Horario de Oficina II: Fotos de pubertad

Lubricaba mi caliente ano, que abría lo mas que podía para dejarlo entrar lo mas profundo posible, cumplía mi fantasía mas sucia para mis tiernos e inexpertos dieciocho años.

Horario de Oficina II: “Fotos de pubertad”

Agradezco a todos aquellos que se tomaron la libertad de escribirme y les comparto lo que sucedió después, espero lo disfruten


Los horarios de las oficinas nunca me parecieron tan buenos como en esa época de mi vida, al final del trabajo me esperaba siempre una deliciosa recompensa.

Como lo había hecho la primera vez contacte a mi conocido de Internet, a las 4:00 PM.  en punto , solo que esta vez sonó mi teléfono, temblaba de nervio y de ganas de que nada arruinara mi segunda oportunidad de vivir la delicada sensación del semen en mi semi-nuevo traserito. Corrí hasta el teléfono lleno de pánico. Levanté el Auricular y escuche su voz, el corazón se me salía pero disimulaba al voz. Nuevamente quedamos de vernos el ya había salido de trabajar y me esperaría en su oficina para ver que es lo que hacíamos o a donde nos iríamos.

Obviamente ya estaba listo para salir corriendo después de que sonara el teléfono, colgué y agarre mi mochila, llevaba dentro de ella todo lo que podía según mi tonta imaginación podría ocupa.

Tome el primer taxi que paso por la avenida fuera de mi casa.

Sudaban mis manos de temor, además mi cuerpo y mis testículos eran recorridos por escalofríos constantes. Me parecía una locura y más aun no me parecía real.

Llegue veinte minutos después de la llamada. Y esta vez no estaba afuera de la oficina, me estaba esperando en su escritorio, me atreví a pasar, estaba oscuro ese edificio y no había nadie mas trabajando a la vista.

Toque la puerta de su oficina y rápidamente reacciono. Otra vez estaba viendo esas revistas baratas de mujeres desnudas, un poco sacado de si, se acerco rápidamente tomándome del brazo y cerrando la puerta me dijo lo mucho que quería verme, veía en sus ojos una lujuria que daba miedo, había pasado apenas una semana exacta e imagino todo lo que habrá imaginado. Ya tenia una erección bajo su pantalón caqui, que toque discretamente cuando me abraso para saludarme, su mirada estaba fija y me repetía al oído lo mucho que había deseado estar conmigo esa semana, me beso de un modo que hoy no olvido, era un beso cargado de virilidad como no he sentido nuevamente.

Y siendo sincero yo me deje acariciar y apretar por sus brazos y manos, Sentía como su pene se ponía duro contra mi muslo y como lo empujaba el latido de su corazón.

Su mano derecha rápidamente se dirigió a mi paquete que había estado duro desde hacia veinte mininitos, apretaba mis testículos con sus dedos como si quisiera arrancármelos con todo y ropa. Sentía un poco fuertes sus caricias pero las deseaba con mucha fuerza.

En ese momento escucho el caminar de unas zapatillas en el silencioso edificio, por lo que soltó un poco asustado, yo me puse nervioso y rápidamente me senté en una de las sillas tratando de disimular, no recuerdo el rostro te la mujer que lo saludo y entrego un fólder, solo pase la mirada esperando no se viera lo excitado que estaba, y lo único que recuerdo haber escuchado era que yo era su primo, “que excusa tan tonta” pensé.

Después de la interrupción se sentó en una silla un poco lejos de mi, un poco nervioso y pensativo. En ese momento pensé que todo se había ido a la basura, tal vez había tenido una cruda moral.

Unos segundos de silencio incomodo me desanimaron, después me miro y me pregunto si nunca me habían dado ganas de que me tomaran fotos o videos desnudo, usando ropa interior o cosas así. Yo le respondí que no había pensado en eso, y al segundo el me propuso que fuéramos a su departamento, nuevamente me invadió  el pánico, pensé en lo peor que me podía pasar, pero pudo mas el estupido deseo de que tocara y tomara nuevamente.

Salimos de la sagrada oficina pero esa no seria la última vez, y nos subimos a su auto que o era muy nuevo ni nada de eso pero no me fije mucho. Tardamos unos minutos en llegar a su departamento que se veía era solo de el, había trusas por toda la habitación y sobre la cama que podía ver desde la sala, un poco apenado los levanto y me dijo que me sentara en el  sofá, nuevamente se veía acalorado y ansioso yo estaba a punto de estallar de ganas.

Se sentó a mi lado y puso una película porno en su tele era de las heterosexual, y pues solo deseaba gemir como esas mujeres.

Me toco suavemente como no queriendo lastimarme y metió sus manos por debajo de mi playera mientras besaba mi nuca lo que ponía mis pezones duros en segundos y mi piel erizada. En momentos bajaba el cierre de mi pantalón de mezclilla, con un poco de prisa, para poder tocar mi ropa interior que estaba un poco mojada con las gotas de lubricante pre-seminal que salían de la punta de mi pene.

Toque el bulto de su pantalón con fuerza, muriendo de ganas de probarlo, y succionar sus bolas dentro de mi boca.

Bajo mis pantalones mientras me besaba metiendo su lengua entre mis labios. Desprendió su boca de la mía, y bajo su mirada a mi ropa interior mojada de placer, beso mi glande por encima de mi prenda lamiendo el jugo de mi mimbro.

Ya no era tan siempre como la primera vez, estaba más confiado y ganoso de hacerme mil cosas pervertidas. Bajo mi trusa con suavidad y empezó a succionar mis testículos con gran apetito, podía sentir como su lengua los acariciaba dentro de su boca. No sabia si gritar de placer o dejar de respirar y quedarme callado, después de chupar mis huevos recorrió todo mi pene con su lengua caliente, y me mamo la verga por unos cinco minutos que me parecieron muy cortos, Entraba y salía mi pene de su boca que se ponía mas roja con el paso de los minutos y escurría saliva por entre mis bolas.

Después levanto mis piernas pegándolas contra mi pecho, se hinco frente a mi y paso su lengua por nalgas como saboreando un dulce, y lentamente acercaba la punta de su lengua a mi recién recuperado ano. Empecé a gemir de deseo y ganas de que metiera su lengua lo más profundo que pudiera. Lamió y succiono toda la entrada de mi culito, y lentamente metía la punta de su lengua que escurría saliva por entre mis nalgas, sentía como succionaba mi hoyito y lubricaba mi caliente ano, que abría lo mas que podía para dejarlo entrar lo mas profundo posible, cumplía mi fantasía mas sucia para mis tiernos e inexpertos 18 años.

Metió su dedo medio a su boca y lo cubrió con saliva mientras me veía fijamente, lo saco se entre sus labio húmedos y lo empezó a meter en mi ano lentamente, empujando y moviéndolo en pequeños círculos que me mataban en un éxtasis extraño, sentía áspero su dedo mientras lo movía en mi suave trasero. Su lengua seguía pegado a mi trasero, lamiendo y humectando mi entrada, su segundo dedo intento entrar rápidamente pero mi inexperto trasero no pudo recibirlo tan rápido, chupo mi pene y testículos para calmar mis quejidos para lograr su cometido, logro meterme tres dedos, yo sentía que era lo mas abierto que jamás podría estar, me dolía mi culo pero era delicioso sentir sus dedos entrando y saliendo de mi, sentía el calor aumentando de mi trasero al igual que mis gemidos cansados.

Se acerco a mi oído y susurro lentamente si me gustaría que tomara unas fotos, que no sacaría mi rostro y no me preocupara, yo quería que el sacara esas malditas fotos, y accedí sin titubear. No se de donde saco una cámara digital tan rápido y tomo fotos de mi trasero siendo dedeado por su mano, saco fotos de mi culo dilatado y escurriendo saliva, se veía tan abierto que pedía su verga dentro de mi.

Me penetro con gran rapidez y excitación mientras tomaba fotos de mí con su miembro venudo entre mis nalgas. Podía sentir como el condón se deslizaba entre mi culo suave y mojado, sus testículos golpeaban contra mis nalgas y marcaban el ritmo que aumentaba de su pene entando y saliendo casi por completo. Sin advertirme lo saco rápidamente y dejo mi ano abierto y adolorido, ardía y se contraía rápidamente, se quito el condón rápidamente y suspirando dejo salir grandes chorros de leche entre mis nalgas y en mi espalda, escurría lentamente hasta mi culo abierto, era una leche muy caliente y quemaba a mi irritado ano, respiro profundo y tomo el ultimo recuerdo de nuestra noche una foto de recuerdo, un chico de 18 años escurriendo leche por el trasero.

Lo demás es historia de todos los relatos hizo que me viniera en unos cuantos minuto, mientras me masturbaba y dedeaba con suavidad mi trasero, puso su boca y callo sobre su rostro y labios toda la leche que pude fabricar en unos cuantos días, estaba exhausto y feliz, se acerco sudado y agitado a darme un beso con mi propio semen en sus labios. Terminando así la segunda y mejor tarde de mi vida, como olvidarlo parece que entre mas pasaban los días mejor será el encuentro después del trabajo de oficina.

Si tienes algún comentario o sugerencia apreciare que me escribas a elmarquezdecuernavaca@hotmail.com