Hugo está molesto; Liz lo calma.

Liz y yo decidimos contarle a Hugo su travesura con Fredy, pero mi amigo se encabronó. Mi mujer pronto lo calmó.

Hugo está molesto; pero Liz lo calma.

La semana se pasó rápido; Hugo está por llegar de su viaje, seguro que va a querer cenarse a Liz. Mi esposa y yo hemos cogido como nunca, pues el chaval la dejó más que caliente, aprendió muy bien la diferencia entre hacer el amor y coger por coger.

Estábamos en la indecisión de comentarle a Hugo lo que pasó con Fredy, pero llegamos a la conclusión de que sí debemos contarle todo, pues a fin de cuentas Hugo es parte del desmadre, aunque lo queremos mucho.

Nos llamó desde el aeropuerto para avisarnos que había llegado, que si podía ir a nuestra casa; le respondí que sí, ¡tenemos cancha libre! pues nuestros hijos se fueron de campamento.

Le avise a Liz, anda arréglate no tarda Hugo, ponte tu disfraz de puta para que lo pongas muy caliente y le platiques todo lo que hiciste con Fredy. Me respondió Liz:

¿Lo que hiciste?.... O lo que hicimos… pues tú fuiste el que me estuvo calentando con eso de que llámale, anda yo voy a estar ahí, mira tiene 21 cms. No te gustaría tenerlos bien adentro en la panocha, si el chaval no te gusta pues nos vamos.

Y ¿no te gustó verdad?..... Si solo le sacaste la leche ¡cinco veces!

Pues claro que me gustó: Fredy me hizo como ocho orgasmos, es riquísimo y muy excitante coger con un desconocido tan guapo, todo es nuevo. Ya ni me recuerdes que estoy mojando mis pantys.

Ella se fue a bañar y arreglarse, preparé botana y deje todo listo en la sala, como una hora después sonaba el timbre, era mi amigo Hugo; ¡hola como te fue!!

Bien me contestó; aquí llegando de viaje; que chinga me está poniendo la compañía con estos viajes a Monterrey, hace un calor de la fregada. Traje dos botellas de champaña ponlas a enfriar.

Vamos a la cocina a preparar unas buenas cubas.

Y Liz ¿donde está? Me preguntó extrañado.

Se fue a poner guapa para recibirte, cada día esta mejor y es más caliente, creo que me la echaste a perder pinche Hugo.

¡No¡¡… lo que pasa es que la tenías muy aburrida, y estaba muy inmersa en su casa con sus hijos, necesitaba un vuelve a la vida, mírala ahora como ha cambiado, se le ve más alegre.

Pues tan alegre está que la semana pasada se cogió a un jovencito de veinte años, se dieron un revolcón tan fuerte que ¡le quemó cinco tiros!!

A Hugo se le devolvió el trago y se ahogaba, tenía los ojos de plato; me exclamó:

Y ¿!como es que se fue con el cabrón ese!? ¿Por qué la dejaste ir? (estaba encabronado)

No si yo también fui, pero nada más le quemé dos tiritos. Los hubieras visto que cogida tan sabrosa se dieron, al muchachito no se le bajaba la flauta, todo el tiempo la mantuvo bien tiesa.

Y ¿Cómo fue?... Que cayeron con ese hijo de la chingada.

Te platicamos de los dos jovencitos que nos encontramos en la taquería, ¿lo recuerdas? asentía con su cabeza mientras se servía otra cuba.

Lo que pasó esa noche cuando salimos de tu departamento fue que Liz todavía estaba caliente, y como traía un atuendo muy atrevido (recuerdas el mini vestidito muy escotado) pues el jovencito le llegó mientras yo fui al baño, le entrego un papel con sus datos, y bueno; yo convencí a Liz para que le llamara y todo se dio muy bien.

Bueno; pero para que chingados le llamaron…. ¡si para eso estoy yo!!

Todo es un reto que decidí emprender para que Liz tuviera una relación con un perfecto desconocido, no te encabrones… Si Liz me confió que tu verga es mucho mejor; que contigo tiene calidad. (Ya no sabía como componerla)

En eso entraba Liz caminando muy sexy moviendo sus nalgas, peinada como colegiala con dos colitas y fleco sobre la frente, la muy caliente se puso la misma ropa que cuando fuimos con el chaval. Con la voz más melosa que nunca le dijo:

Hola mi amor ¿Cómo te fue de viaje? (Le daba un beso en la boca) te extrañamos ¿que cuentas? Mientras giraba luciendo su atuendo, se sentaba en un sillón frente a nosotros.

Nada… solo trabajo, pero me contó Toño tus aventuras; que la pasaste muy bien con un jovencito ¿verdad?

Mientras mi esposa le daba un gran trago a su cuba, le contestó con voz sexy:

Pues sí la pasamos muy bien ¿verdad gordo?... Pero nos hiciste mucha falta, pues la fiesta hubiera estado mejor si hubieras estado presente. (Mi esposa le mandaba un beso)

Lo encabronado se le estaba bajando, se le notaba un bulto en los pantalones. Liz nos hacía un show de pierna con rápidos flash de su tanguita al descruzar las piernas, estaba radiante y muy provocativa.

Según me platica tu esposo; ¿le quemaste cinco tiros al cabrón ese? ¡Como puede ser!!

Noo; la verdad es que solo lo hicimos cuatro veces, solo que en el primero se corrió antes de empezar, mi esposo exagera; pero Fredy sí se corrió cinco veces je, je, je.

Pero el pinche chaval no está tan bueno como yo ¿verdad? Mientras acariciaba su bulto.

Liz poniéndose de pie caminaba con su mini faldita tableada con sus nalgas paradas y la famosa blusita transparente abierta, dejando ver un microscópico sostén con sus medias de red negras, y el peinadito de niña colegiala puta, se veía súper porno. Giró se inclino sobre Hugo acercándole sus tetas a la cara y acariciando su bulto. Le dijo:

¡Celoso!... Si no pasa nada, solo que prometimos nunca ocultar las cosas; haber si no te lo hemos dicho ya estarías sobre mí y ni cuenta te hubieras dado. Pero mi esposo me dio una lección de lo que es hacer el amor, y lo que es coger por coger. Tu sabes que te queremos mucho eres muy especial para nosotros, solo fue una travesurita.

Valla con la abnegada ama de casa cachonda; estas preciosa quien lo iba a decir que la señora Liz fuera una chica porno, que calentada me has dado, te juro que estoy a punto de correrme nada más de verte con ese atuendo que traes puesto te ves muy sexy, quien se puede resistir al verte así de rica.

Abrí una botella de champaña y brindamos por la mujer más caliente, en lo que le metíamos mano por sus nalgas, las burbujas nos acariciaban el cerebro, Liz ponía música lenta, bailaba al ritmo de la música, Hugo le rozaba su bulto en las nalgas mientras le besaba la nuca y cuello, acariciando sus pechos, me acerqué y la besaba trenzando las lenguas le tocaba el coñito por arriba de su tanga.

Liz nos empezó a desvestir a los dos, primero me quitaba la camisa y luego seguía con Hugo, yo aprovechaba para llenar las copas de nuevo, luego nos bajaba los pantalones y nos acariciaba las vergas al mismo tiempo por arriba de los boxers.

Los tres estábamos ardiendo tomamos las copas a fondo, mi amigo le quiso quitar la faldita pero Liz le dijo;

No espera, ¿no te gusta ver a tu niñita porno?, tengo muchas ganas de hacer una cosita.

Liz se hincó en la alfombra y nos bajó los boxers, nos alternaba unas mamadas tremendas restregaba una verga con la otra, yo sentía toques eléctricos que subían por mi espalda cuando la verga de Hugo entraba en contacto con la mía.

Liz se veía increíble con su peinado de niñita porno, como nos mamaba la polla pajeado con su mano la que estaba fuera de su boca, las juntaba de nuevo y metía la lengua en medio de las dos para terminar con un chupete a las dos puntas al mismo tiempo.

Luego se puso de pie frente a nosotros y nos pajeaban las vergas con sus manos mientras nos pedía que le rozáramos su lengua con las nuestras.

Al principio mi amigo y yo evitábamos que nuestras lenguas se tocaran, pero Liz se encargaba que ocurriera, pues movía su lengua para todos lados y al rato ya nos valía madres pues nos rozábamos las lenguas los tres. Un momento después mí esposa solo tenia puesta su falda y medias, pues Hugo le había quitado en un instante la blusa y el sujetador.

Las pollas las teníamos durísimas en las manos de Liz, nos pidió que nos fuéramos a la recámara; tomamos las copas, la botella y nos fuimos, llenamos las copas y las tomamos de un trago, mi esposa cachondamente se sacaba la tanguita y nos pedía que le mamáramos al mismo tiempo.

¡Que ricas están sus pollas!! Se sienten muy diferentes, pero las dos están buenísimas. Seguía abrazada a Hugo besándose suavemente, mientras me confiaba; hoy quiero hacer de todo con los dos al mismo tiempo.

Sus movimientos de nalgas eran lentos y pausados, pegando el culo a la lengua de Hugo que ya se había colocado en posición, Liz apretaba sus ojos corriendo la lengua por sus labios, se le escapaban unos gemidos mientras mi amigo la comía con todas sus ganas.

Ella subió una pierna en la cama y nos pedía con voz muy sexy:

Cómanme mis hoyitos tengo muchas ganas de sentir sus lenguas, me muero de calentura, mientras se oprimía los pezones.

Yo me fui al frente a mamarle su coñito, mientras Hugo seguía prendido a sus suculentas nalgas y culito. ¡Que rico!; a veces se nos juntaban las lenguas y los dos, o mamábamos el mismo hoyito. Todo valía madres lo único importante era gozar. A Liz se le aflojaban las piernas del orgasmo tan fuerte que tenía.

Hugo la recostó en la cama mientras que él hincado le comía el culito, le metía un dedo bañado de saliva, busqué el gel lubricante y se lo pasé, de inmediato se lo untaba en el culito y se bañaba la polla de gel se hacía una paja distribuyendo el lubricante por toda su verga, se puso de pie se le veía una polla impresionante, le dije a Liz: Mira lo que te va ha meter, esta si mide más que los veintiuno que fuiste a buscar.

Liz lo veía con la boca abierta, Hugo se la pajeaba lentamente luciendo su verga en todo su esplendor, se acostó en la cama boca arriba y le ordenó a mi esposa; ponte de espaldas a mí y métela en tu culito.

Mi esposa obediente se hincaba en posición, me faltaban ojos para ver como hacía presión el glande y desaparecía una pequeña parte, la presión era cada vez más fuerte y casi desaparecía el glande completo.

La cara de Liz era de lujuria total, tomó aire y se dejo caer en la enorme verga, se le fue la mitad para adentro, sus nalgas no dejaban de moverse, subió un poco y se dejó caer de nuevo encajándose toda la polla hasta los huevos. Liz con una cara de lujuria cerraba sus ojos mientras se masturbaba su clítoris.

Yo le metía mano entre sus dedos acariciándole su inflamado clítoris dediando su coño, puse mi mano más atrás para acariciarle el culo y la polla al mismo tiempo, Liz subía y bajaba lentamente, jadiando gritaba:

¡Esto es riquísimo me llena todaaa haaggh!! ¡No puedo parar de venirme!! ¡Huuyy que sabroso haaggh¡¡

Y lentamente fue recostando su espalda sobre el pecho de mi amigo que le daba unos piquetes impresionantes en el culo mientras le estrujaba las tetas.

Como quedó en buena posición yo le mamaba el clítoris y la panocha con todas mis ganas, mientras Hugo le seguía dando unos empujones bien duros, mi esposa estaba prácticamente desmayada de placer, sollozaba, jadiaba y gemía, sus nalgas se le movían involuntariamente, su orgasmo era continuo.

Le acerqué la verga a su coñito, Hugo retrocedió para darme fácil acceso y se la fui metiendo lentamente hasta lo más profundo que pude, luego sentí la polla de mi amigo como avanzaba hacia adentro rozándose con la mía.

¡Uff que morbo que sensaciones!! Que verguíza le estábamos metiendo a mi señora, ella solo gemía, y cada vez le dábamos más duro con un ritmo alterno ¡que rico!! Hugo también me pellizcaba los pezones, Liz llevaba incontables orgasmos.

Pero cuando el cabrón de mi amigo le metió el dedo medio en la boca y le dijo imagina que es la verga de Fredy ¡estás cogiendo con tres!! Casi se desarma mi esposa, pues sus nalgas se movían rapidísimo en todas direcciones y le daba una mamada durísima al dedo de Hugo.

Tomamos un ritmo salvaje los tres, las punzadas en el coño y culo de Liz eran muy fuertes nos "mordía las vergas", en eso la respiración de Hugo aumentaba y jadiando le soltaba una profunda inyección de leche, sentía en mi polla las contracciones de su verga como escupía semen.

Aproveche ese maravilloso momento para aumentar mis embestidas y terminar jadiando con una tremenda corrida que bañó el coñito de mi mujer. Un momento después nos rodamos a un lado en la cama nos acariciábamos lentamente y dormitábamos.

Una media hora después Liz se levantaba escurriendo leche, la cama estaba echa un batidillo.

Mi amigo tenía hambre así que nos pusimos los calzones y fuimos a la cocina a cenar, Liz preparaba unos sándwiches.

Mientras cenábamos Hugo le preguntaba a mi mujer:

¿Te gustaría coger con tres como la mujer de la película?… ella desviaba la pregunta, pero él insistía. Liz contéstame, ¿te gustaría hacerlo como la chica de la película?

Pues claro que síii… pero ella cogía con cuatro, que ¿me vas a conseguir otros dos?

No; pero es que me dejaste pensando con eso que cogiste con Fredy, y ¿que tal estuvo?

Bien, fue muy rico ¿verdad Papi?... Parecía que su polla era de fierro, la tenía tan dura que siempre estaba su glande pegado al ombligo. Uff, ya ni me acuerdes… además se corría rápido y seguía su polla apuntando al cielo.

Bueno pues ¡a la salud de la señora porno!! Levantaba su copa… Cuando lo invitamos.

Esas palabras fueron el detonante para que se encendiera Liz, abrió su bata sacando sus pechos, derramó un poco de champaña en ellos para que Hugo y yo se los mamáramos diciéndonos cuidado y dejen caer una gota par de cabrónes.

Mi amigo no desperdiciaba una gota, además metía una mano entre las piernas de mi esposa estrujando su coñito y nalgas. ¿Y el chaval esta muy vergón?

La temperatura estaba subiendo, los pezones de Liz estaban como piedras, ella bebía su copa a fondo, y le respondía:

No mucho está normal, solo que siempre la tiene parada.

Mientras Hugo seguía mamando con fuerza a los pechos, entonces mi esposa se quitó la bata y se sentó en las piernas, y se besaban con fuego, luego de un rato de franeleo nos dijo Liz vamos a la recámara.

Llegamos a la recámara y Liz se acostó boca arriba, Hugo le quitaba la tanguita, y le daba unos besos en la entrada de su coño, pronto los besos se convertían en lamidas y chupadas de clítoris, mi esposa subía sus piernas a la espalda de él, y me llamaba para que me acercara a su boca, le arrimé la punta de mi polla media parada me daba con desesperación unos chupetes bien fuertes.

Un rato después, Hugo se acostaba junto a Liz y le exclamaba; ¡que sabroso sabor tienes! ella se acomodaba sobre él, empezaban un 69, los bigotes de mi amigo se perdían en la puchita, mientras que Liz se tragaba casi toda la verga. Yo estaba feliz con mi papel de mirón, pues me estaba haciendo una riquísima puñeta.

Los jadeos de los dos no se hicieron esperar, las mamadas que se daban eran muy fuertes, las manos de Hugo le recorrían todas las nalgas. Liz tenía un orgasmo en la boca de mi amigo, tan pronto como terminó mi mujer se separó y se monto jadiando sobre él, de un sentón se metió toda la verga que estaba enorme…. ¿Dónde le cabe tanto?

Mi esposa se inclinaba hacia delante rozando sus tetas en el pecho de Hugo, mientras se besaban él aprovechaba y le daba un metisaca muy rápido, yo estaba justo atrás de mi señora viendo a centímetros como le daba Hugo, luego paraba dejándola totalmente encajada su verga al fondo de su coñito, Liz aullaba del orgasmo que tenía para luego repetirle la dosis de piquetes.

Mi mano no paraba, sentí que estaba próximo a correrme, entonces me hinqué a un costado de sus caras, Liz de inmediato se tragó mi verga a fondo, con la ¡sorpresa que se llevó!... pues a la segunda mamada profunda que me dio yo le soltaba toda la leche que me quedaba, estaba totalmente acalambrado me chupaba con desesperación, tan pronto como terminé me separé.

Pero mi mujer seguía tan caliente que le dio un besote de lengua a Hugo, de sus bocas salían hebras de mi leche los dos jadiaban y se retorcían más fuerte, un minuto después los dos se corrían con fuerza.

Caímos rendidos hasta bien entrada la mañana, cuando desperté ellos terminaban de bañarse. Les pregunté; ¿que se echaron otro polvo? Y Hugo me contestó:

Pues como iba a desperdiciar a esta mujerona, nos echamos un palo riquísimo en la regadera, no te invitamos pues estabas profundamente dormido.

Me bañe rápido, fuimos a almorzar a un restaurante, luego dejamos a Hugo en su casa, nos invitaba a pasar pero Liz ya no quiso entrar. Nos decía:

Es que si entramos, no salimos ni en tres horas, ya los conozco estoy muy cansada.

Esperamos sus comentarios. ¿Ideas?