Hogwarts History XXX (7)
Bueno, Rous se despide, este es el último relato de HHX aunque quien sabe? espero k disfruten de él.
Hola gente! Os presento la última entrega de la saga de HHX, quizá haya prólogo, no lo aseguro pero podría ser, de todas formas este es el último, espero que os guste tanto o más como las otras y finalmente agradeceros a todos lo muchísimo que me habéis apoyado, aunque a veces no conteste por MSN o me ponga un poco borde. Jeje. Bueno aquí va:
Hogwarts History XXX (7)
Hola a tod@s, como va? Bien pues este será el último relato que os narraré, espero que os guste, creo que la última vez me quedé en que ya tenía a todos los necesarios para mi fiestecita privada, pues aún falta alguien.
Bajé al comedor por la mañana y me senté al lado de Hermione. Ella se giró y me entregó una carta.
-El correo llegó hace diez minutos y dejó esto para ti.- asentí y abrí la carta, el papel de dentro era rosa y estaba perfumado con un conjuro.
"Querida Rous. Como va todo por Inglaterra? Te anuncio que nuestra escuela va a hacer una pequeña excursión de una semanita a tu colegio. Espero no que me acojas bien allí, a mí y a Sara. Con mucho cariño, tu hermanita, Lola."
En aquellos momentos se me ocurrió una cosa, éramos ya suficientes para la orgía pero por dos más no empeoraría el asunto. Así que me dispuse a susurrarle a Hermione cuando de pronto Dumbledore se levantó y pronunció algo:
-Alumnos de Hogwarts, quiero anunciar que vamos a acoger durante una semana a unos compañeros de Francia, espero que hagáis buenas amistades y que los tratéis como se merecen.
-Tienes una misión.- le dije a Hermione.- Encuentra un lugar adecuado para la orgía.
-Ya lo tengo.- dijo sonriendo.
La semana próxima llegó ansiadamente por mí. Ya había anunciado ya a todo el mundo la orgía y solo tenía que esperar a que llegara mi hermana y su amiga, así que bajé hasta el patio de Hogwarts para esperar la llegada de los alumnos franceses y vi a una gran multitud de alumnos de Hogwarts también que esperaban ansiosos la llegada del colegio francés. Hacía un gran día y el patio desprendía una fragancia a césped húmedo que daba gusto pasear por él.
De pronto una nube dorada bajó del cielo y se posó en el centro del patio, todos los alumnos la rodearon y de ella empezaron a salir mis antiguos compañeros de la nube. Vestían como siempre, una túnica dorada oscura con cintas de diferentes colores según la casa. Al momento vi a mi hermana Lola junto a su amiga Sara. Me miraron y me saludaron enérgicamente, estaban todas en fila presididos por una dama genuinamente bella, tenía el pelo blanco pero una belleza espectacular, desprendía un aura plateada que al juntarse con la de Dumbledore hizo que saltaran chispas. El director de Hogwarts hizo una gran reverencia a madame Safor que era la directora de mi antiguo colegio. Tras una charla con los alumnos le dejaron ir a pasear por Hogwarts y quedé con mi hermana. Estábamos en una sala de lectura del tercer piso Lola, Sara, Harry, Ron, Hermione y yo. Después de aburridas presentaciones y tontos comentarios Lola sacó el tema que nos interesaba a todos.
-Bueno y que es eso de una orgía que me contaste por carta Rous?
-Ya había pensado en vosotras también. La pesaba hacer pasado mañana pero primero Hermione dinos a todos donde habías pensado.- dije yo.
-Algunos ya conocéis ese sitio, es un lugar misterioso y mágico. La llamamos la sala del os menesteres o más comúnmente conocida como la sala que viene y va.- nos explicó Hermione.
-En qué consiste? Es algún pasadizo secreto o algo parecido?
-No, es una habitación, no es una sala cualquiera, solo aparece si la necesitas y hay que hacer algo especial para que aparezca. Y cuando estemos dentro la sala se adecuará a nuestras necesidades, ya lo veréis cuando sea el momento.- Nos íbamos marchando de la sala de lectura cuando Lola me cogió por el brazo y nos rezagamos.
-Quiero ver ahora esa sala, por favor Rous, vamos un momentito.- me encogí de hombros.
-Yo no sé donde está. Además solo tienes que leerle el pensamiento a Hermione y averiguarlo.
-Pero yo quiero que venga ella también.
-Vale ahora se lo digo. ¡Hermione! Acércate un momento. Chicos adelantaos, ahora iremos.- ellos asintieron.- Quería preguntarte si podríamos visitar un momentito la sala de los menesteres. Solo será un momento.
-Ningún problema.- dijo Hermione.
Nos dirigimos a la sala de los menesteres, hicimos un gran rodeo por diferentes pasillos hasta llegar. Cuando llegamos a una pared lisa una puerta apareció y entramos. La sala era normal, de piedra suelo de piedra y de unos 100 metros cuadrados. La puerta desapareció. Y una sensación de magia nos rodeó a las cuatro. Un armario en una pared apareció de la nada con una mesa llena de delicias culinarias.
-Alguien tiene hambre?- dijo Hermione sonriendo. Sara levantó la mano tímidamente.- Como os he dicho esta sala os proporcionará lo que deseéis.
-Si deseo dormir aparecerá una cama?- Hermione asintió a la pregunta de Lola. Lola cerró los ojos con fuerza. Estaba deseando algo muy infantil.
La sala cambió por completo, se llenó todo de color rosa, las paredes, el techo, alfombras y moquetas protegían el suelo, cientos de camas con cojines rosas y cientos de peluches multicolores, el ambiente cambió y un aroma a flores y a colonia nos rodeó. Lola abrió los ojos y se puso muy contenta, empezó a dar saltos de alegría y Sara la cogió de las manos y se pusieron a dar saltos de cama en cama y echando todos los cojines y peluches fuera de las camas esparciéndolos por el suelo. Hermione y yo sonreíamos, éramos algo más maduras, ellas tenían tres años menos que nosotras. De pronto una de ellas cayó sobre la otra, Sara sobre Lola y se quedaron mirándose una encima de la otra. Hermione y yo nos miramos y sonreímos.
-Vamos chicas, podréis esperar hasta pasado mañana?-dije yo. Ellas me miraron fastidiadas.
-Solo un rato.-les negué.
-Vamos!- y se levantaron sin oponer más resistencia.
Al día siguiente me pasé todo el día comunicando a la gente que iba a asistir a la orgía el lugar y la hora a la que tenían que estar al día siguiente. Quedamos a las 12 de la noche en la entrada del tercer piso. Con un poco de suerte pasaríamos desapercibidos de los prefectos y de algunos fantasmas indeseables. Cuando por fin se lo dije a todo el mundo ya era de noche y me fui al gran comedor a cenar.
El día siguiente fue eterno, no acababa nunca, por fin a las 8 de la noche después de cenar bajé a la sala común a descansar un poco antes de la fiesta. Allí se encontraban Lola y Sara, aprovecharé esta ocasión para describirlas: Lola es exactamente igual que yo solo que sus ojos son azules y los míos verdes y además hay una diferencia en la altura prácticamente inapreciable, pero su melena rubia y su cuerpo era como el mío, las piernas rosadas y largas, los pechos de señorita pero de zorra eran igual que los míos, somos dos veelas espectaculares. En cambio Sara es una chica morena, no es negra pero es mulata, de madre blanca y padre negro. Tiene los ojos verdes y una pequeña melena castaña, sus piernas son increíbles por no hablar de su boca, tiene una cara peculiar, es preciosa pero aun así tiene un morbo increíble, para resumir, tenía un cuerpo de súper modelo metido en un cuerpo de una niña de catorce años. Pues bien, allí, en la sala común estaban las dos chicas impacientes, riendo e imaginando como iba a ser la fiesta de esa noche.
-Preparadas chicas?- les dije sonriente.
-Claro.- dijeron ellas al unísono.
-Estáis impacientes?- ellas sonrieron como locas.
-Por favor no podemos ir nosotras antes?
-De acuerdo, hablaré con Harry. Esperaos aquí.- me dirigí a la habitación de los chicos donde se encontraba Harry.- Hola, he decidido que yo y las chicas nos fuéramos un poco antes, a las doce reúnete con el grupo de los chicos y llévalos a la sala de los menesteres.- él asintió y yo me fui para abajo, allí me reuní con Lola, Sara, Luna, Ginny, Hermione y Cho, que aunque no era de la casa de Grifindor había conseguido entrar porque era prefecta. Así que las siete chicas nos encaminamos al tercer piso y entramos en la sala de los menesteres.
-Como la acondicionamos?- pregunté yo para que todas estuviésemos de acuerdo.
-Yo quiero cientos de cojines por todas partes.- dijo Ginny y casi todas la apoyaron.
-Que os parece un hechizo avivador de la bestia en la puerta, todo hombre que pase por la puerta sentirá deseos de follar insaciablemente y sus fuerzas aumentarán considerablemente.- dijo Lola.
-Pero nosotras no daremos abasto, nos matarán, por eso, como lo veo una buena idea que os parece si antes de que lleguen nos tomamos una poción para aguantar.- dije yo y todas estuvieron de acuerdo con las dos opiniones.
-Pero hay un problema,- dijo Hermione- somos siete chicas y solo seis chicos, habrá alguna que se aburrirá durante un momento. Que os parece un hechizo de pollas voladoras por toda la habitación y eternamente permanente?- asentimos.
-Bien pues pongámonos manos a la obra. Ginny, Lola y Sara, vosotras encargaros de la comodidad y de la decoración, Cho y Luna, vosotras preparad las pociones, haced en cantidad, yo formularé el hechizo.
En un momento todo estuvo a punto, la pociones se estaban preparando y la sala era increíble. Perecía la habitación de una niña pero muy muy grande. Había cojines por doquier, cada paso pisabas uno, camas a pares, las paredes forradas con papel rosa y estrellitas, luces tenues y moqueta por toda la sala, de diferentes colores. Y en medio una piscina enorme con fuentes por todo el exterior y luces iluminando desde dentro y sin olvidar el apasionante olor a dulce que desprendía toda la sala.
-Fantástico chicas! Hemos hecho un gran trabajo.- dije yo felicitándolas. Sara me susurró algo al oído y asentí con la cabeza.
-Tengo una última propuesta.- dijo en público- Se que todas estamos muy buenas y que tenemos unos cuerpazos que ya los quisieran, pero que os parece si nos hacemos un pequeño arreglo temporal?
-Estás sugiriendo que mejoremos nuestros cuerpos para hacernos más atractivas?- dijo Hermione. Sara asintió. No les parecía una gran idea pero tampoco se oponían y al final aceptaron.- Pero como lo haremos?- Sara se concentró y una pequeña estantería apareció en un rincón de la sala, cogió un libro rosa finito y la estantería desapareció, ojeó el libro y apuntó al techo con su varita.
-"Femme sexual"!- y un polvo azul salió de su varita propagándose por el techo y dejándose caer por cada una de nosotras y rodeándonos. A mí, igual que a todas, me empezaron a doler los pechos y notaba que la camisa blanca de la escuela se me quedaba pequeña notaba como mis labios se agrandaban una milésima y los notaba mas carnosos, las piernas se me estilizaban y por fin cuando acabó todo todas estábamos mucho mas buenas y un aura dorada nos rodeaba. Nos miramos sorprendidas y complacidas por el éxito del hechizo, nos gustábamos todas, las camisas nos iban pequeñas y por medio de los botones se podía apreciar nuestros canalillos. Nos juntamos todas y nos abrazamos, todas parecíamos algo más torpes por el nuevo tamaño de nuestras nuevas tetas.
-Hermione, puedo probar el sabor de tus nuevos labios?- le dije.
-Sería un placer.- y me estampó un beso con la boca abierta y metiendo toda su lengua dentro de mi boca, pude notar una sensación de calidez en todo mi interior, además del nuevo sabor a frambuesa de los labios de Hermione. Las otras se nos quedaron mirando y todas empezamos a acariciarnos y a darnos calor. Nos quitamos las chaquetas y las túnicas quedando al fin todas con las faldas, las medias blancas y la camisa con nuestra insignia de la casa, en el caso de mi hermana y Sara con las camisas de el colegio francés. Me llamaban especialmente la atención las tetas de Sara, aquella negrita hacía que mi concha se humedeciese. Así que me abrí paso entre los cojines, las camas y las chicas hasta llegar a ella y le arranqué la camisa de golpe esparciendo los botones por el suelo enmoquetado. Las tetas parecían que iban a hacer explotar el sujetador dorado que hacía contraste con su piel. La miré a los ojos y ella bajó a mi cuello y me empezó a chupar todo. Sentía su fría lengua sobre mi piel y sentía como me hacía cosquillas mientras yo le iba bajando la falda y magreando el culo por debajo del tanga dorado.
Cuando me di cuenta todas estábamos igual de cachondas, ninguna tenía puestas las manos en su propio cuerpo, eso me alegró, así comprobé que ninguna hacía ascos a algún momento de sexo lésbico. Todas estaban gozando con alguien.
Cuando de pronto otra mano me pasó por el vientre desde detrás y me bajó hasta el coño. Iba jugando con los dedos rodeando la vagina. Notaba los dedos fríos mientras Sara me quitaba el sujetador y sus tetas negras envueltas en lino se aplastaban en las mías y yo intentaba quitarle el suyo. Un gemido saltó de mi boca cuando la mano metió uno de sus dedos en mi coño y acarició el clítoris. Me quería girar y ver quien me estaba masturbando pero pensé que así sería más excitante. Mis manos acabaron con el sujetador de Sara y bajaron hasta el tanga dorado. Ella me ayudó y se lo quitó. La otra mano de la chica que me estaba masturbando fue hasta mis ojos y me los cubrió. Me cogió por el vientre y me puso a cuatro patas cuando me destapó los ojos tenía enfrente un coño negro, depilado y que dejaba ver en su interior un clítoris rosadito. La chica que me masturbaba antes se puso boca abajo y entre mis piernas me empezó a lamer el coño. Con aquel coñito negro de colegiala delante no me entretuve en mirar a nadie y me sumergí entre las piernas de Sara. El hechizo que había hecho Lola para aumentar nuestras virtudes había hecho también que los coños tuviesen sabor, era dulce como de agua con azúcar, no me cansaba de chupar, succionaba, jugaba con su clítoris con la lengua y me deleitaba con los gemidos de placer suaves que desprendía ella. Eran como suspiros pero muy fuertes.
-Ummmms sí, gracias, mmmm hasss ss sí.
La chica que estaba entre mis piernas estaba haciendo un gran trabajo y consiguió que me corriera, la verdad es que había sido una gran comida de coño pero no quería quitarle el ojo a Sara, pero de un momento a otro me quedé a solas con Sara y cuando me giré todas estaban ocupadas y no pude ver quién era. Cuando me di cuenta un reloj a lo alto de la puerta marcaba las doce menos cuarto, los chicos estarían a punto de llegar. Me levanté.
-Chicas! Los chicos están a punto de llegar. Los vamos a recibir así?- Cho cerró los ojos y unas túnicas blancas estilo griego se nos aparecieron, el pelo se nos recogió y se nos limpió por arte de magia y luego cayó dejándonoslo suelto y muy sexy, a todas. Y entonces picaron a la puerta y una voz desde la puerta le dijo a los chicos desde fuera que se aseguraran de entrar todos de golpe.
Entonces se abrió la puerta y los chicos dieron un paso al frente, con el gran portón cabían todos de golpe y cuando estuvieron dentro un polvo lila les calló del techo y la ropa se les desapareció. Quedaron completamente desnudos con sus grandes vergas colgando. Luego otro polvo rosado les volvió a caer y sus pollas se pusieron duras de golpe además de que todos empezaban a cambiar la expresión, ya no parecían chicos de instituto sino animales deseosos de copular. Todas estábamos en línea y ellos nos atacaron, se abalanzaron sobre nosotras y nos despojaron de las túnicas al instante, Malfoy me envistió y me tiró al suelo, luego se tiró encima de mí y metió me su pene en el coño con mucha violencia. Las paredes vaginales se me abrieron de golpe y eso me provocó un gran placer.
-Huh!- solté, pero mi gemido pasó desapercibido porque todas estaban disfrutando como locas.
Malfoy bombeaba como nunca, tenía los ojos en blanco. Una y otra vez las envestidas de el rubio de Slycerin hacían que me estremeciese de placer. Las tetas me botaban como pelotas, Draco me las agarró fuertemente y noté un escalofrío cuando él aumentó la velocidad, temía que el momento de que se corriese y me dejase llena de sus flujos, pero a pesar de la gran velocidad que adquiría no se corría y disfrutaba yo más y más. Metió las manos por debajo de mi culo y me introdujo un dedo en el culo, yo sentía que me corría pero no, no sé porque no me corría pero era increíble disfrutar de aquel derroche de energías. Se apoyó sobre mí y me empezó a dar mordiscos por mi cuello rosadito, sentía pequeños calambrazos. Calambrazos que me estremecían, también los notaba cuando chupaba mi cuello, cuando restregaba su lengua por mi oreja y olía mis cabellos. Allí tumbados en el suelo mientras sus duros pollazos me hacían volver loca las demás disfrutaban de una gran sesión de sexo violento. Y entonces me hundió el dedo en el culo hasta tocar en un punto clave y se corrió y yo a la vez también, pero no paraba, y eso me producía dolor. Yo gritaba y gritaba pero volvía a pasar desapercibida porque todas gritaban por el mismo motivo. Malfoy arrancó su polla de dentro de mi dejándome una sensación de vacío. Me apartó bruscamente y se levantó, buscaba algo, muy impacientemente y salió corriendo a buscar a Lola, que estaba sola tumbada en una cama masturbándose, bocabajo con un consolador rosa cilíndrico. Malfoy la agarró por la cintura y se la metió por el culo de golpe, podía sentir su expresión de placer clavada en mi mente.
Malfoy estaba distraído y todos los demás ocupados follando así que decidí deleitarme con la escena y aprovechar para descansar por un momento. Ginny besaba a Luna con mucho énfasis mientras Fred y George les enculaban y sus lenguas se mezclaban con dificultad a causa de las duras envestidas de los hermanos. Mientras Harry se follaba a Hermione por enésima vez y Ron a Cho la cual lloraba desconsoladamente mientras veía a Harry enculando a Hermione y la chica de Ravenclow no podía dejar de llorar pero al mismo tiempo se sorprendía de la enorme polla de Ron y disfrutaba pese a lo que aparentaba. Y Dean y Sara se mezclaban en una nube de desenfreno negro, el gran pollón de Dean entraba y salía del interior de Sara con gran facilidad.
De pronto, mientras miraba la orgía muy excitada, un
pensamiento me llegó a la mente, era un orgasmo que pude sentir yo misma. Además
el mensaje traía unas palabras: <
Fleur! Fleur de la Cour! Abrí los ojos de golpe y me aparté de ella.
-Pe Pero - no me salían las palabras y me tiré a sus brazos y empecé a besarla, ella se ponía más y más cachonda. Pero se detuvo y me apartó.
-Tenemos que llamar a la Lola autentica, no crees?- asentí. Me sentía como una colegiala de primero, infantil e ilusionada por tener a mi amiga de toda la vida cerca y ansiaba por tenerla dentro. Y entonces asumí que ella debería empezar a tomar el mando pues mi liderazgo se veía invadido por mi repentina ingenuidad. Y la verdad, que ella asumiera el control me daba mucho morbo.
Fleur mandó un pensamiento a Lola que estaba fuera de la sala y mediante polvos flu apareció por una chimenea completamente desnuda.
-Bueno, que? Te ha gustado la sorpresa?- me dijo mi hermana.
-Me ha encantado!- dije yo y me tiré a sus brazos y la besé en toda la boca.
-No decíamos que no lo haríamos más?- dijo Lola.
-A la mierda! Un día es un día!- dije yo y señalé a Fleur, esta vino y nos fundimos las tres en un emocionado abrazo.
Estábamos las tres muy cachondas y Fleur y yo estábamos sudadas y chupadas, así que alguien hizo aparecer unas duchas a una esquina de la sala, el agua salía de unas cincuenta bocas de ducha y caía sobre un plato de ducha gigantesco. Nos pusimos debajo y el agua caía por nuestros cuerpos mojándolos y refrescándolos. Lola se estremeció al sentir el agua fría y la abracé y empecé a magrear su culo, era como follarme a mi pasado, Lola era la viva imagen de mí pero en niña, siempre me había sido muy morboso para mí su cuerpo. Y la forma de moverse en aquel momento, sus pechos agrandados y rosaditos rozándose con los míos y con los de Fleur. Me tumbé bocarriba en el plato de ducha y Fleur bajó por mis muslos y se metió en mi coñito mojado, lo acariciaba con dulzura, lo chupaba y disfrutaba de su sabor. Lola se nos quedó mirando y le dije que se acercara, le hice saber que quería comerle el coño y ella se puso a cuatro patas colocando su conchita en mi cara. Empecé a jugar con mi lengua y a moverla en círculos por su coñito, olía tal y como me esperaba, era un olor sube que respirado fuertemente te dejaba mareada. Metí la lengua en su coñito y vi como sus muslos se ponían de carne de gallina y un gemido salía por su boca. Y mientras Fleur hacía un gran trabajo con mi conchita. El trabajo de Fleur era más salvaje, como siempre había sido ella, metía dedos enteramente dentro de mí, los chupaba y los volvía a introducir con gran facilidad.
Había estado ocupada con mi hermana y Fleur y no me había dado cuenta del cambio de parejas que habían hecho durante la orgía. Por ejemplo: Harry se había follado una infinidad de veces a Cho, ella no quería que se follara a otra y había puesto todo su ímpetu en él, sus fuerzas estaban agotadas y Harry seguía queriendo más y Cho sabía que si ella no le daba placer Harry se iría con cualquier otra. Hermione había estado disfrutando de la polla de Dean como nunca se había podido imaginar, jamás pensó que aquel chico guardase esa gran virtud en sus pantalones, al contrario que Cho, Hermione no estaba cansada sino que quería más y más y Dean no le ponía ninguna pega, se la había follado por todas partes y si hubiese podido se la hubiera follado durante toda la noche. Y en cambio Sara y Ron tenían algo que les hacía no sé era como que tenían una compenetración especial, cuando follaban era algo especial, no era solo pasión, también había unas virutas de amor, sobre todo cuando ambos llegaban al orgasmo juntos, parecía que Ron pudiese vencer el hechizo de la bestia sexual y se fundían en un abrazo orgásmico. Y en lo que concierne al cuarteto que formaban Fred, George, Ginny y Luna, había desaparecido, Ginny había despertado a Draco del hechizo de Fleur y habían estado follando durante todo el rato, sus polvos no eran más que desahogo sexual, no había ni pasión ni amor, ni nada solo desahogo. Y Luna y los gemelos pues la verdad es que la pobre chiquilla había sido violada durante toda la noche por los hermanos pelirrojos, lo cierto es que yo sabía que a Luna lo que le gustaba era que la violaran y los gemelos lo habían hecho a la perfección, tal y como le gustaba a la rubia y pálida luna, tenía el culo y el coño totalmente destrozados por las pollas de Fred y George.
De un momento a otro Ginny se tumbó encima de mí mientras Fleur me comía el coño y yo se lo comía a Lola, se apoyó sobre mi vientre y empezó a masturbarse delante de Draco que estaba pajeándose con la escena lésbica de cuatro, allí de pie apuntando con su gran miembro a nosotras. Poco a poco se iban incorporando más chicas al plato de ducha y todas nos mojábamos mientras los chicos que quedaban desparejados iban poniéndose a nuestro alrededor con la polla en alto siendo masturbada. Al final acabamos todas en círculo, espalda contra espalda formando un círculo concéntrico a otro formado por los chicos delante de nosotras donde nos masturbábamos todas y todos. Ellos se corrían con facilidad, la ducha había dejado de sacar agua y sus corridas permanecían en nuestros cuerpos y nos las lamíamos unas a otras, lo que originaba más y más litros de esperma.
Poco a poco los chicos iban recobrando la conciencia y la cantidad de veces que se corrían iba disminuyendo. Cuando se recuperaron todos estaban totalmente exhaustos y nosotras también. Así que otra vez el agua comenzó a surgir de las duchas y nos limpiamos, otros chorros nos echaron champú y gel y los chicos vinieron a ducharse con nosotras y mientras nos acariciábamos y nos abrazábamos unos a otras acabamos estando limpios.
Ya iban saliendo poco a poco Cho y Dean salieron los primeros, más tarde Ginny y Luna, Ron y Hermione, Lola y Sara, Fred y George y finalmente Fleur por fin todos se fueron y al parecer, allí sola me quedé. Pero unas risas de chicos salieron de la habitación, miré pero no vi a nadie. Me levanté del plato de ducha, cogí una toalla y me sequé. De pronto otra vez unas risas se escucharon otra vez y cuando miré allí estaban, detrás de una de las muchas camas estaban abrazándose y besándose, revolcándose por el suelo, desnudos Draco y Harry! Me quedé boquiabierta, los dos grandes enemigos del colegio estaban allí, magreándose, follando! Me puse una túnica y me dirigí a la puerta:
-Bueno chicos, os dejo. Que os divirtáis.- y cogí el pomo de la puerta.
-Rous!- dijeron los dos alterados.
-Creimos que no quedaba nadie.- dijo Harry.
-Bueno os dejo.- dije dibujando una forzosa sonrisa.
-Porqué?- dijo Malfoy.- Quédate con nosotros.
-De veras?- dije.
-Claro.- dijo Harry.
-No sabía que eráis gais.- dije yo quitándome la túnica.
-¿Pero tú sabes el morbo que da que todos se piensen que nos odiamos a muerte mientras nos estamos follando el uno al otro? Es genial.- dijo Draco.
-Me pido en el medio!- saltó Harry. Se levantó y me cogió de las caderas, se iba acercando más y más a mí. Y cuando me tuvo a un palmo de distancia Draco se puso detrás de él y empezó a pajearse para estar más duro. Y sin previo aviso, sentí como Harry se estremecía de placer al ser penetrado por Malfoy. Harry calló sobre mí y noté su polla flácida rozando mis piernas. Bajé por su pecho hasta llegar a su entrepierna, por debajo de los huevos de Harry podía ver los rubios de Malfoy golpeando su parte trasera. La polla de Harry estaba blanda, pero estaba gozando mucho por Draco. Agarré la polla de Harry con la mano entera y noté que estaba fría y un escalofrío de placer recorrió su cuerpo. Sentí como se le ponía la carne de gallina y eso me puso muy cachonda. Dirigí la polla de Harry hasta mi boca y pude sentir el sabor que ya otras veces había sentido. Esta se puso erecta al instante. Y las manos de Harry se colocaron en mi nuca, empujando su polla hasta lo más profundo de mi garganta. Era algo ya habitual, pese a mi experiencia en el colegio de Francia había aprendido muchísimo en Hogwarts y no solo de magia, también de sexo. Chupársela a Harry era una delicia, sentir como me lo daba todo en cada mamada, sentir su polla en la boca, notar cómo me ponía más y más cachonda cuando él lo estaba. Malfoy acabó en el culo de Harry y cambiaron las tornas, el rubio quería chupársela a Harry ahora y yo no se lo iba a negar. Malfoy se tumbó y yo me coloqué encima suyo, sabía que iba a tardar en correrse y eso me daba juego ara poder correrme yo. Harry colocó su polla sobre la cara de Draco y este empezó a chupársela. Eso me excitaba sobre manera y mientras cabalgaba sobre Draco y mis tetas botaban sin cesar Harry se lo pasaba genial.
Eran las cuatro de la mañana y nos encontrábamos desnudos en la sala de los menesteres que había cambiado sobremanera. Ya estábamos totalmente agotados y nos dimos una ducha los tres juntos. Nos vestimos y nos fuimos a nuestras salas comunes. Mientras volvíamos Harry me cogió de la mano y me sonrió, allí me di cuenta que por fin mi plan escrupulosamente preparado desde el principio había llegado a su fin. Me lo había pasado muy bien en Hogwarts y pese a que sabía que ya no volvería a Hogwarts el año siguiente, disfruté del camino a la vuelta a la sala común.
Por la mañana todos teníamos una sonrisa en la boca y un estado de embriaguez perpetuo.
Fin!
Gracias a todos y a todas las que nos habéis ayudado a escribir este gran relato. Doy las gracias a Blizzard, a los mexicanitos, Irving y Brenda, a Djmon, a Javier, a Marta y en especial a Rubén. Sin olvidar a ese amigo mío que siempre está a mi lado y con el que escribo y me lo paso genial, lástima que desee permanecer en el anonimato. Bueno y nos despedimos cordialmente Ruth y "el anónimo". Suerte a todo el mundo con la vida y quizás cae un epílogo. Ya veremos.
Ciao