Hollywood

Esta el la historia de mi vida como actor en Hollywood. Un homenaje a las actrices que más me calientan. Primer Capítulo: Me metó al camerino de Lindsay Lohan y empiezan mis problemas.

Esta serie de relatos son el resultado de una serie de fantasías y no tienen ninguna base en la realidad. No conozco a ninguna de las celebridades mencionadas y las películas que menciono no existen en su mayoría. Escribo esto como un homenaje a las actrices que más admiro.

Capítulo 1.

¿Qué puedo decir? Soy un pervertido. Puedo dar mil excusas, pero serian solo eso: excusas. Al final todo lo que hice lo hice por sexo; por eso fue que logré llegar hasta donde llegué y por eso mismo lo perdí todo.

Pero empecemos en el principio: Mi nombre es Pablo Guerra. De seguro no me reconocen, pero sí me conocen por mi otro nombre, mi nombre artístico, que prefiero no dar aquí. Desde pequeño soñé con ser actor. Llegar a hollywood y ser parte de toda esa magia. Pero como les dije en un principio, poco tenían de noble mis intenciones. Decidí que sería actor viendo "Mi Bella Genio", imaginando que yo actuaba el papel de Tony Nelson, soñando con encontrarme a Barbara Eden en los camerinos para follarla hasta el cansancio.

Iba a cine todo el tiempo y mi familia siempre pensó que mi interés por el séptimo arte era de admirar. Pero nunca vi una película en la que no hubiera una actriz hermosa con la cual poder fantasear después. Y son muy pocas las películas que no tienen una.

En el colegio estaba en el grupo de teatro y tuve la fortuna de perder mi virginidad detrás del escenario, justo antes de una función, aunque esa es una historia para otro día. Una vez me gradué convencí a mis padres de pagarme un viaje a Los Angeles, en donde comencé mi aventura de convertirme en un actor.

Después viene una época de mi vida de la que no me gusta hablar, de nuevo otra historia para otro momento: Trabajos mal pagados, hambre, uno que otro pequeño trabajo como extra y un par de películas porno de muy bajo presupuesto.

Mi gran oportunidad llegó con un trabajo de extra en una película de Lindsay Lohan. Yo estaba vestido como un empleado de restaurante y mi trabajo era servir un café a un personaje secundario. Nada del otro mundo. Sin embargo, me daba la oportunidad de quedarme en el set, mirando cómo se hacía una película de verdad. Estando ahí parado un hombre empezó a gritarme, preguntando si ya había llevado su desayuno a la señorita Lohan. Para cuando logré entender que me estaban confundiendo con un empleado de restaurante de verdad por mi vestuario, ya me habían dado una bandeja y me habían señalado el camerino de Lindsay.

Decidí evitar discusiones y llevar la bandeja. Pensé que tal vez incluso podría verla en persona. No es que me gustara mucho, pero igual me había hecho alguna paja pensando en ella. Golpeé la puerta varias veces, pero nadie respondió.  Una asistente pasó de afán y me dijo que ni lo intentara, que la noche anterior había estado tomando hasta tarde y de seguro no se levantaría en horas. Ella me abrió la puerta del camerino y me dijo que entrara en silencio, dejara la bandeja y me fuera.  Una vez adentro alguien llamó a la asistente, que se marchó, dejándome solo en el camerino.

Y entonces una idea enfermiza me entró en la cabeza. En medio de botellas vacías vi la cama de Lindsay. De la actriz sólo podía ver sus cabellos pelirrojos. Olia fuertemente a alcohol. Cerré la puerta del camerino, deje la bandeja en cualquier parte y me acerqué a la cama. Retiré con cuidado la cobija, hasta ver su rostro dormido y sus hombros. No tenia nada puesto al parecer. Seguí retirando la cobija lentamente hasta ver que contrario a lo que había pensado no estaba desnuda. Las tiras de sus sostén estaban caídas hacía los lados. La frustración sumada a la presión en mis pantalones me dio coraje para halar la cobija del todo. Ella murmuro un poco aun dormida y se giro para quedar acostada boca arriba. Estaba en ropa interior y el movimiento hizo que uno de sus senos quedara al aire libre. Que tetas tan hermosas. Que cuerpo. Una celebridad de verdad, acostada, semidesnuda frente a mí. No estaba pensando con claridad. Me quité los pantalones y me comencé a masturbar frenéticamente, pero no era suficiente. Me acosté a su lado mientras seguía masturbándome.

Entonces pasó: ella se giró de nuevo hacía mí. Su pierna se puso sobre mí, su muslo desnudo tocó mi miembro y no pude aguantar más, disparé varios chorros de semen sobre su pierna. Ella no se despertó. Estaba prácticamente abrazada a mí. Pensé que si se despertaba yo estaría perdido. No volvería a trabajar en ninguna película. Incluso podría acusarme de violación!

Traté de mover su pierna y pasó lo que más me temía. Abrió los ojos. Me miró sorprendida. Se sentó en la cama. Parecía confundida. Yo no podía ni hablar. Ella se puso de pie, bebió un sorbo de jugo de naranja y me miró de nuevo, yo sin pantalones, flácido y con cara de culpa. Entonces me habló:

"Demonios, ¿Cuánto bebimos anoche?"

Como un idiota yo solo levanté los hombros. "No se. Mucho, creo"

Ella se acomodó el sostén. Se sentó en la cama y me puso la mano en el muslo. Casi de inmediato se me puso dura de nuevo.

"Mira, no te ofendas, pero no recuerdo nada de anoche. Había mucha gente en la fiesta. Ni recuerdo tu nombre."

Yo aún no salía de mi asombro, pero entendí que estaba de suerte. Me senté a su lado, le puse la mano sobre la suya y le sonreí.

"No te preocupes. Yo tampoco recuerdo mucho"

Ella le echo una mirada a mi miembro erecto y bebió otro poco de jugo.

"Supongo que ni es necesario que te diga que no puedes hablarle de esto a nadie. " Luego lo agarró con una mano y sonrió: "Si nunca lo mencionas estoy segura que te lo voy a agradecer."

Decidí arriesgarme un poco más: "No quiero sonar desagradecido, pero soy actor sabes, y si pudieras conseguirme algún trabajito pequeño yo olvidaría del todo lo que pasó aquí, me iría ya mismo y te dejaría dormir en paz"

Ella empezó a mover su mano. "Espero que no te moleste mi sinceridad, pero me alegra que me pidas eso solamente. Mi cabeza me está matando y no tengo ganas de follar de nuevo. Además me caes bien, eres todo un caballero, se nota que te corriste por fuera."

La situación era increíble. Tanto que tardé solo un par de minutos en correrme sobre su mano. Luego le di mis datos, me vestí y salí de ahí. Ese fue el verdadero inicio de mi carrera como actor...