Holocausto, estrella de david. tomo 1.

Preapertura de mi primera serie, cinco historiadores viajan a cumplir un sueño y juntos encuentran algo mas; un diario de un joven Judío escrito durante la Segunda guerra mundial, los invito a leerme.

Esta serie que comprende de cinco cortos tomos esta dedicada a mis cuatro maestros que son m inspiración y motivo de seguir avanzando; el primer tomo dedicado a Tommy; y a un gran lector Fran. Les invito a leerme y os agradezco comentarios y valoraciones.

HOLOCAUSTO, ESTRELLA DE DAVID.

TOMO 1.

Viernes, 12 de junio de 2015

Ámsterdam, Países bajos.

El sol se sentía cálido acompañado de un agradable aire fresco que inundaba el lugar, sus rayos les proporcionaban color a viejas fachadas que ahora son centro de admiración por muchas personas en el mundo; miraba al frente las personas vestidas con un abrigo y un pantalón sesillo, los reconocía he hecho esta fila desde antes del amanecer; no pensaba que alguien se interesara en venir pero me daba alegría verlos con el libro en sus manos o apretándolo a su pecho; algunos traían una foto se preguntaban entre ellos para probarse que tanto sabían de ella.

Yo por mi parte cumplía una promesa un sueño podría decirse, acabo de terminar mi carrera de historiador en la universidad King’s College London, he ahorrado para este momento viajar con mis amigos desde Londres a Ámsterdam, me removía en mi sitio apoyando mi torso contra la pared recibiendo las miradas de muchos visitantes, aparentando no notarlo dirigí mi mirada a la esquina del lugar Prinsengracht 267… el museo de Anne Frank.

-Acomódate pedazo de chulo. Decía mientras se hacía a mi costado

Le deje espacio para que se acomodara a fin de cuentas ya le había avisado a los demás de la fila que le guardaba puesto a cinco de mis amigos, si, son perezosos, pero agradecía que estuvieran acá, se acomodó a mi costado relajo un poco su cuello y me miro con sus profundos ojos cafés, se mostraba impaciente ya venía el discurso…

-Alex, me podes explicar por qué no te conformaste con caminar por las calles de Whitehall dedicarte a apreciar lo que ahí encontrabas, y si querías recuerdo podíamos tomarte la foto junto al monumento de las muertes de la segunda guerra mundial; pero no, tenías que insistir. Dijo golpeándome la cabeza con su mano. –tenía mucho por que quedarme…

-seguro ir de fiesta y disfrutar la graduación es duro- pensé sarcástico mientras sonreía.

-¡que! ¿Ya abrieron?  Se acercaron finalmente los otros cuatro con cara de sueño, uno apoyándose en el otro, buscando algo de abrigo.

-no, falta poco, espero…

Creo que es momento que les presente a mis amigos, el que primero presento es a Daniel, que tiene dieciocho años, un gran amigo un maestro podría decirse, siempre tiene algo que decirme aun no puedo disimular la cara de idiota que pongo cuando intenta buscar palabras para expresarme algo; se me hace gracioso, él tiene el cabello negro, es más alto que yo unos 1.70 creo, la verdad no es que se lo haya preguntado, tiene un gran cuerpo hombros anchos, brazos fuertes y entrenados que luce con una camisa ajustada, cuando flexiona el brazo las personas miran ansiosas a que se rompa la tela, sus pectorales abultados, su definida tableta, y como corre cada mañana sus piernas son apreciables.

En frente tenía desde mi lado derecho removiendo sus zapatos en el suelo, con la mirada somnolienta, bostezando de vez en cuando apoyándose en el cuerpo de otro de mis amigos Cristian, Cristian, bueno es Cristian mirada alegre, bastante maduro, tiene grandes sentimientos aunque no los muestre mucho al público, su sonrisa es encantadora, su cabello es castaño, ojos miel, su cuerpo es entrenado fibrado en esquema proporcionado, amante de la lectura una gran mirada objetiva y tiene veinte años.

Camilo apretando con su brazo a Cristian acomodándolo en su hombro para que encontrase descanso, se dedicaba a mirar el lugar y sus habitantes, es quizás el más culto entre nosotros, su lenguaje es demasiado limpio, cuando hablo con el varias veces tengo que detenerme a pensar –que es eso- y no es mi culpa es que aun luego de cinco años no me acostumbro, sería más sencillo si hablara coloquial y se esfuerza, pero no lo logra, es así, es lo que más me agrada de él lo veo como meta a seguir, en su mano el diario de Anne Frank conociéndolo buscando confirmar qué tanto hay de realidad. Desde antes de entrar ya piensa algo lo sé.

Dándome la espalda estaba el menor de todos nosotros Tom, él tiene el corazón más grande que haya conocido, no es de grandes percepciones simplemente no le trama matarse pensando en el allá o el acá le parece tedioso prefiere los juegos de video, el deporte, un buen libro, fue de los que apoyo mi idea, él, bueno tiene el cabello negro, ojos grises un pedazo de universo en ese lugar, labios rosados, piel blanca como la nieve, ruborizada la mayoría de las veces.

-Tanto para ver la historia de una niña de la cual se duda que haya escrito el diario, piénselo fue corregido muchas veces por su padre Otto, unos meses antes del día D Anne pretendió reescribirlo todo para lanzar una novela, es muy dudoso lo que leemos. Dijo mirándome a los ojos intentando retar mi paciencia Sergio.

El mayor de todos nosotros, el más ágil, y como se acaban de dar cuenta directo; es de Lisboa, un hombre agradable se aprende mucho de lo que dice incluso de lo que calla, se auto supera, no hace nada porque sí, todo tiene un fundamento le admiraba eso y claro discutir con el también; resulta divertido a menos para mí… sí, tiene veinticinco años, cabello castaño, una maquina perfecta como cuerpo, ojos pardos, labios gruesos, en fin Apolo versión moderna.

-siempre puedes irte Sergio; no entraré en discusión es estúpido no creo que alguien en pleno Holocausto piense en escribir un diario como si fuera un niño e inventar una historia épica, que me dices de Miep no puede ser farsante no creo que ninguno lo fuera creo en cada palabra de este Diario es comprobable.

Sergio me sonrió amigable, mientras levantaba su mano para removerme el cabello se me olvidaba por qué discutía en esos momentos pero sabía que dentro del anexo volvería a molestarme pero se le perdonaba todo es como mi hermano mayor.

-Alex muévete la fila avanza, me golpeo Daniel el brazo cabeceando a la entrada.

Sonreí impaciente, tantas horas aquí de pie, con personas algo apagadas no es por nada pero aquí no se entiende de diversión es como si fuesen piedras blancas en la playa y yo junto con mis amigos la diferencia que resaltaba a la vista; las personas de los países bajos siempre durante su historia han sido un ejemplo de liberalismo, tolerancia y de mente abierta. A partir de 1960 ser homosexual dejo de ser un Tabú aquí, eso me gusta de alguna manera, y por si las dudas, si, mis amigos y yo somos gays; cada cual tienen su pareja o anda solo pero no vine a eso ya estoy en la puerta.

- Welkom jong, de tour is ongeveer twee uur in het Engels Kan ik controleren zijn ticket . Me hablo una mujer joven de unos veinte años, hermosa, que vestía de traje y en su seno izquierdo colgaba la foto de Anne Frank.

Quedé con cara de idiota, habló muy rápido y juraba que se atragantaba con un hueso en la garganta, parecía carraspearse con su lengua, miré en súplica a Sergio –que dijo, es que parece un perro gruñendo un hueso- dije en broma y en serio. Él se burló de mí –idiota- jajaja ella dijo –“bienvenido joven, el recorrido es de aproximadamente dos horas, en Inglés. Puedo comprobar su boleto.”-

-también dijo que eres un idiota y que debes estudiar, anda dale los boletos; me golpeo Daniel en la cabeza mientras reía.

Ingresamos al lugar, la voz femenina volvió a sonar –también hablo inglés- dijo la muchacha mirándome enojada, genial comencé muy bien pero ya estaba  a dentro del anhelado Anexo nada podía ser mejor.

“Espero poder confiártelo todo como no he podido hacerlo con nadie; espero también que serás para mí un gran sostén.” Con esa frase el museo nos daba la bienvenida.

-Mira, mira, esa de allá va a tener un orgasmo, alego Camilo junto con Tom. No puede evitar reírme es que era verdad pero aun así estaba mal.

Seguimos a la joven mujer por las escaleras cuesta arriba, la madera hacía eco en el lugar, llegamos a la biblioteca que contenía unos cuantos libros y carpetas de registro en los estantes, sobre ella un mapa de Ámsterdam. La mujer nos permitió apreciar unos minutos algunos sacaban el diario buscando esas primeras fechas de descripción, yo por mi parte me interesaba en mirar.

La mujer giró la biblioteca –bienvenidos-  y tras ella otra puerta pude gravar en flash los ojos de los demás ya sabía que faltaba algo a fin de cuentas para eso vi la película de 1959 con el anexo original, la mujer sonrió  y continuó, nos llevó a la sala; pero mi mirada y la de mis amigos se asombró con el lugar no parecía un escondite era un apartamento para mí lo era.

-mejor que el cuarto donde me hospedo en Londres, dijo Daniel a mi lado

Sonreí tímido, pero pensé que siendo así de todas formas no deja de ser una prisión donde no te permitían salir, hablar, o ir al baño todo era calculado todo lo que ocurría se hacía ante un miedo enorme a ser descubiertos.

-en esta mesa estudiaba latín Margot mientras Ana estudiaba Ingles a su costado y en esta silla dijo señalándola impidiendo que la tocáramos y continuo en esta silla estudiaba matemáticas Peter.

-estudiaba idiomas sin ayuda, removió la garganta de Sergio en indirecta.

El lugar sonaba por cada paso, las paredes pintaban cafés y los marcos se sustituían de verde, observamos el cuarto de Otto, Margot y Edith Frank muy pequeño para tres personas se imaginaba la sensación de incomodidad no había sitio para caminar y como distracción un pequeño librero aquí solo se leía, que más se podían hacer, en la habitación siguiente la de Ana que compartió amablemente con el señor Dussel, siempre sentí pena por él, no tenía a nadie, no podía contarle nada a su mujer y jamás la volvió a ver dos años valiéndose del recuerdo.

-qué piensas Camilo de Dussel no creo que sea tan malo como Anne le hace ver. Dije mirando el escritorio por el que solían pelear.

-puede que si fuese molesto piénsalo no tenía a nadie…

-se la pasaba en el baño mojando, agrego gracioso Cristian mientras me apretaba el hombro.

-callen disimulen la necesidad, enjuicio un tranquilo Tom mientras dirigía su mirada a la guía.

El lado del señor Dussel solo tenía una foto de su mujer mientras el lado de Anne se mostraba más copado de fotos de artistas del momento, y junto a ellas fotos de la realeza de gran Bretaña,  el escritorio era pequeño, y efectivamente en frente de la cama de Dussel el baño, debía ser incómodo para ambos Ane ya pasaba a ser una mujer.

En el vistazo al baño se apreciaba un lamentable estado, la humedad se sentía en el aire, el color de las paredes se degradaba podía creerse que habían goteras en su momento, organizado estaba el platón metálico y la tetera con que se bañaban.

Una escalera más nos reunía al cuarto de los Van Pels no creíamos ver mucho finalmente los señores Van Pels no trajeron mucho de su casa antes de que la saqueara la Gestapo y lo poco e inservible que trajeron fue vendido antes del año y medio vivían de la limosna mientras exigían como ninguno en la casa, no aprovechaban el momento de robo, de discordia para sentir superioridad presumiendo su escasa inteligencia o como en el diario dice su idiotez.

No pude evitar el grado de asombro y mire a Daniel para confirmar si era verdad el lugar era en comparación amplio, no se veía mal no tenía comodidades pero no era de quejarse; fue extraño percibir como aun siendo pareja no dormían juntos eso mismo le sucedía a Otto, se apreciaba la radio clandestina sintonizando la “B.B.C”

La mujer nos dirigió a la “Cocina” bastante fea, pero para nosotros lo importante era la habitación de Peter no es mi prototipo de hombre a admirar se quejaba por todo y callaba cuando debía hablar, se conformaba con lo que sucedía en su familia, pero tenía buen corazón después de todo… el lugar era bastante pequeño incomodo, dormía y en lo posible se movía en un espacio menor a unos dos metros cuadrados, se apreciaba la ropa y la cama algunos libros que se dudan fuesen leídos. En todo el centro, la escalera que dirigía al maravilloso ático y con él, el recorrido terminaría y sí estaba feliz, sí, pero aún faltaba el lugar más mágico.

Al subir ese podía considerar un ático normal, lo que me unía a este era su ventana que dirigía a la libertad del exterior, las aves, las campanas, la calle y sus personas.

-vamos Alex no te pongas a llorar aquí, me acaricio Camilo el cuello mientras me apretaba a su pecho.

-la felicidad es una necesidad que no es saciada la del enfermo es la salud, la del pobre es la riqueza, la del solitario la compañía “amor”, para el ignorado el reconocimiento y finalmente para personas como ellas que vivían presas no en el exterior sino en el interior encadenada a su “Paula la mala” para ella la felicidad es la libertad.

Le miré con cariño mientras me apretaba a él, siempre sabe qué decir en su lenguaje reforzado pero que alcanzo a entender y me hace sentir bien.

-disculpe señorita y no se encontraron diarios de otros jóvenes que vivieron el holocausto, pregunto Daniel algo insistente conmovido con la escena.

-sí, pero no estaban completos uno de los que tenemos a tres cuadras de acá es de un joven homosexual que narra su vida a un amigo en su Diario, pero solo se ve su vida en el lapso de 1941 siendo poco material para ser comercializado. También tenemos el diario de Ester Hillesum enfermera del campo de concentración en Auschwitz pero este tuvo un mejor auge.

Daniel le dio las gracias por el recorrido y los seis nos quedamos en frente de la ventana del ático, todos pensábamos en que quizás podríamos ir amamos la historia escribir sobre ella, pero en nuestros países de origen nos esperaba alguien a mí por lo menos me esperaba mi novio en Costa Rica y ya había pospuesto mucho la fecha para verlo… aun así me quería quedar.

Camilo me tenía atenazado en sus brazos, en qué pensaba él, si le pedía que nos quedáramos me diría que sí, él me considera como su hermano menor me protegería en todo al igual que los demás, Daniel se apoyó en el marco miro las campanas sonar los pájaros comenzaron a volar debido al estruendo me sentí maravillado con la escena.

-podríamos ir, qué podemos perder. Finalmente alguien habló y para desgracia el más pequeño Tom evocándonos sus hermosos ojos grises sin cambiar el matiz de tranquilidad podría decirse sueño que le rodea.

Salimos del lugar no sin antes darle un vistazo a la fachada, tomamos un taxi en dirección a Joods historisch museum a los medios de transporte de acá se les podía llamar pequeños y para seis personas incomodo mas no molesto; no eran las simples tres cuadras que nos indicaba la mujer el camino es realmente largo pero al llegar al lugar la cultura judía se sentía en el aire los avisos escritos en hebreo y más abajo en ingles nos aventuraban a otro mundo que para historiadores como nosotros solo se veía en páginas de libros viejos.

[♫] Dear Mr. President [♫] Al ingresar al lugar Sergio observó el mapa para guiarnos directamente a la sala de los escritos y arte fotográfico de la época; el pasillo era amplio con grandes ventanales a su costado se mostraban los dibujos encontrados por los niños en el holocausto.

♪Estimado Señor presidente, Venga a caminar conmigo Pretendamos ser solo dos personas y

Que usted no es mejor que yo. Me gustaría hacerle algunas preguntas si podemos hablar honestamente.♪

El primer dibujo en trazos negros dentro de un fondo blanco mostraba gran cantidad de niños en las literas donde debían dormir algunos se encontraban inquietos otros solo descalzaban pero la gran mayoría estaba recortando sus literas se apreciaban rectángulos de poco grosor donde un niño dormía apretado, con el miedo que el de arriba le cayese. Cristian se acercó a la placa Helga Weissova . 13 Años.

♪ ¿Qué siente cuando ve a todos los desamparados en la calle? ¿Acaso reza por la noche antes de irse a dormir? ¿Qué siente cuando se mira al espejo? ¿Está usted orgulloso? ♪

Más adelante una niña polaca de 16 años, Ella Liebermann , retrata los grandes vagones de los trenes, vagones de espacio para cincuenta personas y entraban ciento diez, el tren se dirigía a un camino seguro… la muerte pero antes de llegar ya muchos estaban muertos; sin comida, sin agua, haciendo las necesidades en ese lugar perdiendo la dignidad y para el que sobrevivía trabajo duro en Gueto de Bedzin.

♪ ¿Cómo duerme mientras el resto de nosotros llora? ¿Cómo sueña cuando a una madre se le hace imposible decir adiós? ¿Cómo camina con su cabeza bien en alto? ...

¿Puede mirarme a los ojos? …Y decirme ¿por qué? ♪

Ella Liebermann abarcaba la mayoría de los dibujos, retrata a una madre llorando reteniendo a su hijo menor en los brazos mientras un soldado de la Gestapo  lo jala con fuerza y se lo intenta arrebatar; el niño llora y su madre grita, mas el soldado mira con enfado. Cuál será la suerte para su hijo cuando se suponía que era más económico para la Alemania nazi matar que mantener, este niño no podía trabajar, no era útil.

♪ Estimado Señor presidente, Si fuese un chico solitario ¿Acaso es usted un chico solitario? … ¿Acaso es usted un chico solitario? ¿Qué podría decir? Si los niños no son tomados en cuenta, No somos mudos ni tampoco ciegos Ellos están sentados en sus células Mientras usted paga su camino hacia al infierno .♪

Un nombre masculino ilumina la placa dorada Tom pronuncia su nombre Alfred Kantor con 17 años dibuja a dos niños mirándose tras el alambre de púas y que se entregan algo el uno al otro, se ven tranquilos a pesar de todo; la voz gruesa de Sergio inunda el lugar “ Tocar la alambrada significaba la muerte instantánea. Aun así, la gente compartía pan, una sonrisa, una lágrima…”expresaba el joven en la parte inferior.

♪ ¿ Qué clase de padre tomaría a su propia hija para ir por ese camino? ¿Y qué clase de padre odiaría a su hija si ella fuese lesbiana? Puedo solo imaginarme que la primera dama ha dicho

Vendrás desde un largo camino con whiskey y cocaína. ♪

Los dibujos seguían impactando, eran niños, Ella Liebermann cierra el pasillo con un último dibujo en 1945 el último año de la guerra, una niña delgada, ojerosa, de prendas rotas lleva de la mano a su pequeña hermana que camina descalza entre el lodo, de camino a la libertad, una libertad donde no están sus padres…

♪ Déjeme decirle lo que es el trabajo arduo… Es tener salario mínimo con un niño en crecimiento. Déjeme decirle lo que es el trabajo duro… Es reconstruir su casa después de que las bombas las desaparecieron

En giro a la derecha las fotografías a blanco y negro, demasiado fuertes para ser descritas no había sentido alguno en contarlas, seguimos entre ellas como si de fantasmas se tratasen; huyendo, intentando no mirar, ignorar lo que ahí se ve porque al final del día el “hombre es bueno en su raíz” entonces por qué esto demuestra lo contrario…

♪ Déjeme decirle lo que es el trabajo arduo… Es hacer una cama en cajas de cartón. Déjeme decirle lo que es el trabajo duro, Trabajo arduo, Trabajo duro,  ¡No sabe nada acerca del trabajo arduo! ♪

Llegamos a una sala pequeña donde se resguardaban los escritos de los héroes, me apreté a Camilo mientras él me impulsaba a caminar, a mi lado Daniel miraba altivo como siempre una mirada hermosa en sus ojos pardos, tomaba del hombro a Cristian mientras Tom hablaba con Sergio poniendo la cara que pongo cuando no le entiendo nada eso también le estaba pasando, seguro hablaba de los dibujos y las fotos en la lengua más culta que tiene; me causó gracia.

-¿puedo ayudarles?, se nos acercó una mujer, judía se notaba en sus rasgos; su mirada amable, sus hermosos labios, su piel blanca, su delicado contorno. Siempre he admirado la belleza de la mujer.

-eh sí, buscamos un escrito en explicito un diario. Hablo Daniel

-si por supuesto hay varias copias que les puedo pasar…

-no señorita, buscamos una de un joven en especial nos dicen en el museo de Anne Frank que existe un escrito de 1941 contado por un homosexual de la época. Hablo Cristian completando a Daniel.

Por qué estas historias deben ser buscadas, por qué nadie indaga sobre los que aun hoy en día no son vistos que tiene de malo intentar entender lo que no estamos acostumbrados… acaso no hemos aprendido nada. Pensé

♪ ¿Cómo duerme en la noche? ¿Cómo camina con su cabeza bien en alto? Estimado Señor presidente, Nunca caminaría conmigo. O lo haría…

La bella mujer trajo una copia del diario este era delgado en su portada  dibujaba la estrella de David en la parte inferior en letras doradas con estilo cursiva decía Andreas Russell, Tom lo tomo y nos guio a un espacio de la sala donde había una mesa exhalo profundo y nos miró.

-¿lo leo? Nos preguntó tímido pero con gran interés a una respuesta afirmativa, su voz dulce, sus ojos grises, su carita angelical, el rubor en sus mejillas le hacen parece un chico ingenuo pero no lo es, él es fuerte y astuto yo lo sé.

Tom se ubicó en la punta, yo a su costado derecho junto con Camilo y Sergio; a su lado izquierdo Cristian y Daniel.

Así su voz resonó en el recinto y poco a poco ingresamos a las páginas del diario...