House Party

4 Parejas de amigos, convierten una noche de diversión en una noche de apuestas. Lo que da inicio a una tradición y se convertirá en una organización secreta. Una pareja termina siendo dominada y esclavizada, pero solo durante una noche, a la noche siguiente, le tocará a otra.

HOLA GENTE, Espero que os giste este relato, la primera parte es algo "suave", pero necesario para entender el contexto.

Lo siguiente que publicaré tiene contenido más pervertido para ustedes, Pueden escribirme por privado, o en los comentarios vuestras sugerencias y opiniones ;)

Parte 1

Prólogo

Alex y Alba tenían ambas manos contra la pared y las piernas separadas. Sus compañeros se frotaban las manos y observaban sus culos desnudos con un deseo morboso, inexplicable excepto para los que lo han sentido. Gracias a dios estaban bastante ebrios, pero la sensación del alcohol se disipo cuando recibieron al unísono la primera nalgada

¡SMACK! –AGHHHHHH Luci pegó un grito. No sentía mucho sus piernas por el alcohol, pero le desconcertaba la excitación tan intensa que sentía. Ella era una chica correcta, no una santa precisamente, pero quería ser una buena esposa y nunca hacía nada tabú. Destruiría su imagen si sus amigos contaban lo degenerada que era.

Alex no hizo ruido pero abrió la boca al máximo mientras cerraba los ojos. El dolor no era tan intenso como la humillación. Él siempre había sido un hombre “masculino” y a su mujer le gustaba eso ¿qué diría ella si notaba que le gustaba ser castigado? Es más ¡Sus mejores amigos lo estaban viendo!

Alba era de contextura media, su cuerpo era atractivo, cabello castaño, casi negro ondulado y brillante, esa noche llevaba unos jeans aprietos y un vestido largo que tenía levantado hasta la espalda. Alex era alto, cabello corto, negro y rizado, la panza algo grande, pero su cuerpo se veía bastante bien. Esa noche tenía un pantalón negro de tela y una camiseta negra, acompañada por una chaqueta de cuero estilizada.

La joven pareja aún no se había percatado que ambos disfrutaban de la situación por igual

En retrospectiva, había sido su culpa…

Los jugadores

Se reunían en la casi mansión de Tamara y Stefano. Solo podían verse una vez cada 2 meses, más o menos, así que aprovechaban para quitarse toda la presión de encima. Bebían bastante, contaban de sus vidas y disfrutaban de sus anécdotas y amistad. Esa fue la última noche en que tendrían una inocente noche de tapas, tragos o juegos de mesa.

Luci y David eran casados, sin hijos y trabajadores, su imagen era la del éxito; ganadores y arriesgados. Luci tenía el cabello color miel, casi rubio. Ojos verdes, tez blanca pero bronceada, pechos medianos, un trasero casi perfecto, sus piernas algo cortas, pero se le veía bien. David le ganaba a Luci unos pocos centímetros, caucásico y más bien flaco, su descripción general era la de un hipster, gafas gruesas, con cabello corto y negro, buen estilo de vestir. Ambos eran dueños de un negocio de importación/exportación de alimentos eco-friendly.

Ellos comenzaron con la estupidez de jugar póker. Eran buenos líderes solos, pero mucho mejores al unirse. Los convencieron de jugar sin problemas.

Emily y Joseph representaban un cliché. Joseph era alto y corpulento, de cabello rubio y ojos verdes. Era mecánico.  Emily medía 1,60 siendo la más baja del grupo. Su piel bronceada y cabello castaño iban excelente con su delgada figura, no tenía un busto prominente ni un trasero enorme, pero se cuidaba muy bien, nunca había salido a la calle sin atraer miradas lujuriosas. La ironía con estos dos era que ella lo controlaba, no de forma irritante, sino siendo determinada y segura; él estaba feliz de hacerla feliz.

Tamara y Stefano eran los más…peculiares. Siempre habían sido almas libres, hacían lo que querían pero no eran un caos, todo lo contrario. Su casa era la más lujosa, tenían mucho tiempo libre y luego estaban ocupados por semanas. Nadie sabía lo que hacían con sus vidas, solo que tenían un “negocio” en internet.

Stefano medía 1,70, tenía cabello largo y barba corta, pero visible. No solía repetir estilos de vestir pero por su negocio, iba entre lo formal y casual. Tamara era una chica Punk de joven, ahora mantenía ese estilo mezclado con el de elegante, una extraña combinación que con el cuerpo delgado que se gastaba era sublime. Su cabello siempre cambiaba de color sin ser exagerado, ahora lo tenía castaño con algún mechón rubio para contrastar.

El juego

De alguna forma, podría haber sido culpa de Emily y Joseph. Él siempre decía que sí a todo lo que sugerían sus amigos idiotas, y si Emily hubiera estado sobria, habría detenido a Joseph y Alex.

-Todos tenemos dinero, jugar por ello, no es nada divertido, debemos apostar algo que de verdad nos motive a ganar ¡Mira a Emily, solo se sirve tragos, ni siquiera sabe que cartas tiene!-. –Stefano decía frases como ella, hasta que finalmente Tamara Susurró algo al oído de Alex y Sugirió que apostaran su servicio.

El Perdedor de la ronda serviría tragos y bocadillos a los demás hasta que haya un nuevo perdedor. La primera en Perder fue Emily y odió cada segundo de ello.

No ayudó que Luci se burlara de ella y aprovechara. Emily quería venganza

-      Si de verdad quieres venganza, Emily deberían apostar más que solo servir unos tragos ¿o tiene miedo? –Dijo alba en voz baja-

-      Uhhhhhh. –gritaron al unísono todos los demás

Stefano tenía el turno de servir los tragos. Tamara se retiró del juego rápido y le ayudó. Mientras los otros 6 se la pasaban gritando, Stefano pasaba tragos fáciles de acabar y Tamara incentivaba a todos a beber. Era maquiavélico

Luci y Emily aún mantenían la civilidad y mantenían su competitividad limitada. Ambas ya habían perdido suficiente de su ropa como para alterar a todos los chicos, incluso Alba estaba emocionada, de hecho su voz gritaba con más fuerza cuando Luci y Emily gozaban de hacer a la otra quitarse una prenda tras otra.

-      Son malísimas. Alex y tú, las desnudarían en dos rondas. Si lo hacen serían los Jodidos amos de la noche ¿no crees Alba?- susurró Tamara a su oído mientras pasaba.

-      ¡Chicas, son terriblemente malas para el póker. Terminaría haciéndolas mis perras si jugaran las dos contra Alex y yo!-. –Dijo Alba casi gritando. La sala quedó en silencio.

-      ¿Que acabas de decir?-. Respondió Emily ofendida, el alcohol ya no le permitía controlarse. –Todos sabemos que eres una inútil, a la primera prenda que pierdas escaparías cobardemente antes de aceptar tu derrota y terminar desnuda y humillada por nosotras- . Emily casi no podía hablar, pero se le entendió a la perfección.

-      Primero que nada-. –Respondió Luci mirando a Emily- Yo no jugaría contigo, me arrastrarías a perder.

-      Es verdad, tu esposa es malísima-. -dijo David a Joseph sin mirarlo-

-      ¡No le hables así a mi marido!-. –Le respondió Emily

-      ¡Ja! Ni siquiera puede defenderse solo, es patético-. -Le refunfuñó Alba con los brazos cruzados y en un tono burlón.

-      Pues ambos podríamos ganarles a ti y a Alex, ahora mismo. ¡La pareja perdedora se desnuda por completo!

Todos en la mesa se quedaron en silencio. Todos querían hacerlo, para ganarle a quien le tenían rencor, pero ninguno de ellos habló. Finalmente Stefano, desde el fondo de la habitación expuso su propuesta.

-      Entonces, juguemos en pareja y quien pierda, será coronados como los esclavos sexuales de los ganadores. Sé que a nadie se le ocurre un castigo peor, escribí unas reglas, si les parece.

Todos estaban demasiado ebrios como para notar lo peculiarmente rápido que había escrito todo lo que leería de ese papel.

Stefano leyó una especie de contrato. Y recalcó que jugaban todos, o nadie lo hacía. Todos lo firmaron deseaban la venganza más que nada.

  1. Todos jugarán en pareja, así, quién pierda no estará solo.
  2. La pareja perdedora lo será toda la noche, se termina a las 6am.
  3. Los perdedores deben llevarse un pequeño recuerdo de su castigo.
  4. La pareja perdedora será esclava sexual de todos los ganadores, ninguno tiene más “derecho” que otros a castigarlos.
  5. Todos Los participantes otorgan libertad a su pareja y podrán hacer lo que quieran con terceros sin que cuente como infidelidad.
  6. Está prohibido hablar de esto fuera de las noches de juegos.
  7. Si la pareja se rehúsa a cumplir sus castigos, serán atados, fotografiados desnudos y se subirán las fotos a internet.

Después de todo, todos somos unos degenerados sexuales, si tan solo no le temiéramos al juicio social, el mundo sería una orgía sin fin.

La primera pareja en quedar completamente desnuda pierde. Todos empezaron con la misma cantidad de prendas. En menos de una hora, todos estaban en ropa interior. Para la última ronda, casi todos peligraban, excepto por David y Luci quienes aguantarían una ronda más.

En cuanto se mostraron las manos, Alba y Alex quedaron congelados en la mesa mirándose. Los demás saltaban en círculos y se abrazaban en cámara lenta. El joven matrimonio se miró a los ojos congelados, definitivamente el miedo de lo que venía los había poseído. Serían el objeto de burla, una noche de total vergüenza. Quién sabe lo que tendrían planeado para ellos. Especialmente después de lo agresiva que había sido Alba

Fueron llevados a la sala. –No se preocupen, será una noche de placer para todos, incluidos ustedes- les susurraron mientras los dejaron en posición inicial. Las manos contra la pared y las piernas separadas.

-No se muevan y miren al suelo, cabeza abajo, que es su lugar. Guarden silencio mientras decidimos su castigo, si escucho una ruido, les daré tantas nalgadas que no podrán sentarse en el coche de vuelta a casa- La situación escalaba muy rápido.

Durante al menos 15 minutos el grupo desapareció Alba temblaba. Tenía miedo de lo que podían hacerles. Por un segundo giró la mirada su esposo. Pudo ver su rostro de preocupación. Nadie los ayudaría. Alex solo pensaba excusas para negociar con ellos, pero ninguna le daba confianza.

Algo de la situación les excitaba, el misterio y la adrenalina, la sensación de sentirse sometidos y dominados sexualmente. Ellos siempre habían tenido sexo tradicional, pero hace tiempo que se habían aburrido y eso trajo problemas a su “matrimonio perfecto”. Por motivos separados siempre tuvieron sexo tradicional, aburrido.

-¡Esclavos!- gritó la voz de Emily emocionada mientras el grupo entero volvía a la sala –Hemos decidido que vamos a follarlos entre todos- Alex golpeó su cabeza suavemente contra la pared, cada vez estaba más duro y caliente.

–Pero como buenos esclavos deben conocer las reglas de la fiesta- exclamó David. –Primero que nada, a partir de ahora se dirigirán a nosotros como señor o señora y siempre deben responder fuerte y claro- Dijo Joseph, mientras se acercaba a ambos. Ahora van a recibir nalgadas y las contarán juntos.

-Muy bien eso fue suficiente- dijo Alex mientras se dio la vuelta para confrontar a sus amigos y convencerles de que se detengan. Inmediatamente David y Joseph lo detuvieron mientras Emily le mostro una soga beige. –Está bien entonces nos queda más que atarte y hacer lo de las fotos- exclamó Emily.

–No creo que sea necesario- dijo Luci mientras se acercaba a Alex- Solo miren esto- acarició el erecto pene de Alex mientras lo miraba a los ojos, él solo podía ver al suelo. –Ser un esclavo humillado te tiene tan excitado, solo vuelve a tu lugar, perdedor- ordeno entre carcajadas David mientras lo empujaba de vuelta a su posición.

-Me pregunto si esta es igual- Dijo Joseph acercándose a Alba. Quitándole el jean pero sin subir el vestido aún, le metió la mano y tocó su vagina un poco. –Muchachos, ella está bastante mojada- dijo mientras sacaba su mano y la olía con morbo. –Creo que no lo suficiente- dijo Luci después de hacer lo mismo. Empecemos.

Procedieron a bajarles los pantalones y la ropa interior hasta los tobillos.

Empezaron a darles las nalgadas, cada uno de ellos tomaba turnos para darles de 5 en 5 nalgadas.

Smack! Ahhh, uno

Smack! Hmmm, dos

Smack! Hmpppp tres

SMAACK AHHH!, cuatro

SMACK!!! Aghhhh, cinco.

Luego de cada ronda de nalgadas cambiaban de lugar. Notaron que Tamara y Stefano no aparecían.

Sus traseros ardían, probablemente estaban rojas. Cada cierto tiempo ambos eran manoseados. Todos sus compañeros se pasaban algún tiempo para frotar sus nalgas, a veces las apretaban, algunas veces muy fuerte. Otros lo hacían de forma más morbosa y hasta metían su mano entre ambas nalgas separándolas un poco.

Alex se sentía usado y eso le excitaba mucho, el ser la propiedad y el haber perdido su libertad lo hacía mejor. Alba, por otro lado se sentía como una total puta; el ser usada pero sin saber quién era el que la manoseaba y nalgueaba le gustaba, compartía la excitación causada por sentirse como propiedad. Ambos eran el uno para el otro y no lo sabían.

No sabían quién los usaba y ninguno de sus nuevos dueños les tenía consideración.  Ahora eran propiedad del grupo con la única finalidad de ser castigados degradados, humillados y abusados para darle placer a los ganadores.

Tamara y Stefano bajaron desde la segunda plaza. Llevaban dos maletines negros de deporte cada uno y estaban vestidos con uniformes de cuero

-¡Muy bien gente, vamos a iniciar esta fiesta!- Gritó Stefano-. –Ahora Tamara, toma a Alex y llévalo al baño, Emily, ve con ella. Los demás nos vamos al jardín.

Ambos se quedaron mirando boquiabiertos el vestuario de cuero que llevaban sus amigos. Peor aún, mientras los preparaban, el resto de sus amigos sacaban de las bolsas, prendas de cuero similares. Aunque no tan perfectas como las de Tamara y Stefano.

Stefano se acercó a Alex y le puso un collar de cuero con una gruesa cadena. Luego le quitó el resto de ropa dejándolo completamente desnudo, lo mismo pasó con Alba. Stefano no se midió al manosear ambos, pero Alex quedó más afectado, era la primera vez que otro hombre si quiera lo veía desnudo

-oh miren, el puto esclavo esta excitado. ¿Será que te gusta ser humillado tanto?. –Stefano agarró firmemente el Pene de Alex y comenzó a masturbarlo con una gran destreza. Alex gimió y se mordía los labios mientras miraba aun al suelo, no quería enfrentarse a su esposa.

-No te preocupes, tu marido no es Gay, creo que es Bisexual, pero la tiene así de duda ya que es un sumiso esclavo patético, igual que tú, alba. –Exclamó Tamara para asegurarse que todos la escuchen claramente. – solo mira lo excitado que se pondrá por ti.

Le pasó la mano entera por la vagina dejándola llena de los jugos de Alba. Lentamente, se acercó a Alex quién aún era masturbado por Stefano y se limpió en todo el rostro del marido. Él abrió la boca de placer en cuanto sintió el olor del coño mojado de Alba. Estuvo cerca de acabar, pero Stefano se detuvo

-¿Dime cuántas veces quisiste terminar mientras te daban nalgadas?

-Ninguna…

-Entonces tendremos que hacerte algo más humillante, pero nadie aguantará que tengas ese arbusto ahí abajo.

-Oye, no vas a afeitar a mí…AHHHHHH-. Alba intentó decir algo, pero Tamara le dio un pellizco en el pezón, tan fuerte que la dejó de rodillas en el piso. Alex solo la miró, queriendo detener todo pero sin saber cómo.

-Nadie te dio permiso para hablar ¿verdad esclava?

-No señora-. Respondió ella con la cabeza abajo. Alex abrió los ojos al ver a su esposa obedecer.