Historias Urbanas
Este es un conjunto de pequenas historias que comienzan con un encuentro fortuito con una ex companera del colegio en un aeropuerto, la vida con mi primera y con mi segunda esposa, mi secretaria, etc... esta es la primera parte de las historias que suceden dia a dia en nuestras vidas... que lo disfruten.
HISTORIAS URBANAS
Cuatro horas llevaba retrasado el avión a Dallas, algo debía haber pasado me decía insistentemente una ancianita de aspecto terrible sentada a mi lado, pero a mi no me importaba esperar unas pocas horas más, por lo menos ya iba de vuelta a mi casa después de pasar varias semanas en un aislado pueblo en el desierto mexicano, ya estaba en la recta final, sólo un vuelo más y llegaría a mi casa. En vano, traté de dormitar con los ojos abiertos mientras la abuelita terrible iniciaba una acalorada discusión con un señor de aspecto aburrido que se encontraba al otro lado de ella. En ese momento, mientras revisaba mentalmente las últimas actividades que había hecho, vi llegar al mesón de la aerolínea a una mujer estupenda, delgada, no muy alta pero con un caminar maravilloso, como escuché alguna vez por ahí, era poesía en movimiento, aunque tenía un aire como de inocencia. Ella dejó caer sus papeles un par de veces mientras la asistente le decía seguramente que no, no había perdido el vuelo, va a salir en dos horas más con toda seguridad. Ella suspiró resignada y mientras recibía su tarjeta de embarque miró alrededor, nuestras miradas se encontraron y me di cuenta con cierta sorpresa que ella me miraba fijamente un par de segundos, luego se dio vuelta y después de dar las gracias a la asistente tomó sus cosas y fue a sentarse al rincón más alejado. Tuve la impresión que era alguien que había conocido antes en algún lugar.
Ya estaba la abuelita terrible buscándome conversación sobre los controles de seguridad en los aeropuertos, cuando le dije que necesitaba ir al baño urgentemente pero ella me miró con una expresión avinagrada antes de continuar conversando con el señor que al parecer estaba despertando de su letargo bajo la lluvia de palabras de la buena señora.
Al cruzar hacia el baño pasé cerca de la hermosa muchacha, a medida que me acercaba traté de no mirarla directamente, pero cuando estaba a escasos metros, ella me miró como asombrada y me sonrió. Ahí la reconocí, estudió en el mismo colegio que yo, pero en otro curso. Esa actitud me desarmó, ya que en el colegio nunca me había dado la hora, sólo atiné a decirle hola y continué a pasos rápidos hacia el baño. Cuando salí me di cuenta que ella estaba hablando por celular en voz baja pero ahora su expresión era diferente, de hecho al pasar a su lado, le vi una lágrima correr por su mejilla. Como no estaba dispuesto a seguir escuchando a la abuelita enojona me fui a la cafetería a tomar algo para matar el tiempo.
Llevaba un par de minutos hojeando un par de revistas y disfrutando de mi café cuando vi a la hermosa muchacha al lado mío pidiendo un café. Una vez que la habían atendido, me volvió a sonreír y rápidamente la invité a sentarse a mi lado. Su nombre era Sandra (yo no lo había olvidado) y me regaló una sonrisa pícara aunque tenía los ojos colorados por las lágrimas. Conversamos de todo un poco, del colegio, de sus compañeros, etc. Ella volaba hacia Saint Louis en Missouri y en Dallas tenía que hacer un trasbordo, estaba un poco nerviosa de que perdiera el segundo vuelo pero la calmé diciéndole que iba a llegar a tiempo. Otra agradable sorpresa es que el número de asiento de ella era al lado mío.
Una vez arriba del avión me siguió contando sus cosas, era casada hace más de dos años pero inmediatamente cambió de tema. Le conté que recientemente me había separado de mi mujer quien había vuelto a México pero que yo seguía viviendo en Dallas aunque por trabajo tenía que estar frecuentemente fuera de EEUU. No mostró mucho interés en mi vida personal aunque ella hablaba sobre sus cosas como si estuviera amordazada durante mucho tiempo, en realidad era una mujer simpática, espontánea aunque en el colegio tenía fama de poseer una mentalidad muy simple. El vuelo a Dallas pasó rápidamente, pero ella estaba cada vez más preocupada por el siguiente vuelo a Saint Louis.
Cuando llegamos al aeropuerto, intenté despedirme pero ella insistió en que la acompañara a verificar su vuelo, que finalmente resultó que había sido suspendido por problemas climáticos en el norte y centro del país. Ella se puso triste cuando le dijeron que el próximo vuelo para Saint Louis sería al día siguiente a mediodía. Yo amablemente le ofrecí llevarla al mesón de los hoteles pero ella sólo atinó a decirme en voz baja que no tenía dinero para pagar el hotel y la compañía no pagaría alojamiento cuando la demora era por el clima. Ahí fue cuando salió mi "caballerosidad" y la invite a que pasara la noche en mi casa, a escasos 35 minutos del aeropuerto.
Vi en su cara la duda, aunque finalmente aceptó. En esa época, tenía una gran casa donde antes vivía con mi ex esposa, aunque estaba buscando un lugar más pequeño donde mudarme luego del divorcio. En un taxi nos fuimos a la casa aunque durante todo el trayecto ella iba silenciosa y mirando frecuentemente su celular como si esperara una llamada. Yo mientras tanto iba pensando en la suerte que tenía.
Una vez que llegamos la llevé a la habitación de huéspedes y me fui a tomar una ducha en mi habitación. Cuando salí escuche que ella estaba hablando en voz baja por celular y luego de un par de minutos ella colgó. A continuación entró en la ducha.
Luego de ponerme una ropa deportiva, me fui a la sala a ver un poco de televisión cuando ella apareció en un vestido de dos piezas quizás demasiado formal para mi gusto. Ella venía triste y sin decir palabra se sentó a mi lado.
Tengo que reconocer que tener a esa mujer tan linda en mi casa me estaba excitando bastante, pero también tenía miedo de que ella me rechazara, últimamente mi autoestima no estaba pasando por un buen momento. Estaba pensando en esto cuando ella puso su cabeza en mi pecho y tomando mi mano hizo que la abrazara. Sin dudarlo un instante, la abracé y aspiré el olor agradable que salía de su cuerpo.
Has sido muy bueno conmigo dijo ella con una voz quejumbrosa
No ha sido nada, tu harías lo mismo por mí.
Ella sonrió y acomodó su cabeza en mi pecho ahora tengo que reconocer que estaba con una excitación grande, un bulto en mi pantalón lo acusaba. Ella pareció divertida cuando se dio cuenta que estaba en ese estado, sólo atinó a acomodar su cabeza sobre mi estómago y a subir los pies sobre el sofá. Yo empecé a acomodar su cabello y a hacerle cariño en sus hombros con lo que ella se empezó a relajar. Ella lentamente empezó a estirar su mano hacia el bulto en mis pantalones y empezó a tocarlo y a apretarlo. Así que una de mis manos empezó a tocarle su trasero mientras con la otra le acariciaba su cabello.
Ella empezó a bajar su cabeza hacia mi bulto y luego de acomodar su cabello empezó a mordisqueármelo suavemente por encima de mis pantalones. A esas alturas ya no me importaba nada y yo mismo empecé a desabrocharle la blusa que llevaba buscándole las tetas.
Ella se levantó y me dio una sonrisa pícara me tomó de la mano y me llevó al dormitorio. Ella a propósito empezó a caminar sensualmente y una vez que llegamos a la habitación, se sacó rápidamente la blusa dejando un par de tetas espectaculares al aire intenté sacarle la falda pero ella no me dejó.
Siempre mirándome a los ojos, se sentó en la cama y me empezó a bajar mi pantalón. Mi pene estaba erecto y mojado, ella lo sobó por un par de minutos y a continuación lo empezó a mordisquear suavemente y a pasarle la lengua por encima.
Yo tomé su cabeza y sus cabellos y con un poco de fuerza la obligué a que se metiera mi pene en la boca, ella no quería al principio pero luego inició una mamada gloriosa que me hizo ver estrellas, con una mano tomaba mi pene y con la otra acariciaba mis huevos. Como llevaba mucho tiempo sin tener sexo, estaba a punto de estallar.
Cuando me di cuenta que estaba a punto de eyacular, traté de sacar mi pene de su boca pero me agarró del trasero y se metió el pene más profundamente en la boca. La eyaculación fue largísima, vi como el semen le corría por las comisuras de su boca pero ella seguía chupando, tragando toda mi leche mientras un hilo de semen le caía en sus tetas. Grité como loco mientras salían los últimos chorros de semen y ella me pasaba la lengua por la cabeza de mi pene y apretaba fuertemente mis testículos como ordeñándolos. Siguió chupando y limpiando diestramente todo el semen que quedó en la punta del pene y continuó su tarea por varios minutos mientras yo sentía que mis piernas temblaban de placer.
Finalmente, se puso de pie y mirándose los pechos llenos de semen, se me acercó y me dio un beso saladito, metiendo su lengua dentro de mi boca mientras mis manos tocaban su culo todavía dentro de la falda.
Se acostó en la cama y se sacó rápidamente la falda, no llevaba nada debajo. Ella volvió a mirar sus senos y me dijo "tienes que limpiarme esto". Quizás en otra circunstancia me hubiera detenido a pensar un momento, pero rápidamente me desnudé y empecé a pasarle la lengua por sus tetas comiéndome mi propio semen, varias veces me besó haciendo que parte de mi semen quedara en su boca que ella tragaba ávidamente.
Así estuvimos varios minutos, chupándonos y tocándonos, con una de sus manos empezó a tocarme el pene que estaba flácido todavía, pero se acercó y empezó a darme mordisquitos por los testículos. Yo estaba de espalda en la cama tratando de tocarle las tetas cuando ella se acomodó sobre mi pecho y se acomodó de tal forma que quedamos en la posición del 69. Su vulva colorada y mojada estaba al alcance de mi boca y empecé a pasarle la lengua lentamente en círculos por sus labios mayores, se quejó cuando metí mi lengua por la entrada de la vagina.
A todo esto, era tanta mi excitación que mi pene se empezó a erectar nuevamente, ella pasaba la lengua por todos lados, me apretaba suavemente los testículos con sus dientes, y cada vez que mi lengua se detenía de explorar su vulvita hacía movimientos hacia adelante y hacia atrás sobre mi.
Ella se levantó y dándose vuelta empezó a besarme y a mordisquearme en la boca mientras con una mano, ella me pajeaba. Empecé a acercar mi cuerpo al de ella, pero ella me dijo que no, se levantó y de su cartera sacó una caja de condones, se puso uno en la boca y me lo puso en el pene. A continuación, ella afirmó una mano en mi pecho y con la otra acomodó mi pene en la entrada de su vagina, sin dudarlo, la tome con las dos manos del culo y la empujé de tal forma que todo mi pene le entró de una vez. Ella se quejó suavemente y empezó a moverse de arriba abajo. Yo trataba de morderle una teta pera ella se enderezaba jugando conmigo. Mis manos tocaban su culo y sus piernas, ella seguía cada vez más rápido moviéndose de arriba abajo. De pronto, sentí que su cuerpo se arqueaba y casi en un sollozo empezó a quejarse, estaba terminando pero yo seguía con el pene erecto penetrándola y tomándola del culo seguí metiéndoselo pero ella se dejó caer en mi pecho.
Así seguimos un par de minutos y ella respiraba profundamente, mi erección todavía se mantenía y trataba de moverme aunque no podía. Ella me empezó a besar y a pasar la lengua por el cuello mientras sus piernas me inmovilizaban. Ella se levantó, se sacó mi pene de la vagina y con los dientes empezó a sacarme el condón. Lo único que atiné a hacer fue a agarrarle una teta mientras ella afirmaba su cabeza en mis piernas y se metió el pene en su boca. Empezó a succionar la cabeza mientras con una mano tocaba mis testículos.
Entonces tomó mis manos e hizo que le tomara la cabeza, ella se enderezó y yo empecé a moverle la cabeza de forma que mi pene le entraba completamente en la boca, ella se atoró una vez pero seguía chupando y chupando. Cuando empecé a ejacular, ella se retiró y puso la boca abierta sobre mi pene de forma que el semen le entraba en la boca, un par de chorros le salpicaron las mejillas y al terminar de ejacular, ella empezó a pasar su lengua por mis huevos, succionando todo el semen que encontraba.
Fue simplemente maravilloso, ella siguió por varios minutos comiéndose mi semen. Finalmente ella se dejó caer pesadamente a mi lado. La abracé y creo que inmediatamente nos quedamos dormimos.
Temprano en la mañana, cuando desperté, ella estaba nuevamente llorando hablando por celular y aunque traté de escuchar no pude. Estaba en el baño y una vez que dejó de hablar empezó a tomar una ducha. Desde la cama la vi secar su cabello y salir hacia la habitación de huéspedes. Al cabo de unos instantes la vi pasar con su equipaje y desde la puerta me sonrió.
Has estado maravillosa, alcancé a decirle
Adiós, me dijo sonriendo triste.
Y sin que alcanzara a decirle nada, salió y tomó un taxi que había llegado a la puerta de mi casa. Mientras desayunaba sólo pensaba en ella, y así estuve un par de días pensando en que nunca más la volvería a ver.
Pasaron un par de meses, un par de viajes a México y Guatemala y una tarde la encontré en el aeropuerto de Dallas nuevamente esperando por un vuelo que no salía a tiempo, esta vez ella fue la que sugirió la idea de pasar una noche juntos y nos fuimos al nuevo departamento que estaba arrendando.
Ella esa vez estaba más introvertida, aunque su pasión continuaba intacta, estuvimos toda la noche cogiendo como locos y nuevamente se fue en la mañana casi sin despedirse.
Yo continué con mi vida viajando y viviendo mi propia rutina cuando una noche que estaba en un hotel en México se me ocurrió ver una película del canal adulto previo pago abonado a la cuenta del hotel. Pensé que quizás por módicos 10 dólares me podría hacer una rica paja.
Cuando empezó la película, me llevé la sorpresa del siglo: una de las actrices era la famosa Sandra que aparecía con un nombre de Turquesa en la película, fue increíble, ahí estaba la inocente Sandra siendo penetrada por dos negros superdotados y luego recibiendo andanadas de semen en su cara. Sentí una sensación de celos y luego de preocupación de que a través de Sandra me hubiese agarrado una infección, en fin pasaron por mi mente mil ideas rápidas.
Varios meses pasaron y encontré una nueva pareja: una enfermera del hospital que aceptó la idea de vivir conmigo, ella era bastante conservadora en la cama y nunca bajo ninguna circunstancia me dejó hacerle algo fuera de lo normal, de cuninlingus o fellatio ni hablar y cuando se lo propuse ella se puso a llorar preguntándome que diablos piensas de mi, por lo que no quise insistir en el tema. El nombre de esta enfermera era Hilda y debo decir que no estaba nada de mal.
Una noche en que estábamos con Hilda acostados en el departamento, cuando ella empezó a preguntarme sobre mis parejas anteriores, le conté entre otras cosas que había conocido a Sandra y que habíamos tenido sexo un par de veces, aunque no mencioné que Sandra era una actriz porno, a ella pareció no gustarle la idea por que cambió de tema y luego de un par de minutos se quedó dormida con una expresión de enojo en la cara.
Al día siguiente, Hilda tomó la iniciativa a la hora del sexo y se puso más atrevida quejándose como una gatita a la hora en que terminó, algo que nunca había hecho antes. Lo más extraño es que cuando estábamos terminando me susurro al oído "esta noche mi nombre es Sandra", aunque traté de preguntarle que pasaba, ella simplemente sonrió y se quedó dormida.
Un par de noches después hizo que le contara con lujo de detalles como había sido el sexo con Hilda y se lo conté todo, ella al principio se horrorizó de que me había atrevido a chupar un coño sin miedo a las enfermedades pero le vi en la cara que la historia la había excitado, de hecho en un momento, ella le dio un beso a mi pene antes de metérselo en su vagina. A mi, debo reconocer, me gustaba que Hilda se soltara un poco y en la mitad del sexo cometí el error de contarle que Sandra en realidad era una actriz porno.
Ella se sorprendió mucho, dejó hasta ahí el sexo y volvió a la carga con sus preguntas sobre Sandra, le mencioné que había visto una película porno donde salía ella con el nombre de Turquesa. Ella abrió los ojos y me mandó a la mierda por haber tenido sexo con una puta, que quizás que mierda de enfermedad me podía haber agarrado, etc, etc. Esa noche tuve que dormir en la pieza de los alojados mientras ella lloraba un buen rato antes de dormirse.
Al día siguiente Hilda amaneció de pésimo humor, me dijo que pensaba volver a vivir con su familia mientras encontraba donde vivir, yo me sentía pésimo, ya estaba enamorado de Hilda, me gustaba su forma de ser y no la quería perder. De alguna manera, hice que durante los siguientes días ella fuera olvidando su enojo y volvimos a dormir juntos luego de una semana.
Un tiempo después de esto, Hilda me sorprendió, llegó con un aire de misterio contándome que tenía un regalo para mi, me dio un pequeño paquete y me dijo que lo abriera, dentro del regalo: una película porno en DVD con Sandra, o Turquesa mejor dicho, como actriz principal.
Al principio me dio risa en pensar que la casta Hilda había entrado a un sexshop pero ella se rió diciéndome que la había comprado por la internet. Ni cortos ni perezosos nos fuimos a la habitación de la televisión y empezamos a ver la película. Era de sexo grupal, apareció la Sandra con un tremendo consolador metiéndoselo en la vagina mientras un negro con cara de degenerado se hacía una paja y un rubio grandote le metía la verga en la boca. Luego tomaron a Sandra y empezaron a cogerla por turno mientras ella le chupaba el pene al otro, un par de veces el negro metiéndosela y otro par de veces era el rubio que la cogía. Finalmente, mientras el negro se lo metía por la vagina, el rubio le metió la verga por el ano y empezaron a hacerle una penetración doble mientras la pobre Sandra ponía los ojos blancos. Luego de un par de minutos así los tipos se levantaron y le eyacularon la cara dejándola llena de semen.
Hilda estaba excitada, se le notaba de lejos, hizo un comentario algo como "mira tu amiguita, que señorita" y al final se levantó y mirándome con picardía se fue al dormitorio. Rápidamente la seguí, caliente por la actitud de ella y por la película que había visto y esa noche cogimos como locos, en un momento, ella se acercó a mi pene y lo empezó a chupar inexpertamente mordiéndome el glande en un par de oportunidades, también me dejó chuparle su coñito aunque ni hablar de terminarle en la cara o en el cuerpo, para poder terminar tuve que colocarme un estúpido condón.
Desde esa noche Hilda se puso cada vez más atrevida, empezó una noche a hablarme sucio, diciéndome que era un poco hombre por meterme con putas, pero cuando yo le dije que ahora mismo estaba con la más puta del mundo, ella estuvo a punto de terminar, a partir de esa noche nos insultábamos mutuamente y ella estaba cada día más y más caliente a la hora del sexo.
Una noche ella, en la mitad del sexo, volvió a la carga con "esta noche mi nombre es Sandra" y cada vez que le decía que puta eres Sandra, que ganas de metértelo por el culo, cuanto me vas a cobrar, etc. Ella se calentaba más y más. Esa noche ella chupó largamente mi pene y me dejó terminarle en las tetas.
Como dos días después de esto, ella llegó con varias películas de la famosa Turquesa, vimos cada una de ellas y tuvimos sexo noche tras noche cada vez más atrevido, ahora Hilda frecuentemente me comía mi semen a la hora de terminar y en una ocasión hizo que nos filmáramos mientras teníamos sexo, aunque luego después ella misma quemó la cinta en la caldera del edificio.
Así continuaron las cosas, aunque debo decir que a veces echaba de menos a la Hilda casta y pura y no a la Hilda pornostar con la que estaba viviendo ahora. Pero, en fin, de esa época debo decir que tuve mis mejor actividad sexual con Hilda. Frecuentemente ella me hacía cambiarle el nombre por Sandra.
A veces tenía que salir una semana a México o Centroamérica y cuando volvía ella me estaba esperando como gata en celo. Incluso una vez que tuve que volar a Honduras le pedí que me acompañara aprovechando sus vacaciones.
Ella fue maravillosa cada una de las noches en el hotel, hizo que la amarrara y la vendara y que al terminar le echara todo el semen en su cara. Otra vez intentamos el sexo anal pero no funcionó muy bien, le provoque más dolor que placer pero recuerdo que esa vez para mi fue lo más maravilloso que he hecho.
De vuelta en el aeropuerto de Dallas, Hilda llegó del baño muy agitada, me dijo al oído, "tu amiguita está dentro", yo haciéndome el pendejo, le pregunté que quién y ella me dijo media enfadada, "Sandra estaba en el baño hace un momento".
A mi me dio risa la actitud como exagerada de Hilda y le pregunté que quieres que haga, que la vaya a saludar?. Ella sonrió y me dijo: Hagamos lo siguiente, quiero que converses con ella.
A mi me dejó helado la idea de Hilda, pero las oportunidades hay que aprovecharlas y justo en ese momento sentí que alguien estaba mirándonos y era Sandra, más hermosa que nunca, iba saliendo del baño y quedó media indecisa si saludarme o no al verme acompañado por Hilda. Rápidamente, tomé a Hilda del brazo y nos acercamos a Sandra que estaba bastante aturdida viendo como nos acercábamos.
Hice las presentaciones de rigor presentando a Sandra como una persona que había estudiado en el mismo colegio que yo y que casualmente nos habíamos encontrado en un vuelo, Hilda se dejó llevar por el juego haciéndose la simpática con Sandra y ella a su vez cuando supo que era mi novia también siguió el juego diciendo que tenía buenos recuerdos de ese vuelo. "No lo dudo" dijo Hilda, "si Freddo es súper simpático"
Sandra nos contó que tenía que quedarse un par de días en Dallas y nos preguntó si conocíamos algún hotel que fuera bueno. Ahí fue cuando Hilda dijo rápidamente: "por qué no te quedas con nosotros?" preguntó inocentemente, Sandra abrió los ojos y dijo que no quería molestar, "no, si el departamento, tiene un dormitorio de huéspedes, no será ninguna molestia para nosotros".
Sandra me miró por unos instantes y lógicamente, le dije que claro, no es ninguna molestia, vente con nosotros. Sandra sonrió, no se si mi imaginación me hizo sentir que su sonrisa fue pícara y aceptó ir a nuestro departamento.
En el trayecto en el taxi Sandra e Hilda conversaron como locas, tenían muchas cosas en común, pero había un aire de irrealidad en la actitud de Hilda que me estaba excitando mucho. El chofer del taxi me miró divertido un par de veces y cuando llegamos a nuestro destino me hizo una seña con el ojo como que había entendido toda la historia.
Una vez en nuestro departamento, Sandra pidió permiso para tomar una ducha y mientras tanto Hilda andaba con una sonrisa de oreja a oreja, preparando bocadillos y luego de mordisquearme la oreja me dijo, voy a la ducha, por favor pórtate bien, y salió riéndose.
Ahí estaba como loco, asombrado por la actitud de Hilda cuando Sandra entró a la sala con el pelo mojado y un vestido bastante atrevido, una especie de minifalda con un generoso escote bajo una chaqueta negra. El sonido de la ducha de Hilda se escuchaba en la sala de baño por lo que Sandra se acercó a mi y me dijo con una vocecita suave: a si que tenias novia?... no me habías dicho que eras soltero sin compromiso, ahí le conté que estaba viviendo con Hilda hace poco tiempo y que cuando la conocí a ella estaba efectivamente solo. Ella me sonrió y me dijo, no te preocupes, no soy celosa. Tomó el trago que le estaba ofreciendo y me dijo: y es mejor que yo en la cama?.... yo le dije con voz entrecortada que no, pero que por ahí andaba. Ella pareció sorprenderse y me dijo, yo creía que estabas de novio con una monja pero parece que te han tenido bien entretenido últimamente.
A todo esto, Hilda salía del baño y apareció con una bata de levantarse corta que le había regalado para su cumpleaños. Venía con una toalla en la cabeza y sonriendo invitó a Sandra a compartir de los bocadillos que había preparado.
Yo miraba embobado a las dos mujeres como conversaban entre ellas como si hubiesen sido amigas de toda la vida, Sandra contó que se había divorciado hacía poco y cuando Hilda le preguntó en qué trabajaba, Sandra sólo sonrió enigmáticamente antes de decir que en la industria cinematográfica. Ahí fue cuando Hilda casi le da un ataque de risa, preguntando qué tipo de películas y Sandra sin inmutarse le dijo que documentales. Era una situación bastante extraña como las dos se mentían mutuamente.
En un momento en que fui a la cocina a buscar mas bebidas, entré a la sala y vi que Sandra estaba mirando los libros y películas que teníamos. Hilda inocentemente le comentaba que coleccionaba libros antiguos en tanto que le mostraba unos papiros de medicina con los que llegó al departamento.
Ahí fue cuando Sandra vio las películas porno.
Primero se puso media nerviosa pero cuando miró a Hilda algo le dijo que Hilda sabía tan bien como ella qué tipo de películas hacía ella, sin embargo se hizo la tonta al mismo tiempo que Hilda seguía con el juego.
Seguimos conversando animadamente, cuando Sandra dijo voy y vuelvo. Unos instantes después volvió con una caja donde habían varias películas y le dijo a Hilda, quiero que veas que tipo de películas hago, Hilda se hizo la que no entendía pero cuando Sandra le mostró la primera Hilda se puso colorada y sólo le dijo "si, me encantan estas películas". Sandra seguía con el dominio de si misma y luego de terminar su trago empezó a contarnos que había entrado al mundo de la pornografía por culpa de su ex esposo, que actuaba como director en los primeros filmes que hizo, a pesar de que no se consideraba ninguna santa, no le gustaba hacer películas, pero una vez dentro de ese mundo es difícil salir, terminó casi en un sollozo medio falso.
Hilda la abrazó, yo creo que sinceramente conmovida, pero Sandra aprovechó ese instante y le empezó a hacer cariño a Hilda tiernamente en las piernas. Hilda cerró los ojos y la dejó actuar un par de minutos. Luego, se puso de pie y fue por una botella de ron que estaba en la cocina.
Sandra mientras tanto, abrió sus piernas y me mostró que no tenía nada debajo, mientras me mandaba un beso.
Hilda volvió muy colorada pero me di cuenta que estaba excitada, ya la conocía y en la mirada tenía esa mirada pecadora que me gusta tanto, fingiendo que nada había pasado, le preguntó si podíamos ver alguna de las películas. Sandra accedió encantada diciendo esta es la última que hice y me pasó una llamada "Anal Orgy 2" que puse en mi video casetera.
En silencio apareció Sandra en la pantalla pasándose un dedo por el ano con lubricante e inmediatamente apareció un negro enorme pajeándose un enorme pene mientras ella abría las piernas y el negro la empezaba a penetrar por el ano sin piedad.
Hilda estaba respirando rápido, muy colorada le dijo, como es posible hacer eso, con Freddo lo intentamos y me dolió mucho. Sandra se rió y le dijo es cosa de acostumbrarse, una vez que le agarras el gusto al sexo anal no lo dejas más. Hilda insistió que como dilatas el ano y ella le dijo, mira si es muy fácil, permiso y se fue a su habitación. Hilda me miró y la noté muy acelerada, al cabo de unos instantes, Sandra volvió con un tubo y se lo pasó a Hilda diciéndole, este gel es maravilloso, creo que deberías usarla. Hilda le preguntó a propósito, como se usa y Sandra se puso a reír. Para eso, tendría que hacerte una demostración mi amor, pero Hilda le dijo que claro, adelante. Sandra mirándonos se puso de pie y se desnudo completamente.
Mi pene estaba a punto de estallar mirando a Sandra, vi que Hilda a su vez no dejaba de mirar ese cuerpo y que incluso se abrió ligeramente su bata.
Sandra a su vez, mientras explicaba se acostó de espaldas en el sillón y sacando una cantidad de gel del tubo se pasó un dedo por su ano mientras se metía un dedo lentamente. Hilda dijo algo sobre que bonito cuerpo tienes, y Sandra le dijo, con las mujeres es más rico el sexo. Hilda se puso nerviosa pero me miró un par de instantes y se puso lentamente de pie, mientras se sacaba su bata.
Se acostó en el otro sofá y tomando un poco de gel se lo aplicó en su ano, Sandra le dijo, no mi amor, estás poniéndote muy poco y gateando se acercó a Hilda y ella misma le empezó a echar un poco de gel en el ano de Hilda, ella cerró los ojos y echó la cabeza para atrás, quejándose en voz baja. Sandra mientras tanto le metía un dedo en el ano y con el pulgar empezó a tocarle la conchita a Hilda. Yo para no ser menos, me empecé a sacar la ropa y mi pene estaba erecto con el espectáculo.
Sandra a todo esto, se acercó más a Hilda y empezó a pasarle la lengua por el coñito mientras me miraba y me hacía la seña que me acercara. Hilda seguía con sus ojos cerrados y yo le acerqué el pene a su boca, ella empezó a pasárselo por la cara y finalmente le empezó a dar chupaditas y al final se lo metió completo en la boca.
Sandra seguía chupando el coño de Hilda y luego de unos instantes empezó a subir por el estómago de Hilda y deteniéndose en sus tetas finalmente acercó su cara a la de Hilda y empezó a chuparme los testículos. Hilda sacó mi pene de su boca y le dio un beso a Sandra y entre las dos empezaron a chuparme el pene por turnos mientras se daban besos una a la otra.
Sin ponernos de acuerdo, creo que Sandra me tomó de la mano y me sentó en uno de los sillones, después tomó a Hilda y la sentó sobre mi pene pero en el ano. Hilda estaba con los pezones apuntando al cielo y mi pene entró suavemente en el ano de Hilda que inmediatamente empezó a quejarse, mientras tanto, Sandra empezó a chuparle el clítoris a Hilda y de cuando en cuando mis testículos. Luego se puso de pie y le metió una de sus tetas en la boca a Hilda que empezó a chuparlo como loca.
Hilda estaba a toda máquina. Se volvió loca y empezó a gritar fuerte, eso parece que excito a Sandra por que se acostó en el otro extremo del sillón y se abrió de piernas, yo tomé la cabeza de Hilda y la puse entre las piernas de Sandra mientras le seguía dando por el ano.
Hilda me miró un instante y tomando una de mis manos la puso en una de sus tetas mientras que hizo que con la otra mano le tocara el coño a Sandra. Uno de mis dedos empezó a entrar y salir del coño mientras Hilda me lo chupaba frecuentemente. En ese instante fue cuando Hilda terminó, gritó como loca y yo sentía como movía la vagina por dentro, fue una experiencia maravillosa. Sandra le hacía cariño como si fuese una hermana mayor. Pero yo seguía con el pene erecto aunque estaba por terminar.
Hilda se sacó mi pene de su ano y tomando una toallita de esas de limpieza dejó limpio mi pene. Luego lo metió en su boca y una vez que estuvo segura que estaba duro, me dijo, quiero que te jodas a esta puta y le dio un beso a Sandra. Esta sólo sonrió y se puso boca abajo con las nalgas levantadas. Hilda se acostó y empezó a chuparle el coño desde abajo, mientras que yo entré por el coño de Sandra y empecé a bombear como loco. Sentía como Hilda me mordisqueaba los testículos y mis manos recorrían las tetas de Sandra. Cuando estaba por terminar le dije a Sandra si lo podía echar adentro, pero ella me dijo, no, creo que mejor terminas fuera y que la leche caiga en la cara de Hilda.
Fue la eyaculación mas maravillosa de mi vida, no muy larga pero profunda. Los chorros de leche corrían por los labios mayores de Sandra y caían en la cara de Hilda quien estaba con los ojos cerrados. Su cara quedó llena de leche y una vez que terminé, Sandra se dio vuelta y me chupó bruscamente mi pene mientras Hilda jugueteaba con mis huevos.
Luego Sandra empezó a limpiar de semen la cara de Hilda y ellas se besaban una y otra vez. Yo me senté en el otro sillón mientras ellas se besaban como locas.
Al final, las dos se sentaron y se empezaron a reír. Se abrazaron una vez más y quedaron juntas mientras yo las miraba. Se tomaron de la mano y empezaron a tocarse sus senos, sus hombros mientras que yo trataba infructuosamente de que el pene se me volviera a parar.
Los tres nos fuimos a la ducha y nos acostamos. Dormimos un par de horas y fue Sandra quien empezó a chuparle la concha a Hilda, esta a su vez se acomodó en la posición del 69 y las dos se dieron con la lengua casi llorando de placer. Yo estaba con el pene en completa erección pero me daba una sensación de culpa interrumpirlas.
Ellas terminaron, primero Hilda y luego Sandra, se abrazaron y se besaron una vez más. Sandra le dijo a Hilda, mira parece que Freddo quedó con ganas y las dos viciosas me empezaron a hacer una mamada por turnos que me dejó como estúpido. Al final eyaculé en la cara de Sandra y fue Hilda quien la limpió. Luego de eso dormimos los tres hasta tarde en la mañana.
Al día siguiente Sandra hizo lo mismo de siempre, besó a una Hilda que lloraba y me dio un breve beso en la mejilla y se fue en un taxi casi sin despedirse.
Hilda anduvo como loca un par de días, la experiencia con Sandra la marcó. A través del sexo anal conmigo trató de calmar sus impulsos pero estaba como insatisfecha. Me dijo que el haber estado con una mujer fue maravilloso, pero el morbo se que habíamos hecho un trío le añadía una sensación especial.
En cierto modo, nuestra relación se quebró un poco y me empecé a sentir culpable de no satisfacer a Hilda pero me di cuenta que lo único que la podría volver a dejar feliz era estar con Sandra otra vez. Traté de buscarla con una agencia de investigación, pero lo único que me dijeron es que ella estaba viviendo en Madrid haciendo películas con un director español que era su actual pareja.
Hilda a la larga empezó a aceptar que lo que había pasado ya era el pasado y volvió a ser la misma de siempre. Nuestras relaciones sexuales volvieron a la normalidad. Nuestra vida volvió a la realidad.
Eso creía yo.
En uno de mis viajes, me tocó volver dos días antes de lo planificado y sin avisarle a Hilda me fui al departamento. Silenciosamente entré y encontré a Hilda desnuda en la sala con un tipo feísimo que se estaba pajeando una verga verdaderamente grande sentado cómodamente en el sofá , me oculté tras un biombo que hay en la entrada y observé como ella bailaba sensualmente y él le hizo una seña y ella se puso en cuatro patas y el tipo empezó a golpearle la cara con su herramienta mientras la llamaba puta de mierda, ella trataba de agarrarla con la boca y una vez que lo consiguió el tipo feísimo se la metió de golpe hasta los huevos. Ella se atragantó un par de veces pero siguió chupando y chupando mientras miraba a los ojos al cabrón.
Yo estaba con una sensación de celos terrible pero al mismo tiempo pensando que era culpa mía haber transformado a la casta y pura Hilda en la puta que estaba en mi sala. Al mismo tiempo sentía una sensación morbosa, así que me quedé escondido viendo que iba a pasar.
Hilda mientras tanto seguía chupando ese tremendo pedazo de pene y tocándole los huevos al tipo. En un momento, ella tuvo que sacársela de la boca y empezó a hacer arcadas de tan adentro que la tenía metida. Eso pareció divertir al tipo que le hizo una seña y ella obedientemente se puso de pie, se agachó un poco dándole la espalda al tipo y se dejó caer metiéndose la verga completa dentro de su ano, a continuación empezó a moverse de arriba abajo y aunque empujaba hacia abajo, quedaba buena parte del miembro fuera de ella.
Hilda estaba con los ojos en blanco mientras el feo le agarraba las tetas. En ese instante entró un negro muy alto pero muy delgado que venía saliendo del baño, el negro tenía un pene no muy grande pero bastante grueso, lo acercó a la boca de Hilda quien empezó a chuparlo mientras cabalgaba sobre la verga del feo. El negro se la sacó de la boca y el feo se recostó más atrás en el sillón. El negro se acercó a la vagina de Hilda y con alguna dificultad se la logró meter.
La Hilda ahora empezó a transpirar, mientras se agarraba al cuello del negro, el feo recostado la tenía muy agarrada del culo y el negro le tocaba las tetas con una mano. Por varios minutos le siguieron dando a Hilda que ya se notaba que estaba cansada, de repente, el negro sintió que iba a terminar y se puso de pie, su pene le había crecido un poco y tomando a Hilda la pusieron de rodillas y el negro empezó a manosearse la verga al igual que el tipo feo quien empezó a terminar sobre la cara de Hilda, era una eyaculada larga, chorros y chorros de semen llovían sobre la cara de Hilda. Ella estaba con una sonrisa cuando el negro empezó a eyacular también otra andanada de semen sobre su boca, ella recibió feliz la descarga y a continuación empezó a chupar las dos vergas mientras el tipo feo prendía un cigarrillo y el negro se tomaba de un golpe un trago de mi mejor whisky.
Cuando Hilda terminó de chupar esas vergas, los tomó de la mano y los llevó al dormitorio, a los pocos minutos se escuchaban cachetadas sobre el cuerpo de Hilda y el sonido de la ducha, como la luz de la sala era tenue, pude acercarme a la puerta del dormitorio y ver como ese par de imbéciles golpeaban a Hilda en su cuerpo pero ella estaba con una expresión de felicidad como no la había visto nunca. Estaban en la ducha y el negro primero empezó a orinar el cuerpo de Hilda y luego el feo.
Ahí estaba yo viendo como la puta de mi novia estaba haciendo cosas que ni siquiera yo había hecho con ella y el único culpable era yo.
Silenciosamente como había entrado salí de la casa y me fui a un hotel y volví al cabo de un par de días. Hilda me recibió muy alegre pero no dijo nada de nada. Yo me hice el estúpido, pero cuando ella se fue a trabajar al día siguiente, llamé a mi amigo que trabajaba en la agencia de investigación e instalamos un par de micro cámaras: una en la sala y la otra en el baño.
Algunos días después le anuncié a Hilda que tenía que viajar a Panamá por una semana, ella falsamente me dijo que me echaría de menos mientras yo pensaba "claro cabrona", el hecho que me fui pero dejé la cámara grabando, tenía un sistema dentro del entretecho que me permitía grabar por 20 horas antes que acabara la cinta.
Una semana después volví y al revisar la cinta, me di cuenta que apenas una hora que me fui del departamento, llegaron el negro y el tipo feo y empezaron a cogerse a Hilda en todas las posiciones posibles, la golpearon, le eyacularon en la cara, la boca, le hicieron de todo. La cámara del baño muestra unos primeros planos de ella con las dos vergas en la boca, penetraciones dobles, etc. Estuvieron con ella como 6 horas y volvieron al día siguiente.
Todo quedó registrado en la cinta que la tomé y la mandé a una de las secretarias más chismosas del hospital donde ella trabajaba, empezaron a circular copias de la cinta por el hospital e incluso en lugares tan lejanos como Bolivia y Paraguay aparecieron copias piratas de la película editada. Sin querer había lanzado a la fama a Hilda como actriz porno. Hasta el día de hoy no me lo ha perdonado.
Lo último que supe de ella es que se casó con el tipo feo que resultó ser un tipo flojo y alcohólico que moriría años después en un accidente de tránsito. Del maldito negro no he sabido nada más.
Yo por mi parte, me mudé a vivir a Santiago de Chile y por varios meses estuve solo, ocasionalmente contrataba los servicios de alguna prostituta con la que consolaba mis momentos solo. Estuve en esta rutina como un año cuando conocí a Romina, una mujer maravillosa pero que quería llegar virgen al matrimonio. Nacida y criada en una familia fanáticamente católica.
Me enamoré como un mocoso de ella, en esa época yo bordeaba los 30 años, ella sólo tenía 23 pero me di cuenta que era la mujer de mi vida. Sus padres no podían ni verme, su papá trabajaba en la misma empresa que yo pero desde que llegué me da la impresión que el viejo se dio cuenta que yo no era muy santo y mi suegra me odia desde que me conoció por primera vez, así empezaron los problemas con mis futuros suegros, los que hasta el día de hoy persisten.
Ahora con Romina nunca hubo sexo antes del matrimonio, incluso cuando ella quedaba a solas conmigo en el departamento donde yo estaba viviendo, ella se ponía nerviosa y me pedía con los ojos lagrimosos que saliéramos pronto de ahí. Yo estaba tan enamorado que atendía todos sus estúpidos caprichos.
En fin, me casé y la noche de bodas estaba como toro en exposición, debo contarles que Romina a pesar de usar ropa bastante holgada tenía un cuerpazo que ni Sandra ni Hilda tendrían jamás. Durante la ceremonia religiosa, yo sólo me la imaginaba desnuda en la cama pidiéndome que le hiciera el amor, pero cuando terminaron todas las estupideces de la fiesta y por fin estuvimos solos, ella no me dejó hacer nada, sólo me pidió con voz llorosa que la respetara esa noche que la próxima se verá que pasa y yo el muy imbécil le dije que si. Al día siguiente yo estaba de pésimo humor con dolor en los testículos mientras ella me miraba asustada de que estábamos solos en el departamento.
Sólo una semana después, ella me dejó tocarla, pero me invadió tal sentimiento de culpa que me sentí como que la estuviera violando así que fue la relación menos placentera que me había tocado. Mas encima el proceso de desfloramiento fue largo y tedioso. Toda esa situación continuó por varios meses.
Romina era definitivamente una mujer llena de traumas, le daba vergüenza que la viera desnuda cuando tenía un cuerpo simplemente perfecto, si le daba un beso en publico se sonrojada y nunca me dejó que la abrazara en la calle. Era una mujer terriblemente problemática.
Estaba medio desesperado de mi situación cuando pasó algo que cambió nuestra relación para siempre: una noche fuimos a cenar a la casa de unos amigos de ella que resultaron ser un matrimonio digno de estudio: él era catequista y del Opus Dei, ella había salido del mismo colegio de monjas que Romina, así que la mitad de la cena escuchaba como conversaban sobre las monjas del colegio y las obras del padre Juan. Ya estaba más aburrido que nunca cuando la amiga de Romina, Claudia creo que se llama, llegó con una botella de "enguindado" que son guindas conservadas en aguardiente. Nos pusimos a tomar algunos vasos y cuando volvíamos en el automóvil con Romina me di cuenta que estaba completamente ebria con los dos o tres vasos de esa cosa que habíamos tomado. De hecho se quedó dormida en el trayecto y casi la tuve que tomar en brazos para bajarla del auto.
La acosté y ella se puso inmediatamente a roncar, así que la desnudé y busqué la maldita bata que ella usaba para dormir que a mi juicio era la versión católica de una camisa de fuerza. Una vez que estuvo desnuda en la cama me senté al borde de la cama a mirarla, se veía maravillosa, tenía un cuerpo digno de una diosa, era alta, muy proporcionada y tenía unas caderas y unas tetas que yo no había visto nunca.
Lentamente, empecé a acariciarla en los senos, de inmediato vi como sus pezones se pusieron duros mientras ella roncaba profundamente. Empecé a bajar con mis manos por su cuerpo y separé lentamente sus piernas. Su coñito quedó desplegado en gloria y majestad.
Con una sensación de morbo empecé a sacarme la ropa y a frotar mi pene sobre su vulva, con sorpresa me di cuenta que se le mojaba rápidamente, con mucho cuidado le metí un dedo y ella estaba completamente mojada, me llevé el dedo a la boca y era el sabor más rico que he encontrado en este puto mundo.
Estuve como media hora chupando ese coño que no era de este mundo mientras ella roncaba más y más, pero lo que más me gustó es que a medida que se lo chupaba ella empezó a quejarse dormida y a tocarse inconscientemente las tetas. Después que hube saciado mi apetito por ese coño divino, le metí mi pene y estuve bombeando por yo creo unos 45 minutos. Ella se quejaba dormida y eso me excitaba más y más, no logro entender cómo es que no terminé antes pero fue el sexo más largo que jamás haya tenido. En un momento le metí mi pene en su boca y ella empezó a chuparlo como ninguna otra mujer me lo había chupado, casi me vine dentro de esa boca maravillosa, pero no me atreví. Lo único que hice fue hacerme una paja con sus tetas magníficas, ponerme un condón y terminar juntos con una explosión titánica dentro de ella mientras la escuchaba quejarse más fuerte.
La vestí agradecido y me acosté a dormir como tronco a su lado. Al día siguiente ella despertó muy tarde sin dolor de cabeza, en cambio, despertó con una sonrisa y de un salto partió a preparar el desayuno aunque ya era hora de almorzar. Yo, en cambio, estaba terriblemente cansado, pero con la sensación maravillosa de que había estado toda la noche con una diosa.
Ella anduvo todo ese día llena de alegría, me besó un par de veces pero cuando quise tomarla para poseerla volvieron sus traumas y no me dejó acercarme.
Me di cuenta que el alcohol producía una sensación de desinhibición en ella a nivel subconsciente. Para probar mi teoría, la invité a salir y vaciamos una botella de vino entre los dos, a mi no me produjo ningún problema pero ella volvió a cabecear en el trayecto al departamento y se quedó profundamente dormida.
Una vez en el dormitorio la desnudé rápidamente y ella se empezó a quejar a medida que le sacaba la ropa, incluso pude escuchar que me decía en voz baja "hazme el amor" antes de roncar fuertemente. Esa vez estuve como tres horas explorando su cuerpo, lo descubrí centímetro a centímetro, probé sus olores, sus sabores, todo. Ella dormida me hizo una mamada que no existe en este mundo, dentro de su vagina conocí la gloria prometida a los mártires, el jardín de las vírgenes y los árboles frutales de los árabes, viví por unos momentos un placer que muchas personas no podrán alcanzar nunca en esta vida.
Ella se quejaba muy fuerte y eso me excitaba más y más, sin embargo, mi erección podía durar mucho. Aquella vez quise arriesgarme y le eyaculé las tetas. Con un paño mojado le limpié el semen de su cuerpo y lo perfumé casi llorando de alegría.
La siguiente mañana Romina despertó feliz, aquella vez me abrazó contra su pecho aunque yo no tenía fuerzas para levantar un brazo, ella me besó con sus besos de monja, tan distintos a los de la noche anterior. Aquél día teníamos que visitar a nuestros suegros.
Por primera vez no me pusieron mala cara, de hecho cuando vieron a su hija tan contenta vi que los ojos de mi suegra se llenaron de lágrimas y mi suegro incluso me golpeó en la espalda varias veces. Yo lo único que quería era dormir.
Esa tarde ella me comentó que había tenido un sueño en que yo le hacía el amor dulcemente, que los dos teníamos alas y volábamos por los aires mientras nos besábamos. Yo le dije que ella se había dormido casi con ropa y que tuve que vestirla para que durmiera decentemente. Ella se sonrojó con la idea que yo la había desnudado, casualmente me preguntó si yo le había hecho algo cuando ella estaba dormida, sólo le dije que la había besado en su boca. Ella me sonrió y me dijo que yo era un hombre maravilloso.
Necesité tres días para recuperarme completamente pero ahora estaba con ganas nuevamente, en la noche cuando trataba de abrazarla y ella todavía estaba despierta no me dejaba acercarme a ella, me rogaba que le daba vergüenza pero cuando dormía profundamente pasaba horas tocando suavemente su cuerpo mientras me excitaba de una forma que no había conocido nunca. Frecuentemente tenía que ir a masturbarme al baño para poder dormir.
Un par de semanas después ella volvió a embriagarse en la fiesta de bautizo de una de sus sobrinas, esa noche manejé rápidamente al departamento, y mientras besaba su coño sentí una gota de sudor frío cuando ella casi despierta y me preguntó entre sueños que estaba haciendo tuve que dejarla y abrigarla hasta que se quedó dormida, ahí terminé de besar su coñito rápidamente y terminar dentro de ella con un condón. A todo esto ella tenía un odio a los condones, los que yo usaba los tenía escondidos en una de mis maletas.
Al día siguiente opté por algo diferente, busqué mi cámara de video, le cargué sus baterías e preparé una cena para Romina que humildemente me quedó muy buena. Entre los dos nos tomamos una botella de vino y ella roncaba pesadamente en la cama al cabo de un par de horas.
La llevé en brazos al dormitorio y la desnudé. Luego me acerqué a la cámara de video y la encendí y utilizando la televisión podía ver la filmación. Me desnudé y al acercarme a Romina pude ver que un hilo de líquido ya salía de su coñito, tomé la cámara y filmé su cuerpo de cerca, puse la cámara en un trípode al borde de la cama y me puse a chupar ese coñito de mis sueños, lo que esperaba que quedaran grabados los quejidos de Romina, así que la tomé con cuidado y la di vuelta y con un dedo empecé a explorar su vagina. Primero con un dedito fui abriendo camino, luego dos y cuando pude meter tres dedos, levanté suavemente su traserito maravilloso y le metí lentamente mi pene con lujuria, la encontré suave, húmeda, algo inigualable estuve como tres horas bombeando dentro de ella, escuchando como ella se quejaba en sueños. De pronto, empecé a terminar, el orgasmo más maravilloso que pude soñar duró casi un minuto. Ella lloraba pero sonreía.
La mañana siguiente no pude ir a trabajar, estaba con un dolor en todo el cuerpo, ella se levantó muy temprano y esa vez me dio un beso grande en la boca, yo por instinto la abracé y ella no se arrancó esa vez, ella me empezó a besar por toda la cara, la sentí que estaba excitándose cada vez más y yo lo único que quería es que me dejara tranquilo. Ella se había olvidado de sus traumas y ahora estaba actuando como una mujer, pero a pesar de todos mis esfuerzos no conseguí tener una erección. En la tarde ella intentó nuevamente, pero nada.
Pasó una larga semana en que por fin, pude tener fuerzas para levantarme y ella ya andaba con una cara larga. Creo que le contó algo a su madre por que la vieja volvió a enojarse conmigo, incluso el siguiente domingo dijo algo que su hija nunca iba a ser feliz viviendo con ese atorrante.
Por suerte mía, tuve que viajar a Costa Rica por dos semanas, el buen aire, la buena comida y la abstinencia me devolvieron el rigor. Cuando volví a Santiago, al llegar a mi casa, estaba Romina con su ropa de siempre pero cuando llegué y la abracé ella no me rechazó, nos fuimos de la mano a la cama y ella empezó a desnudarse con esa mirada de pollito mojado que no me gustaba, tuvimos sexo pero esta vez no sonaron campanitas ni nada por el estilo.
Ahora estaba en una disyuntiva: cuando Romina actuaba como la mujer traumatizada que era en la vida real no podía disfrutar con ella, pero cuando actuaba como la diosa dormida eran campanotas celestiales las que sentía aunque yo quedaba como muerto.
Decidí hablar con Romina, quizás ella entendiera que era mujer. Esa tarde una vez que volví del trabajo y habíamos tenido de nuevo ese sexo aburrido de convento, le conté que cuando ella dormía profundamente yo había tenido sexo con ella. Ella se enojó muchísimo, me juró que nunca más volvería a probar una gota de alcohol y me dijo que no se divorciaba de mi solamente por que estaba en contra de su religión. Así que estuvo por varias semanas sin hablarme y esa vez los suegros se pusieron más insoportables que nunca.
Mi único consuelo entonces fue el trabajo, pero mi secretaria bonita a la que nunca le hice nada (porque estaba enamorado de mi mujer) me dio su renuncia por que quería irse a Brasil con su novio melenudo que había sido transferido para allá. Tenía que buscar otra secretaria.
Puse avisos en el diario y se presentó una gama de mujeres, recuerdo que en un momento pensé en contratar a una que parecía bailarina de cabaret, con senos de silicona y una cara de devoradora de hombres, pero pensé en mis suegros y mi mujer y para evitarme problemas al final contraté a una niña que parecía que se iba a desarmar de lo delgada y fea que era. Era evangélica y su nombre era inusual: Danubia.
Cuando mi suegro me visitó y vió a Danubia fuera de mi oficina casi se puso a reír. Entró muy contento y esa vez me comentó que al parecer quería mucho a su hija en vista de la secretaria que se había ocurrido contratar. Le dije que la había elegido únicamente en base a su experiencia laboral pero él me dio un par de palmazos en el hombro y se fue feliz de la vida.
A todo esto, Romina estaba cada día mas insoportable, decía que yo no la hacía feliz así que para evitar problemas tuve que hacerle el amor al estilo catequista que a ella le gustaba: guatita con guatita sin movimientos bruscos ni nada y la gracia era quedar con sensación de culpabilidad.
Así pasaron algunos meses, Romina quedó encinta y por fin pude descansar de su sexo clerical aunque seguía pensando en la diosa dormida que ya no existía ya que Romina nunca más volvió a beber alcohol. Con el embarazo de Romina, por lo menos mis suegros se dejaron de fregar.
Danubia, por su parte, era la mujer más eficiente de este mundo, no se cómo funcionaba mi oficina con la rubia tonta que tenía de secretaria antes, pero apenas llegó Danubia logró organizar todas las cosas, detalles que siempre habían quedado sin solución de la noche a la mañana aparecían solucionados, las cosas en su lugar, etc. Algunos de mis colegas que me molestaron mucho cuando ella llegó ya miraban con envidia como ella se hacía cargo de mis asuntos en forma tan eficiente.
De a poco empecé a descubrir que la pobre Danubia era la mujer más sola de este mundo, desde hace cinco años que estaba sola ya que su familia había muerto trágicamente en un accidente de tránsito donde un imbécil ebrio los arrolló con un camión. Era una mujer triste aunque aparentaba fuerza de carácter. Iba a la iglesia desde niña yo creo que más por costumbre que por verdadera fe.
Cuando supo que Romina iba a ser madre se encargó de las consultas en el médico, la compra de la ropa, etc. Todas las labores que la inútil de Sor Romina no era capaz de hacer.
Una noche que se me pasaron las copas no quise llegar en ese estado a mi casa y me fui a la oficina a esperar un par de horas que se me pasara lo mareado. La sorpresa es que al llegar estaba Danubia en la oficina ya que vi estacionado su pequeño vehículo Yugo debajo de mi oficina. Lentamente y silenciosamente entré a mi oficina y encontré a la frágil Danubia navegando por sitios XXX. Estaba fascinada mirando un site con tipos musculosos desnudos y parejas en las más diversas posiciones teniendo sexo.
Aunque traté de entrar silenciosamente, ella me sintió, pude ver que trató de cerrar todos los programas de su computador antes de acercarse a mi oficina. Aunque me hice el estúpido, ella se dio cuenta que la había descubierto en algo malo y se puso muy nerviosa.
Calma Danubia, le dije tratando de dar un aire paternal a mi voz, no te preocupes, yo no he visto nada, pero tu tampoco me has visto acá ok?
Eso pareció tranquilizarla un poco cuando se dio cuenta que no le armé un escándalo y sobre todo cuando vió que venía con un par de copas de más.
Ella sólo me miró desaprobadoramente y volvió a su computador a apagar todo. Yo empecé a sentir tristeza de aquella mujer más sola que yo en este mundo y la invité a tomar una taza de café a la cafetería.
Ella me miró sorprendida por la invitación y fue caminando al lado mío en silencio hacia el piso de la cafetería.
Conversamos mucho ese par de horas, ella me confesó que siempre venía a navegar en la noche por que no tenía otra cosa que hacer y no había logrado comprar su propio computador en su casa. Yo le conté que estaba casado con una bruja con la que no era feliz. Ella me miró y me dijo que ya lo había notado hace mucho tiempo. Yo por primera vez, me sentí que al fin, alguien me comprendía y le besé en la frente. Ella no se molestó sino que al contrario, me tomó de la mano y me hizo ver que las cosas iban a cambiar.
En fin, esa noche nos despedimos como amigos, ella volvió a trabajar temprano al día siguiente y no dijo nada de la visita de la noche anterior.
Romina cumplía sus 6 meses de embarazo, 6 meses que yo estaba en la más absoluta castidad. Pensaba muchas veces en meterme con alguna prostituta o algo así pero no me atrevía, a pesar de todo seguía amando a Romina, aunque ella se puso cada vez más tonta y una noche que tuvimos una discusión por una tontería me fui a la oficina, ahí encontré a Danubia metida en unos sites de pornografía.
Yo la saludé y me senté en mi escritorio, creo que estuve mucho rato en silencio ya que ella se acercó a mi invitándome a tomar un café.
Nos fuimos caminando en silencio al café y ahí le empecé a contar que no soportaba más a Romina, que no soportaba a mis suegros, que no podía estar sin tener sexo por 6 meses, etc. Ella me miró sonriente y me dijo que ella llevaba más de dos años sin sexo.
Ahí nos pusimos a contarnos nuestras verdades, ella a pesar de ser evangélica había tenido un romance con un amigo de la infancia pero él se había ido al norte a trabajar a Arica, ocasionalmente le escribía alguna carta pero ella había recibido noticias por otras personas que su ex novio ya estaba casado y que su mujer estaba esperando el primer hijo.
Le pregunté como podía vivir tanto tiempo sin nada y ella me confesó que masturbándose, que con eso podía vivir. No se porqué pero me la imaginé tan raquítica y frágil satisfaciéndose a si misma que me dio pena, la tomé de una mano y la abracé. Ella como que no quería al principio pero al final también empezó a abrazarme.
Un momento después nuestras bocas se encontraban y nos dábamos un beso apasionado, ella me llegaba a romper mis dientes con los suyos, empezó a respirar rápido y a tocarme el trasero a abrazar mi espalda a meterme la lengua en mi boca. A mi me sorprendió encontrar tal determinación en una mujer tan delgada, pero estaba tan caliente que la tomé en brazos y la llevé a mi oficina donde tengo un sillón enorme.
Cuando llegamos, ella se puso de rodillas y con expertos movimientos empezó a desabotonar mi pantalón, tomó mi pene en sus diminutas manos y con su pequeña boca empezó a succionar mi animal. No tardé en eyacular dentro de su boca, pero ella parecía estar esperándolo, de algún modo limpió con su diminuta lengua todos los rastros de semen y continuó chupando de modo que aunque disminuyó un poco aún tenía el pene erecto.
Ella me empujó al sofá y se quitó la ropa rápidamente, al contrario de lo que pensaba, su cuerpo era delgado pero bien proporcionado, ella se sentó sobre mi y con las dos manos tomó mi pene y se lo metió en su conchita. Cuando entró ella se afirmó en mi y empezó a quejarse despacio, empezó a moverse lentamente al principio pero a medida que se calentaba más y más empezó a mover su cuerpo rápidamente. Realmente se movía muy bien esta mujer, me dio un beso que me dejó viendo estrellitas de colores y cuando ella empezó a terminar, movió su vagina de tal forma que yo también empecé a terminar.
Estuvimos abrazados mucho rato, ella respirando rápidamente al principio logró dominarse y fue al baño. Yo entré a otro baño y lavé cuidadosamente mi miembro para que la Romina no se diera cuenta que me había portado mal.
Al volver a mi oficina estaba Danubia preparando sus cosas, dijo un nervioso hasta mañana y se fue rápidamente. Yo quedé sentado un buen rato, asombrado que una mujer tan delgadita cogiera tan bien.
Los días pasaron y teníamos una presentación en Buenos Aires, así que con Danubia empezamos a preparar todo y al final le propuse que me acompañara. Aunque ella dijo que no podía, se le notaba de lejos que quería ir.
Romina recibió mi noticia del viaje indiferente, pero noté que se puso celosa, pero cuando supo que me acompañaría Danubia se calmó definitivamente. No se porqué pero Romina siempre había mirado para abajo a Danubia, no sabía que mi secretaria era mil veces mejor que ella en la cama excepto cuando estaba ebria.
En el avión Danubia se comportó muy seria, cuando intenté decirle alguna tontera de que había estado genial aquella noche me hizo callar con una mirada que me dio susto.
El hecho que la presentación salió muy bien, teníamos una noche y casi todo el día siguiente libre así que fuimos a recorrer algunas partes de Buenos Aires. Al regreso al hotel, me despedí de ella pero ahora ella empezó a besarme descaradamente en el pasillo del hotel mientras metía la llave en su habitación. Apenas estuvimos dentro, ella se desnudó rápidamente mientras yo hacía lo mismo.
Esa noche la tengo marcada como una noche mágica, no sentí lo mismo que con la durmiente Romina pero fue una sensación de estar con alguien, complicidad, etc., algo que no había sentido nunca con nadie.
Ella me dijo que quería hacer un 69 conmigo y apenas dijo esto se trepó encima mío y empezó a chupar mi pene con ansia. Su conchita era sabrosa, un sabor rico y un olor mejor aún. Creo que estuvimos como media hora chupándonos cuando ella sin previo aviso terminó aunque silenciosamente, sólo me pude dar cuenta por el mordisco suave que le dio a mi pene.
Ella siguió chapándomelo hasta que empecé a terminar, su cara quedó llena de semen pero ella simplemente se limpió con una toalla y siguió chupando hasta que se aburrió. Esa noche yo recuerdo que eyaculé no menos de cuatro veces.
Al día siguiente pusimos el letrero de no molestar en la puerta y seguimos cogiendo como locos. Sólo a la hora de almuerzo empezamos a arreglarnos para irnos, pagamos la cuenta y volvimos a Santiago.
El pobre pájaro de mi yerno es muy imbécil, contrató a una secretaria horrible, parece un espantapájaros, no se cómo pudo cambiar a la hermosa de Alejandra por ese adefesio que tiene ahí afuera. Bueno, creo que el pobre está enamorado de mi hija aunque no ha sabido comprender su carácter, aunque debo reconocer que la chiquilla tiene un carácter de los mil demonios, pero si la quisiera la hubiese hecho feliz.
La primera vez que vi a Alejandra lo tengo marcado en un calendario, ella llegó inocente desde un pueblito que no me acuerdo nunca el nombre que está en el sur, incluso la ropa con la que llegó daba risa de primera vista. Su primer trabajo fue ser mi secretaria hace como 6 años atrás, yo le ayudé bastante al principio, le di adelantos de sueldo, consejos, etc. Ahí me di cuenta que ella empezó a mirarme como a un padre, lo que no me gustó de primeras, pero en fin, de a poco la fui llenando de pequeñas atenciones y ella finalmente aceptó salir conmigo a la costa un sábado en la tarde.
Quedamos de encontrarnos en una plaza en el sur de Santiago, un lugar poco frecuentado pero cerca de donde ella vivía. Yo aparecí en un auto rentado aprovechando que mi mujer estaba de visita en la casa de su mamá en Concepción. Con la Alejandra nos fuimos a la playa y cenamos esa tarde en un restaurante muy bonito (muy caro además), ella estaba fascinada, se notaba que nunca la habían atendido como a una princesa. Después fuimos a un Club que conozco que es muy oscuro y tocan música retro. Bailamos hasta tarde y a ella se le pasaron las copas, le di un beso y ella me lo respondió aunque con poco entusiasmo. Al final, ella estaba bien bebida y la llevé en el auto a un motel que conozco donde la dejé dormir un rato.
Aprovechando que ella estaba durmiendo plácidamente, empecé a desvestirla, ella no se movía por lo que me costó un montón sacarle toda la ropa, cuando estaba completamente desnuda pude ver que no había equivocado, esta chiquilla estaba preciosa.
Ella despertó medio atontada de su sueño e intentó taparse con las sábanas, lentamente pero con firmeza las retiré a un lado y me desnudé rápidamente. Ella estaba medio dormida pero cuando me vio desnudo a su lado, se asustó un poco aunque cuando empecé a besarla se tranquilizó. Ella empezó a reaccionar ante mis estímulos y al rato ya estaba cabalgándome moviéndose como loca. No se cómo no me hizo terminar con esos movimientos de yegua pero estuvimos como una hora cogiendo como locos, quizás el condón redujo mi sensibilidad o algo así.
Cuando terminamos, casi juntos, ella empezó a darme besitos por todo el cuerpo y al final me empezó a frotar sus tetas en mi cara. Eso me puso como loco, estaba caliente nuevamente pero ella mientras me buscaba los condones me miró a los ojos y me dijo que la primera vez era gratis pero si quería sexo de nuevo eran $50.000. Me dio rabia descubrir que la inocente Alejandra era en realidad una puta de la peor especie, pero estaba tan caliente que le puse los billetes en su mano y ella empezó a chuparme el pene de una forma que no me la habían chupado nunca. Cuando mi pene estuvo duro, ella puso un condón con mucha habilidad y me cabalgó nuevamente por un largo rato. Esa vez ella me metía las tetas en la boca y dejó que le metiera un dedito en el culo, aunque me dijo que por detrás era más caro.
Cuando volvimos a Santiago, esa grandísima puta me había sacado una gran cantidad de dinero, aunque debo reconocer que valió la pena. Cogía como nadie.
En la oficina le conté a mi compadre Gutierrez que la Alejandra se acostaba por plata y este pobre hombre casi perdió la casa y su auto cuando empezó a salir con Alejandra, esa grandísima puta lo secó al pobre Gutierrez física y económicamente.
Al final fueron varios los de la oficina que se tiraron a Alejandra, yo creo que ella se fue de la empresa con varios millones. Los rumores dicen que el tipo de pelo largo con el que se fue a Brasil era en realidad un narco con mucho dinero. Ojalá siga puteando tranquila por allá y no le pase nada, ya que el pelucón de novio que tenía dicen que era un tipo bien peligroso.
Ella se fue a despedir de mi especialmente, me dio un beso en mi oficina y me dio las gracias por todo. Yo lo único que pensaba es la cantidad de plata que había gastado con ella. Así que cuando supe que había llegado la secretaria de reemplazo de mi yerno, fui a ver la nueva adquisición de la oficina, pero no, mi yerno tiene un pésimo gusto para elegir secretarias.
Así que esta oficina va a seguir siendo un lugar de trabajo solamente.
Continuara