Hugo y el cambio de su hermana pequeña (3)
Seguí follándome con fuerza a Eva, varios minutos de sexo salvaje hicieron que estuviese cerca de correrme. Los gemidos de Eva ayudaron, ella llegó al orgasmo y yo saqué mi polla de su coño.
Seguíamos Eva y yo en la cama, no era capaz de dormir, y mucho menos cada vez que miraba hacia un lado de la cama y veía a mi hermana, durmiendo semi desnuda, con tan solo una camiseta y en bragas. Ella permanecía dormida, pero yo no era capaz de pegar ojo. Se me venían a la mente todo lo que había pasado a lo largo de la tarde y noche, con ella y su novio. Recordar eso hacía que mi polla se pusiese dura. Lo que me faltaba ya para no poder dormir, estar empalmado y tener a mi hermana a pocos centímetros de mí.
Me sobaba el rabo por encima del bóxer. O paraba o me iba a tener que hacer una paja en la cama. De nuevo hice el intento de dormirme, espero que esta vez fuese la buena y pudiese descansar un poco. Me di la vuelta, di la espalda a mi hermana y cerré los ojos.
Los primeros rayos de luz me despertaron. Me gustaba dormir con la persiana un poco levantada, me giré y a Eva tumbada boca arriba. La camiseta que ya de por sí era muy pequeña la tenía subida, una parte de una de sus preciosas tetas estaba al aire. Yo que me había despertado igual de palote que me fui a dormir no pude reprimirme. Si una parte pequeña de mi mente me decía que no debería hacer eso, el resto me decía que no me lo pensase, mi verga también apoyaba la idea.
Extendí mi mano un poco para terminar de subir la camiseta de mi hermana y dejar a la vista la teta entera. Con uno de mis dedos rocé el pezón, estaba durísimo, con la yema de los dedos recorría toda su teta. No pude aguantarme más, acerqué mi cara, saqué mi lengua y empecé a chupar su pezón. Estaba muy caliente, con la otra mano agarré su otra teta, ya me daba igual si se despertaba Eva, es más, quería que se despertase y me aliviase un poco la calentura mañanera que tenía.
Seguía lamiendo el pezón duro de mi hermana, que no tardó en despertar, no dijo nada, pero puso su mano sobre mi cabeza, me rozaba el pelo, acariciaba mi cabeza con una mano, la otra la ponía sobre mi mano derecha, que aún seguía agarrando su teta izquierda.
Dejé de jugar con su pezón, me incorporé y me lancé directamente a sus labios, nuestras lenguas se juntaban, con su mano seguía acariciando mi pelo, con la otra la pasaba por mi espalda.
Tras besarnos muy tiernamente durante varios minutos, quería probar de nuevo su coño, bajé besando su cuerpo hasta llegar a sus bragas. Me incorporé para colocarme entre sus piernas y quedar de frente a su rico manjar. Agarré sus bragas, ella levantó su culo y las pude quitar por completo. De nuevo ante mí el precioso chocho de mi hermana, acerqué mi boca y pasé mi lengua recorriéndolo de abajo hacia arriba.
Extendí mi mano para llegar a tocarlo, jugué un poco con su clítoris y lo metí en su agujero. Mi hermana tenía el coño empapado, de nuevo acerqué mi lengua y a la vez que le metía el dedo lamía su clítoris. Ella gemía fuertemente, de vez en cuando sacaba mi dedo y me follaba a mi hermana con mi lengua. Volví de nuevo a lamer su clítoris, ella seguía gimiendo, me agarraba la cabeza con sus manos y hasta llegaba a tirar de mi pelo.
Que delicia poder chupar el coño de mi hermana, así recién levantados. Seguía y seguía lamiendo su clítoris, ya tenía dos dedos dentro de ella, mi ritmo cada vez era más fuerte, al igual que los gemidos de mi hermana. Estaba próxima a llegar al orgasmo, un grito profundo acompañado de un fuerte tirón de pelo certificaron que había llegado. Yo no quise parar, seguía jugando con mi lengua hasta que cerró con fuerza sus piernas y me pidió que parase.
-“Estate quieto cabronazo, ya no chupes más, jajajaja. Déjame a mí que ahora es mi turno”.
Eva se levantó, se puso de rodillas sobre la cama y me empujó hacía detrás. Sin más dilación bajó mi bóxer, mi verga bastante dura desde un largo tiempo saltó como un resorte, rebotando sobre mí pecho. Si el coño de mi hermana estaba húmedo mi polla no lo era menos. Mi glande, que quedó al descubierto cuando Eva pasó su mano, brillaba. Ella poco a poco fue agachando su cabeza hasta llegar a jugar con su lengua sobre mi glande. Lo lamía haciendo círculos, con su mano pajeaba mi verga.
Tras un rato chupando el glande y masturbándome se inclinó de nuevo y empezó a tragarse lentamente mi verga. No se la conseguía tragar entera, pero bajaba lentamente, de nuevo subía a ritmo lento hasta sacarla por completo de su boca. Esto lo repetía una y otra vez, cada vez más y más rápido. Menuda mamada mañanera me estaba regalando mi hermana.
El rito de su mamada era frenético, además de manera fuerte pajeaba mi miembro. Ahora se metía en su boca solo mi glande, y masturbaba todo lo fuerte que podía mi polla. Que experta era mi hermana chupando rabos. Dejó por un momento mi verga para lamer mis huevos, los succionaba para después expulsarlos.
Mi hermana me tenía súper caliente, ella de nuevo se lanzó a comerme el rabo. De seguir así en pocos momentos le iba a llenar la boca de leche. Y así fue, tras unos minutos más chupándome el rabo sin descanso descargué varios chorros de semen dentro de su boca. Ella no estaba por la labor de desperdiciar nada, según iba saliendo el semen de mi polla ella iba tragando y tragando. Cuando se sacó por completo la polla de la boca, con su lengua lamió mi glande para apurar los restos de semen que habían quedado.
Tras mamarme la verga y tragarse todo el semen, mi hermana subió hacía mi cara y me besó con dulzura en los labios. Se mezclaban varios sabores, el de su coño que aún seguía impregnado en mis labios, y el sabor a polla y a semen que había en su boca. Nos abrazamos, ella puso su cabeza sobre mi pecho.
El sonido del móvil de Eva nos asustó, ella se levantó de la cama y se fue al pasillo a hablar por teléfono. Nos habíamos quedado dormidos, después de habernos mamado mutuamente y haber tenido ambos un orgasmo mañanero. La verdad que era muy pronto cuando me había despertado y había empezado a jugar con el pezón de mi hermana y tras descargar y relajarnos nos habíamos dormido de nuevo.
Eva pasó de nuevo a la habitación y me dijo que era su novio Edu quien la había llamado.
-“Es Edu, dice que viene a verme un rato”.
-“Ok, así aprovecho y salgo a dar una vuelta, si quieres traigo comida y así no ensuciamos la casa”.
Cogí mi móvil y quedé con un amigo. Me fui a la ducha y Eva se fue a su cuarto. Tras vestirme y despedirme de mi hermana salí a la calle a buscar a mi amigo. Pasamos la mañana dando un paseo y tomando algo con otros amigos, eso me distraería un poco y así me podría de sacar de la cabeza a mi hermana por unas horas.
A mi colega le llamó su novia y nos volvimos para nuestro barrio. Yo fui a una tienda que prepara comidas para llevar que había cerca de casa. Compré algo para comer y también algo de cena. Mandé un WhatsApp a mi hermana para ver si quería algo en especial de comer. No me respondía así que tras esperar un rato decidí comprar lo que me pareció.
Me fui para casa, entré y llamé a Eva. No respondía nadie. Vi que no había nadie por el salón, y fui directo a la parte de arriba. Según iba subiendo por las escaleras comencé a oír ruidos. Según me acercaba al cuarto de mi hermana se hacían más pronunciados. Ahora comprendía porqué mi hermana no me contestaba al WhatsApp, estaba follando con Edu o lo iba a estar muy pronto, normal que no se percatase del móvil.
Me acerqué hasta quedarme sobre la puerta, estaba un poco abierta. Intenté no dar ruido, me asomé un poco y pude ver a Eva tumbada y a su novio comiéndole el coño. Ella gemía, no tanto como estaba mañana pero estaba disfrutando. Edu paró de chupar, se incorporó, momento que yo me hice un poco hacia atrás para que no me viesen.
De nuevo me asomé a la habitación, ahora era Edu el que estaba tumbado boca arriba, con las manos en la parte posterior de su cabeza, con los ojos cerrados y mi hermana con su culo en pompa felándole el miembro. Yo ya llevaba un rato sobándome el rabo por encima del pantalón. Ni que decir tiene que ya estaba como una piedra.
No quería dar ruido, para no molestar e interrumpirles, pero no pude resistirlo, poco a poco fui entrando en la habitación hasta que Eva se dio cuenta de mi presencia. Con su cabeza me hizo un gesto para que me uniese a la fiesta. Me acerqué a la cama, según lo hacía iba quitándome la ropa. Al llegar a la cama ya con el rabo al aire me tumbé pegado a Edu. Eva de rodillas masturbaba nuestras pollas cada una con una mano.
Esa situación me ponía mucho, mi hermana con lo buena que estaba, desnuda y pajeando dos pollones como los que teníamos Edu y yo. Yo no perdía tampoco el tiempo y acariciaba el pecho de Edu, hasta llegar con mi mano a la base de su polla. Comencé a jugar con sus huevos. Mi sorpresa fue cuando vi que él estiraba su mano para alcanzar mi polla también.
Mi hermana retiró sus manos y ahora éramos Edu y yo quien nos pajeabamos, cada uno con la verga del otro. Era una sensación placentera, que te pajeasen mientras tú hacías lo mismo. Eva que no quería quedarse de brazos cruzados, se tumbó sobre las piernas de su novio y comenzó a comerle los huevos mientras nosotros seguíamos pajeándonos.
Eva fue a por un condón a la mesilla, lo abrió y se lo puso a su novio. No tardó en sentarse sobre la polla de Edu, metiéndosela en su coño bien mojadito como estaba. Edu soltó mi verga, tenía a mi hermana cabalgándole totalmente desatada. Yo, tras un rato observando tumbando me levanté y me puse de píe sobre la cama, me dirigí hacia mi hermana, acercándole mi polla dura a su boca. Eva no tardó en agarrarme por el culo y acercarme mucho más a ella, abrió la boca y de nuevo, como esta mañana se metió mi polla en su boca.
Ella seguía cabalgando a su novio, ese movimiento hacía que la mamada que me estaba haciendo no fuese muy dulce. Mientras ella tenía mi polla en su boca, yo acariciaba sus preciosas tetas. Edu agarraba a mi hermana por la cintura, Eva se retorcía de placer con el rabo de su novio dentro de ella.
Yo quería también metérsela, me bajé de la cama y fui a por un condón, mi hermana se recostó sobre su novio dejando más accesible su cocho. Me puse el condón, me acerqué hacia ella y con mi mano llevé mi verga hacia su agujero. Edu seguía con su polla dentro. Poco a poco la mía fue entrando también.
Por fin entró por completo, ahora Eva no podía moverse tanto como antes, esta vez era yo quien mandaba un poco, pero tampoco tenía mucha movilidad, la postura era complicada. Eva me besaba, Edu le agarraba las tetas, y yo me movía poco podía. Era morboso rozar la polla de Edu con la mía dentro del coño de mi hermana, pero la verdad que yo estaba bastante incomodo así, por lo que decidí sacársela.
Eva lo comprendió, y se sacó la polla de su novio del coño. Yo me tumbé al lado de Edu, Eva se sentó ahora sobre mi verga. Iba a tener el chocho de mi hermana todo para mí. Ella se la metió toda, sentada ya por completo sobre mi polla, mirando hacia mí, fue agachando poco a poco para poder besarme.
Según se agachaba su culo que quedando más a la vista, Edu se puso tras ella, y no sin dificultad se la metió por el culo. Eva gritó un montón, su novio le había pegado un pollazo en el culo sin avisar, no sé si lo habría hecho más veces, pero esta por lo menos le dolió en exceso. Edu no se movía por el momento, Eva dejó también de hacerlo.
Cuando el culo de Eva se aclimató a la verga de su novio, empezó a moverse, ahora volvía a gritar pero esta vez de placer. Edu la agarraba de la cintura, yo sobaba sus tetas. Estaba disfrutando de esta ocasión más que ninguna de las anteriores. Ver gozar a mi hermana con el rabo de su novio en el culo y el mío en el coño era un placer. Edu cada vez tenía un ritmo más alto y gemía casi más que mi hermana.
De pronto sacó su polla del culo de mi hermana, se quitó el condón y se movió de píe por la cama hacia donde estábamos nosotros. Edu querría que le comiese mi hermana el rabo antes de correrse, pero mi sorpresa fue cuando se arrodilló sobre la cama, a la altura de mi cara y me llevó su polla hacia mi boca.
Yo estaba muy excitado follándome a mi hermana, y no dudé ni un segundo en meterme la polla de Edu en la boca. Con mi mano le agarré del culo acercándole hacia mí. Cuando ya tenía el glande de Edu sobre mis labios, el comenzó a pajearse, cada vez gemía con más fuerza, ante esta situación Eva se estiró un poco quedando totalmente perpendicular a mí, seguía cabalgándome. Edu aumentaba el ritmo de su paja.
No tardó en suceder lo esperado por los gemidos que tenía. Retiró un poco su polla y varios chorros de semen llenaron mi cara, un poco cayó en mi boca, el resto por toda mi cara. Eva seguía follándome con gran locura. Edu tras unos segundos de descanso se acercó hacia mí y de nuevo hizo algo que no me imaginaba. Acercó su boca a mi cara, sacó su lengua y empezó a limpiarme su semen.
Pasaba su lengua por toda mi cara, llegando incluso a pasarla por mis labios. Esa faceta de Edu la desconocía, pero la verdad que por la limpieza que me estaba haciendo de cara le estaba encantando. A pesar de toda la lujuria que estaba habiendo en esa habitación aún me faltaba un poco para correrme.
Me incorporé y quite a mi hermana de encima de mí, la tumbé sobre la cama y yo encima de ella se la volví a meter. Ahora podía culear con más fuerza, necesitaba follarme fuerte a mi hermana para correrme. Ella me tenía atrapado con sus dos piernas rodeando mi cintura, estaba enganchada a mí como un koala.
Seguí follándome con fuerza a Eva, varios minutos de sexo salvaje hicieron que estuviese cerca de correrme. Los gemidos de Eva ayudaron, ella llegó al orgasmo y yo saqué mi polla de su coño.
Me quité el condón, me incorporé sobre ella y me empecé a pajear con fuerza sobre sus tetas. Ahora el que gemía era yo, Eva intentaba ayudarme a terminar sobándose las tetas. Unos minutos más pajeándome la verga hizo que descargase sobre las tetas de mí hermana.
Ahora sí que caí rendido sobre la cama, pero Edu al igual que había hecho conmigo se acercó a Eva y con su lengua fuera fue limpiando toda la leche que había derramado sobre las tetas de mi hermana. No dejó ni una gota, apuraba todo el semen que había sobre Eva.
-“Joder cuñado, no sabía tu afición por la leche, jajajaja”
-“¿Este? Mientras que estoy con él se ha comido más veces su leche que yo, jajajaja”
Los tres nos reímos y nos tumbamos sobre la cama, uno a cada lado de Eva. Estábamos rendidos, la follada de hoy había sido brutal. Cada vez era esto más normal, y por lo que se veía a Edu le ponía que me follase a mi hermana.
Y yo con él cada vez estábamos teniendo más contacto físico, dando él más pasos. Después de la manada que le había hecho el otro día y la paja en la ducha, esta vez fue él quien agarró mi polla. Y luego está el tema de lamerme toda la cara comiéndose su propio semen. Notar su lengua sobre mis labios fue excitante.
Seguíamos los tres tumbados desnudos en la cama de Eva, tanto mi polla como la de Edu ya habían bajado el tamaño, reposaban tranquilas después de tanto trabajo. Quería dejar un poco de intimidad a la pareja. Recogí mi ropa del suelo y me fui para mi habitación. Quería darme una ducha y limpiar mi cuerpo.
Mientras estaba en la ducha, y me caía el agua sobre mi cuerpo, me venía a la mente las folladas que estábamos teniendo estos días. No quería tampoco que mi polla se volviese a poner dura, intenté pensar en otras cosas, pero con el deseo de volver a repetir todo lo vivido estos días a no mucho tardar. Ojalá Eva y Edu pensasen lo mismo.