Historias del abuelo calentón (34)

La señora Judit con sus dos buenos melones y su figura provocativa era digna de ser profanada, y mi mente solo pensaba en someterla a mis travesuras impúdicas e inmorales.

HISTORIAS DEL ABUELO CALENTÓN (34)

Aquella mañana me levanté como tal cosa, y así era como se comportaban las féminas de aquella familia, de una manera espontánea y despreocupada; y de igual modo que pasó con Dayana, Paola no me hizo ni una insinuación a lo sucedido la noche anterior.

En los días transcurridos en aquella mansión me había ido de maravilla, sin comerlo ni beberlo, me había cepillado a dos leonas que me habían suministrado un placer inconmensurable, y los sucesos habían ocurrido sin planificarlos ni organizarlos, de la forma más inverosímil e increíble. Mi contacto con ellas había sido gratificante y excitante, que gustazo me habían dado aquellas dos jacas, y además con un estilo discreto y enigmático.

Los días transcurrieron entretenidos, con más visitas por los parajes cercanos, y al llegar el sexto día, mis expectativas eran que esa noche atacara la dama que faltaba, esperando que su táctica fuese similar a la actuación de las otras moradoras. Llegó el fin de jornada, y con el mismo preámbulo que las noches precedentes, aguardé el desarrollo de los acontecimientos; me corroía una tensión de impaciencia por dentro, de celeridad por que la situación comenzase lo antes posible; me acordaba de los buenos melones que poseía la señora Judit, del inmenso culo compacto que mostraba, de su cara maquillada, con el rojo abrasador de sus labios; todas estas evocaciones me encendían y me producían un morbo y un ansía por querer poseerla y disfrutar de aquellos manjares, era una madura muy apetecible y deseable, y deleitarme  aprovechando su aspecto morboso, despertaba en mí un anhelo de fornicar lujuriosamente con aquella  curtida mujerona.

El tiempo pasaba y mi mente solo se dedicaba a proyectar secuencias obscenas con aquella experimentada señora, donde me practicaba estímulos con sus lindezas y me hacía disfrutar de los estupendos atributos que tenía. Después de un calentamiento de mi herramienta por mis pensamientos pecaminosos, y tras advertir que no había variación en el transcurso del anochecer, decidí que lo mejor era dormir y descansar; lo que tuviese que suceder, pasaría, como así había sido en los crepúsculos anteriores. En esta mansión reinaba la improvisación y la sorpresa, era absurdo planificar cualquier hecho programado; me relajé y reposé mi calenturienta mente. Como había trasnochado un poco aquella noche, confiando en que viniesen los reyes magos, mi cuerpo lo acusó, y serían aproximadamente las 9,00 horas cuando vi la luz y empecé a notar que estaban toqueteando mis testículos de forma agradable, sentí un gustillo que no sabía de donde me venía, me encontraba tan adormilado que no era consciente de la realidad, estaban jugando con mi instrumento, y lo hacían de un modo que me proporcionaba goce y placer. Me fui despertando para comprobar que era la señora Judit, había retirado la ropa de la cama, se había apoderado de mi polla y jugaba con ella, sobándola y acariciándola de manera suave y delicada, acción que me estimuló y que hizo que la presentase mi lanza tiesa y dura.

Con la luz de la mañana divisé su anatomía, venía vestida con una bata negra y unas zapatillas de igual color, pero con un poco de tacón, era muy coqueta y usaba siempre unos complementos acordes con su indumentaria; me miró y me dijo:

-¿Te gusta lo que te estoy haciendo criatura?

Contesté: - Sí señora, me encanta, me está poniendo caliente.

-Pues esto no es nada para lo que te espera, solo es un aperitivo.

Quise ser sarcástico y le añadí:

-Señora Judit ¿Qué me va a hacer?

-Te voy a hacer pasar un buen rato, porque tú y yo nos vamos a divertir. Este caserón tiene muchos recovecos, que solo yo conozco, y por ello, sé perfectamente que has pasado unos días de plena intensidad sexual, que imagino te habrán llenado de regocijo y satisfacción, pero que quizá se han caracterizado por el mimetismo y la clandestinidad, pues ahora en estos momentos la cosa cambia, quiero que vivamos un encuentro de desahogo, descaro y desvergüenza.

-Señora Judit me lo está usted poniendo muy picantón.

-Te voy a utilizar para que satisfagas a esta madura, que como el buen vino, es gran reserva, desfógate y aprovecha esta oportunidad.

La señora no se andaba con pelos en la lengua, iba al grano directamente, y sus palabras produjeron en mi subconsciente una riada de obscenidades y cochinadas. Se puso de pie y se despojó de la bata, para quedarse con un body negro transparente donde se visualizaba sus dos buenos melones y todo su lustroso contorno, que estampa, que escultura, aquella figura con su rostro de viciosa era digna de ser profanada. Cuanto más la miraba, más ganas sentía de someterla a mis travesuras impúdicas e inmorales, pero es que la hembra lo pedía con su vestimenta y su embellecimiento; su cara era la imagen de lascivia y perversión y esto a mí me ponía muchísimo.

Su moderno picardías tenía las características aberturas para el culo y el coño, y este modelito le hacía asequible para ser empitonada. Una vez se puso provocativa y tentadora, prosiguió su faena para ponerme en órbita y sacarme de mis casillas; antes apostilló:

-Te informo para tu tranquilidad que estamos solitos, mi hija y mi nieta han ido a comprar, relájate, disfruta y siente con plenitud todo lo que te voy a regalar.

Acto seguido, inició una mamada sobre mi falo que me dejó casi sin aliento, subía y bajaba con su boca a lo largo del tronco de mi cipote y se paraba en el prepucio para deleitarme con juegos que practicaba con su lengua y que conseguían el goce de todo mi organismo, sus acometidas sobre mi polla eran suaves y lentas, haciéndome sentir un placer inusitado; que experiencia tenía aquella zorra, que manera de chuparla, que pedazo de guarra más linda, me estaba llevando al paraíso, si continuaba así, esta fulana me iba a llevar al huerto.

Dándose cuenta del buen trabajo que estaba haciendo, normalizó la cosa y me dijo:

-Te ha maravillado, verdad jovencito, ahora te toca a ti, cómeme la almeja y ponme caliente, quiero que me hagas experimentar la sexualidad en todo su apogeo.

Se tumbó en la cama y jugué con sus labios vaginales, la comí dulcemente el clítoris y mi lengua se sumergió en sus intimidades como una serpiente, la chupé toda la vulva, consiguiendo que se estremeciese de placer, se la notaba porque lo expresaba.

-Así mi niño, cómeme todo, asíiii, que rico, como juegas conmigo, aaaaah que maravilla.

Se retorcía de gusto y percibió que había que pasar a otra fase porque ya estaba suficientemente ardiente.

-Túmbate yogurín, que te voy a cabalgar, quiero que seas mi potrillo.

Como era una experta, me propinó una pequeña mamada para que mi polla retomase su vitalidad, al instante la puso  mirando al cielo, acto seguido se montó sobre ella; esta señora tenía mucha pericia en cómo moverse sobre un corcel, como se deleitaba la muy golfa sobre mi armadura.

-Aaaah……. bebito, como me encanta sentir tu pistolón dentro de mí, aaaah……..que gustazo.

-Galope, galope, ooooh…… que ritmo señora, que sensación.

-Dame, dame más, que rabito tan maravilloso, como me hace gozar, aaaah……, uuummmm……, sigue, sigue dándome candelaaaa……, aaaaah…….

Aquella hembra me estaba elevando la temperatura de forma exagerada, subía y bajaba, subía y bajaba y así repetidas veces, que éxtasis me hacía experimentar, esta situación me produjo que perdiese la vergüenza en mi comportamiento, y recordando sus palabras anteriores donde me afirmaba que me desfogase, la solté una serie de groserías que me excitaron más sexualmente.

-Toma zorrón, pedazo de guarra, como me enciendes, que caliente me pones golfa.

Aquello me estaba consumiendo de placer, era riquísimo y delicioso, que ajetreo tan extraordinario.

La leona estaba inquieta, quería aprovechar la vivencia y practicar diferentes posiciones, y me susurró:

-Majete, vamos a cambiar de pose, quiero que me lo hagas como una perrita.

Se puso como una perra y la inserté toda mi empuñadura, lo hice con algo de impetuosidad, quería que percibiese bien la dureza de mi bastón y que se derritiese de gusto.

-Aaah…. cabrón, que embestidas me estas metiendo, me la has clavado hasta el fondo golfo, me vas a matar de satisfacción.

-No señora, solo quiero que goce como una perra en celo, que se deleite con esta erección que me ha producido.

-Ooooh….bebito, que pedazo de capullo se te ha puesto, de verdad estas muy erecto.

-Cachonda, con tu provocación como quieres que esté, me la has puesto tan empinada como un camello.

-Aaaaah…., no importa, que rica la siento, me encanta que estés tan palote, que placer me estás dando, eres todo un semental, aaaah…… que ricooooo….

Me fijé bien en la inmensidad de su trasero, me aferré a sus nalgas y la embestí, una y otra vez con más ganas.

-Aaaaah……, cabrón, que pollazos criatura, me vas a romper desgraciado, como puedes tener tanta energía y darme tanto gusto.

Observé que el agujero de su culo era considerable y decidí gastarle una broma placentera; se veía que sus habilidades sexuales también habían tocado aquella cavidad, y así, en uno de mis envites, la saqué de su almeja y se la clavé por el culo.

-Aaaaaah…..cabronazo, donde te has metido, aaaah…… que quieres, atizarme también por ahí.

-Goce Judit, que su semental la va a llevar al séptimo cielo.

Empecé con envites suaves, que fui incrementando hasta llegar al orgasmo total.

- Uuummmm…… desgraciado, que follada más extenuante me estas metiendo, que rico, no aguanto más, me corro, me corroooooo……., me fui.

-Aaaah…….Judit, menee su pandero zorra, mueva su culo pedazo de guarra, me corro, me vieneeeee……., que rico, que ricoooooo………

Aquel polvazo, con aquella madura javata fue apoteósico y abrasador, una gozada en toda regla, que satisfacción más salvaje había experimentado con aquella veterana tigresa.

Fueron unas vacaciones de ensueño, con un plantel de féminas de diferentes generaciones que me dejó marcado para toda la vida y del que siempre tendré un grandiolecuente recuerdo, puesto que no creo que se me vuelva a repetir una escenificación tan particular y estimulante como aquella.

Enviarme comentarios para mejorar, estimular y animar mi capacidad creativa. Correo luiscalenton35@gmail.com . Gracias amigos.