Historias inventada

Una historia inventada mas...

A veces la vida no es fácil, se complica por miles de cosas y agobia. Es por eso que es importante encontrar una vía de escape, algo parecido a un momentito en un oasis de calma donde nada más importe. Cada uno tenemos el nuestro: Un baño sin prisa, cantar a pleno pulmón esa canción que tanto nos gusta, pintar o escribir historias inventadas.

Este es mi oasis, este es mi escape (Uno de ellos), esta es mi historia inventada porque hoy la vida se complicó y lo que pudo haber sido algo que se queda en la memoria para que jamás nadie lo sepa pasará a ser solo una historia inventada.

He de confesarte que detrás de esta cara de no haber roto un plato hay pensamientos de haberse cargado la vajilla entera, y no precisamente sin querer. Tire cada plato y disfrute rompiéndolos viendo como los pedazos se quedaban en el suelo, es una sensación muy relajante, tal vez deberías probarlo.

Esta historia comienza como siempre en el umbral de tu casa mientras subo los 3 escalones que me separan del exterior, ahí estas como siempre con el teléfono pegado a la oreja. Te miro y me miras y salta la chispa. Dios, que cojones tienes cuando me miras que no puedo evitar sentir un escalofrió.

Entro y me siento en tu mesa, frente al escritorio para tenerte de frente, sigues hablando y seguro que en tu cabeza piensas que los putos teléfonos no te van a dejar echar un polvo tranquilo pero esta cabecita lo tiene todo pensado…

Esto comienza unos días antes, porque lo creas o no me he dado cuenta de que te jode que suene el teléfono y como sé que tampoco puedes evitar cogerlo lo mejor que podemos hacer es usar ese inconveniente como fuerza. Así que nada mejor que hacer una visita a mi tienda favorita y comprar algo que pueda mantenerme muy entretenida mientras te suenan los teléfonos. Eso sí, no me hago responsable de tu capacidad de concentración.

Como te decía, estoy sentada en tu mesa y tú hablas por teléfono y por fin se acaba. Te levantas y te acercas colocándote entre mis piernas. Si, ya esta dura, puedo sentirla. Me coges del pelo y tiras atrás mi cabeza para besarme el cuello, me muerdes la boca y yo cada vez noto que estoy más mojada. Justo en ese momento te paro, y saco algo del bolsillo de la chaqueta. “Cierra los ojos y extiende la mano” te digo y lo haces.  Pongo algo en tu mano y en ese momento lo miras y……..

Bueno, hasta aquí puedo escribir porque quiero saber que pasa, así que de ti depende que la historia quede aquí y con ella los pobres lectores de la página se queden con la intriga o bien que me ayudes a terminarla.