Hombria (V)
Ser mas fuerte que las barreras sociales, que el tiempo imperdonable, que el rencor dentro de uno mismo, ser hombre.
Hombría V
Los soleados dias de iban pasando perezosamente. Sandra bajo el sol caliente iba retomando un espectacular bronceado. Fué durante el desayuno que él se levantó de la mesa interrumpiendo momentáneamente la conversación que sostenían...
Espera...tengo algo para tí - provocando real curiosidad en ella...
Lo vió alejarse. El lucía tan solo unos shorts de color crema que dejaban ver sus amplias espaldas y esas fuertes piernas que tanto le gustaban...
Por un instante lo imaginó desnudo como la otra noche en que peligrosamente se acercó a él mientras dormía placidamente...recordó la sensación tan deliciosamente perturbadora que sintió cuando tuvo en su mano el inhiesto sexo mientras permanecía dormido. Su calor, su dureza, su aroma. Todavia le parecía un sueño el haberse dejado llevar por sus instintos ante él. Tal parecían no tener barreras. Ahora, aunque ella lo admitía con cierta reticencia, se permitía fantasear con él con más libertad, aceptando con más normalidad lo que sentía, sus emociones, sus deseos por él...
Sonrió cuando lo vió acercarse con un paquete lleno de sellos y estampillas. Se notaba que era un envío llegado desde los Estados Unidos.
Tan-thru... - leyó ella en la etiqueta adherida.
Lo miró ahora mas desorientada que nunca. El le devolvió una sonrisa...
Anda, ábrelo...
Y ella no pudiendo ser más paciente, practicamente destrozó la envoltura en un santiamén, lo que le causó hilaridad a Eduardo...
Quedó en sus manos con una envoltura de plástico que mostraba algun tipo de prenda de color verde y matices amarillos, casi dorados. La abrió...
Un bikini? - preguntó ella sorprendida. Por un momento pensó que era una broma pícara de su parte...
No cualquier bikini... - Aclaró Eduaro - Lée la etiqueta que la acompaña...
Tan-thru.... - todo estaba en inglés, Sandra se perdió en la lectura por un par de minutos, mientras Eduardo veía aparecer en el rostro de ella una sonrisa cada vez más amplia...
Wow! Ahora entiendo...- exclamó ella entusiasmada...
Te gusta? - preguntó él.
Gustarme? Me encanta!!! - replicó ella inmediatamente - Una ropa de baño que te permite broncearte a travez de la tela...sin dejar marcas de bronceado...es fabuloso!!!
Imaginé que te agradaría...
Gracias, gracias, gracias... - saltando de su asiento para inclinarse a su lado y darle un fuerte abrazo y un sonoro beso en la mejilla. El la rodeó por la cintura, apretandola levemente. Ella no pudo evitar dar un levisimo respingo ante su cálido contacto. Pero lejos de alejarse, se quedó quieta, pasando su brazo sobre los hombros de él.
Como quisiera que me tocaras... - pensó ella.
Eduardo? - en cambio preguntó.
El elevó la mirada, buscando los verdes ojos de ella...
Sandra mirándolo, ahí relajadamente sentado, sintió deseos de saber, de acercarse más y sin dejar de mirar sus profundos ojos, lentamente se sentó sobre sus piernas. Ella suspiró disimuladamente al sentir el contacto de sus fuertes piernas contra sus muslos que se revelaban por el brevisimo short que usaba ella en ese momento...
Nunca había sentido su piel cálida contra la suya y sentía que le cortaba la respiración.
Por qué eres tan bueno conmigo? - preguntó tratando de retomar la idea inicial que se empezaba a verse distraída por las sensaciones al tenerlo asi...tan cerca...
El gesto de su rostro cambió levemente a una expresión algo más seria, pero de ninguna manera fué de rechazo. Era como si tratara de encontrar la respuesta adecuada a esa pregunta. Sus ojos se apartaron de los de ella como para reflexionar...
Alex...es como un hermano para mí. - respondió él - siempre lo ha sido...y tu necesitabas ayuda...creo que él no confiaba en nadie más para algo de tanta importancia...
Era la primera vez que lo veía asi, casi emotivo con ella. Pero ella esperaba algo diferente en su respuesta, alguna pista que le permitiera detectar reciprocidad de sentimientos de su parte. Ella se sentía enamorada y quería que aunque sea él se sintiera atraido, gustarle un poquito...como mujer... Queria dejar de ser simplemente la hermanita menor, la que necesitaba cuidado...
Entiendo... - replicó ella suavemente, tratando de disimular su frustración al no oír lo que esperaba - y te lo agradezco mucho...
Ella le dió otro beso en la mejilla y lo abrazó cerrando los ojos. Lentamente se separó de él y le sonrió. Se levantó de un salto y sentó nuevamente en la silla frente a él. Durante algunos minutos se mantuvieron en silencio...
Me muero por estrenar la ropa de baño... - exclamó ella tratando de romper un poco el hielo.
Y que esperas? - sonrió él
Las risas regresaron nuevamente, haciendo que el desayuno transcurriera con mayor naturalidad.
Eduardo se encontraba en la piscina jugando con el bebé, quien chapoteaba alegremente en sus brazos. El dia era radiante, sin una sola nube en el cielo azul, brisa tibia...no se podía pedir nada más...
Y que tal? - escuchó Eduardo detras suyo, girando sorprendido...
Y alli estaba Sandra, de pie, al borde de la piscina, luciendo la nueva ropa de baño.
Sandra ya no era la chiquilla vanidosa de antes, sino una deliciosa mujer y lo sabía bien aunque no se ufanara de ello.
Algo esta mal...-comentó Eduardo.
Mal? - preguntó ella, con desconcierto.
La forma en que te queda ese traje de baño... - mirando con seriedad...
Sandra sentía que la tierra se abría bajo sus pies...
El catalogo debió ponerte a ti, en lugar de la modelo...-esbozando una sonrisa juguetona...
Ahh! Que malo eres...me preocupaste- queriendo saber su opinión - crees que me queda bien?
Bien? Nooooo! Te queda espectacular - prosiguió - la verdad es que siempre haz tenido un cuerpo muy hermoso, y ahora mejor que nunca...
Ella no pudo evitar sonrojarse ante lo directo y halagador del comentario...
Gracias... - solo pudo decir...
Gracias a ti! - sonriendo él
Jajajaja - rió ella ante su ocurrencia...
Y de un ágil salto ella se metió al agua con ellos.
Splash!!!
Sandra abrió los ojos. Somnolienta, se frotó los ojos tratando de mirar con más claridad en la oscura habitación. Se sentó en la cama y miró el reloj digital que centelleaba desde la mesita de noche.
11:47 AM...
Se puso de pie silenciosamente para observar al bebé y respiró aliviada cuando lo vió durmiendo placidamente...
Qué habrá sido ese ruido? - se preguntó ella.
Y silenciosmente salió de la habitación. Vió la puerta de la habitación de Eduardo. Estaba entreabierta... Sintió como su corazón arrancaba en un alocado galope. Le llamó la atención encontrarla asi, ya que le pareció que la puerta estaba cerrada cada mañana al levantarse. Sentía claramente como sus pies querían seguir los pasos hacia ese cuarto, y temblaba, asustada de lo que pudiera suceder. Inhaló profundamente y giró dando la espalda hacia la puerta como obligandose así misma a no caer en la tentación...
Mmmmfffhheeewwww...exhaló profundamente tratando de calmarse, tratando de ignorar el hervor que invadía su bajo vientre, el temblor de sus piernas que se resistían a alejarse de ese cuarto...
Cerró los ojos por unos segundos y los abrió nuevamente...y notó una luz que iluminaba las cortinas de la sala. Se acercó extrañada y se percató que la tenue luz azulada provenía de la piscina...
Como pudimos olvidarla encendida? - Recordando que ellos estuvieron retozando en la piscina cuando comenzaba a anochecer...
Algo más aliviada de la oleada de excitación que la invadió momentos antes, se dirigió hacia la puerta corrediza de cristal que daba hacia la piscina con la intención de apagarla...la encontró entreabierta...
Quién...?
Se detuvo tras de ella y cautelosamente se dedicó a observar si había algun intruso...se sentía asustada. El buen juicio de indicaba que fuera a despertar a Eduardo, pero ya estaba allí...y lo vió...
Era Eduardo. Se encontraba nadando e la piscina, casi sin sacar la cabeza del agua, tan solo por alguna esporadica bocanada de aire...
Eres hermoso... - susurró ella
Lo vió casi llegar al extremo y dando una voltereta para cambiar de dirección...
Ohhhh! - exclamó ella al observar como las nalgas emergían sobre la superficie para ejecutar la maniobra. Temerosa de haber sido oída, se tapó la boca con la mano, girando de espaldas y agazapándose, tratando de ocultarse...
Está desnudo...está nadando totalmente desnudo...
Y segundos después que en realidad le parecieron eternos, oculta por las cortinas y la obscuridad se irguió lentamente para satisfacer su curiosidad...y lo vió nuevamente...deslizandose con calma y agilidad. Lo veía deslizando su cuerpo como un pez, en formas caprichosas. Eduardo giró su cuerpo, nadando de espaldas y por un momento se quedó quieto, flotando ahí, como observando las estrellas...
En que estarás pensando...quizas en...mi?- suspiró ella. - Como saberlo...
La iluminación de la piscina le permitía observarlo perfectamente dandose cuenta de la semierección que empezó a ostentar allí, mientras flotaba. Súbitamente lo vió reanudar su nado en forma inusualmente enérgica...llegar a un extremo y girar violentamente...regresar nadando y repetir el ejercio varias veces...hasta lo vió bajar el ritmo poco a poco...
Como aquella vez...-recordó ella, maldiciendose por haberlo tratado tan mal entonces...
Eduardo, se acercó al borde de la piscina y con un ágil movimiento quedó sentado en el borde, sobre su toalla, casi de espaldas a ella, con los pies colgando en el agua y las manos apoyadas a los lados. Ella veía como las gotas de agua caían de su ensortijada cabellera, deslizandose por su espalda, su cintura, sus nalgas... Parecía pensativo, mientras trataba de normalizar su agitada respiración... Se echó de espaldas tratando de descansar mejor...
Oh, mi Dios...! - conteniendo a duras penas la exclamación al observar como el inhiesto garrote de Eduardo saltaba a la vista, meneandose levemente ante sus ojos...
Sandra mordiendose el labio inferior trataba de no respirar, pero no podia evitar el temblor de su cuerpo, de sus rodillas. Lo tenía allí...a solo unos pasos, exhibiendo su palpitante virilidad, atormentandola con deseo, con provocación.
Lo vió cubrirse el rostro con los brazos, quedando asi, sin moverse por algunos minutos. Sandra no se atrevía a moverse de alli, lo vió descender una mano sobre su vientre mientras seguía cubriendose el rostro con el otro brazo. La mano descendió lentamente hasta rozar la base de la incólume erección con el dedo meñique. El ariete oscilo levemente...
Uhhhh! - inhaló Sandra profundamente, como inquieta ante lo que ella presentía.
La mano no se movía, y eso hacía que la desesperación en ella creciera más a cada segundo. Se sorprendió al descubrirse a si misma rogando que el contacto de la mano sobre ese turgente miembro se hiciera mas pleno, mas estrecho...
Tócatelo - se encontró a si misma, susurrando - tócatelo...por favor...
La mano de Eduardo se elevó ligeramente, casi hasta la mitad de esa columna viril que no dejaba de pulsar...y se cerró fuertemente, haciendo un puño...negando el contacto...
Ohhh! No te contengas...-pensó Sandra con gran intensidad, como queriendo inducirlo mentalmente - hazlo por mi...
La mano se abrió nuevamente y se posó suave, lentamente sobre el engrosado capullo que coronaba el objeto de sus deseos. Sandra cerró los ojos, recordando la sensación del primer contacto con ese cilindro de carne...
Ffffffhhhuuuuuhhh! - Exhaló ella, sintiendo como una oleada caliente recorría su cuerpo. Recién en ese momento se percató de que tenia dos dedos engarfiados en su chorreante vagina. Apretó los muslos como tratando de frenarse a si misma...empezando a retirar los lubricados dedos de su cuevita en plena ebullición...
Los dedos de la mano de Eduardo suavemente se cerraron sobre la punta del cipote apretando ligeramente...y los dedos de Sandra detuvieron su salida, sin haberlo siquiera pensado.
Ahh! - dejó escapar ella tenuemente...
Los ojos clavados en la deseada verga...esperando el más leve movimiento...vió lentamente como la mano de él descendía, recorriendo con enervante paciencia esa placentera longitud...los dedos de ella siguieron el mismo ritmo lento para adentrarse nuevamente en su propia carne. La sensación era demasiado intensa, demasiado fuerte y temía que cualquier movimiento más iba a hacer detonar el cercano orgasmo, revelando su presencia. Cómo podría explicar eso? Trató de quedarse inmóvil, ordenando a su mano que obedeciera, ordenando a sus ojos que no miraran más... El se quedó quieto...
Uffff! - suspiró
Nnnoooo... - cuando lo vió nuevamente deslizar la mano con pasmosa lentitud hacia el extremo, como ordeñando esa verga, y haciendo resaltar el reluciente glande que ella misma tuvo en su mano hace poco. La intención de detener la caricia simplemente fué mandada al diablo. Como si fuera un control remoto, sintió sus propios dedos, como obligados por la mano de él, deslizandose inclementemente hacia afuera recorriendo las rugosas y mojadas paredes de su gruta. Apretó los dientes, tratando titanicamente de menguar las sensaciones. Pero su propia anatomia la traicionó. Cuando creía haberlo logrado, las yemas de sus dedos estrujaron con suficiente intensidad su zona G...
Ohhhhhhhhhhhhhh! Diossss! - mientras temblaba - Te amooo...
Ya totalmente presa de la oleada orgásmica que pareció revolcarla como una ola de mar... Sentía que todo se movia a su alrededor, su pelvis se estremecía en sendos espasmos, como queriendo engullir aun mas esos dedos. Su cuerpo, en cuclillas, casi desvanecido, se libró de caer de costado gracias al mullido costado del sofá contra el que se apoyó... Sus ojos no dejaron de ver a Eduardo, allí quieto, asiendo su potente ariete.
Ahhhh...ahhh...ahhh - jadeaba ella tratando de recuperar el aliento...
Mano de él se detuvo y lentamente soltó el miembro, alejando la mano...
Eduardo quedó alli descubriendo su rostro, mirando al cielo estrellado. Sus manos pasaron suavemente sobre su abdomen y se deslizaron hacia los lados, para terminar descansando a los lados de su cuerpo. Tal parecia que no quería dejarse llevar por la evidente excitación que sentía...
Como puedes detenerte asi? - se preguntó ella al verlo ahi, sin hacer nada más por satisfacerse.
Ese control lo hacía aún más deseable... Quería estar a su lado, pero no meramente en forma fisica, sino tambien espiritual. Queria compartir esas emociones, apretar ese cuerpo contra sí, gritarle que lo amaba como nunca había creído poderlo hacer, y quería escuchar lo mismo. Sentirse asi, adorada y deseada, y de alguna manera sabía que él era capaz de dar eso y mucho más...pero se lo daría a ella? Sería capaz de ver más allá del resentimiento, de la inmadurez de la que una vez fué una chiquilla? Capaz de entender que tambien ella tenía sentimientos sinceros e intensos por él?
Sintiendose perdida en ese momento, se levantó lentamente acomodando sus pocas ropas y retrocedió sin perder de vista la puerta corrediza de la piscina hasta que llegó a la puerta de su habitación. Cuando acababa de cerrar la puerta tras de sí, sintió como la puerta corrediza se deslizaba, y se cerraba nuevamente y los pasos de Eduardo se encaminaban cada vez mas cerca...un temblor invadió su cuerpo...los ruidos cesaron. Estaba tras la puerta? Que hacía?
Y si toca mi puerta? - pensó ella ansiosamente.
Los segundos se hacian interminables. Sintió como si su pulso se detuviera. Hasta era capaz de oir la pausada respiración de él. Escuchó el giro de la perilla de la puerta y luego un leve golpe de la puerta al cerrarse...
Había entrado a su propia habitación...!
Uuuffffff! - exhaló ella con cierto alivio...pero no podía negar que la posibilidad de que él hubiera entrado a una puerta diferente la intrigaba profundamente...
Al dia siguiente, las cosas transcurrieron con normalidad. Comian juntos, salian a pasear al pueblo cercano, a pasear por la playa y entretener gustosamente al bebé. Tal parecía que su pequeña emulación de espionaje no habia sido notado..
Continuara
Autor: Shogun