Historia de universidad - Presentación (1)

Historias vividas como universitaria. Recopilación de como me he divertido.

Como ha cambiado mi vida desde que empecé a estudiar en la universidad y ahora que me gradué.

Hola, es la primera vez que escribo un relato. Espero que perdonen ya que no tengo la experiencia, pero a través de una serie de historias, que son verdaderas confesare mis aventuras universitarias.

Primero que todo me describo, soy latina, 35 años, mido 1.68 cm, casada y separada. Mi actual pareja convive junto a mí, desde hace 10 años y llevo una vida oculta de aventuras, sin que él se entere.

Mi profesión es profesora, he estudiado dos carreras, ambas en la línea de la educación. Actualmente me encuentro trabajando en el centro del país, a dos horas de la capital, en una población de clima templado.

Las siguientes historias las contare de forma cronológica desde la más antigua hasta llegar a la actualidad.


Me considero una mujer común y corriente, de fisiología similar a mis coterráneas, ojos marrones claro, de copa 34, con cabello ondulado, algo gordita respecto a mi estatura.

Después de mi separación, decepcionada de encontrar a mi exmarido con otra mujer, empecé a estudiar para conocer nuevas personas y alejarme de donde vivía. Comencé a estudiar licenciatura en idiomas, en una universidad pública, ya que para aquella época no estaba trabajando y los ahorros que tenía, no alcanzaban para estudiar en otra universidad y otra carrera que me gustaba.

Por mi forma de ser, hago muy rápido amistades, especialmente de hombres. Soy una mujer que me gusta salir a bailar, tomarme unos buenos tragos o unas cervezas. Soy de aquellas mujeres que no me importa si tengo que aportar algo de dinero para seguir gozando.

He tenido por eso muy buenos amigos y amigas, que después de 15 años sigo conservando;  y aunque tengo pareja, busco la forma de reunirme con uno o algunos de ellos, siempre con algún pretexto y aprovechando de que mi pareja actual debe desplazarse algunos días de la semana a la capital, a realizar reuniones de trabajo con sus jefes y colegas.

En el primer semestre de estudio, conocí a un amigo, el cual le llamare Frank. Él trabajaba y vivía en una población cercana. Él estaba estudiando administración de empresas en la misma universidad, pero por juegos del destino, una noche  en la cual me quede con unas compañeras bailando y tomándonos algo, se me hizo tarde y perdí la última ruta que me llevaba por donde yo vivía.

Estando preocupada, ya que el sitio donde estaba ya estaba cerrando y ya mis amigas se habian ido. No suelo a la primera pedir a un desconocido que me preste un servicio de llevarme a donde vivo, pero esa noche lo hice. Vi a Frank que se estaba subiendo en su motocicleta; y sin pensarlo dos veces me acerque a pedirle que si tenía la gentileza de llevarme hasta la casa o cerca de donde yo vivía. Sin pensarlo accedió a llevarme.

Mientras nos desplazábamos por la ciudad y llegábamos a mi casa comencé a preguntarle varias cosas de sus vida y yo a contarle algunas de la mía. Cuando llegamos al barrio donde yo vivía y antes de llegar a mi apto, vi que aún había un local abierto y le pregunte a Frank si se tomaba algo, en virtud de agradecimiento y al cual el accedió de inmediato.

Ya cerca de mi apto, me relaje y comencé a charlar de forma amena con mi nuevo amigo. Yo acostumbro por el clima ir siempre vestida de ropa fresca y de falditas, acostumbro siempre usar pantis pequeños o no usar. Aprovechando que el sitio estaba algo solo y que estaba algo caliente por efecto del licor, comencé a abrir las piernas de vez en cuando a ver como reaccionaba mi nuevo amigo. De una note que no despegaba la vista de mis piernas e intentaba reclinarse hacia atrás a ver si podía ver algo más.

Una de las cosas que más me gusta es exhibirme algo ante los desconocidos, me da morbo. Aprovechando que tenía que ir al baño, le di a mi Frank un buen espectáculo, ya que aprovechando que me iba a levantar abrí mas mis piernas permitiéndole ver mi pequeña tanguita y de encaje que dejaba ver algo mi sexo y que ya estaba húmedo en esos instantes.

Cuando regrese, pude notar como tenía un buen bulto entre sus piernas, lo cual hizo que yo me sintiera aún más caliente. Seguimos charlando por un buen rato más y yo le enseñaba cada vez que podía mi tanguita, para hacer que ese bulto no desapareciera y yo seguir mojándome y calentándome más.

Llego el punto de partir, cosa que aún no queríamos ningunos de los dos. Pero por culpa de la restricción de horario todo local de ventas de alcohol debe cerrar a cierta hora. Con pesar, pagamos y nos dispusimos a que me acompañara hasta mi apto. Como estábamos a unos pocos metros caminamos hasta la entrada de mi apto.

Ya frente a la entrada del apto, le dije que le agradecía el haberme llevado hasta mi apto y que re quería agradecer. Si dejarle decir nada, procedí a cogerle el bulto que aún se le notaba muy bien. Sin pensarlo dos veces, baje la cremallera de su pantalón y saque su pene y procedí a darle una buena mamada.

Como me lo imagine, estaba bien caliente su pene y estaba que escurría (cosa que más me gusta es sentir ese líquido que brota del pene y untarlo por mis labios como si fuera un labial). Como me gusta calentarlos antes de cualquier cosa y antes de seguir a más allá. Después de un rato me levante y le dije que eso continuaría otro día.  Pero que para que no se fuera sin nada me levante la falda y procedí a quitarme las tanguitas que llevaba y se las entregue y le dije que me las devolviera otro días.

Nos despedimos y yo entre a mi apartamento. Rápidamente fui a buscar unos de mis consoladores y procedí a masturbarme hasta que me vine un par de veces. Después de esto me di un baño y me acosté, esperando que sorpresas vendrán….

(Continuará…)