Hno. bastardo salva la estirpe de su familia IV
Daniela, la madre de Berto, ante los problemas de su hijo mayor, no tiene reparo en actuar de celestina para conseguir que Caty, su tercera nuera accediera a yacer con su hijo benjamín, a fin de que este la embarazara.
Tras comprobar con alegría que, dos de sus nueras por fin estaban embarazadas, la madre de Berto comenzó a preocuparse por la nuera mayor, Caty casada con su hijo de mayor edad. Aquella mostrada signos evidentes de alteración, especialmente al comprobar que sus otras cuñadas habían quedado embarazadas y ella no lo había conseguido.
La madre de Berto, se quedó preocupada tras una conversación con la misma, viendo que dicha nuera estaba muy decepcionada e incluso se estaba planteando el divorcio. Es más, detecto que una depresión se estaba decantando en aquella mujer. Daniela sabía perfectamente que todo aquello devenía por el hecho de no haber sido fecundada por su hijo, y el malestar por ver a sus otras dos cuñadas embrazadas.
Ella comenzó a captar algunas miradas entre su hijo benjamín y las otras nueras, Daniela comenzó a darse cuenta de lo que realmente podía haber ocurrido. Ella conocía de boca de sus propias nueras el resultado de los tests de espermiograma que le habían realizado a cada uno de sus tres hijos mayores. Por ello, fue madurando la idea de que Berto tenía algo que ver con los embarazados de aquellas. Conocía perfectamente que Berto no era hijo de su marido, por lo que, seguro que el defecto genético posiblemente no lo hubiera heredado, al ser de padre diferente.
Tras mucho pensarlo, al ver la situación del matrimonio de su hijo mayor, comenzó a fraguarse en ella la idea de plantearle a Berto que fecundara a Caty. En teoría parecía fácil, pero no lo era que, una madre le planteara a su propio hijo que hiciera cornudo a su hijo mayor, y que encima fecundara a su mujer. En varias ocasiones, estuvo tentado de hablar con Berto, pero luego desistía.
Pronto Lucrecia dio a luz a una niña, y todo se volvieron locos de alegría, salvo Caty, en quien la envidia y los celos la fueron consumiendo aún más. Ante ello, una tarde en que se encontraban solos en la casa, Daniela se acercó al dormitorio de su hijo y sentándose en la cama, le dijo: ¿ estas contenta con la sobrina?
- Claro madre. Es una niña preciosa. ¿ acaso tu no lo estas? le contesto el joven.
-claro que sí. Pero, se detuvo con dudando … sabes que te quiero mucho. ¿Quiero que me sean sincero?. Lo que de voy a preguntar es muy importante. Le comentó la madre.
-claro madre. ¿Qué quieres preguntarme ? - le contesto tranquilamente Berto, el cual ignoraba lo que su madre le iba a preguntar.
-¿ Te has acostado alguna vez con Lucrecia ? -le preguntó de pronto aquella ante la sorpresa del joven ante tal pregunta.
-¿ Pero mama? ¡Que preguntas haces…! ¿cómo se te ocurre pensar tal cosa ?…
- Te he pedido que seas sincero. Nada de esta conversación saldrá de aquí, pero necesito saberlo.
Berto era le hijo mimado de Daniela, pero, además, el hijo también sentía una tremendo respecto y amor por su madre. Por ello, algo apesadumbrado, le responde: - veras mama. No sé cómo paso, pero fue todo un poco raro…., pero sí. “me ha acostado con ella”. Pero eso fue antes del embarazo, después nada ha ocurrido. ¡lo juro!
Ella entonces le pregunta: ¿ Tu sabías que tu hermano, el marido de Lucrecia tiene problemas de fertilidad? Vamos que sus espermatozoides no son lo suficientemente vigorosos para fecundar a Lucrecia. ¿Has llegado a pensar que quizás fuiste tu quien la embrazó? -
- Pero madre… solo fueron en dos ocasiones…. El joven se queda pensativo, y mira a la madre. En ese momento, el dudo. Lo que había pensado en otras ocasiones parecía ser cierto: ¡ seguramente era el padre de aquella sobrina!
La madre se queda mirándole, y le vuelve a preguntar: ¿ también ls hiciste con Norma?
El joven enrojece y no le contesta. Ella le manifiesta: ¡ me lo imaginaba!
-Mama lo siento. Yo no quería, pero .. no se Norma me provocó, y al final, terminamos haciéndolo. Lo siento.
La madre se queda pensando y luego le dice: - Ya nada importa. En el fondo, “gracias a ti puedo ser abuela”, y además has dejado contento a tus dos hermanos, ya que ellos no sospechan nada. Y así tiene que seguir siendo. ¿está claro?
-Por supuesto mama.
- Pero tenemos otro problema .* Le dijo ella : tu hermano mayor tiene el mismo defecto y no puede concebir a Caty. Están pasando por unos momentos complicados, y creo que si Caty no queda embarazada pronto ese matrimonio se rompe. ¡No quiero que tu hermano caiga en una depresión!*– le manifiesto ella.
El joven se quedó nervioso y desconcertado. ¿ acaso su madre quería que hiciera lo mismos con la mujer de su hermano mayor ? -Mamá… ¿no me estarás insinuando...? exclamo el joven sin dar crédito a lo que escuchaba.
Ella le mira fijamente y le contesta: Se te que parece una locura. Pero, lo hago por tu hermano.Berto, ¡ quiero que busques la manera de hacerlo con Caty y dejarla embarazada!
. Pero mama. Caty casi me dobla la edad. Y ..ya sabes, es bastante tradicional.. no se… le contesto Berto.
-Ya. No creo que eso sea un problema. Además, no me negarás que es una mujer muy bonita y que estaba bastante bien. Seguro que has pensado en ella en más de una ocasión. Le comentó la madre sonriéndole.
-joder mama… en el fondo reconocía que ella tenía razón.
-¡No se hable más!. ¡Espero que hagas algo al respecto! ¡sabre recompensártelo!Y seguro que harás muy feliz a tu hermano . Le dijo aquella saliendo de la habitación de su hijo.
Berto quedo esa noche pensando en todo ello. Había dejado embarazada a dos de sus cuñadas, y ahora su propia madre le proponía que preñara también a la otra cuñada que restaba. En el fondo, reconocía que Caty, pese a ser la mayor, era la más bonita de todas y la que mejor cuerpo poseía, aunque sabía que era bastante tradicional en sus ideas, forma de vestir, etc. Ganas de hacerle el amor, seguro que no le faltaban, pero convencer aquella mujer era otra cosa.
A partir de ese momento, la madre comenzó a llamar con más frecuencia a Caty a su casa. Una tarde que sabía que ella vendría, se lo indicó a su hijo para que lo supiera, sonriéndole. Berto, se encontraba en su dormitorio cuando apareció en la casa Caty, que pese a ser una mujer muy bella, vestía con algunos trajes bastante largos que no permitían apreciar su anatomía.
La madre le preguntó a Caty, que ¿ si no iba a saludar a Berto que se encontraba en su habitación? No era lo normal, pero Caty ante la insinuación de su suegra subió al piso superior buscando la habitación de Berto. Éste se encontraba nervioso. Sin pensarlo, decidió meterse en el baño que el utilizaba completamente desnudo, como solía hacer. Cuando percibió que Caty estaba tocando a la puerta de su habitación, se las ideó para colocarse una toalla bastante corta por encima de sus partes, y salir al pasillo para volver a su habitación.
Nada más salir del baño se topa con su cuñada: - oh Caty. No sabía que estabas aquí. ¿me acababa de duchar? - le dijo, haciéndose el sorprendido.
- Ya. ¿pesaba que estabas en su habitación? , le dijo ella. La mujer ante la sorpresa de ver el torso desnudo del joven intuitivamente dirigió su mirada hacia abajo ya que aquel llevaba una toalla que apenas le tapaba sus partes. En ese momento enrojeció. Ella se consideraba una mujer muy decente, y ver el bajo la toalla se mostraba un abultamiento manifiesto, que no podía ser otro que los genitales del joven cuñado.
Sorprendida le comento: - ¿ pero, siempre sales así al pasillo?. La verdad es que….
-Pues, normalmente salgo desnudo del pasillo al baño. Le dijo Berto con normalidad. Hoy no sé porque, he salido…ya ves. De todas formas ¿ Tampoco te asustarías por ver un joven desnudo? le indico sonriendo.
-¿asustarme?.. ¿Y eso por qué?... ¡ni que… la tuvieras de oro! ¡habrase visto el descarado! Le contesto Caty de forma airada.
El joven se sintió dolido en su ego y le dijo: -a lo mejor te sorprende ver lo que tengo entre mis piernas cuñada ¿quieres verla?
¡No seas insolente! Se agito aquella ante tales palabras ¿Qué te has creído que soy? Y, añadió: Ya sé que eres un Don Juan con las jóvenes de tu edad. Pero ¡eso conmigo no te vale!. Soy una mujer casada y decente y además la mujer de tu hermano.
- Vale Caty ¿no te pongas de esa manera? Tampoco es para tanto. Intento recomponer la situación el joven viendo que se le iba de las manos.
-¿ Como qué no?. ¿Me has ofendido? Ya verás cuando se lo diga a tu madre y a tu hermano. - le dijo ella marchándose hacia el piso de abajo.
Daniela que estaba escuchando todo, le pregunto: ¿ Qué te ha ocurrido para que te pongas de esa forma Caty?
- ese hijo que tienes. ¡que se ha creído que soy una jovencita a las que seduce con sus atributos! ¡es un sinvergüenza! Le contesto casi gritando.
-Ya Caty. Es un chico joven. Ya sabes cómo es la juventud. ¿acaso te molesta que un joven se fije en ti? Le contesto aquella.
- No es eso Daniela. Pero me molesta que no me respete - le dijo aquella.
- Anda quédate tranquila. Son cosa de jóvenes. ¿No vas a ponerte así por eso? Seguro que el chico no tenía mala intención ¿acaso lo viste desnudo o intento hacerte algo? Le pregunto la suegra.
-¡claro que no! exclamo ella, pero, me dijo una cosas inapropiadas .
Venga Caty .
La nuera se marchó algo enfadada. Luego al hablar Daniela con su hijo, aquel le comento: ¡ mama, no creo que esa mujer acceda nunca a hacerlo conmigo? ¿Has visto como se puso por verme con una toalla enrollada en mis partes?
Daniela quedó nerviosa. Sabía que su cuñada era muy casta, y que iba hacer difícil seducirla.
Sin embargo, pese a su enfado, Caty se quedó pensativa tras ver el torso desnudo del joven hermano de su marido, y aquella pregunta sobre si quería verlo desnudo, en el fondo le excito. Era algo a lo que no estaba acostumbrada. Nadie nunca le había dicho algo tan descarado.
En el bautismo de la hija de Lucrecia, Berto se vistió como un verdadero galán, y no era para menos, ya que tenía un cuerpo perfecto, y que enloquecía a las mujeres. Su mirada además conquistaba a cualquiera. Todas le echaban piropos, incluso Lucrecia y Norma no pudieron contenerse.
Caty iba ese día con un vestido tejido todo de una pieza de arriba abajo, pero que curiosamente no era tan largo sino, algo más ceñido que otras veces. Evidentemente esto causó cierta admiración ya que realmente era una mujer bastante hermosa y bonita. Berto al verla, se le quedó mirando, y aprovechando un momento en que la encontró sola en la cocina se le acerco comentándole: - Caty. ¡¡Debería usar más a menudo ropas tan alegres y sexy como la que llevas puesta!
- que pasa. ¿es que no te gusta la que llevo?- le contesto aquella.
- claro que si. Te favorece mucho. Pero, no te ofendas cuñada, ¡sabes que tienes un cuerpo fenomenal. Pero, para mi gusto, ¡deberías usar ropas más ligeras y sexy que las que llevas con frecuencia!
La mujer le miró. Le sonrió por primera vez y le dijo: - ¿oye no me estarás tirando lo tejos? ..¿verdad?
-Y si así fuera, ¿te ibas a enfadar por ello ? le contesto el joven con una sonrisa que obnubilo a la mujer.
Ella le mira de arriba abajo y le contesta: - ya sé que eres todo un galán. Pero ¿te has olvidado de que soy la mujer de tu hermano? Y… ¿Qué puedo doblarte en edad?
El joven la mira, se muerde el labio superior, y le contesta: - Cuñi. Con el cuerpazo de tienes, te….. ya sabes. ¡No me importaría que fueras mi cuñada en absoluto!
Caty se quedó sorprendida con la actitud del joven. No estaba acostumbrada a que le dijeran cosas tan excitantes y además tan directas. Se dijo: no me lo puedo creer. El joven hermano de mi esposo me tira los tejos. Luego se sonríe y le contesta : - verdaderamente eres un Don Juan. Pero conmigo no te valen esos halagos .
El joven le sonrió mirándola de arriba abajo mientras ella se retiraba. Le miró el trasero y se dijo: ¡joder esta para clavarla hasta por detrás ! La mujer se dio cuenta y le sonrió.
Durante esa fiesta todos tomaron bastante, y luego hubo un baile. Berto, totalmente decidido saco a bailar a Lucrecia, Norma y a otras jóvenes. Luego se dirigió a la mesa en que estaba Caty con su hermano y le dijo: - ¿Hermanito me prestas a tu mujer un momento ? Su hermano apenas se enteró, ya que estaba bastante entrado en tragos, pero Caty se sorprendió, ya que no estaba acostumbrada. No obstante, salió a la pista y comenzó a bailar con Berto.
Tras los primeros pases, ella se fijó que el joven la apretaba contra él. Y pronto se dio cuenta de que el mismo estaba empalmado . Aquello la puso bastante nerviosa, pero al ver que había tanta gente no quiso montar un número, y en principio se lo permitió. Sin querer la misma, comenzó a sentirse excitada al roce de su cuerpo con la daga del joven. ¡ aquel joven era un descarado ! Pero en el fondo le estaba agradando. El que un joven como Berto se interesara por ella, era algo que no llegaba comprender, pero en el fondo le agradaba.
Berto le decía cosas bonitas al oído, y eso encandiló a la mujer. La misma miraba por si alguien se estaba ocupando de ellos, viendo que su esposo estaba entretenido con otros, ya bastante ebrios. Ella le dijo al oído: ¡eres un atrevido! ¿cómo se te ocurre ponerte así ante tanta gente? El joven entendió claramente que se refería a su creciente erección bajo su pantalón.
Y, acercando su cara al oído, le comento: ¡ lo siento Caty, ha sido de forma involuntaria! No me he podido contener. Ya te dije que eres un portento de mujer.
Ella le miró a la cara, sonrojada le dice: - ¿ aun sigues con eso ?
Cuando por fin se retiró, ella no pudo por menos que observar el tremendo bulto del pantalón de su joven cuñado.
Tras lo ocurrido ese día, Caty pese a ser una mujer casta, comenzó a soñar con el joven hermanito de su marido. Aquello jamás le había ocurrido en su vida, pero se sentía excitada como nunca lo había estado. Ni siquiera con su esposo había sentido esa excitación.
Daniela se había dado cuenta de todo durante la ceremonia y la fiesta. Pero sabía que tenía que hacer algo para acelerar el proceso. Por ello, un día decidió llamar a su nuera para comer. Una vez las dos mujeres solas, Daniela le dice: - Caty. Se que deseas ser madre. ¡Soy consciente de que ello, no lo conseguirás con mi hijo!.
Caty se sorprende y le pregunta: ¿Por qué?
- Vamos hija. ¡Sabes que los espermatozoides de este nunca podrán fecundarte! ¿acaso crees que no lo sabía?
-Ya. Pero, tus otros hijos también tienen el mismo defecto y al final han embarazado a Lucrecia y Norma. ¿Por qué no puedo yo? - le pregunta ella.
Daniela le mira a los ojos y le contesta: Seguro, que sospechas como yo que esos embarazos no son de mis hijos. ¿Acaso crees que soy tonta?
-Y entonces, …¿les han sido infieles a tus hijos?. Pero …, ¿Cómo es posible que sabiéndolo este tan contenta? Le pregunta ella.
- Mira Caty. Yo solo deseo que mis hijos sean felices. Esos embarazos han dado vida a mis hijos y a mis otras nueras. ¿Cómo lo hayan conseguido no importa ahora?, gracias a ello, tengo una nieta y está en camino el nieto. - le contesta ella.
Caty se queda algo nerviosa, le mire y le pregunta: ¿ acaso me estas proponiendo que me acueste con otro? ¡No me lo puede creer lo que me pides!.
-Se que no es normal lo que te digo. Pero “tampoco te pido que lo hagas con cualquiera”.
. ¿Cómo?, ¿ya tienes pensando con quien quieres que me acueste? Le dojo aquella algo escandalizada.
Ella afirmó con la cabeza. Caty, casi encolerizada le pregunta: ¿ Puede saberse en quien has pensado como semental?
En Berto.
¿en tu hijo, el benjamín?... Pero, … ¿y como sabes que es fértil? Que yo sepa todos los hermanos son infértiles.
¡Pues te equivocas!. Berto es plenamente fértil. Y además, es probable que el hijo que tengas se parezca a tu marido, ya que son familia.
¿Y eso como lo sabes? Le pregunta Caty intrigada.
-Creme. Lo sé que con completa seguridad. Le respondió Daniela.
Caty se queda en silencio. Recordó lo acontecido con Berto, y tras esto le pregunta: ¿ Y cómo sabes que él quiera hacerlo?
-Mira Caty. Yo solo deseo lo mejor para vdes. Creo sinceramente que necesitas un hijo. Deja todo de mi mano y te aseguro que con Berto no habrá problemas. Si aceptas, solo necesito que me digas cuando estarás ovulando y concertamos una cita. Le dijo decidida Daniela.
-¿ Cómo? ¿pretendes que lo hagamos aquí en tu casa? - le dijo Caty.
- Donde tu quieras. Pero, creo que aquí nadie levantara sospechas .
Caty marcho desconcertada de la casa de su suegra. No esperaba aquello. Pero en el fondo sabía que su matrimonio dependía de tener un hijo. Además, quería ser madre. Hacerlo con el hermanito de su marido, era toda una tentación, pero le costó aceptarlo. Tras más dos semanas, llamó a su suegra diciéndole:
- Daniela. Lo he pensado. ¡estoy de acuerdo? Habla con Berto, creo que estaré ovulando para el jueves o viernes.**
Daniela se quedó contenta, y hablo con Berto para que se abstuviera de cualquier encuentro con jóvenes y se reservara para ese día.
Aquello parecía una novela. La madre como cenicienta preparando el encuentro para una infidelidad, que además rondaba el incesto.
Llegado el día señalado, Caty se presenta en la casa. Iba vestida con uno de sus trajes normales, largos y poco atractivos. Tras indicarle a Daniela que solo lo haría para quedar embarazada, subió hasta el dormitorio de Berto.
-Hola – le comentó Berto al verla entrar en su habitación. El solo tenía puesto unos pantalones cortos.
- Hola. ¿Me supongo que tu madre te ha hablado?, le dijo ella entrando y jalando la puerta para cerrarla.
El joven afirmó con la cabeza.
Lo haremos solo con el fin de quedarme embarazada. ¡Solo será eso!. No habrá besos ni abrazos, solo la penetración - le dijo ella son sequedad.
El joven volvió afirmar con la cabeza.
Ella apagó la luz del techo de la habitación. No obstante, las cortinas de la habitación no eran opacas por lo que, la luz del día seguía entrado y se divisaba perfectamente. La mujer, comenzó a quitarse el traje que llevaba puesto, y cuando lo dejó sobre una silla, Berto observó que solo llevaba unas enaguas trasparentes que permitían visualizar la braga que la mujer llevaba puesta. Por otro lado, se fijó en la parte superior, constatando que el sostén que Caty llevaba puesto apenas podía atrapar dentro de si los hermosos pechos de aquella mujer. Berto nunca había visto en esa lid a su cuñada, ni siquiera en la playa. Le pareció una de las mujeres mas hermosas que había visto.
Caty se dio cuenta como la miraba su joven cuñado, y se estremeció, y le dijo: ¡ Berto no me mires de esa forma!.
- Lo siento Caty. Es imposible no mirarte. Eres más hermosa de lo que realmente suponía. Esta claro que las ropas que usas no te hacen ningún favor. – le dijo excitado, mientras su nabo crecía bajo su pantalón corto.
El joven igualmente se desprendió de su pantalón quedando con un slip, donde el tremendo bulto hizo sonreír a Caty: ¡pero… ¿ya estas así?
Ella dejó caer su enagua, quedando solo con aquella braguita que llevaba. Luego con bastante nerviosismo procede a retirar la misma, quedando con su vagina y monte de venus a la vista del joven . Pero rápidamente se metió bajo la sabana de la cama. El joven, por su parte, se desprendió ante ella, de su slip dejando que su macana quedara al aire, blandiendo entre las piernas del mismo, logrando una exclamación de la mujer: - oh Dios mío…. Que grande…
El joven entró también dentro de la sabana, y sin esperar mucho se colocó entre las piernas de la mujer, la cual se abrió para que el se metiera entre ellas. Esto todo bajo las sábanas . El joven, fue acercando su tranca, tomándola en la mano hasta depositarla entre las piernas de ella. La mujer, en ese momento, tomó la polla del joven en su mano, mirándolo a la cara, sorprendida de la dureza y magnitud de esta, sopesando la misma en toda su longitud. Entonces le comenta: - tendrás que hacerlo despacio. No pensé que la tuvieras tan grande.
- relájate. Veras que lo hare con dulzura, le comento el joven.
La mujer guio son sus propias manos el pene de su joven cuñado hasta su panocha. Una vez allí, ella misma dio unos brochazos con la cabeza del nabo del joven embadurnándola con los jugos vaginales que ya bañaban sus labios. Luego, retiró la mano, y miró a la cara al joven. Era la señala para que el joven comenzara a penetrar.
Berto, pese a la situación tan rara que estaba viviendo, mantenía una erección de campeonato, y pronto su daga logro avanzar dentro del coño de la mujer, unos centímetros. En ese momento se dio cuenta de dos cosas: que aquella vagina estaba ardiendo , y otra que era mucho mas estrecha que la de sus otras cuñadas. Al ver la fricción que su polla hizo contra la paredes de la vagina de la mujer, esta le dijo: - ¡ oh.. despacio. soy muy estrecha. ¡No sé si eso me entrará!
-Tranquila Caty. Verás que te entrará toda. Estas muy tensa. Anda relájate, no quiero que te duela. Berto se pregunto ¿que clase de pene tenía su hermano?. Tenía que ser bastante pequeño, ya que parecía que estuviera desvirgando a la mujer por primera vez.
Poco a poco comenzó a pujar, sacándola y volviéndola a meter. No tenía prisa, quería no dañarla. Esto agradó a Caty, que fue cogiendo confianza y poco a poco comenzó a abrirse más, mientras aquel poderoso nabo iba entrando poco a poco en ella. A los tres minutos, ya tenía mas de dos terceras partes dentro de ella. En lugar de seguir, Berto comenzó a bombearla, sacando su pene hasta casi fuera de la vagina, para a continuación volver a entrar en ella. Ello comenzó a excitar a la mujer.
Caty, había decidido no disfrutar de la penetración, pero estaba viendo que la dulzura con que lo estaba haciendo el joven, su gran poderío físico, y los calambrazos que le daba cada vez que aquella dura verga entraba en su panoche, estaban cediendo su voluntad. Pronto se vio apretando el cuerpo del joven, poniendo las manos sobre la espalda, haciendo que el joven se recostara por primera vez sobre ella. Éste continuó metiendo y sacando su pistón, hasta que no pudo más, y de un certero golpe terminó por encajarle totalmente su nabo en la vagina de Caty: oh joder ooooo
La mujer se vio como su joven cuñado la tenía totalmente ensartada , la enorme polla de aquel había abierto las paredes vaginales como nunca antes, y al comienzo, presionó como para querer echarla fuera. Pero, el joven se la dejó dentro, quedando unos momentos sin acción alguna. La miró a la cara, y le dijo: - tranquila Caty. Ya la tienes toda. Ahora veras que todo será más placentero.
Tras ello, el joven comenzó a penetrar a la mujer pausadamente, haciendo que Caty comentara a colaborar excitándose con aquella cogida. No pensaba disfrutar, pero su coño colaboró de tal forma, que pronto se fue fraguando en ella un orgasmo. Oh joder.. oooo siiii oooo
Inmediatamente, echo las manos sobre los muslos del joven, atrayéndolo contra ella, mientras se abría totalmente de piernas para que la verga del joven le entrara más profundamente. Sin poder contenerse más comenzó a correrse hasta el punto de que pensó que no iba a parar. Cuando por fin acabó, miro la cara del joven. Este la observó, sus caras estaban a escasos centímetros.
En ese momento la mujer, sin poder contenerse, le dijo: - Berto… ¿que me has hecho?. Me tienes toda abierta. Oh siento tu polla dentro de mi coño. Oh cabronazo, vamos sigue follandome… dame caña… oo sii así oooo
Aquellas palabras fueron gloria nuevamente para el joven cuñado, que ya no paro y se dedicó a penetrar totalmente a la mujer una y otra vez. La mujer estaba tan encendida, que al fin ofreció sus labios al joven , quien comenzó a besarla ardientemente mientras no para de penetrarla.
Los besos incrementaron el fervor de aquel polvo, y pronto ella comenzó de nuevo a venirse, mientras devoraba al joven con sus besos. Su corrida fue tremenda gimiendo alocadamente, hasta el punto de que tuvo que oírse en toda la casa. Mientras se corría, las sabanas de la cama bajaron totalmente dejando sus cuerpo descubiertos sobre la cama. En ese momento, sin que la pareja se diera cuenta, alguien los vigilaba desde la puerta del dormitorio a través de una pequeña rendija que había quedado abierta.
Esa persona, no era otra que Daniela, quien, a sus sesenta y ocho años de edad, veía como aquella escena le volvía estremecer su cuerpo, recordando sus años más jóvenes. Pudo contemplar claramente como su hijo invadía una y otra vez con su nabo la vagina de su nuera, revolcándose ambos en la cama, abriendo ella sus piernas al máximo para sentir mejor aquella penetración. La mujer se quedó sorprendida la ver los enormes testículos del joven que, desde su posición, podía detectar claramente. Escucho como Caty le decía al joven: vamos Berto córrete dentro…. Quiero que me llenes…. Vamos préñame…¡dame un hijo!..
Berto no pudo más y comenzó a verter en aquel ardiente coño, cantidades ingentes de semen. Cada lechada llevaba una gran cantidad de esperma bastante espesa que pronto inundó el útero de la mujer. ohh sii te siento ooo sigue asiii
Cuando por fin el joven terminó de venirse. Ambos se quedaron quietos, ella debajo y el joven encima, aún con su pene dentro de la vagina. Ella le dice: ¡ Oh Berto!. No te pareces nada a tu hermano. Nunca tu hermano me había echo el amor de esta manera. Pero chico… noto aún tu polla dentro de mi, aún dura. Anda sácala… quiero verla .
El joven salió del coño de la mujer, y esta pudo contemplar la enorme verga del joven, exclamando: pero chico…. La de tu hermano parece la de un enano en comparación a la tuya. ¡Joder que bien dotado estas!.
Daniela desde la sombra de la rendija de la puerta, contemplada también extasiada la enorme verga de su hijo, quedando igualmente sorprendida. Ninguna de las personas con la que había tenido relación habían demostrado tener un pene semejante. Ni siquiera el padre del joven. Pronto observó como Caty, se colocó encima del joven, y tras clavarse de nuevo su verga comenzó a cabalgarle. En esto el joven, le desabrocha el sostén, y la mujer deja aparecer sus dos hermosos pechos, grandes y con una pequeña aureola que circundaba sus pezones negros.
Berto ante tan hermosura, acercó su boca y comenzó a lamer y mamar aquellas glándulas mamarias, como si fuera un colegial. Caty saltaba sobre la polla del joven clavándosela una y otra vez, alcanzando un nuevo orgasmo, acicalado con el hecho de que el joven mamaba su pezones con verdadero frenesi: o si chico comete mis pechos oo siii i¡oh cabronazo me vengo de nuevo ooooo
Tras acabar el joven la hizo descabalgar, y colocándola en cuatro, en posición de perrito sobre la cama, se colocó detrás y sin contemplaciones le volvió a clavar su poderosa daga en todo el coño de la mujer. Pronto se la comenzó a joder con gran maestría y poderío. ¡Caty estaba entregada! Pronto alcanzó, en esa posición, un nuevo orgasmo, viendo como su joven cuñado se venía nuevamente dentro de ella.
Tras acabar, se echaron sobre la cama, estuvieron un buen rato hablando. Se fueron a duchar juntos, y viendo que el joven se le puso dura nuevamente, la mujer se dejo follar en la propia ducha nuevamente, haciendo que el joven se volviera a correr dentro de ella.
Tras secarse, la mujer bajó despidiéndose del joven, e indicándole que al día siguiente vendría de nuevo. Que quería aprovechar el momento fértil en que estaba.
Una vez en la cocina de la suegra, Daniela, le pregunta: ¿ Cómo ha ido?
Caty la mira y le contesta : ¿acaso no lo has comprobado tu misma?
¿ A qué te refieres ? -le pregunta Daniela.
- No se haga la tonta suegra. Le he visto mirando tras la puerta. ¿seguro que se ha excitado viendo la pieza de su hijo? ¿me equivoco?
-¿cómo puedes pensar eso Caty?. – le dijo ella viendo que la había sorprendido.
- Bueno suegra, mañana volveré para que me monte de nuevo su hijo. Siento que, ¡de esta voy a quedar embarazada! Y, cuando se marchaba, le dijo: tenga cuidado… no vaya a fallárselo esta noche, que necesito su leche para mañana.
Daniela se quedó de piedra. Había sido descubierta, y encima tenía razón. Tras acabar había bajado al baño y se había notado que había mojado sus bragas.
CONTINUARA