Hogueras en la playa

Un baño de noche en una ¿desierta? playa, acaba en una orgia donde me follan cuatro desconocidos.

HOGUERAS EN LA PLAYA

Las vacaciones en las islas con mis amigas, no estaban resultando exactamente como yo habia pensado. Lo cierto es que el hotel donde nos alojabamos no estaba nada mal, pero de ahí a no querer salir en todo el dia del recinto, hay un trecho. Mis amigas pasaban todo el dia tumbadas junto a la piscina, tomando el sol, y, ocasionalmente, bajaban a la playa del hotel un rato. Nada mas. Un aburrimiento, vamos. Yo intentaba animarlas a que hiciesemos excursiones por la isla, ver algun pueblo tipico… pero nada, ellas argumentaban que habian ido a descansar, y se daban la vuelta para que el sol les bronceara del otro lado.

Termine por hartarme de aquello una noche. Después de la cena, entre a ducharme y, cuando sali, encontre a mis amigas arreglandose como si fueran a una fiesta de nochevieja.

  • ¡Por fin! - exclame yo, arrojando mi toalla al interior del baño - ¿Vamos a salir esta noche?

  • ¿Salir a donde?- pregunto una de ellas.

  • Por ahí, a tomar algo ¿no? Como veo que os estais arreglando tanto

  • ¿A dónde vamos a ir? - contesto otra -. Tia, vamos a la discoteca del hotel, a la animación que hacen todas las noches.

  • Hoy toca karaoke - me informó, como si tal cosa, otra de mis amigas.

  • ¿Me estais diciendo que os estais arreglando tanto para bajar a la discoteca cutre del hotel? - yo no daba credito - ¿En serio?

  • Si ¿Qué pasa?

  • No, si pasar, no pasa nada. Solo que esperaba que saliesemos por ahí.

  • ¿Por ahí a donde, Kenya? - dijo una, en plan borde.

  • ¡Por ahí donde sea, joder! Mirad, estoy aburrida de este puto hotel. Llevamos una semana aquí y no hemos salido a ninguna parte.

  • Ya estamos con lo mismo

  • ¡Es que es verdad! Yo es que alucino con vosotras. Ahora resulta que vuestro gran plan para esta noche es bajar a ver como un monton de guiris viejos y borrachos cantan canciones idiotas.

  • Bueno, vale ¿Y que propone la señora que hagamos?

  • ¡Cualquier cosa menos eso! Nos podemos acercar al pueblo a tomar una copa en algun sitio.

  • El pueblo esta a cinco kilómetros, Kenya.

  • ¡Pues se coge un taxi, joder! O si no queries ir al pueblo, podiamos ir a dar una vuelta por la playa.

  • Es de noche.

  • Gracias, tia. Si no llega a ser por ti, no me habia dado cuenta - conteste, ironicamente- ¡Claro que es de noche! ¿Y que mas da? Precisamente a eso me refiero, a hacer algo diferente.

  • Kenya y sus historias- dijo otra de mis amigas, haciendo reir a las demas-. Mira, tia, haz lo que quieras, pero nosotros nos vamos a la discoteca. Somos mayoria, asi que a ver si ahora vamos a tener que hacer todas lo que tu quieras.

  • Pues iros a la mierda, yo me bajo a la playa- conteste, buscando mi bikini en la bolsa. Agarre una toalla, y sali de la habitación, dando un portazo.

Mientras bajaba por las escaleras que comunicaban la piscina del hotel con la playa, me jure a mi misma que no volveria a ir de vacaciones con aquella panda de pedorras. En fin, ellas se lo perdian: la playa estaba preciosa, serena y tranquila, con la luna reflejandose en el agua como en un espejo. Decidi dar un paseo, y dejar atrás las luces y el ruido de la discoteca del hotel.

Caminé aproximadamente unos diez minutos, adentrandome en la oscuridad, tan solo rota por la luz de la luna. Frente a mi, se adivinaba un resplandor un poco mas adelante. Enseguida vi que eran una personas en torno a una hoguera. Cuando estuve mas cerca, me fije y vi que eran dos chicos y una chica, conversando junto al fuego. Pase junto a ellos y, segui caminando. Pronto vi que, más adelante había otra hoguera, y junto a ella se adivinaban las siluetas de dos personas. Vaya, parecia que aquella era la noche de las hogueras. Me acerque un poco mas, y vi a dos chicos, como de unos venticinco o treinta años, junto a ella.

Entonces decidi que aquel era un buen sitio para bañarme. La verdad es que, con la playa desierta y el agua tan oscura, daba un poco de miedo. Si me quedaba entre las dos hogueras, por lo menos habria gente que, en caso de que me pasara cualquier cosa, podrian ayudarme. Ademas, estaban lo suficientemente lejos para que no me molestaran. Asi que, deje mi toalla en el suelo, y me dispuse a quitarme la camiseta de tirantes que llevaba. Fue entonces cuando me di cuenta que me habia puesto solo la parte inferior del bikini. Normalmente, cuando voy a la playa hago topless, y por eso me habia bajado sin sujetador. Pero una cosa es hacerlo de dia, con un grupo, y otra cosa es hacerlo sola, de noche, y rodeada de extraños. Asi que me volvi a bajar la camiseta, y me sente a la orilla, sobre la toalla. Solo pasaron unos segundos cuando escuche una voz que decia:

  • Joder, tio, que putada. No se va a desnudar.

  • Que lastima- contestaba otra voz -, porque tiene pinta de estar muy buena.

Me volvi y me di cuenta que las voces provenian de la segunda hoguera. Los chicos hablaban en voz baja, pero en el silencio de la noche se les ecuchaba perfectamente. Estaba indignada ¡Aquellos dos tios estaban esperando para verme las tetas! Inmediatamente me levante, agarre mi toalla, y emprendi el camino de vuelta al hotel.

  • ¡Tio, eres gilipollas!- dijo uno de los chicos - ¡Ya te dije que hablaras mas bajo, que nos estaba escuchando!

El muchacho se levanto y corrio detrás de mi por la arena.

  • ¡Hola!- saludó cuando llego a mi altura.

  • Dejame en paz- conteste yo, sin mirarle.

  • Oye, espera un momento, por favor.

  • Te he dicho que me dejes en paz.

  • De verdad - insistio el chico- espera un segundo. Solo quiero disculparme. Por favor, no queriamos ofenderte.

  • Pues lo habeis hecho

  • En serio, no era nuestra intencion. Por favor, acepta mis disculpas. La verdad es que somos idiotas. Lo que hemos hecho no tiene nombre. Joder, ya sabes que cuando nos juntamos dos tios empezamos a hacer el tonto, es como si solo tuvieramos una neurona entre los dos.

Aquello me hizo gracia, e involuntariamente esboce una sonrisa. Deje de andar, y mire al chico. Tenia el pelo corto y castaño, y una descuidada perilla enmarcaba una bonita sonrisa. Debajo de su camiseta y su bañador largo, se adivinaba un cuerpo delgado y fibroso. A pesar de estar tan cabreada, no pude dejar de pensar que era muy guapo.

  • Vaya. por fin sonries- continuo-. Deberias hacerlo mas a menudo, porque tienes una sonrisa preciosa.

  • Bueno, venga, no pasa nada- dije yo, finalmente-. Acepto tus disculpas ¿vale? Que lo paseis bien- Y volvi a encaminarme hacia el hotel.

  • Espera, no te vayas- insisitio el chico, echando a correr de nuevo tras de mi-. En serio que no hace falta que te vayas. Si te quieres bañar o lo que sea, nosotros nos vamos. En serio, no queremos molestarte.

  • No hace falta, me voy al hotel.

  • Tengo una idea mejor ¿Por qué no te tomas algo con nosotros? Tenemos una nevera con bebidas.

  • Si, claro- conteste yo- ¿Y que mas?

  • No, no pienses mal. De verdad, solo queremos compensarte por el mal rato.

  • No, que me voy.

  • Una copa. Palabra. Solo eso y ya esta ¿de acuerdo?

Y me miro con ojos de niño travieso. La verdad es que el plan que me esperaba si me volvia al hotel no es que fuera de tirar cohetes, asi que, no se muy bien por que, dije:

  • De acuerdo. Una copa y me voy.

  • Fantastico. De verdad que me alegra que aceptes, porque me sentia fatal. Por cierto, me llamo Marc.

  • Yo soy Kenya- dije, dandole dos besos.

Acompañe al chico los pocos metros que nos separaban de la hoguera, donde su amigo nos esperaba de pie. El amigo era algo mas alto, y tambien se le veia mas fuerte, se notaba que debia hacer algun ejercicio porque sus musculos se revelaban bien definidos bajo la camiseta. Tenia el pelo moreno y revuelto, unos ojos preciosos, y una barba de varios dias. Se presento como Abel, y me invito a sentarme en la arena, junto a la hoguera.

  • Bueno- dijo Abel, abriendo una nevera portátil-, hemos traido ginebra y tonica, vodka, ron, referescos, y tambien hemos hecho una botella con mojito ¿Te apetece probarlo?

  • Si, gracias. Me encanta el mojito- conteste yo, sorprendida por como venian aquellos muchachos de preparados. Habia pensado que traerian una cervezas o algo asi, pero no me imaginaba aquel surtido.

Habia que reconocer que los chicos eran encantadores, ademas de muy guapos, y en unos pocos minutos consiguieron que me olvidara del incidente anterior, y que empezara a encontrarme a gusto con ellos, sentada junto a la hoguera. Incluso me dio morbo la idea de que hubieran querido verme las tetas y se hubieran excitado con ello. Me contaron que habian venido del norte, los dos solos, y que solian hacer surf. Yo les conte que habia venido con mis amigas, y estuve un rato quejandome de ellas, de que eran un rollo de tias, que eran aburridisimas, que era la ultima vez que iba con ellas a ninguna parte

  • Bueno- dijo Marc, levantando su vaso-, en ese caso habra que brindar por tus amigas, porque si no hubieran sido tan coñazo, no habrias bajado esta noche a la playa y no te habriamos conocido.

Brindamos y apuramos nuestras bebidas. Abel relleno nuestros vasos, y me di cuenta que era el tercer mojito. Si no me controlaba, en pocos minutos estaria borracha.

  • ¿Te puedo hacer una pregunta, Kenya?- me dijo Abel.

  • Claro, dime.

  • ¿Por qué te has molestado tanto antes?

  • Porque no me gustan los mirones- conteste, y empece a reirme.

  • Para nosotros era solo una broma, joder. Tia estamos hartos de ver chicas en topless en la playa, de dia.

  • Los tios nunca teneis suficiente. Siempre quereis ver mas- dije yo.

  • ¡No generalices!- protesto, Marc, riendose - Nosotros somos unos caballeros.

  • Ya, claro.

  • De hecho, para que veas que vamos con buena intencion, te iba a pedir que te bañes con nosotros ahora.

  • Ni hablar- proteste yo.

  • ¡Solo para que veas que nos comportamos como caballeros a pesar de tener una chica guapisima, y con poca ropa, cerca!- insistio Marc.

  • Que no, que no- conteste yo, riendome.

  • Bueno, pues tu te lo pierdes - dijo, poniendose de pie de un salto. Se quito la camiseta, dejando a la vista su atractivo torso- ¿Vienes, Abel?

  • Si, claro - contesto este, imitando a su amigo. Echaron a correr, hasta llegar al agua, y se metieron dentro con gran estrepito. Empezaron a salpicarse y a hacer tonterias, saludandome desde el agua.

La verdad es que me estaban dando envidia, porque habia bajado con el propoito de bañarme, y era lo que de verdad me apetecia. Ademas, pense ¿qué mas da si me ven en topless? Mañana por la mañana me los puedo encontrar, y me van a ver las tetas igual. Asi que, animada por los tres mojitos, me levente, me desprendi de un tiron de la camiseta de tirantes, dejando al aire mis pechos, y, cubierta tan solo por la minúscula parte inferior del bikini negro, me acerque a la orilla donde estaban bañandose los dos amigos. Al verme se quedaron embobados un momento, pero, rapidamente disimularon, e hicieron como que mi cuerpo semidesnudo no les turbaba en absoluto.

Entre en el agua. No estaba muy fria, pero si lo suficiente para que mis pezones se pusieran duros al instante. Me zambulli para que no se me notaran, y me aproxime nadando a los dos amigos. Al llegar a donde estaban ellos, empezaron a salpicarme, y yo, riendome, entre en el juego. La verdad es que se estaba muy a gusto, sumergida en las oscuras aguas, tan solo alumbradas por la luz de la luna. Nadamos un rato, y luego ellos dos empezaron a hacer el muerto, flotando boca arriba totalmente estirados y dejandose mecer por la marea.

  • A mi no se me da bien hacer el muerto- confese- .Cuando lo intento me hundo.

  • ¿En serio?- pregunto Marc, sorprendido- Bueno, es muy facil. Solo tienes que tumbarte y relajarte.

  • Eso es lo que hago, pero acabo hundiendome.

  • Ya veras como no. Pruebalo, que yo te ayudo.

Me tumbe boca arriba, como me indicaba, intentando relajarme. Marc se acerco para sujetarme por debajo, y que no me hundiera. De pronto me di cuenta que estaba a escasos centímetros de el, y que mis pechos asomaban del agua, con los pezones duros apuntandole directamente. La sensación me gusto, asi que cerre los ojos para relajarme, y para dejar que Marc me observara todo lo que quisiera. Mientras el, para que no me hundiera, habia posado una mano en la espalda, y la otra en la parte superior de las piernas, pero, con el movimiento de la marea, esa mano acabo en un momento dado en mi culo. Aquello hizo que me estremeciera, pero el, supongo que movido por su promesa de ser un caballero, no aprovecho para sobarme el culo, sino que dejo la mano ahí quieta.

Tras una media hora de baño, salimos del agua. Nos acercamos a la hoguera para secarnos. Instintivamente, me tape los pechos. Mientras, los chicos se secaban mirando a la hoguera, pero, disimuladamente, no me quitaban ojo. Aquello me excito, asi que, baje distraidamente un brazo, dejando que se me viera uno de los pezones, como por descuido.

Cuando estuvimos secos, me volvi a poner la camiseta, y me sirvieron otro mojito. Empezamos a charlar de nuevo animadamente, de cosas intrascendentes. Yo me sentia cada vez mas a gusto y relajada con aquellos dos hombres tan majos. De pronto, Marc, sin venir al caso dijo:

  • Kenya, espero que no te enfades, pero te lo tengo que decir. Tienes un cuerpo precioso.

  • Gracias- dije yo riendome.

  • En serio, deberias estar orgullosa de lo guapa que eres. Estoy un poco borracho, y creo que si no lo estuviera no diria esto, pero me gustaria mucho que te quitases la camiseta.

  • ¿Qué?- alucine yo, y empece a partirme de risa, sin duda fruto del alcohol,

  • En serio, nos gustaria mucho ver de nuevo tus preciosos pechos.

  • Claro, claro- seguia riendome yo. Marc tenia la cara de un niño pequeño cuando esta haciendo una travesura, pero Abel, que no decia nada, me miraba de otra forma. Sus ojos reflejaban deseo.

  • Mira, nosotros no llevamos camiseta- insistio Marc-. Lo justo es que tu te la quitaras tambien ¿no?

  • Que no tio. Un hombre sin camiseta es algo normal. No enseña nada. Sin embargo vosotros quereis que os enseñe las tetas. Venga ya.

  • Bueno, si es por enseñar, nosotros nos podemos quitar los bañadores ¿Qué te parece, Abel?

  • Por mi no hay problema- contesto.

  • Estais de coña ¿verdad?- dije yo, pero la situación me excitaba cada vez mas. Yo me lo tomaba a risa, parecia que eramos unos crios con algun tipo de juego subido de tono.

Pero no, no estaban de coña. Se pusieron de pie, primero Abel y luego Marc, se desataron el cordon del bañador, y lo dejaron caer. Trague saliva cuando vi aparecer, ante mi, las dos pollas que, si bien no estaban duras del todo, si aparecian a medio gas, fruto, sin duda, de la conversación de unos segundos antes. Abel llevaba la polla y los huevos totalmente depilados, al igual que el resto de su cuerpo. Su polla era larga, y en la punta asomaba una enorme y amoratada cabeza. La de Marc era un poco mas corta y algo mas gruesa, pero lo que me llamo la atención de el fueron sus enormes huevos, velludos e hinchados, que se balanceaban entre sus fuertes muslos. No pude evitar suspirar y morderme el labio inferior, sin poder dejar de mirar aquellas dos preciosas herramientas. Se volvieron a sentar, totalmente desnudos, sobre la arena. Entonces Marc me dijo:

  • Ya esta. Hemos cumplido. Ahora te toca a ti.

Supongo que estaba borracha, porque no me lo pense ni un segundo. Simplemente me levante y me puse frente a los dos hombres, que me miraban con impaciencia. Lentamente, sin prisa, me levante la camiseta, hasta que mis pechos aparecieron, duros por la excitación, a la vista de los dos, iluminados por la hoguera. Arroje mi camiseta a un lado y, cubierta tan solo por la minuscula parte inferior del bikini, me acerque a los dos amigos, contoneandome, muy despacio. Ellos no me quitaban ojo, se les notaba que les excitaba enormemente ver mi cuerpo casi desnudo. Me sentia enormemente deseada, y esa era una sensación que me gustaba. Me sente entre los dos, mirandoles alternativamente.

  • Eres guapisima- me dijo Marc, que parecia ser el que llevaba la voz cantante en todo momento-. Nos encantan tus pechos, son preciosos.

  • No estan mal ¿verdad?- dije yo. Me recoste sobre los codos, inclinando los hombros hacia atrás, de manera que mis tetas se irguieron aun mas, desafiantes ante las miradas de los dos hombres- Le verdad es que no me quejo. Es la parte de mi cuerpo que mas me gusta.

  • Pues yo creo que el resto de tu cuerpo es tambien precioso- dijo Marc.

  • Yo creo que tienes razon - dijo por fin Abel, acercandose un poco-, porque tus pechos me vuelven loco.

  • Seguro que te mueres por tocarlos ¿a que si?- dije yo, sorprendiendome a mi misma.

  • Claro- contesto Abel-. Por tocarlos, por besarlos, por morderlos

Sin terminar la frase se abalanzo sobre mi, apasionadamente, besandome furiosamente en los labios. Yo le correspondi metiendo mi lengua en su boca ¡Que bien besaba! Me habia agarrado fuertemente de la cintura, pero pronto una de las manos subio hasta mi pecho, y empezo a sobarme a su antojo. Yo suspiraba como una tonta mientras notaba como los pezones se ponian aun mas duros por las caricias de aquellas fuertes manos. Separe la boca de Abel de la mia, y le agarre del cuello, obligando a bajar su cabeza hacia mis tetas. Rapidamente se metio un pezon en la boca y empezo a chuparlo, lamiendolo y enroscando su lengua alrededor. Entonces mire a Marc, que observaba la escena como atontado.

  • ¿Y tu que?- le dije, sonriendole picaramente- ¿No te apetece probar mis tetas?

Al instante le tenia mordisqueando el pezon que su amigo habia dejado libre. Yo me dejaba llevar por el placer, agarrando a los dos amigos por la cabeza, atrayendolos mas hacia mi, apretandolos contra mi pecho, enroscando mis dedos en su pelo… ¡Como me excitaba tener a dos hombres comiendome las tetas a la vez! Pasados unos instantes, mis manos, como si tuvieran vida propia. bajaron hasta las piernas. Empece a sobar los muslos de ambos, buscando sus pollas. Por fin las encontre, y empece a acariciarlas, suavemente. La polla de Abel no estaba dura del todo, asi que la agarre con fuerza, y empece a masturbarle con delicadeza, hasta que empece a notar como se ponia mas y mas dura en mi mano. La enorme verga de Marc, sin embargo, estaba ya dura como el acero, asi que empece a recorrerla arriba y abajo, acariciandola, hasta llegar a sus testículos, colgantes y pesados. Los tome y los apretuje, mientras me relamia pensando que estaban llenos de leche para mi. Subi de nuevo mi mano hasta su polla, y la agarre con fuerza. Estaba increíblemente caliente, y palpitaba en mi mano.

Entonces Marc se separo un poco, y al segundo, su amigo le imito. Se quedaron un instante contemplando mi cara de niña traviesa, mientras les pajeaba a ambos a la vez. Me miraron con deseo. Entonces, como si se hubieran puesto de acuerdo, tiraron cada uno de los cordones laterales que ataban mi bikini, deshaciendo el nudo. El bikini cayó a la arena, dejando expuesto a la mirada de los dos mi coñito depilado. Me estremeci al sentirme exhibida ante ellos. Miraban con deseo mis labios exteriores, que se hinchaban por la excitación. Entonces separe las piernas y me incorpore un poco, para que pudieran ver bien el interior de mi rajita, rosada y humeda.

Relamiendose, Marc se arrodillo ante mis piernas, y empezo a llenarme de besos la cara interna de los muslos, cada vez mas cerca de mi sexo. Mientras, Abel habia empezado a besarme de nuevo y a jugar con mis tetitas. Yo mientras, seguia masturbandole. Por fin Marc llego a mi coñito, y empezo a lamerlo, primero por el exterior, hasta que metio la lengua dentro y encontro el clítoris. Yo gemi como una perrita, sobrecogida por el inmenso placer que me estaban proporcionando el sabio tratamiento al que me estaba sometiendo. Entonces Abel se puso de rodillas y acerco su pene a mi cara. Echo un poco la cintura hacia delante, haciendo que su polla, que se levantaba durisima, se restregase contra mis mejillas. Disfrute un segundo del momento, de la anticipación de lo que iba a pasar a continuación. Saque la lengua y lami la amoratada y gruesa cabezota, deteniendome en el frenillo. Luego empece a besarle por todo el tronco, arriba y abajo. Cuando no hubo quedado ni un centímetro sin besar, volvi a subir, abri bien la boca, y empece a comerme la polla de aquel que, hasta hacia unos minutos, era un autentico desconocido para mi. Chupaba arriba y abajo, metiendome dentro de mi boquita todo lo que me cabia de aquel pollon. Abel suspiraba, mientras me empujaba del cuello, obligandome a tragar mas y mas polla. Mientras, Marc seguia lamiendo y chupando mi coñito, llevandome hasta el umbral del orgasmo.

  • Tienes que probar esto, Marc- dijo Abel, entre jadeos-. No veas como la chupa la niña.

Aquellas palabras terminaron por calentarme del todo, y tuve mi primer y violento orgasmo. Mi sexo se convulsionaba dentro de la boca de Marc, que seguia chupando como si nada. Cuando me recupere, acaricie su cara y, mirandole con cariño le dije:

  • Gracias, lo has hecho muy bien. Ahora me muero de ganas de probar tu polla.

A Marc se le encendio una mirada llena de deseo. Gateé hasta el, y me meti su gruesa polla en la boca. Estaba deliciosa. Al sentirla dentro de mi boca, llenandomela, empece a mojarme otra vez. Pero Marc tenia otra idea en mente.

  • Tus tetas van a hacer que pierda la cabeza- dijo, mirandome con lujuria-. Me obsesionan, me tienen loco. Me gustaria follarmelas.

Suavemente hizo que me tumbara boca arriba. Se sento sobre mi vientre, agarro su pollon , y empezo a restregar el capullo por mis pezones. Yo me volvia loca. Incorpore un poco la cabeza y empece a lamerle la puntita. Marc gruñia como un loco. Entonces agarre su polla y la puse entre mis pechos. Luego los aprete en torno a ella, y empece a masturbarle con mis tetas. Marc me miraba fascinado, y yo sentia una excitación como no habia sentido nunca al hacer eso. Entonces note como unas manos separaban mis muslos. Abel se habia colocado entre mis piernas, y empezo a restregar la punta de su polla por los abultados labios exteriores de mi coñito. El roce me proporcionaba un placer indescriptible, pero yo queria sentir aquella polla dentro de mi. Pero el muy cabron me torturaba, deslizando su capullo arriba y abajo, por el exterior de mi empapada vulva, sin llegar a metermela.

  • ¡Follame!- grite, desesperada- ¿A que esperas? ¡No me tortures mas y follame!

Al escuchar esto, Abel esbozo una sonrisa llena de lujuria, y me envaino la polla de un solo golpe. Al notar como aquella verga se abria paso en mi interior, rozandome deliciosamente, me corri al instante. Abel empezo a darme violentos golpes de cadera, metiendo su pollon mas y mas adentro cada vez. Su amigo empezo a imitarle, y ya no era yo la que movia mis tetas arriba y abajo en torno a su pene, sino que era él el que se estaba follando mis tetas.

Seguimos asi unos instantes, yo me corri otra vez, y pense que los chicos no iban a durar mucho mas, cuando escuchamos unas voces que discutian ¡La otra hoguera! Me habia olvidado completamente de ella ¡Estabamos alli, follando tranquilamente, con tres personas como espectadores! Se me corto un poco el rollo, asi que me incorpore. Los chicos hicieron lo mismo, algo tensos, mientras que las voces iban subiendo de volumen.

  • ¡Que no!- se oia gritar a la chica- ¿Pero quien coño os habeis pensado que soy?

  • Venga, no te enfades- decia una voz masculina-. Solo queriamos

  • ¡Se perfectamente lo que quereis!- gritaba la chica.

  • ¡No te pongas asi!- decia otra voz de hombre, esta con un curioso acento- ¿No ves lo bien que lo estan pasando alli? ¿Por qué no lo podemos hacer nosotr…?

  • ¡Porque no!- interrumpio la chica- ¡Porque yo no soy una puta, como esa tia de ahí! ¡Eres un cerdo!- añadio, dirigiendose a uno de los dos- ¡No me imaginaba que fueras un puto pervertido! ¡Yo confiaba en ti, cabrón!

Se levanto, airada y se marcho, levantando nubes de arena tras sus furiosas zancadas. Abel me miro, riendose.

  • Que bronca ¿no?

  • Pobrecitos- conteste yo riendome- .Creo que se han quedado con las ganas.

  • ¿Se te ha cortado el rollo?- pregunto Marc- Si quieres, podemos seguir en nuestro hotel...

Mire hacia la otra hoguera, y no vi a nadie. Los chicos habrian salido corriendo detras de la chica, asi que estabamos solos. Me restregue sobre Abel, como una gatita caliente, poniendo el culito en pompa para que Marc pudiera tener una buena vision de el.

  • No hay ninguna necesidad de marcharse- dije, en tono mimoso-. Creo que nos hemos quedado solos.

Agarre la polla de Abel, y empece a lamerle los huevos. Me puse a cuatro patas, e, inmediatamente, Marc me envaino la polla de un solo golpe. Solte un gemido de placer, y me meti la polla de Abel en la boca. Marc se movia ritmicamente, empujando su polla con mas fuerza cada vez, penetrandome hasta los huevos. Sobaba fuertemente mi culo, y de vez en cuando me daba un azote, cosa que a mi me ponia a mil. Abel, mientras, me agarraba del pelo, ya no era yo la que le mamaba la polla, sino que era el quien se estaba follando mi boca. Me sentia cada vez mas y mas excitada, sometida por aquellos dos hombres tan guapos, y encadene tres orgasmos seguidos.

De pronto, note como la polla de Marc salia de mi interior.

  • ¡Pero que cojones...!- grito. Me gire para ver lo que pasaba y vi, agazapados en la oscuridad, a los dos chicos de la otra hoguera, contemplando el espectaculo. No se habian ido tras la chica que estaba con ellos ¡Se habian escondido junto a nosotros para vernos follar! Marc se habia levantado e iba hacia ellos, con intencion de iniciar una pelea.

  • ¡Marc, por favor!- grite- ¡Dejalos!

  • ¡Son unos mirones! - decia Abel- ¡Os vais a enterar!

  • ¡No! ¡Dejadlos en paz!- en ese instante me di cuenta que estaba mucho mas caliente. Tener mirones me habia excitado. El que, ya no dos, sino cuatro hombres, se estuvieran excitando por mi, era una idea que me lleno de morbo y lujuria inmediatamente. Habia puesto cuatro pollas duras a la vez, y eso hacia que me sintiese como una diosa del porno.

Sin levantarme del suelo, gatee hasta cerca de donde estaban los dos chicos, y con una expresion de zorrita en la cara, les indique con un dedo que se acercaran. Los dos chicos se levantaron del suelo, y caminaron hacia mi. Sus rabos, como dos mastiles apuntando hacia el cielo, iban por delante de ellos. Se acercaron, quedando sus durisimas pollas a escasos centimetros de mi cara. Los dos jadeaban, nerviosos. Un escalofrio recorrio mi cuerpo. Finalmente, agarre un pene con cada mano. Un chico era moreno y delgado, luego me dijo que se llamaba Cesar. El otro era un fuerte y musculoso mulato, con una enorme y gruesa polla oscura, que sobresalia desproporcionadamente de su cintura. Despues se presentaria como René. Pero en aquel momento eran dos perfectos desconocidos para mi, ni siquiera sabia sus nombres. Y yo me iba a comportar como una autentica perra salida e iba a dejar que me follaran.

No pude resistirlo mas, suspire hondamente y me meti el pollon de René en la boca. empece a chuparsela suavemente, disfrutando de su sabor, mientras masturbaba a su amigo. Luego intercambie el juego, y empece a mamarsela a Cesar, mientras mi manita apretaba la polla de René arriba y abajo. Entonces senti como unas manos me empujaban la cabeza, obligandome a meterme aquella verga mas adentro. Eran Marc y Abel, que se habian acercado.

  • ¿Has visto?- dijo Abel- Resulta que nuestra amiga es una autentica zorra.

  • Si- contesto Marc, poniendose su polla frente a mi cara-, no tenia suficiente con dos pollas, necesita cuatro para quedarse satisfecha ¡Comeme el rabo, guarra!

E inmediatamente, me agarro la cara con fuerza, obligandome a dejar la polla de Cesar y chupar la suya. Me estremeci de placer. Deberia haberme ofendido, por como me estaban tratando aquellos dos, por sus insultos. Pero yo ya estaba abandonada totalmente a la situacion, y me estaba excitando que me trataran como a una puta. Y si, me sentia asi, como una autentica golfa, dominada por la lujuria. Mi mente no podia pensar con claridad, y me dejaba llevar por los instintos de mi cuerpo. Y mi cuerpo pedia pollas. Asi que, sin decir una palabra, empece a chupar con fuerza las pollas de Marc, Cesar y Rene, alternativamente. Siempre tenia un rabo en la boca, mientras los otros dos me restregaban las pollas por la cara, o me daban golpes con ella junto a la boca, como quien llama a la puerta. Ademas, no dejaban de sobarme las tetas en todo momento.

Abel, mientras, se habia tumbado en la arena, y habia hecho que me sentara sobre su abdomen. Con una mano, guie su polla hasta la entrada de mi coñito, y empece a cabalgar sobre su tranca, mientras no dejaba de comerme aquellos otros tres pedazos de carne. Insistia especialmente en la de René, me daba especial morbo aquel mulato tan guapo y su preciosa herramienta, pero los otros dos se impacientaban enseguida y me daban golpecitos en la cara para que no les desatendiera.

Estuvimos en esa postura varios minutos, Abel me pentraba sin descanso, y yo iba de polla en polla, hasta que decidi que ya era hora de que mi coñito probara tambien las pollas de mis dos nuevos amigos. Me levante y me puse a cuatro patas, mostrando mi culito a los cuatro.

  • Quiero que me folleis todos- suplique, con un susurro-. Por favor, quiero sentiros a cada uno dentro de mi.

Los cuatro empezaron a reirse, y a hacer comentarios despectivos sobre mi:

  • Mirala, es toda una puta.

  • Es la tia mas zorra que he conocido nunca.

  • Esta suplicando por una polla, menuda guarra.

Y mientras yo, a cuatro patas, con el culo en pompa, exhibiendome sin ningun pudor ante esos cuatro extraños, esperando y suspirando porque una buena polla entrara en mi interior. Me sentia totalmente sumisa ante esos cuatro hombres. Por fin senti como uno de ellos de acercaba. Me agarro firmemente las nalgas, y me metio su polla muy despacio. No habia duda, se trataba de la enorme tranca negra de René. Sentia como cada milimetro de carne se abria paso hacia mi interior, rozandome. Tuve un orgasmo, intenso e instantaneo. Mientras, los otros tres se habian arrodillado ante mi cara, dandome a comer de sus pollas. Despues de unos instantes, René salio de mi interior, y rapidamente se vio reemplazado por Cesar, que se movia como una fiera. Estuve asi no se cuanto tiempo, con una polla en el coñito y otra en la boca, que cambiaban a cada instante.

Pero ellos no tenian suficiente con lo que estaba pasando. Vi a Marc y a Abel cuchicheando, y se acercaron a mi. Marc hizo que me levantase, se tumbo en la arena, e hizo que me tumbara encima de el, cara con cara. Me envaino su polla, y empezo a moverse rapidamente, mientras me comia las tetas. Entonces note que alguien estaba metiendome un dedo por mi culito. Me gire, y vi a Abel, abriendo mi agujero trasero con sus dedos, mientras René y Cesar se masturbaban, mirando de pie.

  • ¡Que haces!- proteste yo- ¡Por ahi no! ¡Me vas a ahacer daño!

  • ¡Callate, zorra!- gruño Abel, fuera de si- ¡A ver si ahora te vas a hacer la estrecha!

Y para que no protestara mas, René se acerco a mi boca y me metio su pollon. La verdad es que me dio un poco de miedo, la situacion se estaba escapando de mis manos. Pero una vez mas, la lujuria pudo mas que el sentido comun, y me abandone, dejando que Abel hiciera conmigo lo que quisiera. Tras unos instantes de penetracion con los dedos, y de lubricarme con su saliva, cuando penso que estaba suficientemente preparada, se puso en cuclillas, y apoyo la punta de su polla en la entrada de mi culito. Marc, mientras, se habia quedado quieto para facilitar la penetracion de su amigo. Poco a poco, su polla se fue abriendo paso hacia mi interior, cada milimetro que entraba ardia dentro de mí, parecía que me iba a abrasar de placer. Por fin tuve las dos pollas dentro, y empezaron a bombearme al mismo tiempo. Pense que me desmayaba de gusto. Empece a gritar, completamente deshinibida, mis gemidos se tenian que estar escuchando hasta en el hotel, pero me daba igual. Me sentia como un objeto en manos de aquellos cuatro hombres, cuyo unico cometido en la vida era dar placer y recibirlo. Me sentia como una puta, pero tambien como una reina. No se ni cuantas veces me corri, notando como aquellos trozos de carne me penetraban por todos los agujeros de mi cuerpo. Marc me comia las tetas, mientras no dejaba de follarme mas y mas deprisa, mientras Abel me daba azotes en mis enrojecidas nalgas, mientras no dejaba de gruñir lo puta que era.

Despues de unos minutos, que se me hicieron eternos, Marc dijo:

  • Venga, ahora follaros vosotros a esta putita, seguro que esta deseando tener otras dos pollas dentro.

Marc y Abel salieron de mi interior. Me quede unos instantes tirada en la arena, mareada por la acumulacion de orgasmos. Pero no tardaron mucho en acercarse René y Cesar. René me penetro en el coñito, e inmediatamente una sacudida electrica recorrio mi cuerpo. Al instante la polla de Cesar estaba bombeandome con fuerza en el culito. Notaba a los dos amigos en mi interior, especialmente el gran pollon de Rene, rozandome de una forma deliciosa, y como los huevos de Cesar, hinchados hasta los topes de semen, me golpeaban en la cara interior de los muslos.

  • Eres muy guapa- me dijo, tiernamente René, con su curioso acento. Abri los ojos, y vi que me sonreia. Me acaricio el pelo, sudado y pegado en mechones a la cara-. Me gustas mucho, eres preciosa- me acerque a el y le bese en los labios. El metio su lengua en mi boca, y crei que me derretia de gusto. Pegue su pecho al mio, para notar como mis pezones rozaban con su duro torso, al son del movimiento que hacia al follarme. Separo sus labios de los mios, y dijo, sususrrandome al oido:- Me gustaria correrme en tu carita.

Aquello hizo que me excitara aun mas, y tuve otro violento orgasmo, solo de imaginarmelo. Asi que, me incorpore, y me puse de rodillas. No hizo falta decir nada, los cuatro me miraron y, simplemente, se acercaron, blandiendo sus inflamados rabos en la mano. Abel y Marc se miraron, riendose.

  • Parece que a esta putita le encanta comer polla- dijo Abel.

  • Si, seguro que se va a tragar todas las corridas que pueda ¿Verdad que si, golfa?

Yo no conteste nada, estaba fuera de control, solo veia pollas por todos los lados, y mi boca y mis manos iban de una a otra sin logica ni orden. Los chicos habian hecho un corro a mi alerdedor, y me restregaban sus amoratados capullos por la frente, los ojos, las mejillas, los labios, el cuello, las tetas... Yo me deshacia de gusto, pensando en lo que estaba a punto de ocurrir, anticipandome al mometo. Chupaba y lamia pollas freneticamente, y ellos se masturbaban con fuerza a escasos milimetros de mi. De vez en cuando, alguno me golpeaba la cara con su polla, impaciente, en un gesto de dominacion que no hacia sino ponerme mas y mas caliente.

Por fin, el primero exploto. Me esmeraba en chupar la polla de Cesar, cuando note como un chorro de esperma tibio me golpeaba en las mejillas. Me gire, y vi que era Abel el que se corria. Abri la boca y saque la lengua, y el resto de su corrida se derramo sobre mi boca y mi barbilla. Inmediatamente, René acerco su duro rabo a mi boca, y lanzo un caliente lecherazo sobre mis labios. Me relami, mirandole a los ojos con una expresion traviesa, mientras descargaba sobre mi carita todo el espeso semen que le abarrotaba los huevos. Enseguida, Marc se acerco, blandiendo su polla tiesa, y la acerco a mis tetitas. Con las dos manos lavente mi pecho, hasta que mis pezones rozaron su inflamado capullo. Inmediatamente su polla empezo a escupir espesos grumos de leche caliente, que se estrellaron directamente contra mis sensibles pezones, esparciendose por mis tetas y escurriendose por mi canalillo, cuerpo abajo. El ultimo en correrse fue Cesar. Me agarro la cabeza, hasta que tuve su polla justo frente a mi cara. El primer chorro fue impresionante, un latigazo de esperma atraveso mi cara, desde la boca hasta la frente, pringándome hasta el pelo. Suspire, excitada, y me meti su pollon en la boca. Pronto mis mofletes empezaron a hincharse a causa de la abundante corrida, y el semen empezo a escaparseme por las comisuras de los labios.

Por fin los cuatro chicos se habian corrido, pero yo seguia masturbando sus ya flacidas pollas, y rebañando los restos de esperma que habian quedado colgando de sus capullos. El semen se extendia por todo mi cuerpo, los grumos de leche me pringaban desde la frente a la barbilla, donde chorreaba hasta caer en brillantes regueros hasta mis tetas. Un espeso grumo de corrida se balanceaba, colgando de uno de mis pezones. La situación me había puesto fuera de control, yo ya no era dueña de mis actos. Suspirando, restregue la leche con la que los cuatro hombres me habian embadurnado el cuerpo, la extendi con los dedos y empece a chuparmelos. Sin poderlo evitar, tuve el ultimo y violento orgasmo.

Cuando me recupere, los cuatro hombres se habían tendido en la arena, a mi alrededor, exhaustos. De pronto, todas las miradas se cruzaron, y empezamos a reirnos, creo que fruto de la vergüenza que nos daba vernos asi, despues de lo lejos que habiamos ido, de como nos habiamos dejado llevar por nuestros instintos mas depravados y salvajes. Uno de ellos propuso ir a bañarnos, y todos aceptamos. Entramos en el mar, oscuro, y el contacto del agua con la piel, me produjo una paz y un bienestar increible. No podia creer lo que habia hecho, habia dejado que cuatro perfectos desconocidos hicieran conmigo lo que querian, y yo lo habia disfrutado enormemente, como la peor de las guarras. No me reconocia a mi misma, perdiendo la cabeza por la lujuria del momento.

Estaba flotando en el agua, con los ojos cerrados, pensando en lo que habia pasado, cuando note que unos fuertes brazos me agarraban. Era René. Me aproximo a el, me sonrio y me beso con dulzura. Su polla volvia a estar dura. Me subi encima de el, abrazando con mis piernas su cintura. Su duro sexo se abrio paso dentro de mi, provocandome una increible sensacion, al notarlo entrar centímetro a centimetro.

  • No pensarias que te iba a dejar escapar tan pronto ¿verdad?- me dijo, en un susurro. Yo no pude contestar, porque estaba corriéndome de nuevo, y de mi boca solo podían salir gemidos de placer. En ese momento, note como otro hombre se acercaba, por detras, y colocaba la punta de su polla en la entrada de mi culito. Seguro que, en lo que restaba de vacaciones, no me volveria a aburrir.