Historias de vida, delcaraciones y amores (2)
Javier y Mario, 26 y 24 años
Hola de nuevo yo aqui quitandoles tiempo y esque es la emocion que tengo de publicarles que quisiera contarles mil y una cosas de una vez pero ya me calmare :) por cierto alguien noto que estubimos en martes 13? dia de "mala suerte" hahaha que locuras.
Somos Javier y Mario, tenemos 26 y 24 años y tuvimos la suerte de conocernos hace 1 año 6.
Mario tiene 24 años, es estudiante de arquitectura de 5º, es el menor de 4 hermanos, tío orgullosísimo de 4 sobrinos e hijo de ex uniformados. Él es alegre, caballero, varonil y una persona de mucha vida familiar. Con sus hermanos es muy cercano, ya que son relativamente seguidos en edad, todos muy distintos entre sí, ya que son dos mujeres y dos hombres, profesionales y con una vida resuelta y muy familiar. Con sus padres tiene una relación muy estrecha ya que siempre tuvo los ojos de ellos encima por ser el menor; Obtuvo dedicación, preocupación y cuidado especial de todos los integrantes de su familia.
Para él asumirse es comenzar internalizándolo y de esa forma aceptarse para luego poder transmitir esa tranquilidad y separarse de los prejuicios que tanto teme que comiencen a afectarlo. Durante su paso por el colegio pololeó con mujeres (al punto de durar un año con su última polola) ya que él sentía que así debía ser y no podía hacer caso a cómo se sentía internamente (ya que él siempre supo que era distinto, desde muy pequeño); la sociedad y su misma familia lo obligaban indirectamente a cumplir con exigencias de cómo debía comportarse y ser, al punto de negarse completamente y comenzar a auto convencerse de que debía casarse, tener hijos y una bella mujer.
Con esto, comienza a deprimirse hasta que entra a la universidad. En ella conoce un mundo nuevo, donde la gente con quien comienza a compartir tiene sus mismos intereses y metas, con las cuales empieza a sentirse cómodo y a asumirse internamente. Conoce a un grupo de amigos entre los cuales uno de ellos era gay, en él admira su desinterés a lo que diga la gente y cómo se sentía a gusto consigo mismo.
Se hacen muy amigos y comienzan a salir a fiestas y a conocer gente. Mario avanza en su carrera y en su vida, asumiéndose, contándole a sus pares y entorno sobre su condición. El apoyo inmenso que recibe de todos con los que comparte su gran secreto (sus amigos cercanos y uno de sus hermanos) le da a entender que el camino que escogió es el correcto para él. Pasado el gran desafío personal de mostrarse tal cual es, comienza a aflorar en él una necesidad, la de compartir su vida con alguien. Comienza a salir y a conocer gente hasta que un día salió con sus amigos a bailar y mientras lo hacía intercambia miradas con alguien en la fiesta que resulta ser Javier J.
Javier es ingeniero y trabaja en una gran empresa desde hace poco tiempo. Desde pequeño fue distinto al resto de los niños al punto que su abuelita pensaba que iba a ser santo jaja (bastante alejado de la realidad), siempre sintió que era diferente, pensaba distinto y le llamaban la atención cosas que al resto de sus compañeros de colegio no.
Era muy buen alumno y no necesitaba estudiar mucho para obtener notas buenas, con lo que tenía el completo apoyo de sus padres. En esta etapa tuvo sus primeras experiencias homosexuales e hizo caso omiso de ellas, porque pensó que esto eran solo impulsos físicos pasajeros, nada emocional y estable con lo que se pudiera proyectar viviendo el resto de su vida; con esta convicción vivió muchos años en los que sentía que la vida se le pasaba por delante, donde conoció un par de niñas a quienes sintió que quiso, pero cuando terminaron no las extrañó particularmente.
En el último año de universidad conoció a un compañero de carrera gay, que lo hizo comenzar a ver que realmente estaba impidiendo vivir su vida plenamente, lo hizo botar sus prejuicios y finalmente se aceptó a sí mismo y comenzó a adentrarse en el mundo homosexual. Se dio cuenta que no es un submundo y solo es gente un poco más similar a él, que es igual de vulnerable e insegura que cualquier persona. Inmediatamente después de esclarecer su gran enigma y poder entender bien cómo es que era distinto al resto, se acercó a sus papás y tuvieron “la conversación”, de esta solo pudo rescatar cuán grande era el amor que ellos le tenían y de cuál era el camino que debían seguir para lograr aceptarlo completamente, siempre de la mano del amor que le tenían. Se hizo un grupo de amigos y comenzó a salir y a buscar a alguien con quien empezar a vivir la vida sin soledad y es en ese momento cuando conoce a Mario.
A la fecha, llevamos un año y seis meses juntos. Luego de encontrarnos en esa fiesta, comenzamos a conocernos, salir y darnos cuenta poco a poco lo bien que nos hacemos y lo lindo e importante que es seguir alimentando “esto”, que nos llevó de mirarnos en una fiesta a conocer el amor que nunca habíamos sentido y enamorarnos. Nuestra relación ha estado marcada por situaciones muy importantes en las cuales el apoyo entre ambos ha sido fundamental y necesario. Uno de ellos fue el momento en el que Mario le cuenta a su madre sobre su condición, siendo ella la segunda persona en su familia que sabe, en el segundo en que Mario decide sentarse a hablar con su mamá (sin haberlo planeado, sino que el momento se dio naturalmente) y por ende no le había contado previamente a Javier que lo haría, recibe una llamada de él, y al darse cuenta de esto le entrega ánimo y apoyo.
Somos una pareja muy unida; reímos, discutimos, cocinamos, viajamos, lloramos, caminamos y disfrutamos de conversaciones interminables de todo lo que nos pasa y nos gusta, compartimos con las familias de ambos y tenemos la suerte de contar con muy buenos amigos que nos apoyan y quieren. Podemos decir que el habernos conocido es una de las cosas más importantes que nos ha pasado y que después de todo no existe nadie con quien prefiramos estar.