Húmedo homenaje

Cuando escuché las chicas son guerreras sonando en mi móvil supe que era ella quien llamaba así que me aparté de los compañeros y contesté. Estoy sola, te propongo que te vengas para acá y nos saltemos la comida me dijo....

Húmedo homenaje

Cuando escuché "las chicas son guerreras" sonando en mi móvil supe que era ella quien llamaba así que me aparté de los compañeros y contesté. "Estoy sola, te propongo que te vengas para acá y nos saltemos la comida" me dijo. "Sabes que nunca digo no a una proposición deshonesta" le contesté. "Además para no quedarme con hambre podría comerte a ti" . "Se me hace la boca agua ... y lo que no es la boca" ronroneó antes de despedirse. En cuanto dieron las dos salí pitando del trabajo y pisando el acelerador me fui a buscarla. Ella me esperaba con la puerta del local a medio cerrar para que no se colara ningún cliente inoportuno. Antes de seguir tengo que deciros que la Tigresa trabaja en un spa muy agradable y acogedor en el que entre otras cosas se dedica a dar masajes con barro, chocolate y otras muchas variedades de productos suaves e incitantes. Ese día, por distintos motivos, se había quedado ella sola a cargo del negocio.

Como decía, me esperaba con la puerta entreabierta y el uniforme a medio quitar. Enseguida la puerta estuvo totalmente cerrada y el uniforme por los suelos. Nos besamos húmeda y profundamente mientras ella me desnudaba y, cogiéndome de la mano, me llevó al interior. El vapor de la sauna formaba una neblina iluminada por las velas que lo inundaba todo mientras el murmullo del agua en el jacuzzi y el perfume de distintas fragancias te invitaban a sumergirte en el placer más húmedo, caliente y lujurioso.

Empezamos metiéndonos en la sauna y el calor fue como una bofetada, te agarraba por el cuello y te nublaba la mente tanto como el aire que nos rodeaba. Ella se sentó y me fue lamiendo la polla a lametones largos y suaves mientras me acariciaba el culo y jugaba con mis huevos. Pronto se la metió en la boca buscando mi cuerpo mientras la tragaba y succionaba. La besé con avidez, la tumbé sobre el banco y me arrodillé entre sus piernas para comérmela enterita. ¡Que maravilla de sabor! ¡que mezcla de sus jugos más profundos con el sudor que manaba de todos nuestros poros!

"Fóllame" me dijo, así que me incorporé y levantando sus piernas la penetré una y otra vez profunda y codiciosamente. Veía su cara empapada en sudor, los labios hinchados y entreabiertos, los ojos semicerrados de los que partían ríos de rimel que surcaban sus mejillas y al mezclarse con el sudor le daban un aspecto de abandono total. Junto a la respiración agitada y ronroneante y al pelo pegado por el sudor y el vapor la convertía en la viva imagen de la lujuria, del placer, del vicio, ..... Estaba seguro que no tardaría en explotar y cuando vi su mano bajar y empezar a acariciarse el clítoris me dejé llevar y me corrí entre bocanadas de aire ardiente, húmedo y mentolado, mientras oía como ella gritaba de placer y se dejaba llevar también.

Cuando salimos a coger aliento me dijo "espérate un momento" y salió desnuda chorreando agua, sudor, jugos y semen hacia la zona exterior para volver rápidamente con una botella de champán helado que abrimos enseguida y con la que nos metimos en el jacuzzi y de la que bebimos a morro como si fuera una litrona mientras nos dejamos masajear por las burbujas. Charlamos y jugueteamos un buen rato y poco a poco nos fuimos entonando otra vez, así que aprovechando la falta de gravedad que nos daba el agua estuvimos probando posturitas, cada vez más calientes, cada vez más duro yo y más húmeda ella, cada vez más lascivos, cada vez más guarros, .... hasta que inevitablemente volvimos a corrernos mientras vaciábamos el champán sobre nuestras cabezas.

Desgraciadamente el reloj corría así que nos dimos una ducha rápida y yo salí corriendo para volver al trabajo y ella lo preparó todo para volver a abrir el negocio, que los clientes esperaban...