Holocausto, estrella de david.
Capítulo final. Pinta esta realidad.
HOLOCAUSTO, ESTRELLA DE DAVID.
Domingo, 27 de Julio de 1941.
Querido David:
-te amo…
Apretaba su mano con fuerza, desde la ventana se percibía el humo con los restos de concreto que dejaban las casas con el constante bombardeo que la RAF y la fuerza Alemana realizaban sobre Hoorn; me miro preocupado con su rostro manchado de negro, tome algo de saliva mientras unía sus manos junto con las mías y le decía que estaríamos bien; contemple su ropa desgarrada como también el mal estado en que se encontraba la mía. Entonces el suelo tembló nuevamente haciéndonos perder el equilibrio la ventana se quebró y con ella una llamarada entro por un instante la calle estaba cercada por un mundo de destrucción que terminaría en ceniza.♪Pies no me fallen ahora Llévenme a la línea de meta mi corazón se rompe a cada paso que doy Pero estoy esperando Que me digan que eres mío♪
Lo volví a tomar de la mano, juntos de pie observamos la llamas arder alimentadas por el desasosiego, la desesperación, la nostalgia y el olor perturbador a muerte; cada maldito segundo con la muerte encadenada a nuestros pies, vivimos en un mar de agua salada que nos ahoga mientras nos da la sensación de alivio, lo bese intensamente al abrir los ojos vi los de él y sonreímos para retomar el camino.
Sus botas taladraban la calle no descansarían hasta matarnos a todos, -El Führer- sus voces repetían incesantes entre la agitación que les causaba allanar las viviendas mientras el cielo amenazaba con hacer polvo su existencia; Subimos las escaleras sosteniéndonos de las paredes mientras los cuadros rodaban por el suelo. Cuando llegamos al ático todo estaba por el suelo.
Mire por un orificio de la madera mientras en silencio dejábamos que la tropa pasara.
-estamos bien Adam. Le dije evocando una sonrisa.
-no podremos salir, estamos encerrados, presos esperando la muerte. Se tomo del cabello mientras caminaba en diferentes direcciones lo tome de su espalada y le mire fijo.
-estaremos bien, estoy a tu lado. Le propine un beso más largo que recorría sus labios al tiempo que me dejaba invadirlo con mi lengua.
El cielo se torno oscuro entonces el estruendo volvió a estremecer nuestros cuerpos, -quiero ser tuyo aquí… en este momento Adam.
♪ ¿Esto es por error o decisión? Me siento tan solo en las noches Puedes hacerlo sentir como en casa, Si te digo que eres mío…Es como te dije cariño ♪
Entonces sus ojos formaron capaz gruesas de agua, coloque mi mano sobre su mejilla con el pulgar acaricie su pómulo. No era la muerte, no es la aberración al miedo, no es la pena de dos corazones, es amor, es amor… volví a besarlo y también lloraba sentía el camino de las lagrimas cortar con sus dedos.
Baje mi mano por su cuello, acariciando el algodón de su camisa, con mis dedos entre su tirante la deje caer lo mismo con el otro tirante y lo mire; volví a besarlo su saliva recorrió mi mejilla hasta bajar a mi cuello su mano tomo mi cintura perdí las fuerzas de mis pies; no había notado la suavidad de su aroma, el calor de su piel, el dulce de su sudor.
Lleve mi mano hasta su camisa para acariciar su pecho que se agitaba constantemente con el sonido de afuera –no te dejare solo si tu vas yo voy contigo. Le dije entre besos y caricias.
Lo tome de las mejillas cuando sentí la punta de su nariz rozar la mía ambos llevamos nuestras manos a la camisa del otro para desabrochar botón tras botón; el ático temblaba, su pecho tenia el color de las llamas una gota de sudor rodaba por su ahí era una visión en estado de éxtasis.
-te amo, dijeron sus labios.
Tome su mano y la arrastre hacia su pecho junto con la mía -¿me amas?
Arrastre su camisa hasta que cayo al suelo, Adam me despojo de mi camisa, seguí con mi mirada su mano descubriendo mi piel; tome su pantalón y tire de el para que cayera, acaricie su paquete una y otra vez sentía como se ponía duro en mi mano, cada palpitación en momento cuando lo apretaba.
Su mano me quito la gorra que tanto amaba, no había anhelado tanto su pene como en estos momentos donde el calor abarca el lugar, mi mano toco su verga desnuda con el pene duro grueso babeante; sobe sus huevos. Adam gemía en mi cuello sus dientes se aferraban a mi piel y sus manos por primera vez acariciaban mi culo con tranquilidad.
Mi boca bajo por su cuello, sus hombros, pectorales y abdomen, llegue a su pene lo sostuve entre mis labios y me lo lleve despacio a la boca, lo chupaba con velocidad me gustaba el sabor de su preseminal tenerlo palpitando en mi boca cuando lo apretó al paladar, con el glande en mis labios deje que mi mano le pajeara robaba el néctar que me pertenecía de él; estaba rojo sudaba me acariciaba la mejilla y me miraba con amor.
Tenía la polla dura, y su mano me continuaba estremeciendo piel, me deje caer de espaldas al suelo, tome sus manos que se acercaban lo lleve por encima de mi cabeza, nos besamos.
♪No me entristezcas, no me hagas llorar; A… A veces el amor no es suficiente cuando el camino se torna duro, No se por que, solo… Sígueme haciendo reír, Vamos, lleguemos alto. El camino es largo y si continuamos Trata de tener diversión mientras tanto♪ Le mire fijamente –quiero ser tuyo Adam. –déjame ser tuyo; le continúe.
Su cabello cubierto por gotas de sudor que resplandecían con el movimiento del fuego, su boca paso por mi pecho bajando por mi abdomen mi cintura se contrajo de placer, el tomo mi pene entre el bóxer y lo saco lo pajeaba en lo que llegaba.
Su boca lamio mi glande, chupo mi pene un rato sus labios descendieron a mis huevos, levante un poco las piernas Adam las tomo con sus manos y las llevo hasta que mis rodillas tocaron mi pecho; sentía el ano palpitante sudando como el resto de mi cuerpo, entonces otra bomba estallo. Lo tome de la mano y se la descendí para que me tocara.
Acaricio mi pierna y la beso hasta que su boca se apodero de mi ano, lamia cada uno de sus pliegues mientras depositaba algo de saliva con su lengua; así se mantuvo unos minutos; apoyo su glande en mi ano ejerció presión mientras entraba jamás imagine que me doliera tanto apretaba los dientes con fuerza, Adam me miraba preocupado le sonreí ameno y como pude apreté su cadera a mi cuerpo; su glande ingreso a mi esfínter estaba en la gloria, su boca me busco en lo que me adaptaba.
La saco despacio para volverla a ingresar la lentitud sumada a que no quería que la sacara por completo me gustaba, su cadera chocaba ligeramente con mi cola, el pene lo tenia duro goteando gotas de preseminal sobre mi abdomen que ya soportaba el placer que Adam me generaba. Su calor volvió a invadirme coloco su mano sobre pecho como apoyo para así aumentar la velocidad.
El choque se hacia audible –Adam.
Él lanzo un aullido y con el se corrió en mi interior, se agacho para besarme lo tome del cuello su mano me pajeaba a mayor velocidad aun tenia su pene dentro gemía entre sus labios hasta que termine corriéndome, me caí al suelo y el cayo sobre mi.
Acomodo mi cabello que se pegaba a mi frente tras el sudor, lo mire fijamente como nunca antes lo mire pero su mirada se desvió a la ventana entonces la mía se nublo ante la tristeza que le percibía; los estantes cayeron entre el estruendo Adam se aferraba a mi cuerpo.
♪Escoge tus ultimas palabras, Esta es la ultima vez. Porque tú y yo… nacimos para morir ♪
Las latas de pintura cayeron al suelo pintando de rojo y azul nuestro cuerpo, repase mis dedos por su piel tomando algo de pintura entonces vi la belleza de las llamas en aquel brillo.
-levántate, levántate le grite.
Rasgue las sabanas que tendían de un hilo para colocarla sobre un mueble cercano.
Tome los baldes de pintura los destape con fuerza y algo de enojo, tome el pincel que descansaba en el suelo, nuevamente el estruendo nos hizo arrodillarnos tome sus manos -¡píntanos!
Adam estaba sumergido entre las lagrimas lo empuje a el estantes, el espejo quebrado reflejaba retazos de nuestra imagen, me coloque a su espalda desnudo como estábamos, sintiendo sus latidos, sus sollozos en mi oído.
-píntanos amor. Le dije al oído en una confesión del alma.
<> eso me dijo hace unos meses, jamás he amado a alguien como a él, no me importa. No me interesa nada más que él. –te amo Adam. Dije entre lágrimas
El tejado se cayó y con el, el humo comenzó a ingresar no lo suficiente para ahogarnos, -pinta, -píntanos le replique.
Me detuve mientras el trazaba la primera línea en la tela, no podía evitar sentirme quebrado, un inmenso nudo en la garganta un golpe de arena que asfixiaba, sediento en agua salada, respiraba agitado el calor nos invadía la piel brillaba rojo con naranja, entonces lo mire. Yo lo sostenía con mis manos enlazadas a su vientre y mi cabeza apoyada a su hombro. Quiero que esta pintura no muera.
Luego de un tiempo a Adam le restaba su rostro, las botas se hicieron audibles con el silencio de ellas la puerta de la entrada cayo entonces deje de mirar atrás –pinta amor. Le decía mientras el lloraba aguantando sus sollozos.
Las botas hacían eco en las escaleras, el sonido invadió el lugar los vidrios se quebraban mientras la madera se rompía, nuestra puerta sonó entonces todo se torno en silencio, mire a Adam girar a la par con mi cuerpo los soldados se acercaron; realizaron un circulo entorno a nosotros espalda con espalda tomados de la mano.
Uno de ellos tomo la pintura con cierto asco sus manos en puño la rasgaron de punta a punta para luego tirarla al suelo, Uno tenia los ojos mas azules que había visto me tomo del hombro y me halo de él su fuerza era superior a la mía pero no lo dejaría.
-Adam, Grite entre lagrimas sin realmente poder oír mi voz
Su cabello tapo su frente y mire sus ojos mientras sonreía en lo que una lagrima se desarmaba en el suelo, lo lanzaron a una pared cercana tres de ellos le apuntaron con sus armas me levante con la fuerza que me quedaba pero un codazo me lanzo al suelo, luego el sonido volvió al lugar tres disparos detrás de un apretamiento de gatillo. Me levante y cuatro armas apuntaron a mi.
♪Te amaré hasta el fin de los tiempos Esperaría por ti, Promete que recordarás que eres mío ¿puedes ver a través de las lágrimas? Te amo más… ♪ -¡Ahh Adam, mierda Adam! Dije agitado arrugando las sabanas que arropaban mi cuerpo, tenia el cuerpo mojado a sudor como el cabello tapando mi vista, baje la mirada sentía la boca seca las lágrimas desprendiéndose de una realidad no entendida.
-ha sido una pesadilla hijo, dijo mi madre acercándose a mi cuerpo, con la pijama de seda fina arropándome entre sus brazos.
Miraba a la nada solo estaba ahí, mudo sin palabras –así terminaría tanto amor, esta es la tragedia a la que me debo atar mientras me entrego al amor, que sentido tiene ser feliz si existe la posibilidad que te la arrebaten de la manera mas cruel- no quiero. -¡Noo!
-Andreas mírame, mírame; cálmate debes calmarte. Decía mi madre sosteniéndome entre sus manos.
Hannah ingreso al cuarto con agua y algunas pastillas, se las dio mi madre entre la inseguridad, ella me miraba con miedo yo no sabia si la estaba mirando o que veía en mi.
-tómalas te sentaran bien. Gire mi mirada para encontrar las manos de mi madre en una tenia el agua servida, en la otra tres pastas blancas. –debes calmarte.
Golpee con toda fuerza el vaso que ella tenia quebrándolo en pedazos en frente de los pies de mi hermana, me levante de la cama totalmente alterado, todos eran enemigos, todos se oponían a esto, todo se reducía a la nada.
-¡déjame en paz de una buena vez!
-pero hijo…
-nada tu… tu eres la peor cosa con la que me pude topar en esta cochina vida, me tome del cabello mientras lloraba de desespero, -eres conformista, mantenida, débil un puto y simple fracaso no inspiras mas que la lastima de mi padre. TU… dije señalándola con el dedo –eres la puta miseria en dos piernas. – ¡anda dime! ¿Que se siente fracasar? Le grite a mi madre que pretendía defenderse.
-no quiero ser como tú, no quiero ser parte de ti; jamás había sido tan sincero como lo fui en ese momento de ira.
-¡cállate! Grito una voz distinta a mi madre, esta tenia poder control sobre mi, me hacia temblar y su tono me dejo sin voz.
Mi padre ingreso a la habitación, con la pipa de medio lado y u mirada de hielo fija en la mía, se coloco en frente de mi, me golpeo fuertemente su mano quemo mi rostro me lanzo al suelo, desde ahí lo mire a lo alto.
-levántate, me ordeno.
En pie me volvió a golpear con mas fuerza, me sostuve de la cama para no caer, la presión me hizo vomitar entre lo borroso de las lagrimas mi madre salió junto con él. La persona que más admiraba se había decepcionado de mi todo por una… por algo que no valía la pena.
-¿Por qué me ayudas? Le dije a Hannah mientras me levantaba.
-eres como ellos, solo te preocupas por ti, te aferras a un momento, no eres mas que…
Otro golpe se dirigió a mi, la tome de ambas manos pero me golpeo el abdomen con la rodilla; me lanzo a la cama se acerco a mi y sin dejarme hablar comenzó.
-deja la estupidez Andreas, que te hace diferente a nosotros vivimos de una misma manera. Se acomodo el cabello, sus manos me tomaron de los hombros y sin desviar mi hambrienta mirada- ¿Qué tienes con Adam?
-¡de que hablas!
-no soy idiota no lo niegues, en el cine, esa noche en su casa todo este tiempo me calle por simple asco pero quiero entenderte no me gusta verte mal…
-¿por asco? ¿Si lo sabias por que no me denunciaste?
-¿Qué sientes por él?
-no se, le dije con la mirada altiva. ♪Te dije que no importa lo que hicieras yo estaría a tu lado Porque yo soy de los que están con su pareja hasta la muerte; Sin importar si fallas o si logras volar… Bueno, a la mierda, al menos lo una parte de mi murió♪
-se revuelcan como simples animales no hay duda… -¡Cállate! No es eso lo sabes, le dije con algo de ira.
-¡por que lo defiendes debes dejarlo lo antes posible! ¡El se ira mañana!
Esto último taladro mi pensamiento, porque me empeñaba en lastimar a alguien que no vería nuevamente en mi vida, porque empeñarme en ser una persona de recuerdos débiles y anhelos sobre papel que se mancha con lágrimas de ausencia.
-no puedo hacerle daño por si, dije de golpe con la mirada perdida en un inmenso vacio que terminaba en sus ojos.
-¿Por qué si? Así defiendes a ese chico, espere un porque lo amo; algo que me dijera que no es simple atracción animal. ¡Puede que él si sienta algo por ti!
-Hannah yo daría mi vida porque la de él fuera feliz, no tengo mas que decirte estoy cansado. Le dije reteniendo mis lágrimas en lo que la puerta se cerraba para aullar en silencio en mi almohada.
Sentía los ojos hinchados, la garganta seca y la cabeza quería explotar; parpadee despacio al sentir la brisa que ingresaba por la ventaba entre abierta; el terciopelo azul de la cortina ondeando con tranquilidad permitiéndole paso a la luz que me enceguecía los ojos, bloquee la vista con la mano en un suspiro me senté sobre la cama con las manos enlazadas y la mirada perdida. –hoy se ira-
Me coloque el albornos, con la toalla al hombro me dirigí al baño; esta pena, este dolor, esta esencia de muerte me siento miserable de no poder compartir lo que siento sin esperar que alguien me señale para fingir que no me hiere cuando la verdad es que me pudre, me niego a ser invadido por la miseria que corroe el alma de los que me rodean; hacer otro pedazo de puta que lamenta su suerte y juega a verse como el más miserable.
Soy mirado con negatividad en los lugares por donde pase, no puedo callar sin parecer hipócrita o alagar sin parecer un zalamero, pienso en como me convertí en esto, para cualquiera es sencillo aparentar lo que no es pero lo que consigue en la vida resulta siendo tan falso como él; ¡maldita sea! Dije golpeando el lavamanos apretaba los dientes cerraba los ojos –me siento preso-
<>
¿Como consolar a un desdichado con sus propias ideas de desdicha? Como esperar que de la guerra nos conforme la muerte de los que nos quieren matar, la destrucción de lo que una vez fue nuestro hogar, como sentirse bien siendo observador de la miseria. Por lo general la gente estúpida pregona su inteligencia y detesta encontrar alguien de verdadera inteligencia en su camino.
Salí del baño ingrese a mi cuarto y me vestí, al bajar encontré a mi familia reunida sentada dando gracias por el desayuno me senté en silencio y espere a que el desayuno terminara para hablar con mi padre; él tomo uno de sus abanos calaba humo con delicados movimientos de su boca, me miro desde arriba directo sin parpadear.
-quiero hablar de la familia Brander, le solté de golpe.
-que quieres saber hoy a las seis de la tarde partirán por el puerto de la ciudad rumbo a Gran Bretaña, dijo sentándose en el sofá mientras se vertía algo de licor en la copa.
-¿crees que estarán bien? Le pregunte algo preocupado.
-No puedo asegurártelo pero eso esperamos todos. Dijo levantándose, se dirigió al perchero tomo su sombrero su abrigo cerraba la puerta dejándome atrás con las preguntas en la boca. –espero verte allá cuando llegue la hora.
-¿y que piensas hacer? ¿Acabaras con esto, no? Me cuestiono Hannah que estaba al tanto de la conversación con mi padre, seguramente escondida desde algún rincón.
-¡Adam se ira que más quieres que haga!
-que seas feliz hermanito; dijo sentándose a mi lado tomándome de la mano evocando una bella sonrisa.
Tome el teléfono y le pedí a la señora Brander que me pasara a Adam, su voz es tan dulce, tan suave, tan de él. – ¿Puedo verte antes de que te vallas?
Me coloque la mejor de mis camisas, como el pantalón mas fino, las tirantas importadas y el gorro que tan bien me queda; mire a mi hermana que sonreía desde la puerta y me indicaba que podía o no quedarme bien; me coloque los zapatos negros de cuero brillante, estaba nervioso ya había acomodado la camisa tres veces.
Me sonreía cuando vi a mi hermana tirarse al suelo tapando sus oído entonces un pito espantoso se apodero de mi cuerpo, era parecido al chasquido de un arma pero con un eco impresionante, nos quejábamos en el suelo preguntándonos que pasa el sonido se expandió cuando se hizo soportable nos levantamos mi hermana se aferro a mi cuerpo; mire por la ventana la calle la gente corría despavorida mientras carros llenos de soldados SS recorrían la zona; entonces parpadee intentando comprender la realidad.
Mi madre entro al cuarto lucia demacrada con las ojeras oscurecidas, los labios removidos, su cabello despeinado, entonces baje a sus manos.
-¡que haces con mi Diario! Le grite fuerte con mucha ira.
Me acerque a ella y tome lo que me pertenecía arrebatándoselo de sus manos; las puertas comenzaron a caer y las masas se desconsolaban tener gritos, cada vez mas y mas aviones inundaban el cielo. Mi madre se acerco a nosotros para besar nuestras frentes.
-deben escapar, nos dijo abriendo la ventana. -¡ahora! Nos grito con autoridad al oír la puerta crujir.
Mire a Hannah que no dejaba de llorar, aferrándose a mi cuerpo como única fuente de poder, entonces la volví a mirar desconcertado ¿de donde podía tener fuerza mi madre?; la puerta cayo al suelo y la casa fue invadida por pisadas que buscaban rastro de vida judía. La mire tirar a Hannah por la ventana que daba a los arbustos traseros.
-¿Por qué? Le cuestione mientras ella no paraba de llorar, mi madre acaricio mi rostro.
-no sabia que llorabas, Me dijo en ironía con amor en su mirada.
Entonces apretó mi mejilla y la vista se me nublo por completo. –Ma, Ma, Madre.
Mi madre volvió a besarme la frente, tomo mi diario entre sus manos no supe en que momento las mías carecieron de fuerza. –Perdóname Andreas por no ser esa madre para ti. Su voz se corto siendo la ultima vez que vi sus ojos me lanzo por la ventana.
Al caer, me dolía la espalda me levante algo mareado con el cuerpo adolorido. –Hannah levántate ¡vamos!
Caminamos unos pasos, mi hermana fue la primera en girar la vista hice lo mismo y la vi ahí posada en la ventana pero de momento giro, debía volver, debía hacerlo, pero las manos de mi hermana me detuvieron. –No Andreas, no.
-es mi mamá; le dije en un grito, buscándola a ella de nuevo por la ventana pero ya no estaba.
-¡vámonos hermano! ¡Vamos!
Me cacheteo fuertemente, sus ojos pardos mostraban desesperación entonces la seguí sin mirar atrás, mire a mi hermana mientras corríamos se limpiaba las lagrimas el viento le desprendió la cinta a su cabello; me pare en seco agitado recibiendo los golpes de las personas que continuaban corriendo.
-no puedo debo ir donde Adam, dije en un estado de lucidez. –No puedo, le replique, -no sin él.
Las estrellas de David que fueron pintadas en los ventanales de las casa eran quebrados por piedras opositoras, pasamos por la tienda de comidas y juntos corrimos al parque.
-Adam, grite al no verlo, me tome de la cabeza llevando mi cabellera hacia atrás.
Mi hermana jalo mi brazo y me apunto hacia él, tenia el miedo en sus ojos, pero no se fue de este lugar, corrí tras él, cuando sentí su calor en mis brazos lo apreté fuerte. –no me vuelvas hacer esto. Le dije acariciando su cabellera.
♪Puedes ser mi tiempo completo, cariño; Caliente o frió; No me rompas He estado viajando desde muy lejos He estado intentándolo tanto… ♪ Sin percatar donde estaba bese por un instante sus labios colocando mi frente sobre la suya, respirando agitado el aire que emanaba desde sus labios, volví a apretarlo, mi hermana que presenciaba a un lado la escena se acerco para separarnos pero no solté la mano de Adam no lo haría; y él correspondería a mí.
-debemos irnos, dijo mi Hermana.
Era claro que debíamos ir al puerto pero nosotros no nos iríamos solo seria él, tomamos el camino de la multitud, observábamos a los niños desprenderse de su madre, a los ancianos siendo pisados por los demás, los gritos de una madre que nadie quiere escuchar; los tiroteos de las SS no se hicieron esperar las personas caían a tu costado tenia a mi hermana en un lado y a Adam del otro.
Un carro cerco la avenida por la que corríamos dimos vuelta pero uno segundo tapaba a unos kilómetros estábamos rodeados, nuevamente los disparos y el aullido de la gente, ese mismo que los enloqueció grandes masas de acá a allá; corrimos lejos sin saber donde.
-¡Andreas! Con su voz me detuve mi hermana estaba gritando.
La busque con la mirada, mire a Adam pasar saliva pero no la veíamos y su voz se perdía cada vez mas –Hannah, grite su nombre repetidamente.
Parpadeaba agotado, el cabello envuelto en sudor nublaba la visión, el corazón se me quería salir sentía que no podía mas entonces su mano me apretó, mire en frente, tenia un arma apuntándonos la frente.
-Sie Knie, grito aquel joven.
Nosotros llevamos las manos hasta la cabeza nos arrodillamos en el suelo, él movía su arma en visión a uno o el otro, la rozaba por mi frente el metal frio recogía las gotas de sudor de mi cuerpo, entonces apunto a Adam.
-déjelo ir, le dije de manera amenazante sin mover mi cuerpo un centímetro; aquel joven sonrió complacido y lo golpeo suavemente con le arma.
Mire al suelo cuando apretó el gatillo, entonces mire desconsolado había él, su sangre salpico sobre mi cuerpo y lo vi caer; el joven de las SS estaba muerto y a su espalda un hombre viejo marcado por la estrella de David que empuñaba su escopeta con fuerza. Mire a Adam me arrastre sobre mis rodillas hasta encontrarlo y lo abrace, apreté su cabeza a mi hombro.
-te amo, le dije una y otra vez, -te amo, le repetí al verlo fuera de si, cubierto con el miedo.
Limpie su rostro, él no merecía esta realidad, no era justo, lo tome de la mano y lo lleve a un callejón, busque de un lugar a otro, mire a Adam pero él no salía de su conmoción; note una ventana pequeña que dirigía al ático de una casa.
-¡mírame Adam! ¡Mírame!, le decía en tono moderado esperando que parpadeara que reconociera en algo lo que sucedía, estaba en Shock y me dolía verlo así.
♪Estoy solo en la noche Intente tanto no meterme en problemas, pero Tengo una guerra dentro de mi cabeza Así que solo conduzco… Solo conduzco, Muriendo joven y jugando duro
Esa es la manera en la que mi padre hizo de su vida un arte♪
Lo apreté fuerte entre mis manos, deje que su mirada llegara a la mía. –Amor mírame, lo bese de una manera insaciable sus manos cayeron para en un momento con algo de indecisión tomar mi cintura.
-no temas, estoy aquí.
Me acosté con él en el suelo, Adam sudaba mucho, su boca seca, sus manos temblaban y sus ojos no dejaban de mirar con las pupilas dilatadas; ha sido horrible, donde sea que esto nos lleve me aterra pensar en su mirada que por ser judíos nuestro valor es tan miserable; -no todos son como él- soy alemán pero me repugna serlo.
Arrope a Adam con una manta y camine por el lugar, todo estaba caído, las tablas húmedas tan frágiles, entre tela y polvo un cofre contenía un arma contemple con desparpajo su brillo, la guarde ente mi pantalón para volverme a recostar junto con Adam, me dormí con su cabeza en mi pecho.
-¿¡Qué nos importan esos judíos, acaso esperas que la Gestapo venga y nos arreste hablo de nuestras vidas!?
-son personas, mujer.
-shiii, le dije a Adam al oír las voces detrás de la puerta, me escondí detrás de unas tablas viejas, con el corazón en la mano y el arma en la otra.
-no crees que si deben morir es porque ellos se lo han buscado, hablo de nuestras vidas. Hablo ella en un susurro.
Adam se levanto tomo una de las tablas y la coloco en la puerta, lo mire retroceder unos pasos, aquel hombre la golpeo desde afuera una y otra vez, el polvo brillaba con los últimos rayos de luz que transmitía la ventana.
-abran la puerta, os denunciare.
Aquel hombre pateo la puerta hasta quebrar la madera, Adam permaneció inmóvil mientras este le apuntaba con su arma, la mujer reposaba en su brazo. –manos arriba judío.
-donde esta tu compañero, con el que dormías hace un momento. Dijo ella
-no se de que me habla, respondió Adam en un hilo de voz sin esquivar sus miradas.
-¡donde esta!
En su grito sus pies se acercaron a Adam, tome el arma entre las manos y le apunte, mientras una lagrima caía apreté el gatillo, observe su cuerpo caer mientras mis oídos aun guardaban el tono desconsolado de la mujer; entonces ella se lanzo para tomar el marido entre sus manos y un segundo disparo propinado desde mis manos le dio en el pecho; cayo desangrada en frente del cuerpo de su marido.
-¡vamos corre, falta poco! Le decía a Adam
La vista se nublaba, el cielo se torno completamente gris, estábamos agitados agotados de correr a lo que seria su única salvación; podía mirar el muelle y el barco de mi padre, la marea ondeaba con cierto afán, busque a mi padre con la mirada pero no hallaba nada de él; nos detuvimos en frente de la mercancía; El amigo incondicional de la familia aspiraba su habano mientras con algo de nostalgia deseaba volver al mar.
-necesito tu ayuda, le grite.
Él se giro entorno a mi, acaricio mi rostro con lagrimas contenidas en sus ojos, su piel áspera me dejaba inmovilizado observando los labios de Christopher Hillesum intentando pronunciar palabra –señor Andreas has crecido mucho, hace quince años eras un bebe que reposaba en mis brazos; veo en tus ojos la necesidad y el hambre cuanto me fuera gustado ahorrarte esta pena; la familia del joven Brander esta escondida en la parte superior pero me temo que el deberá viajar en la parte de abajo.
Asentí con la cabeza, le iba a preguntar por mi padre pero él prosiguió –tu debes volver tu padre estará aquí en unos minutos.
♪No me dejes ahora, No me digas adiós, No des la vuelta, Déjame alto y seco; Estoy cansado de sentirme como un maldito loco, Estoy cansada de conducir hasta ver las estrellas en mis ojos Miro al cielo para escucharme decir "Cariño, me esforcé mucho, solo conduce"
-debo volver- me repetí para mi mismo mientras caminaba junto con Adam a lo que seria nuestra separación de esas en la que te aferras a todo aunque seas consiente que no volverás a verlo.
Entre primero a la parte trasera, Adam siguió con paso indeciso, sus manos apretadas en frente, la luz le lucia tan bien y todo esto lo pensaba mientras intentaba respirar y no llorar frente a sus ojos cuando cada maldita pisada me cortaba el aire dejándome sin aliento.
-estoy listo Andreas.
Desde cuando dolía tanto respirar, desde cuando las lágrimas pesan más que los ojos, lo tome de la mano mientras apoyaba su frente contra la mía, lo bese con fuerza –no somos criminales- le dije acariciándolo, -estoy orgulloso de ti.
-mírame… debes sobrevivir.
Camine hacia afuera, cuando su mano apretó la mía –Andreas, volveremos a vernos ¿verdad?
Me gire hacia él.
(Los carros de la Gestapo)
-escóndete, lo mire nuevamente –te amo, le dije quebrándome por dentro antes de correr a la luz del exterior.
- Christopher, ¡vete ya, no te detengas!
-pero señor…
-¡hazlo ahora! Le grite cuando los carros se detuvieron, con ellos los soldados bajaron en fila.
Christopher corrió y el motor del barco resonó con fuerza.
-deténgalo.
-pasa algo oficiales, resonó la voz de mi padre que se colocaba a mi lado.
-manos en alto, dijeron los ocho apuntándonos con sus armas.
-el barco no se detendrá; dijo mi padre.
-si, que son insolentes.
--no llores Andreas, dijo mi padre. –levanta la mirada, no hay destino distinto a morir o irnos a un campo de concentración en cualquiera de los casos no somos criminales no te sientas como tal. Adam es un gran chico quiero que sepas que siempre aprobé lo que tenían.
Un sonido fuerte proveniente de sus armas dejo todo en silencio…
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Muchas gracias a todos aquellos que siguieron la serie, es el final o por el momento lo considero justo; muchas gracias son los mejores.