Hombre maduro, chica joven coctel sexual.
Cada ves que me chupaba la raja, sentía que perdía las fuerzas de mis piernas, deseando que no terminara jamás de hacerlo.
-¡que linda! Creo que tu culito es muy sensible mi cielo, esta noche llamare a un amigo mío, quiero que te coja, quiero que te llene de leche esa rajita, ese anito y esa boquita…cuando el termine, yo voy a saborear su leche espero que me complazcas nena.
-si te portas bien con mami, te daré un premio muy especial, ¿sabes? Me gustaría ver que te cogieran varios hombres, mirar como disfrutas, será algo delicioso, creo que lo haremos mi pequeña.
-mi cuerpo estaba muy excitado, sentí deseos de sentir una verga en ese momento, pero cuando más estaba disfrutando de sus caricias se apartó y me dijo lo siguiente.
-ven mi cielo, quiero que te pongas algo que compre para ti, y me acompañes a comprar algunas cositas para hoy.
-me puse de pie y fui caminando delante de ella, entramos a una recamara, mire un vestido tendido en la cama, a un lado una diminuta tanga de color azul, unos zapatos de adolescente y unos calcetines de mujer, de color blanco, el vestido de color amarillo, totalmente de una chica adolescente, pero de un estilo muy elegante, me ayudo a vestirme como si fuera en verdad una chiquilla, la tanguita apenas cubría mi rajita, el vestido me quedo un poco debajo de las rodillas, con los calcetines y los zapatos, en verdad podría decirse que era una adolescente, me mire al espejo y sonreí un tanto divertida, sin querer le seguí el juego y le pregunte de la forma más natural.
-¡mamita! Creo que mis pezones se miran, necesito un sostén… ¿puedo ponerme uno? Mis palabras surtieron el efecto que ella deseaba…con una sonrisa me miro me tomo de la barbilla y me dijo.
-mi cielo, ¡que feliz me haces! Pues si se miran tus tetitas, pero todavía eres muy peque para usar sostén así que no…no llevaras nada, por cierto he mirado que ya te han salido algunos vellos, no podemos dejarlos ahí, desnúdate y hagamos algo al respecto pequeña.
-Me tomo de la mano y me llevo a la ducha, salió regresando con un pequeño banco, me indico me sentara y separara mis piernas, tomo crema de afeitar y la embadurno en mis vellos púbicos, sin preguntarme nada, tomo una maquinita y estaba por pasarla, la mire con ojos suplicantes y le dije.
-¡por favor mami! No lo hagas, nunca me eh depilado, me sentiría un poco incomoda. Como respuesta me dio una nalgada al tiempo que decía.
-nada pequeña, una nena debe ser obediente y tú eres mi nena así que no hay pero que valga.
-poco a poco mi rajita fue quedando limpia, sin un solo vello, aprovecho para depilar por completo. Al terminar me llevo nuevamente a la recamara me ayudo a vestirme y esta vez la tanga se pegó a mi depilada raja, me peino con unas coletas y salimos de su casa, en su auto fuimos de compras recorrimos un centro comercial, algunos hombres que se percataban de la transparencia de mis pezones, pasaban descaradamente y me miraban sin importarles que yo me diese cuenta…a “mama” parecía darle cierto placer, por fin después de comprar algunas cosas regresamos al auto, pensé que al menos ya no estaría expuesta a miradas indiscretas.
-de pronto se estaciono en una avenida, tomo su teléfono e hizo una llamada… lo que escuche me dejo un tanto nerviosa.
-¡hola! ¿Cómo estas Sergio? Oye te llamo porque mi esposo salió de la ciudad y estoy en casa sola, quiero que me invites a tomar un café…pero no voy sola mi sobrinita está conmigo, seguro te encantara conocerla… de acuerdo en media hora nos encontramos ¡hasta luego! Hum no sabes mi amor, Sergio es un amigo ya es un hombre maduro, pero tiene lo suyo, estoy segura que jamás has probado algo como lo que él te dará, ahora solo compórtate como si fueras mi sobrinita y deja que todo suceda de forma normal mi amor.
-cuando nos dirigíamos a donde encontraría al señor Sergio, al llegar a un café, dejamos el auto y caminamos por un corredor subimos las escaleras y quizá unos 15 minutos después llego un señor, elegantemente vestido, alto, de cabello encanecido, de cuerpo un poco rechoncho, saludo a la señora con un beso y después me miro diciendo.
-¡pero que hermosa esta tu sobrina! Guau…que linda estas pequeña, deja contemplarte.
Sentí su mirada en mis pezones, trate de no mostrar nervios, actuando de forma normal solo pude sonreír y fingir desinterés por su mirada insistente, tomamos el café y ellos platicaron de algunas cosas personales, por fin dieron fin a su plática y escuche la invitación de ella.
-¡Dime Sergio! ¿Te gustaría venir por la noche a tomar una copa a la casa?
-Pero por favor, claro que me encanta la idea, ¿te parece a las 10?
-sí, es buena hora, te esperamos en casa, no me falles.
-por cierto, ¿puedo comprar un regalito para la nena?
-desde luego Sergio, compra lo que tu desees.
-regresamos a casa, y el día transcurrió de forma normal, solo que ahí en la intimidad ella era mi mamá, y yo su nena, mire el reloj y este marcaba las 9:30 de la noche, justo en ese momento, ella me dijo.
-¡mi cielo! Ve a darte una ducha, tienes que estar fresca para cuando llegue el tío Sergio, anda apresúrate, apenas tenemos el tiempo justo.
-cuando termine de bañarme, Salí y ahí estaba ella, ahora con una faldita más pequeña que el vestido, unas pantaletas de algodón, y una blusa de cuello alto, al menos me sentía menos exhibida…me apresure a peinar mi cabello con unas coletas, mientras ella me miraba y me decía lo siguiente.
-Silvia…quiero agradecer tu disponibilidad, mira Sergio es un gran amigo, es educado, y discreto, desde luego que él sabe que no eres mi sobrina, él y yo disfrutamos de estos encuentros, pues es una fantasía que nosotros llevamos, y realizarlas nos da cierto placer, contigo es la primer ves que siento este deseo de tratarte como a la hija que nunca tuve, tu apariencia de adolescente me da mucha ternura, y quiero que sepas que todo lo que hagamos será bajo tu consentimiento, si algo no te gusta solo dilo y no lo haremos.
-sus palabras me tranquilizaron mucho, le tome las manos y le sonreí demostrando que lo que hacía era con mucho gusto…el timbre de la puerta nos regresó a la realidad.
-ha llegado Sergio mi amor, vamos recibámosle con gusto.
-hola, pasa Sergio, te esperábamos, que bueno que has cumplido.
-mira pequeña te he traído este regalito, ojala te guste y puedas usarlo mañana, pues me gustaría llevarlas a mi rancho si es que les agrada la idea.
-tome el paquete y agradecí como si en verdad fuera una chiquilla, trate de tomar mi papel muy enserio, pasamos a la sala y mientras tomábamos unos bocadillos, Sergio no perdía de vista mis piernas, al sentarme la falda se subía dejando descubiertos mis muslos y casi estoy segura que las pantaletas se miraba al menos un poco.
-en cierto momento Sergio se puso de pie y camino a mi lado, me tomo de la mano y me atrajo a su pecho, apenas le llagaba a su pecho, por lo que ha tenido que agacharse para poder besarme, sin preámbulos me beso, y busco con sus manos el borde de la blusa, con ansiedad me despojo de la blusa, se deleitó mirando mis pequeñas tetas, las toco con suavidad y chupo mis pezones, cerré los ojos y me deje llevar por el momento, ahora sus manos buscaban el botón de la falda, cuando lo encontró lo desabotono y la falda cayó al suelo, con lentitud fue bajando las pantaletas, al mirar mi depilada rajita, se arrodillo y no perdió el tiempo, tomo una de mis piernas y la paso sobre su cuello, su lengua hurgo mi raja, deslizándose con suavidad y arrancando gemidos de excitación de mi garganta. Ahahahahahaahah, umumumum.
-sin aviso previo se puso de pie, por instinto me tome de su cabello temiendo caer, mientras él seguía chupando mi raja, ahora ambas piernas descansaban en su cuello, su boca estaba pegada a mi rajita su lengua entraba y salía sin problema, cuando toco con la punta de la lengua mi clítoris, no pude apagar el gemido que sin más salió de mi garganta…hohohohohoh, siiiiiiiii, maassssssss.
-mi cuerpo se estremeció y con un temblorcito anunciaba que estaba por tener un orgasmo, justo en ese momento aparto su cara y me regreso al piso, miro a la señora y sonriendo le dijo.
-es una delicia esta pequeña, enseguida regreso, voy por los juguetes.
-salió y mientras regresaba, ella metió sus dedos en mi rajita, los saco y chupo mis líquidos, repitió 2 o 3 veces la misma acción, cuando Sergio regreso ella se apartó, Sergio traía un banco sin respaldo, el cual más bien parecía una especie de meza, forrada de cuero, en una bolsa obscura se veían algunos objetos que más tarde mire, eran juguetes sexuales, bolas chinas, conos anales y algunos penes de látex.
-ven pequeña, recuéstate en el banco, boca abajo.
-me recosté como me indico, y el separo mis piernas, dejando mi ano al descubierto, se arrodillo y ahora estaba chupando mi ano, el cual palpitaba a cada arremetida de esa deliciosa lengua, que parecía ser de fuego, no sé cuánto tiempo duro esa posición, pero los minutos me parecieron toda una eternidad de placer, se apartó y ahora tomo el primer juguete, se trataba de unas bolas anales de látex, les puso un líquido y las fue metiendo, una por una, hasta que todas entraron, mi ano se había dilatado sin problema aceptando las bolas en su totalidad, solo un anillo quedo fuera.
-¡qué lindo culito tienes! Mira que te has comido todas las bolas, ahora da la vuelta, ponte boca abajo.
-con un poco de dificultad por las bolas me incorpore y me di la vuelta, el separo mis piernas y ahora nuevamente se arrodillo a chupar mi raja, la cual estaba demasiado mojada, su lengua entraba y salía con facilidad, como si se tratara de un pene, en ese momento me di cuenta que su lengua era más grande que cualquiera que hubiese sentido antes, ahahahahahahahah, ¡por favor espera un poco! Quiero orinar, ahahahahahahah esperaaaaaaaaaaaaa.
-sin hacer el mas mínimo caso, se apresuró a chupar con mayor fuerza, ahora sin poder evitarlo derrame mis líquidos ahí, como un gran torrente, mi cuerpo se sacudía con violencia, mi respiración era muy agitada, me dejo descansar unos minutos ahí tendida en el banco, mientras él se desnudaba.
-hohohohhoh, ¡nooooo! Dios es muy gorda, no podre con ella, fueron mis palabras, me resultaba difícil de creer que ese hombre tuviese tan gorda verga, a pesar de su estómago se podía admirar ese ejemplar, se puso frente de mí y con mucha dificultad logre meter un poco en mi boca, mientras batallaba para meterla un poco más, sentí la boca de ella chupar mi raja, al tratar de gemir por el placer de la caricia, Sergio aprovecho y empujo un poco más su verga logrando su objetivo, sentí que me ahogaba, pero resistí, ya fuera de toda realidad, deje que mi cuerpo disfrutara de todo lo que estaba recibiendo, me sacudí nuevamente y el saco su verga, trate de cerrar mis piernas pero ella lo evito y apretó un poco de forma brusca mi clítoris y no pude más aullé de placer…yayayayayaaaaaaaaaa, aaaassiiiiiiiiiiiii, ahahahahahahaha. Ambos se apartaron, y el tomo el anillo de las bolas anales, las extrajo poco a poco y quedo encantado con la condición de mi ano, se apresuró a meter su lengua, y logro con facilidad, ahora tomo un cono anal, de aluminio, y lo metió de un solo empujón entro todo, dirigió su verga a mi raja y la metió sin piedad, se abrió paso resbalando y haciendo que me retorciera…primero de dolor después de un enloquecedor placer.
Paso sus brazos por mis piernas me llevo a su cintura como si estuviera sentada, en su verga, pero el de pie, podía sentir cada vez que su verga entraba y salía como mi raja se contraía, cuando su cuerpo se puso tenso, me bajo y me puso de pie, separó mis piernas y metió la verga nuevamente, a cada movimiento el cono anal se movía, parecía como si tuviese dos vergas al mismo tiempo, era enloquecedora la situación, de pronto un gran torrente de leche salió de su verga, entrando con fuerza, y como si fuera lava, corría dentro de mi raja, bañado en sudor saco su verga, ya un poco flácida, y de inmediato su leche escurrió por mi raja mezclada con mis jugos vaginales, con suavidad saco el cono anal, sonriendo le dijo a ella.
Ahora te dejo con ella, termina la tarea, espero mañana lleguen a buena hora a mi casa, para ir al rancho, si aguantara la doble penetración. Y creo que se volverá loca de placer…disfrútala.
-se fue y ella se arrodillo, me miro con ternura y me dijo.
-que linda mi nena, mira cómo te ha dejado tu culito y tu rajita, llenos de lechita, palpitando y quizá un poco adoloridos, pero mami te calmara el dolor mi amor.
-se arrodillo y chupo mis agujeritos, calmando el dolor, la leche que salía de mi raja ella la saboreaba con verdadero placer, chupo hasta que no quedo nada, nos fuimos a la cama y así desnuda dormí esa noche abrazada a ella, al siguiente día me esperaba otro encuentro más, pero esta vez me cogerían por todos lados, ano, raja y boca al mismo tiempo, para colmo una verga en cada mano, pero esa será otra historia.
Su voz me tenía totalmente fuera de la realidad, sus manos recorrían mi cuerpo, con una suavidad enloquecedora, no podía resistir o negarme a lo que ella me pidiese: cuando me propuso pasar una semana con ella en su casa, no dude en aceptar, ahora estaba escuchando lo que ella deseaba, mientras seguía masajeando mi cuerpo, cuando paso los dedos por mi ano, me retorcí y mi garganta dejo escapar mis gemidos, anunciando mi excitación… a,a,a,a,a,a.