Historias que marcan. De mamas viciosas, hijas pe
De mamas viciosas y hijas con mucho vicio.
Historias que marcan. “De mamas viciosas, hijas perversas”.
Cuando estaba en la universidad para sacarme algo de dinero para mi daba clases particulares. No es que me gustara mucho, pero me servía para sacar algo de dinero para mis caprichos. Mis alumnos aprobaban e incluso sacaban buenas notas así que siempre me salían nuevos alumnos en el barrio. Un día acepte a una alumna nueva. Sandra su madre estaba muy preocupada con sus notas del Curso de preparación universitaria, flojeaba en matemáticas y física. La chica de 17 años no es que tuviera problemas realmente es que tenía una vida social intensa, así que fue muy fácil que sus notas remontaran. Siempre que llegaba a su casa debía hacer un esfuerzo para concentrarme en las clases, ya que tanto Sandra como su madre Olga eran muy atractivas pero de dos maneras muy diferentes. ¿Cómo describirlas? Olga la madre era una mujer de curvas, pechos generosos, cintura de avispa, generosas caderas y culo, piernas largas y finas, cabello moreno siempre recogido y muy elegante y discreta vistiendo, me encantaba que siempre llevara esos zapatos de tacón tan altos. Su hija Sandra era una chica rubia con ojos azules y su cuerpo estaba en pleno desarrollo, vestía siempre con esas falditas y camisetas ceñidas. En fin que si las veías por la calle nunca llegarías a sospechar que eran madre e hija. Así que cuando salía de mis clases si no era por una era por otra mi imaginación me torturaba con alguna de ellas. A eso contribuía siempre Sandra ya que como una especie de juego siempre andaba provocándome, que si la faldita corta, que si tal posturita que si un botón desabrochado, en fin que me iba fatal a casa. Al acabar el mes la madre de Sandra una vez finalizada su clase me dijo que quería hablar conmigo para ver cómo iba la chica. Sandra como siempre salió de su casa como alma que lleva el diablo pues había quedado con su grupo y se le hacía tarde.
Olga me sirvió un café y comenzamos hablar, al principio de Sandra y la conversación fue relajándose, hasta sacar alguna sonrisa por mis historias en la Universidad. Cuando estábamos más relajados sonó el teléfono, Olga lo cogió y vi como su expresión cambiaba radicalmente, no dijo nada solo escuchaba, cuando colgó comenzó a llorar, yo la verdad no sabía muy bien qué hacer, así que intente consolarla, aunque sin saber cuál era el motivo de aquel cambio tan brusco. Ella supongo que para desahogarse me conto que era una de las múltiples amantes de su marido, al parecer su esposo era un directivo de corte fiel y sus infidelidades eran bastante habituales. Me pareció especialmente cruel que una chica se regodeará de lo que hacía con su marido y la abrace. Ella estuvo un rato llorando en mi pecho y luego lentamente subió su cara ofreciéndome sus labios, nos besamos primero lentamente pero poco a poco fue subiendo la pasión. Mis manos se deslizaron a sus caderas y luego a ese magnífico culo.
Ella me suspiro cuando comencé a morder su cuello y apretar su culo, me susurro que casi había olvidados esas sensaciones. Yo seguí recorriendo con mis manos su cuerpo. En ese momento se para y me dijo, si vamos hacerlo déjame que lo disfrute que me tome mi tiempo para saborearlo. Me cogió de la mano y me pasó a su habitación y me tumbo en la cama. Comenzó a desnudarse, lentamente y yo comencé a hacer lo mismo, pero me pidió que parara que ella lo haría por mí.
Llevaba un traje de chaqueta, se quito la chaqueta y comenzó abrir su blusa pausadamente. Cuando se quito la camisa pude ver sus grandes tetas contenidas en un sujetador de encaje negro trasparente. las aureolas de los pezones se adivinaban sonrosadas y grandes.
Estaba muy empalmado, mis pantalones apenas sujetaba mi erección. Ella continuo con su falda mientras se movía de una forma sensual. Cuando su falda cayó al suelo, me encanto lo que vi, unas medias con ligero y una braguitas de encaje que hacían juego con el sujetador.
Comenzó acariciar sus pechos, sus caderas, sus muslos y luego su mano se deslizo por encima de sus braguitas pasando sus dedos por su mojada rajita. Me dio la espalda y se quito las bragas de encaje así pude admirar ese magnífico trasero. Tenía la garganta seca y la voz se me puso ronca de excitación. se giro y se tumbo encima de mi besándome , mientras yo magreaba sus tetas, dejándolas fuera de la copa del sujetador. Ella comenzó abrirme la camisa, y conforme la abría me besaba, siguió su descenso y comenzó abrir mis pantalones. Me los quito, mis calzoncillos no podían contener mi polla como estaba.
Comenzó acariciar mi polla encima de mis calzoncillos y a mirarme mientras lo hacía con autentico vicio. ¿Por qué no me hablas sucio, eso me excita mucho? No supe que decir la verdad, ella siguió insistiendo, dime lo puta que soy. Comencé a hablar, “ no te gustaría chupármela zorra y tenerla en tu garganta”, ella sonrió y comenzó a masturbarse mientras continuaba con sus caricias. No te gustaría tener mi polla en tu garganta putita y sentir como palpita en tu lengua. Ella se relamió y bajo mis calzoncillos y se la trago de golpe. La cogí del pelo y comencé a follarme su boca mientras pellizcaba sus pezones y los estiraba. La excitación me dominaba por completo y lograba que me desinhibiera.
Estas cachonda guarrilla, te encanta chupar verdad. Y mientras decía aquellas palabras la cogía del pelo y la obligaba a tragar mas. Mi polla era muy ancha y comenzó babear un poco. Paró y me miro con lujuria. Por favor mete tu polla, mi coño me arde, estoy mojada, muy mojada. Yo no pude resistirme y le dije que me cabalgara, ella subió y comenzó a clavarse mi pene con una lentitud que me estaba volviendo loco.
No pude mas y cogí sus caderas y se la clave profundamente. Ella comenzó a jadear, mientras me la follaba con violencia. ¿te gusta lo zorra que soy? Me encanta tu polla es tan gorda, tan dura. Esas frases me ponían más frenético y hacia que la agarrara con más fuerza de sus caderas y que la clavara con más brutalidad. Sus labios entrecerrados comenzaron a jadear, y del jadeo pasó a pequeños gritos con los que alcanzó su primer orgasmo. Yo aproveche ese momento para cambiar de postura y ponerla a cuatro patas diciéndole que era mi perrita en celo y que le iba a dar duro. Así lo hice, me la folle muy profundamente y salvaje eso la excito tanto que apenas había dado una docena de sacudidas se volvió a correr. Yo estaba en la gloria contenía mi orgasmo para poder prolongar ese placer. ¿Quieres mi culo? ¿Quieres romperme el culo? Al cabrón de mi marido nunca le dejo….. a mí no tuvo que repetírmelo, moje mis dedos en su coño y luego los metí en su culo, estaba como loco, me iba a dejar follarme ese esplendido culo. Cuando note que abrían paso mis dedos con facilidad los sustituí por la punta de mi polla y comencé a penetrar su estrecho agujero. Ella movía las caderas mientras la clavaba, la polla me ardía. Me folle su culo lentamente para no correrme y ella comenzó a masturbarse lentamente. Te encanta que te rompa el culo zorra. Ella entre jadeos me decía que si. Un si repetido. Me saco la polla de golpe y me desconcertó, me tumbo en la cama y se subió encima de mi pero cogiendo mi pene y colocándolo a la entrada de su culo. Se clavo mi polla en su culo con rapidez y comenzó a follarme con un ritmo frenético, mientras sus dedos se metían en su coño brillante. Era como si tuviera un orgasmo constante, sus gritos y jadeos eran continuos y le dije que me iba a correr que ya no aguantaba más. Salto de un golpe de mi polla y comenzó a chuparla con desesperación y mi leche broto como nunca la había visto salir, por la comisura de sus labios salía semen a pesar de que ella lo tragaba con autentico vicio. Caímos agotados pero ella me indico que debía vestirme que Sandra estaría a punto de llegar, así que me vestí y cuando me iba a ir me beso y me dijo que tendríamos que repetirlo y así salí de su casa. Al llegar a la puerta del portal me encontré a Sandra que me miraba con una sonrisa . No me dijo nada y subió a su casa….. Continuará.