Historia secreta de una madre caliente
Una madre tiene un secreto inconfesable...hasta el dia de hoy.
Una madre tiene un secreto inconfesable...hasta el dia de hoy.
En varias oportunidades tuve el impulso de contar esta historia. La misma me ocurrio hace algunos meses. Debo decir que soy una mujer de 39 años, cuerpo delgado, con algunas arrugas propias de mi edad y algunas canas. Tengo un culito que se hace respetar y unos tetas acordes a mi fisico. Estoy casada con un hombre al que amo mucho, y con el cual tuve dos hijos. El mayor de mis hijos se recibio de ingeniero y viajo al exterior a estudiar una maestria, y el menor, que tiene 18 años, empezo la universidad. Sin duda es el mas mimoso, porque es el mas chiquito. Mi esposo es viajante de negocios, por lo que el tiempo que pasa en casa es poco, solo esta los fines de semana y algun dia que otro. Por lo tanto mi actividad sexual de esta forma se ve bastante restringida, por lo que en general lo soluciono con la masturbacion. Para ello un dia me compre un consolador (o vibrador), de buenas dimensiones, con el que en mis noches de soledad, sustituye el pene de mi ausente marido. Asi transcurre mi rutinaria vida sexual. Pero la historia en si se inicia en forma un poco abrupta. Resulta que un dia de entre semana, por la mañana, salgo a hacer las compras al mercado cerca de mi casa. Cuando regreso de ese mandado, dejo la mercaderia en la cocina y como tenia ganas de orinar me dirijo al baño en forma presurosa. Voy a abrir la puerta del baño, pero esta se encontraba entreabierta, por lo que antes de llegar a tocarla, siento unos jadeos y gemidos. En un primer momento me asuste, pero abro despacio la puerta, y pude ver a escondidas que mi hijo menor, Nestor, se estaba masturbando. La escena me produjo un morbo increible, por lo que me quede escondida mirando como mi hijo se satisfacia sexualmente. Observe como con su mano sostenia un respetable miembro al que sacudia con cierta violencia, sentado en el borde del inodoro, con sus ojos cerrados apuntando al techo. De pronto vi que comenzo a llegarle el orgasmo, acelerando sus movimientos manuales, y llegando este, chorros de semen salian de su pija, desparramandose sobre el piso del baño. Demas esta decir que mientras lo observaba, mi concha destilaba litros de jugos, al tiempo que con mi mano me pajeaba violentamente, al punto que instantes de el acabar, me sobrevino un orgasmo violento, que reprimi como pude, y sali presurosa hacia mi dormitorio, de forma de no molestar a mi hijo, y yo cambiarme las bombachas, las cuales estaban todas empapadas. Cerre mi dormitorio por dentro, me desnude, tome un florero y ahi me eche una meada que hace rato que me tenia loca. Tome mi consolador, y me puse a hacerme una paja de puta madre, clavandome mi juguete hasta el fondo. Mientras lo hacia la perversidad me volvio loca, porque me imaginaba a mi hijo Nestor como me cogia, soñando con tener la polla de mi hijo clavada en mi concha. Entre pensamientos perversos, me llego el orgasmo, con el consolador clavado en mi culo y mis dedos masajeando mi prominente clitoris. Me cambie y baje a la cocina, donde me encontre con mi hijo, que estaba tomando el desayuno.
Ese mañana transcurrio con normalidad cotidiana, ya que Nestor fue a la universidad, mi marido de viaje quien sabe por donde, mi hijo mayor en el extranjero, y yo en casa haciendo las tareas de ama de casa. Por la tarde, decidi ordenar el cuarto de Nestor, ya que habia un caos bastante respetable. Mientras realizo esta tarea, descubro unas revistas pornograficas bajo el colchon de la cama. Me puse a leerlas y mirarlas. La verdad es que nunca habia visto un material tan explicito. Entonces me parecio que mi hijo ya hace un tiempo se estaria cogiendo alguna chica de su edad, por lo que me dio una envidia barbara. Pero por otro lado me puse a pensar que tal vez no era asi, porque si lo descubri haciendose una paja descomunal, era que seria virgen aun. Termine de ordenar, guarde todo como estaba, y por la noche despues de cenar, nos pusimos a mirar television mi hijo y yo. El programa que estaban dando no era muy entretenido, por lo que Nestor se paro y me dijo que iba un rato con la computadora, a navegar por Internet. Al rato tambien yo me aburri, y sali tras mi hijo inocentemente. Entro sin avisar a su dormitorio y ahi si descubro y sorprendo a Nestor cascandose una paja monstruosa, con los pantalones bajos, un pijon de veinte centimetros entre su mano, y con una pagina web porno en la computadora.
¡Mama! - grito mi hijo
¡Nestor! - respondi yo
¡Perdon mama! - agrego el, mientras se levantaba torpemente sus pantalones.
Me puse de espaldas, me tape el rostro, cuando siento la mano de Nestor sobre mi hombro.
¡Perdoname mama! ¡Es que estoy pasando por una etapa dificil! ¡Me apena mucho que me hayas descubierto en una situacion tan deshonrosa!- me dijo nerviosamente.
Me di vuelta, tome a mi hijo de la mano y lo sente a mi lado al borde de la cama. Le explique lo normal que era la masturbacion e incluso me atrevi (no se como) a confesarle mis pajas. Pero la respuesta de mi hijo me sorprendio, porque dijo que lo mio era por necesidad, ya que estando su padre tan lejos de alguna manera hay que aliviar la tension sexual. Pero el caso de el era que nunca habia podido acercarse a una chica, tal vez por vergüenza o miedo, lo real era que aun a sus dieciocho años es virgen. El morbo me invadio de golpe y senti la necesidad de ayudar a mi pequeño, por lo que lo abrace contra mi pecho. Mientras lo acariciaba, observe le monitor de la computadora y la imagen pornografica que habia en la misma exploto en mi libido. Lo tome de la cara entre mis manos y sorpresivamente le estampe un beso en sus labios.
¿Que haces mama? - me pregunto Nestor
¡Nada mi hijo! ¡Mama te va a ayudar!- le respondi
Sin mas palabras en el medio, me despegue de el y comence a desvestirme. Me saque la blusa primero, luego las faldas, quedando en ropa interior de encaje blanco calzando unas sandalias de taco. Mis senos rebosaban, y la aureola de mis pezones se podian ver a traves del encaje, al igual que mi vello pubico, donde algun pendejo se salia de mis bombachas. Nestor se paro y me miraba sin entender nada.
¿Que vamos a hacer mama?- pregunto, ¡Es una locura lo que estoy viviendo! - agrego
¿Acaso no te excito mi pequeño varon? ¿No te parezco que estoy bien cachonda? - le pregunte lascivamente. Mientras le preguntaba esto, jugueteaba con mis bombachas a las que amagaba a quitarmelas, mostrando alternativamente mi concha bien peludita, llenita de pendejos.
¿Sabes una cosa mi amor? - le pregunte a mi hijo
¿Que cosa mami?- pregunto el
¡Hoy por la mañana te vi como te hacias una paja de aquellas!- le respondi
¡Mama! ¡Es que estoy con los huevos llenos de leche.... y me duelen! - respondio el justificandose
¡Pobrecito mi niño! ¡No se preocupe que mama le va aliviar ese dolor! - le dije obscenamente
Al instante me le acerque y le baje los pantalones y calzones. Su verga estaba bien parada y era un pijon como el de un burro, porque mide unos veinte centimetros de largo y es gruesa como como un envase de desodorante de aerosol. En la punta de su glande estaba llena de liquido preseminal, ya que instantes antes se estaba masturbando. Tome ese pollon entre mis manos y comence a pajearlo, a la vez que con la puntita de mi lengua le recorria el glande. Al momento, me meti tremendo badajo en mi boca y era imposible que me la comiera toda, ya que con la mitad nomas de esa tranca, las arcadas me invadia. Se ve que empezo a calentarse y literalmente le empece a chupar la pija como lo habia visto que lo hacen en las peliculas eroticas. Nestor me tomo con sus por la nuca y de esa forma acompañaba las embestidas a la vez que me cogia la boca. Sus gemidos aparecieron y la verga se le puso a punto de explotar. Aumento la velocidad, pero lo detuve. Queria sentir esa pija en mi concha. Anhelaba que mi hijo me cogiera, ya que mi libido estaba matandome, necesitaba sentir su verga en mi interior. El interior de donde el vino. Era como volver a la fuente, al inicio de su propia existencia. Me quite toda la ropa, y me acoste en su cama. Lo invite a que el tambien lo hiciera. Al rato nos encontrabamos madre e hijo revolcandose como dos amantes. Macho y hembra en un acto de amor. Un amor prohibido para la sociedad, pero permitido para nosotros dos solamente. Abri mis piernas y ofreci mi concha a Nestor. Su cabeza se puso entre ellas y con su lengua alcanzo a mamar mi prominente clitoris.
¡Asi mi niño! ¡Lame la concha de tu madre! ¡Disfruta de los deliciosos jugos maternales! - grite
Su lengua escarbaba mis labios, y con sus manos masajeaba mi clitoris. Los gemidos que arrancaban de mi garganta era un extasis total. Sujete su cabeza con mis manos y ansiaba que se comiera toda la concha, llena de jugos y saliva de mi niño.
¡Ahhh, que delicia! ¡Me acabo, mi amor! ¡Haz acabar a la puta de tu madre! - gritaba delirando de placer y morbo. ¡Uhhmmm, que rico! ¡Como el nene le come la concha a su mamita!- agregue
De pronto, no resisti mas y en un espasmo me hizo acabar como una yegua en celo.
¡AHHHHHHHHMMMMMMM, me acabo, me acaboooooooo!- grite en un orgasmo triunfal.
Mi hijo levanto su cara de mi vagina mojada y su rostro demostraba la felicidad, saboreando los jugos de la concha como si fuera almibar de durazno.
¡Quiero tu pija mi niño! ¡Dale con esa verga a la concha de tu mama que la necesita!- le implore
Se acomodo entre mis piernas, yo de espaldas boca arriba, y torpemente trataba de penetrarme.
¡Asi mi hijo! ¡Yo te enseño como hacerlo!- le dije
Tome esa polla gigante y apunte su glande al orificio de entrada de mi concha. Manualmente me enterre esa cabeza. Era la mas grande que me hubiera cogido. Mi marido no la tiene ni cerca de gruesa, por lo que no supe de quien heredaria tremenda verga. Tal vez de algun pariente lejano.
Despues que la hube metido, veinte centimetros de carne fueron llenando el canal de mi concha y el bombeo no se hizo esperar. Me empezo a coger como un endemoniado, y los gritos de placer que dabamos eran apoteosicos.
¡Asi mi niño! ¡Cogete a tu madre, que te enseña como coger a una hembra de verdad!
Sus bombeos eran fuertisimos y sentia mi concha arder de dolor y placer. Su verga incrustada en el fondo de la concha de su propia madre, gozando como macho y hembra que son.
De pronto, acelero sus embites y supe que me iba acabar dentro. Pero queria evitar que lo hiciera, porque aun soy fertil y estaba en los dias en que podria quedar embarazada. Quise avisarle y trate de convencerlo que no lo hiciera. Pero Nestor estaba enloquecido de sexo y placer, y por mas que lo hable siguio dentro mio.
¡Dale la leche en mi boca mi amor! ¡No te vengas dentro mi niño!- le decia en extasis orgasmico.
¡No puedo mama, me vengo, me vengo, me vengooooooooo! - grito mi hijo
Al instantes chorros de esperma espesa y caliente llenaro el cuello de mi utero, y el orgasmo nos ataco a ambos y cruce mis piernas en su espalda, de manera que me hice complice y acepte recibir el semen de mi propio hijo dentro mio. Estuvimos asi trenzados unos minutos, hasta que el pene de Nestor se puso flacido, sacandolo chorreante de semen y jugos vaginales. Nos habiamos dados una sesion de sexo como nunca lo hubiera soñado. Lo unico que me preocupaba era que no hubiese quedado preñada de mi propio hijo. Nos levantamos, le di un beso en la boca a mi hijo, me agradecio que lo hubiera desvirgado y me pregunto si lo podiamos volver a hacer. Le dije que lo hariamos todas las veces que el quiera, pero que tendriamos que tomar precauciones para no quedar gravida. Sali al baño a lavarme la concha, sacarme el semen como podia y realice unos enjuages de vinagre como lo hacian las abuelas.
Esto paso hace unos tres meses. Hoy acabo de venir del ginecologo y me confirmo que estoy embarazada. Y como mi marido, hace ese tiempo que salio al exterior a un negocio importante, no me quedan dudas de que Nestor, mi hijo, es el padre de la criatura que crece en mi vientre.
Continuara...