Historial real de una esposa infiel (3)
No sé si os gustará, no sé si os excitará, pero lo que sí es seguro es que es mi vida y a mí... me encanta contarla.
Historia real de una esposa infiel (III)
Martín era el novio de mi amiga de la agencia de viajes, estaban a punto de casarse. De vez en cuando les acompañábamos a viajes promocionales de hoteles cuando había playa cerquita, pero en una ocasión mi novio no puedo venir pues tenía que currar y decidí irme yo sola con ellos (era la primera vez que me iba de vacaciones sin mi novio).
Por la mañana, según llegamos, mi amiga se fue a trabajar y su chico y yo a la playa. Yo me quedé en topless, naturalmente. Martín estuvo muy atento conmigo, pero no me insinuó en ningún momento que tuviera ganas de mi coño ni yo tampoco hice nada por ofrecérselo: sencillamente estábamos en la playa, como dos buenos amigos. Cuando llegamos al hotel, mi amiga nos esperaba en la piscina, donde había que ponerse el sujetador del biquini.
Subimos a la habitación (una para los tres) y volví a quedarme con las tetas al aire. Pasé al baño, donde él estaba colocando las cosas de su aseo y me miró con una cara que joder, me quedó cortada y le dije que si no le importaba que allí también estuviera con las tetas al aire, que total, ya había estado así delante de él en la playa y balbuceó un "no, no me importa". Mi amiga estaba al teléfono, ajena a su reacción y a nuestra conversación.
Bajamos a comer y luego la tarde discurrió tranquila. Por la noche, la misma escena del mediodía: me ducho y salgo en tetas del baño y el tío vuelve a poner la cara de hambre de tetas que había puesto antes. Esta vez mi amiga estaba atenta, pero fingió no darse cuenta de nada
Salimos a cenar, nos fuimos a tomar algo y finalmente al hotel, a dormir.
A veces me cuesta dormir y cuando salgo de mi rutina aún me cuesta más conciliar el sueño. Y esa noche pues sucedió que no me podía dormir. Así que me levanté de la cama y me fui a la terraza, a fumarme un cigarrillo.
El cabrón del novio de mi amiga se levantó como un resorte detrás de mí mientras que ella, aparentemente, dormía. Se vino a la terraza y con gestos me pidió un cigarrillo, lo encendió, se sentó a mi lado, me levantó la camiseta que llevaba y empezó a tocarme las tetas sin mediar una sola palabra. Diossss y ella estaba en la cama a un par de metros, como mucho. La situación era un poco fuerte, no??
Le quité suavemente la mano, pero como tenía antojo de tetas entendió que era mejor comérmelas... y joooderrrr, ya creo que lo hizo y muy bien.
Me resultaba muy excitante la situación pero también innecesariamente peligrosa, cuando eso mismo podríamos hacerlo en otro sitio más tranquilamente, así que apagué cigarrillo y me metí en mi cama, dejándole a él solo en la terraza. Inmediatamente después se levantó mi amiga y salió con él.
Dios, casi me da un infarto.
Al día siguiente ella estaba un poco molesta, pero ya nos volvíamos, así que no pasó nada más.
Por supuesto que quedé con ese tipo la semana siguiente y nos fuimos en coche a follar a un descampado. Pero, naturalmente también, ya no me puso nada la situación y fue la primera y la última vez que follé con él.
Otra noche, de copas. Una de mis mejores amigas por aquel entonces, se había ido a cambiar de ropa y yo me quedé a esperarla con su marido en un parque infantil. El tipo estuvo un poco raro hasta que decidió lanzarse: que si estás muy buena, que me pongo cardiaco cuando te tengo cerca, que si no me había dado cuenta de que se ponía cachondo siempre que estábamos juntos (dios cómo iba a darme cuenta si tenía una polla ridícula??). Pues bueno, la verdad es que no sé qué me llamó de ese tío. Mi coño, que es muy compasivo, supongo. El caso es que en el parque nos dimos un buen magreo sin entrar en mayores y quedamos al día siguiente a tomar algo en mi casa. Ese "ven a mi casa a tomar un café" siempre significaba lo mismo: ven a mi casa y follamos. Pues así fue
No era un buen follador porque su polla era más pequeña de lo que para mí es razonable pero era incansable con la lengua. Él me enseñó a relajar el coño y a correrme cuando me lo comían. Por increíble que parezca una polla me volvía loca, pero nunca había sabido apreciar una buena comida hasta entonces. Debe ser por mi carácter impaciente que yo siempre ordenaba: fóllame ya, vamos.
Llegó la primavera y se casaba mi futuro cuñado, el hermano mayor de mi novio. Yo por aquel entonces su familia me había asumido como la novia oficial del hermano pequeño y por supuesto me invitaron a la boda. Ese día lo programamos como un día especial, ya que podríamos escaquearnos de todo el mundo e ir a casa de mis suegros a follar en la cama de sus padres... eso siempre ha sido muy excitante
La boda fue como todas: banquete, mucho alcohol, baile, fiesta, insinuaciones... yo iba rompedora, escotadísima, con una falda de mucho vuelo y decidí dar una alegría a mi novio no llevando braguitas. Todos me miraban con cara de quererme follar, de comerme, tanto los jóvenes como los más mayores. Fue mi entrada en sociedad dentro de la familia de mi novio y la verdad es que triunfé.
Cuando llegó el momento de las copas y el baile mi novio iba un poco borracho y empezó a bailar con la novia de uno de sus primos. La verdad que este cabrón tiene buen gusto pues la niña en cuestión estaba bastante buena. Lo que ya me gustó menos era que le noté la polla dura arrimándose a ella y la hija de puta pasaba de su novio y se pegaba más a la polla de mi chico.
Me fui por bebida y cuando volví no le encontré en la pista, ni a él ni a la zorra de la novia del primo. El primo estaba fuera fumándose unos porros y no quise preguntarle donde estaba su chica, por si acaso. Le busqué y no le encontré. Me cabreó un poquito pues era nuestra noche y los que teníamos que escaquearnos éramos nosotros y la puta esa, pero... la venganza se sirve en plato frío, pensé.
Al cabo de un buen rato les vi llegar, por separado, bien arreglados y como si no hubiese pasado nada. Pensé que esa baza me la podía guardar para cuando me hiciera falta y así fue. Supuse que se la había tirado el muy cabrón y decidí ver si era verdad a mi manera.
Le pregunté donde había estado que le estuve buscando un buen rato y me dijo que con los primos fumándose unos porros, (jejeje, ya, ya). Hice que me lo creí y le dije que quería follar con él ahora mismo que estaba muy caliente y le hice que metiera la mano debajo de la falda para que comprobase que no llevaba bragas. Le cogí de la mano y me lo llevé al jardín.
Nos metimos dentro en el césped y detrás de unos aligustres le tumbé y me puse encima de él. El hijo puta tenía la polla dura, pensé que si se había corrido hace poco tendría la polla floja y le costaría ponerse en condiciones pero no fue así. Me hizo dudar por un momento, pero en mi mente había una fijación: me había puesto los cuernos y eso no se le hace a una puta como yo.
Pasaba la gente cerca y nosotros follando. No se dio cuenta ni dios de lo que estábamos haciendo y el cabrón se corrió después de mí. Saqué su polla del coño y quise que lo hiciera en la boca, así comprobaría de verdad si la cantidad de semen era la normal o era menos debido a que se había corrido antes. Efectivamente no me equivoqué. Normalmente no me tragaba el semen; es más creo que fue la primera vez que me comí una corrida entera, pero fue poca cantidad y eso me sirvió para dos cosas: una para cerciorarme de que le cabrón se había cepillado a la novia del primo y otra, para comprobar que me encantaba la leche y que a partir de ahí me haría adicta al semen.
Luego nos íbamos a un bar de copas. Noté cansado a mi novio, pero que se joda, pensé, porque aún le quedaba más que darme. Sus padres se irían pronto a casa y había que cumplir lo acordado, así que de camino al bar de copas nos desviamos a su casa. Y allí me lo volví a follar. Fue casi una violación. Mientras follábamos en la cama de sus papis, le dije que la prima estaba buena, verdad?, y me dijo que sí pero que como yo nadie, supongo que no le gustó como follaba ella, jejeje. Le metí un dedo en el culo por cabrón, pensando que me diría algo, pero el hijo puta, en vez de retirarme la mano empezó a mover su culo para que lo metiera más dentro y al cabo de un minuto se volvió a correr (qué pedazo de maricón está hecho, pensé).
Sus padres estaban a punto de llegar y le dije que tenía él que hacer la cama porque yo me iría a fumar un cigarrillo en el salón, ya que no me había corrido y quería hacerme una paja mientras terminaba las faenas. Desde entonces empecé a tratarle de otra manera: me gustaba que hiciera cosas para mí y yo me quedaba mirando o simplemente sentada en el sillón frente al televisor y él no decía que no. Parecía que le gustaba que yo fuese la reina y él el sirviente. Empecé a realizar con él una especie de sumisión ligera, que no se notase mucho pero me ponía el coño mojado viéndole hacer tareas domésticas mientras yo fumaba y le miraba impasible.
Pasaba el tiempo y mi novio por fin consiguió volverse a nuestra ciudad, acabó los estudios y encontró trabajo enseguida. Al cabo de pocos meses decidimos casarnos. Las cosas marchaban bien entre nosotros y la verdad es que a mí me gustaba estar cerca de él, me ponía más cachonda seguir (ahora con mucho más cuidado) como mis historias y estáríamos casados dios que morbazo.
Pero antes la despedida de soltera (que me parecía una fiesta un tanto idiota), pero no podía desaprovechar la ocasión para poder hacer lo que me saliera del coño antes de realizar la unión marital.
Reuní a todas mis amigas de la facultad y a las del pueblo. A última hora se apuntó una que vivía fuera, pero con la que últimamente tenía mucho contacto. Era algo mayor que el resto de nosotras y un putón desorejao y a mí me servía para darme cuenta de cómo hay que espabilar con los tíos cuando quieres algo de ellos.
Para la ocasión había elegido un vestido gris, de tirantes, muy ceñido. Unas sandalias de tacón y el pelo suelto (entonces lo tenía más corto que ahora). Iba sin sujetador, lo que me hacía sentirme muy ligera. Sé que me hacía muy sexi, y esa era mi motivación de esa noche: ¡¡mis chicas y yo nos íbamos a comer lo que hiciera falta!!
Nos fuimos a cenar y me hicieron la protagonista de la noche. No me gustaba ser el centro de la reunión porque me daba menos margen para poder perderme si quería. Pero no hubo problemas.
Con las risas, algo de alcohol y la calentura propia de la situación empecé a sentirme muuuuuuuuuuuuuuuuy desinhibida. Estuvimos bailando en una discoteca, ya bien entrada la noche. Había bastante gente al principio y una de mis amigas y yo nos pusimos muy cariñosas. Empezó a tocarme el culo descaradamente y yo le devolví el gesto, naturalmente. Después empezamos a darnos besos en los labios y en un arranque de generosidad le cogí la cabeza y le metí la lengua hasta el fondo de su boca diosss ¡¡qué reacción!! Me miró como si fuera de otro mundo, cerró los ojos y empezó a besarme en el cuello y las orejas y todo esto, en la pista, bailando. Otra de las amigas se puso entre nosotras, como para romper ese hechizo y entonces empezaron los tíos a atacar. No sé bien qué sucedió, pero os aseguro que sentí manos por todo mi cuerpo la pista estaba a reventar de gente. Era difícil moverse sin tropezar con alguien, pero aquello se iba pareciendo a una orgía. Creo que no hubo tío que no me sobara las tetas esa noche
Acabé bailando encima de la barra, los tirantes del vestido bajados, y recogiéndome una teta que quería escaparse fuera de la ropa de vez en cuando. Eran las tantas y me sentía rodeada de lo mejor que se puede una encontrar a esas horas: fulanas, maricones, pollas buscando un chocho para aliviarse y mis amigas, naturalmente. Algunas acabaron enrolladas con algún tío. Yo no me iba a conformar con manosear el paquete y poner la polla dura a algun tío.
Al final me quedé con dos amigas, ya que las demás estaban muy calientes y se desaparecieron. Una de ellas era el putón que te comenté antes. Estaba intentado ligar con dos chavalitos en la barra de la disco, me acerqué a ella, un poco borracha eso sí, y le dije que si nos íbamos a ir ya, a lo que me respondió con todo si descaro y delante de los chicos que ¿no pensarás que esta noche no vas follar por última vez antes de casarte?, te estoy haciendo de celestina con estos dos muchachotes para que acabes con uno de ellos la noche, jejeje. ¿y por qué no los dos?, le repliqué yo se hizo un silencio y se empezó a reír y dijo porque el que no elijas es para mí, jejejeje. Nos reímos los cuatros. Mi otra amiga estaba muy cansada y decidió irse, no sé si por que se encontró desplazada o porque realmente estaba agotada.
Nos fuimos los cuatro a casa de uno de ellos y, la verdad no me enteré de mucho, estaba bebida y muy cansada, pero de lo que sí que me acuerdo fue que el que se vino conmigo a la cama estaba muy bien dotado y tenía la polla muy dura. Los estábamos usando y a ellos no les molestó en absoluto, sino todo lo contrario.
A mí me dejaron la cama y mi amiga se quedó en el salón con el otro chico. No sé el tiempo que estuvimos follando, pero cuando se corrió en mi cara ya era de día.
Me fui a lavar la cara y despejarme un poco y Joder, es que me casaba en dos días y yo allí mirando al espejo a una PUTA, con todas las letras.
Me vestí como pude, pasé por delante de los otros folladores que estaban dormidos, desnudos en el salón y me fui a mi casa andando.
Me acordé de mi novio cuando entré en casa y me miré al espejo: estaba sonriendo pero notaba tirante la piel de la cara era la leche repegada del cabrón que me había follado hacía un rato.
Me gustó. pensé que dejaba atrás así una etapa de mi vida y que otra, mucho más emocionante, estaba a punto de empezar.