Hombres de sauna (1): mi primera vez

Lo que pasa en la sauna... se queda en la sauna... o no?

Ahora hacía un tiempo que no escribía y lo echaba de menos. Agradezco los mensajes y críticas de mis historias.

Como bien sabréis, siento atracción hacia los hombres maduros, masculinos, seguros de sí mismos, discretos,... que les guste pasar un buen rato con otros hombres sin problemas. No me considero afeminado ni socialmente ni en la intimidad.

Ya he contado anteriormente que he tenido que viajar muchas veces por trabajo y otras tantas por placer. Fue en una de mis primeras estancias en el extranjero que descubrí el mundo de las saunas masculinas por recomendación de uno de los hombres con los que tenía relaciones esporádicas. La cuestión es que estaba muy caliente, no conocía a nadie, en las aplicaciones no encontraba lo que yo estaba buscando, y no sabía como poder satisfacer mis necesidades.

En ese momento estaba en Escocia y empecé a buscar dónde podía ir. Como para mí era todo muy nuevo, fui con mucho respeto y leyendo todas las reviews que encontré de aquel lugar que estaba por el centro de Edinburgh. Todavía no tenía cogido el acento escocés y eso me hacía sentir todavía más inseguro a aquel lugar para mí totalmente nuevo.

La primera sensación que tuve, fue que era muy oscuro. La zona de vestuarios era muy pequeña, con varias taquillas y se veia todo muy antiguo. En ese momento no había nadie más desvistiéndose. Me puse la toalla y empecé a descubrir aquel lugar. Era muy oscuro y tenía dos plantas. En la primera, una zona húmeda con jacuzzi y saunas y una segunda con varias cabinas, laberinto, cine, cuarto oscuro. No había mucha gente y había de todas las edades.

Después de la vuelta de reconocimiento, me fui al jacuzzi, donde no había nadie en ese momento. Desde allí, podía ver quien llegaba y el movimiento hacia la gente que entraba a la sauna. Eso me gustaba. al cabo de un rato, entró un hombre al jacuzzi de entre 40 y 50 años, moreno, tonificado, no muy peludo,... no le presté mucha atención porque no era mi tipo. Al poco rato, empezó a utilizar su pie para irme sobando mi pierna bajo el agua. Eso me encanta. Fue subiendo para contactar su pie con mis genitales. Lo hacía de un modo muy cariñoso y me gustaba, pero no era de mi interés. Educadamente, le retiré el pie y me fui del jacuzzi hacia la sauna.

Allí había 3 hombres, dos de los cuales se estaban metiendo mano. El tercero se lo miraba sobándose su verga por encima la toalla. Yo me situé para tener una buena perspectiva de la acción, ya que se veían muy apetecibles. Uno debía tener unos 55 años y el otro superaba seguro los 60. Se estaban sobando por todo el cuerpo, uno de pie y el otro sentado en un banco. El que estaba de pie (era el más joven todavía tenía la toalla alrededor de la cintura. El del banco ya había descubierto su erección y se le veía una buena verga bien dura. Al cabo de poco tiempo que me hubiera sentado, comentaron algo entre ellos y se fueron juntos.

El otro hombre que estaba observando el espectáculo, era un hombre algo mayor de 50 años, no muy peludo, con barba, de 1,75, con algo de barriga y me pareció interesante. Al cabo de poco tiempo se levantó, se reajustó la toalla mostrándome su verga en reposo que tenía un buen tamaño, y se fue. Yo hice lo propio unos minutos más tarde para dar otra vuelta por la planta superior.

Allí, lo volví a ver apoyado en una pared a la entrada del laberinto. Entré y me siguió. En un punto muerto de esa zona, nos empezamos a manosear. Llegaron dos hombres más a los que no pude ver la cara y se añadieron a la fiesta. Yo me estaba besando con el primer hombre y notaba que alguien me la estaba chupando. El otro hombre nos iba acariciando el cuerpo. En cuanto podía, le iba agarrando la polla, que estaba cogiendo un tamaño considerable. Todo estaba sucediendo sin mediar palabra y yo estaba excitadísimo. No aguanté mucho y me corrí muy rápido. Me sentí un poco avergonzado de ello y fui rápidamente a ducharme y a la planta inferior a descansar un poco, dejándoles que ellos siguieran su fiesta.

Después de la ducha, me volví a meter en el jacuzzi, donde había un chico joven, cerca de 30 años, pero ninguno de los dos nos mostramos interés. Así que los dos nos quedamos observando el entorno. Él salió primero y cuando se levantó, vi que tenía un rabo muy grande, y sobretodo, muy gordo en la base. Yo seguí un rato más, hasta que entró el hombre con el que había iniciado la situación del laberinto y estabamos solos en el jacuzzi. Se sentó cerca mío, a una distancia que le permitía tocarme con su brazo por debajo del agua. Así que empezó a sobarme por todo el cuerpo, de manera discreta. Yo poco a poco fui haciendo lo mismo y ibamos cruzando nuestros brazos por debajo del agua, recorriendo nuestros cuerpos. Rápidamente, me detuve en su verga. En la primera ocasión, ya me había resultado muy apetecible, pero ahora, con más tranquilidad y después de pasar el calentón inicial, quería disfrutarla mejor. Era larga, sin circuncidar, con poco pelo púbico, y aunque estaba flácida, tenía un buen grosor. Le empecé a masturbar y el hizo lo propio conmigo... todo bajo el agua. Nos empezamos a besar, pero él me retiró los labios y me hizo fijar la mirada en un cartel que explícitamente decía que no se podía tener relaciones en el jacuzzi (otro día posterior vi como el responsable del lugar echó de malas maneras a una pareja que no hacía caso del cartel)...

Así pues, casi sin mediar palabra, salió del agua y me indicó que lo siguiera. Subimos otra vez a la segunda planta y nos metimos en una cabina. Allí sí que nos despojamos de nuestras toallas, nos empezamos a besar y dejamos que la pasión nos llevara. Mientras le besaba y le manoseaba por todo el cuerpo, él hacía lo mismo. Su pene volvía a crecer hasta llegar a tener muy buenas dimensiones, cerca de 20cms y muy duro. Se lo chupe varias veces, aunque él prefería chupar y me indicó que lo penetrara, poniéndose de espaldas a mí. Empecé a meterle por detrás, pero tenía el agujero muy cerrado así que preferí que volviéramos cara a cara para seguir con un 69. En poco tiempo me volví a correr y unos segundo más tarde él también se corrió. Nos quedamos un rato charlando, mientras nos recuperábamos del momento.

Nos despedimos, me fui a ducharme con intención de irme. Para ser la primera vez, estaba satisfecho y con ganas de repetir. Después de la ducha, me metí unos minutos en la sauna para recuperar fuerzas mientras me acababa de secar, antes de volverme a los vestuarios. En la sauna volvía a haber espectáculo, esta vez eran 3, dos chicos jóvenes y un maduro muy apetecible... pero lo dejé para otra vez...

Cuando me fui al vestuario, coincidí con el chico con el que había estado en el jacuzzi. A pesar de no ser de mi tipo (y creo que yo tampoco el suyo), nos manoseamos los respectivos rabos mútuamente a modo de juego de niños. Me hubiera gustado verlo en acción, porque se intuía que debía ser descomunal. Fue una buena despedida de ese lugar... donde volví varias veces durante mi estancia en ese lugar.

A partir de ese momento, empecé a descubrir el mundo de las saunas. He estado en diferentes países y me parece un lugar muy morboso donde se cruzan todo tipo de historias, de gustos, de hombres,... todos dispuestos a satisfacer sus necesidades sexuales de algún modo. Seguro que escribiré más historias que he vivido en estos lugares...