Historias de una vida
A lo largo de mi vida, he tenido infinidad de contactos, peligrosos, placenteros dolorosos, por eso, he decidido contaros algunos de ellos.
Que extraño me parece todo, es como si solamente lo hubiese soñado, pero la verdad es que se que es real, demasiado real, todo ha terminado y yo estoy aquí sin saber que hacer, y es extraño, pues esta misma historia, se repite una vez, y otra, y otra, sin remedio, pues aunque parezca mentira, todos hablamos de vidas de color de rosa y romances de película, pero eso amigos, solo existe en situaciones muy contadas o en la imaginación.
Por si no lo sabéis, yo soy "Un Artista", quizás no de esos con fama, que salen en los programas de televisión, pero si se, que cada noche, cuando el show empieza, cientos de ojos se clavan en mi y me miran con admiración, o con deseo, aunque no se atrevan a confesarlo, no es de extrañar, que todos esos hombres que se las dan de "heteros", así como en tono de broma, terminan diciendo ¡oye, no pienses mal!, que a mi no me van los tíos, pero si quieres tomamos unas copas y charlamos, yo ya se que hay detrás de ese "tomamos unas copas", un deseo oculto de hacerlo con otro hombre, el sacar a flote el punto homosexual que todos llevamos dentro, ¡bueno! unos mas que otros claro.
Añadiré a esta historia, que a pesar de mis 45 años, conservo un físico y una imagen envidiable, soy alto, 180 cm. de facciones definidas y atractivas, pelo corto y una esmerada educación que me proporcionaron mis padres, hace que en conjunto, sea una de esos "maricones" con clase, que normalmente se encuentran por la vida nocturna de cualquier ciudad cosmopolita, por eso como cada noche al terminar el espectáculo, igual que un depredador experto, me dispongo a salir a la caza del mas bello de los animales, el hombre.
Era una de esas noches en las que el calor te hace sentir una extraña humedad por todo tu cuerpo que te mantiene en un estado de pseudo asfixia próximo al éxtasis, mi piel estaba erizada por un extraño deseo y mi sexo, con deseo incontrolado.
Nunca me gustaron ni los locales gays ni los hombres gays, claro esta que si un hombre se va conmigo, algo de deseo debe tener, pero me gusta buscar mis presas por lugares fuera del ambiente, y a veces un poco peligrosos, esta vez mis pasos me llevaron a los alrededores de la estación, donde como cada noche un cierto numero de jóvenes pasean con aire distraído pendientes de quien les haga una buena paja o una mamada.
El parque que rodea la estaciona si como la extraña glorieta que sirve de rampa para salvar el desnivel son zonas de ligue pero yo, me aventure en el parque, aun sabiendo que el peligro podria estar presente, el crujir de las hojas al ser pisadas, el brillo de un cigarrillo al ser aspirado en la oscuridad, eran pruebas claras de que no estaba solo, aun y así seguí internándome en el mismo, pase cerca de un muchacho de aspecto desaliñado pero robusto, camiseta de tirantes dejando ver un cuerpo desarrollado por el gimnasio o el ejercicio físico, el pelo alborotado y un tono dorado de piel quizás por las horas pasadas bajo el sol, apenas hice un gesto para mirarlo, pero nuestros ojos se cruzaron un instante, seguí caminando, pero sintiendo sus ojos en mi nuca, lo que hizo que mi cuerpo se contonease levemente como pidiendo a gritos un hombre capaz de calmar tanto fuego guardado.
No habían pasado 10 segundos, que un suave ruido, me indicaba que mi presa caminaba detrás de mi, ¡Uff!, la noche prometía, me dirigí hacia la zona mas oscura me interne entre unos arbustos y me detuve, esperando a ver si el pez había mordido el anzuelo, agudice el oído pero nada, mire a mi alrededor y tampoco, ¿Dónde estaba?... al momento, una mano alrededor de mi cuello y el frió metal de una hoja de navaja en mi cuello me hicieron volver a la realidad.
.- Dame todo el dinero que lleves, así como tarjetas de crédito y objetos de valor.
Normalmente, y como precaución suelo dejarme la cartera, reloj, pulsera o cadena de oro, y teléfono móvil en el coche, solo llevo encima un dispositivo para abrir el mismo, por lo que no podía decir otra cosa
.- No llevo encima nada de valor, ni dinero ni oro, ni nada, lo siento
.- Calla! dámelo todo
.- De verdad, te lo juro, no llevo nada, compruébalo tu mismo
La situación era peligrosa, pero aun y así, aquella voz en mi oído susurrando amenazas, el brazo fuerte sujetándome y la dureza de aquel cuerpo tan próximo al mío, me tenían extrañamente excitado, un paquete de tamaño mas que considerable, golpeaba por instantes por mi culo, no llevaba ni slip ni bóxer, aquella polla colgaba libre dentro de unos pantalones sueltos y holgados, no creo que el muchacho pensara en nada erótico en aquel momento pero yo si
Metió las manos torpemente por mis bolsillos, y no pudo menos que notar una incipiente dureza en mi polla, causada por el morbo del momento, como si no hubiese notado nada siguió buscando, su mano fue de adelante a atrás, imperceptiblemente me agarro el culo, y regreso adelante, no me toco, pero si me dijo..
.- Serás maricón, puedo rajarte ahora mismo y estas empalmado, vamos, sin nada yo no me voy, quilate la ropa, se ve que es toda de marca, seguro que me dan una buena pasta.
vamos, que no tengo toda la noche, he dicho que empieces a desnudarte maricón.
El, me había ido empujando hacia la zona mas alejada del parque, donde una medio alambrada abierta por un extremo, conducía hacia un solar donde una antigua fabrica medio en ruinas, servia como cobijo a drogadictos y mendigos , mientras esperaba a ser derruida .
Empecé a quitarme la ropa, primero la camisa, el cinturón, los zapatos y el pantalón, estaba solo con un slip negro CK.
.- Los gayumbos también, que son muy guapos
.- Por favor, no me dejes desnudo, mira seguro que mi ropa te va bien, porque no te la pones tú, al menos déjame la que llevas puesta, pero no me dejes aquí desnudo.
.- Mira la muy marimoña, que quieres que me despelote aquí delante de ti, así te escapas no!!.
.- O asi te veo desnudo, míralo de otra manera, que pasa, que tienes miedo que te vea, o te da miedo que sepa que tienes algo muy pequeñito ahí en medio.
No se que paso en ese momento, podía haberme jugado un disgusto, pero la situación dio un giro inesperado, me miro fijamente a los ojos, era un ejemplar realmente hermoso, la mandíbula cuadrada, los labios carnosos, rojos y jugosos, una barba mal afeitada, y unos ojos grises con largas pestañas.
Un vello dorado asomaba por el pecho justo por el limite de su camiseta y perlado brillo de sudor resaltaba su cuelo y brazos de una manera verdaderamente atractiva.
En un gesto medio en broma, se situó detrás de mi, me sujeto la mano derecha por detrás de mi espalda , y, voluntaria o involuntariamente, su paquete quedo a la altura de mi mano, no usaba ropa interior y su polla gruesa y poderosa colgaba con esplendor sobre dos huevos grandes y duros, note el roce tan solo unos instantes, y a el no le paso ni desapercibido ni indiferente, tomo mi otra mano, y me las sujeto con una ligera cuerda de nylon que llevaba en un bolsillo, aun y así, volvió a acercar su paquete, esta vez a ambas manos, y aunque sonrió note como su polla había, no solo crecido, sino que denotaba una leve erección.
.- Que!! , te gusta maricón, pues olvídate,
.- No será que tienes miedo a que te guste, tendrías que saber que nadie come mejor una polla que otro hombre, si lo piensas es tu oportunidad para saberlo.
Había utilizado uno de esos argumentos que todo marión sabe que no fallan con un machito, el, sonreía maliciosamente mientras se iba desnudando delante mío, se quito la camiseta lentamente, casi convirtiendo aquel hecho en una ceremonia para excitarme, se detuvo unos instantes, y aflojo el cordón con el que se ceñían los finos pantalones de tela india que llevaba puestos, a esas alturas, el bulto entre sus piernas, sin ser una erección, era mas que evidente, y de un golpe los dejo caer.
Su cuerpo, era como una escultura griega, el pectoral marcado sin ser exagerado, el abdomen como una tableta de chocolate con los abdominales marcados, los brazos y piernas fuertes y esbeltos , y una capa de vello dorado cubriendo levemente su tórax y piernas, en su vientre, nacía una línea de vellos ensortijados, entre oro y castaño que crecía hacia abajo, se hacia un poco mas espesa, y rodeaba una polla gruesa y larga sin circuncidar, bajo cuyo prepucio asomaba una cabeza rosada por la que asomaban unas gotas brillantes, un par de huevos grandes colgaban bajo su polla, que se balanceaban con fuerza ante los gestos de mi agresor.
La luz de un farol queque a lo lejos dejaba un rastro de luz hacia la zona en la que estábamos, hacia que su imagen fuera excitante.
El estaba completamente desnudo, yo conservaba todavía mis CK, que siendo blancos, destacaban todavía mas la erección que ni me molestaba en ocultar, eso me divertía muchísimo más, la situación era peligrosa, lo se , pero algo me decía que aquello iba a dar un giro inesperado.
.-Bueno1 (le dije), como puedes ver, mis manos están atadas, tu estas totalmente desnudo, y yo aun conservo mi slip, si también lo quieres, tendrás que quitármelo tu mismo, y si vas a ponértelo, estate tranquilo que esta limpio, pero no me hago responsable si eso te llega a excitar, se te puede levantar como a mi.
Por un momento pensé que me los bajaría desde adelante, pero no, se situó detrás mío, y colocando sus dedos con una extraña delicadeza en las gomas de la cintura, empezó a deslizar lentamente mi slip hacia abajo, la dureza de mi polla era un obstáculo, su respiración, agitada y caliente en mi nuca, me estaba poniendo a mil, la dureza, ya mas que evidente de su polla en mi culo, y sus manos en mi cintura jugando con la goma de mi slip me estaban llevando al éxtasis.
Cambio la posición de mi polla con su mano por encima del slip, liberando este, y los deslizo de golpe hacia abajo.
Aquello era increíble, yo maniatado, mi agresor, con una polla dura como un mástil entre mis manos, y su lengua húmeda y nerviosa jugando en mi cuello.
En un rápido gesto, coloco su polla entre mis piernas y acto seguido me las cerro con las suyas, aprisionándola entre mis muslos, su capullo golpeaba mis huevos al mismo tiempo que los humedecía, así como mi entrepierna, por la gran cantidad de liquido preseminal que desprendía, su mano derecha pellizcaba con energía mi pezón derecho mientras su mano izquierda acariciaba con fuerza mi vientre.
Mientras la situación entre mi agresor y yo estaba dando un giro inesperado, y descargas eléctricas de placer hacían temblar mi cuerpo, descubrí que no estábamos solos, al parecer, dos muchachos de no mas de 20 años, inmigrantes, habían elegido ese mismo lugar para pasar la noche, uno de ellos, totalmente despierto, nos observaba mientras se manoseaba la entrepierna y con su mano libre, estaba despertando a su compañero, mientras tanto, mi agresor cada vez mas caliente, estaba de rodillas y empezaba a follarme el culo con su húmeda y larga lengua, yo estaba en la gloria, los dos muchachos, ya casi sin ropa, se pajeaban al mismo tiempo que se iban aproximando, pero uno de ellos, el mas alto, casi llegando a mi altura, y mientras me ponía su gruesa polla ante mi boca, abrió una navaja, por un momento, me imagine lo peor, pero no, con un rápido gesto corto la cuerda que asía mis muñecas, dejándome las manos libres.
A partir de ese momento, todo fue como una erupción volcánica, no puedo precisar ni que polla me follaba, ni que polla mamaba, ni quien me la mamaba a mi, ni que culo se me ofrecía, éramos un amasijo de carne, un solo cuerpo, una maquina de dar y recibir placer, nuestros cuerpos húmedos por una mezcla de sudor y esperma se pegaban unos a otros sin control, mi agresor, que de nuevo seguía follando con fuerza mi culo ardiente, empezó a bramar como una bestia en celo, los otros dos muchachos reaccionaron como una sola carne ante la situación y empecé a sentir trallazos de esperma por mi espalda pecho y cara, mientras las convulsiones invadían los cuerpos de los tres chicos, empecé a sentir, como una descarga eléctrica que recorrió todo mi cuerpo, era como si una fuerza sublime hiciera confluir los siete placeres en mi polla, que empezó a disparar leche como jamás antes lo había hecho, un alarido de placer puso cenit a mi orgasmo, instantes antes de que me desvaneciese cayendo al suelo como una marioneta sin hilos.
No se cuanto tiempo permanecí sin sentido, solo se que, cuando recupere la conciencia, estaba solo, mi ropa estaba esparcida a mi alrededor pero no faltaba nada.
Me vestí con lentitud, y lentamente, de dirigí a la salida del parque, casi estaba llegando a la reja de entrada, cuando por detrás mío, una voz a medio tono y con un acento extranjero me dijo
Adiós amigo, espero que nos encontremos otro día.
Me detuve, volví mi rostro, pero no había nadie, era como si la brisa de una noche de verano me hubiese hablado..
Volví varias noches después por si encontraba a alguno de los tres muchachos, no estaban, pero tuve otras aventuras, claro que, esa es otra historia.