Humillación (Putas adolescentes 4, El canalla 2).

Hace ya mucho que escribí los relatos de “El canalla” y “Putas adolescentes”.1ª,2ª y 3ª entrega.Ambos gustaron mucho,y durante estos años varios usuarios me han mostrado su agrado por ello,y pedido insistentemente que los continuara.Pues bien,prometí que lo haría,y aquí estoy. Espero que guste tanto como las otras entregas.Aconsejaría a quien no leyó aquellos relatos,lo hiciera antes de leer este.De lo contrario no entenderá de que va.La serie “Putas adolescentes” fue publicada en la sección “Dominación”,”El canalla” en no consentido”.

ESTO ES UNA BREVE INTRODUCCIÓN, PARA QUE NADIE SE CONFUNDA CON LO QUE VA A LEER, TOMÁNDOME POR UNA DESALMADA PEDERASTA. Me gustaría que lo leyerais antes, pero quien no desee hacerlo, puede pasar diréctamente al relato.

Hace ya mucho que escribí los relatos de "El canalla" y "Putas adolescentes". 1ª, 2ª y 3ª entrega. Ambos gustaron mucho, y durante estos años varios usuarios me han mostrado su agrado por ello, y pedido insistentemente que los continuara. Pues bien, prometí que lo haría, y aquí estoy. Espero que guste tanto como las otras entregas. Aconsejaría a quien no leyó aquellos relatos, lo hiciera antes de leer este. De lo contrario no entenderá de que va. La serie "Putas adolescentes" fue publicada en la sección "Dominación", "El canalla" en no consentido".

Nadie se ofenda por cuanto contiene de sexo con menores y racismo. No soy ni racista ni defiendo la pornografía infantil. He sido modelo, y Naomi Campbell es un ídolo para mí. La admiro como belleza, como mujer y como persona, además de sentir una poderosa atracción física y simpatía por las personas de color. Símplemente, soy masoquista convencida(humillación más que dolor físico, aunque también este, dependiendo del momento y excitación, en relación a su tolerancia y atracción). Me excita verme sometida y humillada, y soy blanca. Si fuera negra, una forma de humillación sería la de someterme a un racista. Sería supermorboso. Esa es la única razón por la que incluyo este elemento en esta serie. Odio a los racistas, y defiendo al pueblo negro. Aquí hablo de morbos y fantasías personales que me excitan terriblemente, nada más. Como he dicho varias veces, sólo he publicado un relato auténticamente real. Se tituló "Gloria;historia de una hembra", y fue publicado en la sección "Infidelidad", con título anónimo por razones de entonces que no vienen al caso. El resto, es pura fantasía. Me excitan, algunas cosas que relato me gustaría llevarlas a cabo, otras nó, algunas están basadas con mayor o menor fidelidad en experiencias propias con añadidos y retoques, pero reales, lo que se dice reales, sólo tengo publicado un relato, el que mencioné.

Espero que no haya sido muy aburrida la introducción. Ya se que hay "introducciones" más divertidas. ;)

Laura se lanzó a los brazos de su madre nada más verla, fundiendose ambas en un gran abrazo. Aun extrañada de verla con tal indumentaria, únicamente la camisa, eso sí, abrochada ahora, y las bragas con que saliera de casa, no se extrañó. Símplemente pensó con morbo, que también ella había sido seducida por el guapísimo Luis!Estaba tan bueno¡

-¡Hola mamá, cuanto me alegro de verte¡

-Y yo a ti carniño.

En sus voces, se apreciaba una gran emoción no contenida.

-¿stais bien’

-¡Claro que sí, mamá¡!Estamos genial¡Ya te lo dije por teléfono.

-Hola Asun. -la saludó Mónica.

-Hola Mónica. -contestó ella con una maternal sonrisa. -¿Tú también estás bien?Tus padres están muy preocupados.

-Lo están porque no comprenden. Ven el sexo como algo malo, cuando no lo es¿Por qué ha de ser malo gozar del placer que puede ofrecerte tu cuerpo?

-Sí, tienes razón…-aceptó ella comprensiva-Es sólo que sois muy jóvenes aún.

-¿Es diferente el cuerpo de una mujer joiven al de una mayor?

-Nó. . no lo es. -aceptó Asun sonriente. -Pero lo es su mente. -añadió tocando su linda cabezita rubia con cariño. Mónica sonrió dulcemente, aceptando la caricia.

-Entonces, es cuestión de madurez¿Quién juzga entonces cuando una muer es madura sexualmente.

Asun volvió a sonreir, sin dejar de acariciarla.

-Tienes razón. No he venido aquí para discutir con vosotras cielo.

-¿No?. -preguntó algo extrañada Laura.

-Nó-intervine yo. -Tu madre ha venido aquí para quedarse con nosotros.

Laura la miró incredula.

-Va a trabajar con vosotras. Óbviamente, en la otra parte del club.

-¡Como mola mami¡-exclamó besándola. Asún sonrió.

-¿Pensabas que eras la únca zorra de la familia-bromeó con dulzura, y las tres rieron.

-Eresgenial, Asun-elogió Mónica. -¡Ojalá tuviera una madre como tú.

Asun sonrió, y la abrazó atrayéndola hacia sí, besándola en la frente con cariño.

-Eso se ha acabado-intervine de nuevo.

Asun me miró extrañada, así como las niñas.

-Hay mejores formas de expresar el cariño.

Parecía no entender. En realidad entendía, pero no abarcaba la magnitud del concepto, optando por negarse a sí misma ese entendimiento.

-Quieres mucho a las niñas, se nota¿No es así?

-Mónica es como una hija para mí. La conozco desde que nació.

-Si tanto la quieres, harías cualquier cosa por agradarla¿no?

-Cl-claro-respondió confusa.

-¿Por qué entonces reprimes ese cariño, y no le das rienda suelta, dándole placer?

Se me quedó mirando, confundida. Intuía sus pensamientos.

-Aquí no hay lugar a tabúes. No temas, encontrarás muy dulce las mieles del lesbianismo. Vamos…bésala…pero no en la frente, bésala en la boca.

Primeramente se quedo mirándome, como dudando. Con toda seguridad, nunca se había sentido atraída sexualmente por otra mujer. Luego, se giró para mirar a la niña. en los ojos de ella, no había esa duda, y sí provocación. En pocas semanas, había madurado sexualmente más que Asun en toda su vida, siendo a sus 14 años mucho más mujer sexual que ella.

-¡Vamos¡!Bésala¡-la insté sin apremiarla.

Lentamente, acercó sus labios hasta los de Mónica, que se abrieron para recibirlos.

-¡Con lengua, mujer¡!Suéltate¡

Obedeción con reservas, abriendo sus labios para recibir la lengua de la niña que, lejos de esperar la de Asun, se lanzó al ataque ella misma. Asun adoptó en principio un papel más bien pasivo, mientras la lengua de la niña recorría su boca, lamiendo sus encías y provocando a la suya a un combate, a la vez que sus manos subían para amasar con ganas sus enormes tetas. Asún se sorprendió por la lujuria de la chica. Siempre la había visto como una niña!Que coño¡!No hacían aún tres años que la recogía o llevaba junto a Laura al colegio, o al parque?Todavía no habían pasado 2 años desde que le regalara la última Barbie!Vaya con la niña¡Por lo visto el cuerpo de la Barbie le había transmitido sensaciones nada infantiles¡

Sintió el morbo crecer dentro de ella, subiendo por su médula espinal. la niña besaba espléndidamente, y mejor aún amasaba sus tetas. Nunca su marido le había transmitido tal placer con esas simples caricias. Sintió humedecerse su vagina, y se lanzó ella misma a besar apasionadamente a la niña. Se sintió tremendamente perversa, y se vio orgasmar al tomar uno de aquellos pequeños, bellos pechos en su mano, acariciándolo, admirando y deleitándose en su plenitud.

Estuvieron largo rato así, besándose con pasión, entrelazando sus lenguas, lamiendose entre ellas e intercambiando salivas.

-¡Buuuff¡-suspiró sonriendo Asun, profúdamente turbada, sorprendida de haber descubierto una nueva puerta dentro de sí misma, que hasta entonces permaneciera oculta y cerrada.

-¡Vaya tetas tienes, Asun¡!Me encantan¡

-Bueno…no se que decir…!estás buenísima. .

Se sorprendió asimismo escuchando esas palabras surgir de su boca.

-¡Muy bien¡-aprobé. -¡Ahora con Laura¡

Su cabeza se giró enérgicamente para mirarme, incrédula, sus ojos abiertos como platos.

-¿Ocurre algo?

-¡Es…es mi hija¡-contestó escandalizada.

-Error. No pueden haber aquí favoritismos, salvo los que yo me permita. Son mis condiciones. Si consideras a Laura tu hija, siempre habrá algo más entre vosotras que entre tú y Laura!Mírala bien¡

Laura se acercó mirándola a los ojos provocativa, caminando sensuálmente, meciendo sus grandes tetas que se bamboleaban bajo el vestido sin sujetador.

-Es una tía buena!Buenísima¡!No crees¡

Asun la miraba embobada, sin responder.

-Mira esas tetas…fíjate como se marcan los pezones sobre la tela…¿no te parece erótico?

-S…si…-contestó, como sin darse cuenta, embobada.

La niña tomó sus manos entonces, colocándolas sobre sus tetas, acercandose más, sus bocas muy próximas.

-¿Te gustan mis tetas Asun?-preguntó lasciva, llámándola por su nombre en lugar de mamá.

-S…si…me gustan.

Se fundieron entonces en un apasionado morreo…Las manos de Asun buscaron instintivamente las tetas de su hija, amasándolas. Se delito en su tamaño, comprobando no obstante la diferencia que había entre aquellos grandes melones, y los pequeños y adorbles limones de Mónica. Pese ser mucho más pequeños, y aún tratándose de su hija, no podía dejar de admitir que los de la rubia eran muy superiores. Sintió entonces las manos de Laura sobe los suyos propios, y se desabrochó la camisa para facilitarles el acceso.

-¡Huuumm¡-ronroneó la niña separando un poco sus labios, sonriente. -Estás cachonda¿eh, Asun?

Tomó entonces su cabeza, llevándola a sus tetas.

-¡Mámalas¡-pidió con desesperación¡!Mámalas¡

Laura obedeció gustosa, arrancando los primeros suspiros de placer en su madre, abte la mirada de Mónica y Luis. Esta entonces, miró a su hombre, él le devolvió la mirada. Asintió, y ella sonrió perversamente.

Se acercó entonces hasta donde madre e hija se magreaban con pasión, y agarró a la primera por los pelos.

-!Ven conmigo, puta¡-exclamó con desprecio, arrastrándola como si fuera una ramera barata. -Es hora de que aprendas quien manda aquí.

Dejándse caer sobre el silló, se abrío de piernas, para mostrar su coño depilado sin bragas, bajo su blanca minifalda. Asun sintió inundarse su coño al verse así tratada, sumergida en su pasión masoquista.

-¡Lame, perra¡-le ordenó la niña, aplastando su cara contra su coño.

Asun obedeció gustosa, lamiendo con ganas. A pesar de no haberlo hecho nunca antes, comenzó a arrancar gritos de placer en Mónica, y fue testigo de la inundación de su vagina al orgasmar. Con lascivia, la niña movía sus caderas, restregando su coño por toda la cara de la madre de su amiga, bañándola en sus jugos. Asun, lejos de sentir repuslsión, lamía con deleite buscando estos, bebiéndolos con placer. Sentía su propio orgasmo avecinarse, cuando sintió unos dedos jugando en su culo. Comenzó a moverlo, queriendo provocar su penetración. Aún sin verlo, sabía intuitivamente que era la mano de su hija la que jugaba con su orificio anal. Entonces, sintió algo más grueso y poderoso apoyado en él, y supo que iba a ser penetrada por la poya de Luis, a quien Laura servía de mamporrera. Gimió de placer al sentir su intimidad anal siendo invadida por el glorioso falo, y casi lloró de placer. A partir de ese momento, comenzaba una nueva vida para ella.

Por supuesto, volví a ver a mis negritas. Las mujeres son mi fuerza y mi debilidad a la vez. Nunca he encontrado una que se me resistiera si la deseaba. Las escojo entre las más bellas, y especiálmente me seducen muy jóvenes, cuanto más mejor. No hay mejor momento para la belleza de una mujer, que aquel en el cual su cuerpo asiste al despertar de su sexualidad, en la primavera de su vida. A partir de los 16 o 17 años, comienzan a perder ese encanto, para no recuperarlo jamás. hay mujeres adultas muy bellas, pero nunca como una adolescente en la gloriosa explosión de sus hormonas, en el período de sus vidas que lleva desde el despertar de su sexualidad los 14 o 15 años, 13 en las más precoces, hasta los 16/17. Después, la odiosa madurez comienza a hincar sus dientes en la gloriosa carne, y ya nuca afloja su mordisco, cual perro de presa, que cada vez aprieta más, y no suelta a su víctima hasta sentirla inerte, cuando ya la vida ha abandonado su cuerpo.

Es por tal que preferentemente escojo a mis mujeres en esas edades. Soy guapo, más de lo que debiera estar permitido a un mortal. Mi pelo es rubio dorado, no oscurecido por la edad, como es lo común. En cambio, se mantiene glorioso como cuando era niño. Semeja el oro mas puro, y no presenta siquiera principio de entradas. Mis ojos azules como el mar, mis labios carnosos, concebidos para el placer. Soy más guapo de lo que nunca se atreviera a ser ningún dios, y mi cutis se mantiene fino cual la piel de un bebe, sin la más minima arruga. Esto se hace estensible al resto de mi magnífico cuerpo, perfétamente musculazo y definido por naturaleza. Acudo al gimnasio para realzarlo pero, aún sin elo. el sólo se mantiene glorioso, aunque con algo menos de volumen y plenitud muscular. Mis hombros son amplios, y mi espalda define una "V" perfecta que acaba en mi cadera, rematada por una estrecha cintura. Mi pecho es potente, de marcados pectorales, y mis abdominales una tabla de fregar. Las mujeres no se resisten a lamer mi torso con sus lenguas, en sensuales caricias que producen en mí sensuales placeres. Pero si algo hay que despierte la pasión en ellas, es mi culo adorable. Es el realmte perfecto de mis musculosas y delgadas pirnas, y es pequeño, duro, prieto y respingón. Mi miembro no desmerece mi glorioso cuerpo. En cambio, está en armonía con él. Es grande y poderoso, y se yergue duro y orgulloso desafiando al cielo cuando es excitado. No tengo problemas para retardar la eyaculación todo el tiempo que desee, y cuando llega, es abundante by surge con fuerza. Sincéramente, cuando me miro en el espejo, entiendo que ninguna mujer pueda resistírseme, por bella y esquiva que sea. Si yo fuera mujer, tampoco me resistiría. Soy un dios, y es raro caminar junto a uno de ellos!Nadie puede renunciar al placer de tener uno en la cama!

Mi inteligencia es viva, mi ingenio agudo y mi conversación amena. Intentad imaginarme por un momento¿Os extraña que pueda escoger la mujer que quiera, de entre las más bellas y jóvenes?Así es como lo hago. Para mí son manzanas doradas en un huerto al alcance de mi mano, y escojo la que deseo.

De entre todas las que he tenido, y han sido muchas, no podría recordar cuantas, nunca jamás ninguna fue tan bella como la que ha cautivado como nadie hizo. Mónica, mi bella diosa, apenas florecido su cuerpo de mujer, más bella que las diosas del Panteón. A ella me había entregado como a ninguna otra, y deseaba hacerla mi mujer. La boda, forzosamente debería ser simbólica y no real, debido a sus 13 años. Mi regalo de bodas, serían las dos espléndidas negras que me habían ofrecido sus cuerpos y almas, para que los tomase como una más de mis pertenencias, y hacer con ellos lo que me viniera en gana. Un glorioso regalo el alma de dos mujeres, junto a sus bellos cuerpos. bellísimos, rayanos en la perfección, pero no tanto como el de mi bella diosa rubia.

Entraron vestidas en el bar, tal como les había pedido. Carmela camisa blanca como la primera vez que la vi, sus grandes tetas a punto de salirse por su escote, y malls negras definiendo su perfecto culo, al que se adherían cualuna segunda piel. Leticia camise negra ceñida transparente, sin nada debajo, luciendo sus hermosas tetas desafiando la ley de la gravedad. Las esperaba en el bar bajo su casa, y se acercaron hasta mí para besarme ñlas dos a la vez en un combate de lebguas en el que las suyas mismas se encontraban entre ellas, a la vez que con la mía, mientras yo sobaba sus culos y tetas a la vista de sus vecinos, y del pequeño negrito, hijo de una y hermano de la otra. Mis órdenes tajantes eran no esconderse si querían seguir conmigo. Es más, debían exponerse lo más posible ante todo aquel que las conociera, a ellas y a su marido y padre.

-Buenos días, bwana. -me saludaron las dos, en tono de voz perfectamente audibles para todo el mundo que allí estaba, que miraban incrédulos. También el niñito, humillado y triste al ver así humilladas a su madre y hermana.

-Hola, negras. Mañana es el día, lo sabeis¿no?

-Sí, bwana.

-Teneis claro lo que teneis que hacer¿no?

-Sí, bwana.

-Bien, no hay más que hablar pues, mañana empieza el primer día de vuestra nueva vida.

Las miró satisfecho.

-¿Estais seguras?

Ellas lo miraron enfurecidas, pero sin atreverse a replicarle. Les ofendía que dudase de su amor y entrega a él. Se habían ofrecido como sus esclavas, para someterse a todos sus caprichos y órdenes. Nada deseaban más que hacerlo, y que esa entrega fuera de por vida. Después de haberle conocido y haber gozado de su bellísimo cuerpo, sentían que la vida sin él no tenía ya nada que ofrecer. Desde que su miembro entró en sus entrañas, sus cuerpos le pertenecían, así como sus almas.

-Por supuesto, bwana. Por favor, no lo dudes. Duele.

-De acuerdo pues. Mañana nos veremos. Pagad la cuenta.

Dicho eso, salió del local, dejándolas allí, ante los atónitos clientes, que las miraban a ellas babeando admirados de sus cuerpos tan lascivamente expuestos, y a él con envidia rayana en el odio.

Continuará.

Espero que sepais perdonar las anomalidades en la línea de los relatos. En principio, "El canalla" y "Putas adolescentes" eran dos relatos distintos, con líneas argumentales distintas y personajes distintos. Dada la similitud entre ambos protagonistas masculinos, se me ocurrió identificarlos, para aunar y completar ambas historias, sin tener que optar por una, y dejando otra para después.