Historias de mi vida – Mi primera vez

Comienza la historia de mi vida y será con la persona que menos esperaba, mi primo.

Historias de mi vida – Mi primera vez

Hola a todos, este es el primer relato que escribo. He pasado bastante tiempo leyendo varios relatos y me he dispuesto a escribir también mis relatos. Espero sea de vuestro agrado.

Comenzare por presentarme, mi nombre es Fernando, soy de piel blanca y cabello rizado, color castaño oscuro, con unos ojos color miel, resaltados por unas pestañas enormes, mido 1,78, soy delgado y un poco musculoso, ya que siempre me ha gustado hacer deporte desde la adolescencia, siempre me han dicho que soy guapete; además que la naturaleza ha sido generosa conmigo en mis atributos.

Desde siempre he vivido en la finca de la familia, heredado a mi padre por el abuelo. Es un lugar muy agradable, con amplios terrenos para divertirse, además de que hay un rio con aguas muy frescas para las temporadas calurosas. En la propiedad se encuentra la casa la abuela Flor, y muy cerca se encuentra mi casa, la cual es muy bonita, además de que es muy amplia, perfecta para recibir varios invitados.

Soy el menor de tres hermanos, Alexander, Javier y yo. Desde pequeño siempre he sido muy amigable con todos, con mis padres, mis hermanos mayores, familiares en general, y con los trabajadores y empleados de mi padre, siempre en lo sano e inocente. Hasta ahora.

Lo que les voy a contar sucedió cuando acababa de cumplir años. Recuerdo que casi cada verano mis tíos venían con su familia a pasar un tiempo con la abuela Flor, por lo cual mis primos veían también. Debo decir que es una familia numerosa. Entre los tíos que venían e importan en el relato, son el tío Jaime y la tía Martha, con ellos venían sus hijos Luisa y Enrique. De entre mis dos primos siempre me cayó mejor Enrique, el cual era cuatro años mayor que yo. Aunque ellos tenían ya un par de años sin poder venir.

Durante este año, debido a que la abuela estaba mal de salud, habían decidido juntarse todos para pasar la mayor parte del tiempo con ella. Por lo cual la casa de la abuela iba a estar a tope, por eso a los primos los colocarían en nuestra casa, que como ya dije es grande. Al faltar dos habitaciones para mis primos Luisa y Enrique, a Alexander y Javier, mamá los coloco en una sola habitación y la que quedo libre seria para Luisa por ser mujer. A mi primo Enrique faltaba de buscarle lugar. Entonces mamá me pregunta:

Mamá:

Oye Ferni

  • (aclaro que desde bebé mamá así me ha llamado )

  • ¿en tu habitación, se puede quedar contigo tu primo Enrique?, es que no queremos que se quede con tu prima Luisa.

Yo:

Si mami, se puede quedar conmigo

-. Respondí.

M: ¡

Perfecto! Has un espacio para que pueda entrar una cama. Eres un ángel

.

Y:

Está bien mamá

.

Recuerdo que limpié mi cuarto, para cuando llegaran mis tíos. Para mí era nuevo y extraño, que alguien durmiera en mi habitación, aunque fuera mi primo preferido, ya que desde chico siempre había estado solo, porque mis hermanos mayores tenían su habitación propia.

A eso del medio día comenzaron a llegar la familia y mamá con una ayudante los fueron colocando en sus habitaciones.

Los últimos en llegar fueron mis tíos Jaime y Martha, mamá los coloco en sus habitaciones, después  fue a llamarme a mi cuarto:

M:

Ferni amor, ¿podrías llevar a tu primo a tu habitación para que se instale, mientras yo coloco a tu prima Luisa en el cuarto de Javier?

Y:

Claro que sí, yo lo llevo para que se instale.

M:

Te quiero pequeño

.

Y: ¡

Mamá! Ya no soy pequeño.

  • Le dije con un poco de broma.

M:

Ya lo sé, estas creciendo, te estás haciendo un hombre

. – Me guiñó el ojo con un poco de risa.

En ese momento bajé de mi cuarto donde estaba mi primo esperando, me sorprendí al verlo, hacía dos años que no lo veía, -la adolescencia le sentó muy bien- pensé en mi mente, estaba vestido muy fresco, con pantalones cortos y una playera que le ajustaba de forma muy sensual al cuerpo, marcando su ya desarrollada musculatura y una vena muy sexi marcada a lo largo de su brazo. Nunca me había interesado un hombre de forma sexual, es más, apenas le daba importancia a este tema. Tragué un poco de saliva y lo saludé.

Yo:

Hola Enrique. Bienvenido. ¿Cómo estás?

Enrique:

Hola primito, pequeño Ferni

. – me respondió de forma natural y amigable. -

Muchas gracias por recibirme eres muy amable

-. Me dio un abrazo al cual respondí afectuosamente.

Y:

Pues por exceso de familia y falta de lugar dormirás conmigo

.

E:

En verdad

– Me miro con malicia y no puede evitar sonrojarme, nunca me había hablado así.

Y:

Bueno, bueno, en la misma habitación. Compartiremos mi cuarto

.

E.

Tranquilo, ya entendí. Me parece perfecto

-  Solo sonrió. Lo ayude a subir su maleta a la habitación. –

Oye primito me prestas tu baño, me quiero duchar antes de la cena, vengo un poco sudado por el calor, mira huele

-. Me puso su cuello en mi cara y luego paso su axila. Me aparte rápidamente, aunque debo decir que me agrado el olor de su sudor, tenía un ligero toque a perfume

Y:

No seas asqueroso, no me interesa oler tu sudor, mejor báñate. Esta todo lo necesario para ti. Si te hace falta algo no dudes en pedirlo-

. El solo rio y yo salí rápido del cuarto, sin saber por qué eso me había excitado, y a la vez me había parecido extraño de su parte.

Llego la hora de la cena y todo transcurrió con normalidad, a excepción de que Enrique disimuladamente me sonreía mucho, yo no le tome importancia. Fue la típica cena de la familia donde se ponen a hablar cosas de adultos, a contra experiencias de sus vidas y a presumir lo grandes que estaban los hijos. Como es costumbre mía, salí del comedor puesto en el jardín, ya que nunca me han gustado esas conversaciones, me dirigí a mi habitación a prepararme para dormir, ya que ellos se extienden mucho hablando y aunque no tenía deberes, me gusta dormir temprano.

Antes de dormir tengo la costumbre de ducharme. Tomé unos slips que me ajustaban muy bien a mis nalgas y me dispuse a bañarme. Tomé un baño muy delicioso, terminando me dispuse a dormir solo con lo poco que tenía puesto, ya que estaba acostumbrado a dormir solo.

No escuche cuando mi primo llegó a la habitación. Lo que entre sueño sentí fue que alguien me había tocado ligeramente, no le di importancia.

Ya por la mañana me levanté temprano como siempre, salí a correr con mi hermano Javier, como cada mañana. Cuando regresamos, pase a la cocina por un vaso de leche; al entrar a mi habitación escuche que mi primo estaba bañándose y cantado alegremente. Me causo un poco de risa. Me senté al ordenador y puse un poco de música de Adele, mi favorita.

E:

Que buena canción…

hello from the other side

…- cantó y me agradó mucho su voz, nunca lo había oído cantar.

Gire la mirada mientras daba un sorbo a mi vaso, casi me ahogo cuando lo vi, solo salió en uno pequeño brief que no dejaba nada a la imaginación, su cuerpo era hermoso iluminado ligeramente por los rayos del sol, marcaba un paquete bastante grande para su edad, estaba lleno de estilizados músculos adolescentes. Solo me ruborice, di la vuelta al ordenador para evitar que me viera. El precedió a vestirse tranquilamente mientras to entraba a ducharme. El agua fría cayendo sobre mi cuerpo era muy relajante, no sabía por qué el ver a mi primo semidesnudo había elevado mi temperatura por mucho, lo que me pasaba era algo nuevo para mí, ya que, aunque antes había mirado a mis hermanos, incluso desnudos, pero esto era diferente.

Cuando terminé de bañarme para mi suerte él ya se había ido a desayunar, tranquilamente me vestí y bajé también.

Después del desayuno mi padre nos dijo que iríamos al rio a divertirnos y regresaríamos para la comida. Eso me pareció genial. Transcurrió la mañana sin percances con Enrique. Quien si tenía problemas era yo, que no podía dejar de verlo, en mi mente llevaba impresa la imagen de la mañana: su cuerpo casi desnudo, iluminado por el sol, marcando su anatomía bien proporcionada. En eso de verlo y verlo no me di cuenta de que se percató de mis profundas miradas. Traté de distraerme platicado con Luisa, lo cual logré hacer hasta la hora de regresar.

El día paso aburrido, no solo el día, sino también una semana, en la que yo trate de evitar lo más posible tratar con mi primo, salía temprano a correr y después me duchaba tratando de no coincidir con él. Por la noche trataba de estar temprano en la cama, el también no se mostró muy interesado por hacer platica.

Eso solo fue posible hasta pasada la semana que era el cumpleaños de uno de mis tíos y planearon hacer una cena en el jardín, por lo que alcance a escuchar cuando planearon es que comprarían mucho alcohol y así fue.

Ese día la pase arreglando el lugar con una de mis tías, todo el adorno necesario. Ya por la tarde decido arreglarme, había comprado algo de ropa y decidí ponerme lo más bonito que tenía que por cierto el pantalón y la Polo ajustaban perfectamente a mi cuerpo. Salí con ropa fresca ya que hacía calor, todo ad hoc a la ocasión.

La cena fue genial, platicamos, nos divertimos bastante. Los mayores tomaron bastante, entre ellos Alexander, y un poco mi primo.

Ya pasada la media noche decidí que era momento de irme, sin llamar la atención me retiré a mi habitación. Estaba sudado por lo cual me dispuse a ducharme. Me pasé un buen rato duchándome. Estaba secando mi cuerpo cuando escuché que mi primo entró al baño a orinar. Salí solo con la toalla aunada a la cintura, me puse unos calzoncillos holgados y me dispuse a dormir. Mientras hacía eso mi primo había entrado al baño.

Estaba por dormirme cando mi primo salió solo en bóxer. En eso me pregunta.

E:

Oye primito, ¿Por qué has estado evitándome durante toda la semana?

  • No sabía que responder-.

Y:

Yo, esteee. No para nada, no te evito, como puedes creer eso, no tengo motivo para hacerlo, sabes que me agradas mucho.

– le respondí un poco nervioso.

E:

Bueno, es que como me has esforzado por esquivar mi presencia, creí que no te agradaba.

– Lo dijo con algo de tristeza, mientras se sentaba en mi cama-.

Y:

Nooo, al contrario, me agradas mucho

. –Esto lo dije rápido, sin pensar.

E:

En serio, te agrado mucho. ¿Qué tanto?

Y:

Bueno. Eres mi primo y siempre te he apreciado

.

E:

Muchas gracias querido Ferni.

– Me abrasó como estaba acostado y sentí como el calor de mi cuerpo se elevaba, al igual que mi pene comenzaba a responder a su calor.

Y:

Bien, bien, ya es hora de dormir

. -Dije-.

E:

Que pasa primito ¿Te pongo nervioso?

Y:

No, como crees, por qué tendría que ponerme nervioso

. –Le respondí tratando de controlarme-.

E:

Pues…

–Se levantó de mi cama-.

Será porque estoy muy bueno.

– se paró en pose de atleta, debo admitir que se veía muy bien, eso en vez de ayudar me ponía más caliente.

Y:

Si tú lo dices

. Le respondí seriamente, pero en mi cabeza giraban mil respuestas distintas-.

Bien, ya dormiré.

E:

Me acabas de decir que te agrado mucho

.

Y:

Pues sí, pero ya estoy cansado

.

E:

Tan cansado como para platicar un poco conmigo.

Y:

Bueno, está bien vamos a platicar

. –Estuvimos charlando por un rato de cosas banales -.

E:

Oye primo tu cama es muy cómoda, puedo quedarme un rato contigo.

Y:

Si, está bien.

– Le respondí ya casi dormido, mientras él se colocaba de lado a mí, ligeramente me abrazaba y me daba un cálido beso en la mejilla, se me había olvidado que amos estábamos solo en boxer-.

Me quedé en posición como de cucharita, al poco tiempo me despertó la sensación de alguien tocándome, al principio me asusté, pero inmediatamente recordé que mi primo se había quedado conmigo y efectivamente era el quien me tocaba. No me moví ni dije nada, me hice el dormido esperando a ver hasta donde era capaz de llegar. Siguió tocándome casi discretamente. Cuando se sintió seguro comenzó a meter su mano debajo de mi bóxer. En eso me moví.

Y:

Oye Enrique qué estás haciendo

. –le dije mientras me movía boca arriba-.

E:

Que pasa, no te gusta

. –Yo me quede en silencio-.

Tomare tu silencio como afirmación

.

Y:

Pero esto no está bien, somos primos, somos familia y no…

-No alcance a terminar la frase porque en eso me beso en los labios haciendo que me estremeciera y emitiera un ligero gemido.

E:

Ya vez que sí, tú dices que no, pero tu cuerpo dice a gritos que sí.

– Eso era cierto, mi cuerpo respondía por si solo a su cuerpo masculino.

Y:

Pero no está bien, tu eres mayor y eres mi primo.

E:

Eso no es impedimento. Desde el momento que llegue note que me mirabas diferente a otras veces. Por eso trate de provocarte un poco, para ver que hacías. Pero ya veo que eres fuerte o te haces el difícil.

Y:

Pues no te voy a negar que, si me llamaste la atención, pero no sabía en qué sentido. Eres mi primo. Y no tengo muy en claro lo que siento y lo que quiero. Entiendes.

E:

No es tan complicado. Tu solo déjate llevar y vemos hasta donde llegamos. Yo también sito una atracción hacia ti. Tienes un cuerpo hermoso. Me encantas.

Y:

Pero no está bien.

–Mis convicciones morales estaban en guerra contra mis pasiones carnales-.

E:

Yo no pienso obligarte, si hacemos algo ten por seguro que será con tu consentimiento y de lo que pase nunca saldrá de nosotros dos

.

Y:

No estoy seguro

. –En eso me volvió a besar el cuello mientras me abrasaba y se pegaba más a mí-.

Está bien

. -Solo eso era lo que necesitaba escuchar, porque inmediatamente comenzó a besarme con una pasión que nunca había experimentado. Besaba mi cuerpo como queriendo devorarlo. Yo solo gemía y a la ves tapaba mi boca para que mis hermanos que estaban en su cuarto al lado no nos escucharan.

Se puso encima de mí, abriendo mis piernas y metiéndose entre ellas. En esa posición comenzó a descender beso a beso. Chupó por un momento mis pezones; al principio sentí cosquillas, me dieron ganas de reírme, pero después fueron sensaciones nunca experimentadas. Mi pene estaba duro que hasta me dolía. Continúo descendiendo a mi abdomen, besando y mordiendo. Era muy rico todas esas sensaciones acumuladas. Hiso algo que me sorprendió, comenzó a retirarme el bóxer bajándolo lentamente sobre mis piernas, mientras las besaba, y de pronto se metió mi pene a la boca. Me quedé atónito ante semejante escena. Sus labios en mi pene, era riquísimo.

E:

Que grande y que rica verga tienes primito

–me dijo.

Así estuvo un momento cuando quise tomar un poco la iniciativa, lo retire y voltee sobre la cama (es suficientemente grande), le di un beso, un lindo y cálido beso, al cual correspondió con pasión. Me subí sobre su abdomen, un abdomen plano y duro, muy sensual. Sentía sobre mis descubiertos glúteos su dura erección, en verdad de sentía enorme. Comencé por hacerle lo que el antes me había hecho a mí, ya que no tenía nada de experiencia haciendo esto. Baje besando su cuello, sus pectorales firmes, sus pezones duros por la excitación del momento. Me dio mucho morbo el recordar ese aroma a sudor y perfume que hacia una semana antes había olido, así que fui a sus axilas y aspire ese aroma fuerte pero muy excitante, el solo me miro, sonrió y se acercó a darme un beso.

Continúe descendiendo entre besos y caricias hasta su abdomen, allí me encontré con un hermoso camino de bellos que descendían de su ombligo hasta perderse debajo del elástico de su bóxer. Besé, lamí, aspiré el aroma de mi primo. Con un poco de torpeza y temor comencé a retirar su bóxer, que por cierto, ya no cumplía su función porque su pene se escapaba por un extremo del mismo.

Me sorprendí cuando jalé el bóxer y su pene reboto sobre su abdomen. Era realmente enorme, debía de medirle al menos 19 cm, era un pene hermoso (bueno, también no había visto muchos que digamos) tenía una forma muy peculiar: un glande pequeño rosado, pero en medida que iba descendiendo se hacía más y más grueso hasta llegar a la base, todo lleno de sensuales venas. Estaba brilloso y lleno de precum todo en glande, relucía una pequeña gota que iba creciendo.

Tuve un poco de miedo en continuar al ver semejante trozo de carne frente a mí:

E:

Vamos mi amor, ya no es tiempo de arrepentirse, pero ya te dije antes, solo hasta donde tu estés dispuesto a llegar

.

Y:

Lo hare, solo que no sé cómo hacerlo

.

E:

Solo imagina que comes un helado. Haaa… y sin los dientes, como yo lo hice.

El hecho que me llamara “mi amor” me calentó mucho. Trate de hacerlo como él me dijo. Cuando lo metí en mi boca el sabor me fue algo extraño, sabia salado. Diferente a cualquier cosa que hubiese probado, pero no me desagrado, al contrario, despertó más el morbo que ya estaba acumulado. Comencé a hacerlo suave, lamiendo lentamente, mientras mi Enrique gemía casi descontrolado. Le hice una señal para que bajara la voz, una pequeña parte cuerda dentro de mi cabeza me advirtió de las consecuencias que traería si nos descubrían.

Seguí chupando, intercalando entre lento y rápido. La forma de su pene hacia que pudiera meterla fácilmente le la boca. En uno de esas metidas que le estaba dando, la excitación que le provocaba hizo que me la metiera de golpe a la garganta causándome una arcada que casi me ahoga.

E:

Lo siento amor, me deje llevar

. –Tosiendo respondí-.

Y:

Es la primera vez que me hacen eso, se siente raro, peligroso, pero también excitante.

E:

Lo siento, no lo volveré a hacer.

Y:

Esta bien. Solo ten mucho cuidado conmigo.

E:

Ese es mi chico

. –Se levantó ligeramente, alcanzo mis labios, los mordió un poco y sentí la gloria.

Cuando me repuse quise volver a chupar, pero se levantó. Me acostó boca abajo y empezó a besarme la espalda. Ya presentía cuál era su objetivo. Y aunque lo deseaba, también tenía miedo por el dolor que su enorme pene me podría provocar. Cuando lo notó trato de calmarme.

E:

Tranquilo amor, seré cuidadoso, te preparare muy bien

. –Sus palabras me relajaron un poco-.

Continúo bajando hasta llegar a mis nalgas, las separo con ansiedad e impaciencia, puso su nariz entre mis nalgas y resoplo triúnfate. Me beso cada uno de mis glúteos y luego los mordió, me causo dolor y excitación. Casi di un brinco cando sentí su lengua profanando mi entrada, trataba de llegar a lo más hondo de mi ser. Esas nuevas sensaciones me hicieron gemir.

Iba intercalando sus lametones a mi ano con los primeros intentos de meter su dedo medio en él. Al principio puse resistencia, pero sus besos y caricias hicieron que me fuera relajando, facilitando la dilatación. Fue así que logro introducir su dedo, lo movía de forma hábil, en círculos que me fueron relajando y abriendo espacio para otro dedo, y así hasta que logro meter tres dedos. Me sentía abierto e indefenso ante mi hombre.

E: A

mor, estás listo, intentare entrar en ti. Seremos uno solo después de esto.

Y:

Si amor, solo ve con cuidado. Si te digo que pares, lo haces.

E:

Esta bien. Seré lo más cuidadoso posible

.

Comenzó a puntear mi año con la punta de su pene. Por la forma del mismo no le costó introducir la cabeza. Gemí cuando lo hizo, ya que no sentí mucho dolor, su trabajo anterior dilatando había sido efectivo. Se quedó quieto un par de minutos y luego continúo metiendo. Conforme la parte más gruesa me iba entrando comencé a sentir más y más dolor.

Y:

Para, para. Me duele mucho

.

E:

Tranquilo amor, esperaremos a que te acostumbres. La primera vez siempre duele

.

Se quedó sin moverla y cuando vio que ya no me quejaba continúo metiéndola. Mientras lo hacía me besaba la espalda con pasión. Cuando casi estaba por entrar toda le gano el morbo y me la empujo de golpe, la parte más gruesa de su pene, la base, se enterró en mis entrañas. Iba a dar un grito enorme, que hubiese despertando a todos, sino me hubiese tapado la boca. Unas lágrimas de dolor rodaron por mis mejillas. El las beso con cariño mientras buscaba mi boca.

E:

Ya está toda dentro amor. Ahora ya somos uno solo. Te amo. Vamos a quedaros quietos, muestras te acostumbras

. – así lo hizo, mientras yo trataba de relajarme lo más posible-.

Cuando ya me sentí listo le indiqué que podía moverse, el así lo hizo, comenzó un vaivén lento pero constante que me estaba llevando a la cumbre del placer. Mi pene, aunque lo estaba aplastando con mi cuerpo, estaba bastante lubricado de precum y el movimiento que me provocaba hacia que resbalara contra las sabanas similar a estarme masturbando.

Estivo un buen rato así, yo había perdido la noción del tiempo. Me cambo de posición, está ya la había visto antes en algunos videos porno heterosexuales, pero nunca imagine que la haría. Me giro, levanto mis piernas y las puso en sus fuertes hombros, me volvió a penetrar lentamente mientras se acervaba a mí para fundirnos en un apasionado beso. Me sentía lleno en ese momento. Mientras la metía tomo mi pene y lo empezó a masturbar.

Con su pene llegando hasta el interior, tocando un punto que me hacía sentir inigualable placer, su mano masturbándome, me hicieron sentir que iba a acabar.

Y:

Oye amor, estoy por venirme

.

E:

Hazlo. Yo también estoy igual

.

En eso siento como mi semen recorrió desde el interior hasta explotar. Me derrame sobre mi vientre. Casi al mismo tiempo sentí una estocada profunda de mi amante, para sentir como su pene palpitaba en mi interior. Se había corrido abundantemente. Cuatro, cinco, seis, chorros de su semen se derramaron dentro de mí. Después de esto se desplomo sobre mí. Nos abrazamos, nos besamos.

E:

Que te pareció

.

Y:

Me ha encantado. Para ser la primera vez no sufrí demasiado.

E:

Es porque trate de hacerlo de la forma más cuidadosa posible.

Y:

Lo agradezco

. –Se levantó, fue por la pequeña toalla de baño, nos limpiamos un poco. Me sugirió que fuera a expulsar el semen que aún tenía en mi interior, fui al baño, me senté en el váter, me sorprendió la cantidad de semen que tenía dentro, en verdad de había vaciado dentro mío, también note un poco de sangre, pero bueno, fue mi primera vez. Cuando regrese seguía acostado en mi cama. Me acurruque en su brazo, mientras nos besábamos nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente nos despertó el toque de la puerta, era mi hermano Alexander llamándonos para que bajáramos a desayunar. Allí fue que note que cuando el entro en la noche había puesto el seguro a la puerta, supuse que ya lo tenía más o menos planeado, pero bueno, aunque un poco adolorido estaba muy feliz.

Y:

Despierta, nos llaman a desayunar, debemos darnos prisa

.

E:

Esta bien

. –Me respondió todavía casi dormido-.

Y:

Vamos

. –Insistí-.

E:

Esta bien, vamos a ducharnos juntos, ¿Qué te parece?

Y:

Perfecto, nos ahorramos tiempo

.

Fuimos a la ducha, el ayudo a enjuagarme bien mis sensibles partes.

E:

Lo siento cariño, me deje llevar

.

Y:

No te preocupes, lo disfrute mucho, no estoy para nada arrepentido

.

Nos besamos apasionadamente, pero recordamos que debíamos bajar así que terminamos de bañarnos rápidamente, nos vestimos, bajamos a desayunar como nada hubiera pasado, como si mi primo no me hubiese desvirgado por la noche en mi cuarto.

Terminado el desayuno mi padre dijo que hoy saldríamos a dar una vuela a caballo. Yo dije que no quería ir, ya se maginaran el por qué. mi amante y yo solo nos miramos cómplices de nuestras acciones, no notamos la mirada de Alexander que se había puesto sobre ambos. Cuando iba planeaba subir a mi curto, me interrumpieron.

M:

Te siente bien cariño.

Y:

Si mamá, no te preocupes, solo que hoy no me apetece ir

.

M:

Está bien

.

Alexander:

Por qué no quieres ir a andar en caballo, si siempre te ha encantado. Que tienes. Acaso… Tu y yo vamos a hablar seriamente más al rato

.

Cuando mi hermano me dijo esto me quede helado. ¿Se habrá dado cuenta de lo que hicimos? Pensé; temí lo peor… ¿Qué pasará?

Hasta aquí el relato de “mi primera vez”. Continuara la historia.

Espero les haya agradado, es mi primer relato. Es algo extensa, pero trate de hacerla lo mejor explicada posible. Si les gusto pueden escribirme en los comentarios o a mi correo

Fixie3.1416@outlook.com

. Sugerencias y opiniones son bienvenidas.