Humedad

Mojada por fuera y por dentro.

Era una tarde de septiembre, a pesar de la temperatura alta, el cielo nublado amenazaba tormenta.No me importaba no llevar paraguas. Siempre me han gustado las tormentas, hacen que quiera mojarme, despiertan en mi un sentimiento animal. No andaba lejos de casa, sólo a unas pocas manzanas y ya vi el primer relampago seguido de un gran trueno, se desataba la tormeta. Empezó a caer con fuerza, no empecé a correr hasta que me di cuenta de que no podía ver más allá de unos metros. Busqué un sitio donde resguardarme, sabía que había un gran edificio a solo unos metros, con un gran portal dónde podría esperar. Cuando sólo quedaban un par de metros vi una silueta meterse dentro. Al llegar giré a toda prisa para pedirle que me aguantara la puerta.  ­-Espere!- grité. Debió oirme porque la puerta seguía abierta, entré con la cabeza agachada y el pelo sobre la cara. Al levantar la vista lo ví. En cuanto le miré a los ojos y vi su sonrisa torcida noté como se me erizaba la nuca. Era alto, algo mayor que yo, con pantalón tejano y camiseta gris. Me puse cachonda en el acto. Ahora ya estaba absolutamente mojada. Otro trueno, acto seguido nos quedamos sin luz. Sabía que quería follarmelo y sobre todo que me follara. Me aparté el pelo, el miró mi cuello, yo me lamí la lluvia de los labios. No hizo falta más. Se acercó a mi cogiendome la barbilla y mientras acercaba su cara a la mía metió mi su mano debajo de mi vestido, y me metió dos dedos en el coño. Gemí, sin vergüenza. El me miró y sonrió de nuevo,- lo sabía- dijo. Y mientras me metía los dedos con fuerza me mordió el cuello. Yo acerqué mi mano a su polla, dura, mojada debajo de el tejano. Le bajé la cremallera y el me cogió de el pelo y tiró hacia abajo firme, quería que le comiera la polla y eso hice. Me la metí entera mientras el empujaba mi cabeza, cuanto mas empujaba mas cachonda me ponía. Le lamí los huevos y se le puso aun más dura. Me dió la vuelta y me puso contra el cristal de la puerta. Yo podía ver la calle perfectamente, deseaba que alguien nos viera, que vieran como me follaban, me levantó la falda y  después de dos empujones me folló por el culo, nunca me gustó tanto ese dolor. Empecé a masturbarme mientras me la metía. Deseaba correrme. -Aún no! gimió. Me dió la vuelta, me levantó y a horcajadas me la metió por el coño, le mordí los labios, creo que le dolió por que me cogió de el pelo y estiró fuerte. Miró en ambas direcciones y  vió un par de sillas que estaban en el recibidor. Me llevó a una de ellas, me sentó y empezó a comerme el coño. le cogí de la cabeza y lo apreté. Le ordené que me metiera los dedos y lo hizo, primero en el coño y luego por el culo. Y me corrí, me corrí mientras le apretaba contra mi coño. Se puso en pié con la polla fuera y me la metió en la boca. Era una polla riquísima, no quería parar de comersela.Me cogía las tetas con fuerza, apretando mis pezones, quería gemir, pero no quería dejarde chuparsela. Mientras le apretaba los huevos y cuando mas excitado estaba le metí un dedo por el culo, noté como le temblaban las piernas, me sacó la polla de la boca y se corrió en mi cara, yo abrí la boca quería saborearlo, noté su semen caliente caer. Cuando aun estaba con la boca abierta se cerró la cremallera, me miró y me dijo. Ahora siempre que llueva estarás realmete mojada- Sonreí, sabía que siempre que hubiera lluvía habría alguien con la polla bien dura. Y mientras pensaba eso oí como se cerraba la puerta.