Humillada en el ascensor (continuación)

Después de que dijo eso, mantuve la cabeza hacia abajo, los bomberos tardaron al menos 10 minutos más en sacarnos, mientras tanto el semen en mi cara se secó y al ser morena se notaba completamente blanco, no dejaba de pensar en todo lo que había pasado, estaba confundida.

LA INICIACION

Después de que dijo eso, mantuve la cabeza hacia abajo, los bomberos tardaron al menos 10 minutos más en sacarnos, mientras tanto el semen en mi cara se secó y al ser morena se notaba completamente blanco, no dejaba de pensar en todo lo que había pasado, estaba confundida, me sentía tan sucia pero a la vez feliz y agradecida con el profesor Mario y con el profesor Julio por haber hecho lo que hicieron conmigo, disfrutaron de mi y me usaron a su antojo.

Al abrir el ascensor los bomberos nos ayudaron a salir, una vez fuera dos de los bomberos se  acercaron a mí para asegurarse de que me encontraba bien pero logre escaparme antes de que me vieran la cara, además olía a sexo y deseaba salir de allí lo antes posible. Corrí por los pasillos, ya era tarde así que fui hasta la residencia estudiantil, entre en mi habitación y caminé directo al baño, abrí la ducha con agua caliente y entré, el agua corría por mi cuerpo aun con la ropa puesta, estaba molesta conmigo misma por haber disfrutado de algo como eso y lo peor de todo es que realmente deseaba que se repitiera. Después de darme un buen baño preparé algo rápido de comer y me acosté a dormir, estaba cansada pero el día siguiente era sábado y debía ir a la reunión del profesor Mario. No estaba segura de asistir, pero sin esa beca era prácticamente imposible culminar mi carrera, por otro lado estaban el deseo y la lujuria que me embargaban cada minuto de recordar lo que había pasado no hace apenas unas pocas horas.

Amaneció y prácticamente no dormí nada, hoy es el día, la reunión de mi profesor, mi amo y señor, decidí que debía ir y arriesgarme ya no estaba pensado tanto en la beca, quería experimentar mas, quería sentir más, deseaba con todas mis fuerzas pasar la noche entera con mi señor, añoraba ser usada como un pedazo de carne con agujeros por donde él y todos los que él invitase pudieran meter lo que se le ocurriese, mientras pensaba en esto aun en la cama me comencé a imaginar a mi amo sobre mi tomándome del cuello mientras me penetra fuertemente eso en tanto aparece en mi mente uno de los bomberos completamente desnudo y me hala del cabello para meterme su pene en la boca y obligarme a chuparlo, estaba totalmente sumergida en mis sueños cuando de pronto sonó la puerta de mi habitación, alguien tocaba, por lo general los sábados mi amigo Reylion o como yo le digo “Rey” viene a desayunar y charlamos lo ocurrido en la semana, sé que es un secreto pero siento la confianza suficiente como para comentarle sobre lo ocurrido, así que me dirijo a la puerta y abro, para mi sorpresa mi amigo no era quien tocaba la puerta, sino mi señor.

-          Profesor, ¿usted que hace aquí?

-          ¿Cómo me llamaste?

-          Disculpe mi señor, baje la cabeza, aun no me acostumbro. Pero quise saber ¿a qué se debe su visita tan temprano?

-          Estaba haciendo algo de ejercicio y de regreso de las duchas note que tu habitación estaba cerca, así que vine para que me lo mamaras un rato ya que estoy un poco aburrido.

-          Pero señor, en un rato viene mi amigo y no tengo forma de avisarle que tengo visitas.

En ese momento me agarro por el cuello y me dijo muy cerca a la cara.

-          ¿Acaso yo te estoy preguntando si es que tú quieres o deseas darme una mamada? No, yo te lo estoy ordenando, a mí no me interesa si el presidente viene a verte.

Yo estoy primero, cuando yo esté aquí tu prioridad siempre seré yo, ¿me entendiste?

-          Sí, mi señor, dije con algo de dificultad.

Instantáneamente me soltó y tosí un poco pues ya casi no podía respirar. Se quedó de pie mirándome y me agache para bajar sus pantalones, creí que tendría ropa interior pero no, de una vez apareció ese hermoso y gigante trozo de carne, tan delicioso que se me hizo agua la boca con solo mirarlo, estaba duro como un palo, terso como la piel de un bebe, limpio sin un vello que se asomara en la pelvis, olía a jabón de coco, lo que me enloqueció aún más, me lo trague enseguida el sabor que tenía es indescriptible, sabia a gloria, me lo quería comer completo así que lo metí hasta mi garganta y saque la lengua para saborear sus testículos, me agarro de la cabeza y comenzó a ahogarme, sé que eso le gusta y dejo que lo haga a su antojo, luego de unos instantes me soltó y volvió a meterlo en mi boca, me excita tanto cada vez que lo hace.

Comencé a tocarme, estaba mojada, me di cuenta de que mi sueño se estaba haciendo realidad, mi señor estaba aquí ahogándome con su miembro que más feliz podría ser, estaba frotándome con una mano el clítoris que estaba tan hinchado y grande como una canica, y con la otra me apretaba los senos que estaban tan sensibles que con cualquier roce me dolían pero un dolor tan placentero como ningún otro. Siguió metiendo y sacando su pene de mi garganta por un buen rato más.

-          Yo sabía que te iba a gustar este trato puta, siempre lo supe. Te haces la muy seria y la muy estudiosa y aquí te tengo de rodillas como una cualquiera ahogándote con mi verga y pidiendo más.

No te imaginas lo que tengo preparado para ti esta noche, y más te vale llegar a tiempo zorra porque te vas a arrepentir si no vas, tu carrera llega hasta hoy si dejas de ir a la reunión, perra.

-          Sí, mi señor yo iré.

-          Más te vale. Ahora levántate.

Me levante de inmediato y me ordenó que me apoyara en mi escritorio y sin aviso me lo metió completo hasta sentir los testículos rozando mi vagina, sin ninguna contemplación comenzó a darme unos empeñones bastante bruscos, sentí su pene en mis ovarios entrando y saliendo era una sensación tan divina, durante un rato bastante largo estuvimos así, el dándome duro y yo recibiéndolo gozosa, yo no dejaba de disfrutar y sé que el tampoco, quería mas.

-          Haaaaa más duro mi señor, soy suya, pártame en dos si así lo desea, me he portado mal. Cuando escuchó eso  me tomo del cabello y arremetió con más fuerza de la que pensé, pues creí que ya no tenia, me dijo al oído:

-          ¿Esto es lo que te gusta verdad puta?

-          Siii mi señor.

Tomo una de mis piernas y la coloco sobre la silla así que tenía más espacio y más capacidad, lo sentí aún más fuerte y profundo estaba a punto de llegar al clímax pero él se dio cuenta así que se detuvo en seco, salió de mí y se sentó en la cama, estaba sudado al igual que yo.

-          Ven, chúpalo.

Me arrodille de nuevo ante él y saboreé mis fluidos junto con los de él, no me gustaba mucho ese sabor por lo que esta vez  me obligó. Mientras yo me esforzaba por darle placer el comenzó a revisar su celular, yo me detuve pues no sabía si continuar, me dio una cachetada y me dijo que él no había ordenado que me detuviera, así que continué, estuve chupándolo un rato aun excitada y deseosa de que me volviera a penetrar y mi deseo se cumplió, pero su semblante había cambiado parecía molesto por algo, no me dijo nada, solo me empujo y me dio otra cachetada, esta vez con rabia, me agarro del cabello y me tiro en la cama boca arriba, no sabía que le pasaba pero no deseaba hacerlo molestar aún más, sentí que era mi deber hacer que se calmara así que abrí las piernas y me las sostuve a nivel de los muslos, me penetro de una vez, no podía dejar de excitarme al mirar la rabia en sus ojos, lo sentía tan grande sobre mí, tan imponente con ese cuerpo tan definido que tenía, las gotas de sudor cayendo sobre mis senos, ese olor a coco tan característico en él, no podía dejar de disfrutarlo y entonces llegue al clímax que tanto anhelaba, el orgasmo vino a mi tan divino como un pastel de chocolate, en ese mismo momento el también acabo pero esta vez lo hizo dentro de mí, me lleno de su rico semen, salió de mí y sin decir absolutamente nada se vistió y se fue.

Me quede allí de nuevo usada, desconcertada y feliz, mi señor estuvo en mi habitación, mi cama olía a él, esa fragancia de coco que jamás olvidare.

Son las 10 de la noche, me encuentro justo donde mi señor me ordenó que debía esperarlo, me dijo que debía vestir muy sugestiva ya que para dónde íbamos era parte importante, así que me coloque una falda roja bastante corta me llegaba un poco más arriba de la mitad del muslo es como de licra por lo que se amolda perfectamente a mis curvas naturales, además no me coloque ropa interior ya que se marcaría y no quería arruinar el look, de blusa me coloque un top negro también sin brasier y sobre esto una chaqueta de jean, no quería verme tan zorra, aunque la verdad si parecía una que iba directo a su esquina a trabajar.

Estaba dentro de la universidad aun, lo que me parece un poco extraño ya que pensé que no quería que nadie me viera con él. Mientras estoy absorta en mis pensamientos recordando lo de esta mañana, esas cachetadas que me hicieron recordar quien manda, justo en ese momento me llega un mensaje de mi señor con una ubicación del mapa, sigue en la universidad pero se encuentra en un almacén de limpieza, luego de este recibo otro

-          “ven a esta ubicación, date prisa”.

-          “Pero señor creí que saldríamos a un lugar, se nos hará tarde”.

Me dejo en visto, me imagine su cara de molestia y me asuste un poco. Me doy cuenta de que al profesor Mario prácticamente todo le molesta, si me gusta, pero es un poco estresante no poder expresarme. Caminé lo más rápido que pude hasta el almacén, no sabía si entrar o no, se escuchaban susurros dentro muy tenuemente al poner la oreja en la puerta, lo que me parecía extraño ya que un almacén no es tan grande, decidí tocar la puerta, el peor error que pude cometer, de inmediato recibí un mensaje de mi señor:

-          “dime que no eres tú la que está afuera tocando la puerta”.

-          “por supuesto que soy yo, ¿acaso vendría alguien más?”

De nuevo no me respondió y alguien abrió la puerta, era él y me dijo “adelante” entre dientes, se notaba molesto, de nuevo. Supuse que por haber tocado la puerta, pero ¿cómo iba yo a saber que no debía llamar a la puerta?, él no me dijo que debía hacer, me dejo en visto. Entré en la habitación la cual estaba oscura, me tomo por el hombro sin decir una palabra y me llevaba a una parte en específico, nos detuvimos y escuche un ruido como cuando tecleas en un teclado, luego se escuchó un clic y entro una brisa fría, parecía que una puerta secreta se hubiese abierto y así era, volvió a tomarme por el hombro y dimos unos tres pasos cuando la puerta se cerró detrás de nosotros, el parecía tener unos lentes puestos y me pregunte para que necesitaría alguien unos lentes es esa oscuridad, pero al darme cuenta de que me guiaba a través de la habitación con la destreza de un gato comprendí que eran lentes de visión nocturna, yo quise intentar ver pero la oscuridad era abrazadora, no existía ni un rayo de luz.

Tomó algo de una mesa cercana, y lo coloco alrededor de mi cuello, era un collar de perra con su cadena, la cual él tenía en su mano, se colocó en frente de mí en total silencio, se escuchaba la respiración de otras personas a mi alrededor, yo temblaba, más de miedo que de otra cosa, no creí que mi profesor Mario me fuese a hacer algo malo pero en estas circunstancias la verdad no sabía que pensar. Se escuchó la voz de alguien más:

-          Vamos.

Mi amo tiro de la cadena y comencé a caminar en plena oscuridad, se sentía como si estuviese en una caverna, olía a humedad y el suelo estaba blando como si fuera tierra, sentí una leve inclinación hacia adelante al caminar lo que significaba que estábamos bajando, todos mis sentidos estaban en alerta máxima, tenía miedo de decir cualquier cosa pero la verdad ya no deseaba estar allí, tenía mucho miedo. Escuche la voz de una chica que estaba orando muy bajito y me asuste aún más. ¿Y si era sobre tratas de blancas y nos llevaban a un auto para sacarnos del país?, me detuve de inmediato, mi profesor halo de nuevo pero yo solo intentaba quitarme la cadena, se percató de mi miedo, me abrazó y me dijo en un susurro al oído;

-          Mira niña, estas personas son muy importantes e influyentes y como sigas haciendo estupideces te vas a arrepentir.

A pesar de que el tono que usó fue un siseo frio y amenazante yo me calenté. Y es que su cercanía, su calor, su aliento cálido en mi oreja, el olor de su piel; ese olor a coco que me vuelve loca, fue tan solo un instante pero el miedo desapareció con ese abrazo, no me importaban sus amenazas siempre y cuando estuviese con él. Caminamos en la oscuridad como por al menos 10 minutos, nos detuvimos un momento y escuche de nuevo un teclado al igual que otra puerta al abrirse,  seguía todo oscuro, dimos unos cinco pasos más y la puerta se cerró detrás de nosotros. Enseguida  se escuchó en plena oscuridad la voz de un hombre en alto diciendo:

-          Sean bienvenidos amos y esclavos a su centro de recreación, aquí podrán ser y hacer libremente lo que desean. Hoy es un día de júbilo, pues es la iniciación del XVI aniversario de nuestro clan.

Para la mayoría de los esclavos y esclavas que se encuentran hoy aquí esto es una completa novedad, han de tener miedo y déjenme decirles que no es para menos, hoy serán nuestro entretenimiento, serán nuestros pedazos de carne y disfrutaremos de ustedes como lo que son unos despojos de seres humanos, ustedes no son nada sin nosotros, a partir de hoy seremos sus dueños y señores, respiraran y vivirán por y para nosotros.

Estamos aquí todos y cada uno de nosotros por voluntad propia, si hay alguien quien no desee está aquí, alguien quien fue obligado o amenazado y desee retirarse levante la mano y podrá irse, no sin antes firmar un acuerdo de confidencialidad.

El hombre se mantuvo callado un momento. Su pongo que observaba si existía la posibilidad que hubiese alguien amenazado, claro que si hay alguien bajo amenaza pero no soy capaz de alzar la mano, mi carrera está en peligro, aun así, de verdad quiero saber más de este mundo y quiero ver a hasta qué punto soy capaz de llegar. En este momento me siento muy caliente, la oscuridad abrazadora, el collar de perra que tengo puesto, saber que estoy doblegada a la voluntad de alguien más y que no soy dueña de mis acciones me excita más a cada minuto que pasa, mis pezones duros rosan con la chaqueta, quiero quitarme todo y que mi señor me ponga en cuatro y me haga suya en este instante, mi respiración se acelera cada vez más.

-          Bien, ya que podemos constatar de que todos estamos voluntariamente pasemos a la iniciación. Amos hagan el círculo de esclavos para que pronuncien el juramento.

El profesor Mario me dijo que debía quitarme la ropa, yo no podía creer que mis pensamientos se harían realidad, obedecí de inmediato y mientras lo hacía escuche ruidos a mí alrededor de personas moviéndose y ropas cayendo al suelo. Mi señor tomo mi mano derecha y la guio hacia la mano de alguien más, era la mano de un hombre y estaba fría, temblaba, me imagino que por el frio o quizás fuera la excitación como me pasaba a mí, mientras que mi mano izquierda fue dada a lo que parecía una chica ya que era bastante más delgada y suave.

-          Un esclavo es un bastón sobre el que su amo se apoyara en todo momento, si ustedes no están dispuestos a entregarle su cuerpo a su señor entonces es mejor que no hagan el juramento sagrado. Serán humillados, serán vejados pero eso jamás deberá importarles porque su prioridad es su señor.

Escuchar esto me puso la piel de gallina, estaban leyendo mis pensamientos por completo, todo lo que por mi mente llego a pasar en algún momento aquí lo están expresando tal cual lo he querido. Note que mis fluidos comenzaban a bajar por mis piernas, estaba muy mojada, las manos estaban frías, de verdad no me importaba con quien solo quería sexo, mi respiración se hacía más fuerte al igual que la respiración de los que tenía a mi lado, era capaz de soltarme y agacharme a chupárselo al muchacho de mi lado derecho.

El circulo de esclavos ya está formado, ahora deberán repetir estas palabras “Yo, (indican su nombre), juro solemnemente dar todo de mi para satisfacer cada una de las necesidades que a mi amo y señor se le puedan presentar aquí o en cualquier parte del mundo, mi cuerpo será de él y me someteré por completo a sus fantasías y deseos sexuales y más oscuros”.

Mientras pronunciaba las palabras del juramento mis ganas de sexo aumentaban, me sentía como una bomba a punto de estallar. Una vez termine el juramento sentí un tirón de la cadena hacia abajo que me hizo ponerme de rodillas, me halo del cabello y me metió su verga en la boca era su miembro tan delicioso como siempre, escuche personas gimiendo y hablando, voces de hombres y mujeres dando órdenes.

-          Ahora perra, eres mía, harás siempre lo que yo te diga y sin rechistar, ¿crees que te vas a salvar de haber tocado esa puerta?

Con la verga en la boca me era imposible emitir palabra alguna y comenzó a ahogarme como siempre lo hace, yo no podía evitar poner mis manos por todo mi cuerpo estaba mojada y deseaba sus manos en mi vagina. Como el si podía verme me dijo:

-          No quiero que te toques, pon tus manos en mis piernas.

Así lo hice por un rato pero mi ansiedad era más grande que mi razón por lo que volví a tocarme. Así que él me saco su verga de la boca, me dio una fuerte cachetada y me dijo al oído:

-          Ya estas comenzando a desobedecerme zorra y eso no me gusta. Ya tienes dos castigos pendientes. Abre la boca.

Con dolor en la mejilla abrí la boca y seguí chupando desesperada, él no se imagina lo que me excitan sus cachetadas, amo chupar su pene ese sabor tan particular me desespera, esa fuerza con la que agarra mi cabeza para pegar mi cara contra su pelvis y no dejarme respirar me encanta, me gusta que me trate mal. Me apartó y pude respirar.

-          Camina perra.

Me iba a levantar pero me dijo que yo era una perra y debía caminar en cuatro patas, por lo que así lo hice. Me hizo subir unos pocos escalones y al llegar al descanso escuche algunas voces de hombres y mujeres.

-          Mario amigo, trajiste tu pedazo de carne.

-          Si, sabes que no iba a venir sin mi puta jajajaja. Ambos rieron.

-          Muchachos les cuento que esta cerda chupa la verga bastante bien

-          Julito amigo y ¿cuándo la probaste?

-          Ayer en el ascensor, cuando hubo la falla eléctrica.

-          Bueno vamos a ver si es verdad, ¿me la prestas?

-          Jorge, jamás le negaría una perra a ninguno de mis amigos, anda llévatela, úsala como quieras.

-          A no pero si se la prestas a Jorge pues también me la prestas a mí.

-          Y si se la prestas a Rodrigo a mí también.

-          Bueno vayan todos y se la cogen, ya déjenme en paz.

-          jajajajajajajjajaja

Todos soltaron una carcajada maliciosa, mientras yo estaba asustada y emocionada por poder cumplir con las fantasías de los amigos de mi señor. Sentí, como mi cadena pasaba de un lado a otro y me halaban con fuerza.

-          Ven a chupar putita

Al no poder ver absolutamente nada tropecé con unos zapatos y me caí de frente, me halaron la cadena para ayudarme a enderezarme, me puse de rodillas y sentí como me rodeaban los penes, comencé a chupar uno suavemente, pensé que estos eran más amables que mi señor, ya que no me ahogaron al principio, sin embargo después de un rato se dieron cuenta de que eso me gustaba y comenzaron a hacerlo, me tomaban del cabello para dirigir mi boca a sus respectivos penes y salía uno para que entrara otro, casi no me daba tiempo de tomar aire,

-          Vamos zorra chupa, que me dijeron que eras muy buena en esto.

-          ¿Acaso no puedes respirar?

-          Jajajajajajajajajjajaja

Estaba súper caliente, uno de ellos me apretaba los senos como si deseaba ordeñarme, mientras que el otro masajeaba bruscamente mi clítoris mojado y metía y sacaba sus dedos, luego de un rato, mientras seguía chupándole la verga a uno, el que tenía sus dedos dentro de mí no aguanto más y me hizo levantar el trasero para meterme la verga de una sola estocada, al estar tan mojada sentí como paso directo a mis ovarios. Me daba duro y muy rápido estaba sudada y sus manos resbalaban de mi cintura, yo me agarraba de la cintura de los otros dos a quienes aún seguía chupándosela. Ese momento es de los mejores que he disfrutado en mi vida, tres hombres haciéndome suya, dándome órdenes y diciéndome lo perra que soy Cuando el que estaba en mi vagina acabó y salió de mi los otros dos me alzaron, me tomaron de los muslos y los abrieron como si fuera un pollo asado y uno de ellos le ofreció mi ano al otro y este metió su gordo pene en mi culo, me dolió muchísimo porque fue muy brusco.

-          Deja de chillar como cerda que sabemos muy bien que te gusta pedazo de puta.

-          Si, perra, no te hagas la víctima, ya sabemos que eres de las más sucias que hay, ya nos contaron tu historia en el ascensor.

-          Qué envidia me da Mario, supo elegir bien su pedazo de carne.

Luego de eso aun en el aire hicieron que pegara mi espalda con el pecho del que estaba dentro de mi ano este tomo mis piernas y ofreció mi vagina al que se encontraba frente a mí, quien también entro de un solo golpe, ambos comenzaron a moverse dentro y fuera de mi cuerpo yo estaba en un éxtasis de gozo nunca antes experimentado, el que estaba de frente me chupaba y mordía los senos de una manera tan excitante, mientras que el que estaba a mi espalda no dejaba de decirme palabras soeces perra, puta, zorra, cerda..!! Me mordía el cuello, las orejas y me halaba el cabello mientras lo decía.

Llegue a mi punto más alto en la escala de la excitación y explote en un orgasmo glorioso en el que grite y solté toda una descarga eléctrica, temblaba mientras ellos seguían metiendo y sacando sus vergas de mis agujeros.

-          Uff que orgasmo de zorra sucia.

-          Como lo que es.

Yo estaba ya muy cansada, cuando ellos comenzaron a acelerar y sus respiraciones se entrecortaban estaban a punto de acabar, sentí cuando se tensaron y se detuvieron y algo  caliente lleno tanto mi vagina y el ano, habían acabado, sus penes palpitaban dentro de mí y aun duros salieron al mismo tiempo y me dejaron caer como una muñeca en el suelo.

-          Levántate, ven la limpiar tu desastre.

Halaron la cadena y pegue la cara de la pelvis de uno de ellos.

-          Chupa y déjamelo limpio.

-          Ven el mío también.

El otro no apareció mas, así que solo limpie dos vergas, me llevaron de nuevo junto a mi señor,

-          Mario gracias, muy buena res que tienes allí,

-          De muy buena calidad por cierto.

-          La vagina aun esta apretadita a pesar de todo.

-          Si, lo supe desde que la vi, se la da de estudiosa pero esas son las más regaladas. No dio problemas ¿no?

-          Cuando se la metí por el culo se puso un poco remolona pero después se lo gozó.

Mientras hablaban de mí como si no estuviera allí, notaba que estaba muy cansada pero aun quería más. Me corría la leche de los tres por las piernas, los dos que se corrieron en mi vagina y el que acabo en el ano, este último me escocia mucho, aun así sabía que podía aguantar otro más.

-          Bueno esta siempre a la orden ustedes me avisan y se la presto.

-          Dale, yo voy a darme un baño y a probar otras reses a ver que hay por allí.

-          Hablamos luego entonces.

-          Oye Julio y ¿qué raro que no quisiste ser de los primeros en darle verga?

-          No, preferí que ellos que son más jóvenes la ablandaran un poco.

-          Ahora sí, vente perrita que te voy a presentar a dos amigos más.

De nuevo mi señor soltó la cadena y pase a ser juguete de otros hombres.