Hoy tengo ganas de serte infiel
La manifestación de un deseo.
Hoy tengo ganas de serte infiel, si ganas de irme a la habitación de al lado, de visitar a tu compañero de apartamento y que me escuches gemir.
"Esta noche te toca con él cariño" me dijiste en juego y acepto el reto mi cielo, porque hoy tengo ganas de serte infiel.
Sé que te pone pensarme, por primera vez desnuda ante sus ojos, imaginar sus ojos recorriendo los territorios que tú conoces tan bien. ¿Descubrirá él un sitio que tú no hayas tocado?, me hará sentir como tú... las preguntas te mortifican. Casi en la misma medida que te excitan...
Cuando llegas, me ves enfilar las medias negras por mi pierna derecha, acariciar mis muslos con el nylon oscuro que abraza y cubre de erotismo, la pie qe te calienta por las noches.
Te acercas, sustituyes mis manos con las tuyas y terminas de ajustar mi liga. Aprovechas de depositar besos húmedos en el triangulo lampiño de mi sexo. Lo aspiras, lo calientas... ¿eres consciente, que está noche será de otro?
Durante mucho tiempo fue parte de un juego, ahora es casi una realidad, tu amigo, nuestro tonto útil, espera cachondo poderme hacer suya, mientras tú te la cascas en nuestro cuarto, pensando en lo mucho que disfruto a sólo dos pasos de ti, del otro lado del muro que separa por esta noche nuestros cuerpos... ¿Sólo por esta noche?
Quizás no, quizás sea esta la primera, pero puede que de las otras, tú no te enteres... infiel, te seré infiel y luego la duda te hará entregarme en la cama el mejor amante que puedas ser, compitiendo en cada momento con la imagen que te creas en tu mente...
¿Podrás ser mejor?
Moveré mis caderas sobre su cuerpo, masajeando su sexo con el mío, se correrá en mi sexo o en mi boca, que sólo recibe tu leche... hasta hoy y ya no más... luego, cada que beses mis labios, te preguntarás... si lo habré besado, si se ha corrido en mí y tu polla dará un respigo...
Tu excitación es tu prisión y te ata a mí el desearme. El saber que aun con otro te deseo y saber que tú siempre querrás más de mí.
Me excita este juego, los flirteos disimulados de tu amigo, ya no lo serán más, él sabe que he aceptado y desde ahora querrá conmigo y tú aceptarás...
- ¿Te apetece?- me preguntaste.
Me lo pensé te lo prometo, pero la respuesta la dio mi sexo antes que mi boca. Mojada estaba ya, cuando dije sí. Ese mismo morbo que me lleva a vestirme para ir a la habitación de al lado, dispuesta a todo, en el ámbito de nuestro juego...
Mañana nos vemos, mi vida, disimularemos en el desayuno y prometo contarte todo al oído mientras follemos como conejos, la próxima vez.