se pararon frente a mi y mi única salida, el gordo fue el que se atrevió a hablar primero y dijo, te haz perdido putita, que no creo que este sea el camino a tu casa he perrita! Dijo, yo algo confundía dije, no, no, es que, me confundí, cuando termine de decir eso, los dos chicos robustos y corpulento me sujetaron, cada uno por cada brazo, en eso el gordo se acercó y dijo, ah que adivine, estas perdida, lo sabia, pues mira putita, de acá no sales con el coñito lleno de leche, entendiste puta. Me dijo agartandome de cintura y con la otra mano agarrando me del cuello, derrepente, todas las guarrerias que venía imaginándome de estaba cumpliendo. Cuando me tenía del cuello me exite tanto que me empezó a excitar estar entre esos tres grandes hombres con sus duras vergas deseosos de mi puchita y la única forma de salir sin que me hagan daño es dejando que hagan conmigo lo que quieran. Pues eso hice, me dejé a su merced, sentía que tocaban todo mi cuerpo, estaba muy caliente y me gustaba que me dijeran puta, me exitaba me sentía una perra cualquiera y eso me gustaba, entre todo ese mar de manoseo el gordo que siempre estaba tomando la delantera, zaaaas mete su áspera mano en medio de mis piernas y siente que mi vagina está tan húmeda que parece un bebé, un lindo bebe babeando por la teta de su mami, era tanto los jugos de mi conchita que el gordo agarro, intrujo sus dos dedos dentro los saco, hizo que su amigos huelan y dijo, miren esta putita, si esta deseosa de sentir la vena dentro, verdad puta, me gritaba, toma traga puta, te gusta el sabor te tu concha, dijo mientras me metía los dedo a la boca. Derrepente mientras estaba arrodillada en medio de ese trio de vergas, los tres sacuden sus vergas al rededor y el gordo me dice, ya sabes que hacer putita, se una buena chica, agarra la suya y me puse en la boca, y agarré otra y la masturbaba, el otro me miraba y se tocaba la pinga, que puta me sentía, sentía que para esto había nacido, me gustaba ser una puta, entonces derrepente el gordo me saca su verga de la boca con brusquedad diciendo, a ver puta el hora de probar ese culito, me volteo y mientras me agarraba de la cadera me iba metiendo su gorda y larga verga diciendo, oooh que rico, que apretado tiene el coño esta tía, oh si, eres una perra buena, si. Decía eso, me gustaba, mientras se la chupaba al otro tipo el gordo iba dándome unos empujones fuertes que me movían todo, yo estaba en mi gloria y feliz, me quejaba y me sentía como la reina más puta del mundo, en eso veo una luces azules y rojas acercándose hacia el callejón, y para mi sorpresa y para arruinar el sueño que estaba viviendo era un camión de policía, los tipos se arreglaron como pudieron me sacaron su pollas y se esfumaron, me quedé tirada en el suelo, los policías ni aparecieron, me levante mire a mi alrededor y ni rastros de mis amiguitos, se fueron y me quedé con las ganas de ser su puta.
Esa fue mi historia, todo los que contaré son historias propias que he pasado, actualmente tengo 22 años y soy estudiante de medicina, tengo muchas historias que contarles, pues lo acepto me encanta la verga de todos los tamaños y colores, ya subiré otra historia, pues todo aún continúa.