Hombre lobo xiv la boda
Historia gay de ciencia ficción con criaturas y bestias de leyenda. Contenido explícito de sexo, acción, incesto, aventura y más.
HOMBRE LOBO XIV – LA BODA
Italec salió de la cama y pasando muy cerca de Cirlo, le dijo:
_ “Ojo por ojo”
Italec sintiéndose como un campeón salió de la habitación.
_ Tomy no te muevas de aquí – le ordenó Cirlo a su hijo y salió.
_ ¿Papá que piensas hacer? – preguntó el chico preocupado.
Italec aun caminaba por el pasillo, Cirlo lo alcanzó y lo tomó violentamente arrinconándolo contra la pared.
_ ¿Crees que saldrás de aquí fácilmente?
_ ¿Tú que crees?
_ Uno a uno, afuera en el bosque. ¿o me tienes miedo, mocoso?
Italec sintiéndose ofendido por lo que dijo Cirlo, esta vez lo arrincono a la pared.
_ Jamás te tendría miedo – le dijo – Que sea a muerte.
Italec lo soltó y salió por el jardín dirigiéndose fuera al bosque. Cirlo lo siguió.
_ Papá por favor, no lo hagas – pidió Tomy.
_ Este es un asunto pendiente que tengo con él, así que quédate aquí.
El general se adentró en el bosque también, estaba más que listo para matar a Italec, así que ambos se detuvieron en donde estaba la cabaña destruida pues no quería que otra parte de la vegetación sufra.
_ Estaba esperando este momento desde hace mucho tiempo – confesó Italec.
_ Lastimosamente siempre nos interrumpían, de lo contrario ya estuvieras muerto – dijo Cirlo
Italec rio burlándose.
_ Pero como ahora están en plena celebración, no habrá nadie que nos detenga – agregó Italec – Disfrutaré matándote.
_ Él que te voy a matar seré yo – le dijo Cirlo arrancándose el uniforme que llevaba.
Ambos a la par se transformaron.
El lobo dorado y el gris, se miraban fijamente como esperando el momento oportuno para atacar, hasta que finamente los dos arremetieron contra sí.
En ese momento Tomy que se había quedado en casa por órdenes de su padre, no sabía qué hacer, caminaba de un lado a otro por toda la habitación pensando en que decisión tomar, si dejar que ambos lobos se mataran, o si ir a avisar al príncipe y a los demás, así que eligió la opción más sabia y la que menos le gustaría a su padre.
Los dos lobos verdaderamente peleaban a muerte, los golpes eran tan contundentes que nada más al contacto se creaban heridas sangrantes.
Cirlo e Italec usaban todo el campo a su disposición para hacerse daño, se golpeaban contra los árboles, contra el suelo, y aunque las heridas eran profundas no les importaban.
Tomy se demoró unos minutos cruzar todo el reino hasta llegar al salón donde se encontraban todos celebrando, se detuvo unos minutos buscando con la mirada al príncipe, pero no lo encontró, así que se escabullo entre los invitados y sin darse cuenta chocaron.
_ Hey Tomy.
_ Príncipe, lo estaba buscando.
_ Y eso ¿para qué?
_ Es que …
_ Sabes que, mejor en otro momento, ahora estoy buscando a Italec, pero no lo encuentro por ningún lado.
_ De eso precisamente quería hablarle.
_ ¿Qué sucede?
_ Es que en este momento se está desatando una pelea a muerte entre mi padre y su novio.
_ Otra vez no – dijo llevándose la mano a la cabeza.
_ Señor, tenemos que hacer algo para detenerlos, sino se van a matar.
_ Busquemos a los demás, para que nos ayuden – dijo Philip.
Por otro lado, los lobos no se cansaban y peleaban con salvajismo, ninguno de los dos caía.
Luego de unos quince minutos, Philip, Tomy, Roderick y Dariel llegaron a la escena, el alfa se interpuso entre ellos volvieron a su forma humana.
_ Quítate tío, esto es entre él y yo.
_ ¿Cómo llegaron ustedes aquí? – Preguntó Cirlo.
_ Lo siento papá, yo se los dije – respondió Tomy.
Philip caminó y se colocó en medio también. Roderick salió de ahí y lo dejo solo.
_ Príncipe por favor déjenos continuar.
_ ¿Y ver como el hombre que amo y mi hombre de confianza y amigo se matan?
_ Philip por favor aléjate.
_ Si esto es por lo que pasó con Tomy, les digo que ya estoy por enterado.
_ Lo de este infeliz y mi hijo, fue la gota que derramo el vaso – dijo Cirlo.
_ En cambio tú me colmaste la paciencia desde que te acostaste con Philip.
_ ¡YA BASTA! – gritó el príncipe.
_ Joder Philip porque tienes que hacer todo esto tan difícil, tal parece que estuvieras enamorado de Cirlo.
Philip se hartó de la situación.
_ A quien amo es a ti joder, ¿cuantas veces quieres que te lo diga? SI esto es debido a tus celos absurdos, ya déjalo, pues tú eres el único hombre que quiero en mi vida.
_ Papá por favor no sigas haciendo eso – pedía Tomy a su padre.
_ Lo siento hijo, pero esto no puede quedarse así.
_ Pero caray, Tomy dio su consentimiento, él quiso, y ya está.
_ Es que no soporto que precisamente lo haya hecho con este miserable.
_ Aquí el único miserable eres Tú – respondió Italec.
_ Por última vez ya basta – habló Philip.
_ Hey ustedes dos, escuchen al príncipe – ordenó el Alfa.
Philip empezó a hablar y a manifestar sus ideas hasta que finalmente llegaron a un acuerdo y la se calmó la situación.
_ Ahora en señal de paz dense la mano – sugirió Philip
_ Eso nunca – dijo Italec.
_ Con nuestra palabra está más que bien – afirmó Italec .
_ Entonces ¿aseguran que no habrá más problemas de ahora en adelante? – preguntó Tomy.
Los dos asintieron.
Después de aquella pelea no volvieron a tener otro altercado fuerte.
Año 1909
Pasaron tres años; Italec ya había cumplido 19 y el príncipe cumpliría 18, de hecho, ya faltaba una semana, y posteriormente se casaría con la hija del Duque.
Philip y su padre habían acordado años atrás que antes de cumplir la mayoría de edad, se casaría primero con el hombre que amaba y después de eso con la mujer que le habían asignado, y así fue, la boda de llevaría a cabo en la casa de playa de la familia real ubicada en uno de los países costeros pertenecientes al imperio.
El día de la boda llegó, Philip e Italec se encontraban completamente nerviosos.
Al promediar la 5 de la tarde se reunieron todos frente al mar de aguas cristalinas y arena blanca, Philip e Italec estaban vestidos con sus mejores galas, y por supuesto los invitados también entre los que se encontraban, Roderick y Dariel, Cirlo y Tomy, Julissa, Melissa, Safira y Samira, La reina Isabela y por supuesto el Rey Ulises quien los iba a casar. Todo en absoluta discreción.
La pareja de novios parados frente al rey se tenía tomados de las manos.
Rey: _ Estamos aquí reunidos en esta tarde para un evento sin precedentes, nunca antes visto en el Imperio, estoy hablando de la unión matrimonial entre dos hombres.
La reina Isabela emocionada comenzó a llorar.
Rey: _ ¿Qué me lleva aceptar tal tarea? La única respuesta es el Amor. El amor hacia mi hijo me lleva a romper una de las leyes más estrictas en nuestro reino, y es por ese amor fuerte y sincero que el día de hoy, yo la única autoridad con orgullo uniré en matrimonio a mi hijo y su valiente novio amado.
La reina se echó a llorar a mares.
Rey: _ Bien comencemos. Italec y Philip ¿vienen ustedes a contraer matrimonio sin ser coaccionados libre y voluntariamente?
Novios: _ Sí, venimos libremente.
Rey: _ ¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente, siguiendo el modo de vida propio del Matrimonio, durante toda la vida?
Novios: _ Sí, estamos decididos.
Rey: _ ¿Estáis dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según las buenas costumbres del Imperio?
Esposos: Sí, estamos dispuestos.
Rey: _ Ahora los votos matrimoniales.
Italec: _ Yo Italec Di Wolf, uno mi vida a la tuya, no solo como tu marido, sino como tu amigo, tu amante y tu confidente. Déjame ser el hombro en el que te apoyas, la roca sobre la cual descansas, el compañero de tu vida. Desde este día caminaré junto a ti.
Philip: _ Yo Philip Flaming-White, uno mi vida a la tuya, no solo como tu esposo, sino como tu amigo, tu amante y tu confidente. Déjame ser el hombro en el que te apoyas, la roca sobre la cual descansas, el compañero de tu vida. Desde este día caminaré junto a ti.
Después de dichos los votos, Tomy entregó los anillos. Italec tomó el primero.
_Recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti – dijo Italec colocándole el aro.
Luego Philip tomó la que quedaba.
_ Recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti – dijo Philip colocándole el aro.
El rey levantó su cetro.
Rey: _ Con el poder que se concentra en mi persona por ser el soberano del Imperio, yo los declaró esposos. Pueden darse el besó para sellar el pacto.
Italec se acercó a Philip y muy tiernamente lo besó. Todos aplaudieron.
Las felicitaciones y las fotografías no se hicieron esperar.
La noche estaba muy cerca y después de la celebración, como regalo de bodas Julissa envió a los recién casados a una isla paradisiaca a un lugar desconocido, claro una vez quieran volver Italec solo lo desearía con su collar.
Philip: _ ¿Dónde estamos?
Italec: _ No lo sé, pero todo se ve genial.
La isla era como un paraíso, el clima cálido y el cielo parecía una mezcla entre día y noche, cubierto todo de vegetación con hermosas flores y en medio de toda una gran cama con sabanas de seda.
No supieron de dónde, pero comenzó a sonar una melodía muy romántica.
¿Bailamos? – Preguntó Italec.
Philip aceptó y se unieron moviéndose muy lentamente hasta rosar sus labios y finalmente fundirse en un beso muy apasionado.
Mientras se besaban, cada uno iba despojándose de sus prendas de vestir, muy lentamente hasta lograr desvestirse por completo, sus penes erectos chocaban, glande con glande.
Italec llevó tomado de la mano a Philip hacía la cama y lo acostó muy lentamente siguiendo con los besos, recorriendo las manos por todo su cuerpo.
Los recién casados sentían un amor puro y profundo que los llevó a consumar el matrimonio.
Ambos acostados mirándose frente a frente, Italec se deslizo un poco por entre las piernas de su novio de manera tal que su pene pueda entrar en al ano, pero sin dejar de verse, el pene de Philip chocaba con el abdomen de su esposo.
Italec con el pene bien lubricado de su propio presemen empezó a meter muy lentamente la verga en el recto de Philip, este lo miraba muy enamorado sintiendo cada centímetro de su verga mientras se besaban.
La pose era una especie de misionero, pero echados de costado sobre la cama.
La manera en que ambos hacían el amor hacia erizar sus pieles, recorriendo una electricidad por todo su cuerpo.
_ Gracias por ser mi esposo – dijo Italec.
_ Gracias a ti mi amor, por elegirme como tu compañero – respondió jadeante.
Después cambiaron de posición, ahora estaban en forma cuchara, la penetración esta vez se sentía más completa, ya que el pene chocaba directamente con la próstata del príncipe.
Italec con una mano masajeaba la verga de su esposo y con la otra acariciaba su cuerpo, el príncipe solo se mantenía gimiendo.
El sexo era suave, y muy cariñoso, la situación lo ameritaba, aun así, el príncipe mordía las sabanas y las almohadas, ahogando sus gemidos.
Finalmente, luego de varios minutos sin descanso, los dos vaciaron sus testículos
Apresuradamente una semana después, los ahora esposos tuvieron que regresar, para continuar con los preparativos de la próxima boda.
Por aquellos años por todo el mundo se escuchaban sobre las hostiles relaciones entre las potencias del mundo, es por ello, que los principales gobernantes del continente europeo se comenzaban a armar en silencio.
Así mismo se formaron alianzas, como por ejemplo la triple alianza entre Alemania, Italia y Austro-Hungría desde 1882 y la triple entente conformada por Francia, Reino Unido y Rusia en 1907 para hacer frente a la triple alianza.
Los dos bandos buscaban persuadir al Rey Ulises para pertenecer a sus respectivos grupos por ser un reino grande con muchos recursos que podrían ser muy bien aprovechados, además contaba con uno de los mejores ejércitos del mundo y un armamento de primera, fabricados en el propio imperio; así que una alianza favorecería en gran manera a cualquiera de las agrupaciones.
Sin embargo, el rey Ulises siempre se mantenía neutral, no estaba interesado en participar en cualquier conflicto, empero eso no le impedía mantener relaciones comerciales con ellos.
Faltaba un mes para el matrimonio del príncipe con Lady Sofía, y Philip estaba con los ánimos por los suelos, pero solo una cosa lo confortaba, ver a su esposo despertar a su lado cada mañana.
Philip evaluaba todas las posibilidades, en que podía afectar su boda con una persona que no amaba en su matrimonio con Italec, y al parecer en nada, pues él y ella no dormirían juntos según la tradición de la nobleza, Lady Sofía solo vendría al príncipe a procrear hijos, sin embargo, a Italec lo tendría todas las noches durmiendo a su lado.
Un día faltando semanas para la boda Julissa conversó el secreto con el rey Ulises.
Rey: _ ¿Qué te trae por aquí Julissa?
Julissa: _ Tengo algo muy importante que decirte.
Rey: _ ¿ Que sucede?
Julissa: _ Es sobre el duque de Rodlein.
Rey: _ ¿Qué sucede con él?
Julissa: _ Él está emparentado con el archiduque Francisco Fernando
Rey: _ Eso es imposible, él es británico
Julissa: _ Nadie lo sabe, se ha encargado de esconder muy bien su origen, pero se me ha sido revelado y se lo que el pretende con el casamiento de tu hijo con su hija.
Rey: _ Ni me lo digas, el Imperio Austro-húngaro siempre ha querido tenernos como aliados, ahora con el próximo matrimonio mi imperio va a quedar ligado con el suyo.
Julissa: _ Es verdad, pero no debes dar tu brazo a torcer, mantente firme, Austria-Hungría querrá presionarte, pero es importante que no aceptes ningún tipo de alianzas con ellos.
Rey: _ No me conviene, siempre mi reino se ha caracterizado por ser pacífico y mediador en algunos casos y si me pongo de algún bando me verán como enemigo.
Julissa: _ Así es, además tú sabes que durante los últimos años todas las potencias han estado adquiriendo armas secretamente.
Rey: _ Exacto, y posiblemente se desate algún conflicto.
Julissa: _ No posiblemente, es un hecho, en cualquier momento va a estallar una guerra, como nunca antes vista, dejara millones de muertos.
Rey: _ Eso no lo puedo permitir, lo que menos quiero es verme en enfrentamientos.
Julissa: _ Tú reino es una potencia, ellos temen que te unas a la triple entente, es por eso que a toda costa querrán persuadirte, pero no lo olvides, en todo caso no debes tener miedo, y mantente neutral como lo has venido haciendo.
El rey escuchaba preocupado las palabras de Julissa.
Julissa: _ Emite un comunicado suspendiendo toda venta de armamento y pólvora, así verán tu neutralidad desde el principio, pero es importante que secretamente, te hagas de un completo arsenal.
Rey: _ Pero tenemos abastecido a todo el ejercito
Julissa: _ Necesitas mucho más.
Rey: _ ¿por qué? Tú dices que me mantenga neutral.
Julissa: _ Lo sé, dije eso para retrasar un poco y que no te declaren la guerra antes de tiempo, sin embargo, ellos buscaran la manera de involucrar al reino.
Rey: _ Joder. Dime más, quiero saberlo todo.
Julissa: _ Lo siento Ulises, solo puedo decirte eso, para que seas precavido. Si te digo absolutamente todo, cambiaria completamente los sucesos del futuro y el resultado traería una cosa peor que la guerra, empero, lo que te acabo de decir no traería más que pequeños cambios insignificantes en la continuidad del tiempo, lo siento.
Rey: _ Por lo menos dime ¿Saldremos bien librados?
Julissa: _ Lo siento, ya te dije que no puedo decirlo.
El rey caminaba de un lado a otro buscando opciones.
Rey: _ Ya se, cancelaremos la boda de todos modos mi hijo no ama a esa chica.
Julissa: _ Eso no, una acción como esa sería una ofensa para la corona británica, te lo ganarías de enemigos y buscaran la manera de hacerte pagar. Debes dejar que todo continúe como va, todo caerá por su propio peso.
Rey: _ Muy bien Julissa, será como tú digas. Gracias por informarme.
Julissa: _ Y otra cosa muy importante, no le menciones esto a nadie, como te lo vuelvo a repetir, alterarías el flujo del tiempo.
Diciembre fue el mes señalado para el matrimonio, congregados en la catedral del castillo, todos líderes de las potencias del momento, entre ellos estaban el archiduque Francisco Fernando de Austro-Hungría y su esposa.
El duque de Rodlein y su hija antes del matrimonio mantenían una conversación dentro del auto que la trasladaba a la iglesia.
Duque: _ Cambia de cara, recuerda que es el día más feliz de tu vida.
Sofía: _ Que cara quieres que ponga padre, si me voy a casar con un hombre que no amo.
Duque: _ Así no lo ames, recuerda el propósito.
Sofía: _ Tú y tus acuerdos políticos, no te das cuenta que estás arriesgando mi felicidad. ¡Yo amo a otro hombre!
Duque: _ ¡CÁLLATE SOFÍA! Nunca más vuelvas a repetir eso me escuchaste.
Sofía: _ Que pensaría el reino británico si se enterara que juegas a dos bandos.
El duque tomó a su hija del cuello muy furioso.
Duque: _ Ni se te ocurra insinuar tal cosa, que me olvido que soy tú padre y te puede ir muy mal.
Sofía sintió mucho miedo al ver el rostro de su padre.
Sofía: _ Tal vez casándome, me libraré de ti, de tus malos tratos y amenazas.
Duque: _ Mira ambos ganamos, tú te casas y ya no tendrás que soportarme, y yo seré enaltecido por nuestro rey por la alianza que generaremos.
Sofía lloraba en silencio.
Duque: _ Bueno límpiate ese rostro que ya estamos frente a la iglesia.
_ ¿Cómo te sientes? – le preguntó Italec al príncipe.
_ Muy nervioso y con ganas de salir corriendo – respondió Philip .
_ Supongo que es normal, al fin y al cabo, este matrimonio es una completa farsa.
_ Sí, me gustaría que todo fuera distinto, y que sea contigo con quien me case hoy a la vista de todos.
_ Lo se amor, pero la ceremonia que tuvimos nosotros vale mil veces que esta, además le hiciste una promesa a tu padre y yo acepté las condiciones.
_ En verdad no te importa.
_ No amor para nada, sé que tú amor es solamente mio, y quien despertara al lado tuyo seré yo siempre.
_ Te amo demasiado – le dijo Philip.
_ Yo mucho más – respondió Italec.
Los dos se besaron ocasionando que sus penes se pararan, luego esperaron unos minutos para salir.
Una vez en la iglesia parado frente al altar, el príncipe esperaba a Lady Sofía para llevar a cabo su farsa, los dos jóvenes fingían una felicidad que no tenían.
Luego de los minutos más intensos de sus vidas, el arzobispo los declaró marido y mujer. El duque de Rodlein y el Archiduque Francisco Fernando se sonrieron.
La primera noche después del casamiento los esposos pasaban toda la noche para consumar el matrimonio, al día siguiente a primera hora irían de luna de miel.
La ahora nombrada princesa Sofía llegó asustada a su primera noche con el príncipe, entró tímida y cabizbaja.
Philip: _ Ven acércate, no te quedes ahí y cierra la puerta.
La princesa cerró la puerta y se aceró a la cama del príncipe quien tenía dos copas de champaña en las manos.
Philip: _ No tengas miedo, entra a la cama conmigo.
La muchacha todo momento estaba en silencio, no quería hablar, no estaba emocionada de entregarse con a un hombre que no amaba.
Philip: _ Por favor almenos di algo para no sentir que estoy hablando solo.
Sofía: _ Lo siento su majestad, solo que estoy muy nervioso.
Philip: _ Bueno entonces tómate esta copa para que liberes tenciones.
La princesa bebió toda la copa.
Philip: _ ¿Ya mejor?
Sofía: _ Si, creo que la necesitaba.
Philip al igual que ella estaba un poco nervioso pera la champaña le ayudó a controlarse y no salir corriendo de ese lugar, luego de unas copas más, el príncipe comenzó a besar a la muchacha quien por dentro sentía morirse, pero ligeramente lo esquivaba. Philip sintió eso.
Philip: _ ¿Qué sucede?
Sofía: _ No sucede nada señor, lo siento – se disculpó la princesa.
Philip_ Entonces mírame.
La princesa no hacía caso.
Philip: _ Sofía, mírame por favor.
La esposa del príncipe giró la cabeza y lo llegó a mirar tímidamente.
_ ¿No me amas verdad? - le preguntó muy amablemente.
_ Señor, si lo amo, lo amo con todo mi corazón, no diga eso por favor – le respondió Sofía atemorizada y casi al borde del colapso.
_ Hey tranquilízate y por favor no mientas – le dijo Philip tomándola de las manos.
La princesa finalmente colapso y comenzó a llorar.
_ Lo siento su majestad, lo siento mucho – repetía ella llorando en sus hombros.
Philip quien sentía lo mismo que ella, no evitó sentir compasión.
Luego de bastante rato la princesa dejo de llorar y se separó del hombro de Philip.
_ Siento que estés pasando por esto, es duro casarse con una persona que no ama.
_ Siento mucho lo que dije, pero no se preocupe, cumpliré con mi deber de esposa, en el futuro estoy segura que terminare enamorada de usted – decía ella – Solo hágame su mujer ahora mismo.
Sofía comenzaba a desvestirse, pero Philip la detuvo.
_ ¿Acaso no desea hacerme el amor, señor?
El príncipe se tomó lo que quedaba de la botella de champaña.
_ Siéntate que te tengo que decir algo.
La princesa hizo caso.
Philip tomó aire profundamente y habló.
_ Yo tampoco estoy enamorado de ti.
Sofía no podía creer lo que estaba escuchando.
_ ¿Sorprendida no? Yo también amo a otra persona.
_ Lo siento su majestad, no sé qué decir.
_ descuida.
_ Seguro debe ser una plebeya.
_ No, no es tan fácil ¿en tu caso sí?
_ En mi caso el hombre que amo es un simple comandante de la guardia real británica. ¿Pero si en su caso no es una plebeya, entonces quién?
Philip la miro y tomándola de los brazos dijo:
_ Si te lo digo prométeme que nunca se lo dirás a nadie.
_ Se lo prometo señor, ¿tan grave es?
_ Es tan grave que de saberse acarrearía mi muerte.
La princesa se sorprendió por la gravedad del asunto.
_ Bueno si es así como usted dice será mejor que no me lo diga si no quiere.
_ No Sofía, ya que te has sincerado conmigo es justo que yo lo haga contigo.
_ Entonces adelante su majestad, me llevaré este secreto a la tumba.
Philip respiró profundamente y exhaló.
_ La persona de la cual estoy profundamente enamorado, no es una mujer, es un varón, me gustan los hombres.
La princesa se llevó las manos a la boca como muestra de su sorpresa.
_ Cuanto lo siento mi príncipe, sin duda usted está sufriendo más que yo, usted tiene un sufrimiento doble, por la magnitud de su confesión.
_ Descuida, antes de casarme contigo, me casé en secreto con mi novio, bueno ahora es mi esposo, y lo mejor de todo es que mis padres lo saben, solo que yo acepté voluntariamente casarme para no quedar mal.
_ Entonces los reyes están enterados y lo apoyan.
_ Afortunadamente sí.
_ Usted tiene uno padres muy buenos.
Philip volvió a respirar profundamente.
_ Me he sacado un gran peso de encima.
_ Gracias por confiar en mí señor, su secreto está a salvo conmigo.
_ El tuyo también está conmigo ¿Y ahora qué hacemos?
_ Bueno supongo que consumar el matrimonio, es el protocolo.
_ ¿Tú quieres Sofía?
_ Yo acepto lo que usted diga, señor.
Philip se acercó a ella y comenzó a besarla, ambos se quitaban la ropa lentamente, pero algo pasaba o más bien dicho, algo no sucedía y era que la verga de Philip no se erectaba, puesto que las mujeres no le excitaban sexualmente.
_ Lo siento Sofía, eres muy bella pero no siento deseo sexual hacía ti.
_ No se preocupe, tal vez solo sienta deseos por su pareja.
El príncipe tuvo una idea.
_ Te molestaría si lo llamo.
_ Pero señor yo soy solo su mujer no de nadie más.
_ Te prometo que si no quieres él no te tocará, solo será para excitarme.
La princesa se mostraba contrariada, pero ante todo debía cumplir su papel como esposa y obedecer en todo al príncipe, total el único fin que tenía era procrear hijos y así no ser tocada durante largo tiempo por el príncipe.
_ Está bien señor.
Philip se vistió y fue a buscar a Italec, le contó rápidamente lo que sucedía y volvieron sin ser vistos por nadie.
_ Mi señora, buenas noches – dijo Italec y se disculpó.
La princesa se ruborizo y se cubrió.
_ Sofía, él es Italec mi esposo. ¿Verdad que es muy guapo?
_ Sí señor, es muy guapo – respondió tímidamente ella.
La situación era muy bizarra pero no se iban a dar para atrás.
_ Philip comenzó a desvestirse e Italec hizo lo mismo.
_ Si quieres puede cubrirte lo ojos – sugirió Philip-
A la princesa le pareció muy buena idea y así lo hizo se cubrió los ojos y se dejó guiar por su esposo.
Sentados en la cama Philip la comenzó a besar e Italec detrás de él hacía lo mismo, pero en la nuca y en el rostro.
La idea estaba funcionando puesto que Philip ya se empezaba a excitar y se veía reflejado en su verga, por su lado la princesa solo quería que esto acabe no por el acto, sino que le estaba comenzando a gustar, y sentía que traicionaba a su amado.
Philip tocaba a su esposa por todos lados y ella se erizaba, lo mismo le sucedía a él ya que su marido recorría todo su cuerpo causándole la misma sensación.
Italec se puso de pie sobre la cama y ubicó su pene a la altura de la boca de Philip y comenzó a chuparlo alternándose con la boca de la princesa, posteriormente el príncipe decidió compartir el falo de su amaba y acercó los labios de su esposa al pene de su marido, y se comenzaron e besar interponiendo a la verga entre sus labios, mientras chupaban a la vez, sus bocas se encontraban y se unían en el glande.
Ahora se turnaban, Philip chupaba un momento y la princesa otro hasta atorarse, luego Italec se arrodillo también a la cama y comenzó a besar a la princesa y a tocarle los pechos, y la vagina. Esta experiencia también era nueva para él, era la primera vez de ambos esposos con una mujer.
Sofía se acostó, Italec aprovecho para bajar y hacer lo que su instinto le indicaba, mientras que Philip se acomodaba para meter la verga en la boca de su esposa.
La princesa gemía ahogadamente, Italec le producía un inmenso placer, el hombre lobo al cabo de unos minutos llamo a Philip a la zona donde él estaba, de ese modo ambos le chupaban la conchita a Sofía y al mismo tiempo sus labios se besaban.
_ Fóllala primero – le dijo Philip.
Italec obedeció y la puso en perrito, delicadamente le metía su gran verga por la vagina mientras ella gemía placenteramente, el príncipe al lado besaba a su novio mientras con excitación veía tal escena.
_ Inténtalo tú – le dijo Italec retirándose.
Philip tomó el sitio de su esposo, e intento penetrar a la princesa, pero su pene comenzó a ponerse flácido.
_ Déjame intentar algo – le dijo Italec.
El lobo se colocó detrás de él, escupió su verga y comenzó a traspasar el ano de su esposo, la verga de Philip automáticamente se puso bien dura y pudo penetrar a la princesa, que también gemía al recibir la pinga del príncipe.
Italec le daba dura a Philip quien gemía fuertemente, este a su vez follaba de manera intensa a la princesa.
Philip se sentía muy bien y en confianza al tener a Italec cerca, pues eso le permitía cumplirle como hombre a Sofía.
A la princesa le venció el cuerpo y se acostó en la cama, los hombres seguían follando, mientras Italec le daba duro a Philip, este ultimó le chupaba la vagina a su princesa.
Posteriormente se separaron, Philip se acostó encima de Sofía en la posición del misionero E Italec le metió la verga al príncipe.
Sofía acostada, Philip en medio de los dos, penetraba y a su vez era penetrado por su marido, los tres estaban pasándola de maravilla, cuando de pronto Philip y la princesa comenzaron a eyacular, el príncipe finalmente consumo el matrimonio y dejo su esperma dentro de su esposa.
Italec después de unos segundos se vació dentro de su esposo.
La princesa Sofía todo el tiempo estaba con los ojos cubiertos, y cuando sintió incomodidad se lo caso, al hacerlo vio la cara de su esposo y la de Italec, sintiendo cierto remordimiento.
_ Señor, casi no puedo respirar – dijo ella .
_ Lo siento – respondieron los otros, separándose.
_ Sofía gracias por permitirme hacer esto – agradeció Philip.
_ No se preocupe su majestad, soy su esposa y le obedeceré en todo.
Philip notó la extrañeza en el rostro de la princesa.
_ ¿Sientes remordimiento verdad?
_ Así es su majestad, antes solo me había entregado a mi hombre.
_ Ya veo, ¿Así que no eres virgen?
_ No señor, lo siento.
_ Descuida, no tienes por qué disculparte, es normal que te hayas entregado primero al hombre que amas.
Sofía se sintió aliviada.
_ ¿Sofía tú novio aún sigue vivo?
_ Sí señor, ¿por qué me pregunta eso?
_ Si lo traigo al palacio, y secretamente permito que conviva contigo, ¿aceptarías?
_ ¿Enserio haría eso por mi señor? Sería la mujer más feliz del mundo.
_Entonces me encargare de hacer que él venga aquí contigo. Podrán tener una vida juntos.
_ Eso sí, tu y yo antes el resto seremos esposos, ya te encargaras de convencer a tu novio.
_ Si su majestad así será.
_ Perfecto.
_ ¿por qué hace esto?
_ Pues no se me hace justo que tú estés atada a mi extrañando y amando a otro hombre, mientras que yo lo tengo a mi lado.
Sofía de conmovió por las palabras del príncipe y le agradeció con lágrimas en los ojos.
Tal como lo había advertido Julissa el rey Ulises constantemente recibía invitaciones de Austria- Hungría con la finalidad de tenerlos como aliados, pero siempre lo rechazaba cordialmente sin embargo Austria-Hungría no se quedaría tranquila.
_ Ulises se niega a formar parte de nuestra alianza – comentaba el archiduque Francisco Fernando mientras se servía una copa en su oficina.
_ Ese infeliz con su tonta política pacifista ya me está colmando mi paciencia – replicaba el duque de Rodlein.
Archiduque: _ Le he ofrecido anexar uno de los territorios conquistados, pero aun así se ha negado.
Duque: _ Y no lo necesita, con el ejercito que posee puede conquistar el territorio que quisiera.
Archiduque: _ Con su imperio de nuestro lado, estaríamos en una gran ventaja, toda Europa y el mundo entero nos temerían.
Duque: _ Tenemos que lograr algo pronto de lo contrario nuestros enemigos podrían persuadirlo.
Archiduque: _ Eso no va a suceder, veo a Ulises muy obstinado. Incluso dejara de vender armamento.
Duque: _ Idiota, no se da cuenta que con nosotros su poder aumentará. Entonces tenemos que cambiar de estrategia.
Archiduque: _ ¿Qué sugieres?
Duque: _ Si usted antes quería tenerlos de aliados, por qué mejor no lo conquista.
Archiduque: _ Es una idea excelente.
Duque: _ Obvio el proceso de conquista no será de la noche a la mañana, pero primero podemos por empezar desestabilizando el reino.
Archiduque: _ ¿ No me digas que es lo que estoy pensando?
Duque: _ Así es Ulises tiene que morir, y como bien sabe mi hija está casada con su hijo, el muchacho hará lo que nosotros queramos.
Archiduque: _ Primo te encomiendo esa tarea, encárgate de todo y serás muy bien recompensado.
Duque: _ Como tú digas primo, así lo haré.
Los dos hombres brindaron con wiski en la oficina del archiduque.
_Cirlo, estoy embarazada – le confesaba Diana al hombre
_ ¿Qué? ¿Me estas bromeando verdad? – dijo Cirlo levantándose de la cama.
_ No Cirlo, es verdad, estoy esperando un hijo tuyo.
_ ¿Pero no me jodas Diana, tres años que venimos siendo amantes y te vienes a embarazar a estas alturas?
_ Lo sé, no calculé bien mis días fértiles y pasó.
_ Te das cuenta la edad que tengo y la que tienes tú, podría ser tú padre.
_ Eso también lo tengo presente y me aterra la idea, que dirá la gente.
_ ¿estás segura que es mio?
_ Me has creído una cualquiera.
_ No es eso, baja la voz.
_ No sé qué vamos hacer.
_ No queda más de otra que tenerlo. No estaba en mis planes tener otro hijo.
_ ¿Así nada más? Y yo voy a quedar como una cualquiera con el hijo bastardo del general.
_ Dios que dramática eres, ¿No me digas que te quieres casar?
_ Pues sí, sería la única opción.
_ En la noche voy a pedir tú mano.
_ Es un alivio saberlo.
_ ¿Qué crees que dirá tu padre?
_ Estará encantado y no se negará.
Palabras erradas de Diana pues si bien es cierto su padre no se negó por ser un subordinado de Cirlo, pero no estaba encantado, después de que Cirlo fuera a pedir la mano de su hija, él hombre estalló en ira, no se iba a quedar tranquilo, tenía las ganas de cobrar venganza, es así que planeó entrar a casa del general esa misma noche y matarlo, esa decisión fue un error fatal.
El padre de Diana en medio de la oscuridad entró sigilosamente a la casa de Cirlo, no fue escuchado por nadie, examinó la casa buscando las habitaciones, mientras se acercaba pudo escuchar unos gemidos que venían del segundo piso.
En la habitación de Cirlo, se encontraba el príncipe Philip disfrutando de una de las buenas folladas del general.
Al abrir un poquito la puerta pudo ver la escena que lo impactó muchísimo, después de ver por un momento con repulsión, empujo completamente la puerta abriéndose de golpe, los amantes se separaron rápidamente y se pusieron de pie al lado de la cama.
_ Así que nuestro respetadísimo general y nuestro futuro rey, son un par de maricas.
_ Mauro, mucho cuidado con lo que dices, respeta al príncipe y a tu superior – dijo Cirlo frunciendo el ceño.
_ ¿respetó? Ustedes dos no merecen respeto, son dos pecadores, el rey Ulises se tiene que enterar de eso.
_ Lo podemos conversar Mauro, puedo darte lo que tú quieras – trató de persuadir el príncipe.
_ No quiero ningún tesoro, lo único que deseo es vengarme por lo que esté le hizo a mi hija.
_ Cirlo ¿Qué está pasando?
_ ¿Qué? Aun no le has dicho.
_ Diana está esperando un hijo mio – dijo Cirlo.
_ Ahora ya lo sabe, mi amigo, con él que prácticamente crecimos juntos, embarazó a mi hija – decía Mauro lamentándose. - ¿Cómo se sentiría usted?
_ Es bastante duro de asimilar, pero estoy seguro que podemos arreglarlo – hablaba el príncipe.
_ No hay nada que arreglar, Cirlo pagará con su vida, y usted también príncipe por marica.
De pronto una espada atravesó el pecho de Mauro desde la espalda.
_ Tomy no, ¿Qué hiciste? – preguntó el príncipe impactado.
El príncipe Philip quiso acercarse, pero Cirlo no lo dejo.
_ Es mejor así su alteza, nadie debe saber nuestro secreto – dijo Cirlo.
_ Lo siento Señor, no había otra manera – se disculpó Tomy.
GRACIAS POR SU ESPERAR HASTA AQUI OTRA PARTE DE SU SAGA FAVORIOTA. ¡ACERCANDOSE AL FINAL!
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