Horizonte Cambiado

Horizonte Cambiado... nada mas.

Horizonte cambiado

Creía que nada podía cambiar el horizonte, queda ahí, a unos cien pasos de todo lo inalcanzable, y, aunque intenten destrozarlo, las llamas de los atardeceres prevalecerán sobre los fulgorosos estallidos de muerte.

Ese día desperté en forma abrupta, otra explosión, ¿otra de tantas o la última?; el cielo humeaba nubes de oscura tristeza, el sol se opacó, y el desierto se pobló con rieles de frío acero.

Todo ha terminado dijeron.

¿Todo terminó?, me pregunté, y vi una niña que murió con los pies descalzos de carne, y los dedos apretados de miedo.

¿Todo terminó?, volví a cuestionarme, y me tropecé con el llanto de un chico que buscaba sus manos entre los retazos sin nombre del sobrante de guerra.

¿Todo terminó? quise preguntarme una vez más, pero me aturdió el silencioso latido del corazón de un feto que esperaba ver luz en una panza sin vida.

Un gorrión lloró mirando las noticias ese día; una paloma veló los restos del trinar de un canario que quedó atrapado en las garras de un águila... y ya no me pregunté nada más.

Nada podía cambiar el horizonte, queda ahí a unos cien pasos, nada podría, pensé... pero estaba equivocado, no serían los estallidos... sería la calma, y no digo la paz, entiendan, digo la calma.

Walter Dario Mega 11-04-2003