Historia de una transformación (3)

Poco a poco voy encontrando en mi interior la mujer que quiero llegar a ser

Al entrar en mi casa recordé el día en que mi madre me descubrió y el problema que se planteo en mi casa desde ese momento. Encendí las luces de la cocina para prepararme un vaso de leche caliente con Cola-Cao. Me fui al dormitorio para desnudarme y ponerme cómoda con una bata para estar en casa. Me quede con el tanga, el corsé y el sujetador, las prótesis habían tomado la temperatura del cuerpo y parecían formar parte de él, no me apetecía desprenderme de ellas.

En la cocina saque del micro-ondas el vaso de Cola-Cao caliente y lo tome poco a poco, saboreando cada trago, limpie el vaso y me fui a la cama después de desmaquillarme y aplicarme una crema de noche.

Tenía sobre la cama un camisón corto de mi madre, me quite la bata, el corsé y el sujetador para colocarme el camisón y meterme en la cama. Era la primera noche que me acostaba como una chica. Mi cabeza no hacía mas que dar vueltas sobre todas las cosas que me habían sucedido en el día, el cansancio pudo mas que los pensamientos y acabe dormida inmediatamente.

A las diez de la mañana me despertaba, baje de la cama me puse las zapatillas y la bata para ir al cuarto de baño. Sentado en la taza como una chica comencé a orinar. Frente al espejo del lavabo me lavé la cara con un jabón que tenia mi madre, pase el cepillo sobre mi pelo para estirarlo y hacerme una coleta y colocándome después una cinta.

En la cocina prepare el desayuno y seque los cacharros que la noche anterior había utilizado guardándolos en su lugar. Después de desayunar, hice la cama donde había dormido y limpie un poco la casa. Me encontraba cansada por lo que prepare la bañera para darme un baño de burbujas relajantes como había visto que hacía mi madre. En la bañera con el agua caliente mi mente no dejaba de dar vueltas a los episodios del día anterior. Había una cosa que no hacía mas que retumbar en mi cabeza las palabras de Manuel, el medico "El resultado de estas pastillas se empezaría a notar aproximadamente a los dieciocho meses, pero el cuerpo con la ingesta de las pastillas inhibidoras de las hormonas masculinas, se empezaría a acostumbrar a la recepción de las hormonas femeninas que serían las que lo cambiarían completamente".

Si empezaba en este momento el tratamiento, los cambios significativos se empezarían a producir cuando me encontrara fuera de la casa de mis padres.

No sabia que dirección tomar, la decisión de visitar a la psicóloga que me había recomendado Manuel era mi primera decisión importante que podía cambiar mi forma de vivir.

Al salir de la bañera, después de secarme y aplicarme una crema suavizante en todo el cuerpo, me coloque un albornoz que mantuvo el calor del cuerpo durante algunos minutos. Delante del espejo al despojarme del albornoz para vestirme, pase mi mano recorriendo todo mi cuerpo sintiendo su suavidad. Cuando me miraba las manos me excitaba al verlas tan suaves con esos dedos tan largos y con esas uñas perfectamente arregladas y pintadas. Me encantaba acariciarme mi pene con esas manos tan bonitas, no tardaba nada de tiempo en masturbarme.

Cada vez que iba a utilizar el tanga era lo primero que hacía para poder así esconderlo con mas facilidad. El resto de la ropa interior se ajustaba rápidamente a mi cuerpo moldeándolo como a mí me gustaba.

Era ya bastante tarde y tenía que pensar en lo que iba a comer, al buscar en la cocina no encontré nada que pudiera preparar, tenía que comer algo o salir a la calle para hacerlo en alguna cafetería. Pensé en pedir una pizza y así no tener que salir de casa por el día, me daba miedo a que alguien pudiera conocerme.

Llame por teléfono solicitando una pizza cuatro quesos y un refresco de cola, a la media hora aproximadamente llamaban al timbre entregando el pedido. Estaba medio maquillada, con color en los labios, sombra en los ojos y mascara en las pestañas, nadie podía pensar que era un chico. En el salón frente a la televisión, comí parte de la pizza, dejando el resto en la cocina dentro del micro-ondas.

Tome un café tranquilamente viendo una película, la tarde pasaba lentamente y cada vez me encontraba mejor con mi imagen. A las siete de la tarde me dirigía al cuarto de baño, cuando de repente al pasar delante de la puerta de la vivienda esta se abrió. El mundo sé cayo a mis pies, no entendía quien podía entrar en casa de mis padres. De repente la chica que trabajaba en la casa, entraba con su novio, me miro y sin dar importancia se dirigió al salón. Entre en el baño sin saber que hacer, en ese momento entro Mari que así se llamaba, en el mismo. No te preocupes me dijo, te voy a presentar a mi novio como una sobrina de tus padres, estas guapísima. Le dije que me llamara Natalie, me coloque un pañuelo en la cabeza y la acompañe.

Entre en el salón con bastante miedo, pero lo supere muy deprisa al presentarme a Antonio, su novio que me beso en la mejilla.

Me retire a mi cuarto dejándolos solos en el salón. A las ocho y media decidí salir para arreglarme y volver a salir a la calle.

Tranquilamente atravesé el salón dirigiéndome al cuarto de baño con el neceser que tenia de maquillaje, al verme, Mari se levanto y en el baño me dijo. No te preocupes que no voy a decir nada a tus padres igual que tu no les dirás nada de mí a ellos. Sospechaba que alguien usaba mis ropas y estaba casi segura que se trataba de ti, había oído a tus padres algo sobre una noche que apareciste vestido como una chica, pero no podía pensar que el resultado fuera tan espectacular. Siempre que quieras puedes pedirme ayuda porque creo que la necesitas y ya que tus padres no te la dan, yo haré lo que pueda.

Entre en el baño para tomar una ducha, tranquilamente enjabone todo mi cuerpo y resbalando mis manos sobre él, acabe en el pene que se encontraba bastante aumentado su tamaño.

Lentamente me masturbe resbalando mis manos sobre la suave piel de mi pene, una y otra vez se movía de arriba abajo hasta que el semen se derramo sobre mi mano húmeda me la acerque a la boca, volviendo a saborearlo.

Al salir de la ducha me puse el albornoz y empecé a secarme el pelo. Una vez seco lo peine hacía detrás haciendo una coleta, la cinta del pelo, preparo mi cara para recibir de nuevo el maquillaje.

Poco a poco fui cambiando la forma de mi cara y trasformándola en la de la chica que estaba empezando a ser, como la peluca estaba en mi cuarto, me enrolle una toalla en la cabeza y volví a mi cuarto.

Tenia que sacar del armario de mi madre y de la maleta de Mari, la ropa que iba a utilizar. Me estaba colocando la peluca cuando Mari entro en mi cuarto preguntándome que me iba a poner para salir, al verme maquillada se sorprendió de lo guapa que estaba.

Espera que te traigo algunos de los trajes que creo te pueden sentar estupendamente, me pregunto que zapatos iba a utilizar se los enseñe y le parecieron preciosos.

Al poco tiempo entro en mi cuarto con tres preciosos vestidos que ya había utilizado en otras ocasiones, un pantalón y dos blusas. La noche era algo calurosa por lo que tome la decisión de ponerme un vestido. Le comente que en el armario de mi madre, había una faja muy fina que utilizaba para aumentar las caderas. Ella me había traído una braguita bastante fuerte para poder ocultar mi pene y una caja cerrada para que utilizara lo que había en su interior si me apetecía. Mi curiosidad era muy grande por lo que abrí inmediatamente la caja, en su interior había un precioso consolador. Al volver a entrar y verme con el consolador en la mano me pregunto si me gustaba, no lo había utilizado nunca aunque sabía que ella lo tenia.

Me dijo que utilizara la crema que había en la caja que ayudaría a dilatar y que me doliera la primera vez. Al salir del cuarto me dijo que disfrutara y que luego la contaría.

Volví a salir de la habitación para dirigirme al cuarto de baño, llevaba la caja para comprobar nuevas sensaciones.

Cerré la puerta y me quite la bata que llevaba, quedándome con el corsé, sujetador y el tanga que inmediatamente me quite poniéndome la crema en mi pequeño ano, poco a poco fui acariciándolo y extendiendo la crema, me encontraba muy relajada. Apoyándome en el lavabo coloque el consolador junto a mi ano, despacio fui introduciéndolo poco a poco en mi interior, notaba una rara sensación un poco dolorosa que poco a poco iba haciéndose muy placentera, empecé a meterlo y sacarlo poco a poco, aumentando el ritmo, cada vez necesitaba que entrara mas y más, el placer era inmenso mi pene estaba como nunca lo había visto de tamaño, unos suaves toque consiguieron que inmediatamente me corriera. El consolador seguía en mi interior, quería volver a sentir esa nueva sensación.

Volví de nuevo a mover el consolador dentro de mí comprobando que mi pene volvía a ponerse de nuevo con un tamaño considerable. De nuevo unos toques con la suavidad de la mano consiguieron una nueva eyaculación.

Estaba muy cansada pero también muy contenta de la nueva experiencia que había tenido, había conseguido también dilatar mi culo por si por la noche alguien pretendía hacerme suya. En el bidet me lavé el pene, culo y consolador, poniéndome las braguitas que Mari me había dejado para esta noche.

Al salir del cuarto de baño y pasar por el salón, Mari me miro sonriendo y me guiño un ojo. Eran ya las nueve y media de la noche, fui a la cocina para tomar un trozo de la pizza que había comido a medio día con una vaso de cola.

En la habitación me puse el vestido ajustado que había elegido, con la falda por encima de las rodillas. Los tirantes del vestido eran muy finos y el escote bastante pronunciado en pico. Cuando estaba poniéndome los zapatos, se abrió la puerta y paso Mari para ver como me encontraba. Al verme su cara fue de sorpresa por la excelente figura que tenía. Me dijo que volviera a quitarme el vestido que antes debería colocarme una prenda para que el pecho sobresaliera del sujetador, la mire y le dije que eran unas prótesis. No importa de dijo, veras que cambio.

Al instante volvió a entrar en la habitación con otro sujetador, me quite el que llevaba puesto y me ayudo a colocarme el nuevo. Era como el otro, pero al abrocharlo note que me apretaba desde abajo mi pecho. Tenia una bolsa para colocar las prótesis, el resultado era maravilloso, parecía que realmente tenía pecho, el canal entre ambos era totalmente real, al ponerme el vestido me veía mucho mas mujer que momentos antes.

Le di las gracias y un beso en la mejilla, di una vuelta y me dijo que estaba maravillosa. Prepare el bolso y una torera dispuesta a salir a la calle después de repasar el maquillaje pintándome los labios y atusarme un poco el pelo.

Ya en el salón me despedí del novio de Mari con un beso en la cara, diciéndola que volvería tarde.

Mi imagen era la de una chica porque además había gozado como tal al meterme el consolador en el baño.

Baje la escalera sin ningún miedo a que alguien pudiera encontrase conmigo, me hubiera gustado que mi amigo saliera en ese momento de su casa, pero no fue así.

Al llegar al portal la noche había caído en la ciudad, tenia hambre pues prácticamente no había comido ni cenado, por lo que pensé en tomar algún tentempié antes de irme a la zona de los travestís. Quería intentar volver a sacar la misma cantidad que el día anterior.

Tome un taxi y me acerque a la zona de la Castellana donde la noche anterior había estado. En una cafetería cercana, un Vips, tome uno pincho y un refresco de cola. Al terminar pase al baño, al de señoras por supuesto, orine y repase el maquillaje y peinado.

Me encontraba a unos diez minutos donde iba a colocarme esa noche, paseando tranquilamente llegue a la zona que había elegido. En diez minutos, estaba ya sentada en un coche para mi primer francés de la noche.

Poco a poco fue aumentando el dinero en mi bolso, llevaba casi dos horas y ya tenia mas que la noche anterior.

Tan lanzada estaba que necesitaba que alguien me penetrara, pero ninguno quería hacerlo por el coste del servicio. Quería hacerlo en una habitación pero nadie lo admitía, como mucho en el coche. Al fin en uno de los coches me desplace, para en una zona tranquila pasarme con mi acompañante a los asientos de atrás, subirme la falda y después de quitarme la faja y las braguitas, me senté sobre el pene de mi acompañante. Fui yo la que marque el ritmo después de que lentamente fuera introduciendo su hermoso pene en mi interior con un preservativo. Estaba poniéndome excitadísima pero mi acompañante lo estaba mucho más, eso era lo que interesaba para terminar lo antes posible, me estaba gustando pero no era lo que yo pensaba iba a ser mi primera penetración.

Por fin descargo su semen en el interior del preservativo, disminuyendo su tamaño rápidamente. Sin embargo yo me encontraba excitadísima, mi acompañante se dio cuenta y me pregunto si yo no me corria, le conteste que no. Empezó a intentar tocarme, pero le dije que eso costaba algo mas de dinero. Acepto pero me dijo que quería hacérmelo con la boca y le volví a decir que era mas, estaba tan lanzado que acepto.

Se arrodillo frente a mí, y empezó a introducirse mi pene en su boca. Era la tercera vez que me corriera en poco mas de cinco horas, estaba tan excitada que ayudándole un poco conseguí hacerlo dentro de su boca. Hizo intención de escupirlo, pero le dije que era muy sabroso que lo tragara, me hizo caso y poco a poco fue pasando su lengua por todo mi pene limpiándolo completamente. Su tamaño decreció considerablemente colocándomelo y poniéndome las braguitas y la faja.

Ya en los asientos delanteros del coche, y antes de ponerlo en marcha, me arregle el pelo y repase el maquillaje pintándome los labios.

Eran casi las dos y media de la madrugada y no tenía ganas de volver a la calle, por lo que pedí a mi acompañante me dejara cerca de la zona e Cibeles, quería pasar por la zona de Chueca para tomar una copa y bailar un rato.

Paseando llegue a la plaza que se encontraba muy concurrida, todos los bares y púb, se encontraban hasta los topes, era prácticamente imposible entrar en ninguno de ellos, al final en Blanco y Negro pude hacerme un hueco y tomar una copa.

Rápidamente se acerco un chico que se encontraba con otro intentando hacerse el gracioso, pero le dije que no tenían ninguna gracia. Acabe la copa y paseando llegue a mi casa, eran las cuatro y media de la noche, el día había sido completo y tenía lo suficiente para iniciar y proseguir durante bastante tiempo el tratamiento hormonal.

Al llegar a casa, comprobé que Mari se encontraba con su novio durmiendo en su cuarto. Después de desnudarme y desmaquillarme, me coloque el camisón y me acosté durmiéndome inmediatamente.

Al día siguiente me levante bastante tarde, aunque me había despertado una hora antes para utilizar de nuevo el consolador, eran las once de la mañana. Mari me había preparado el desayuno, su novio se había ido a comprar la comida.

Se sentó conmigo cuando desayunaba, y me pregunto por la noche anterior. Le conté todo lo que me había pasado y lo que pretendía hacer con el dinero que había ganado en estas dos noches. Le pareció muy bien y volvió a decirme que todo lo que necesitara no tenía mas que pedírselo, estaba segura que llegaría a donde quisiera.

Me pidió que me quedara a comer con ellos a lo que accedí, arreglándome antes de que su novio llegara con la comida. La sobremesa fue muy agradable, me encontraba totalmente realizada como chica y deseaba serlo todos los días de mi vida.

Después de recoger los platos, fregarlos y secarlos, Mari y su novio se fueron para que pudiera cambiarme, recoger toda la ropa y volver a casa de mi abuela.

Espere hasta las siete de la tarde para salir de casa, repasando una y otra vez todos los detalles que pudieran delatarme en la casa de mis padres. A las nueve de la noche llegaba a casa de mi abuela después de un fin de semana en el campo.

Durante la semana siguiente estuve pensando si debía o no ir a ver a la psicóloga, al final decidí posponer esa visita hasta que me encontrara viviendo solo.