Historias de la mili 27 (NOTAS)

Notas del autor al relato.

Hola, antes de nada vaya por delante mi agradecimiento a todos los que nos habéis acompañado a lo largo de este relato.

A groso modo y echando cuentas de las visitas, creo que esta serie de Historias de la Mili ha tenido más de 90.000 entradas hasta el día de hoy y aunque para mí la cantidad no es sinónimo de calidad ni mucho menos, me reconforta de alguna forma pensar que todos esos accesos al relato suponen como mínimo interés por el mismo y ojalá que también diversión y disfrute al leerlo.

También un agradecimiento muy especial a los que me habéis acompañado durante estas semanas: turista, bolarte, alternativo, fran, cotaro, aime, deb, danhue, etcétera… seguro que me dejo alguno, gracias por vuestros comentarios y por haberle dado vida a cada capítulo con vuestras  puntualizaciones, posibles giros alternativos y análisis de los personajes y muy especialmente, también aportando vuestras vivencias de aquellos tiempos.

Y  a todos los que están y no se han animado a escribir, documentar o comentar. Alguno me consta que lo habéis seguido porque así me lo habéis hecho llegar por correo electrónico o por privado en el otro foro.

En cualquier caso, deciros aunque quizás no haga falta repetirlo porque ya lo sabéis, que cuando uno se pone ante la hoja en blanco y empieza a darle vueltas a las cosas, lo hace en buena medida para vosotros y animado sabiendo que hay alguien al otro lado.

Antes de empezar a comentar, como siempre, deciros que más de una vez he estado tentado de modificar el relato y adoptar alguna de vuestras ideas o propuestas pero ya sabéis que como digo siempre, mi religión me lo prohíbe. Quizás alguna vez haga el experimento de un relato colaborativo que se vaya construyendo sobre la marcha con vuestra participación, pero este no es de esos. Creo que tengo que ser fiel a la idea y al trabajo, al proyecto tal y como me surge en la cabeza y no suele dar buen resultado cambiarlo sobre la marcha y en cualquier caso, dejaría jirones personales en el mismo y eso se notaria mucho en el resultado final.

Para bien o para mal, así es como lo he planteado y ahora me toca revisar y analizar qué es lo que he hecho bien y qué es lo que he hecho mal, o qué cosas podría haber mejorado para tratar de crecer un poquito como escritor en mi próxima historia.

Y hablando de historia: empezaremos por la historia ¿real o inventada?

El relato tiene una base cierta. Como sucede en otros relatos míos, partiendo de un hecho real construyo un relato ficticio moldeando situaciones y personajes para hacerlo más interesante. La historia de un compañero que se echó novia en Cádiz y resulta que ya tenía otra fuera es cierta. La forma en que se enteró de toda la película la gaditana también es bastante similar a lo narrado. Su novia oficial vino de vacaciones y este se inventó una excusa con la de aquí, que por una llamada al cuartel empezo a sospechar y al final se acabó enterando de toda la movida. Lo que pasó fue que había dos grupos, uno de soldados de reemplazo que salíamos habitualmente juntos y otro de chicas de Cádiz con las que hicimos amistad. No eran de Algeciras como indico en el relato, pero tampoco de San Fernando. Las chicas de allí estaban ya bastante escarmentadas de militares, por eso normalmente íbamos a Cádiz o a otras poblaciones de marcha a intentar ligar. A la inversa, había chicas también de fuera que venían de vez en cuando a San Fernando buscando ambiente y rollo, sabiendo que había muchos chicos disponibles, pero no solía ser lo habitual.

En este caso, en una salida que hicimos, conocimos al grupito y a veces éramos nosotros los que nos desplazamos y otras las que venían a ellas a San Fernando. El tema del apartamento también es verídico, las chicas disponían de las llaves de un apartamento de una amiga qué había trabajado en San Fernando y lo tenía cerrado a la espera de alquiler o venta. A partir de ahí desarrolle el personaje y la historia de Carmen que no aparece en primera persona pero que se nombra en el relato.

En la realidad no se trataba de dos chicas (Laura y Paqui) si no que era un grupo más numeroso y no siempre coincidían las mismas, había tres o cuatro habituales y otras dos o tres que a veces venían y a veces no. Aunque en la historia a partir de un tema puramente sexual desarrollo una relación más profunda, plagada de sentimientos especialmente entre Laura y el madriles, la realidad es mucho más prosaica. Hubo algunos rolletes, pero nada serio excepto el tema de la chica esta con el compañero. Tampoco es que fuera un noviazgo formal ni una relación profunda pero sí que habían hecho pareja entre ellos, aunque nadie había hablado de compromiso todavía.

Las chicas eran lo que ahora podemos denominar chonis. No eran presisamente pijitas ni santas, ya sabian lo que era tener que buscarse la vida, provenian de entornos muy humildes y casi todas habian tenido relaciones previas. Algunas trabajaban desde muy jovencitas. Muy aceleradas y con ganas de marcha, sin cortarse demasiado. La que se enrolló con este chaval era de las más lanzadas, digamos un poco la líder del grupo de chicas. En este caso hubo folleteo y luego encoñamiento. Aunque suene muy americano, como si el capitán del equipo de fútbol se hubiera enrollado con la capitana de las animadoras.

Yo creo que en el fondo, aunque en el relato he buscado profundizar en los sentimientos, lo que hubo fue más bien una pelea de egos y la intención de mantener el puesto de referencia jerárquico dentro de la pandilla de chicas por parte de ella, aunque no se puede negar que el chico le había hecho tilín y estaba encaprichada.

Por parte de el, en la realidad mantuvo su forma de ser y de actuar habitual. Este era de los que le tiraban la caña todo lo que se moviera y la mili en Cádiz había supuesto toda una oportunidad de tomarse un respiro lejos de la novia. Es cierto que de todas las aventuras que tuvo, esta chica es la que más le gustó, pero no llegaron al grado de enamoramiento que narro en la historia. Lo que pasa es que la chica era de armas tomar y como digo, el encontrarse con que el otro tenía novia y la estaba toreando, más que un revés sentimental fue todo un golpe a su ego y liderazgo.

En la noche de marras, tengo que decir que yo no fui testigo presencial pero sí alguno de mis compañeros más íntimos, hubo alcohol y canutos por un tubo y la fiesta duro toda la noche en el apartamento. En la historia le doy la intimidad suficiente dejándola sola con sus dos improvisados amantes, pero lo cierto es en aquel apartamento en la situacion real había más chicas y chicos. En un momento dado la chica se metió en el dormitorio con dos de los compañeros y se lo monto con ellos. Tampoco fueron los únicos que se enrollaron. Al menos una pareja más también tuvo sexo.

El de Madrid tardo una semana en volver de permiso y para entonces ya era vox populi en el cuartel lo que había pasado. Me gustaría decir que todo fue mucho más emocionante con escenas de celos y de rencores enfrentados pero todo fue mucho más normal. No hubo peleas entre los cursos y el de Madrid encajo razonablemente bien el asunto. En contra del argumento que pensé para mí relato, entre su novia oficial y la gaditana el prefería quedarse con la de Madrid, así que en el fondo y teniendo en cuenta que apenas le quedaba un mes de mili, el tema no le supuso un disgusto ni un gran problema, más bien al contrario, yo creo que estaba contento porque su novia de toda la vida se volvió para casa sin enterarse de la movida.

Eso sí, llevó peor el cachondeo que había en el cuartel con todo este asunto. Cómo suele suceder con estas cosas el lío de faldas se convirtió en la comidilla del cuartel, el suceso se convirtió un relato y el relato acabo convirtiéndose en leyenda. Apenas un mes después y justo cuando nos licenciabamos ya corrían varias versiones del asunto. Cómo anécdota diré que un par de años después, veraneando en Cádiz pase con mi novia por San Fernando. Como el gallego, fuimos a comer al restaurante donde solía ir con mis cursos (afortunadamente no fue uno de los que cerró y por cierto Aime, el que yo iba se llamaba el Sancho Panza creo recordar y estaba al lado del Popeye) y dio la casualidad que me encontré allí a uno de los militares reenganchados como profesionales que entraron en el ejército conmigo. Aún se acordaba de este tema y me comentó qué muchos reemplazos después se seguía hablando de él y que cada reemplazo introducía variantes en la historia, como en el juego ese en el que cada uno va diciendo una frase al oído del siguiente y cuando llega al último la frase inicial no se parece en nada.

Nos reímos mucho con las distintas variantes que circulaban, incluida que la chica se había colado en el cuartel y habían follado en la caja del camión con tres de los soldados durante toda la noche. Que la sacaron por la mañana aprovechando el izado de bandera.

Respecto a los personajes reales tengo que decir qué reduje el grupo a los 5 amigos y dos amigas, pero era mucho más amplio.  Tanto que en un relato corto se hubiera vuelto inmanejable. De ceñirme a todo lo sucedido con todos los personajes reales, hubiese necesitado un libro completo para explicar la trama y además habría quedado todo demasiado confuso y reliado. Así pues decidí simplificar el relato reduciendo los personajes, potenciar la trama introduciendo sentimientos mas profundos y hacer un reparto de roles mucho más interesante y divertido.

Por parte de los reemplazos todos están inspirados de alguna forma en personajes reales pero los que más se aproximan a la realidad son el cordobita y Eduardo.

Por supuesto nombres ficticios, precisamente porque son los más reconocibles. El cordobita era tal cual lo describo. Uno de esos personajes entrañables que te llevas para siempre y de las que no te olvidas. Simples pero directos, coherentes y transparentes.

Necesitaría otro relato completo para mostrar al menos parte de sus anécdotas y andanzas. Volvió a su tierra y hasta donde sé por aquí sigue. Aunque es de los pocos que disfrutaron de la mili y la vida en su pueblo era dura, no es para nada cierto que estuviera a disgusto ni en conflicto con su familia.

Eduardo volvió a su ciudad y su historia de amor con Beatriz continuó. Es con el que más contacto he tenido y por lo que pude saber años después seguían juntos, felices y entusiasmados como el primer día.

El malaguita, Antonio, en realidad era catalán, un tío ilustrado, culto, solidario y siempre dispuesto a echar una mano. Formaba muy buena pareja con el cordobita y en la compañía era famoso por su miembro, que siempre exhibia sin pudor alguno al salir de la ducha, gastando bromas y recibiendolas. En la compañía se cruzaban todo tipo de apuestas e incluso llegamos a tener un bote de 5000 pelas para el que acreditara tener un miembro superior al suyo y estuviera dispuesto a dejarsela medir. Mientras estuvo en la mili nadie se llevó el bote.

El gallego está inspirado en uno de los mecánicos del cuartel, buena gente pero taciturno y melancólico. Aparte de eso, el resto del personaje está casi totalmente reconstruido y se parece poco al original.

El madriles para finalizar, es la mezcla de dos personajes distintos reales. Un madrileño que coincide bastante con lo que describo. Guapo, chuleta y un artista a la hora de manejarse con las chicas. Siempre hecho un pincel y como he dicho al principio de la explicación, un mujeriego impenitente con poco o ninguno remordimiento. De los que le disparaban a todo lo que se movía. En su carácter sin embargo no se parece demasiado al Madriles. Más solidario, menos soberbio y desde luego, era de los que pagaban siempre sus deudas.

El aprovechado y el sinvergüenza era otro de nuestros cursos, un tipo que no le caía bien a casi nadie y que tuvo la buena suerte de pegarse una mili regalada porque lo destinaron como chófer del coronel. Conforme menos hacía y mejor vivia más idiota se volvía, mas abusón y más chulo con el resto. Se pasó la mili entera sin hacer apenas una guardia y yendo todos los fines de semana a su casa. Era el típico que luego se lo restregaba a los reclutas que se pasaban allí varios meses sin un permiso. Más de uno se quedó con ganas de partirle la cara por algún desencuentro o alguna deuda y solo el ser el chófer del coronel, evitó que le partieran el morro porque nadie quería buscarse complicaciones. El último mes de mili prácticamente nadie le hablaba.

Así que para mí historia decidí unir a estos dos personajes en uno solo. Resultaba mucho más potente desde el punto de vista narrativo.

Respecto a las chicas, el personaje de Paqui está inspirado en una de las chavalas: hermosa, jaquetona y descarada. A todos nos tenía un poco locos pero solo uno tuvo la suerte de catar sus encantos. No era ni mucho menos la más guapa del grupo, pero la verdad es que en nuestra lista de fantasías estaba de las primeras. En todo lo demás, el personaje está moldeado según me pareció más interesante para la historia.

Laura está basada en la chica que se enrolló con el de Madrid. Hay mucho inventado en el personaje y por supuesto que la realidad era bastante más plana y simple. Toda su historia anterior es inventada, simplemente era una chica a la que le gustaba llamar la atención y destacar, con muy buen físico, muy morena y agitanada y bastante guapetona. Tenía un carácter más complicado y fuerte que nuestra protagonista, muy temperamental a veces la cosa se le iba de las manos y tenía frecuentes idas de olla. Buena prueba del genio es lo que sucedió y que ha dado pie a toda esta historia, que no se lo pensó dos veces a la hora de meterse con dos en la cama y darse un buen homenaje. Lejos de arrepentirse o demostrar dudas, todavía tuvo los santos ovarios de llamar una semana después al cuartel al de Madrid para contarle lo que había hecho por si acaso aún no se había enterado.

Virginia también existió en la realidad. Era una chica que frecuentaba el ambiente de San Fernando y que realmente era hija de un comandante. Se las arreglaba para que la dejaran entrar en los pubs de la época que en los 80 no eran muy restrictivos con eso de la edad. Me recordaba a la May Paredes de la movida. Los habituales de la zona de marcha de San Fernando la conocíamos y como dejo caer en el relato, nadie se arrimaba demasiado porque siendo una menor y además hija de quién era, las posibilidades de complicarte la vida eran muchas. Casi siempre iba acompañada de alguna amiga y sabiendo que se la respetaba (hasta ahora nadie le había dado ningún susto), se sentía segura y cómoda desenvolviéndose en esos ambientes que suponían toda una aventura para ella. Nuestro Madriles real llego a tener un par de conversaciones y le entró un par de veces, más que otra cosa por tirarse el farol y por curiosidad, pero nunca intento ir más allá, al contrario de lo que reflejo en el relato.

La chica se las daba de mayor y de madura pero era bastante inexperta y quedaba claro que aquello le venía un poco grande. Por lo menos el año que yo estuve, tuvo la suerte de no tener ningún mal encuentro ni verse metida en ningún follón. Como ya digo, en aquel ambiente y siendo hija de quién era y menor de edad, nadie quiso meterse en problemas echándole la caña, así que en general la tolerabamos e incluso la defendiamos si veíamos que algún moscón se ponía demasiado impertinente con ellas.

La mora es un personaje totalmente inventado aunque es cierto que el cordobita real tenía sus favoritas cuando se iba de prositutas, entre ellas una morena delgada que me sirvió de base para inventar el personaje. Las anécdotas de este compi y muy especialmente las que le sucedían cuando salía a buscar sexo de pago podrían llenar un libro.

Respecto a la trama, creo que la habéis analizado ya desde bastantes puntos de vista. Mi idea original era hacer un relato coral sin un protagonista claro, exactamente igual que si vuelvo la vista atrás y contemplo mi propia experiencia. Sería incapaz de señalar a uno solo de mis compañeros u otros personajes que me acompañaron durante el servicio militar, en la receta entran todos, unos dejando más sabor y otros menos. Unos con un gusto mucho más marcado y evidente y otros de efecto más retardado, que con el tiempo se te vienen al paladar y entonces es cuando realmente puedes degustarlos.

El madriles como ya digo, era la suma de dos personajes distintos y desde el principio tuve claro que no era de los que recapacitan ni cambian su forma de ser con facilidad. Como la persona que tiene una adicción que es incapaz de controlar y que aunque sabe que le hace daño, a él y a los que tiene alrededor, y sin embargo no puede rechazar tomar una copa o jugar una partida de póker.

Algunos lo habéis definido muy bien en vuestro comentarios, bolarte, turista, Fran, etcétera… es el tipo de persona que piensa fundamentalmente en sí mismo, egoísta y que mide poco o nada las consecuencias de sus actos, solo va al placer inmediato. No tiene profundidad, no planifica a medio o largo plazo, vive el momento y cuando le llegan las consecuencias de sus actos, simplemente las ignora y mira para otro lado o trata de esquivarlas.

Quise ponerlo ante la contradicción de encontrar lo más parecido que era capaz de sentir al amor verdadero. Pero la inercia de su forma de ser era demasiado fuerte. El fin justifica los medios y construye su relación con Lita a base del engaño y la falsedad. Aunque en el fondo está dispuesto a comprometerse con ella, es incapaz de sacrificarse de verdad, dejarse dar una hostia en toda la cara confesando lo que ha hecho mal, de renunciar al resto para centrarse en ella. De sincerarse. Cuando alguien todo lo que tiene es fachada, suele ser muy reacio a abrir una puerta a su interior porque en el fondo son inseguros y temen que cuando su chica eche un vistazo dentro, no le guste lo que haya y salga por pies. Desaprovecha todas las oportunidades de ir encarrilando su vida. Solo corta con Virginia cuando ella descubre que está con Lita, ni siquiera es él el que corta, es ella la que lo manda a freír espárragos. De hecho, si no lo hubiera descubierto, no está nada de claro que le hubiera hecho caso a sus cursos y la hubiera dejado. Cuando se presenta Leonor es incapaz también de confesarle la verdad y pedirle que no venga a Cádiz. Deja en la estacada a lita y le corta todos los planes que tenían hechos juntos, simplemente para ganar tiempo con Leonor sin tener ningún plan claro de que va a hacer cuando vuelva a Madrid, ni cómo va a conseguir cortar con ella para luego volver a buscar a la de Algeciras.

En fin, es un personaje que es capaz de enamorarse y plantearse dudas acerca de su forma de actuar, pero que cuando tiene cada una de las oportunidades que le da la vida de redimirse o de empezar a cambiar, sistemáticamente toma las decisiones equivocadas y las desaprovecha. Así que desde un principio tuve claro que, como alguno habéis dicho: ¿a quién le importa el madriles? ¿por qué debería volver? ¿quién lo espera? ¿qué podemos esperar de él?

Aun siendo uno de los personajes principales entendí (y de esta forma quise hacerlo), que el madriles no debía formar parte del final. Todo lo contrario que Laura, que me pareció que debía ser protagonista hasta el último renglón. Es quizás, si exeptuamos al cordobita y la Mora, la que más lecciones y palos se ha llevado en la vida. Cómo muy bien habéis dicho, solo son un grupo de jóvenes empezando a vivir y a tomar sus propias decisiones en pleno proceso de maduración, con todos sus errores e incongruencias.

El caso más palmario el de Paqui que es la primera en tomar decisiones entre lo que le pide el cuerpo y aquello que entiende, que al final la puede llevar por el buen camino y hacerla, si no feliz, al menos encontrar una vida que la satisfaga. Decisión un poco radical para su edad pero que anticipa y sitúa al resto de los personaje, que pronto tendrán que decidir que hacer con su vida.

Entre las incógnitas que muy bien habéis planteado, estaria el como reaccionaría paquí a la vuelta del malaguita buscando a Laura. Tendría que darle una vuelta al asunto y eso sería ya cuestión de otro relato o un epílogo, pero es un tema pendiente de resolver, sin duda.

Respecto a Lita, quería un buen final para ella y creo que el haber ido dejando pistas de que podría cuajar con el malaguita ha sido un buen recurso. Algunos de vosotros habéis adivinado pordonde iban los tiros ¿verdad cotaro?

Siempre pensamos que todo es enamoramiento y sentimientos profundos, pero una bonita y duradera relación puede empezar simplemente también por una atracción física o por algo tan prosaico como fijarse en el tamaño del miembro de un chico, o en el culo de una chica. Desde luego que Lita tenía personalidad y carácter para atraer a todos los chicos, pero desde el primer momento hay una chispa que salta entre el malaguita y ella y que ambos tratan de reprimir porque están con parejas diferentes. Las circunstancias y las vueltas que da la historia les colocan juntos y ya libres de sus compromisos, por la decisión de Paqui por un lado y por la traición de Julián por otro, pero aún se enreda la cosa más con la presencia del gallego en el trío inicial, que me sirve para completar el arco de este personaje y también para dar tensión a la historia, dejando abiertos varios posibles desenlaces.

Respecto al malaguita yo me planteaba que hubiera hecho en su lugar. En el caso del cordobita estaba más claro: tenía que dar el salto al vacío porque no había futuro en su pueblo ni en su vida allí. Pero si yo hubiera conocido una chica en Cádiz que me hubiera gustado, si yo hubiera percibido que había algo más, si yo me hubiera tenido que plantear el reconstruir después de las ruinas que había dejado Julián ¿me había atrevido a dejarlo todo y empezar una nueva vida? ¿me habría atrevido a ir a probar o habría preferido la comodidad de la cercanía de mi familia, amigos y de un trabajo estable?

Yo creo que hubiera probado: no me hubiera quedado con la duda. Una visita al menos se hubiera llevado LITA y más teniendo en cuenta que la distancia entre Estepona y Algeciras es muy corta. En el relato se ve o se da a entender que esta visita fue fructífera, que la chispa se convirtió en llama y que Lita pudo recomponer sus sentimientos y volver a confiar en alguien y en este caso le salió bien.

El gallego también está inspirado es un personaje melancólico, poco dado a entablar relaciones fuera de su círculo y en permanente morriña de su tierra. No me cuadraba con el personaje que a pesar de la luz de Cádiz decidiera quedarse, ni tampoco que cuajara con Lita, simplemente porque a pesar del buen ambiente y de la conexión entre ambos no la veía enamorandose de él.

Eduardo es el personaje con menos recorrido de los cinco amigos. Incluyo a Julián aunque realmente cuando llegó la hora de la verdad, se demostró que no era amigo de nadie y que sus compañeros no lo consideraban un amigo de verdad, el clásico caradura que lo soportas porque viene en el lote, por qué es tu compañero de promoción, pero que realmente exige del grupo sin aportar y además no se puede confiar en él. Tentado estuve de enredar un poco más la historia de Eduardo y Beatriz, pero me pareció que ya era complicar más el relato.

El resto de los personajes son accesorios y cada uno creo que juega su papel en la historia, bien sea aportando al desarrollo de la trama, o bien sea para describir el ambiente de lo que era la mili, como el caso del Majara o de Ramiro. En este relato he optado por simplificar mucho la trama, como algunos de vosotros habéis perfectamente notado, hacer una historia más sencilla y menos cargada, definiendo mucho mejor y poniendo mucho más peso en los personajes.

Todo lo demás está preñado de anécdotas e historias que a todos los que habéis hecho la mili, de una forma u otra, os sonarán. Guardias, fiestas, salidas a la calle, grupos de camaradas, peleas en el cuartel, alcohol, droga, morriña, abusos, camaradería, intentos de suicidio, etcétera, etcétera.

Como siempre, al terminar y volver la vista atrás y gracias a vuestros comentarios, veo posibles fallos en el guión, en la trama o bien otros posibles desarrollos que quizás hubieran resultado más interesantes. Pero creo que en general la historia ha quedado bien, coherente con lo que yo quería contar y sin grandes fallos en su desarrollo. O al menos eso me parecía a mí. Aquí estáis vosotros para opinar y dar vuestro veredicto, que como siempre, acogeré respetuoso, porque cuando uno lee una historia ya la convierte en suya y eso le da derecho a proponer, plantear alternativas y críticas.

Un saludo.