Homejane a las mujeres maduras, 2
Como mi tia pasada excitada durante todo el dia con unas bolitas chinas que le introdujo por su vajina, manteniendose mojada durante todo el dia y disfrutando toda una noche de cogedera.
Las bolitas chinas en la concha de mi tia
No teníamos prisa, ya que toda la noche era para nosotros (eran las 2 de la mañana), nos pusimos a jugar a la baraja y a poner castigos muy atrevidos. He de decir que después de grandes cachondeos nos seguimos calentado riquísimo, como pocas veces lo habíamos hecho, ahí sentía yo un gran amor por mi tía y ella por mí. Se podía transmitir esa sensación de entrega y un profundo entendimiento al igual que en nuestra vida cotidiana. Uno de los castigos que tuve que enfrentar al perder un juego fue el que me tenía que masturbar en frente de ella, ya que ella tenía la fantasía de ver que yo lo hiciera y ella solo me vería, y como solo tenía los boxer puestos me los quitó de inmediato y antes de retirarse me dio una mamada exótica que me dejó con la verga parada y lista para que empezara a sóbramela. Al ver su interés reflejado en su carita me calentó mas de lo que estaba, yo inicié a masajearme la verga y ella empezó a decirme que bonita verga tenía, - mmmmmh y está gruesa y coloradita, que lindo mi amor que me complaces en lo que me gusta - si, tu dime que quieres que haga y lo hago con gusto, - y me pidió que me pusiera en cuatro patas y que siguiera masturbándome. Cuando lo hice se dio vuelo acariciando mis nalgas me las besaba y de vez en cuando se asomaba por abajo y me veía que seguía jalándomela, me daba una mamadita, se comía y disfrutaba las gototas de semen que mi verga despedía, se daba la gran vida, me tomó fotografías en esa posición, se daba gusto fotografiándome así y eso me excitaba a mas no poder. Me tomo una nalga con su mano y me pidió que con la mía le ayudara a abrir mis nalgas, mientras ella lo hacía igual, así de esa manera aparecía el ojo del culo en su cara, ella lo empezó a besar con delicadeza después de haber tomado fotos en acercamientos (que por cierto están buenísimas) y de tomas normales, se daba gusto haciéndolo. Me besaba las nalgas y metía su lengua hasta donde alcanzaba, yo sentía que estaba super cachondo y ya no podía mas, yo le decía - ya mamita no aguanto mas me voy a venir, aaaaaah, ya por favor ya! - pero ella decía que no, - aún no, quiero verte gozar con esas nalgas que me encantan y con esa verga parada Me ordenó que me diera la vuelta, sentado y entonces ella también empezó a masturbarse de lo lindo. Increíble la sensación cuando puedes hacer con tu pareja todas las grandes obscenidades, que para muchos lo son, pero para nosotros era un juego que nos encantaba. Estábamos encontrando estilos para poder disfrutar mas nuestra relación, ella gemía, también estaba súper caliente y apenas nos veíamos a los ojos nos mandábamos miradas de lujuria, de amor, de una gran amor, en eso ella empieza a gemir a gritos: - aquí está tu leche papacito, aquí está, toooomalaaaa, aahh, tomalaaaaaa, mmmmmmmh, aughhhhh, Yo también me estaba viniendo en chorros y me jaló de un brazo - dámela papacito, dámela chiquitito, dame esa verga con tu leche, dámela aquí en mi boca! - y chorros de leche calientísima salieron de la puntita de esa verga que parecía que le estaba rezando - Que linda papacito! que buenote estás, te voy a coger ese culo para que disfrutes. - Sí mi amor, cójetelo, haz lo que quieras con él. La leche de su panocha salía y la recibió en su mano, sus dedos los tenía hasta el fondo, los tenía ensartados en esa caverna llena de miel de amor, que yo tan bien conocía, mientras ella se tragaba toda mi venida, no dejó una sola gota fuera de su lengua, que lo que no alcanzaba se lo acercaba con sus dedos, luego nos recostamos y me dio un beso cargado de amor al que yo correspondí. Después de descansar un buen rato durmiendo, despertamos en la madruga y toda la cama olía a semen, a leche de ella y mía, las sábanas estaban manchadas de los jugos de los dos, eso me excitó nuevamente y ella dormía recostada sobre mi brazo izquierdo y la empecé a besar en el cuello, luego en los hombros, atrás de las orejas, bajando luego a los pechitos, cuando empecé a succionarlos ella empezó a gemir de gusto, y me empezó a acariciar directamente los huevos, la verga que ya estaba grande, yo me bajé a su panochita y empecé a darle lengua, que ella correspondía gimiendo, mmmmmh, Quieres que le siga?, síguele!, si síguele!, eres una mujer caliente!, si, si lo soy, soy tu vieja puta caliente, soy tu puta papacito, mámame esa panocha que siempre te espera siiiiii, me gusta, me encanta, que rico me besas el clíctoris, ya lo hiciste crecer, ya me voy a venir, ya me vengo de nuevo, ahí está mi leche. ahiiiiii está, ahiiiiii está, tomalaaaa, aaaaaaaay mi amorcito, aquí esta tómala, y se vino es espasmos arrogantes, chorros enormes que recibí con mi boca, me encanta que se venga, me excita, que rico me dijo, que rico. - Pero todavía no es todo mamacita! - saqué un vibrador y la empecé a acariciar con él, ella inmediatamente empezó a gemir, y gritaba, metelo, metelo a esa pucha, te espera, ya metelo, yo no lo hacía para que se calentara más, ella estando bocarriba con las piernas abiertas gritaba y trataba de mantenerlas en todo su compás para que yo pudiera meter la verga postiza hasta adentro, y así lo hice se la deje ir de un solo golpe y dio un gran grito, empecé a meterlo y a sacarlo con gusto, y se vino, con una descarga enorme, gritando de puro gusto. Todos los pelos de su panocha estaban blancos de pura leche, tomé la cámara y volví a tomarle fotos en diferentes posiciones, con la panocha abierta llena de leche de ella misma, es una sensación increíble, y se volvió a venir otra vez, ya no se cuantos orgasmos tuvo en ese ratito, pero estaba caliente, se dio la vuelta para mamarme la verga y no la dejé porque estaba tan caliente que en una mamada le soltaría mi leche, la voltie de a perrito y le dije te voy a meter la verga por el culo, estaba tan caliente que contestó, siiiiiiii, métemela por ahí, tomé el aceite y le puse en la entrada del culo, se veía rosadito, cerrado, me embarré aceite en mi verga y le dije relájate, relájate, si ya métemela. Estaba tan caliente que no pensaba que le podría doler, apunté la cabeza de mi verga y le empecé a empujar, empujaba y empujaba, ella reculaba, gritando de gusto, si síguele, yo no preguntaba si le dolía sentía que mi amor por ella crecía cada vez que empujaba mi verga, entró la cabeza, ella dio un gritito de dolor, yo me detuve pero ella reculó hacia mi invitándome a que continuara, y finalmente entró toda la verga, guuuuuuaaaauuuuu, mi amor ya está adentro, te duele le preguntaba, nnnnnoooooo, te gusta siiiiiiii, me encanta que riiiiiiccooooo, que rico, muévete mi amor muévete, yo que tenía la cámara cerca volví hacer otros flechazos, muchos, en diferentes ángulos que alcanzaba. Tomé el vibrador y se lo ensarté en la panocha y volvió a dar de gritos, eres increíble, eres genial me decía, y tu eres una caliente, eres una mujer caliente que te gusta que te ensarte por todos tus agujeros, si ensártame, ensártame mas, ella se movía con lujuria, con gran frenesí, y volvió a tener otro orgasmo, nunca había tendido tantos orgasmos como esa noche, aunque ya era de día, ya había amanecido, seguí moviendo el vibrador con toda la velocidad de las pilas y de mis manos, y gritaba vente en mi ano, vente en mi culo, pero yo quería que mi polla vomitara en su cara, en su boquita, para que se tragara toda mi leche, y se la saqué, con un ruido que parecía una botella al descorchar. Estábamos felices acariciándonos con una gran felicidad, pero ella me dice ahora me toca a mi, quieres venirte en mi cara? siiiii, entonces me ordenó que me diera vuelta, y me empezó a besarme las nalgas, me negue a que siguiera pero con un gesto de enojo me dijo te gusta mucho, que meter la lengua por el culo, me toca a mi. me mordía, pero de pronto sentí algo frío sobre mis nalgas y cosquillas en el ojo del culo, era ella que había tomado el consolador lo había encendido y me lo pasaba por el ojo, ahora vas a saber que se siente amorcito, y yo le dije, no, no lo vallas a meter, pero eso sonó mas bien a súplica que sí lo hiciera, como no, te lo voy a meter como tu lo hiciste con mi culo, mi amor yo te dí todas mis virginidades y tu no quieres darme una sola que tienes, y diciendo eso empezó a intentar meterlo, ella me decía relájate, relaja tus músculos, te va a gustar, y seguía metiendolo, y metiendolo, yo estaba súper excitado, yo no sabía hasta donde me podría excitar, y de un empujón lo metió hasta la mitad yo creo, lo estaba en verdad disfrutando. Cuando mi ano hubo de acostumbrarse, ella lo intuyó y empezó a meterlo y asacarlo, una y otra vez, una y otra vez, yo gritaba de gusto y como yo estaba parado y ella atrás de mi, no podía verme la cara de satisfacción, (algo que ella disfruta mucho, ver la expresión de mi cara), ella se dio la vuelta para poder verme mejor sin sacar el pene de plástico, ella en verdad lo estaba disfrutando y mientras con una mano me lo metía con la otra me masturbaba, y ya no pude aguantar mas, me di la vuelta para descargar mi leche sobre su cara y con el vibrador ensartado en mi culo le di toda mi descarga de amor sobre su cara, toda la leche se regó en su cara, ella sacaba la lengua para ver que alcanzaba, y cuando dejé de darle mecos me la empezó a mamar hasta no dejar residuo alguno en los ductos, me exprimió hasta la última gota, mientras el semen que tenía en su cara lo dispersó por todos lados, hasta que se secó, nos metimos al baño y descansamos. Pero cuando salimos de la casa de verano de mi tia nos fuimos a nuestro lugar de residencia, a medio camino recordábamos lo que habíamos vivido, la pasión tan grande que habíamos vivido, las hora tan agradables que habíamos pasado, decíamos que éramos unos depravados sexuales, pero nosotros nos contestábamos que no era así, que sencillamente éramos diferentes de la demás gente, con ésta conversación logramos excitarnos y como yo manejaba, no podía hacer nada, entonces le quité las pantaletas y empecé a masajerle los labios de su vagina, metía mis dedos y los sacaba empapados, lo único que podía hacer era lamerlos, comerme toda su leche. Cuando alcanzábamos un trailer yo le levantaba la falda y le metía mano, me excitaba que los traileros me vieran metiéndole mano a mi tia que iba con las piernas totalmente abiertas, una pierna la llevaba sobre el tablero del coche y la otra casi arriba de mi, la posición era muy cachonda, yo le dije que estaba muy caliente y me dijo pues te aguantas, pero solo un momento, luego me acariciaba la verga que ya la tenía fuera del pantalón, tan caliente estaba mi tia que me dijo saca el juguetito, y obviamente que saqué el vibrador. Al instante lo tomó con mucho amor que parecía que de verdad lo adoraba y se lo metía a la boca, me decía mira que rico te mamo la verga papacito, mira como está creciendo, tan ocupada estaba calentándome que ella nunca se fijó que un trailero que habíamos rebasado se acercaba y la vio con la verga artificial mamándola y la verdad que nos dio susto, aceleré hasta que lo perdimos de vista, entonces se dedicó a pasárselo por su panochita, lo hacía riquísimo y daba de gritos a mi me calentó a lo máximo cuando vi su panocha llena de leche, todos los pelos los tenía blancos era una sensación increíble. Aquello estaba tomando proporciones muy serias. Se estaba vengando, la muy gamberra. y además sabía que esa noche sería suyo, hiciese lo que hiciese. Pero resulta que ya llegábamos a la capital, me prometió que llegando a mi apartamento me mamaría la verga que me dolía, cuando llegábamos se lanzo sorbe el sofa levanto las piernas abiertas, yo le empecé a meter los dedos a su conchita de amor, la que estaba empapada de la cogida que se dio con el vibrador, ella jadeaba, casi gritaba. Estaba a punto de llegar a lo más alto. yo me movía sobre ella, de forma frenética, con todo mi miembro introducido en su bien lubricado sexo. gritó de placer y lujuria, mientras me clavaba las afiladas uñas en la espalda, provocando cierto dolor, que no hacía mas que acelerarme mas, causar mi salvajismo, mi desesperación. Sguí follándola, a pesar de que llevaba unos segundos relajada, distendida, con mirada extasiada. Estaba yo a punto de vaciarme. Eella lo notó, se puso sobre mí mientras yo caía a su lado, se introdujo todo mi pene en su boquita, chupándome toda la sensible piel, saboreando sus propios jugos que lo embadurnaban. Ssiguió bombeando con su manita, cada vez mas rápido. Un fuerte chorro de semen le llenó la boquita, pero siguió chupando, fuerte, sorbiendo el glande, anhelando no dejarme ni una sola gota de tan preciado manjar. yo quedé agotado. mi amorcito, viendo que mi polla quedaba algo mas relajada, se tumbó a mi lado, dejándose abrazar y acariciar. Saboreó sin tragar, refocilándose, sintiendo en su paladar el fuerte sabor, la espesura del esperma, la fluidez. Tragaba despacio, poco a poco, notando las flemas que se deslizaban por su garganta, con cierto ardor. Los dos sudábamos, cansados. Nos unimos en un fuerte abrazo, acariciándonos, dejando que nuestras manos recorriesen nuestros empapados cuerpos. con mi dedo le fui extendiendo por la mejilla y los labios un poco de esperma que le había quedado en la comisura, para luego introducírselo en la boca, y me lo chupase como si de mi miembro se tratara. - te quiero, mi amor. - que placer me das, loquita mía. Mi tía se movía lasciva, como una gatita en celo, y ví en sus ojos lo que deseaba. me situé entre sus piernas, y pegué mi cara, mi boca, a su palpitante y mojado sexo. dejé que mi lengua se deslizase muy suave, rozando los abultados labios, escalando hacia su centro de placer. Tomé su clítoris entre mis dientes, muy suave, provocando gritos de placer en mi tía, y comencé a castigarlo fuertemente con mi lengua. Noté sus fuertes espasmos, sus gritos. sus rodillas atraparon mis mejillas, y por fín llegó a un largo orgasmo, seguido de mas espasmos y pequeñas explosiones pseudo-orgásmicas, pues yo no quería parar. de hecho, no paré de castigarla hasta que la noté bien relajada, distraída, con sus ojitos cerrados, susurrando palabras de amor y deseo. me lancé sobre ella, ciego de deseo, la abrí más y la penetré, follándola sin poder contenerme, mientras la besaba, toda mi cara impregnada de sus fluidos vaginales, el sudor, el fuerte olor a sexo. Nos recostamos y quedamos rendidos en un sueño profundo en espera de nuestro futuro encuentro