Hombre solo busca familia nudista
El título lo dice todo, hombres que están solos que buscan la compañía de familias nudistas, valiéndose de todo tipo de estrategias para poder hacer nudismo con ellas, esperando que a partir de eso, surjan otras situaciones más gratificantes .
Somos una familia que ha practicado nudismo durante los últimos años, y hemos tenido cantidad de anécdotas, situaciones morbosas y experiencias que se han ido dando durante este tiempo
Durante todos estos años, muchos hombres se han dirigido a mí, diciéndome que estaban solteros o divorciados y preguntándome como tenían que hacer para poder contactar o hacer amistad con alguna de esas maravillosas familias nudistas que reflejo en mis relatos, para que les aceptaran entre ellos a la hora de hacer nudismo o incluso llegar a relaciones más íntimas.
Yo siempre les digo que para eso, no hay una fórmula mágica. Todo depende de las circunstancias que se den, como sea la familia o de la facilidad para socializar de esa persona, ya que hay algunos a los que se les da bastante bien hacer amigos, mientras otros son más retraídos o tímidos y les cuesta más.
En los chats de nudismo, suele haber hombres que siempre me preguntan si pueden hacer nudismo con mi familia y también en algunas páginas o Foros, incluso he llegado a ver anuncios del tipo: “Hombre solo busca familia nudista”. No sé el éxito que habrán llegado a tener con esos anuncios y si alguna familia ha contactado con ellos, porque lógicamente en cualquier familia existe una desconfianza previa para aceptar entre ellos a hombres solos que quieran hacer nudismo con ellos y todo requiere un conocimiento previo para ver si hay afinidad o química entre esas personas, así como si sus intereses son comunes, ya que detrás de ese término “familia nudista”, se suele añadir la palabra “liberal”, dando a entender que lo que se busca en realidad es tener sexo con ellos, incluso o sobre todo, en muchas ocasiones, con sus hijos.
La verdad es que el nudismo familiar, desde fuera, puede parecer un mundo muy cerrado para alguien desconocido y sin muchos contactos, pero como todo en la vida, es cuestión de empezar a intentarlo y ver lo que surge, sobre todo en alguna playa, que es más fácil, porque a esos clubs privados nudistas les es más complicado acceder un hombre solo..
Como me he dado cuenta de que este interés o necesidad es bastante habitual, voy a contaros algunas de las experiencias o anécdotas que he tenido en este aspecto, sobre los casos más comunes que se pueden dar para que os sea más fácil intimar con alguna familia que pueda estar receptiva a ello.
A mí nunca me gustó ir sola a una playa nudista, porque no dejan de acercarse hombres buscando entablar una conversación contigo y aunque suelen ser agradables, llega a ser un poco pesado eso y no te dejan tranquila, por lo que cuando mi marido estaba trabajando y no podía ir, prefería ir con mi hija y con otra amiga, que tenía dos hijas también, amigas de la mía y la verdad es que tanta mujer junta puede llamar más la atención, pero también imponíamos más respeto para que alguien se nos acercara..
Mi hija, con 21 años era una belleza, que no dejaba indiferente a nadie y las de mi amiga, muy guapas también, la pequeña acababa de cumplir los 18 y la mayor tenía 20.
Al llegar a la playa solíamos ponernos en algún lugar cerca de la orilla y un poco alejados de otras personas que estaban tomando el sol, para no molestar con nuestras conversaciones y los juegos de nuestras hijas.
Como en toda playa, también en las nudistas, suele haber gente paseando por la orilla y sobre todo los hombres, al vernos a nosotras, intentaban acercarse lo más posible para vernos bien y volvían a pasar varias veces más, si es que alguna de nosotras le habríamos gustado especialmente, supongo, o incluso alguno se quedaba cerca disimulando para podernos mirar más detenidamente.
Nosotras nos dábamos perfecta cuenta de esas cosas, porque eran habituales ya, aparte de que las mujeres estamos más acostumbradas a percibir ese tipo de comportamiento en los hombres, no sólo en playas nudistas; pero no solíamos hacer mucho caso y nos poníamos a hablar de nuestras cosas, y casi sin darnos cuenta, ya estábamos rodeadas de varios hombres solos que se habían puesto a nuestro lado disimuladamente a tomar el sol, lo que nos hacía cierta gracia, porque sabíamos que lo que pretendían en realidad era estar cerca de nosotras para mirarnos y sobre todo a nuestras hijas, aunque nosotras no estamos nada mal y tendríamos nuestros admiradores, pero el caso es que a alguno de tanto mirar, se le acababa poniendo dura, mientras otros se tocaban discretamente, lo que nos hacía mucha gracia y nos reíamos entre nosotras, un poco nerviosas.
A nosotras eso no nos molestaba, porque cada uno es libre de ponerse donde quiera y mirar lo que quiera, mientras no nos incomode o provoquen situaciones desagradables, como molestarnos, pero por lo general, suelen ser bastante educados y discretos y solamente miran, aunque alguno llegue a masturbarse por no poderse aguantar la excitación.
Mi hija ya estaba acostumbrada a esas cosas, pero las hijas de mi amiga no tanto, porque hacía poco que habían empezado a hacer nudismo y se ponían un poco nerviosas al atraer tantas miradas, diciendo una de ellas:
—¡Mamá! A ese señor se le ha puesto dura.
—¿Sí? Jaja, ¿Por qué será?
—No sé, está todo el tiempo mirándome.
—Bueno, cariño, tú no te preocupes. ¿A ti te gusta vérsela así?
—Sí, la tiene como a veces se le pone a papá.
—A los hombres les pasa eso y es normal que a algunos les guste mirarnos, excitándose y por eso se les pone así.
Fijándome también yo en ellos, la dije:
—Pues hay varios que ya la tienen dura también, debes de gustarles mucho (bromeando con ella).
La verdad es que ella era un poco ingenua y se asombraba de eso porque no acababa de darse cuenta de los encantos de su cuerpo desnudo, ya que ella no se consideraba atractiva y no tenía mucho éxito con los chicos, pero a la vista estaba que desnuda, les llamaba mucho la atención:
—Bueno, será por miraros a vosotras, porque estáis ahí con las piernas abiertas enseñándoles todo el coño y eso les excita:
Su madre y yo nos reímos al ver la cara que ponía, y nos hizo gracia como ella miraba su coño, sin rasurar, preguntándose cómo podía gustarle eso así a esos hombres, por lo que la dijimos:
—Mira, tú sigue ahí a lo tuyo y no te preocupes por ellos.
Después estuvimos fijándonos como ella miraba de reojo a esos hombres, mientras abría las piernas para dejarse ver y observar su reacción, comentándolo entre nosotras:
—Jaja, tú hija es tremenda, fíjate como los está provocando. Alguno va a acabar corriéndose todavía.
Diciéndome su madre:
—Esta hija mía es muy inocente aún, pero creo que está aprendiendo a ser mujer con mucha rapidez, como todas en su momento hicimos.
—Sí, ya te digo. Me acuerdo de la mía cuando empezó a ser consciente de cómo les gustaba mirarla a los hombres y ella se abría de piernas en la playa para que la vieran bien.
—Son un caso. La mía mayor tiene más picardía y al padre le pone malo cuando se pone a provocarlo para sacarle algo que yo no la quiero dar.
—Hace bien, es muy lista Así aprendemos todas Son las armas que tenemos que usar con los hombres
En otro de los días que estuvimos, nuestras hijas se juntaron con otras de sus edades que estaban en la playa, ya que es normal que se busquen entre esas edades para entretenerse y conocerse, dándose el caso de que uno de esos hombres que estaban a nuestro lado, al que ya conocíamos de otras veces, que se llamaba Paco, de unos 60 años, al ver como todos los hombres se quedaban mirándolas, nos dijo:
—¡Qué lindas están todas! Menuda expectación tiene el grupito.
—Sí, nosotras ya estamos acostumbradas a que miren a nuestras hijas, así que cuando se juntan varias, pues llaman más la atención.
—Menos mal que se lo toman bien, porque hay algunas mamás que se molestan y empiezan a llamarnos de todo por mirarlas.
—Sí, lo sabemos, todas queremos proteger a sus hijas para que no las hagan daño, aunque ya tengan una edad para hacer lo que quieran, pero yo mientras sean respetuosos con ellas, no tengo nada que decirles. Mirar no es ningún pecado.
—A veces es difícil aguantarse el no hacer algo más.
—Me imagino, están ahí todos tocándose como desesperados. Hasta me dan pena, los pobres, jaja.
—¡Caray!, que comprensiva es usted. ¿Le parece bien entonces que los hombres se pongan a hacer nudismo con ustedes como excusa para estar más cerca de sus hijas?
—No sería la primera vez, ya le dije que es algo habitual. Mi marido tiene un amigo y alguna vez nos ha acompañado también.
—Qué delicia, como lo disfrutaría. Pero un amigo no es un extraño.
—Eso sí, pero usted también es un extraño para nosotras y podríamos terminar siendo amigos.
—Muchas gracias por tenerme en esa consideración. Nada me gustaría más.
—¿Ha estado más veces haciendo nudismo con alguna familia?
—Yo tuve la mía propia, pero no les gustaba mucho el nudismo y luego, cuando me divorcié, conocí a una chica que tenía una hija. Yo las inicié en el nudismo y estuvimos unos años de relación. A ella no le importaba que yo disfrutara también con su hija, porque era bastante liberal, así que imagínense, follábamos los tres.
—¡Ah!, qué bien entonces.
—Fueron los años más maravillosos de mi vida, pero ella era extranjera y se volvió para su país.
—Vaya, lo siento.
—No pasa nada. Gracias a ella disfruté de uno de los mayores placeres de la vida, teniendo todas las noches a la madre y a la hija en la cama.
—¡Ah!, ya, claro. Y eso ya no lo puede olvidar.
—Eso no se olvida nunca. Por eso cuando veo alguna familia cono las suyas, me trae recuerdos y me da cierta envidia, pero ya a mi edad, me consuelo así, mirándolas en la playa.
—Bueno, hombre, todavía puede tener oportunidades. Es usted muy agradable, seguro que alguna familia le ha aceptado entre ellos.
—He tenido algún contacto, es verdad, pero es complicado, es un mundo muy cerrado y es difícil conocer a alguien que te acepte. Sus maridos son unos afortunados, que aprovechen bien estos años con ellas, porque luego se echa de menos.
—Sí, la verdad, a veces lo comentamos entre nosotras, que nuestros maridos disfrutan mucho con sus hijas y a veces se olvidan un poco de nosotras, jeje.
—No me lo creo, son unas mujeres muy bellas. A mí, además, cuando estuve con alguna de las hijas, me gustaba estar con la mamá también. El placer es doble y mucho más morboso.
Mientras estábamos hablando con Paco, mi amiga se dio cuenta de que su hija pequeña estaba hablando con un hombre y se iban a dar un paseo por la orilla, diciéndola a la mayor:
—Clara, mira a ver a donde va tu hermana. Vete con ellos.
—¡Mamá! Déjala, que ya ligó, jaja.
—¿Con ese señor? ¿Qué cosas dices, hija?
Paco se echó a reír, diciendo:
—Jaja, algunos no pierden el tiempo, aunque yo también me lío con alguna cuando tengo oportunidad.
—Pero es que es un señor mayor y ella muy joven todavía y lo que querrá será follarla.
—Bueno, mujer, si hija también querrá, si no, no se iría con él.
—Es que no acabo de acostumbrarme a estas cosas, yo soy muy antigua.
—Pues no lo parece, jaja (bromeó Paco).
—¿Por qué? Porque me ve aquí desnuda…… Yo nunca había venido a estos sitios, lo que pasa es que mi amiga empezó a liarme para que la compañera y no estuviera sola.
Mientras, Clara, había ido detrás de su hermana hasta las dunas de la parte de atrás y se quedó mirando, como ese señor empezaba a meter mano a su hermana, que se dejaba complacida y se agachó a chuparle la polla, de gran tamaño, al verla ya empalmada y pudiendo escuchar lo que hablaban:
—Buufff, sí que sabes hacerlo bien, nena. Tú papá te ha enseñado muy bien. No sigas, que me vas a hacer correrme ya
Clara se masturbaba viendo todo eso y como después su hermana se puso a 4 patas en la arena poniéndose el señor por detrás para follarla, provocando sus gemidos y al cambiar de posición, descubrió a su hermana espiándoles, llamándola....:
—¡Claraaa! Ven aquí…..
Clara se acercó a ellos y su hermana la dijo:
—No le digas nada a mamá, que ya sabes que no quiere que follemos con nadie más que papá.
—Vale, no te preocupes……
Diciéndola el señor:
—¿Quieres follar tú también?... Ponte encima, mientras le como el coño a tu hermana.
Clara dudó por unos momentos, pero estaba claro que lo estaba deseando, así que se sentó sobre él, que se había tumbado para que se la metiera y empezó a cabalgarlo con gran gusto, gimiendo al ritmo de las entradas y salidas de la polla en su coño.
Las dos hermanas estaban acostumbradas a follar juntas con su padre y disfrutaban mucho más haciéndolo así, pero estar con esas dos hermanas era demasiado excitante para ese hombre, que aunque experimentado en estas cosas, la belleza y calentura de ellas, le hizo correrse antes de lo que desearía, pero con gran satisfacción.
Después de un rato, follando en varias de las posiciones que permitía ese peculiar trío MHM, acabaron los tres satisfechos, volviendo las dos hermanas con su madre, que las preguntó:
—¿Qué hicisteis? Venís todas manchadas. Clara, ¿han follado a tu hermana?
—No, mamá, solo se masturbó y se corrió encima de nosotras.
—¿De las dos……? Bueno, menos mal, porque su padre me mata si se entera de que andáis follando por aquí.
Como nosotros nos reíamos con la situación, ella continuó:
—Es que es verdad. Me da rabia de estos que vienen y se las llevan sin decir nada, que ni se quien son ni que van a hacerlas. Mira, al menos, usted es educado y viene a hablar con nosotras aunque ande buscando lo mismo ¿no?
—Pues no la voy a decir que no, claro que me gustaría follarlas, pero mi intención era únicamente charlar un poco y hacer amistad.
—Pues si quiere, tiene mi permiso, siempre que ellas quieran también, claro..
—Muchas gracias, señora, pero si vienen a bañarse conmigo, en el agua podemos jugar y hacerlo de forma discreta..
—Claro, ir a bañaros, hijas, que hace mucho calor.
Provocando las risas de Paco:
—¡Vaya! Y decía que era usted antigua, jaja.
Y allí fueron las tres con él, viendo como después de jugar un poco en el agua con ellas, se abrazó a Clara y sujetando sus piernas con las manos, empezó a follarla dentro del agua, sin que llamaran mucho la atención porque no se veía bien lo que estaban haciendo.
Otra mujer que estaba cerca con su hijo y había oído la conversación, nos dijo:
—No se las llevan sólo a ellas. Al mío también se lo llevaron una vez y no veáis lo que me contó:
—¿Un señor se lo llevó también?
—Sí, pero no era para él, era para su mujer. Mi hijo me dijo que ella se puso muy contenta al tenerlo delante, mientras la decía el marido que se abriera bien de piernas para que mi hijo la viera bien y se le pusiera dura, y claro, una señora mayor con buenas tetazas y el coño todo peludo puso a mi hijo a 1000 y ella lo agarró y se puso a comerle la polla hasta que le sacó toda la leche.
—Madre mía, que viciosas son algunas. Pero es verdad que por la playa hay algunas así también.
—Son gente madura, matrimonios morbosos, que al marido le encanta ver como un chico joven folla a su mujer, y que no pare hasta sacarle toda la leche.
—Es que son un caramelo para ellas y su marido querría hacerla un regalito y por eso la llevó a mi hijo. Cuando termino de sacarle toda la leche, le dijo a su marido que se lo llevara otra vez con su madre, a ver si lo iba a echar en falta. Fíjate que cara dura la tía.
—Jaja, bueno, es que tu hijo es muy guapo tiene una buena polla y ya llama la atención.
—Sí, dímelo a mí, que ya la he probado……
—Ya me imagino, es difícil no caer en la tentación…… Nosotras porque no tenemos hijos, que si no……
—Las que los tenemos somos afortunadas, porque aquí en la playa los tienes a tu lado o echados encima de ti y casi sin querer se te va la mano y empiezas a pajearles. Y eso que en la playa te cortas un poco, pero en casa ya no tienes nada que te lo impida.
—Sí, así lo veo yo muchas veces.
—Claro. Para mí, mi hijo es el mejor del mundo. Ya me da tanto gusto que casi no echo de menos a su padre.
—¿Qué estás, separada?
—No, pero como si lo estuviera, porque él viaja mucho y me paso muchos días sola con él.
—Entiendo. En esos casos es una suerte tener a un hijo en casa. ¿Tu marido sabe algo, o le parece bien?
—Sí, a él no le importa. Pero no os creáis que me eche de menos a mí, porque a donde va, siempre se las apaña para estar en la cama con alguna también. Así que no tiene nada que decirme.
Otra señora mayor que estaba escuchando la conversación intervino:
—Tiene razón, ha hecho muy bien. Mi hijo ya es mayor, pero cuando tenía la edad del suyo también quería metérmela, como veía a su padre, quería saber lo que se sentía, y aunque al principio le dije que solo una vez para que supiera lo que era eso, luego ya no pude evitar que lo hiciera cuando quería, porque al final, las madres somos muy débiles con nuestros hijos y como a mí también me daba gusto, tampoco iba a privarme de ello.
—Y seguro que todavía sigue haciéndolo, ¿no?
—Sí, él ya está casado y con sus niños, pero cuando viene a visitarme, siempre nos las arreglamos para estar en la cama un ratito, jeje.
—Claro, es un buen hijo, jaja.
—Lo único malo es que su mujer lo sabe y a veces se pone un poco celosa, pero ella ya sabía con quien se casaba y le pareció bien, así que se aguante un poquito, que ella lo disfruta todos los días.
Y ahí siguieron las dos madres contándose sus confidencias, mientras uno de los que se había puesto a nuestro lado, las escuchaba atentamente, no sé si sorprendiéndose de la conversación o porque conocía muy bien de lo que hablaban.
Pero también hay otros hombres que no se conforman sólo con mirar y son más atrevidos inventándose cualquier cosa para hacer amistad con alguna familia, cada uno con su estrategia. Recuerdo a uno que estando con mi amiga y nuestras hijas, nos pidió permiso para ponerse a nuestro lado y hacer nudismo con nosotras. Nos dejó un poco sorprendidas sin saber que contestarle porque había sitio suficiente como para ponerse en otro lado, y como no le dijimos que no expresamente, extendió la toalla a nuestro lado para ponerse con nosotras, empezando al poco rato a hacer comentarios sobre ellas, a las que no quitaba ojo:
—Que suerte tienen. Tener una familia como las suyas y hacer nudismo todos juntos. Yo no tengo pareja ni hijos y tengo que venir sólo, pero es un poco triste para mí y siempre suelo ponerme con alguna familia, si me dan permiso.
—Ah, bueno, muy bien (contestándole nosotras por cortesía).
—¿Y sus maridos no las acompañan?
—No pueden, están trabajando.
—Que pena. No pueden disfrutar de sus hijas.
—Ya disfrutan en casa de ellas.
—Sí, de eso estoy seguro. Yo también lo haría. Ya estoy viendo que son muy hermosas. Al estar solas, se les acercarán muchos hombres como yo. Perdonen si las estoy molestando.
—No pasa nada. Sí que se acercan bastantes. Ya ve que estamos rodeados de ellos, jaja, y a veces nos hacen proposiciones.
—Ah, sí ¿Qué tipo de proposiciones?
—De todo. Con más o menos educación, al final lo que buscan muchos es mirar solo, aunque otros nos piden follar con nosotras directamente aprovechando que no están nuestros maridos.
—Claro, es que muchas lo hacen. Aquí se ven buenas pollas y quieren darse el gusto de probar otras que no sean de sus maridos.
—Hay muchas tentaciones y además siendo la gente tan liberal, puede pasar cualquier cosa.
Otro caso que me sucedió fue el de uno que empezó a hablarme diciéndome que era fotógrafo de modelos y que se había fijado en la belleza de mi hija y hasta me propuso hacerla algunas fotos para promocionarla para algún catálogo de moda.
Como estaba escuchándolo mi hija, se entusiasmó enseguida con la idea y nos propuso ir con él para hacer las fotos, pero cuando se lo comentamos a mi marido, él no quiso. Nos dijo que lo que quería era hacerle fotos desnuda a nuestra hija y que no sabríamos lo que iba a hacer con ellas, aunque podéis imaginároslo.
En cambio, se de otras que si accedieron a que hicieran esas fotos a sus hijas, y al final con una disculpa u otra, siempre terminaban haciéndoselas desnudas, en posiciones sugerentes o sexys, para venderlas a alguna productora que quiera contratarlas para hacer porno o cualquier otra cosa que aceptaran.
Otros busca ese acercamiento, haciendo amistad con mi marido, para ganarse su confianza y ver las posibilidades que tienen de estar con nuestra hija de una forma consentida por él, digamos, preguntándole si éramos liberales, si teníamos experiencias de ese tipo, contando las que había tenido él, para acabar pidiéndonos hacer nudismo con nosotros, irnos conociendo y ver si había la suficiente química como para intimar todos juntos.
Un caso parecido a este fue el que le sucedió a mi amiga y su marido, cuando conocieron a un hombre en la playa que les invitó a hacer nudismo en un apartamento que tenía. Como ellos tenían interés en conocer esa zona y no tenían dinero para alquilar un apartamento, aceptaron la propuesta, pero al llegar allí se encontraron con la sorpresa de que el apartamento tenía sólo dos habitaciones para dormir y como había solo dos camas matrimoniales, les propuso repartirse a las hijas para estar más cómodos.
Un poco contrariados, mis amigos, al no haber otra solución, aceptaron que durmiera con ellos la pequeña para estar más cómodos en la cama y que la mayor durmiera con el dueño del apartamento, porque al ser sus invitados, no pudieron negarse en correspondencia.
Durante los días que estuvieron allí, el señor, al tener a su hija todas las noches en su cama, estuvo follándola todo lo que quiso e incluso, llegó a proponer a sus padres que durmiera la otra también con él, para que pudieran dormir más cómodos, pero eso no lo aceptaron, porque no querían que se la follara también, ya que era virgen todavía, aunque sí tuvieron que dejarle que jugara con ella y la sobara en otros momentos del día, en la playa o en casa.
Incluso cuando se encontraba a solas con mi amiga, empezaba a meterla mano también, insinuándole que follaran, diciéndole mi amiga:
—¿No tienes bastante con mis hijas?
—Estamos para compartir. Tú marido ya te folla todas las noches. Con otras familias a las que invité, el marido me prestaba a su mujer también para que durmiera conmigo.
—¿Y tenían hijas como yo?
—Sí, una, pero esa dormía con el padre, por eso no le importaba que su mujer follara conmigo.
Contándome mi amiga que tanto insistió, que al final acabó fallándola a ella también.
De todas formas, estas cosas no son tan raras y es normal que acabe pasando durante estas convivencias de nudistas entre todos los miembros de la familia, con la otra familia con la que compartan o con el que los invitó a hacer nudismo en su casa.
Antes os decía que algunos intentaban entablar amistad con los maridos, para tener más fácil acceso a sus hijas.
Yo les conté el caso que nos había pasado una vez, estando mi marido también. Un hombre empezó a hablar con él y ya sabéis, entre hombres, con una cerveza delante suelen empezar a llevar la conversación hacia temas más íntimos, y se lo acaban contando todo, teniendo esta conversación:
—Tu hija está muy rica ya. Te sacará toda la leche.
—Si, es tremenda. A veces cuando pienso que su madre ya me la sacó toda, llega ella y consigue que eche más todavía.
—Buufff, sí, yo sé bien lo que es eso. Las veces que he estado con una madre y su hija, en ocasiones hay madres que parece que llevan tiempo sin probar una verga y me exprimen hasta que no puedo más y cuando dejan a su hija que disfrute un poco también, siempre consiguen ponerme a tono otra vez y me sacan hasta lo que no tengo, jaja.
—Ya veo que aunque andes sólo, no te ha faltado.
—No te creas, sinceramente mi trabajo me cuesta. Es difícil encontrarse a un tío tan abierto y simpático como tú que me deje estar con su familia. Normalmente son madres solas con alguna hija, que buscan compañía y pasarlo bien.
—Yo lo que quiero que tengas claro es que no voy a decirle a mi mujer y a mi hija que follen contigo, pero tampoco voy a poner impedimento a ello, si tú te las ganas y acceden a dejarse follar.
—Sí, está muy claro. No te preocupes, si ellas no quieren, no pasa nada. A mí tampoco me gusta forzar a nadie, aunque también me ha pasado de hombres que me pedían que follara a su mujer y ella no estaba muy por la labor, pero entre los dos acabábamos convenciéndola, y su mismo marido, le abría las piernas para que yo se la metiera.
—Uuuff, eso es tremendo. A muchos hombres les excita ver como se follan a su mujer.
—Pero al final no ves como disfrutaba la tía. Yo creo que es un juego que se montan ellos para buscar nuevos alicientes a la relación.
—Sí, aquí te encuentras con gente de todo tipo y no dejas de sorprendente.
—Me has caído genial. Os voy a invitar a todos a comer y así nos vamos conociendo.
—Estupendo. Llamaré a mi mujer y a mi hija para ir al bar.
Una vez todos allí, nos invitó a comer todo lo que quisimos, esforzándose por agradarnos, contándonos varias anécdotas que había tenido con otras familias mientras halagaba a mi marido para que no pusiera impedimentos a los tocamientos que ya nos estaba haciendo durante la comida tanto a mi como a nuestra hija.
La verdad es que era un señor muy agradable y sabía cómo poner cachonda a una mujer. Nuestra hija estaba también encantada con él porque no sé qué la decía al oído, que ella se reía y cada vez le dejaba que metiera más la mano entre sus piernas, besándola y mostrando una evidente excitación, sobre todo cuando mi hija abría las piernas y él pasaba el dedo por su rajita y como ese no era el lugar adecuado para seguir avanzando, finalmente nos dijo:
. -¿Me dejáis llevar a vuestra hija a mi caravana? Quiero enseñarla unas cosas que la dije antes.
—Si quiere ella no hay problema.
—Déjame ir, mamá.
—Sí, hija, vete.
Cuando se fueron, mi marido me dijo:
—Jaja, creo que te has quedado con las ganas de follar con él.
—Bueno, es muy simpático y está muy bien, la verdad, pero ha preferido llevarse a nuestra hija y al menos que ella lo disfrute.
Cuando pasaba algo más de una hora, nuestra hija volvió a nuestro lado muy contenta, por lo que la preguntamos:
—¿Qué tal?
—Bien. Genial.
—Me parece a mí que nada más meterte en la caravana con él, ya te quiso empezar a follar.
—No, mamá. Me estuvo enseñando unas fotos que se hizo con otras familias con las que estuvo para decirme que quería hacérmelas a mí también.
—Vaya. Eso no me gusta mucho. No nos dijo que quería hacerte fotos.
—Me dijo que eran para él, para tenerlas de recuerdo.
—¿Y cómo fueron esas fotos?
—Pues primero a mi sola, en varias posiciones y luego haciendo cosas con él, chupándosela, y follándome.
—¡Vaya! Te hizo la colección completa, vamos. Me gustaría volverlo a ver para pedirle explicaciones.
—Pues creo que se marchó ya. Me dijo que se iba a otra playa.
—Lo que me temía, este nos ha engañado bien con su palabrería. Ves, no se puede confiar tanto en la gente.
Diciendo mí marido:
—La primera confiada eres tú, que dejas ir a tu hija con cualquiera.
—Tú también estuviste de acuerdo para que se fuera con él.
—Sí, porque son gente muy hábil que saben cómo ganarse la confianza, pero por lo menos, podía habernos invitado a todos, como hacen los demás, aunque quieran follársela a ella
—Bueno, ya sabes qué hay de todo. Al menos ella se lo pasó bien y ya está.
En una ocasión, paseando entre las dunas de una playa, vi a dos hombres con una chica, así que me quedé observando cómo empezaban a sobarla entre los dos, abriéndola las piernas y masturbándola.
Ella se veía que estaba gozando con ellos y por eso no intervine, así que seguí mirando sin que me vieran, como se turnaban entre los dos para chuparla el coño, mientras el otro le daba la polla en la boca, que la recibía gustosa, por lo que supuse que debía de tener ya una larga experiencia y acabé suponiendo que esos hombres se la habían llevado a ese lugar con el pleno consentimiento de ella para disfrutar de algo que posiblemente llevara tiempo haciendo.
Los hombres hablaban entre ellos, cambiándola de posición según el momento, para finalmente ponerla a 4 patas y mientras uno por detrás se le empezaba a follar, el otro se la metía en la boca. Cuando se corrió, se cambió con el otro que acabó terminando dentro de la niña también, y una vez satisfechos, se fueron cada uno por un lado, como si no hubiera pasado nada.
Hay playas liberales donde suceden esas cosas y la gente va allí buscando precisamente eso.
No sé si después de leer estas anécdotas, creéis que os va a resultar más fácil contactar con alguna familia para hacer nudismo o para intimar con ellos, pero al igual que hay hombres de todo tipo buscando estas relaciones, también hay familias muy distintas que pueden reaccionar de forma diferente ante este tipo de proposiciones o intentos de acercamiento y quizás la experiencia que se vaya consiguiendo es la mejor manera de conseguir lo que os proponéis.
El mundo del nudismo tiene unos códigos que hay que conocer para disfrutar plenamente de él y en próximos relatos, espero seguir desvelándolos………