Historia real como la vida

Esta es una de las muchas vivencias que me han ocurrido en mi trabajo. Espero que tengais paciencia porque las contaré todas.

Os voy a contar una historia real y verdadera como la vida misma.

Somos dos amigas, bueno más que amigas hermanas, que regentamos un bar de copas en Palma de Mallorca. Tenemos 40 y 42 años y llevamos ocho años en esta preciosa isla en la que nos va realmente bien. Hacemos algo que nos encanta que es conocer a gente, además de que es un trabajo muy cómodo pues abrimos a las 10 de la noche y cerramos a las 5 de la mañana y eso nos permite disfrutar de la playa que es una de nuestras pasiones.

Mi amiga Relia es alta, 1,75, pelirroja, pero de las de verdad, con unos ojos preciosos que la hablan, unos labios carnosos y sensuales y un trasero glorioso. Yo, no soy tan alta, tengo el pelo pelirrojo, ojos verdes, pero mi mejor atributo físico son mis pechos, grandes, duros, con unos pezones oscuros y a los que la Ley de la Gravedad todavía no ha hecho mella en ellos.

Por nuestro Pub pasan cientos de personas, así que os iré contando nuestra historia con algunas de ellas.

La otra noche, casi estábamos cerrando, vi. a Relia que estaba charlando con un hombre de unos 50 años y la vi cara de preocupación, cuando pasé por su lado, me dijo bajito, luego te cuento. Era un señor separado, que tenía una buena posición, pero que desde que le había dejado su mujer se había quedado sin ganas de nada. Ella era su vida y aunque tenía buenas proposiciones de mujeres, él recordaba a su mujer, sobre todo en la cama, ya que por lo visto ahí es donde se compenetraban al máximo y desde que no estaba con ella no había vuelto a sentir nada con nadie.

Relia me miró con esos ojillos picarones y la entendí a la perfección. La dejé charlando con él mientras recogía y llenaba las cámaras para el día siguiente. Cuando terminé me uní a ellos, él la estaba diciendo,

E. – La vida no tiene sentido para mi. Después del trabajo era como el descanso del guerrero, la adoraba y la adoraré siempre, no podré sentir nada jamás.

R. – Creo que este un poco obsesionado con tu mujer, deberías conocer a alguien más, permitir que alguien entre en tu vida.

E.- No merece la pena, no siento placer con nada ni con nadie.

Esto me parecía un reto, y les dije que si nos dábamos un paseo por la playa, pues ya casi estaba amaneciendo. Así nos pusimos en marcha.

Dije de irnos a nuestra cala, siempre vamos allí, es un sitio rodeado de pinos y que en esta época está siempre solitario y sobre todo a esas horas de la mañana.

Cuando llegamos nos desnudamos por completo y le invitamos a que lo hiciera él también. Al principio estaba muy reacio, pero al vernos como disfrutábamos en el agua, chapoteando y nadando se animó, se quedo desnudo y se metió uniéndose a nosotras. Al verle nos dimos cuenta de que estaba muyyyy bien retribuido por la naturaleza.

Entre juego y chapoteo, de vez en cuando notaba una mano que apretaba mi pecho, eso me gustaba y me excitaba, así que una de las veces le abrace por delante, apretando mi pecho contra el suyo y Relia lo hizo por detrás, así entre las dos, notando nuestros cuerpos, suaves y húmedos empecé a notar como su polla por momentos iba agrandándose.

Le dimos la mano y lo sacamos del agua. El no quería pues estaba completamente empalmado y le daba corte. Le tranquilizamos y le tumbamos en nuestras toallas. El obedeció y cerró los ojos. Relia empezó a darle besos suaves por el cuello, por la cara, mientras yo, lamía su estomago, llevándome en mi lengua toda la sal y el agua del mar. Seguí bajando hasta su polla que estaba casi a pleno rendimiento y pasee mi lengua por sus alrededores. Se abrió de piernas y me metí entre ellas cogiendo su polla y lamiéndola por todos los lados. Relia entre beso y beso me miraba con lujuria, yo sabía que ella también quería chuparla… El tenía una mano en su culo explorándole por todos los sitios y otra en mis pechos estrujándolos que casi me hacia daño. Relia empezó a bajar por su estomago, por su tripa y llegó a su polla, nuestras lenguas casi se juntaron.

Ella lamía por un lado y yo por el otro, al mismo compás bajábamos y subíamos por su polla, mientras nuestras manos no paraban quietas, rozándole los huevos, pellizcándole los pezones, acariciándole su ano, que cada vez se abría más para nuestros dedos...así deje a mi amiga y me dispuse a poner mi lengua en el, intentando follarle con ella… le oíamos gemir de placer... Relia también gemía porque el le metía su mano dentro de su coño y la estaba masturbando a la vez… cambie mi posición y cogí su boca con mis labios, chupaba su lengua, se la succionaba, mientras sus dedos buscaban mi clítoris frotándolo con fuerza y rapidez, le susurre encima de su boca… me corro… el susurraba… yo también…no puedo mas... Relia lo estaba notando y empezó a prepararse para tragarse el néctar de su cuerpo, pero yo también quería y nos dispusimos las dos a recibirlo en nuestras bocas sin dejar de chuparle el capullo, los huevos… así estalló… nunca vi. tanto semen, tuvimos para las dos, nuestras bocas se juntaban intentando cogerlo… él gritaba de placer… diosss que mamada… que putas… me corro zorras… me corrooo. No desperdiciamos ni una gota, pero él seguía empalmado, así que aproveche y metí su polla hasta dentro de mi coño y así en cuclillas empecé a bombearlo... él apretaba mis tetas y nos decía que seguía sintiendo placer. Relia puso su coño en la boca de él y así los tres, el con su lengua follandole el coño, yo cabalgándole, le llevamos a su segundo orgasmo, mmmm oía a mi amiga gemir y eso ayudó a que me excitara más y más…. me corrí dos veces seguidas con su polla dentro

Cuando terminamos, seguimos acariciándole, besándole, susurrándole... él cada vez respiraba más sosegado…. Nos tumbamos a su lado recostándonos en su pecho… En ese momento en el horizonte empezaba a salir los rayos del sol… Mi amiga y yo nos miramos y guiñándome un ojo las dos pensamos lo mismo, hemos ganado un cliente a perpetuidad….