Holocausto, estrella de Davíd V ...Lamentos...

¡Ciudadanos de Hoorn, rendíos Ya, O acabareis como vuestros compatriotas! PENÚLTIMO CAPITULO Ha comenzado la agresiva Alemana es posible que paremos en campos de concentración, entonces me pregunto ¿que es mas valioso la vida de los que amo o la mía? matar todo lo que he sido ha este momento

Escribí este párrafo varias veces y aun sigue pálido ante lo que intento decirles, estoy feliz… totalmente cuando comencé a escribir este tomo impulsado por mi maestro, solo pensaba hagámoslo perfecto me gusto averiguar hasta el cansancio; aun creo que Andreas es la clara imagen de lo que yo soy y Adam bueno… del chico que me cautivaría. Escribí con corazón luego de mis memorias me siento orgulloso de esto y… gracias por haberme acompañado hasta acá ustedes mis damas y Caballeros son inspiración.

HOLOCAUSTO, ESTRELLA DE DAVID.

Viernes, 30 de marzo de 1941.

Querido David:

David me temo que con lo de Adam te he dejado al margen de lo que ocurre en estos tiempos, hay voces de esperanza en el ambiente: los ingleses cada vez actúan con mas fiereza dentro de este continente y el africano, como táctica también han bombardeado barcos mercantiles cuyo destino sea Alemania; no puedo evitar sentir miedo con esto último, recuerda que mi padre es importador de encomienda, aún no hemos recibido malas noticias pero puede que llegue el momento en que esto nos afecte, por otro lado está Adam: cuando salga de aquí con su familia será en un barco de mercancía con destino a puerto inglés. ¿Ves la magnitud del riesgo?

Alemania se encuentra molesta: Hitler le ha echado la culpa a sus ministros, comandantes y diputados; como compensación estos bombardearon sobre Londres, lo más aterrorizante viene cuando la RAF (real fuerza Aérea inglesa) bombardea sin pudor Hamburgo, Bremen y la misma Berlín. Una cachetada a Hitler. Me temo ninguno se detiene a pensar en las vidas inocentes que se están perdiendo.

Te he hablado de la actitud lamentable de los italianos son copia barata, y mala copia por cierto, bueno, han demostrado que sin Alemania no pueden mantener sus triunfos: los ingleses ganan victoria sobre Italia en Grecia. No hay que ser ideólogo para imaginar que pasara en próximos días se quejara con su padre…

Y para terminar de contarte Estado Unidos ha firmado la ley de préstamo y arriendo a países aliados como China, Reino Unido, la URSS y Francia. No hay ayuda sin segunda intención.

Entrando a temas personales, Adam está distante, yo diría molesto conmigo, te preguntarás cuándo paso, no lo sé con certeza; te contaré lo que ha sucedido.

Hace cuatro días caminábamos hacia el colegio, totalmente divertido con miradas que se nos cruzaban y uno que otro roce de manos, me gusta verlo sonreír totalmente ruborizado intentando guardar la calma, al llegar al colegio estaba un poco más lleno, al parecer, el miedo ha cesado con las buenas noticias del exterior, al tener el salón lleno el profesor Kugler nos pidió el favor que nos sentáramos atrás que a fin de cuentas somos de los más altos.

Nos sentamos en los puestos de atrás apoyados en la pared, hoy la juventud no judía estaba tranquila por decir menos insultante lo que nos permitió sentir tranquilidad, hasta al profesor se le veía mejor, adoro matemáticas me parece interesante y realmente importante, mas Adam la ve aburridora y agotadora se pierde en un segundo a pesar que… debo reconocerlo, aprende rápido.

De vez en cuando el profesor proseguía y me dejaba explicarle, tomé su cuaderno y su estilográfica, paso a paso mostrándole como se resolvía cada ejercicio, en una de esos tomó mi mano por mucho tiempo obligándome a detener mi labor y mirarlo a los ojos, se había apenado y giró su rostro con una sonrisa.

-no expliques tan rápido, me objetó.

-pensé que te gustaba rápido, le deje pícaro apretando mi labio con los dientes dirigiendo mi mirada a su polla.

Cuando terminé de explicarle, bajé mi mano a su pantalón sin dejar de mirar su cuaderno y se la apreté suavemente, acariciando el contorno  de su paquete pero hasta yo sabia que no era apropiado. Me detuve y aguanté las ganas hasta la salida.

-vamos a la biblioteca, le propuse.

El afirmó, tomamos nuestras cosas y salíamos del lugar cuando el maestro lo llamó, quizás hablaría de su rendimiento, preferí decir que lo esperaba a fuera evitando comenzaran a compararnos; tome su mochila junto con la mía y salí.

-en el patio, le reiteré antes de cerrar la puerta.

Lo esperaba en ese lugar cuando una mano me tocó el hombro, gire evocando una sonrisa pero agaché la mirada cuando en frente de mí estaba la muchacha esa con la que me lié aquella tarde, había acomodado su cabello, se notaba mas rizado y cuando la saludé lo tiró hacía tras con una mano, sus ojos miel brillaban intensamente y el sol hacia brillar su tono dorado. Sus labios se mostraban húmedos y los removía con ansiedad.

Se acercó a mi rostro con su botón semi desapuntado, miré sus piernas y pasé un poco de saliva, me sigue pareciendo hermoso el cuerpo de una mujer aun así no me sentía atraído a algo importante con ellas.

-¿Cómo estás?

-bien, en lo posible ¿y tú?

-excelente ahora que te veo, estos días con la guerra y eso me he sentido mal, y he pensado seriamente en la muerte.

-pensaste, dije retirándola un poco –en la muerte.

-si el tiempo en vida es valioso; por eso que te parece si vamos atrás y… antes que terminara la frase se acercó para besarme, pero coloqué mi mano en sus hombros y la retiré en un acto de repelencia.

Adam podía salir en cualquier momento  y no era apropiado que me mirara con ella, y vamos, es una mujer tras del hecho estúpida, no permitiré que me cause problemas, caminé y ella me siguió atrás cuando llegamos a la biblioteca deje las maletas en el suelo le tomé de las manos, la miré fijo pasando un poco de saliva.

-dijiste que lo olvidaríamos, no quiero lastimarte.

-lo sé pero… se soltó de mis manos y antes que la mirara me besaba el cuello no había podido reaccionar  hasta que me tomó de la cintura y pensé en el.

(Cae un libro)

El sonido nos separo en instantes, pero luego lo dejamos pasar y ella pretendió volver a lo mismo.

-mira… deje evitando zafarla –espera… ¡que pares! Ella se mostró descontrolada casi molesta, respiré profundo y le dije –lamento decírtelo pero no quiero nada, NADA contigo, no te me acerques, no me hables, no me mires, no me busques; eres una gran mujer mereces algo mejor.

Ella se separó de mí y con lágrimas en los ojos –entiendo… fue lo que pronunciaron sus labios al alejarse.

Cuando salí, Adam estaba en el patio, le entregué la mochila, pero no me sonrió, incluso evitó mirarme, le dejé hacer, miré que tenia algo en la mano que empaco con rapidez, le miré intrigado me respondió que eran unas cosas que le dio el profesor, me pareció sin importancia.

Le sonreí pícaro, guiñándole el ojo acaricié su espalda –vamos.

-déjame quieres… y con eso salió corriendo dejándome con la mano levantada y la boca abierta.

David, no he llegado a comprender el corazón humano le tratas de la mejor manera para no lastimarle y sales lastimado; las relaciones son una dependencia por eso terminan mal.

Aun sabiéndolo, entonces, ¿por qué me duele…?

Tuyo,

Andreas Russell.

Sábado, 19 de abril de 1941.

Querido David:

Adam guardaba silencio en una esquina de mi habitación, se entretenía con cualquier cosa o simulaba hacerlo, llevaba días así; podría decirse que me evitaba pero algo dentro de él era mas fuerte y le exigía verme, pero cuando lo hacía simplemente era un idiota que me miraba y si le miraba cambiaba el matiz de su rostro y todo en él parecía ser sombrío y triste. Me he esforzado es la única persona que conoce algo más de mi que un chico malo pero es tan angustiante verlo así.

Yo controlaba mi respiración es mi única arma para no estallar en cualquier momento, me acerqué a él y le tomé de la cintura, le sonreí cuando me miró pero él me correspondió de una forma falsa y dirigió su mirada a otro lugar; necesitaba saber si aun me quería o si ya el cariño se había vuelto una dependencia. Le apreté aun más a mí, acaricié su abdomen sobre la ropa y me recosté en su hombro, propinándole unos cuantos besos.

Subí a su cuello, chupe el lóbulo de su oreja sin dejar de apretarlo contra mi cuerpo, sentía como sus piernas se debilitaban, fuego inmediato, lo sostenía con mis manos se apoyó en mi escritorio le seguí besando pasaba por su nuca y terminaba besando su cachete; le giré a mí y le miré fijamente a los ojos, me sostuvo la mirada un instante colocó sus manos en mi camisa y comenzó a desabotonarme. Se agachó para chuparme las tetillas al tiempo que acariciaba mi espalda.

Me empujaba al borde de mi cama, me invitó a recostarme, su boca invadía la mía con ansiedad y desespero, con su mano acariciaba mi paquete que se ponía duro con un solo roce de su mano, me apretaba fuertemente los huevos para luego repasar el contorno de mi paquete; desapuntó mi pantalón y me bajó el cierre, buscó mi pene entre mi ropa interior y en cuanto lo encontró le pajeó despacio, adquiriendo cada vez mayor velocidad, no podía objetar nada mientras su boca ocupara toda mi atención.

Apretó con su pulgar mi glande comenzó a hacerle un masaje en círculos que me tenía a mil, su boca besó mi cuello, mi pecho y se detuvo en mi abdomen para encaminarse más despacio, lamiendo cada centímetro de piel, rozando mi delgada línea de vellos en sus labios,  tomó mi pene del tronco y lo agachó en dirección a mi vientre para que encontrase, su boca me apretaron sus labios y su lengua se movía por el contorno de mi glande; sentía un calor impresionante que de su boca invadía mi cuerpo debí quitarme la camisa para tumbarme en la cama.

Debíamos hacer el menor ruido posible, mi mamá junto con la señora Brander tomaban onces en la sala; mi cintura se contrajo, él colocó su mano entre mis piernas y con su dedo acariciaba mis huevos; humedecía mis labios cada tanto, lo veía a él con los ojos cerrados con sus labios húmedos en sus comisuras llevándosela hasta la garganta y chupándola en cuanto alcanzaba la punta.

Acariciaba su espalda por sobre su camisa, me senté deteniendo su estupenda labor, le invité a subir en su totalidad a la cama lo recosté y cambié de posición, él con mi paquete sobre su boca y yo desabrochando su pantalón, desapunté el botón, le bajé el cierre, acaricié su paquete durante un tiempo hasta que se pusiera totalmente dura, tenía puesto mis bóxer lo que me causó algo de cariño, metí la mano y saqué su pene duro, grueso y babeante; me la tragué de golpe manteniéndola un rato en mi boca mientras me acostumbraba, él comenzó a mover su cintura es lo mas cercano a la experiencia de embestir que él ha tenido a mi lado, apoyé mis manos a costados de su cuerpo y le dejé hacer. Me la metía toda de golpe, podía decir que me dolía un poco la saliva sonaba en el cuarto mientras él por su parte me la chupaba de lado a lado.

Sentía mucha presión en mi abdomen y terminé corriéndome en su boca, el continuó con mayor velocidad, sentía que me quemaba me gustaba gemí su nombre apretando mis cobijas, se detuvo exhalando aire, sus manos tomaron mi cintura y me giraron sin previo aviso.

Me sonrió y volvió a agachar la mirada, intente tomársela nuevamente y contrajo su cintura repeliendo mi acto, me senté en seguida.

-¡me podés decir qué mierda te pasa!

-¡ya! estás bien, eso es lo que importa finalmente. Me contestó de golpe con algo de ira.

-he intentado quererte de la mejor manera ¿Qué te molesta?

-nada.

-qué es nada, deja de ser imbécil anda dime que te molesta.

Me levantaba apuntándome la camisa, abrochando mi pantalón y colocándome los tirantes; me acerque a él que se había sentado apreté mis manos en sus piernas y le miré, le besé, el agachó la mirada le volví a besar.

-¿sabes qué? ve a que te jodan, espeté molesto saliendo girando para tumbar con la mano algunas cosas de la mesa y con un portazo salí de mi habitación.

Bajé sin mirar a nadie, caminé por las calles más cercanas, por las que aun tenía permitido transitar, no podía sentarme en los bancos de el parque ni en la misma calle entonces algo molesto exhalé aire y me quedé en frente de la visión de le naturaleza.

-¿Qué haces acá? Indicó una voz femenina colocando su mano sobre mi hombro.

Giré mi mirada cuando se posó a mi lado. – ¡otra vez tú! Le dije dejando notar mi tono de molestia.

Me miró con normalidad como si no fuese notado mi molestia. –En plan de amiga, no como la chica que “te gusta” por momentos.

-lo lamento, le dije con la mirada erguida hacia las personas en el parque.

-no es culpa de nadie buscar una salida. Me dijo apretando un poco mi hombro. –Solo- guardo silencio. –solo que no siempre es la mejor.

-no debí…

-usarme, completó ella.

Miró en dirección a unos niños que jugaban alrededor de un árbol –cuando los ingleses daban tan buenas noticias, me dije que quizás había esperanza, que quizás viviría; pero por cada paso que dan hay más y más destrucción entonces me pregunto que sentido tiene vivir en medio de la ceniza.

-los valientes reconstruyen, siempre será de esta manera le miré a sus ojos copados por capas de lágrimas.

Le ofrecí mis brazos, ella se abalanzó a ellos apoyando su cabeza en mi hombro, apretándose a mí, suspiré hondamente retirándola de mi cuerpo, para recobrar mi estado.

-cuando estaba a tu lado me sentía segura, por que eres muy fuerte pensé que… todo sería distinto.

-no me gustas en ningún sentido, le dije resignado.

-entonces ¿Por qué me buscaste?

-no lo sé, solo te vi ahí y quise intentarlo.

-no te resultó, dijo sonriéndome con algo de dolor en su mirada.

-Caroline. Me llamo Caroline Lenz.

Las mujeres como ella por más amor que sientan en su corazón por más que intenten comprender el mundo que les rodean no pueden zafarse de la cadena costumbrista que les da sentirse seguras junto a alguien. Me gire en torno a ella la contemple un instante se me hizo tierno, era hermosa.

-vamos a comer algo en la cafetería.

Ella siguió mis pasos a mi lado con las manos atas, su cabello era movido con el viento y sus mejillas se condenaban a un rojo intenso por el mismo.

-¿que quieres comer? Le pregunte intentando cambiar el ambiente.

-no se ummm ¿que quieres tu?

-jajaja no puedes comer lo mismo que yo, no seria justo. Le dije divertido.

-mermelada de fresa con tostada.

-jajaja lo comerás con café… no quisiera ser tu esta noche jajaja.

Caminamos varias cuadras le hacia gracia todo lo que decía y hasta cierto punto, David, ella se me hizo divertida mas alejada de la estupidez femenina se me hizo una chica alegre que no se mortifica por si moriría mañana simplemente alegre; al llegar le abrí la puerta y ale su silla me senté a su lado mirando en dirección a la ventana.

El atractivo joven nos trajo lo que pedimos.

Ella comía sus tajadas con mermelada y café que me daban una sensación extraña en el estomago, le mire y parecía gustarle.

-en dos días me iré de Hoorn, dijo dejando de un lado la taza de café.

Se tenia un aire nostálgico continúe comiendo mi barra de chocolate mostrando interés por lo que diría – ¿A dónde iras?

-a Estados Unidos con mi familia materna, lo dejaremos todo aquí.

Solté el chocolate y le tome las manos sin dejar de mirar sus oscuros ojos cafés –un día regresaras y todo será mejor que antes.

Retome mi chocolate y mire por la ventana marcada por la estrella de David, lo mejor que puede hacer es irse la guerra no es para ella.

-puedo pedirte algo…

-si, claro dime: le dije casi pasando con fuerza algo que le hizo reír.

-me escribirías.

-no puedo hacer eso, dije mirándole fijo, -lo lamento pero no me nacería escribirte una carta, seria hipócrita contigo.

-entiendo… dijo agachando la cabeza. –entonces puedes concederme una sola cosa, la única cosa que me ha hecho feliz.

-si esta en mis mano, claro.

-podrías besarme… apretó mis manos sin chance de soltarlas, su silla rechino al acercarla a la mía.

Pensé en Adam, agache la mirada y le susurre –no puedo, no lo considero prudente.

-no me dices que debemos dejar de pensar en los demás y centrarse en lo que es bueno para mi.

-es que no puedo.

-solo es uno, un día me iré y solo será un momento que olvidaras con el tiempo.

-…y luego.

-luego no hay nada, no es que te seguiré para que construyamos un futuro, se que no me amas jajaja a demás no creo que sepas que se siente eso.

-es que tú no me amas, Caroline simplemente te empeñas en amarrarte a mí.

-solo uno…

Suspire hondamente le tome del rostro, -no cierres lo ojos. Le susurre mientras me acercaba a ella. Sentí el aroma de su piel y lo fría que se encontraba, me detuve un instante y le mire a los ojos cafés estaba a punto de llorar, con una mano acomode el mechón que le había caído y le bese; acaricie sus labios con los míos sin intervención alguna de lengua, ella completaba mis movimientos unas veces apretando mis labios a los suyos.

Abrí los ojos y no se por que Adam estaba en frente de la ventana mirándonos, con las manos apretadas, lagrimas en su rostro y algo de sudor en su frente. Me quede sin aire un momento me aleje de ella y parpadee fuerte al abrir los ojos el seguía ahí; mire a Caroline que lo miraba con tristeza.

Adam salió corriendo tapando su vista con las mangas de su camisa, me quede mirando la ventana preguntándome como había llegado a esto, el pecho me ardía, Caroline me miro extrañada pero no se que paso por su cabeza y se decidió a levantarse.

-no vallas déjalo.

-pero Andreas se ve mal.

-lo se, pero… tome su mano y le invite a sentarse -…pero ya el daño esta echo.

La invitación se congelo en seguida cualquier intento por revivirla era en vano, me levante pague los ocho florines y me fui del lugar, mentí mis manos a los bolcillos y aun que no llovía sentía que varias gotas caían sobre mi y me helaban la piel mientras mi corazón ardía quemándome el pecho.

Llegue a casa de la familia Lenz deje a Caroline en su puerta, le desee un buen viaje y tras cerrarse la puerta todo se quebraba ante mis ojos, camine sin rumbo de aquí para allá, contemplando el parque, el colegio, la biblioteca, el frente de su casa, solo caminaba y el sol decencia tras mis espalda.

Si alguien me fuera dicho que esto pasaría no lo fuese dejado suceder, apreté mis brazos a mi cuerpo, me veía tan diferente a mi, las personas pasaban golpeando mi hombro me pedían disculpas o en su contrario me insultaban, yo solo seguía caminando.

Nuevamente en el parque, sin poder entrar a el, mire a mi lado no había nadie, suspire amargamente; hacia mi ejercicio de respirar para no llorar apretaba los dientes junto con mis manos mire el cielo, pase saliva, empuñe mi mano y golpee el árbol con fuerza lastimando mi nudillo haciéndolo sangrar.

De camino a casa con la mirada en el suelo, desolado esquivando grietas en el pavimento, pensaba en él y me sentía muy mal, un golpe en el hombro me hizo girar y la persona que me había golpeado también iba igual de distraída a mi; gire para pedir disculpas.

-Adam…

Tuyo,

Andreas Russell.

Domingo, 20 de abril de 1941.

Querido David:

David eres mi gran amigo, acaso he pecado por ser sincero nuestra integridad vale tan poco que son los engaños los que nos hacen felices en estos tiempo donde todos actuamos para sobrevivir, se han convertido en personas que agachan la cabeza ante el miedo y se ponen agresivos cuando se sienten vulnerables;  son como los perros en la calle que atacan cuando se ven el problemas.

Cuando vi a Adam por última vez sentí ganas de abrazarlo, de besarle, de decirle que lo quería mucho que me dolía que estuviera así, pero observe sus ojos bañados en lagrimas que yo había causado, sus manos temblando como la mayoría de su cuerpo, intentando no mirarme, guardando un poco de orgullo para mostrar.

Y todo eso David lo había causado yo, le cause dolor a una de las personas que he querido y que me ha amado, entonces entendí que si realmente le quiero debía alejarme de el, por que se esta convirtiendo en un ciclo enfermo donde yo le hago daño y él cambia su realidad y lo procesa como cariño necesario.

Quiero que sea fuerte, valiente un gran hombre pero dándole golpes para que aprenda no es la manera, el no es mi mascota que le pego para que entienda que esta bien o esta mal, siento que para el he comenzado ha ser lo que el mundo ve de mi un hombre arrogante, egocéntrico, prepotente, presumido, machista, grosero, mal agradecido y la lista sigue… el me vio una vez como su chico ideal, pero no soy un ideal y no puedo mentirme ni mentirle a el. En unos meses se ira debo aguantar unos meses.

Ayer llegue a casa fingiendo ánimos, mi madre me abrazo preocupada me noto triste y comenzó a cuestionarme.

-déjame en paz madre por favor, le suplique retirando sus brazos de mi cuerpo.

Me senté junto a mi padre que escuchaba la BBC aliada me abrazo a su cuerpo, acariciando mi cuello sonriéndome orgulloso, acariciando mi pecho, palpando mi espalda cuando me acomodaba en sus piernas, fumando su cigarrillo.

-buenas noches personas sobrevivientes, sintonizan la BBC de Gran Bretaña noticias importantes hace unos días les comunicamos que Italia se había tenido que retirar de Eritrea debido a presión Británica siéntase orgullosos amigos por que Italia a demostrado que no puede mantener la lucha contra nuestra soberanía.

Sin embargo los alemanes penetran la mayor parte de Grecia liberada por nosotros,  les deseamos buenas noticias a los valerosos soldados que luchan por lo justo.-

La BBC se despidió, sonreí por lo bajo sabia que Italia correría donde padre para que le ayudara, sin embargo me sentía mal por la cantidad de Londinenses que mueren por culpa de los bombardeos.

Mi padre no paraba de acariciarme y un soldado no llora frente a otro soldado, respiraba de manera agitada con cada caricia que me propinaba.

-déjame padre.

Me levante sus piernas y me dirigí a mi habitación cerrándola con el pestillo, me lance sobre la cama, entraba en sueño cuando mi madre toco la puerta.

-hijo Adam esta llamando…

Tuyo,

Andreas Russell.

Viernes, 25 de abril de 1941.

Querido David:

No he hablado con el, ya no nos sentamos juntos, ya no nos llamamos, nos sentamos en las gradas separadas del cole, si nos miramos sentimos que algo nos quema, no puedo mentirte he sentido ganas de ir a el y decirle que todo esta bien explicarle todo… pero… me detiene la imagen de verlo llorar y no puedo ser el causante de su dolor, el dolor de mi partida se le pasara pero el dolor que le causa amarme no…

Ahora llego a mi casa callo cuando debería reprochar algo, mi mama piensa que estoy enfermo, me quiere meter una porquería de pastillas de mierda que me causaran una sobredosis pero debo tomarlas por que… no se estoy cansado… no he dejado de ser el chico que conoces. Un día me veras de nuevo escribiendo amargas criticas sobre lo que pienso pero por el momento entiéndeme.

Anoche me puse a pensar a quien amaba, si amara a alguien seria a ti, me enamoraría de ti, te haría feliz al igual que tu a mi, no habrían secretos que tapar, no habrían lagrimas que derramar, ni voces que silenciar, no caminaríamos correríamos; pero no llegas y tampoco estoy dispuesto a esperarte. Si algún día esta mierda se pudre quisiera sentir que alguien me amo en vida.

Pensé en quemarte alguna vez ahora he comprendido que también quiero ser quemado cuando muera, quiero ser cenizas en el viento no quiero que me tengan en un jarrón frente a la sala, simplemente quiero que me dejen a merced de el viento y me convierta en parte de la naturaleza sentir tato de la paz que solo nos limitamos a ver.

Es de noche, todos duermen mi madre a tenido un día pesado acomodando las cosas y ordenándonos a hacer los quehaceres, dice muy ignorante que las sirvientas no hacen las cosas bien… es tan estúpida que critica cuando solo apunta con el dedo y haga… en Alemania la doncella que teníamos se iba por que no la soportaban.

Siento sueño causado por los medicamentos como te digo, pero temo acostarme por que sucederá…

Apoyare mi cabeza en la almohada mirare a ningún lado de el techo, la oscuridad es como un papel en blanco dentro de la mente que te permite comenzar a recordar, pensar y pensar hasta que remueves la cabeza de lado a lado y cuando te vez cansado golpeas tus manos contra la cama te giras tomas la almohada y gritas de rabia; mis manos hasta que mis músculos ceden al igual que los de la boca es una noche donde todo el cuerpo me duele.

Al no verme nadie lloro mis pómulos arden mi cara arde, mis ojos se sienten pesados por que no están acostumbrados a esto no estoy acostumbrado a esto… entonces la garganta me arde y a cada paso de la saliva se exaspera.

Es demasiado esto me agota, debo cambiarlo, así que como todas las noches me pongo el albornos y salgo de mi cuarto bajo a la cocina y tomo el teléfono, lo llamare, si, lo llamare, no importa la hora puede que me conteste y puede que me escuche, hace frio pero no es la noche. Y cuando no puede ser peor cuelgo el teléfono, he perdido en mi propia pelea.

He visto los días sin el y son jodidos, lo he visto a el y esta jodido; compartimos algo uno jodío al otro cuando la pelea termino; entonces me repito que se ira y no eso no me reconforta; subo a la habitación, me reincorporo nuevamente a la cama. Lo nombro.

Dame un último beso.

Dame un ultimo beso que el anterior no fue verdad, dame un ultimo beso que el primero ha perdido el sabor, dame un ultimo beso  mientras nuestro alrededor se quema, dame un ultimo beso sin mirar como todo se destruye… Dame un último beso.

(Mientras duermo)

La puerta se cierra y con ella, los pasos buscan ser apaciguados en la madera, quizás crea que no lo escucho pero el esta ahí, pero no quiero abrir los ojos, hoy me sentí mas acalorado que de costumbre pues el ardor en el interior no cesa; los medicamentos dopan mi mente la han convertido en idiota.

Siento su presencia a un lado de mi cama, ha atenazado las sabanas entre sus dedos y ha tirado de ellas dejándome en ropa interior ante sus ojos, mi respiración es mas profunda dejo de sentir que esta cerca los resoplos en el suelo me dicen que se quita la ropa; será posible. Se ha sentado a un lado de la cama su calor es impresionante, sus mano me acaricia sin tocar mi piel;  desde mi frente sus dedos por mis labios, bajando por mi cuello, mi pecho logrando que exhale gran cantidad de aire.

Se agacha para besarme, el calor de su boca es una llama intensa que arde con la fuerza mil demonios, al abrir los ojos veo el color café de los suyos, atrapándome con su bajo brillo y sus pupilas dilatadas; le podría preguntar a Adam que hace acá pero ya conozco la respuesta así que es mejor dejarme llevar; le tomo de la nuca y le sigo la corriente mientras su cuerpo se monta sobre el mío.

Me agarra las manos con fuerza juntándolas en una de sus manos y las apreté a la cabecera de la cama; siento su culo apretarse contra mi abdomen; su cabello negro cae de su frente, es tan guapo, me muerde fuertemente el cuello su saliva recorre mi piel continua bajando suelta mis manos me toma de los costados; siento fría su nariz en su descenso; se encuentra con mi ropa interior y se despoja de ella en un rápido movimiento; la toma con fuerza observando mi glande rojizo apuntado a su boca.

Le da su primera lamida y le escupe; su mano me pajea con lentitud mientras su dedo pulgar se aprieta causándome placer; se acomoda mejor para lamerla unas cuantas beses sin dejar de pajear y jadear cuando la tiene fuera de su boca; le tomo de la cabellera le invito a bajar un poco mas siento como el tronco se aprieta con sus labios mientras mojo de preseminal su lengua, un poco mas siento que ingreso a su garganta se inclina un poco una arcada suena mientras cedo poder; me mira enrojecido; le sonrió, vamos, nuevamente tu puedes, chupa del glande ejerzo un poco de presión ahora se entretiene con el tronco sin dejar de pajearme.

Sube nuevamente en busca de aire una tira fría de saliva une su boca con mi glande; echo la cabeza hacia atrás tiene sus labios mojados, sus manos permanecen muy frías como su cuerpo; suelta mi pene no puedo evitar mirar sorprendido, lo tomo yo mismo de la base el se acerca sin dejar de mirarme; lleva su mano a su pene y se pajea a gusto toma algo de aire mojando sus labios, le golpeo sutilmente la boca; no puede evitar ruborizarse pero accede a chuparlo.

Me arrodillo sobre el duro colchón, lo tomo de las mejillas y lo levanto hasta encontrar sus ojos aun no puede sostenerme la mirada así que dejo caer mi frente sobre la suya y jadeamos juntos debido a la cercanía; le invito a acostarse apretando sus manos a los adornos de mi cama; me acomodo mejor y sin pensarlo le tomo su miembro que surca gruesas venas mojado de preseminal, le doy la primera lamida para besar su capullo una y otra vez, chupando la mayor área posible.

Respiro profundamente y lo tomo de las caderas, diciendo centímetro a centímetro de su tronco; David, la sensación la puedo catalogar como extraña son ganas de querer vomitar aun así la quieres toda a dentro; Luego de unos intentos logro que mi nariz toque su vientre la mantengo en mi boca unos momentos chupando de la mejor manera que puedo; su glande palpitaba en mi garganta y las gruesas venas del tronco acaloraban mi boca. Es necesario sacarla pero irresistible volverla a meter.

Luego de un tiempo así me levante de la cama, le tome de la mano y le levante le bese luego de contemplar sus ojos, le pedí que se sentara el se acomodo me arrodille levantando sus piernas dejándolas descansar en mis hombros, tome una de las almohadas y la ubique en su cintura; chupe su apretado culito una y otra vez simulando una penetración con mi lengua, sus pliegues se dilataban a mi tacto, me gustaba saber que lo hacia bien, el tomo su mano y comenzó a pajearse la cama rebotaba sutilmente y con mi lengua en su interior las contracciones nos tenían a mil.

Me levante y le inserte el glande con delicadeza; el apretaba las manos a la sabana, sus ojos subían blancos mientras ejercía fuerza en su boca; no quería que le doliera, fui poco a poco cuando la tuve a dentro la deje estar; acaricie su pecho apreté su tetilla entre mis dedos cuando nos miramos decidí proseguir, penetrándole despacio moviendo un poco la cintura, el calor es impresionante sentía la presión en mi abdomen aun consiente que aun no me correría.

Ejercía mas fuerza, nuestros cuerpos chocaban el se pajeaba a gusto mientras con una mano simulaba alejarme, yo le tomaba de las piernas y continuaba en mi labor; la cama ladeaba indecisa de que quizás se caería.

-Adam aaahg si

-maldita seas, le gemía cada vez con mas fuerza.

Me agachaba de vez en cuando para besarle, invadiendo su boca seca con mi saliva, y al levantarme apretaba mis manos a su muslo atrayéndolo a mí; lo tumbaría de esa puta cama y lo fallaría en el piso; le deje respirar un momento; saque mi polla y me monte sobre la cama nos arrodillamos yo a su espalda, le bese la nuca, las mejillas, su boca.

-apreté tus manos al barandal. Le sugerí tomándole de las mismas

Me aleje un poco, busque su ano con la punta de mi pene y se la metí de golpe; es fantástico como arquea su espalda; lo tome con una sola mano de su cintura y comencé a envestirle con fuerza, metiéndosela toda y así mismo sacándosela completa; siento que pierdo fuerzas traslado mi mano a su hombro, me agache para besar cada disco probar cada sabor. Juntos nos alejamos lo tuve sobre la cama y yo sobre el sin sacarle la polla besando su nuca. El apretaba mi culo con su mano. Lo desea tanto como yo.

Su culito se contrae se ha corrido entre mis sabanas; siento que la presión arde en mi abdomen decido dejarle paso y correrme a gusto.

La cantidad de placer me hace gemir, abriendo los ojos de golpe; todo se oscurece parpadeo para ubicarme en espacio, tiempo y lugar ha sido un sueño; siento que algo corre por mi piel; ¿te has corrido en sueños? Sucede…

Me tumbo sobre la cama; totalmente cansado.

Golpean la puerta  -¿puedo pasar?

Mierda mi mama que desea, se me olvida tengo clases; pero para que pide permiso si va hacer lo que quiera.

Al seguir me mira extrañada; -hijo estas sudando, lo sabía estas enfermo; hablaste toda la noche.

-¿me estuviste escuchando?

-no solo se oían palabras diversas desde tu habitación.

Se sentó abruptamente a la cama.

-¿no hueles algo?

Tuyo,

Andreas Russell.

Martes, 27 de mayo de 1941.

Amado David:

No he encontrado fuerzas para escribirte nuevamente, ya ha pasado un mes ¿verdad?; no me olvidado de ti pero tampoco llenare las hojas de mi diario con estupideces del día cotidiano, tampoco con lamentos cobardes, yo no lucho para que me vean como el mas miserable de los hombres, me parece deplorable las personas que hablan de lo duro que es su vida buscando mendigar cariño. Son los primeros en morderte la mano.

Si eres consiente de la fecha sabes que falta poco para que Adam se valla a Gran Bretaña; el señor Brander ha venido a mi casa, le habla a mi padre que ha vendido casi todos sus vienes que en cualquier momento se irán de aquí, mi padre les ha prometido una fecha que no ha consultado conmigo.  Se que se ira lo que yo no se es que debo hacer ahora.

No se como sentirme, no lo amo estoy seguro, pero una presión grande invade mi pecho al saber que le di una felicidad que le rompí en la cara como si lo que vivimos fuera algo que no debe apreciarse como bello; entonces te preguntaras si a lo largo de todo este tiempo no fui a buscarlo, si la respuesta es que si lo hice pero no te hablare de eso hoy; quiero hablarte de lo que ha sucedido y como nos encontramos en estos momentos.

Según la BBC gracia es nuevamente de Alemania; Bombardeos de aquí allá ataca Gran Bretaña y reitera Alemania; nosotros los judíos cada día tenemos menos accesos a los lugares que solíamos frecuentar, se habla de una estrella que nos marcara; unos dicen que es azul otros que es amarilla; no me importa el color lo que se es que nos marcara. No me arrepiento que mi sangre sea judía, estoy dispuesto a ira la guerra si es necesario por defender algo tan preciado como lo es la libertad.

Se firman falsas amistades como la más notoria entre Japón y la unión soviética quiero saber quien destruye primero a la otra; y finge demencia del tratado; cada vez son mas los países que entran en guerra me temo esto a penas comienza.

Las tropas alemanas imponen su paso en nuestras calles amanecemos con la noticia de que alguien que conocíamos se ha suicidado, las cosas no van bien, piénsalo, el que es valiente piensa en salvar su cuerpo y el que es un puto cobarde y no encuentra en quien recostarse se suicida.

Mi mama nos refugia en la sinagoga; es tan estresante todos creen que si esperamos sentados un día un dios nos salvara; lloran en una injusticia, rezan en una tragedia contada en la radio,   si pensáis tanto que alguien nos va a salvar por que pedís perdón para llegar a un paraíso por si llegamos a morir.se han vuelto conformistas mendigos de rateros de felicidad.

No aguanto la estupidez de las mujeres, ni la indiferencia de algunos hombres, el lamento y regaño de los viejos y las puercas pataletas de los pequeños; todos son tan inútiles en esta vida.

Tuyo,

Andreas Russell.

Miércoles, 28 de Mayo de 1941

Querido David:

Recuerdas que te dije que había ido a visitar a Adam a su casa, bien, ese día no me atreví a hablarle y cuando su madre subió las escaleras yo salí por la puerta; Hoy fue diferente por te escribo desde su habitación son las cinco pasadas cincuenta minutos; falta poco para tener que irme pero me han aconsejado no irme de aquí y mi familia pide a la suya que me deje quedarme; así es dormiré con el.

Te explicare; luego de clases donde lo vi totalmente distanciado han pasado algunos meses de nuestra ruptura pero su mirada es la de aquel mismo instante; no tenemos amigos los pocos que teníamos se han ido; a mi me rodean unas cuantas chicas pero cuando hablan fijo mi vista en otro lugar en donde esta el con la espalda apoyada en la pared y los pies acurrucados a su pecho; su cabeza descansando en sus rodillas y sus manos tapando cualquier señal de el; es como ver una armadura le aprecias pero no te atreves a tocarle; en clase se limita a existir y cuando salimos camina solo.

Hoy decidí seguirle no se por que, simplemente lo vi, y quise seguirlo a su casa; cuando llego a su casa y cruzo la puerta era momento para haberme ido sin embargo me quede en el otro espacio de la calle mirando; pasaron unas horas así cuando la puerta se abrió mis pies se encontraban estáticos, cuando vi salir a su madre todo se tranquilizo, me invito a seguir, me mostré realmente dudoso pero que tenia mejor que hacer.

Cuando me senté en el cómodo sofá me dedique a escuchar la música del gramófono, realmente todo estaba vacio a la sala le acompañaban la mesa y cuatro asientos; el sofá es un rincón aparte con la radio y el gramófono, detalle que la señora Brander usaba la misma ropa que hace un mes quizás, también han vendido sus prendas;  me atendió muy amable comí mermelada con algo de pan y un jugo de fresa.

Carraspee un poco la garganta; cuando sentí que entrabamos a un incomodo silencio.

-¿quieres que te llame a Adam?

-eh, este, realmente no, yo ya me iba.

-por favor, le ara muy bien si subes.

Me miro con esos ojos suplicantes, con aquel brillo protector de mama que no encuentro en la mía, su tierna mano me tomo de la espalda y me empujo a las escaleras; ya en frete de ellas gire la cabeza y le mire tenia sus manos unidas sobre el delantal y me miraba amorosa; le volví a sonreír mas por decencia que por cualquier otra cosa y subí despacio; como si un peso aumentara sobre mis hombros a su cercanía.

Seguí hasta encontrar su puerta; quería tocar para avisar que estaba pero no me salían ni las palabras ni en su defecto las fuerzas; acaricie el picaporte con la mano, se me pasaron tantas imágenes por la cabeza y solo obedecía a sus helados ojos claros; cubiertos por el tempano de hielo que se fortalece con el paso de mi ausencia.

Gire en silencio el picaporte; y lo vi acostado en su cama con sus brazos apretados en su almohada y la cara ahogada en el colchón; vestía la misma ropa que la del colegio, respiraba tranquilamente como si nada sucediera en este lugar; me acerque a paso lento, al no haber espacio donde sentarme me arrodille en frente de su cama; acaricie su cabellera se movió un poco con incomodidad.

Giro su entorno en tono a la mano que le acariciaba y dejando la almohada de lado abrió los ojos; sus hermosos ojos…

Se dilataron un poco al verme luego de apreciarme bajaron su mirada. – ¿que haces aquí?

-te extraño; le conteste de golpe con la voz quebrada, sintiendo una gran cantidad de agua inundando mis ojos.

-¿Por qué te fuiste?

-no podemos estar juntos, como sea que todo termine esto nos dañara. Le dije acariciando su mejilla acalorada enmarcada por la sabana.

-no tenias que hacerlo de esa manera.

-ella no significa nada, en lo absoluto me enamoraría de ella.

-entonces… por que…

-por que ella lo necesitaba, yo… yo quiero disculparme.

El se corrió un poco sin cambiar su posición, me acosté a su lado sin dejar de mirarle a los ojos.

-de verdad te extrañe.

-esta bien… sabes que…

-que te vas, si lo he oído… que piensas de eso.

-que quizás la guerra me haga el hombre que deseas.

-es probable que no nos volvamos a ver… le dije sincero.

-no importa yo quiero intentarlo.

Nos levantamos cada uno de un costado de la cama; bajamos por las escaleras su madre mostraba una amplia sonrisa al ver a su hijo junto a mi; es como si me dijera gracias sin mover los labios; pero en ese momento todo cambio; un pito, no, una alarma ruidosa invadió la sala provenía del mismo cielo. Las cosas temblaron, me apreté fuerte a el brazo de Adam mientras este apoyaba su cabeza en mi hombro; miraba totalmente desconcertado el techo mientras su madre llevaba sus dos manos a la boca.

-¿Qué sucede? Pregunte al ver que polvo nos caía encima.

La calle se cubrió de blanco, papeles caían del cielo; golpee sutilmente a Adam en el hombro y juntos salimos de la casa mientras su madre permanecía en el interior superando el estruendo.

Todo tipo de persona se lanzaba a la calle a tomar uno de los comunicados; eleve mi mano al cielo y tome una en el aire el rostro de Adam se pego al mío mientras leíamos.

¡Ciudadanos de Hoorn, rendíos Ya, O acabareis como vuestros compatriotas!

Tuyo,

Andreas Russell.

...hasta el capitulo final.