Huérfano 5

La carta

MONTSE

Dejé las tazas sobre la cajonera ubicada a los pies de la cama y me fui desnudando despacio sin dejar de mirarla a la cara. Me miraba golosa, se relamía pensando en lo que venía. Subí a la cama. Me acerqué gateando entre sus piernas. Tomé suavemente los laterales de su tanguita y se lo retiré sin sacarle los zapatos. Volví a subir besando sus muslos por dentro. Su piel se estremecía. Sabía lo que se le venía encima. Cuando llegué a su hondonada, lamí su néctar, besé sus labios, introduje mi lengua en su coñito y me tomé sus jugos. Cuando le dí un pequeño mordisco a su clítoris, arqueó su espalda y explotó entre convulsiones.

Subí por su cuerpo saboreando su piel, llegué a su boca y me comí sus labios, tomé mi pene y busqué su coño. De un caderazo la empalé. Se volvió a correr. Enroscó sus piernas con las mías y acompaño mis embestidas. Cuando volvió a explotar la llené de mi esencia. Agotados, con mi cuerpo descansando  sobre el suyo, quedamos adormecidos sobre mi estrenada cama.

Cuando desperté, ella estaba a mi lado adormecida boca abajo. Me acerqué y le mordí el cuello bajo la nuca. Se estremeció. Fuí bajando con mordisquitos hacia su maravilloso culo. Cuando separé sus nalgas e hice diana en su agujerito, ronroneó.

Con el permiso concedido, fui lameteando y jugando con un dedo, luego con dos y finalmente arrimé mi polla. Esperé un momento a la espera de algún rechazo. Arqueó su cadera y ofreció su prenda. Apoyé mi glande y penetré  su intimidad. Fuimos tomando ritmo y cuando la cópula ya era violenta, a caderazo puro, explotamos entre alaridos, casi en sintonía.

Horas después estábamos acostados boca arriba, con ella ronroneando sobre mi pecho.

  • Así que sabías lo de Julia y Yo.
  • Desde el primer día. Entre nosotras no hay secretos.
  • Ya vi el día del estanque que comparten muchas cosas.
  • Es que nos hemos criado juntas y estamos mucho tiempo solas. Una cosa llevó a la otra.
  • ¿Comparten todo ?

  • A nuestros novios no, no lo entenderían y se irían de boca.

  • ¿Y por qué a mi si?.
  • Tú eres diferente. Desde el primer incidente nos respetaste. Y no nos descubriste a pesar de que te habíamos jodido al contarlo.
  • ¿Y Carmen ?

  • Carmen es otra cosa. Sabe de nuestros juegos. No participa, pero no nos cuestiona. Además le tiene terror a su novio.

  • ¿La maltrata?
  • Físicamente no sé, pero psicológicamente la tiene dominada. Y nunca entendí por qué lo tolera. No sé. Están juntos desde chicos. Es como si se sintiera protegida a su lado.
  • ¿Protegida por alguien que la maltrata ?
  • Tu viste que bonita es. Si no fuera por Julián no se sacaría los moscones de encima.

Ese comentario, me angustiaba

  • ¿Sabe lo mío con Julia ?

Pregunté repentina y extrañamente preocupado

  • Si, pero sabe que es solo sexo. Ni Julia ni yo dejaríamos a nuestros novios por ti. Acá nunca sería bien visto por nuestras familias.
  • ¿Y ser amantes, si?

  • Es parte de la hipocresía de los pueblos chicos. Acá corre cada historia que ni te imaginas Ja, ja, ja.

A la tardecita nos despedimos con un cálido beso que auguraba futuros encuentros.

Mientras preparaba la cena, de pronto me encontré pensando en Carmen.

En Mayo los días nublados se presentaban fríos, por lo que dividía mis tareas. Los días soleados los dedicaba al exterior y los demás a terminar los otros dormitorios. Los encuentros con Montse y Julia eran muy intensos, pero sin compromiso, ambas me aclararon, que no pensaban dejar a sus novios.

Para Julio el frío era intenso. Golpearon a la puerta y era el viejo notario amigo de Manuel, me comunicó su  fallecimiento, y me entregó una carta junto con una gran carpeta con documentos. Me comentó que Manuel no quiso que me avisaran y que lo que me traía era su última voluntad.

LA CARTA

  • Querido hijo, si estás leyendo esto, es porque he partido. No te pongas triste, después de los golpes que me dió la vida, tuve la suerte de conocerte y me llena de orgullo que lleves mi apellido.
  • Los documentos que te entrega el notario confirman la titularidad de esas tierras a tu nombre. Y además, pongo en tu conocimiento un proyecto que tenía a punto de concretar antes de la muerte de mi hija.
  • Espero que esto sea de utilidad para tí y me perdones por no despedirme antes de partir.
  • Un abrazo
  • Tu orgulloso padre.

Dejé de leer con lágrimas en los ojos. Le agradecí al notario por habérmelos alcanzado y lo despedí en la puerta después de ofrecerle un café.

Los documentos no eran ni más ni menos, que la propuesta de un grupo internacional para construir un barrio privado/hotel/spa de primer nivel en estas tierras, conservando la casa familiar mejorada y  agregándole todos los servicios.

Básicamente se cerraría todo el frente entre las sierras, se colocaría una cabina de control de seguridad frente al camino, se empedraría el mismo para hacerlo compatible con el paisaje y se dividirían las cien hectáreas en cien parcelas, cada una con cuatro lotes de dos mil quinientos metros cuadrados cada uno. Todos ellos con piscina propia.

Ponía límites de construcción, reservaba espacio para canchas de tenis, agregaba servicios alrededor del estanque, spa, salón de masajes, etc. todo lo que un club de primer nivel debía poseer.

Me contacté con los oferentes y después de asegurarme que seguían interesados, fijamos una reunión para definir algunos puntos que me interesaba cambiar a la propuesta.

En resumen, agregué un par de cláusulas de mi cuño. Estirar el servicio de Internet de alta velocidad a toda la comunidad. Construir en el pueblo una sala de urgencia con servicios de alta complejidad y una sala de internación con consultorios externos, para uso del complejo y accesible a todos los vecinos.

Exigí construir una nueva escuela primaria, una escuela técnica y un  bachillerato, para la gente que se quede a vivir definitivamente en la nueva urbanización y también para lograr que se integren con los jóvenes del pueblo y que todos tengan acceso a los niveles de enseñanza preuniversitaria. No quería para nada que el sueño de Manuel se convirtiera en una isla elitista separada de la comunidad.

Cambié la cláusula de venta total, por una del setenta y cinco por ciento con participación en las ganancias, solicité mi intervención en  la ejecución del proyecto y derecho a veto. Finalmente pedí la parcela de una hectárea completa donde se ubicaba la casa y el  uso exclusivo de la cueva de la vertiente.

La reunión de la firma fue muy corta, aceptaron encantados y un mes después era millonario y seguía teniendo en qué ocuparme.

Lo primero que hicieron fue cercar mi parcela y construir la piscina, en el cerco utilizaron el diseño que sería el definitivo para todas las construcciones. Con la ayuda de José y su esposa, preparamos y sembramos el jardín perimetral vecino a las nuevas construcciones anexas a mi casa.

Para fin de Noviembre ya se habían terminado todas las construcciones linderas al acantilado, las escaleras de acceso a la playa, todos los servicios del balneario y el spa. Para fin de año, coincidente con la fiesta de Nochevieja realizaron la inauguración parcial del complejo con una gran fiesta a la que fui invitado y que  me permitieron compartir con José, su esposa y mis tres amigas.

El remate de la fiesta fue en mi casa, compartiendo cama con Julia y Montse por primera vez. Aunque lamentablemente, con la cantidad de comida, bebida y la resaca posterior, no pudimos hacer nada más que estar desnudos y prodigarnos algunos mimitos.

Una semana después, con el complejo ya en funcionamiento parcial y vestido con mi viejo mono de trabajo, estaba arreglando el jardín ubicado sobre la cerca próxima a la puerta de acceso de servicio,cuando un grupo de turistas jóvenes me señala entre gritos y cachondeo.

  • Hey Vero, mira donde terminó el ídolo del pueblo. Ja, ja, ja. Tanto sacrificio y terminó roñoso como empezó. Metido entre tierra y bosta para abono. Ja, ja, ja

Levanté la vista y me encontré con el imbécil de Raúl, llamando a una infartante Vero. Quedé impactado. Esa hermosa mujer había madurado para mejor. A sus veintiséis años era una hembra del infierno. Estaba vestida con un short elástico ajustado que dejaba las nalgas de su fabuloso culo al aire. Un top corto que apenas cubría sus alucinantes tetas y unos zapatos de esparto de taco alto que resaltaban sus hermosas piernas. Y su cara. Qué decir de su cara. Un putón de cabaret.

Abrí la reja con cuidado mientras el imbécil seguía carcajeando y le pegué una ostia de revés que lo sentó de culo. Estiré la mano que Vero cogió con la mirada vidriosa y la metí adentro, mientras el tarado miraba desde el piso, con la boca abierta y masajeándose la mejilla. Nada más cruzar la puerta de la cerca, pegó un salto y se trepó sobre mi cintura abrazándome por el cuello como si fuera un Koala.

Entramos a la casa y segundos después de cerrar la puerta, como en los viejos tiempos, la empotré contra la pared y nos comimos la boca mientras me bajaba el cierre del mono, sacaba mi endurecida polla y corriendo la entrepierna  del elastizado short le metí un pollazo que la llevó a las nubes. Estuvimos follando en esa posición que nos recordaba viejos tiempos hasta que le llené el coño de lefa, pasando después a completar la faena en mi dormitorio.

Raúl no la volvió a ver en el resto de la semana.

LA OSCURIDAD

Volvió el otoño y las obras seguían a toda marcha. Por las tardes, solía hacer caminatas o escaladas a los cerros y en una de ellas me encontré con Carmen. Parada sobre el borde de la colina Norte estaba abstraída, mirando al mar con ojos llorosos. Vestida solo con un tejano y una camisa, tiritaba azotada por el viento del Este. Sin saber qué le pasaba, me acerqué despacio, le coloque mi campera sobre los hombros y la cubrí con mis brazos.

Se asustó por la sorpresa, pero cuando vio que era yo el que la abrazaba, se dio la vuelta y me abrazó llorando, con la cara sobre mi pecho. La dejé descargarse y le pregunté si quería conocer un lugar especial, para calmar su espíritu. Me miró seria sopesando mis intenciones y cuando levanté las manos en señal de inocencia sonrió y aceptó.

Cuando llegamos al lugar, bajé yo primero y luego la bajé a ella tomándola de la cintura de espaldas a la entrada. Le pedí que cierre los ojos y la lleve al interior. Cuando se los hice abrir dentro de la cueva quedó extasiada. Saltaba, se reía. Se sacó las zapatillas y probó la temperatura del agua con las puntas de los pies, como la noto cálida, para mi sorpresa se sacó el pantalón y la remera y se metió al estanque en ropa interior, invitándome a seguirla.

Me desnudé quedando solo con los boxers y fui junto a ella. Me coloque echado a su lado y ella se abrazó a mi costado, apoyando la mejilla en mi pecho con mi brazo sobre su hombros.

  • Te has quedado callado.
  • Estoy un poco sorprendido.
  • ¿Por qué? Me has visto más desnuda que esto. Y yo necesito un amigo cerca en este momento.
  • Nunca fuimos muy amigos,
  • Eso es culpa mía y no tuya. Además mis amigas te adoran, y eso para mi es suficiente
  • ¿Culpa tuya por qué?
  • Por no ofender al idiota de mi novio. Y hoy me entero, que los sábados a la noche, los días de visitante, se lo pasan en un puticlub o levantando putas en su Audi rojo, al que le presta más atención que a mí.
  • Vaya, ¿ y cómo te enteraste?
  • El novio de Julia se fue de boca, pero como ella tiene un rollo contigo, no se hace problemas. Solo lo obliga a usar condones. Y lo puso a dieta por un largo tiempo.
  • ¿Y tú qué vas a hacer ?
  • Todavía no se. Me encantaría hacer lo mismo que Julia. Pero no va conmigo.

Entiendo, dije desilusionado. Ella se dio cuenta, me tomó la cara y me dió un suave beso en los labios.

  • Siempre le escapé a las relaciones ocasionales, por eso soporté a Julian. Y no me gustaría hacer algo así contigo. Me gustas mucho y no me importa que estés con mis amigas. Sé que es solo sexo.
  • Pero si yo hiciera lo mismo, me sentiría sucia estando contigo después de haber estado con él.

Cuando ella estuvo más calmada, nos secamos con mi remera, nos vestimos y bajamos juntos. Tomamos algo caliente en mi casa y se marchó. Desde ese día, el encuentro en la cueva se repitió por lo menos una vez por semana. Conversábamos de nuestras cosas. Cuando le conté toda mi historia, le pareció digna de un libro de aventura.

Cuando un par de meses más tarde le conté la historia de Rosa, se conmovió tanto que me abrazó con lágrimas en los ojos. Cuando nos separamos, conmovidos los dos, nos dimos un suave beso, que derivó en un morreo intenso. Cuando ya estábamos por pasar a mayores, se separó de mí.

  • ¿Estarías dispuesto a empezar algo serio conmigo, a pesar de lo que sientes por ella ?
  • Daría mi vida por una oportunidad, necesito amarte, Rosa es un sueño perdido.
  • Entonces paremos aquí. Déjame terminar esta tarde con Julián y esta noche soy tuya.

Nos pusimos de acuerdo en vernos en mi casa a las ocho y bajamos de la sierra.

Eran ya las nueve. Al ver que Carmen no llegaba temí lo peor. Tomé la moto, desacoplé el sidecar y corrí raudo a la comisaría. Tuve que forzar la puerta. Nada más entrar, escuche los gritos provenientes de las celdas .

Asomé la cabeza y vi a Carmen de cara a la pared con el torso desnudo, colgando de sus manos atadas a las rejas de la ventana de una celda. Tras ella, Pablo la azotaba con su cinturón.

  • Dime puta.. dímelo.. cuántas veces te lo follaste.. dímelo o te mato

Corrí desesperado, le asesté tal trompada al maldito en el oído, que lo tiró al piso y procedí a desatarla. En el momento que se giró vi su expresión de espanto y me giré para cubrirla. Julian pistola en mano amenazó.

  • Mía o de nadie hijo de puta. Ella es mía.
  • ¡¡¡ BANG!!!

A pesar del puntazo en el estómago, corrí hacia él.

  • ¡¡¡BANG!!!

Sentí otro puntazo, esta vez en el pecho, en el momento exacto que saltaba sobre su cuerpo y le rodeaba el cuello con mi brazo.

  • ¡¡¡BANG!!!

Le siguió un puntazo en el muslo. Apoyé la palma de mi otra mano en su cara e hice presión..

  • ¡¡¡CRACK!!!

Se aflojó en mis brazos. Fuimos cayendo juntos apoyados en la pared. La luz se fue apagando, los sonidos atenuando, la sensación de vacío se fue apoderando de mi cuerpo.

Llegó la oscuridad

CARMEN

  • BIP...BIP...BIP...BIP

Ese sonido rítmico y monocorde es mi única compañía. No sé donde estoy. No sé qué sucedió. Solo flashes de gritos, sirenas, y dolor, mucho dolor. Pero no sólo dolor físico. Algo grave pasó y no recuerdo qué.

  • BIP...BIP...BIP...BIP…

Pasan las horas, o minutos, ya no sé discernir. No veo nada, solo algunas ráfagas de luz. No siento nada, solo algo atravesado en mi garganta. Solo escucho órdenes, instrucciones, evaluaciones. Y alguien que llora. Algo pasó y no recuerdo.

De pronto un nombre se presenta en mi cabeza, y me produce inquietud. Flashes, gritos, violencia y su nombre. Vuelve el dolor, pero no físico. No siento nada. Y su nombre otra vez.

  • ¡CARMEN!…BIP...BIP...BIP

  • ¡CARMEN!…BIP...BIP...BIP

  • ¡CARMEEEN!…BIP BIP BIP BIP BIP

  • ¡CARMEEEEENNN!…...BIP……..……BIP…………….PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.

La luz se va apagando de nuevo. Carreras, gritos,

  • ¡100!....

Fogonazo * ¡OTRA VEZ!!! ...

Fogonazo

  • ¡200!...

Fogonazo…

……...BIP…......BIP…...BIP...BIP...BIP...BIP

  • Ufff. ¡Que hijo de puta!. Que duro es, zafó de nuevo. Que ganas de vivir.

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