Historias del abuelo calentón (52)

Mi afán de poseer a esta indómita zagala y no poner freno a mis tentaciones obscenas ocupaban mi pensamiento.

Mi primer asalto con la fierecilla había sido abrasador, rápido y enérgico, con una satisfacción plena, quizá demasiado apresurado y falta de control, me había dejado llevar por el ímpetu y las enormes ganas de gozar que tenía aquella fogosa indomable, no obstante, he de confesar que tanta vigorosidad e iniciativa por parte de una joven cuyo conocimiento de la vida era muy limitado por el lugar donde residía, me había gustado. Me sorprendió cómo se desenvolvió en este particular mundo impúdico y libidinoso, fue plácido experimentar con ella aquellos gratos momentos donde el gozo nubló nuestras mentes y nos abandonamos al disfrute de una de nuestras necesidades básicas, nuestro deseo invadió todo nuestro ser y nos apagó el raciocinio, para hacernos formar parte de aquel entorno animal y salvaje en el que realizamos nuestro desahogo y desvergüenza, y donde aquella tigresa no tuvo recato en dar rienda a sus impulsos carnales y deleitarse plenamente.

En mi caso, arrastrado por su provocación, formé encantando parte de esa seductora parafernalia y por ello, ahora, recordando aquella pletórica estimulación, mi cabecita solo discurría pensando en la insinuación que la calentorra fémina había propuesto para continuar con esa atrayente ceremonia.

Mi afán de poseer a esta indómita zagala y no poner freno a mis tentaciones obscenas ocupaban mi pensamiento, me derretía la idea de fornicar con una pimpolla tan lujuriosa y viciosa, y más cuando ella era la que había empezado aquella aventura comprometedora y libertina.

Pasaron unos días y una tarde al llegar de mi tourneé no divisé a nadie en el caserío, mi prima y su marido se habían ido a comprar víveres a la ciudad y Fany se encontraba asistiendo al ganado, me acerqué a los establos, saludé a la benjamina y ésta rápidamente se puso en marcha, al verme se le alegró el semblante y me dijo:

-Luis, termino lo antes posible, me ducho y seguimos la movida que dejamos el otro día iniciada, ¿porque me imagino que te gustará continuar?

Me dejó perplejo su forma de actuar, pero en estas ocasiones no hay que estar dubitativos sino funcionar, no se puede dejar escapar una oportunidad, y en este caso un dulce tan apetecible y delicioso.

-Sí, sí, claro, me encantaría disfrutar contigo y darte todo lo que te mereces, que es mucho y bueno.

-Así me gusta, vete preparando, y para que estemos ocultos por sí las cosas se pusieran complicadas, he pensado que me esperes en la troje, allí es un buen sitio para echar un travieso y animado polvete.

Se la veía que tenía todo controlado, había vivido antes estas situaciones y se desenvolvía como pez en el agua.

La troje se encontraba en la última planta de la casa, era similar a lo que hoy llamamos buhardilla, y en este habitáculo se guardaban los aperos del campo y los trastos viejos que se desechaban, también se usaba para poner algún dormitorio extra, no solía tener mucha luminosidad, pero suficiente para el uso que se le daba.

Me acicalé tranquilamente y me subí al emplazamiento, no tardó mucho en aparecer, traía puesto un vestido, nos saludamos y me llevó a una zona donde tenían una serie de camastros, sin tiempo de espera y sin reparo alguno se quitó la prenda y se quedó en sujetador y con un minúsculo tanga que llevaba, y susurró:

-Vamos Luis, ponte ligero y cómodo que vas a ver qué bien lo pasamos.

Era una señorita totalmente desvergonzada, descarada y atrevida. La contesté:

-Fanny, esto es demasiado apresurado, hay que crear ambiente y preparar el clima adecuado.

-Sí, sí, Luis, vamos a apañar y caldear la relación, vete aligerando de ropa, que yo te subo enseguida las revoluciones.

-Fany hay que estimularse mediante caricias y toqueteos.

-Que sí Luis, que sí, ven que te voy a comer el rabito y a hacerte las cositas que el otro día tanto te gustaron.

Después de quitarme la ropa me hizo sentar en la cama, me agarró el mástil para premiarle con una mamada que me hizo ver las estrellas, cómo jugó con su lengua sobre mi vástago, con sus labios hacía virguerías en mi glande, que sensaciones tan estupendas originó aquella chupóptera del Olimpo, me derretí de satisfacción. Puso mi antorcha a pleno rendimiento, después se tumbó en el catre y me ofreció toda la almeja para que se la comiese y la pusiese a tono; mi lengua serpenteó y se sumergió por su cueva para acariciar y lamer sus labios vaginales y su vulva, se puso tan encendida y ardiente que su cuerpo experimentó placenteras convulsiones, la invadió la lujuria y disfrutó como una posesa con aquellas percepciones que tanta pasión y gozo la transmitieron. Se vio tan alterada, que para no acabar antes de tiempo me puso en posición horizontal, se enfundó mi chirimbolo e inició una escalonada cabalgada, aumentando de ritmo a medida que sus emociones la proyectaron hacía una mayor gozada y disfrute, su algarabía lingüística así lo mostró:

-Oooohhhh………..Luis, que polla más rica tienes, que bien me sienta, cómo me gusta cabrón.

Seguía siendo ordinaria y basta, pero aquello a mí me ponía y la seguí la corriente.

-Sí zorra, brinca sobre ella, maltrátala de placer.

-Aaaaaaahhhh………que follada tan delirante, uuuummmmmmffff………..esto sí que es el paraíso.

-Disfrútalo golfa, muévete así, asíiiiiiiiii, oooohhhhh…………Fany que maravilla.

Nos estábamos desfogando como salvajes, que actividad tenía aquella indomable perra, que impactante y grato era su modo de manejarse en el mundo de la sexualidad, era una gata silvestre y bravía que enardecía tu organismo para transportarte al cosmos de la dicha y el desenfreno, que afortunada felicidad te hacía soportar.

Su cabalgada fue apoteósica, su interior se desquició y todo su cuerpazo se retorció del gustazo que en ese momento la estaba invadiendo, yo, para multiplicar su goce la sobé y acaricié delicadamente los senos, deteniéndome en sus aureolas para excitarlas y ponerla los pezones como escarpias, esto la incitó más todavía, embraveciendo de deseo y pasión, su apetito sexual era incontrolable en esos instantes, y todo ello se traducía en que a mí me estaba matando de gusto.

-Aaaahhhh……………Luis, que caliente me tienes, dame duro, oooohhhh…………….llévame hasta el final, quiero correrme mamón.

-Sí zorrón, te voy a dar toda mi polla para que la sientas y la disfrutes, tómala toda cachonda mía.

-Sí, síiiiii, la siento, oooohhhh…………….Luis, estoy apuntito, no aguanto más.

-No te reprimas, cabalga, métela toda entera, así, asíiiiiiiiiiiiiiii……………pedazo de golfa.

-Luis me viene, me vieneeeee………….., que rico, que ricooooooooooooooo…………….

-Oooohhhh…………..Fany , sí, síiiiiiiiiiiiiiiiiiii………………., no pares, hazme estallar.

Se corrió viva y llegó al éxtasis donde el orgasmo culminó toda su aspiración sexual, yo también alcancé el clímax, la saqué mi verga de su merengue y le vacié toda mi leche en sus suculentas tetas, quedamos exhaustos, nuestro recreo había sido soberbio. Al terminar me dijo:

-Luis te espero para la próxima, quiero practicar cosas nuevas y quiero que seas tú el que me acompañe en ese camino.

Esta fémina era incansable, me había cogido por banda y quería explotarme a toda costa, a mí no me importaba porque aquellas andanzas me colmaban de ventura y bienestar, bendita explotación que me hacía aquella erótica jovencita. Continuará…………………

Enviarme comentarios para mejorar, estimular y animar mi capacidad creativa. Correo luiscalenton35@gmail.com . Gracias amigos.