Hogwarts?

Esta historia si que es rara.

Hogwarts?

Harry estaba impacientado, la profesora Sprout les había dicho la clase anterior que mañana irían al invernadero X. Este invernadero tenía las plantas y flores más peligrosas de Hogwarts (excepto por supuesto el Sauce Boxeador), todos estaban que reventaban de la emoción: ¿Qué clase de plantas encontrarían?¿Habría una que pudiera matar a una persona con su veneno? Neville un Griffindor de cara redonda, muy malo en los hechizos, pero un maestro en Herbología, había pasado más de dos horas leyendo el libro "Todo sobre las plantas mortíferas" en la noche, mientras se moría de miedo pensando que podría haber una Tentácula Venenosa de siete metros. Dean que compartía la habitación con Harry, Ron, Neville y Seamus gemía en sueños gritando: ¡Me ha mordido! o ¡Maldita planta! Ron ya estaba dormido y no logró comentar nada a los demás de si tenía miedo o no. Seamus estaba en el baño y Harry estaba muy preocupado. - ¿Podría matarme alguna planta?- pensaba Harry. -¿Me matarán?. Luego de unos minutos en donde Dean gritó con tanta euforia que despertó a Ron, y Seamus regresó del baño con las mejillas sonrosadas (¿Qué habrá hecho?), todos los del sexto curso quedaron dormidos. Harry caminaba por un invernadero que desconocía, corrió hasta una gran puerta de madera donde arriba había un letrero que rezaba "X". Harry jaló la manilla. Se abrió rápidamente. Era un lugar lleno de plantas muy bonitas, flores de colores del arcoiris y árboles con hojas que cambiaban de color según la dirección del viento. De pronto vió al final del invernadero una gran planta de flores violetas. -Que hermoso- dijo Harry impresionado. De pronto la planta cobró vida y enseñó a Harry unos dientes muy afilados. La planta devoró a Harry en lo que demora prender un interruptor. -NNNNNNNNNOOOOOO- chilló Harry. Pronto estaba de vuelta en su habitación bañado en un sudor frío. -Un sueño- pensó y rápidamente volvió a dormirse. Harry, Ron y Hermione caminaban por el patio hacia los invernaderos, donde los estaba esperando la profesora Sprout junto con unos otros diez alumnos de Hufflepuff. -Bienvenidos, alumnos- dijo la profesora Sprout-. Sigánme. La profesora los hizo pasar por todos los invernaderos que ellos ya conocían hasta que llegó a una puerta de metal sellada, y con un gran candado oxidado en el centro. La profesora sacó de una caja una gran llave de oro con incrustaciones de rubí. La metió en el fondo (no piensen mal), la giró y la sacó. Pronto el candado desapareció por arte de magia al igual que la puerta, y vieron un hermoso paisaje al lado de ellos. Una sala con cuatro mesas y muchas sillas, en cada mesa había una especie extraña de planta. En el centro había un cartel que decia: "Invernadero "X" CUIDADO CON LAS PLANTAS DE LA QUINTA MESA". -¿Cuál quinta mesa?- dijo Harry. -Yo no la veo- respondieron Ron y Hermione al unísono. - Profesora, Profesora- chilló Hermione con la mano levantada. -Sí Granger- dijo la profesora. -¿Cuál es la quinta mesa? -La quinta mesa está escondida en aquella puerta, Granger- respondió la profesora Sprout-. Dumbledore la quizo cerrar para evitar más embara... desmayos. - Lo que haya ahí debe ser muy potente para poder desmayar a alguien- murmuró Ron a Harry y Hermione. - Yo creo que nos está ocultando algo- dijo Hermione-. Estoy segura que pretendía decir otra cosa. Harry se impresionó al ver que las plantas que albergaban allí no eran tan mortíferas como decían. Aquel día estuvieron experimentando con un Klepo, una criatura que si no es bien cuidada se transforma en una llama de fuego gigante. El Klepo de Justin, un niño de Hufflepuff, casi incendia su mesa, sino fuera porque la profesora Sprout dió con el hechizo de extintor correcto. Pronto la clase terminó y la profesora Sprout los llamó para que se fueran. Cerró la puerta y ya nadie pudo pasar. Al final de todas las clases los chicos terminaban Defensa contra las Artes Oscuras, y se disponían a ir a la torre de Griffindor. -Esperen- dijo Hermione. -¿Qué pasa?- preguntaron Ron y Harry. -Quiero ver lo que ahí en la quinta mesa. -¿QUUUÉEEEE?- gritó Harry. -No gracias- bramó Ron. -Bueno, iré sola. Hermione siguió a los chicos hasta la Sala Común, donde rápidamente subió la escalera a su dormitorio, dejó sus libros y su mochila, y salió corriendo detrás del retrato de la Dama Gorda Mientras corría vió a Seamus en dirección al baño de chicos, tal como lo había visto la noche anterior. Al doblar una esquina la encontró: En un rincón estaba la profesora Sprout. Estaba dada vuelta, por lo cual no pudo ver lo que hacía, pero pudo ver como un líquido blanco caía por sus piernas, mientras ella gemía de placer. No le hizo caso a los gritos y murmuró apuntando al bolsillo de la profesora: ¡Accio Cajón! Poco a poco un cajón apareció por arriba del gran bolsillo y se dirigía a Hermione. La chica lo tomo con ambas manos y sacó la llave del invernadero "X". Luego susurró: ¡Wingardium Leviosa! Y lentamente el cajón sin llave comenzó a levitar hasta que llegó al bolsillo de la profesora, quien ni se dio cuenta de aquello pues ahora estaba agachada y gemía más fuerte. Hermione llegó hasta la puerta del invernadero y con la llave la abrió. Lentamente prendió la luz y vió que los Klepos ya estaban de nuevo en sus macetas completamente dormidos. Tenía camino libre. Se dirigió hacia una puerta muy linda, adornada con flores rosadas y púrpuras. Chilló: ¡Alohomora! Y la puerta se abrió sin problemas. Era un lugar muy oscuro, una luz roja iluminaba un rincón donde había una pequeña mesa con tres plantas iguales. Eran de color verde lima, con unas espinas rojos sangre, y una flor con sus petalos inclinados en un punto, totalmente cerrados. Hermione la reconoció: Había leído eso en el libro "Todo sobre las plantas mortíferas". Eran unos Sexon, una planta que hacía que el que la regara con semen, le daría placer a su antojo. -¿Será cierto?- se preguntó Hermione. Rápidamente salió corriendo dejando la puerta abierta, iría a su Sala Común para pajear a un niño dormido, sin que el se diera cuenta, y así obtener un poco de semen. Era muy de noche, y no quería encontrarse con Filch. Se acercaba a la sala común, pero se le ocurrió una idea. Corrió sigilosamente hasta el baño de los hombres y se escondió detrás de un cubículo. Entonces lo escuchó: -¿Lo tienes?- preguntaba la voz de la profesora Sprout. -Sí profesora- afirmó Seamus. Abrió un poco la puerta y lo vió: Seamus le entregaba a la profesora Sprout un frasco lleno de semen. Seamus estaba desnudo y de su polla erecta se podía ver un poco de semen goteando. -¿Cuantas veces te pajeaste para conseguirlo?- preguntó la profesora. -Sólo tres-respondió el muchacho. -Excelente- bramó la profesora-. Ahora te daré tu premio. La profesora dejó el frasco al lado de un lavamanos, tomó a Dean de la cabeza con su mano de recha, y con la izquierda empezó a manosear su polla, pajeándolo poco a poco. La señora llevó a Seamus al cubículo al lado del de Hermione. La chica se paró con la ayuda de un retrete y empezó a ver la escena desde arriba. Seamus metía su polla una y otra vez en el coñito de la profesora Sprout, el cual chorreaba a base de bien. -AAAAAHHHH!!!!! SIGUE ASÍ CHICO!!! FÓLLAME!!!! 50 PUNTOS PARA GRIFFINDOR!!!! Seamus metía con fuerza y a cada rato gritaba cosas como "ME CORRO PROFE!!" o "¿LO HAGO BIEN?". Pronto la profesora Sprout ya había dado más de cien puntos para Griffindor, hasta que empezó a mamarle la polla a Seamus como una experta. Mientras ellos estaban ocupados Hermione aprovechó para sacar el frasco del lavamanos y escapar corriendo hacia el invernadero. Llegó hacia donde el Sexon, según se acordaba debía ponerse un poco de semen en su coño y un poco en la punta de los pétalos. De pronto se acordó de algo, había leído algo sobre hechizos preservativos de embarazos y se sabía un hechizo para no quedar embarazada. Era difícil, pero gritó: ¡Lesolio! De pronto su coño desprendió un aura verde y luego quedo tal como antes. Lo había logrado, no quedaría embarazada como las otras niñas. Abrió el frasco y sacó con el dedo un poco de leche, era pegajosa. Se lo echó con cuidado en el coño, pero al ponérselo le vino un gran orgasmo y se puso casi todo. Luego puso un poco en la punta de los pétalos y esperó. De pronto los pétalos desaparecieron y en su lugar apareció una polla recta bien crecidita y muy peluda. La polla la vió desnuda y se empezó a acercar a ella como una ratón al queso, pronto se tiró a ella y la penetró. Ella nunca había sido penetrada, pero la primera vez fue genial. Bombeaba excelentemente. Su coño empezó a chorrear imparablemente. Pronto la polla se corrió y me dió un pistoletazo de semen que casi creo que me atraviesa el cuerpo. El orgasmo fue lo mejor.... -¿Quién anda ahí?- chilló la profesora Sprout con Seamus al lado. -....yo sólo....-tartamudé. La polla seguía bombeando y disparando semen. -Todos los que descubren mi secreto deben de ser fieles a mí o moriran-dijo la profesora-. El joven Seamus me descubrió una noche y le hice prometer que me ayudaría a buscar leche. -¿En que ayudaré yo?- pregunté. -Ya sé- dijo la profesora-. Me ayudarás consiguiendo leche al igual que Seamus. -¿Cómo? -Ya verás, ven con Seamus al baño de chicos a las 12:00 PM mañana. Hermione tuvo que aceptar, no tenía opción, la profesora le sacó el Sexon de un tirón y se lo puso ella misma. Aquello fue lo que vió cuando la profesora estaba de espaldas. Al otro día Hermione fue con Seamus al baño de hombres. -Es genial conseguirle semen-dijo Seamus -Bueno, es que tú sólo tienes que masturbarte. -Tienes razón, además cuando me hace penetrarla es mejor todavía. Llegaron al baño de hombres, no había nadie. Detrás de ellos apareció la profesora Sprout. -Hola chicos-dijo-. Que bueno tenerlos aquí. Seamus por favor empieza a pajearte. Seamus se bajó los pantalones y dejó que la profesora le tocara su miembro. -Bien, Seamus, está muy crecido desde la última vez- bramó-. La poción crecedora esta surtiendo efecto. -Tú- señaló a Hermione- Tocale la polla a Seamus. Hermione tocó la polla de Seamus. Estaba muy ardiente y dura. Le vino un calentón enorme. Rápidamente se bajó la falda y dejó que Seamus la penetrara. -Eso es- dijo la profesora-.Ahora en vez de pajearte la follarás a ella y usaras esto: La profesora saco una especie de condón mágico y se lo pusó en la polla a Seamus. -Cada vez que te corras se llenará la cantidad en el frasco-dijo-. Ahora quiero este frasco lleno. Dicho esto se fue. Seamus llevó a Hermione a un cubículo y la penetró con todas sus fuerzas. -Mete saca, mete saca- murmuraba Seamus. -Nunca pensé que terminaría haciéndolo contigo- bramó Hermione. -No importa, siempre me gustaste. -Ja, ja, ya entendí porque siempre salías del baño con las mejillas sonrosadas. -Ohhh!! Hermione, sigue así. -Mi amor, PENÉTRAME. -OOOOOOOOOHHH!!! SSSSSÍIIII -ME CORRRO!!!! SEAMUS !!! -YO TAMBIEN!!!! ME CORRRO!!!!!!!!!! Seamus la inundó de semen el cual fue a parar al frasco y se llenó entero de una sóla vez. -Se acabó- dijo Hermione-. Vámonos -No- dijo Seamus-. A la profesora no le molestará que llenemos un segundo frasco. Hermione empezó a mamarle la polla a el chico. Estaba muy ardiente y dura, sabía exquicito, bien saladito, pronto el segundo frasco también se llenó. -Con dos frascos basta- dijo Seamus-. Ahora puedes quitarte el condón. Los chicos pasaron toda la noche follándose, y cuando llegó la profesora Sprout los felicitó y les pagó con cien puntos para Griffindor, una mamada al coñito de Hermione y otra a la polla de Seamus. Desde ese día Hermione y Seamus siguen follándose como locos, y no sólo en las noche, sino también los domingos, cuando nadie los ve y en la mañana, cuando Hermione lo va a visitar a las duchas. La profesora se hizo amiga de ella y Seamus, por lo cual cuando se follan, aprovechan de llamarla para poder hacer un sandwish, además que cuando Seamus ya no quiere más placer, Hermione y la profesora se follan más que nunca.