Horario de Oficina III: Usando mi ano adolescente

Me cogió con fuerza unos diez minutos, sacaba todo su pene y lo metía de nuevo de un solo golpe, hasta que sus huevos chocaran contra mis nalgas. Escuche el cambio en su respiración y sabia que se vendría dentro de mi.

Horario de Oficina III: Usando mi Culito adolescente

Todo los días sueño algo distinto, este era un hermoso sueño, excitante y nuevo, mi cada vez mas querido amigo de las 4:00pm estaba tomando gran importancia en mi vida, ya habían pasado varios días de haberlo visto y lo que les contare sucedió en nuestra sexta cita, la sexta semana desde que había conocido lo delicioso que es el hombre.

Eran las 4:30pm ya estaba impaciente por que sonara el teléfono, se había retrazado 30 minutos la llamada, mi hermano se había ido con sus amigos y yo estaba desesperado, ya para esa hora había tomado un baño y terminado de arreglarme. Pensé que ya no me llamaría, que tal vez había salido con alguien más o ya se había aburrido de mí.

Pero no podía creer que ya no quisiera verme, y más si se había aburrido de mí. Ya no habíamos hecho nada extravagante, y las últimas ocasiones, no tomaba fotos como un enfermo de verme dispuesto en su sofá de la que, hasta me entrego una copia para mis recuerdos encerrados en un CD. De solo pensar en ello siento un cosquilleo en mi cuerpo que endurece mi miembro.

Y lo más importante fue lo último que me dijo, que me tenía una sorpresa, esperaba que no fuera algo desagradable. Y siendo así, lo único que me desagradaba era que a cada encuentro parecía verse mas deseoso de mi, "Te extrañé demasiado todos estos días" era lo que me decía una y otra vez, excitado al tope, mientras me estrujaba el pantalón y todo lo que había dentro de el. Yo no quería que el se enamorara de mi. Era lo único que me atemorizaba.

Casi daban las cinco de la tarde cuando sonó por fin el tan amado teléfono, lo mismo de siempre, en media hora llegaría yo a verle en la entrada de su trabajo, y me esperaba una sorpresa.

Detuve un taxi en la calle, y ya dentro de el yo quería matar al taxista que me hacia la platica y retrasaba el corto y eterno viaje. Al cabo de unos minutos desde dentro del taxi pude verle esperándome estaba platicando con un tipo fachoso. Baje del transporte y no sabia si acercarme o esperar que se fuera el extraño.

Mi "amigo" que me había visto a lo lejos, me hizo una seña para que me acercara. Cuando llegue con ellos me presento nervioso y un poco tartamudo, a aquel tipo de aspecto informal, pero perfumado, que olía muy bien. Era un amigo de el, su mejor amigo, no sabia lo que eso significaba. ¿Era su novio o que? Era lo que me preguntaba, solo recuerdo que se llamaba Antonio, vestía una bermuda negra y una playera roja holgada, no tenia nada que ver con mi amiguito formal y siempre de vestir.

Después de vernos las caras unos a otros muy nerviosos, logramos ponernos de acuerdo en lo que haríamos, iríamos al departamento de mi amigo a tomar unas cervezas y ver una película, lo cual me pareció la excusa mas estupida y poco creativa del mundo, pues ya intuía yo lo que querían. Y ahora que lo recuerdo, no había mencionado nunca su nombre, que es muy común, Luís. Por lo menos no me mintió en su nombre ya que pude confirmarlo.

Pero antes de irnos en el carro de Luís, les dije que quería pasar al baño, que si me esperaban, la verdad es qué no quería ver el departamento con ellos dos, me daba un poco de miedo y de morbo debo admitirlo, en el baño pude pensar en lo que haría. Tal vez salir corriendo poniendo un pretexto dramático.

Pensé en un trío como en las fotos sexuales que agobian mi correo electrónico. Me éxito mucho la posibilidad, respire profundo y me "resigne" a lo que pasara, no lo podía creer era como regalar mi juventud a un extraño, pero eso era lo suculento de la situación.

Al salir los vi dentro de la oficina, sentados platicando en voz baja. Me sonrieron y me dijeron que había tardado demasiado. Y que se habían sentado a esperar. Me senté y empezamos a platicar, o más bien me sentí interrogado. Hacíamos preguntas triviales y poco a poco las preguntas íntimas salían a flote.

Me arme de valor y le pregunte al entusiasmado Antonio, "¿Por qué me preguntas tanto, se pusieron de acuerdo para hacer algo especial hoy?" Una pregunta lucida que los había sacado de si. Apenado Antonio me dio a entender que quería conocerme, que le había platicado de mi y que de algún modo estaba lleno de curiosidad de ver a los ojos, al tipito de dieciocho años deseoso de una buena verga.

Me molesto un poco pero me quede, y podía notar como la bermuda escondía un duro y avergonzado pene. Sentía como se me calentaba el cuerpo de verle. Por otra parte Luís esta demasiado serio esperando que no me enojara.

Le sonreía al jarioso de Antonio y me pregunto que si lo haría con el, que seria su primera vez con un chavo y que yo le había gustado mucho. Preferían a los chicos masculinos y gracias a dios cumplía yo el requisito.

De aquí en adelante nadie dijo nada y con puras miradas nos entendimos a la perfección, me puse de pie y mire a Luís que estaba ansioso, lo tome de la cabeza y entendió que quería su boca en mis testículos, mientras el otro nos veía desde su silla, excitado y sonriente.

Bajo mi sierre con agilidad, yo no traía ropa interior en esa ocasión y empezó desenfrenado a lustrar mi pene que goteaba desde hacia unos minutos.

Escuchaba como succionaba con potencia y rapidez todo mi pene, quería tragárselo todo, mientras estrujaba mis nalgas con fuerza, separándolas y marcando las costuras de mi pantalón de mezclilla en la piel suave de mi trasero. Me mamo frenético unos minutos, recuerdo su lengua caliente en mi frenillo buscando el orificios de mi glande como queriendo meter la punta de su lengua en el, sus labios escurrían en saliva mientras succionaba la cabeza de mi verga que se hinchaba dentro de su boca para después, metérselo hasta tocar el fondo de su garganta, pegando su nariz en los bellos de mi pubis.

En uno de los respiros que tomo, bajo mi pantalón, mis nalguitas estaban rojas de lo fuerte que las apretaba, las abría y masajeaba mostrando mi ano al espectador lejano. Succiono mis bolas con gran fuerza, lo que me arranco un gemido de placer y dolor, su lengua jugueteaba con ellos dentro de su boca, calentándolos y acariciándolos.

Escuche la exclamación de Antonio mientras yo gemía, y veía de reojo como sacaba su verga de entre su bermuda negra y su bóxer ajustado. El sonido de su prepucio húmedo sabiendo y bajando rápidamente mientras se masturbaba era como de película.

Luís seguía trabajando en mi, excitado, por mis quejidos lujuriosos, saco mis huevos de su boca y me miro con los labios enrojecidos, miro atentamente mi pene palpitante mientras salía de el, una gota cristalina de liquido dulce, La tomo con cuidado con su dedo medio mientras separaba mis nalgas con su otra mano. Sonreía yo, como diciendo que lo hiciera, cerré los ojos y sentí sus labios manándome de nuevo la verga. Paso su mano por entre mis piernas, buscado mi culito para impregnarlo con la gota limpia de mi pene. Su dedo era áspero y la gota estaba fría en segundos , suspire de deseo, quería que me metiera el dedo lo mas profundo que pudiera , pero solo frotaba la entrada de mi hoyito caliente, acariciándolo con delicadeza, cada pliegue de mi ano que sentía hervir, quería que el entrara lo mas que se pudiera, estaba desesperado y metí mis dedos en mi boca ensalivándolos, los dirigí a mi agujerito, lubricándolo para que el entrara en mi, y cumpliendo mi deseo, metía y sacaba su dedo mas y mas adentro de mi culo mientras yo me acariciaba con la mano húmeda en saliva mi pequeño orificio.

Sentía la mirada de Antonio fija en mi trasero dedeado, y mientras podía lo veía rápidamente mordiéndose los labio de ansia por tocarme y probarme, se masturbaba con rapidez y fuerza mientras se apretaba los testículos, era demasiado varonil, al extremo de lo fantasioso. Su pene se tornaba cada vez mas rojo, como si fuese a explotar de ganas, se veía duro y venoso, como para tragarlo, era deliciosa la escena y aun mas por que yo era objeto de su deseo, yo el menos experimentado y mas afortunado de mi clase, mis compañeros ni siquiera se imaginan todo lo que hago después de la escuela.

Pase mi lengua por entre mis labios, como una señal, quería que Antonio se acercara a mí y jugara conmigo.

Supongo que el gesto fue muy claro, por que se levanto de la silla sonriendo con una mirada pervertida que erizaba los vellos de mi nuca. Se paro detrás de mí mientras Luís seguía mamando como un hambriento, y dedeandome con una brusquedad que no lastimaba mi aun cerrado e inexperto culo.

Antonio beso mi nuca haciéndome gemir desganado, como sin fuerzas, su lengua larga jugaba con los pequeños bellos de mi espalda que se erizaban con su respiración. Levanto mi playera y se oculto debajo de ella, lamiendo toda mi espalda y mordiendo mis costados, entre mis gemidos yo abría mis nalgas empapadas en sudor, dejando ver mi cada ves mas abierto ano, incitándolo a llegar a el lo mas pronto posible. Deseaba su lengua y sus labios carnosos en mi entrada, pero el quería verme sufrir deseándolo, beso mis nalgas, las succiono y las mordió, dolía y gustaba al mismo tiempo, podía ver mis cachetitos ponerse rojos y brillantes en saliva y sudor, era tan rico tener a dos hombre casi del doble de mi edad chupando y saboreando las partes mas intimas de mi pequeño cuerpo.

Me hicieron disfrutar de ellos por un minuto mas, y les pedí a los dos que se detuvieran, separe sus caras de mi cuerpo con un poco de brusquedad, ya no aguantaba, estaba a punto de venirme y no quería hacerlo, respire profundo y apreté con fuerza mi estomago y la base de mi bien lustrado pene. Quería aguantar lo más que pudiera y venirme después con una verga adentro, no en su cara.

Empezaron a reír un poco y me sentí avergonzado, les dije que se callaran y Luís nos dijo que era mejor irnos a su departamento, ya era muy tarde y de vez en cuando el velador pasaba a revisar, eran como las 6:30 de la tarde no había casi sol y era la única luz prendida en todo el piso.

Nos fajamos la ropa como disimulando la escena y subimos al auto, yo me senté en el asiento trasero solo, para disimular supongo. Para el momento ya existía más confianza entre nosotros y hablamos todo el camino. Y en los silencios yo pensaba en ellos desnudos, imaginando lo que haríamos al llegar al pequeño apartamento. Todos traíamos una hermosa y en mi caso húmeda carpa en los pantalones, nos daba gracia y un poco de vergüenza lo que hacíamos, y mas ellos, que se querían coger a un chavalito como yo.

Al cavo de unos minutos llegamos al lugar, teníamos todos una extraña prisa por llegar y tan pronto como se pudo no encerramos en el tranquilo lugar.

Nos sentamos en la sala y Antonio nos presumió su nueva película de orgías bisexuales que no me causo mayor impacto.

Tomamos unas cervezas, hablaron y hablaron, ya no recuerdo de que y eso no importa. Solo recuerdo una cosa. Antonio me pregunto mientras veía la película, si no se me había antojado hacer una película porno, esa pregunta no la conteste solo me saque de onda y sonreí. Tal vez no hubiera sido mala idea.

Me dijeron que si nos masturbábamos juntos. Se quitaron la ropa quedando en calcetas. Y así lo hicimos, nos sentamos en el sofá a tocarnos nuestros miembros unos a otros, viendo como se ponían mas duros y venosos. Yo esta sentado entre los dos y podía apreciar como sus bolas colgaban y caían sobre el terciopelo del sofá. A mi me tocaba los as divertido, masturbarlos a los dos,

Los masturbe durante un rato mientras me tocaban y dedeaban era como un sueño hecho realidad, serré mis ojos un momento y como esperando el instante los dos besaron mis caderas, mamaban con amor mis bolas y mi pene, sabia que me harían venir si no los detenía pronto, veía como se besaban de vez en vez al mamar la punta de mi pene, era extraño y romántico. Lamían mis ingles y recorrían la rayita entre mis nalgas por debajo de mis huevos que se encogían con el calor de su respiración.

Les pedí a Luís que me cogiera, se lo dije en el oído, y tiernamente levanto mis piernas recargándolas en mi pecho, abrió mis nalgas para ver ni culo mas de cerca, y puso sus labios en mi ano, como un beso en mis labios, metió su lengua larga por entre mis pliegues, gemí de pronto con gran fuerza y Antonio salvajemente se paro por sobre de mi y me metió su pene venoso en la boca, callándome por un buen rato, era mas largo de lo que se veía, lo metía con fuerza en mi garganta y sus huevos pegaban contra mi barbilla. Luís no perdía el tiempo y saco de mi mochila el lubricante que tanto me gusta, me dedeo y poco a poco logro meter sus cuatro dedos, me dolió mucho cuando entraron hasta sus nudillos, creí que desgarraría mi culo. Y sin más perdida de tiempo, metió su pene sin sacar dos de sus dedos de mi recto adolorido, me sentía tan abierto, que gemía con fuerza y Antonio me asfixiaba con su gran pene suave.

Me cogió con fuerza unos diez minutos, sacaba todo su pene y lo metía de nuevo de un solo golpe, hasta que sus huevos chocaran contra mis nalgas. Escuche el cambio en su respiración y sabia que se vendría dentro de mi. Solo que esta vez, dejo solo la cabeza de su pene en mi culo, podía describir como lubricaba lentamente, la enterada de mi culo que se calentaba por los chorros de leche hirviente disparados dentro de mí, ardía mucho tanto que me hizo retorcer de lo caliente que se sentía, no podía evitarlo y contraje mi hoyito, me miro todo sudoroso y me saco lentamente la punta de su verga. Al finar sentía como permanecía abierta la entrada de mi culo y se contraía lentamente dejando salir las gotas de leche, que escurrían por entre mis nalgas.

Antonio había visto el show completo, era evidente que disfrutaba mucho de ver.

Antes de que pudiera cerrar mi culo, Antonio saco su verga de mi boca y escurriendo saliva lo metió en mi dilatado ano, entro muy fácil pero me hizo gemir de dolor, no lo soportaba y lo empujaba con mis pies en su pecho para que saliera de mí. Lo cierto es que lo quería dentro, pero mi culo estaba muy lastimado como para soportar otra envestida de leche.

Le pedía entre los quejidos que se viniera dentro de mi, su cadera estaba escurriendo gotas de sudor desde su pecho y al chocar contra mis nalgas hacían un sonido muy fuerte, mientras que me empujaba contra en sofá.

Sabía que mis quejidos lo excitarían hasta que se viniera más rápido, exclamo con un gesto de placer que se vendría en mi boca, me dijo que la abriera y sacara la lengua, mientras sacaba su miembro lleno del blanco y espumoso semen de Luís dentro de mi ano, froto su glande en la punta de mi lengua, los chorros de leche que salían de el eran muy espesos y tenían un sabor muy fuerte, casi amargo, mancho mi cara y parte de mi cabello, había sido una gran venida, como no había visto antes. Fueron seis chorros de néctar puro sobre mi cara que escurrían lentamente hasta mi pecho.

Estaba exhausto y aun no me había venido, no podía sentarme, sentía como ni recto se contraía y serraba lentamente, expulsando el semen que quedaba dentro de mí, escurriendo por entre mis muslos.

Ellos estaban agotados después de venirse en mi y sabían que tenían que hacerme venir se una modo especial, mas Luís que quería hacer de mis días algo especial y único.

Luís y yo estábamos acostados en los sofás mientras que Antonio había ido al baño, cuando me miro Luís sudando, sus ojos estaban llenos de algo que parecía amor. Y en voz baja y agotada me pidió que terminara en su cara, ese era uno se sus deseos, Quería saborear y oler la leche de mis huevos.

Yo solo quería que el trabajara lo mas rápido posible en sacármelo todo.

Ya no podía hacer mas por ellos y deje que hicieran lo que se les antojara conmigo, para hacer que me viniera. Estaba recostado en el sofá con los muslos separados para que el me lamiera.

Luís estaba extasiado de ver mi trasero rojo y escurriendo lentamente de su leche, besaba mis ingles y succionaba mis testículos, que dolían de las ganas de eyacular.

Busco la manera de llegar a mi culo mojado, sabía yo que quería probar su crema directamente de mí. Succionó suavemente mi ano y extrajo con la legua el sabor de su leche, que cubría sus labios rojos. Me masturbaba frenéticamente con su mano, apretando mí enrojecida verga. Y aproximo su cara a la mía para besarme y compartir conmigo el embriagante sabor de su pene y mi aviento trasero. Mientras lo besaba sentí como la leche saldría estallante de mi verga que paresia explotar. Viéndome gemir abrió su boca y saco su lengua esperando mis chorros de miel. El Primer chorro golpeo contra su mejilla, mojando su cabello corto, el segundo mojo sus labios, relamiéndose todas las gotas como sediento de mí, el tercero y cuarto los atrapo con su oca serrada y limpio mi glande frotando su lengua por mi sensible miembro. Lo demás es historia común.

Era hermoso verlo acariciándome como a un juguetito valioso, pero no era lo que quería a mi corta edad y mucho menos para mi poca experiencia. El sexto día fue el último que los vi a los dos dentro y fuera de la oficina, no conteste el teléfono nunca mas al dar las cuatro en punto y sus correos siguen en mi computadora guardados como recuerdo de quien fue el primer hombre dentro de mi., y en mi nueva vida.


Espero que esta parte de mi vida que les he contado y haya sido de su agrado, a todos lo que me han escrito les agradezco y tomo en cuenta sus cometarios. Si alguno de ustedes quiere escribirme o contactarse conmigo mi dirección de e-mail es elmarquezdecuernavaca@hotmail.com