Hombre lobo viii - cabo suelto

Historia gay de ciencia ficción con criaturas y bestias de leyenda. Contenido explícito de sexo, acción, incesto, aventura y más

HOMBRE LOBO VIII - CABO SUELTO


Desde su tenebroso castillo Zigor exaltado de furia hablaba con su fiel sirviente Yanick.

_Esos malditos lobos, se están multiplicando. Ahora hay uno más en su asquerosa manada.

_ Así es señor, pero es uno muy joven.

_ ¿Y no pudieron exterminarlo? – le gritó Zigor.

_ Lo siento señor, la próxima vez iré yo personalmente.

_ ¿Para qué? Para que te vuelvan a matar otra vez, inútil. Solo les encomendé traerme al hijo del rey y fallan otra vez.

_ No volverá suceder señor. Además….

_ ¿Además que?

_ Es que, por alguna extraña razón, esta vez no pudimos rastrearlos, han aprendido a ocultar su presencia.

_ Eso es obra de las Rase, algún encantamiento les han puesto a esos lobos. Tenemos que encontrar su escondite y destruirlas juntos con los ellos – mencionó Zigor molesto

_ Vera que muy pronto así será.

_ Por ahora vigila muy de cerca Villa de Reyes, no es casualidad que hayan estado justo ahí ese momento, están protegiendo el reino.

_ Así será señor.

Zigor luego de esa conversación; tomó a Yanick casi a la fuerza como si lo estuviera violando, sacando toda la ira que sentía, su sirviente solo se dejaba hacer todas las vejaciones sexuales que a su amo se le ocurría.


El rey después de esa conversación decidió guardar el secreto de su hijo como si fuera suyo, ni siquiera se lo diría a la reina, cualquier tipo de insinuación respecto a la sexualidad del príncipe conllevaría a un grave escándalo que terminaría con la muerte de su primogénito, y era algo que el rey no soportaría, amaba tanto a su hijo que lo aceptaba tal y como era muy a pesar de las reglas estrictas del reino con respecto a las relaciones de dos varones.

La molestia del príncipe aún no se iba, de alguna manera se sentía defraudado, le entregó toda su confianza a Italec y este le ocultó algo muy importante, estaba herido.

Unos cuantos días pasaron y el lobo por todos los medios intentaba hacer que su novio le dirigiera la palabra, pero era en vano. Cirlo se percató de la situación y la sintió como una oportunidad para llevar a cabo su perverso plan, pero no tan al pie de la letra como Catarina le había encomendado, pues tenía sus propias intenciones.

Aquella vez que el rudo general descubrió al príncipe teniendo relaciones con Italec, despertó en él un oscuro deseo que hasta el momento solo experimentaba con su hijo, el matarlo pasaba a segundo plano, ahora quería poseerlo con o sin su voluntad, deseaba hacerle todo lo que le hace a su hijo en la intimidad.

La confianza del príncipe en Cirlo aumentaba, lo escoltaba a todos lados, solo se separan cuando el general se iba a su casa, o cuando dejaba sus labores para ir a complacer sexualmente a la princesa Catarina, quien todo el tiempo aprovechaba recordarle el plan a su amante y recalcarle a quien le debe su lealtad, pero Cirlo ya tenía sus propios planes.

Una noche Cirlo estaba intranquilo, se movía de un lado a otro sin poder dormir, en su mente solo rondaba someter al príncipe como a dé lugar, así que evaluándolo bien decidió dar rienda suelta a sus bajos instintos, se puso de pie y se vistió para salir de madrugada directo a los aposentos del príncipe.

Señor, discúlpeme por entrar de esta manera – se disculpó Cirlo.

Descuida Cirlo, de todos modos, no podía dormir – dijo el príncipe.

_ Yo tampoco puedo dormir señor, pensaba en dar una vuelta por el bosque.

Lo que acababa de decir Cirlo despertó el interés del joven Philip.

_ ¿Enserio? Quiero ir contigo, estoy demasiado aburrido.

_ Como usted desee mi señor.

El príncipe se vistió y salieron del castillo con cuidado, sin ser vistos por nadie, se adentraron en el bosque.

_ Definitivamente, esto era lo que necesitaba – dijo Philip respirando profundamente .

_ Lo mismo digo Señor.

_ ¿Sueles hacer esto a menudo?

_ Generalmente, sí.

_ Genial, cuando no pueda dormir vendré.

_ ¿Vendrá solo?

_ Claro, no tengo ningún problema, además se cómo defenderme solo.

_ Si usted quiere puedo escoltarlo como siempre lo hago, además es peligroso para usted que ande en el bosque y mucho más de madrugada.

_ Caramba Cirlo, descuida, tienes una vida.

_ Señor es un honor para mí servirlo, no me causa ninguna molestia, además su padre me ordeno que no lo pierda de vista.

_ Ay mi padre, mi padre. De acuerdo – Dijo el príncipe resignado.

_ Señor solo el rey se preocupa por usted, cualquier padre haría eso por su hijo, más aun siendo el heredero al trono.

_ Yo lo sé, pero todo es abrumador para mí, a veces solo quisiera ser una persona normal, no ser nadie importante y simplemente vivir mi vida a mi manera y con la persona que yo quiera.

El príncipe dijo eso último simplemente por impulso, pero aquellas palabras fueron aprovechadas por Cirlo para ejecutar su plan.

_ Debe ser fatigoso es para usted tener que seguir todo el protocolo real.

_ Ni que hablar, me dicen como tengo que comportarme, como tengo que comer, que cosas leer, es no tener libertad para hacer prácticamente nada – le dijo el príncipe mirando y dando pequeñas vueltas por el lugar.

Cirlo estaba parado viendo moverse a Philip, especialmente su redondo y bonito trasero adolescente.

El príncipe seguía hablando como desfogando todo lo que sentía sin darse cuenta de las reales intenciones del general.

_ Incluso lo peor de todo es que no puedo elegir con quien casarme, ya tengo un matrimonio arreglado a los 18 años. ¡A los 18! – exclamó.

_ Imagino lo frustrado que debe de sentirse al saber que se casará con una persona que no quiere. – mencionó Cirlo – Además si a quien ama es a otra persona.

Philip se detuvo en seco y se puso nervioso.

_ ¿Qué dijiste Cirlo?

_ Que debe ser muy duro para usted casarse amando a otra persona, y mucho más duro si la persona con la que quiere estar es alguien de su mismo sexo.

El príncipe se sintió descubierto después de lo que Cirlo dijo, poniéndose de mil colores, hablo tartamudeando.

_¿Qué qué cosas dices?

Cirlo respondió con una sonrisa maliciosa.

_ ¿Tengo razón verdad?

_ Estás muy equivocado, yo no soy eso que insinúas – le contestó Philip molestándose.

_ Príncipe, conmigo no es necesario que lo niegue, vi como su noviecito Italec lo tomaba usted como si fuese una mujer a la orilla del lago.

Philip se aterró al escuchar eso.

_ Por favor Cirlo, no le digas nada a nadie, si lo haces puedo morir.

Cirlo terminó por acercarse a Philip y le puso un dedo en los labios como para silenciarlo, gesto que tomó por sorpresa al joven.

_ shhhh, calma señor, no pienso decir absolutamente nada, su secreto está a salvo conmigo.

_ ¿enserio Cirlo?

_ Así su majestad, yo nunca traicionaría a mi príncipe y futuro rey.

_ Gracias Cirlo, es un alivio escuchar eso. ¿Cómo podre agradecértelo?

_ Si su majestad en verdad quiere agradecerme, ¿usted de hacer algo por mí?

Al decir esas palabras Cirlo atrajo al príncipe hacía él, teniéndolo firmemente rodeado por la cintura, y el torso del joven pegado al cuerpo del robusto hombre.

_ Hey Cirlo ¿qué pasa?

_ Lo que pasa su majestad es que desde que lo vi aquella vez, me atrapó un deseo, deseo que nunca antes había sentido.

_ Cirlo suéltame te lo ordeno.

_ No obedeceré esta vez su majestad, tengo ganas de tenerlo muy cerca de mí – le confesó intentando besar sus labios.

Philip movía la cabeza de un lado al otro intentando esquivar los besos del hombre, pero este no se rendía sin embargo logró besarlo cerca de los labios, rostro y cuello.

_ No se resista príncipe, entréguese a mí, que lo haré sentirse toda una hembra – dijo – Sienta como mi verga esta dura – y le restregó la verga en su abdomen.

_ Cirlo por favor, suéltame.

_ No señor está noche, usted será mio.

El príncipe al ver que todo lo que le decía no servía de nada, tomó fuerza y se liberó.

_ Mientras más se resiste, más me excita.

_ Aléjate – dijo el príncipe sacando su espada.

_ Con que quiere jugar a las espaditas – dijo Cirlo lujuriosamente.

El general saco su gran verga ante la mirada atónita del príncipe.

_ Cirlo por favor para con esto, y perdono tu insolencia y olvidaré por completo esta noche.

_ Apuesto que desea jugar con mi espada, mire, es grande y venosa como seguro le han de gustar – le decía Cirlo golpeando su pene con la palma de su mano.

EL príncipe aún tenía amenazado al general con la espada, pero este no hacía caso a las advertencias.

_ Señor sé que está deseando probar mi verga, anímese, nadie se va a enterar.

Cirlo se acercó sin miedo y agarró la punta de la espada con su mano.

_ Su majestad, si no quisiera, hace rato me hubiese enterrado la espada en el abdomen.

Philip retiro bruscamente la espada cortando la mano de Cirlo. El general miro su mano ensangrentada y rio.

_ En vista de su negativa, me temo que tendré tomar lo que deseo a la fuerza.

Philip se asustó y retrocedió, pero al hacerlo tropezó y cayó de espaldas.

Cirlo se tendió encima de él aprisionándolo con su cuerpo e intentó besarlo, esta vez consiguiéndolo a medias.

_ Mientras más se resiste más me prende mi lindo príncipe.

_ Cirlo, basta por favor, no me hagas esto .

El príncipe gritaba que parara, pero el hombre no hacía caso.

Cirlo volteo bruscamente al príncipe quien intentó escapar a rastras, pero el otro como era más fuerte lo logró someter aplastando con una de sus manos la cabeza de Philip contra la tierra.

Philip suplicaba que parara.

El bruto hombre con la mano que tenía libre logró bajar a la fuerza el pantalón del príncipe dejando solo descubiertas las nalgas, hizo con mismo con el pantalón propio para más comodidad, y se descubrió el torso.

El príncipe luchaba por liberarse, pero era inútil.

_ Me hubiese encantado hacérselo con cariño, pero en vista que usted no se deja, tengo que hacer esto, pero ya verá que le gustara y querrá que siempre lo folle.

Cirlo frotaba su pene en las nalgas del príncipe, mientras el adolescente gritaba con mucho miedo, posteriormente escupió el ano del joven y cuando estaba disponiéndose a violarlo, una fuerza sobrehumana lo levantó y lo empujó a unos metros del príncipe.

_ Italec – exclamó Philip.

Italec ayudó a levantarse a Philip y lo abrazó, esta vez el príncipe no lo rechazo.

_ ¿Mi amor estás bien?, te juro que lo voy a matar.

_Italec, mi amor que bueno que estas aquí, gracias, amor muchas gracias – le decía el príncipe a su novio mientras se besaban.

_ Hijo de puta, te voy a matar – gritó Cirlo mientras se levantaba.

_ Déjame me encargo de esto – le dijo el lobo a su novio.

_ No por favor Italec déjalo, no vale la pena.

Italec no hizo caso y se acercó rápidamente a Cirlo quien ya estaba parado, el hombre intento atacarlo, pero el lobo lo cogió por el cuello y lo comenzó a levantar del suelo.

Cirlo quien se estaba comenzando a desesperar por liberarse, no podía creer lo que estaba pasando, un simple joven de 16 años tenía tal fuerza sobrehumana que fácilmente lo estaba levantando siendo mucho más pesado y musculoso.

El aire se estaba escapando de los pulmones del general, y por más que intentaba liberarse no lo conseguía.

El príncipe le incitaba a soltarlo, pero la ira de Italec lo cegó al punto que se comenzó a transformar, creciendo en tamaño ante la mirada atónita de Cirlo que termino rodeado por el cuello completamente por la mano peluda del lobo.

Desde atrás Philip le gritaba que lo soltara, pero Italec otra vez no lo escuchó y violentamente abrió sus fauces y mordió la yugular arrancando una parte de su cuello, el príncipe corrió hacía donde estaba y sin miedo le tocó la espalda, el hombro lobo al sentirlo volvió en sí y dejó caer al moribundo Cirlo.

Italec volvió a su forma humana y automáticamente ambos se abrazaron y besaron.

El príncipe levantó la cabeza sobre el hombro del lobo para ver el cuerpo de Cirlo.

_ No mires mi vida – le dijo Italec.

_ Esta muerto – preguntó Philip

_ Al parecer si – respondió Italec – Vámonos de aquí.

_ Lo vamos a dejar ahí.

_ Si, ese cerdo se lo merece.

Los novios caminaron hacía la cabaña, Philip ya se encontraba más tranquilo una vez pasado el susto inicial.

_ ¿Cómo me encontraste? – le preguntó Philip a Italec.

_ Sentí que estabas en peligro.

_ ¿Cómo así?

_Tal vez no lo sepas, pero los hombres lobo cuando nos enamoramos, creamos una conexión con nuestra pareja, por eso pude sentirte.

Se tornó un silencio incomodo en el ambiente.

_ Italec por favor perdóname, mi amor, perdóname por rechazarte todo este tiempo cada vez que querías verme.

_ Mi amor perdóname tú a mí por no decirte nada sobre mi condición.

_ No mi amor ni lo digas, lo he comprendido todo, ya no importa.

_ ¿Entonces me perdonas? – preguntó Italec.

_ Si mi amor te perdono – respondió - ¿Tú me perdonas?

_ No hay nada que perdonar amor.

Los dos se fundieron en un acalorado y apasionado beso dejándose caer en el sofá.

La verga de Italec creció y Philip la sintió pues el lobo estaba desnudo.

_ Amor espera por favor, tus tíos – mencionó Philip

_ No están hoy, algunas veces salen y se pierden por el bosque toda la noche.

_ Entonces, no vendrán hoy.

_ No amor tenemos la casa para nosotros solos.

Philip comenzó a sacarse la ropa, pero antes Italec dejando a un lado la calentura, lo detuvo.

Italec: _ ¿Estás seguro que quieres hacerlo?

Philip: _ Si amor, completamente seguro.

Entonces siguieron con lo suyo y el príncipe quedo completamente desnudo con el pene erecto, Italec se acostó encima de él moviéndose para frotar sus erecciones.

Italec tomó por segunda vez al príncipe y le hizo el amor en el sofá de la sala por varios minutos hasta que ambos se eyacularon y cerrando los ojos, abrazados los dos, se quedaron profundamente dormidos, hasta que en algún momento de la madrugada, el lobo se despertó y cargando en brazos al príncipe lo llevó hasta la habitación y lo colocó en la cama, y nuevamente abrazándolo, volvió a dormir.


Mientras el príncipe e Italec pasaban su momento de pasión, Cirlo estaba comenzando su transformación, pues el hombre lobo al morderlo le impregnó en el torrente sanguíneo el veneno de licántropo. Italec olvidó por completo ese detalle y no lo asesinó, dejando así un peligroso cabo suelto.


MUCHAS GRACIAS POR LA PACIENTE ESPERA.

AGRADECIMIENTOS ESPECIALES A TODAS LAS PERSONAS QUE ME ESCRIBEN Y ME COMENTAN, DE VERDAD ME ANIMAN A SEGUIR.

MI CORREO sexualesr@gmail.com